Etiqueta: clima laboral

  • La productividad laboral está en la actitud diaria

    Evelyn Tapia

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    Suena la alarma, el resplandor que entra por la ventana le anuncia que amaneció. Sus ojos se abren y debe ir a trabajar.

    ¿Cómo reacciona ante esa escena? ¿Le produce fatiga, indiferencia o le motiva comenzar un nuevo día de labores?

    Si se identifica con las dos primeras opciones, es probable que su rendimiento no sea el más adecuado durante la semana.

    Daniel Dávalos, vocero de la firma Selecta, explica que para ser más productivo en la semana, la clave está en comenzar a planificar desde el fin de semana.

    Él recomienda que el empleado dedique una hora de la tarde del domingo para visualizar los objetivos de la semana. Luego, se debe identificar el más importante y concentrarse en qué se debe hacer para lograrlo. “Con esto en mente, el lunes es ideal ingresar más temprano al trabajo para realizar las actividades que permitirán alcanzar el objetivo que se identificó
    el domingo”.

    Aunque existen días en los que la gente es menos productiva que en otros (hay analistas que señalan que el lunes es el día menos productivo de la semana para los empleados), para Grecia Logroño, experta en recursos humanos de la consultora Sosa Group, el clima laboral es un factor clave.

    La analista considera que el clima laboral incide directamente en la motivación del colaborador para acudir al trabajo con una actitud positiva que le permitirá ser más productivo, indistintamente del día de la semana. Nadie quiere permanecer ocho horas en un lugar en el que la pasa mal con sus compañeros y con sus jefes.

    La construcción de un clima laboral bueno depende de la empresa y del trabajador, dice la experta. Por un lado, la compañía motiva al empleado cuando le permite participar de la toma de decisiones y tiene en cuenta su opinión.

    Logroño añade que otra forma en que las empresas pueden contribuir en este aspecto es al encargar a su personal nuevos proyectos, con lo que el trabajador no se sentirá estancado en una rutina.

    También hay motivación cuando los jefes apoyan iniciativas planteadas por los trabajadores.
    Del lado del empleador, las aptitudes y capacidades profesionales que posea la persona no son suficientes para tener días productivos y con motivación en el trabajo, dice María Elena González, gerenta de Talento Humano de la Cooperativa Cooprogreso.

    Según González, el trabajador debe contribuir además, con su buena actitud. “Si la empresa aporta con herramientas, formación y liderazgo, pero aun así el empleado no tiene una buena actitud, no habrá productividad y el empleado debe plantearse por qué está en ese trabajo”.

    González agrega que la predisposición laboral pasa por valorar el aprendizaje que se adquiere en el día a día y por asumir el compromiso de contribuir con lo mejor de uno en su área.

    Hay otro factor que incide en la motivación y en la productividad, además del clima y es la tendencia a la procrastinación.

    Un estudio de la firma Voucher Cloud, en Reino Unido, determinó que de toda la jornada de trabajo diaria solo dos horas y 23 minutos correspondían a horas productivas entre los empleados encuestados.

    El estudio recogió respuestas de 1 989 personas. Las principales actividades que distraían a los encuestados fueron: revisar redes sociales, leer noticias y conversar con los colegas.

    Procrastinar o distraerse en el trabajo merma la productividad. ¿Pero por qué nos distraemos?
    Un artículo de The New York Times, publicado en julio del año pasado, explica que las personas tienden a procrastinar porque el cerebro da prioridad a actividades que proporcionan satisfacción inmediata por encima de aquellas que generan recompensas a largo plazo. Por eso, los trabajadores suelen hacer cosas simples que no demandan tiempo y esfuerzos (revisar un chat, leer una nota viral, ver un video), pero que al acumularse, reducen buena parte del tiempo usado en laborar.

    Para mermar el tiempo perdido en distracciones, se debe adoptar una actitud orientada hacia la consecución de metas realistas, dice González. Fijarse objetivos que sobrepasan las capacidades es frustrante, acota la especialista.

    Cada día, el empleado de fijarse objetivos a cumplir en plazos determinados, ordenándolos de acuerdo con la urgencia de cada uno. Puede adoptar el hábito de elaborar una lista e ir tachando las actividades cumplidas.

    Tener labores sin una fecha límite propicia a posponer responsabilidades.

    Una jornada productiva depende del empleado y del empleador. La empresa debe propiciar un clima de motivación y el trabajador, cumplir metas. Foto: Ingimage
    Una jornada productiva depende del empleado y del empleador. La empresa debe propiciar un clima de motivación y el trabajador, cumplir metas. Foto: Ingimage
  • ¡Misión posible! volver a enamorarse de los lunes

    Diario La Nación de Argentina

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    Puede ser que su carrera ya haya tocado techo o simplemente que dejó de gustarle su trabajo. Lo cierto es que los lunes pueden ser muy pesados. La respuesta simple puede ser buscarse otro empleo. Pero Jon Acuff, autor de ‘Do Over: Rescue Monday, Reinvent Your Work and Never Get Stuck‘ (Rehacerse: rescatar el lunes, reintentar su trabajo y nunca quedarse atascado), dice que es posible recuperar la pasión por su trabajo. Si encuentra que tiene que obligarse a dejar la cama y le resulta difícil contener las lágrimas sentado a su escritorio, pruebe estas cinco estrategias:

    1. En principio, sea honesto con sus expectativas

    Considere que tiene expectativas no realistas con el trabajo. Acuff recuerda un tiempo en el que fue empleado en AutoTrader como diseñador de contenido. Se le encargó escribir instrucciones para los clientes acerca de cómo llenar formularios para encontrar un auto. Pero lo que quería era ser un escritor creativo. Quizá lo que quiera hacer no es aquello para lo que lo contrataron, pero siempre hay una forma de que sus tareas respondan a sus necesidades como a las de la compañía. Luego viene una conversación con el jefe y el momento de poner sobre la mesa las expectativas de ambas partes.

    2. Encuentre la manera de adquirir nuevas capacidades

    «Es imposible quedar atascado si aprende nuevas capacidades», dice Acuff. Aconseja pensar en una compañía como una universidad, donde hay una plétora de cursos y tomar el trabajo como su aula. «En todo trabajo hay algo que aprender», dice.

    Considere qué capacidades puede mejorar, sea manejar una nueva tecnología o un desarrollo profesional (por ejemplo, cómo trabajar con gente difícil). Según Acuff, a menudo la gente deja de estar contenta con su trabajo porque siente que ha hecho todo lo que el puesto tiene para ofrecer.

    «Es ahí que uno se deprime. Uno piensa a los 35: ¿Así van a ser los próximos treinta años?»

    Inscribirse en cursos o asistir a conferencias sobre desarrollo profesional son grandes maneras de recuperar la pasión por su trabajo y aumentar sus capacidades.

    3. Tome contacto con el usuario final de su trabajo

    ¿Alguna vez se preguntó si el trabajo que hace importa en el mundo? Restablecer un vínculo humano con los usuarios finales puede ayudar a ver el valor del trabajo que hace y el efecto que tiene sobre la vida de otros. «Mucho de lo que hacemos hoy en día es trabajo de escritorio. Tanto que hasta se pierde la sensibilidad hacia los humanos reales», dice Acuff. Relacionarse con quien es el objeto de la misión de la compañía puede ayudarlo a recuperar el amor por el trabajo.

    4. Rodéese de gente que quiera su trabajo

    Las emociones son contagiosas. La gente que odia su trabajo tiende a irradiar su negatividad; los que disfrutan su trabajo generan felicidad. Si quiere tener una actitud más positiva, vea de quién se rodea y qué actitud traen a la oficina.

    5. ¿Aún sigue descontento? Piense en cambiar de empleo

    Luego de agotar estos pasos, puede concluir que es hora de abandonar el barco. Si la distancia entre sus expectativas y las de la compañía es insuperable, si ha atendido todas las clases que se le ofrecieron y participó de todas las conferencias y sigue sin entusiasmo en el trabajo, si consideró su actitud y sigue teniendo que esforzarse para salir de la cama el lunes por la mañana, puede ser hora de cambiar.

    Cerca del 80% de las compañías que operan en el Ecuador son empresas familiares. Cortesía del IDE BUsiness School
    Cerca del 80% de las compañías que operan en el Ecuador son empresas familiares. Cortesía del IDE BUsiness School
  • El 1 de abril se conmemora el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo

    Desirée Yépez
    Redacción Revistalideres.ec

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    Las emociones positivas incrementan hasta en cinco veces la creatividad en una persona. También favorecen la toma de decisiones e, incluso, pueden influir positivamente en un médico en el momento de realizar un diagnóstico. Por eso, desde 1996, se conmemora a escala mundial el Día Internacional de la Diversión en el Trabajo.

    Playfair, consultora estadounidense, desarrolló la iniciativa que se celebra cada 1 de abril. La efeméride busca recordar que el trabajo no tiene por qué ser gris, que la seriedad no requiere solemnidad, y que el humor ofrece beneficios en cualquier organización, incluso en momentos de crisis.

    Eduardo Jáuregui
    , psicólogo y fundador de la consultora española Humor Positivo, sostiene que hay quienes piensan que diversión y trabajo no pueden ir de la mano, a lo que él responde que para hacer el trabajo bien no hay que sufrir. “La realidad es que cuando mejor trabajamos es cuando estamos disfrutando”, explica.

    Si se sabe que el humor reduce el estrés, estimula la motivación, potencia la creatividad y cohesiona los equipos humanos, en Humorpositivo.com se ofrecen algunas alternativas que, sin afectar el ritmo de trabajo, permiten celebrar un día a favor de la distensión.

    Sesión de papiroflexia: El origami es uno de los pasatiempos de oficina más tradicionales y baratos. Con imaginación es posible transformar una hoja de papel en una flor, un sombrero, un avión, un dinosaurio…

    Mini festival de video: El proyector que usualmente se destina para presentaciones corporativas puede ser usado, en este día, para que cada miembro del equipo escoja un video divertido, de no más de un par de minutos de duración, y lo proyecte durante la hora de la comida. Al final, pueden escoger los mejores.

    Concurso de aviones de papel en el pasillo: Las pilas de papel para reciclar pueden fomentar una competencia sana de aviones. El ganador puede llevarse un premio simbólico que lo haga poner de buen ánimo.

    ‘Terapia’ musical
    : Un momento de la jornada donde se escriban canciones divertida en torno a la crisis. Se recomienda modificar la letra de una canción conocida. La actividad puede realizarse por áreas o grupos, con premio para la mejor letra e interpretación.

    Golosinas: Al personal le caen bien las sorpresas que incluyen dulces o alguna comida diferente. Todo esto auspiciado por los directivos de la empresa.

    Inocentada: Preparar una broma para todo el equipo pone de buen humor a los colaboradores.​

    En el 10% de la felicidad de una persona inciden las condiciones externas. Inimagine
    En el 10% de la felicidad de una persona inciden las condiciones externas. Inimagine
  • Ejecutivos autoritarios son parte del pasado

    Portafolio de Colombia. Grupo de Diarios América (GDA)

    En las últimas décadas, temas como la inteligencia emocional, la globalización, el clima laboral, la productividad, la calidad de vida, la convivencia y la generación han hecho que el estilo de liderazgo en las empresas esté cambiando.

    Los altos ejecutivos autoritarios, encerrados en su oficina, tomando decisiones sin consultar cada vez son más parte del pasado y eso lo refleja un reciente estudio adelantado por la consultora internacional en talento humano Korn Ferry.

    Esta firma analizó las evaluaciones de 360°, que 743 altos ejecutivos de todo el mundo han realizado con la compañía, lo cual arrojó que el 70% corresponde a cuatro estilos de líderes más comunes: el experto, el participativo, el carismático y el orientado a la gente.

    «Los ingredientes claves para el liderazgo eficaz de una organización ya han sido analizados y se llaman la inteligencia y sentido común para establecer la estrategia; el coraje, el impulso y las habilidades para ejecutarla con eficacia, y la visión, influencia y habilidades interpersonales para ver venir los problemas.

    Es raro hallar todas estas cualidades en una sola persona, pero, afortunadamente, la investigación ha encontrado que ser fuerte en un puñado de cosas, si son las cosas correctas, es suficiente. Los líderes exitosos suelen tener desde cuatro hasta siete fortalezas imponentes, pero no deficiencias evidentes», comenta el estudio de la consultora.

    El análisis también muestra, sin que implique que un tipo de líder es más eficiente que otro, que los expertos y carismáticos suelen tener más presencia en los altos niveles gerenciales (32 y 12% respectivamente), mientras que los orientados a las personas se mueven frecuentemente en los niveles de baja dirección.

    Lo cierto en todo esto es que las organizaciones buscan cada vez más líderes integrales, que combinen lo técnico con las relaciones interpersonales.

    «Industrias que tradicionalmente eran muy técnicas y lideradas por los expertos se están moviendo hacia el líder participativo, personas más sensibles en el manejo de la gente, mejores motivadores, que se preocupan más por integrar a las personas», comenta Rafael Ortega, Leadership and Talent Consulting, para la Región Andina de Korn Ferry.

    El participativo suele ser más balanceado en sus habilidades técnicas, capacidad de pensamiento y manejo de la gente. Las personas en este grupo combinan la inteligencia con las habilidades individuales. Además, guiados por la ética más que por el deseo de obtener resultados, los ‘socios con principios’ son más dados a juzgar el mérito de una idea sobre la base de los principios organizacionales, valores personales y justicia.

    También ellos prueban que son socios creíbles y confiables, que tienen sus propias ideas, pero están en capacidad de detenerse y mirar las de otros.

    Los participativos también entregan resultados consistentes, pero probablemente no serán los que lideren a la gente, detrás de una idea muy innovadora y trascendental. Sus debilidades, sin embargo, reducen la fuerza de algunas de sus fortalezas. Ellos son inteligentes, pero no estratégicos; expertos en profundidad, pero no innovadores.

    Líderes participativos
    Otras características.  Su conocimiento y habilidad los lleva a ser calmados y colaboradores, más que genios explosivos o rompedores de esquemas. Son fuertes en ética e integridad, pero no siempre se puede contar con ellos para actuar en situaciones difíciles.Los puntos fuertes para desarrollar.  Sabe escuchar, es paciente, cuenta con habilidades técnicas, tiene fuerza intelectual, tiene ética y valores.Las debilidades.  Los participativos debieran potenciar en gestión de la innovación, habilidades de dirección, manejo de conflictos, motivar a los demás y capacidad de visión y gestión.

  • ¿Es rentable un espacio grato de trabajo?

    Arturo Castillo. Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    De tanto en tanto, las empresas despiertan bruscamente a la realidad, cuando en medio de sus afanes de la excelencia, la calidad total, de supuestos como ‘amor por lo que se hace’, ‘pasión por el trabajo’, ocurren conflictos de convivencia y comunicación, que enrarecen la atmósfera laboral.

    Efectivamente, pese a todas las consignas y clichés, especialmente formulados en la misión y visión, los hechos demuestran que los problemas empresariales radican en naturaleza humana, en el afán de poder, en la egolatría.

    De otra parte, el ensimismamiento empresarial, que pone énfasis estrictamente en el éxito económico, relega a la persona, convirtiéndola en una herramienta, en un medio para alcanzar el fin de la ganancia.

    Muestra de ello es la escasa inversión que las compañías hacen para generar espacios gratos de trabajo. Parece poco rentable gastar en acciones orientadas a hacer del entorno laboral algo estimulante, efectivamente inspirador.

    Obviamente, el buen ambiente no es responsabilidad exclusiva de los empleadores. Cada individuo, cada colaborador de una compañía, con sus actitudes, incide, para bien o para mal, sobre los demás.

    Por lo general, los conflictos están presentes en todas las empresas, inclusive en aquellas que están integradas por gente ‘educada’. La ‘alcurnia’ académica, sin embargo, no es garantía de un ambiente relajado y respetuoso, basado en la empatía.

    Lo que podría llamarse guerra de egos, es capaz de echar por la borda los buenos propósitos de la organización, que quiere gente productiva, obediente, razonable, cooperadora, amable. Puede que inclusive establezca programas y estrategias para tener al personal trabajando en paz y con eficacia. Pero hay algo en la condición humana que la hace ingobernable, insufrible.

    El asunto es que la cohabitación laboral deja emerger aspectos como la envidia, el orgullo, la pereza, la intriga, la falsedad, aspectos ‘gratamente’ humanos.

    Resulta difícil, si no imposible, evitar la irrupción de estas conductas en la cotidianeidad de las empresas.

    Los buenos propósitos no impiden que inclusive los individuos académicamente virtuosos, un momento dado pierdan los estribos y se comporten como gente común y corriente.