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  • Las ciudades, contra el cambio climático

    Agencia EFE

    Una plataforma que pone en contacto a empresas de autobuses para evitar trayectos vacíos, tráileres eléctricos para paquetería o traviesas de tren de plástico son algunas ideas que, poco a poco, pueden cambiar las ciudades, donde se ganará o perderá la batalla contra el cambio climático que vive el planeta.

    En las ciudades es donde más de la mitad de la población vive hoy en día, consumiendo dos tercios de la energía mundial, que representa más del 70% de las emisiones globales de CO2.

    Por eso, son estas las que tienen que convertirse en epicentro de las ideas innovadoras para inclinar la balanza hacia la descarbonización profunda, la economía circular y la sostenibilidad.

    Esta es una de las conclusiones que los expertos defendieron en la Cumbre de Innovación del Clima 2017 celebrada la semana pasada en Milán y organizada por EIT Climate-KIC, una asociación público-privada de la UE que tiene entre sus objetivos el impulso de una economía de carbono cero a través de la formación, innovación y emprendimiento.

    Bajo el lema “Ciudades, palancas del cambio”, esta cumbre reunió en la Fabrica del Vapore de Milán a más de 500 representantes de empresas y organizaciones, además de emprendedores e investigadores, para debatir sobre estrategias y oportunidades de la economía circular -fabricación, uso y retorno-, consumo local, energía o bienestar.

    El director general de EIT Climate-KIC España, José Luis Muñoz, dijo que el cambio hacia una economía baja en carbono pasa por nuevas ideas empresariales, pero no solo: hay que implicar a toda la sociedad.

    Muñoz explicó que, en definitiva, este cambio de mentalidad -tanto en los negocios como en la ciudadanía en general- tiene que venir poco a poco y “no por decreto ley”. Se trata de ofrecer alternativas viables y basadas en datos fiables, aseguró el experto, quien como ejemplo puso el de la prohibición de circular los coches en el centro de las grandes ciudades, una decisión que no puede implantarse de un día para otro.

    El objetivo es que los ciudadanos vean el beneficio de esta y otras iniciativas y se conviertan luego en demandantes de ideas nuevas y sostenibles que mejoren sus vidas y cambien las ciudades.

    Así, cuando en parte exista esta demanda la apuesta de los inversores por estas “ideas verdes” aumentará, apuntó Muñoz, para quien, si bien hay que ser más pacientes que en otros sectores el retorno llega: con la economía verde se puede hacer ya buen negocio.

    En este sentido, EIT Climate-KIC anunció la puesta en marcha de un laboratorio para tratar de superar las barreras financieras que aún hoy existen para poner en marcha proyectos críticos de mitigación y adaptación climática; el objetivo es atraer y movilizar -del sector privado y público- USD 500 millones para acelerar ideas.

    En la cumbre se presentaron algunas de estas iniciativas innovadoras ya en marcha y/o que buscan financiación. Entre ellas, una italiana, Greenrail, que produce traviesas de tren a partir de plásticos y neumáticos; según uno de sus promotores Emanuele Occhipinti, en el mundo se generan 4,8 millones de toneladas de basura al día y esta se puede aprovechar: cada kilómetro de vías de tren fabricado con estas traviesas reutiliza más de 35 toneladas de plásticos reciclados y restos de neumáticos.

    La española Lowbus presentó una plataforma en línea para poner en contacto a empresas de autobuses y que reduzcan sus trayectos vacíos de pasajeros, disminuyendo así las emisiones de CO2. Por su parte, Nüwiel (Alemania) mostró sus “tráileres inteligentes” para transportar hasta 150 kilogramos por las ciudades.

    La alemana Nüwiel mostró sus “tráileres inteligentes” para transportar hasta 150 kilogramos por las ciudades. Foto: Nüwiel
    La alemana Nüwiel mostró sus “tráileres inteligentes” para transportar hasta 150 kilogramos por las ciudades. Foto: Nüwiel
  • Ban pide el apoyo de las empresas al combate contra el cambio climático

    Agencia EFE

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    El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apeló hoy, 8 de diciembre del 2015, a las empresas a aportar su contribución en la lucha contra el cambio climático, al tiempo que se congratuló de los avances que han hecho en los últimos años.

    «Para no superar el objetivo de 2 grados centígrados de calentamiento hay que ir más rápido y más lejos. Y es necesaria la participación del 100% de las empresas», señaló Ban durante la apertura de una reunión de unos 60 empresarios dentro de la iniciativa ‘Caring for climate’ englobada en la cumbre del clima de París (COP21).

    El mandatario de la ONU aseguró que muchas empresas han comprendido los riesgos que corren con el calentamiento climático y las oportunidades económicas que abre su combate. «Empresas e inversores piden un acuerdo fuerte en París, que enviará así una buena señal a los mercados», señaló.

    Ban también mostró la importancia de que las empresas pidan un precio del carbono como herramienta para luchar contra el cambio climático, porque permite «hacer pagar a las emisiones» y «transferir las inversiones hacia las tecnologías verdes».

    En el mismo encuentro, el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, destacó las oportunidades económicas que supone «la transición hacia una economía con bajas emisiones» y afirmó que el éxito de la cumbre del clima de París residirá «en la señal que se envíe a los mercados».

    El director de la ONU, Ban Ki Moon solicitó a las empresas unirse para combatir el cambio climático. Foto: EFE
    El director de la ONU, Ban Ki Moon solicitó a las empresas unirse para combatir el cambio climático. Foto: EFE
  • El cambio climático alteró la cosecha de arroz

    Evelyn Tapia (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las hectáreas cosechadas se redujeron un 27% hasta junio, debido a los cambios de clima que este año ha soportado el Litoral ecuatoriano, especialmente en Los Ríos y Guayas, en donde se produce la mayoría del arroz.

    El clima que soportó el Litoral ecuatoriano le jugó una mala pasada al sector arrocero durante el primer semestre del año. Las lluvias, que se extendieron dos meses más de lo previsto, afectaron la productividad de las hectáreas en las que se siembra el grano y a las puertas de la segunda época de cosecha del año, los agricultores están atentos ante un posible Fenómeno de El Niño.

    La gramínea se siembra en unas 411 000 hectáreas aproximadamente. Según el último Censo Nacional Agropecuario elaborado en el 2012 por el Ministerio de Agricultura (Magap), en Guayas y Los Ríos se concentra la mayor parte de las hectáreas sembradas (383 000 ha).
    Para el sector arrocero, la cosecha más importante del año es la invernal, es decir, la que se realizó entre mayo y junio.

    Javier Chon, presidente de la Corporación de Industriales Arroceros del Ecuador (Corpcom), explica que las hectáreas sembradas fueron considerablemente inferiores en esta primera cosecha, principalmente en Los Ríos. Las hectáreas cosechadas pasaron de 218 000 de abril a junio del 2014 a unas 158 000 en ese mismo período del 2015, según los datos de Corpcom.

    De acuerdo con las previsiones de los agricultores, este año se esperaba que las lluvias en la Costa se extendieran hasta abril, sin embargo, se registraron precipitaciones hasta junio.
    “En enero tenían que comenzar las primeras lluvias y no se dieron, hubo sequía ese mes y luego llovió hasta junio. Eso nos afectó porque cuando llueve de más, el grano se cae. Ya hay un 30% de pérdidas en la producción”, dice Nelson Burgos, productor arrocero del cantón Colimes, en Guayas.

    Cuando las lluvias provocan la caída del grano, los agricultores suelen decir que el arroz tiende a “acamarse”, explica Julio Carchi, vicepresidente de la Junta de Riego del Plan América en Guayas. Esta situación, añade el dirigente, provocó que la producción de arroz decaiga un 20% en la primera cosecha del año.

    Al clima también se le atribuye un incremento en las plagas. “El clima proliferó hongos y enfermedades. Tenemos una enfermedad que se conoce como ‘enrollador de la hoja del arroz’, el ‘vaneamiento del arroz’, el gusano ‘barrenador’. Con el caracol ya nos acostumbramos a vivir, en el caso del gusanito el problema es que a veces no se lo identifica a tiempo”, explica Carchi.

    Esta situación obliga a los productores de arroz a elevar los costos de producción, debido a que se suele invertir hasta USD 200 por hectárea para control de plagas, detalla Burgos.
    La situación que atraviesa el sector arrocero ecuatoriano no es aislada. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alertó en julio pasado, que debido a las condiciones climáticas, en particular las precipitaciones, los rendimientos de los cultivos se verían afectados.

    “En términos absolutos, los países más afectados por el descenso de las perspectivas fueron India, República Democrática de Corea, Filipinas, Nepal, Tailandia y Vietnam”, indica el informe elaborado por la FAO.

    El organismo internacional reconoció que las plagas y las lluvias han representado un desafío en el caso puntual de Ecuador, sin embargo, el informe hace hincapié en que los precios “atractivos” que ha tenido este año el arroz han incentivado al sector.

    En el 2014, el saco de 205 libras alcanzó los USD 37, mientras que este año llegó a 48. El incremento de los precios es el resultado de los bajos inventarios que mantiene el país y la baja de producción.

    Pero para Chon, vocero de Corporación de Industriales Arroceros, esta situación no es beneficiosa, porque la capacidad adquisitiva de la cadena de comercialización se afecta ante el precio del producto y el consumidor final es el más afectado. “Adicional a los precios que se ofertan en las piladoras, existe un incremento hasta llegar al consumidor, debido a la rentabilidad que debe mantener la cadena de comercialización para el abastecimiento a la población”.

    A las puertas de la cosecha de verano, prevista para septiembre, los arroceros están atentos a las noticias sobre un posible Fenómeno de El Niño. Si este se diera en el primer trimestre del 2016, con lluvias fuertes, impediría la cosecha de unas 56 000 toneladas métricas.

    Los agricultores esperaban que las precipitaciones lleguen hasta abril, sin embargo se extendieron hasta junio. Ese cambio afectó la producción durante la cosecha invernal. Foto: Mario Faustos/LÍDERES
    Los agricultores esperaban que las precipitaciones lleguen hasta abril, sin embargo se extendieron hasta junio. Ese cambio afectó la producción durante la cosecha invernal. Foto: Mario Faustos/LÍDERES