Etiqueta: cocinas

  • Las ‘cocinas fantasmas’ crecen frente a la crisis

    Patricia González

    redaccion@revistalideres.ec

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    Solicitar comida desde una aplicación móvil se ha vuelto una forma recurrente de pedir comida a domicilio. Esta industria que crece globalmente ha propiciado el auge de las llamadas ‘cocinas fantasmas’, en las que no existe un restaurante físico de atención al consumidor.
    El concepto se ha popularizado en países del primer mundo y en las grandes urbes de América Latina. La tendencia llegó a Quito.

    Rafael Chiriboga, Pedro Meneses, Belén Ubidia, Diego Meneses y Martín Iturralde juntaron sus conocimientos en administración de empresas, tecnología, mercadeo y gastronomía para incursionar en este novedoso mercado con esta empresa.

    Con un capital inicial de USD 50 000, en diciembre del año pasado lanzaron a través de canales virtuales y en varias aplicaciones de entrega Burger Lab, la primera marca de cocina virtual de Lab Restaurants.

    Al no haber atención al público, solo requirieron de un pequeño local para instalar la cocina –ubicada en el norte de Quito–, con lo que disminuyeron costos operativos, explica Rafael Chiriboga, gerente general.

    En el ‘laboratorio de sabor’ se preparan hasta 10 tipos de hamburguesas, que pueden adaptarse a versión vegetariana o de pollo. “Nos enfocamos en los sabores y en las salsas”, comenta Martín Iturralde, chef del emprendimiento. Algunas hamburguesas se identifican por la salsa o algún ingrediente que destaque: Lab Pesto, Lab Ají, Lab Aguacate, Lab Mango (con mango rostizado). Se pueden pedir en combo con un ‘mix’ de papas y camote.

    El restaurante virtual amplió su oferta en mayo: Chicken Lab y Wing Lab son sus nuevas marcas. Por día recibe en promedio 25 pedidos, con lo que facturan cerca de USD 10 000 al mes.

    Andrés Camacho, vicepresidente de la Agremiación de Restaurantes de Pichincha, es propietario de una ‘cocina fantasma’ que maneja cinco marcas en distintas variedades de comida: Focaccia, Nacho Camacho, Healthy Xpress, La Criolla y Chef Cama. Algunas nacieron bajo esta modalidad y otras cuentan con restaurante físico y se están expandiendo por la ciudad de esta manera, por la diferencia en costos en comparación a abrir un local nuevo.

    El representante gremial explica que esta tendencia irá en aumento por varios factores. Por un lado, los altos costos de un arriendo en una zona comercial, que se puede llevar hasta un 25% de la facturación. Por otra parte, la crisis económica que atraviesa el país, agravada con la pandemia. “El cliente ya no va a consumir afuera igual que antes, porque muchos se quedaron sin trabajo o les bajaron el sueldo”.

    Recalca que es importante invertir en marketing y redes sociales. También considera que no se debe reducir la entrega a las aplicaciones de ‘delivery’, puesto que estas se llevan entre un 18 %y 30% de la facturación.

    Estas ‘apps’ solo cubren cinco kilómetros a la redonda de la ubicación del local. Es por ello, además, que las “cocinas fantasmas” se apoyan con repartidores particulares para llegar a zonas más alejadas.

    La modalidad ganó impulso con la pandemia. Angus Burger salió al mercado hace dos meses. La idea inicial era de restaurante presencial, pero en medio de una cuarentena que mantenía a la gente confinada en sus casas decidieron lanzarse solo como ‘delivery’, explica Daniel Ponce, propietario de la marca, quien invirtió cerca de USD 20 000 de capital inicial.

    El elemento diferenciador de este emprendimiento de hamburguesas es la carne, que es 100% angus (un tipo de raza de ganado), importada desde EE.UU. “Esto la hace premium. El sabor es espectacular”, comenta. El menú es sencillo, ofrecen una hamburguesa simple (carne de 120 gramos) o doble (240 g), a la que el cliente puede añadir distintos ingredientes a su gusto. Sus pedidos llegan desde el centro hasta el norte de Quito y al valle de Cumbayá.

    “La comisión que nos cobra la ‘app’ de entrega es alta, pero menor a los gastos que nos generaría un local con atención al público”, comenta el propietario.

    Muchos emprendimientos de comida nacen en la cocina de una casa. Si bien no son propiamente una ‘cocina fantasma’, algunos se encaminan hacia allá. Es el caso de Sushimoto Express, especializado en sushi y otros platos de mar, que arrancó en octubre del 2019 con entregas a domicilio a través de una ‘app’ de entrega y por cuenta propia, en el norte de Quito. Con el crecimiento que han tenido en los últimos meses, esperan profesionalizar la cocina y fortalecer el ‘delivery’, explica Lucas Rincón, propietario.

    Las aplicaciones de entrega están dando impulso a este tipo restaurantes. En Latinoamérica, Rappi tiene asociados más de 300. Alejandro Freund, gerente de la aplicación en Ecuador, cuenta que están en conversaciones con empresas de Colombia, Perú y Chile, que desean incursionar en el país con infraestructuras que agrupen a distintas marcas de cocinas fantasmas. “Una especie de coworking, pero solo de comida”.

    Freund asegura que el único objetivo de la firma es promover estos negocios gastronómicos: “Buscamos que se junten distintos emprendedores para que tengan más capacidad de venta, a un menor costo”, dice el vocero de Rappi y agrega que en los últimos cuatro meses está ‘app’ incrementó sus pedidos de comida seis veces.

    24% en promedio cobran las ‘apps’ por comisión de venta a las ‘cocinas fantasmas’

    La cocina fantasma de  Lab Restaurants se encuentra en el norte de Quito. El chef Martín Iturralde dirige las preparaciones. Patricio Terán / LÍDERES
    La cocina fantasma de Lab Restaurants se encuentra en el norte de Quito. El chef Martín Iturralde dirige las preparaciones. Patricio Terán / LÍDERES
  • La producción de cocinas de inducción bajó en Indurama

    Lineida Castillo. Redactora (I)

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    Los fabricantes de línea blanca del Ecuador cuestionan la importación de cocinas de inducción desde China. Este tema ha generado expectativa en la gente y por eso las ventas de las cocinas nacionales bajaron los últimos dos meses.

    Este 20 de agosto del 2015, en una visita a varias empresas de Cuenca, el ministro de Trabajo, Carlos Marx Carrasco, habló escuetamente de este tema. Dijo que posiblemente el mercado nacional no cubre la demanda y por eso el Gobierno optó por la importación.
    Para el gerente de la firma Indurama, Juan Pablo Vela, el Gobierno maneja mala información. “Le hemos comentado a la ministra Nathalie Cely sobre la capacidad de producción pero estamos buscando una comunicación directa con el presidente, Rafael Correa.

    Vela precisó que como principal socio del programa de cocinas de inducción del Gobierno tiene previsto producir 800 000 cocinas al año y con eso cubre una parte importante de la demanda nacional. Aparte está la producción de otros fabricantes”.

    Pero insistió que la información de que en septiembre llegarían cocinas de inducción desde China, a menor precio, frenó la demanda. El costo de la cocina de inducción más vendida de Indurama cuesta USD 680. Vela mencionó que en junio vendieron 28 000 unidades y en julio apenas 3 000 unidades.

    Este año aspiraban colocar 35 000 cocina por mes al mercado y la demanda es inferior. Con estas cifras, la preocupación de Vela es que la producción diaria se estanque en cualquier momento. “Cuando la demanda se frena, los niveles de producción se reducen porque no podemos producir un producto para guardarlo”.

    La firma Indurama está en capacidad de producir 2 400 cocinas diarias y la producción actual es de 1 300. Vela considera que se debe aclarar a qué sector se entregarán las cocinas provenientes de China y sus características de fabricación.

    Según él, conoce que esas cocinas son para regalar o canjear por las cocinas a gas, a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano (BDH). “Nuestras cocinas son garantizadas, con componentes europeos, respaldos técnicos y acompañamiento de la marca Indurama.

    Este año aspiraban colocar 35 000 cocina por mes al mercado y la demanda es inferior. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
    Este año aspiraban colocar 35 000 cocina por mes al mercado y la demanda es inferior. Foto: Archivo/ EL COMERCIO.
  • Las primeras mil cocinas de inducción chinas llegaron al puerto de Guayaquil

    Lucia Vasconez

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    Este martes 26 de mayo del 2015 arribó el primer lote de 1 000 cocinas de inducción chinas al puerto de Guayaquil. Los artefactos forman parte del primer contrato adjudicado por la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel- empresa pública que aglutina a las empresas distribuidoras de energía eléctrica de la Costa-) a la empresa china Haier, por 20 000 cocinas de inducción.

    Este primer lote fue despachado por transporte marítimo el mes pasado y al momento se encuentran en el puerto ecuatoriano, según lo informó Cnel este martes, en un comunicado. Las demás cocinas de este contrato llegarán progresivamente hasta finales del próximo mes de junio.

    “La Cnel dispondrá de inmediato la realización de los trámites respectivos, ante el Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (Senae) para la desaduanización”, agregó el comunicado.

    Un segundo contrato de cocinas de inducción fue adjudicado a la empresa china Midea por 10 000 artefactos, que llegarán también en junio. El total de las 30 000 cocinas estarán destinadas a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano y serán entregadas, junto al respectivo juego de ollas, por Correos del Ecuador EP.

    La importación de estas cocinas de inducción se financia con el crédito que el gobierno chino otorgó al Ecuador de hasta USD 250 millones, detalló el mismo documento.

    En información emitida el pasado 20 de mayo, también se señaló que la Cnel adjudicó un tercer contrato por 312 000 cocinas de inducción a la empresa china Midea.

    Las cocinas de inducción chinas serán entregadas de forma gratuita a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. Foto refencial: El Comercio
    Las cocinas de inducción chinas serán entregadas de forma gratuita a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. Foto refencial: El Comercio
  • Cocinas de inducción chinas llegarán a Ecuador entre fines de mayo e inicios de junio

    Alberto Araujo. Redactor (I)

    Las primeras 20 000 cocinas de inducción importadas de China para los beneficiarios del bono de desarrollo humano llegarán al país entre los últimos días de este mes y los primeros días de junio. Así lo informó la Corporación Nacional de Electricidad (Cnel -empresa pública que aglutina a las empresas distribuidoras de energía eléctrica de la Costa-) mediante un comunicado emitido la mañana de este miércoles 20 de mayo del 2015.

    Este primer lote es solo de cocinas encimeras, las cuales fueron fabricadas por la empresa china Haier. El despacho se hizo el mes pasado y el producto llegará al país vía marítima.
    Un segundo contrato de cocinas de inducción fue adjudicado a la empresa china Midea por 10 000 artefactos, que llegarán también en junio.

    Finalmente, la Cnel adjudicó un tercer contrato por 312 000 cocinas de inducción a la empresa china Midea. “La firma fue seleccionada luego de un proceso en el que participaron otras seis, dentro de la convocatoria del Gobierno Nacional para comprar electrodomésticos desde China, que se destinarán al Bono de Desarrollo Humano y para la venta al público”, indicó el comunicado, sin precisar los valores de cada una de las adjudicaciones.

    “La empresa seleccionada cumple con los requisitos de seguridad y calidad que solicitó el Gobierno Nacional para esta convocatoria. Incluye encimeras y cocinas con horno”, señaló el comunicado respecto a esta tercera adjudicación.

    El cronograma de entrega de estas 312 000 cocinas se fijará luego de que se concrete la firma del contrato con la empresa Midea, indicó la Cnel.

    La importación de estas cocinas de inducción se financia con el crédito que el gobierno chino otorgó al Ecuador de hasta USD 250 millones.

    Con este dinero se tiene previsto importar 500 000 cocinas de inducción que serán entregadas de forma gratuita a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano.

    También está previsto que se importan hasta 500 000 artefactos adicionales de China para que se vendan a cualquier comprador.

    Las cocinas de inducción chinas serán entregadas de forma gratuita a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. Foto refencial: El Comercio
    Las cocinas de inducción chinas serán entregadas de forma gratuita a los beneficiarios del Bono de Desarrollo Humano. Foto refencial: El Comercio
  • El repunte de las cocinas de inducción salvó el año

    Giovanni Astudillo (I)

    Diciembre pasado prácticamente mejoró el año de las empresas de línea blanca. En ese mes cambió el consumo de las cocinas de inducción.

    Induglob, por ejemplo, vendió 15 000 unidades el mes pasado, que representó un crecimiento exponencial si se compara con el comportamiento que hubo hasta  noviembre. En ese y en los meses previos comercializaba entre 500 y 1 000 cocinas de inducción.

    Según Juan Pablo Vela, gerente de Induglob, que fabrica las marcas Indurama y Global, el cambio de comportamiento se dio porque las cadenas comerciales y distribuidores se comprometieron y mejoraron la gestión de ventas apoyándose en el financiamiento del Gobierno, que otorga hasta 72 meses de plazo.

    Más del 80% de las ventas de estas cocinas pertenece al modelo Praga, que tiene cuatro puntos de inducción con horno eléctrico. Induglob también fabrica las encimeras de dos, tres y cuatro zonas.

    Para este año, esta empresa producirá unas 400 000 unidades al año, principalmente de la cocina con horno, porque allí está el valor agregado ecuatoriano (60% de componente nacional) y para eso está montada su fábrica, que genera 2 500 plazas de trabajo.

    Vela dice que se puede cumplir con la expectativa del Gobierno que es comercializar un millón de unidades de todas las empresas.

    La situación se repite en Ecasa. Según su gerente, Mario Esteban Espinosa, hace cuatro meses prácticamente pararon la producción  de cocinas a gas y sus esfuerzos se orientaron a refrigeradores, congeladores e inducción.

    De este último tipo de cocinas producen 500 unidades al día, de los modelos de encimeras (dos, tres y cuatro puntos de inducción) y de la cocina de cuatro zonas con horno eléctrico. “Hay una muy buena demanda”. Espinosa prevé que en el 2015 duplicará sus ventas de inducción, pero todo dependerá de las políticas que adopte el Gobierno.

    El Grupo Ortiz, que desde noviembre pasado fabrica dos modelos de encimeras de inducción, también tiene expectativas. El ejecutivo, Andrés Tapia, espera que este año la demanda despunte. Producen entre 100 y 200 unidades al día y su capacidad es de 500.

    Pero el año pasado fue complicado para el sector de la línea blanca, que mueve unos USD 250 millones al año, entre el mercado nacional y de exportación.

    Vela dice que fue difícil, pues la demanda de cocinas a gas se redujo considerablemente porque  los consumidores prefirieron conocer cómo avanzaba el Programa de Eficiencia Energética para Cocción por Inducción. Es decir, dejaron de comprar los modelos a gas y no se decidían por los de inducción. Las ventas de cocinas a gas bajaron un 70% e Induglob redujo unas 500 plazas de empleo, que ahora está recuperando.

    También generó preocupación por los inventarios de partes y componentes que reposaban en la empresa y no había una demanda alta para utilizarlos en un tiempo prudencial, dice Vela.

    Y fue complicado, porque hubo problemas en el mercado de exportación de las cocinas a gas. Según Vela, sus ventas a Venezuela se frenaron. El único envío del año pasado se concretó en diciembre y fue por USD 2 millones. Hasta el 2012 sus ventas a ese destino bordeaban los USD 20 millones. En la reducción pesan los esquemas de restricción de importaciones que aplica Venezuela.

    En el caso de Ecasa, dice Espinosa, exportan cocinas a gas a Ecasa Venezuela y le abastecen con el ‘stock’ que tenían. Cuando se acabe ese inventario se reanudará la producción de cocinas a gas para enviar a ese país, a Perú y otros destinos. “Hay muy poca demanda en el país, por lo que estos productos quedaron para el mercado de exportación”.
    En el caso de las refrigeradoras,  las ventas de Ecasa crecieron un 50% este año debido al cambio de la Matriz Productiva que restringió en algo la importación. “También ofrecemos nuevos modelos con ahorro de energía y se mejoró  la calidad”. Para el 2015 se prevé un crecimiento similar.

    Induglob, pese a lo competitivo del mercado nacional, señala Vela, sus ventas crecieron un 20% durante el año pasado. Eso ayudó a compensar en algo lo que ocurrió en cocinas. Vendieron unas 200 000 unidades en el mercado nacional y más de 40 000 para la exportación a Perú, Centroamérica y Colombia.

  • Artialambre convierte a los metales en muebles, cocinas, góndolas

    Sebastián Angulo / Redacción Quito

    ¡Debes aprender algún oficio! Así exhortaban sus padres a Nelson Chicaiza hace unos 60 años. Pero él ya tenía en mente un trabajo: quería convertirse en un artesano del hierro, y así fue. Este cayambeño viajó a Quito cuando tenía 14 años de edad para aprender a forjar el metal.

    Aunque no tenía conocimientos académicos de diseño, Chicaiza comenta que «las formas y figuras estaban siempre en su cabeza», y luego las plasmaba en lámparas y candelabros.

    Ahora, el pequeño taller con el que comenzó Chicaiza, que estaba ubicado en el centro-norte de Quito, se convirtió en Artialambre, una empresa que se dedica a la manufacturación de perchas, góndolas, vitrinas, carritos de supermercado, cocinas industriales y más.

    El año pasado, esta empresa facturó USD 1,8 millones y hoy cuenta con más de 200 clientes, a escala nacional, como supermercados Tía, Familia Sancela, empresas petroleras, entre otros.

    Pero, ¿cómo pasar de un taller artesanal a una fábrica con procesos tecnificados en serie? Esta fue la pregunta que Chicaiza se hizo en 1982.

    La respuesta fue crear su propia compañía y buscar nuevos productos para sus clientes. Para ello, invirtió unos USD 1 000 de sus ahorros para el alquiler de un local en el sector de Santa Clara (centro-norte de Quito), así como para la compra de materia prima, constitución de la compañía, entre otros.

    En principio, la oferta de Artialambre se centró en mobiliario de oficina. Pero para crecer, la compañía firmó contratos para ser proveedor de empresas como ATU y Righetti, dedicadas a la distribución de mobiliario de oficina.

    Gracias a ello, la iniciativa ganó reconocimiento entre los clientes y a la par, sus ingresos se incrementaron. Con las ganancias, Chicaiza invirtió en maquinaria; decidió importar desde Suiza una máquina para pintar.

    En 1990, Chicaiza acudió a una feria de empresas que producían mobiliario para la industria en Miami (EE.UU.). En este evento, él observó las góndolas, y pensó que sería una buena idea que su empresa comience a fabricarlas.

    Con esta novedad llegó al país. Gracias a esta idea, las Fuerzas Armadas le contrataron para equipar sus comisariatos. Los pedidos también incluían carritos de supermercado, que años después, se convertiría en el logotipo de su marca.

    Los pedidos se cumplieron con exactitud y gracias a ello Artialambre decidió incursionar en un nuevo segmento: el equipamiento para supermercados, que a principios de la década de los 90 comenzaban a expandirse en el país.

    Los pedidos crecían y también las exigencias técnicas. Ello requirió la adquisición de maquinaria moderna, como cortadoras y dobladoras. Estas las importó desde Italia y Turquía.

    Pero los autoservicios ya no solo requerían perchas, góndolas y carritos. Algunos de estos centros de compras comenzaron a implementar el servicio de venta de comida rápida, por esta razón necesitaban cocinas industriales.

    Artialambre aceptó el desafío y comenzó a fabricar las cocinas. La manufactura de estos artículos la realizaba de manera esporádica, de acuerdo a los pequeños pedidos que llegaban a la firma.

    Para el 2002, el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas requirió la fabricación de 4 000 cocinas industriales, para el proyecto de Desayuno Escolar. Con otras cinco empresas fabricaron este pedido; el contrato ascendió a USD 5 millones y fue el inicio de la producción masiva de cocinas.

    Entre el 2003 y 2007 la nueva generación se integró al negocio. Ana Gabriela, Eduardo y Hugo Chicaiza ingresaron para gerenciar Artialambre.

    Actualmente, Artialambre cuenta con dos plantas ubicadas en Carcelén (norte de Quito) y tres ‘showrooms’.

    Fanny Campaña, asistente de Compras Locales de Familia Sancela, afirma que trabajan con Artialambre desde hace siete años. Ella destaca la calidad de los productos y el asesoramiento en cualquier momento del día. Al año, esta firma le compra unos USD 25 000.

    Mientras que Andrés Miño, propietario de la Colina del Chef, empresa que brinda servicios de catering, afirma que las cocinas de Artialambre «no le piden favor a una importada».

  • Coca-Codo Sinclair tiene un avance del 71%

    Redacción Quito

    El proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair registra un avance del 71%, lo cual hace prever que en un par de años más podrá entrar en operación. Una delegación del Gobierno, encabezada por el presidente de la República, Rafael Correa, y acompañada de medios de comunicación realizó la semana pasada un recorrido por las obras.

    El mayor proyecto hidroeléctrico del país está ubicado en los límites de Napo, Sucumbíos y Orellana. Ahí se levanta la obra cuya potencia será de 1 500 megavatios, un 50% más que la central hidroeléctrica de Paute (Azuay).

    Hasta el 31 de agosto pasado, los trabajos en esta hidroeléctrica registraron un avance del 71%, según informaron los fiscalizadores de la obra.

    La semana pasada el Presidente de la República realizó la inauguración simbólica de una de las ocho turbinas que tendrá la hidroeléctrica, cada una con una potencia de 187,5 megavatios.

    El Mandatario añadió que gracias a esta obra se podrá exportar servicios energéticos y se podrán aplicar proyectos como las cocinas de inducción. Correa dijo que se ha invertido unos USD 2 000 millones hasta ahora.

    Jorge Carrasco, inspector de la Casa de Máquinas, aseguró que la obra aportará con el 36% de la oferta de energía eléctrica del país.

    Con el ingreso del Coca-Codo Sinclair, además de otras siete centrales hidroeléctricas, el Gobierno prevé reducir el costo de la energía eléctrica, lo que incentivará su consumo y permitirá que los ecuatorianos cambien paulatinamente sus cocinas de gas por las de inducción. Lo anterior significará una reducción del subsidio al gas, aunque se mantendrá un subsidio al consumo eléctrico.

    Desde el 2010

    El inicio. Las obras en el proyecto hidroeléctrico Coca-Codo Sinclair empezaron el 29 de julio del 2010.

    Una de las obras claves. La Caverna de la Casa de Máquinas mide 26 metros de alto y tiene una profundidad de 212 metros. Un aproximado de 350 personas trabajan en la obra.

  • La demanda de cocinas de inducción aumentó en Quito

    Redacción Líderes

    Luego del anuncio del Gobierno de que retiraría el subsidio al gas licuado de petróleo (GLP) para cocinar en agosto del año pasado, el mercado de cocinas a inducción ha experimentado un crecimiento en el mercado.

    En la cadena Home Vega, por ejemplo, se triplicaron las ventas de estos artefactos desde agosto pasado. Miriam Granja, gerenta de Producto de la línea cocinas de esta firma, asegura que al mes, en promedio, venden unas 100. Entre los clientes están el consumidor final de clase media y media alta, así como constructores que ofrecen en sus edificaciones este artefacto instalado.

    Esta cadena comercializa este tipo de cocinas desde hace 10 años y entre las marcas que ofrece están Hove, que se importa desde China; Cata y Teka, desde España; Whirlpool y General Electric, provenientes desde EE.UU.

    En almacenes Sukasa se ofertan tres marcas, como Electrolux, Whirlpool y Frigidaire, cuyos precios oscilan entre USD 300 y 1 400. Este tipo de cocinas, según las vendedoras del local ubicado en el centro comercial El Bosque (ubicado en el norte de Quito), es el que más se comercializa desde finales del 2013.

    «Atrás quedaron las cocinas de gas, ya que en el almacén se realizan pruebas para comparar la intensidad de las dos, y esta cocina hierve la leche hasta 70% más rápido», cuenta una colaboradora del área de ventas.

    En Kywi, solamente se oferta una marca de cocinas de inducción: Teka. Se trata de una cocina de cuatro quemadores y se comercializa en USD 1 468. Y pese a que no existe mucha variedad, las cocinas se venden rápidamente.

    En Cuenca, la situación es distinta. En los almacenes de electrodomésticos del Centro Histórico de la capital azuaya la oferta de cocinas de inducción es limitada y la demanda es baja.

    El ejecutivo de ventas del local Salvador Pacheco Mora, Ángel Campoverde, comenta que las personas solo llegan preguntado por esta alternativa, pero nadie compra. «Prefieren asesorarse».

    En este negocio tienen una encimera de inducción que cuesta USD 450, pero no hay demanda, indica Campoverde. «Hay personas confundidas aún».

    De acuerdo con el análisis que realiza este ejecutivo del mercado local, tampoco existe mucho interés por las cocinas de gas y eso se evidenció en las ventas por el Día de la Madre, que bajaron en relación con años anteriores.

    Origen y costo Las importaciones.  Las cocinas de inducción que se ofertan en el mercado local mayoritariamente llegan desde España, EE.UU. y China.

    Los precios. En los almacenes en los que hizo un recorrido LÍDERES, los costos de las cocinas se encuentran desde los USD 300 a 1 500.

  • DME celulares y cocinas pasan por su sistema de ensamble

    ALBERTO ARAUJO (I) Redacción Quito / LÍDERES

    «No puedes seguir importando». Esas fueron las palabras que recibió Gabriel Garcés de su abogado en enero del 2009, cuando participaba de una de las ferias de electrónica más grandes del mundo en Estados Unidos.

    Gerente y socio fundador de la empresa Desarrollo y Manufacturas Electrónicas Ecuatorianas (DME), Garcés tuvo que dar un giro al negocio que había llevado hasta el momento con esa llamada.

    En enero del 2009, el Gobierno estableció una salvaguardia para los productos importados, elevando así los aranceles con los que ingresaban en el país.

    Esto encareció los precios de los radios, parlantes y sistemas de seguridad para vehículos que, entre otros artículos, Garcés importaba a través de Punto Gama. Fue la primera empresa que constituyó. Por ello, tuvo que dejar de lado las importaciones y pensar directamente en el ensamblaje en el Ecuador, con componentes de producción nacional.

    Con esa motivación y su pasión por la ingeniería electrónica se sumó a otros tres socios para fundar Oxitane Global del Ecuador. Con esta firma incursionó en el ensamblaje de televisores, radios para autos, reproductores de Blue Rays, sistemas de alarmas, parlantes y celulares de las marcas Verycool, JVC e Icesa.

    Esta última empresa, además aprovechó el cupo determinado en el 2012 para la importación de teléfonos móviles y convertirse en una de las pioneras en el ensamblaje de estos productos en el país.

    En el 2013, Oxitane Global se liquidó porque los socios decidieron emprender otros negocios con excepción de Garcés. Junto con Jeanette Cruz -quien era presidenta de Oxitane- conformaron la firma DME, para mantener el ensamblaje de celulares y retomar la producción de otros artefactos electrónicos.

    Con una nómina de 52 empleados, DME ha ensamblado en un año de operaciones -en su planta ubicada al norte de Quito-, 180 000 celulares de seis modelos de las marcas Yezz y Niu. Para ensamblar estos teléfonos, la firma importa las partes desde China y añade un 14% de componentes locales como cajas, manuales, cargadores de energía y software.

    Desde la semana pasada, inició la fabricación del modelo Yezz Andy 3.5 con sistema Android, uno de los primeros ‘smartphone’ ensamblados en Ecuador.

    Jeanette Cruz cuenta que para este año, DME también tiene previsto ensamblar celulares de las marcas iPro (China), Go Mobile (Centroamérica) y una tercera marca asiática.

    Pero además, la firma, desde esta semana, arrancará con el ensamblaje de cocinas eléctricas de inducción dentro del programa de reemplazo de cocinas de gas del Gobierno. Para este año, tiene previsto fabricar 6 000 unidades de cocinas de cuatro quemadores. Adicionalmente, desde diciembre producirá televisores LED y 4K de hasta 65 pulgadas.

    Estos nuevos productos requirieron inversiones por cerca de USD 800 000 y que la empresa duplique el área de su planta para nuevas bodegas y oficinas.

    Edmundo Valenzuela, gerente de Yezz en el Ecuador, indicó que seleccionaron a DME para fabricar sus teléfonos por el alto cuidado de sus procesos y porque sus productos han cumplido con las pruebas de calidad de la marca.

    Estos teléfonos tienen 24 meses de garantía. Actualmente se comercializan solo en el mercado ecuatoriano, pero a finales de año se exportarán a Brasil.

    Los productos Modelos. DME fabricó entre enero y agosto 140 000 celulares de las marcas Yezz y Niu en seis distintos modelos.

    Crecimiento. Para la nueva producción de cocinas de inducción y televisores, DME incrementará su nómina en 40 nuevos operarios este año.

  • La entrada de cocinas de inducción crea opciones de negocio

    Redacciones Quito y Cuenca

    El cambio de las cocinas de gas por cocinas eléctricas de inducción, promovido desde el Gobierno, ha generado altas expectativas de negocio y crecimiento en los sectores nacionales de fabricación de electrodomésticos y ollas.

    Desde el año pasado, el Régimen ha anunciado que busca reemplazar el uso de gas por electricidad para la cocción de los alimentos en los hogares.

    Esto debido a que con la entrada de las nuevas centrales hidroeléctricas como el Coca-Codo Sinclair, en el 2016, habrá mayor oferta de energía barata y se busca que esta reemplace el uso del gas doméstico o gas licuado de petróleo que actualmente es subsidiado e importado.

    Según datos del Ministerio de Electricidad, este subsidio representa anualmente cerca de USD 700 millones. En cambio, con el ingreso de las cocinas de inducción, el Gobierno prevé subsidiar el uso de la electricidad para cocción de alimentos en solo USD 280 millones al año.

    El Ministerio de Industrias anunció que el reemplazo arrancará en agosto próximo y que se esperan en este año reemplazar no menos de 100 000 cocinas, para lograr el cambio de 3,5 millones de cocinas hasta el 2016, año en el que se calcula retirar el subsidio al gas.

    El anuncio ya ha creado una mayor demanda de cocinas de inducción en el mercado, ha ampliado la oferta de estos electrodomésticos y también ha mejorado los precios. Mientras que el año pasado los precios de una cocina de inducción superaban los USD 700, ahora en el mercado se pueden encontrar hasta por USD 300.

    Para el plan de reemplazo, el Régimen convocó tanto a empresas fabricantes de cocinas como de ollas. Esto porque los aparatos de inducción requieren de recipientes ferromagnéticos especiales para la cocción.

    Hasta el momento hay proveedores de electrodomésticos interesados en ser proveedores y al menos cuatro empresas para fabricar ollas.

    Para ello, empresas como Ecasa invertirán cerca de USD 20 millones y prevén destinar el 40% de su producción total a la fabricación de las nuevas cocinas.

    Asímismo, fabricantes de ollas como Umco tienen en agenda la puesta en marcha de una nueva línea de producción de recipientes ferromagnéticos con una inversión de USD 450 000. Esto para comenzar a producir las ollas especiales a partir de septiembre.

    Pero del otro lado, hay fábricas como Aluminios Hércules que no ven rentable el tema. Sus voceros indican que las inversiones necesarias son fuertes y no podrán recuperarlas con el segmento de mercado al que dirigen sus productos.

    Otra firma manufacturera como Ferromedica indica que la convocatoria del Gobierno demanda una gran capacidad de producción que actualmente no poseen y que dejaría a los pequeños productores al margen del programa.

    ¿Demandará la población estos nuevos productos si se mantiene el subsidio al gas? Habrá que esperar hasta agosto.

    3,5 millones de cocinas de inducción es el mercado para la industria nacional.