Etiqueta: collares

  • Una variada oferta de collares indígenas

    Modesto Moreta

    Relacionadas

    Las washkas (collares en español) que comercializa Lucía Aguilar en su joyería están embellecidas con piedras de coral y amatista que usan las mujeres de los pueblos andinos. También las elabora con bambalinas.

    El emprendimiento de Aguilar, oriunda de Otavalo, lo abrió el año pasado con una inversión de USD 2 000. Con el dinero compró las estanterías y maniquíes donde muestra cada uno de los detalles de estas prendas de color naranja y rojo. Ella elabora estos accesorios en forma artesanal.

    El local está ubicado en la avenida 12 de Noviembre y calle Juan León Mera, en el centro de Ambato. Ahí exhibe más de 100 diseños. También da empleo a dos personas que le ayudan en la confección de los collares. Aguilar cuenta que el mercado es bueno, puesto que los jóvenes que trabajan en las cooperativas de ahorro son los principales clientes.

    “Estas prendas visten las mujeres de las comunidades y se complementan con atuendos compuestos por un anaco negro, una blusa negra con bordados, un reboso morado y un sombrero blanco de ala ancha”.

    En cada una de sus obras que las confecciona a mano mantiene esa técnica ancestral. La mayoría de sus creaciones representa al Taita Inti (Padre Sol en español). Según la cosmovisión indígena, los minerales los usaban para absorber y mantener la energía en equilibrio. “En nuestro local todo lo que exhibimos es estilizado, es decir, con diseños juveniles pero sin perder la esencia el color y las formas”.

    Antiguamente las washkas eran elaborados de coral rojo y el veneciano (piedra de colores que representa al arco iris), que fue traído del viejo continente. También con la concha Spondylus, pero tras la conquista se dio esa fusión de los conocimientos y de los materiales. Pero ahora e diseñan con bambalinas que son similares a las originales, caso contrario costarían mucho dinero. El costo de un collar oscila entre los USD 60 y 150.

    María Sisa es una de los clientes frecuentes. La joven del pueblo Pilahuín compra las prendas que diseña Aguilar en su taller. Está alegre porque existen diversos modelos y se asemejan a los que visten nuestras mamas. “Es importante contar con un sitio donde comprar nuestra collares que nos identifican como mujeres indígenas”.

    Sisa llegó a la joyería en buscando un par de aretes de coral y un anaco que usan las mujeres del pueblo Chibuleo. Cuenta que es una alternativa para evitar la discriminación que se da en algunos almacenes. “Ahora tenemos ganado un espacio importante”.

    Según Aguilar, las prendas son hechas a mano y únicas, no ofrece nada en serie, por eso hace especial. “Eso permitió una gran demanda de nuestros productos”, dice la emprendedora.

    Esa es una prenda importante porque se complementa con la ropa compuesta por anaco y bayeta de color negro, bolsa blanca con bordados hechos a mano donde sobresalen la naturaleza, los animales y las montañas.

    Aguilar también comercializa vestimenta indígena con diseños estilizados y ciertos toques juveniles, manteniendo la esencia andina, son un atractivo de los ejecutivos que trabajan en las empresas, instituciones públicas y las cooperativas de ahorro y crédito. La idea es que los chicos vistan algo moderno, elegante, estén a la moda con los collares.

    Algo importante que destacar que los taitas y las mamas también tienen su espacio. En el local se comercializan los trajes autóctonos de los pueblos de Tungurahua y también de Imbabura.

    Lucía Aguilar confecciona los collares y aretes que exhibe en su joyería localizada en el centro de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
    Lucía Aguilar confecciona los collares y aretes que exhibe en su joyería localizada en el centro de Ambato. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
  • Los collares se elaboran con las semillas

    José Luis Rosales  (F)
    Contenido Intercultural

    Relacionadas

    Diana Anrango Ponce y Elena Anangonó Suárez le apostaron a la bisutería como una alternativa de negocios. Hace cuatro años, las emprendedoras aprendieron las técnicas para elaborar collares, aretes y pulseras, con semillas y mullos.

    Esto les permitió abandonar los empleos temporales que conseguían en la siembra o cosecha de maíz, fréjol, caña de azúcar, etc. La iniciativa surgió luego de varios talleres, entre ellos uno de manualidades, que ofreció la Junta Parroquial de Salinas, del cantón Ibarra, en Imbabura.

    Este es uno de los negocios que han florecido en esta localidad afro de 1 935 habitantes, situada en el valle del Chota. La mayoría gracias al turismo, con la llegada del tren.
    Cuando empezaron a entretejer las cortezas vegetales, ‘no tenían ni idea’ de cómo se confeccionaban estos accesorios.

    Anangonó, afrodescendiente de 46 años, rememora que a la mayoría de las 40 mujeres que fueron capacitadas en bisutería no les interesó esta línea artesanal. Sin embargo, con Anrango encontró afinidad para abrir este negocio. Cada una instaló un taller en su casa. Ahí, junto con sus hijos confeccionan estos coloridos y vistosos adornos. Anrango tiene dos hijos y Anangonó, tres.

    El emprendimiento se tornó prácticamente familiar. Incluso, el nombre de la marca Diel lleva las dos primeras iniciales de Diana y Elena, por sugerencia de la familia. Los primeros materiales y herramientas para empezar la producción en serie fueron entregados, al final del primer curso de formación, por la Fundación Codespa, que les auspició.

    La microempresa ha ido creciendo paulatinamente. Los primeros clientes fueron las vecinas de la parroquia. Incluso, comentan, entre risas, que les vendían a crédito. Diel fue reconocida con una de las 23 mejores iniciativas del Programa Imbabura Diversa y Productiva 2014, impulsada por la Prefectura de esta provincia.

    El premio fueron USD 3 000. El dinero lo destinaron al fortalecimiento del taller de bisutería.
    También a la capacitación para mejorar el diseño de los productos. Además, adquirieron materia prima y herramientas.

    Pero quizás una de las alternativas para mejorar las ventas fue la publicación del catálogo de artesanías y bisutería Creaciones Diel, que se presentó el fin de año. En este material impreso se destacan variedades de collares, con nombres sugerentes como Pasión, Diana, Cielo, Catalina, etc.

    Este último es una gargantilla, de color rojo y azul, tejido en piedras, cocos y mullos.
    Lucía Cerón, técnica de la Prefectura, explica que para darle un toque de sobriedad las joyas artesanales llevan etiquetas y tarjetas.

    También dice que una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, camochiche, bisola, azait, acacia, fréjol, san pedro, guairuro, naranja y mandarina.

    Igualmente, destaca los innovadores diseños que van surgiendo. La mayoría son elaborados con diferentes tipos de tejido y con cortezas, mullos e hilos de nailon. El catálogo fue presentado con un desfile de modelos. Jóvenes de esta parroquia lucieron la variedad de collares de semillas, mullos y combinados.

    Con un tono de orgullo, Anangonó comenta que no es la primera vez que las Creaciones Diel han subido a la pasarela. Anteriormente, incluso, fueron el complemento de la colección de ropa denominada Coangue, Glamour y Color, de la artista afroecuatoriana Alicia Villalba.

    Estas prendas étnicas fueron parte del desfile de modas Tendencias Imbabura 2015. Curiosamente, Villalba fue la primera capacitadora de las emprendedoras.
    Las creaciones de Diel se venden en la Tienda del Tren, en la Estación de Salinas. Ahí ofrecen sus artículos a los turistas.

    Anrango comenta que los collares elaborados con semillas naturales cautivan a los extranjeros. Mientras que los mullos sintéticos, a los ecuatorianos. El próximo objetivo es impulsar las ventas por catálogo. La idea es contar con vendedoras en varias ciudades del Ecuador.

    una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, camochiche, bisola,
    una de las particularidades de esta marca es el uso de semillas de tagua, pambil, mandarina, sandía, melón, camochiche, bisola,