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  • Un cobranza inteligente ayuda durante las crisis

    Carolina Enriquez

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    Los dos últimos años han sido económicamente difíciles y a las empresas les ha tocado idearse formas para cobrar deudas a clientes.

    Para ello cuentan con sus propios departamentos de cobranza, así como con empresas especializadas en estas acciones. En algunas, incluso, son los dueños quienes hacen esa tarea.

    La compañía que produce y comercializa los Helados Coqueiros, por ejemplo, se encarga de la cobranza a través de sus propios vendedores (cinco). “Hacemos lo que está a nuestro alcance. Cada vez que ellos van a provincias, que es una vez al mes, cobran lo que el cliente debe. Si no paga se suspenden los despachos hasta que este nivele su cartera”, indica Javier Bustos, gerente general.

    Esta firma del sector de alimentos prefiere manejar sus pagos al contado. Sin embargo, existen clientes a los que vende a crédito.

    La pérdida cuando alguien no paga a una firma es doble: por el costo financiero que representan los ingresos no recuperados y porque se deja de vender a un determinado cliente.

    Esta situación la ha vivido Helados Coqueiros durante el último año. Las mayores dificultades para la cobranza no están en la capital sino en las provincias.

    Bustos asegura que pese a que las deudas de los clientes impactan a la empresa, también es necesario manejar el tema de forma humana. “Se trata de personas, no de números. Partiendo de eso hay que respetar las políticas de la compañía, pero también entender la situación del cliente”.

    Expertos en finanzas aseguran que una herramienta básica para la gestión de cobro es la comunicación que ofrece, incluso, posibilidades para la negociación. También es clave llevar un control de contabilidad con los montos de la cartera por cobrar, los nombres de los morosos, entre otros datos.

    Una recomendación básica es no aceptar las excusas de los morosos. Si el equipo de cobranzas de una empresa no logra resolver esto es mejor encargar el proceso a firmas especializadas.

    Bajo este mecanismo trabajan los bancos o las cadenas de almacenes. Esto les garantiza tener un control sobre el moroso y dejar por sentado que en el caso de que no se pague lo adeudado se iniciarán acciones legales.

    Las empresas con personal especializado de cobranza dentro de su nómina explican que realizan un seguimiento permanente. Eso sucede en la firma fabricante de detergentes Proquim. Mónica Torres, encargada de la recuperación de cartera de esta firma, explica que la situación se maneja de manera distinta entre clientes del sector público y privado.

    En el primer caso no tuvo problemas con casas de salud, como el Hospital de Yaruquí y la Maternidad Isidro Ayora. Pero aún no ha podido cobrar una deuda con un hospital público, en el sur de la ciudad. “A este último le dejamos de despachar. Hemos aplicado el control de cobranzas”, dice el gerente, Christian Ponce.

    La empresa no ha tenido problemas en el cobro de haberes de empresas privadas grandes como los supermercados. “Nos beneficiamos de una regulación de la Superintendencia de Control de Poder de Mercado, que exigió a estas firmas pagarnos en máximo treinta días. Están cumpliendo”.

    En el caso de las ventas menores a USD 500 decidieron que se pague al contado. La persona encargada del despacho de producto también se encarga de la cobranza a cada cliente moroso.

    Torres explica que en algunos casos este trabajador se encarga de recoger los cheques y en otros, luego de su notificación por teléfono a los deudores, ella constata las transferencias a la cuenta.

    A los clientes que dejaron de pagar, simplemente, ya no les entregan el producto. Para los más cumplidos, sin embargo, hay beneficios como el otorgamiento de crédito. “Les damos 30 días para que realicen el pago”, dice Torres.

    Tras conversaciones y convenios la empresa ha logrado que algunos deudores, máximo demoren una semana en pagar. Los incumplidos sí han sobrepasado hasta los 60 días de mora.

    En el caso de otras empresas, como la licorera Edca, el proceso de cobro está a cargo del propio gerente, Edy Castillo. “Tenemos cartera vencida, que corresponde al 50% del total que hemos vendido en lo que va del año. Nos hemos apersonado para recuperarla”.

    La compañía provee a negocios pequeños, medianos y grandes. Entrega créditos a 60 días, pero dadas las condiciones de la economía ha tenido que extenderlos entre 120 y 150 días. “Entendemos la situación y hemos dado flexibilidad en los pagos”.

    Las empresas tienen varias formas para cobrar sus deudas. Algunas lo realizan con personal propio y otras contratan compañías especializadas. Foto: Ingimage
    Las empresas tienen varias formas para cobrar sus deudas. Algunas lo realizan con personal propio y otras contratan compañías especializadas. Foto: Ingimage
  • La cobranza puede ser un dolor de cabeza

    Redaccion Guayaquil (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El proceso de cobranza de cartera vencida puede resultar un verdadero dolor de cabeza para las empresas, mucho más al inicio de cada año, cuando el festín de compras navideñas y de fin de año ha pasado y los negocios se enfrentan a clientes con sus billeteras vacías.

    “En enero la gente suele quedar un poco corta con relación a su capacidad de pago, porque se ha endeudado de tal forma que se gastó todo, incluso el decimocuarto sueldo”, dice Larry Sotelo, gerente de Servinco, una firma prestadora del servicio de cobranza y asesoría legal.

    ¿Cómo hacer para que el cliente pague y que lo haga sin que la compañía se vea afectada en el tiempo? Para Sotelo, las empresas deben ante todo prevenir llegar a las acciones de cobranza, a través de un conocimiento previo del historial crediticio de los clientes.

    Las empresas empiezan a observar cómo los clientes se complican con sus pagos desde enero y arrastran su morosidad hasta marzo o abril. Muchas firmas han entendido las razones del porqué muchos clientes son reticentes a pagar antes, y esperan a que cierre el primer trimestre del año para empezar a cancelar sus deudas.

    En el caso de Ecuador las razones, explican los expertos, están a la vista y se relacionan con el pago del decimocuarto sueldo, que se realiza en marzo en la región Costa; y de las utilidades que reparten las empresas del sector privado, en abril.

    Muchos negocios han sacado ventaja de esta particularidad en los ingresos del cliente ecuatoriano y han implementado estrategias de ventas en esa dirección. Ahora resulta usual que muchos negocios ofrezcan cobrar las compras de diciembre recién en marzo, o sea, tres meses después.

    “No es una simple estrategia de vender más, también es una estrategia inteligente de cobranza. Aprendieron a seguirle el juego al mercado, y no irse en contra de este”, manifiesta Sotelo.

    En la tarea de cobranza, los negocios deben lidiar con dos tipos de clientes: los individuales y los corporativos. Cuando se trata del primer caso, de créditos corporativos con descuento al rol de pagos del empleado, los expertos recomiendan que el negocio califique a la empresa a la que va a hacer el descuento, mas no al trabajador.

    Por el contrario, cuando se trata de crédito directo al trabajador, resulta importante, coinciden, en revisar el comportamiento crediticio que registra la persona, en base a los datos que proveen los burós de información crediticia. Estos manejan el historial de comportamiento de pago.

    El proceso de cobranza atraviesa diferentes etapas, según el nivel de reticencia del cliente a pagar. Sotelo recomienda evitar en lo posible llegar a instancias judiciales, especialmente cuando se trata de deudas manejables.

    “Cuando se trate de una deuda relativamente pequeña, que usualmente no supere los 1 000 dólares, porque el costo que representaría ir a un juicio, contratar a un abogado, resultaría costoso”.

    En ello coincide Gino Erazo, senior partner en Ecuador de KPMG, firma multinacional especializada en servicios de auditoría y consultoría para compañías. “En tiempos de escasez hay que maximizar nuestras acciones de cobro. Dentro de esas estrategias de cobranza, sin embargo, hay que ser flexibles porque hay que considerar que la capacidad de pago de los deudores puede estar afectada”.

    Para el experto, llegar a la etapa de cobranza vía judicial se vuelve muy oneroso, y demasiado traumático para las partes. A su criterio, un gestor de cobranza debe considerar ofrecerle al deudor cierto oxígeno, que le permita refinanciar o reestructurar sus deudas.

    Las empresas de cobranzas conocen que la dificultad para recuperar cartera vencida tiene varios orígenes y que, en cierta medida, esta depende del tipo de negocio. En ese sentido, las firmas de cobranza coinciden en que los perfiles de las compañías que caen en mora cambian de año en año.

    “Hoy por ejemplo tenemos dificultades con las empresas constructoras, debido a que tienen una limitación en cuanto al pago, relacionada con la coyuntura económica actual de Ecuador”, explica Sotelo.

    Su empresa de cobranzas lo ha comprobado: desde julio del 2015 los clientes que buscan sus servicios se han incrementado en más de un 40%. A criterio de Erazo, las empresas también deben trabajar, a través de la ayuda de firmas especializadas, en el diseño de procesos y metodologías lo suficientemente eficientes para lograr una disminución de los períodos de morosidad.

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