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  • El impacto social lo combina con los negocios

    Redacción Quito

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    Pedro Crespo Flándoli no imaginó el alcance que llegaría a tener la campaña ‘Dar una mano sin dar la mano’, lanzada el 18 de marzo del 2020, en medio de la pandemia por el covid-19, por su fundación Donation en alianza con el Ministerio de Inclusión Económica y Social. El objetivo: recaudar fondos para la entrega de canastas alimenticias a familias de bajos recursos.

    En tres meses se lograron entregar 1,2 millones de kits en todo el país. La conciencia social es una de las cualidades que destacan en este emprendedor de 35 años. “Es una persona que siempre ha visto primero por el beneficio colectivo”, dice su amigo Andrés Granda.

    Crespo es un cuencano con raíces italianas. Su abuelo materno llegó al Ecuador, con 22 años, a finales de la década de los 50, desde la ciudad de Módena (Italia) y se estableció en la capital azuaya. “La cultura italiana tuvo peso en nuestra familia. Somos bastante unidos”, dice Pedro. Solo tuvo una hermana menor, pero creció cerca de sus primos por parte de la familia de su mamá.

    Con Franco, su abuelo materno, tuvo especial afinidad, recuerda cuando de niño jugaban juntos en el Atari. Aún conserva esta afición a los videojuegos. Le gusta leer libros sobre espiritualidad y negocios. Y disfruta de las caminatas al aire libre junto a su esposa, María Victoria Mora, y sus perros.

    Ellos son su debilidad. Creció rodeado de perros y hoy tiene cinco, todos rescatados de la calle: Lili, Lupin, Negrita, Pepa y Gato. “Los animales me han enseñado sobre el amor puro, la bondad, el perdón”. Su nivel de conciencia por el respeto a los animales lo convirtieron en vegetariano.

    Se graduó en el Colegio Borja de bachiller en Físico-Matemático. Durante la infancia y juventud practicó atletismo, llegando a competir en los juegos nacionales representando al Azuay. Luego jugó fútbol por varios años.

    La universidad fue una época intensa. Estudió Ingeniería en Sistemas en la Universidad del Azuay y a mitad de carrera comenzó a estudiar, paralelamente, Psicología Organizacional. Fueron ocho años de mucho estudio en los que participó en la dirigencia estudiantil, llegando a ser Presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad del Azuay.

    Por algunos años trabajó para el sector público, vinculado a los temas sociales. Primero como Coordinador Provincial del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, donde impulsó la creación del Observatorio de los Derechos de los Animales Domésticos.

    También laboró para la Prefectura del Azuay, donde coordinó la creación de Mikhuna Banco de Alimentos del Azuay para proveer a personas de bajos recursos. Sobre este tema recibió una capacitación en el banco de alimentos de Houston, Texas (Estados Unidos).

    Estas experiencias lo impulsaron a formar su propia fundación Donation, en el 2017, con apoyo de su esposa y un grupo de voluntarios. Se dedica a apoyar proyectos de impacto social y asesorar a otras ONG para que logren ser autosustentables.

    Emprendió desde muy joven. Siendo estudiante universitario creó un sitio web de entretenimiento, Qenka.com, al que subía fotos de fiestas y ganaba dinero por publicidad. Actualmente rediseña la página para ofrecer contenidos de entretenimiento. Al salir de la universidad montó junto a un socio una discoteca en Cuenca, que funcionó cinco años.

    Aprendió programación de páginas web antes de ingresar a la carrera. Así creó junto a Juan Diego Rodas una empresa para el desarrollo de sitios web, que sería el preámbulo de La Motora, una agencia digital que fundó en el 2008 con Rodas y otros dos socios. Con esta firma, que se mantiene activa, crearon Megabite, una aplicación móvil para solicitar comida a domicilio, que luego de tres años vendieron a la multinacional Domicilio.com, posteriormente adquirida por Glovo. “Nos pagaron cinco veces nuestra proyección de venta de tres años”.

    Paralelamente, en el 2018 creó la start up Piloto Automático, junto a Jonathan Flores y Fabián Pozo, con la que desarrollaron Chofi: una ‘app’ que permite solicitar un chofer para que conduzca el vehículo del usuario que lo solicite.

    Pozo, su amigo y socio, lo describe como una persona extremadamente organizada y con visión comercial. Flores lo considera una persona importante en su vida: “Me ha dado una visión global de la vida y de los negocios”.

    Desde hace cuatro años, Crespo asesora a otras empresas desde su consultora Welfare en temas de estructuración de negocios, procesos, tecnología, diseño, etc.
    ¿Cómo maneja tres empresas y una fundación? “El éxito es una agenda estricta y tener la mentalidad de que menos es más”.

    La hoja de vida
    Ingeniero en Sistemas y Psicólogo Organizacional por la Universidad del Azuay.
    Cofundador  de La Motora, una agencia digital.
    Cofundador  de Piloto Automático.
    CEO de la consultora empresarial Welfare.
    Presidente  de Donation, organización que creó la campaña ‘Dar una mano sin dar la mano’

    El enfoque está en alimentos y animales
    Redacción Quito (I)
    ‘Dar una mano sin dar la mano’ ha sido hasta ahora la campaña con mayor alcance que ha logrado levantar Donation, una fundación que se dedica a recaudar fondos para proyectos sociales de alto impacto, que tiene su sede en Cuenca.

    La iniciativa fue lanzada el 18 de marzo, en colaboración con el Ministerio de Inclusión Económica y Social, con el fin de levantar recursos para la entrega de canastas de alimentos a familias de bajos recursos, durante la cuarentena por el covid-19.

    Más de 200 empresas, incluidas las cadenas de supermercados, se unieron al proyecto como patrocinantes, detalla Pedro Crespo, presidente de Donation.

    En tres meses la plataforma digital de la campaña logró levantar más de USD 2,5 millones para la entrega de cerca de 200 000 canastas. Con la integración de Municipios y organizaciones internacionales esa cifra subió a 1,2 millones de kits, que se han entregado en todo el país con el apoyo del Ejército y la Policía.

    Otro tipo de proyectos en los que se ha enfocado Donation desde sus inicios, en 2017, son las campañas de esterilización para perros en zonas de Cuenca de bajos recursos.

    La fundación que lidera Crespo también tiene como eje asesorar a otras organizaciones o proyectos sociales en la construcción y desarrollo de productos y servicios que les permita ser autosustentables. Por ejemplo, a Fundación FAAN, de refugio de animales, le colaboró en el diseño de un plan de apadrinamiento.

    Donation se financia mediante donación voluntaria de clientes en locales comerciales y aportes recurrentes de un grupo de donantes.

    Pedro Crespo, de 35 años, maneja tres empresas vinculadas con la economía digital y una fundación. Dice que la clave es cumplir los compromisos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Pedro Crespo, de 35 años, maneja tres empresas vinculadas con la economía digital y una fundación. Dice que la clave es cumplir los compromisos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • En su agenda se combina lo digital y lo sostenible

    Redacción Quito

    Los viernes en la noche Paúl Rivera apaga su teléfono celular. Salvo contadas excepciones lo vuelve a prender durante el fin de semana, de lo contrario lo mantiene apagado hasta el domingo en la noche. Esa es la manera en la que este quiteño de 36 años se desconecta del trabajo para disfrutar de su familia y sus pasatiempos.

    Esta acción resulta de alguna manera paradójica para alguien que se dedica a ofrecer soluciones tecnológicas a empresas y organizaciones no gubernamentales. Pero también confirma que es una persona metódica y disciplinada, que sigue procesos al pie de la letra para alcanzar sus objetivos.

    Ingeniero químico, con un MBA y especialista en análisis de negocios, Rivera es el CEO de Cognitiva una firma ecuatoriana que ofrece soluciones de tecnología para operaciones industriales, logística y retail. También trabaja en temas de la industria 4.0, digitalización, algoritmos, realidad aumentada, entre otras materias posicionadas a escala global y que van ganando relevancia en el Ecuador.

    Rivera también tiene conocimientos en tecnologías de la información, cadena de suministros e incluso psicología. Para este padre de familia, aprender a diario es muy importante, por eso en las noches, cuando su esposa y su hija descansan, aprovecha para leer temas vinculados a su trabajo, pero también ciencia ficción. Uno de sus autores favoritos es el ruso Isaac Asimov. “Fue un genio, un adelantado a su tiempo”, cuenta desde un balcón de su oficina en Cumbayá, al oriente de Quito.

    Rivera habla con seguridad de lo importante que es la inversión sostenible, en donde lo ambiental, lo social y la tecnología son fundamentales. “Las empresas que no incorporen estos conceptos pierden cuota de mercado”. Esa filosofía es la esencia del trabajo que realiza Cognitiva con sus clientes (ver nota inferior).

    Este emprendedor también es un defensor del talento ecuatoriano. En los algoritmos precursores de inteligencia artificial que desarrolla la firma que dirige, la investigación y el desarrollo están a cargo de profesionales ecuatorianos. Esto, añade, le permite no depender de empresas extranjeras.

    El día de trabajo de Rivera empieza a las 03:30. A esa hora ya está en pie y lo primero que hace es meditar. “Es una manera de reflexionar sobre lo hecho y lo que está por hacerse”. Luego de 30 minutos de ordenar sus ideas y pensamientos empieza a responder correos electrónicos y reparte instrucciones entre su equipo de trabajo. Para las 07:00 está listo para desayunar con su esposa y su hija y a las 08:00 vuelve a conectarse con su trabajo.

    Las reuniones con clientes, revisión de proyectos y el trabajo de oficina ocupan su mañana y tarde, siempre y cuando no esté viajando. “Soy muy metódico, me agradan los resultados” confiesa Rivera, quien gusta de pasear por la montaña con sus cinco perros, pero que también disfruta escuchando guitarra clásica española.

    Belén Aldás, amiga y excompañera de la universidad, lo describe como una persona muy responsable. “En clases dejaba en claro sus opiniones y siempre defendía su posición”. Añade que sigue siendo sincero y confiable. “Además tiene un interés particular por los temas ambientales”.

    Esta última cualidad permitió que Rivera desde hace seis meses sea parte del proyecto Mi Empresa 2030, que es parte del programa Ecuador 2030. Mi Empresa 2030 tiene como objetivo facilitar la visualización a futuro de las empresas de manera desafiante con el objetivo de que se proyecten a través de un proceso guiado de acompañamiento profesional en temas de cuarta revolución industrial, pensamiento exponencial y Objetivos de Desarrollo Sostenible, explica Stephany Leavy, líder de Implementación del proyecto.

    Ella cuenta que desde el primer día que Rivera fue parte del proyecto él demostró su naturaleza crítica, honesta y siempre proactiva. “Su ética laboral, el espíritu colaborador y su visión sistémica han sido claves para el desarrollo metodológico y operativo del proyecto. Es un facilitador innato gracias a su habilidad de generar empatía. Es un profesional que busca el bien colectivo por sobre cualquier cosa”.

    ¿Es complicado aterrizar en el país conceptos como inteligencia artificial o industria 4.0? Rivera reconoce que es complejo. Dice que en el Ecuador es común encontrar ejecutivos que piensan que los negocios solo se logran con ventas masivas, en grandes volúmenes. “Pero eso está cambiando. Entre mis clientes veo que existe cada día mayor interés por temas como trazabilidad o uso de blockchain. Es parte de un proceso para ser más competitivos”, dice este empresario que en cinco años se visualiza con su empresa creciendo a escala regional.

    Paúl Rivera en tres facetas. Los fines de semana sube a la montaña con sus perros. Arriba, en una conferencia; a la izquierda, durante un receso en  una reunión de trabajo. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES y archivo particular
    Paúl Rivera en tres facetas. Los fines de semana sube a la montaña con sus perros. Arriba, en una conferencia; a la izquierda, durante un receso en una reunión de trabajo. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES y archivo particular
  • Esta receta combina lo innovador y tradicional

    Redacción Cuenca

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    Don Pernil combina las recetas tradicionales con la innovación tanto en la presentación y diseños como en la oferta de nuevas variedades de sánduches y salsas. Este emprendimiento de los esposos Víctor Hugo Neira y Karina Freire funciona desde octubre del año pasado, en Cuenca.

    La idea surgió a inicios del 2017 y el objetivo fue contar con un negocio que pueda crecer y emplear un producto tradicional de la capital azuaya como el sánduche de pernil, señala Neira. “Pero quisimos hacer cambios a lo que estaba acostumbrado el consumidor”.

    Por ello, trabajaron en diseñar un local acogedor con estilo familiar, que resalte los materiales, las tonalidades y las texturas que se identifiquen con Cuenca y sus tradiciones como la madera o el ladrillo visto. Los emprendedores elaboraron diseños propios para servilletas, portaservilletas, mesas, sillas, bancas, platos para servir los sánduches…

    Además pretenden comercializar franquicias de Don Pernil para expandirse en Cuenca y otras ciudades. Según Neira, el concepto es que este estilo se pueda replicar y proveedor desde el mobiliario hasta las materias primas como carnes, salsas y panes. “Estamos proyectando los costos para iniciar la venta… Se abrirán puntos directos en centros comerciales”.

    En la oferta gastronómica también innovaron con los sánduches y salsas. En este último caso no solo el ají es la única opción como en los locales tradicionales de la capital azuaya sino también agregaron las salsas de ajo, albahaca y BBQ con piña.

    “El cliente coloca los aderezos que más prefieran. No a todos les gusta el ají o, por lo menos, no el que es muy picante”, dice Neira.

    En el caso de los sánduches ofertan el tradicional, que es preparado con pan blanco y rodajas de pernil y otras opciones como uno que tiene filete de pernil, lechuga, cebolla y otro tipo de pan.

    Hace tres meses también incorporaron el denominado Cubano Don Pernil, que es preparado en una palanqueta y con salsa de ajo de una receta familiar, mostaza, filete de pernil, carne, jabón, queso laminado y pepinillos. Es calentado en una sanduchera y, finalmente, se agrega orégano.

    También están las variedades de sánduches de lomo fino de res y salteado con champiñones y otros ingredientes, el de pavo y el de pechuga de pollo marinada en naranja. “Quisimos alejarnos de los embutidos y usar todos los tipos de carnes”. Los precios oscilan entre USD 1,75 y 3,25.

    Según Neira, como el inicio de todo negocio es complicado, pero paulatinamente aumentó la cantidad de clientes y lo que más destaca es que varios se convirtieron en habituales y traen a su familia y amigos y aportan en la promoción del establecimiento.

    En la actualidad, este emprendimiento recibe unas 400 personas, en promedio, cada semana. El local tiene capacidad para recibir a 28 clientes a la vez tanto en el interior como en un espacio exterior. El negocio factura USD 3 000 al mes, en promedio.

    Otra alternativa de difusión es Facebook donde se muestra la marca, la diversidad de sánduches y salsas y las promociones.

    Neira y Freire tienen nuevos planes como la incorporación de nuevos tipos de sánduches, que se lanzarán en los próximos meses.

    La intención es reforzar la innovación. En esa línea sacaron un jugo de coco embotellado, que es una bebida que acompaña al sánduche de pernil. También, ofrece una bebida de jamaica como otra alternativa para el cliente.

    Karina Freire y Víctor Neira tienen el local en la avenida Remigio Crespo. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    Karina Freire y Víctor Neira tienen el local en la avenida Remigio Crespo. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Un equipo de ‘big data’ combina talento

    Redacción Quito

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    Elena Gil es la directora Global de Big Data B2B en el Grupo Telefónica. Ella estuvo en Quito y habló con LÍDERES sobre los beneficios que trae esta tecnología. La ejecutiva cree que la privacidad de los datos le compete a los gobiernos, a los reguladores, a las empresas y a la gente.

    ¿En su experiencia cómo mira la evolución y los beneficios del ‘big data’? Hay países en donde está más acelerado que otros.

    Está avanzando muy rápidamente. El ‘big data’, en un mundo digital, en el que las personas estamos conectadas y esperamos ofertas más personalizadas y adaptadas a nuestros gustos, permite aprovechar la enorme oportunidad que producen los datos en el mundo digital, para tomar decisiones basadas en datos en lugar de en opiniones. Al final lo que las empresas consiguen con esta herramienta es personalizar más su oferta, por lo tanto tener más ingresos y ser más eficientes en sus costos y en sus inversiones.

    Se puede conocer mucho mejor al cliente…

    Exactamente. Se puede conocer en detalle sus gustos, sus preferencias e incluso su contexto. De tal manera que se puede hacer una oferta más adaptada, tanto en las características, así como en el momento y a través de un canal específico.

    ¿En el caso particular de Telefónica hace cuánto se usa esta herramienta y qué resultados se han obtenido?

    El sector de telecomunicaciones es muy intensivo en el uso de datos y a través de nuestras redes pasan miles de millones de eventos cada día. Somos pioneros en adaptar y trabajamos de manera seria desde hace seis o siete años. Lo estamos utilizando para tomar decisiones más eficientes en temas de marketing o de ofertas a los clientes, pero también para optimizar los despliegues de infraestructura.

    Se optimizan recursos…

    En este negocio las inversiones son enormes en el despliegue de las distintas redes y gracias al ‘big data’ tenemos un conocimiento mucho más granular y podemos adaptar mejor las inversiones para prestar un mejor servicio. Esa es una de las actividades en las que estamos obteniendo mejores resultados.

    Todas estas nuevas tecnologías generan debate en diferentes ámbitos. Un caso reciente es el uso de datos de usuarios de Facebook con fines, supuestamente, políticos. ¿Con el ‘big data’ puede ocurrir algo similar?

    Las tecnologías no son buenas ni malas, sino depende de cómo se las implemente. Uno de los riesgos que existe es que no se trate adecuadamente la privacidad. Nosotros lo hemos tomado en serio y nos regimos por principios como la transparencia, que el cliente sepa qué datos usamos y para qué. El segundo principio es el control, así el cliente decide qué datos usamos, y el tercero es la seguridad de esa información. La privacidad es un tema que nos compete a todos: a los gobiernos, a los reguladores y a las empresas por supuesto. Pero también a las personas y cada vez tenemos que ser más conscientes de que cuando descargamos una aplicación y aceptamos las condiciones cedemos datos que muchas veces no son necesarios. Creo que culturalmente, las personas tenemos que ser conscientes sobre el valor de nuestros datos y decidir a quién cedemos y para qué uso.

    La gente comparte información a cambio de comodidad. ¿Eso da paso a un dilema?

    Lo hacemos de manera muy consciente. En transporte, por ejemplo, compartimos nuestra ubicación y ese es un asunto bastante privado, podemos ceder esa información a ciertas aplicaciones que nos permiten hallar la ruta más rápida. Pero a veces en una aplicación de un juego también nos piden la ubicación cuando claramente no se necesita. Allí viene la obligación de saber a quién damos ciertos datos.

    ¿En las pymes qué tan útil o funcional puede resultar el ‘big data’?

    Existen empresas pequeñas o ‘start up’ que ya nacen centradas en datos. Tienen la ventaja de no tener un sistema legado y saben que tienen que conocer bien a sus clientes. El ‘big data’ tiene características que permiten que sea más sencillo generar empresas más pequeñas usando la nube, por ejemplo, sin ser necesario un equipo grande de científicos de datos o ingenieros. De momento, son las grandes empresas las que abrazan la tecnología de ‘big data’.

    ¿Para una pyme cuánto puede pesar la inversión a la hora de trabajar con ‘big data’?

    Es bastante razonable. Es una tecnología, que comparada con anteriores, permite empezar en pequeño, es muy escalabale. Al poder contratar en la nube lo que se necesite y empezar con un ecosistema pequeño, se puede mostrar los casos de uso y luego ir creciendo. Al contrario de lo que se suele pensar, el ‘big data’ se puede asumir sin mayor inconveniente por muchas empresas. La idea, insisto, es arrancar en pequeño e ir creciendo.

    ¿Cuánto pesa la capacitación interna del personal que va a usar y aprovechar esta tecnología?

    Ahora que la tecnología está madura creo que el cuello de botella puede estar en las personas. En este punto juegan el acceso al talento, a tener personas que desarrollen modelos y la parte cultural. Hay que asegurarse que la organización se transforma hacia empresas que toman decisiones basadas en datos. El mayor cuello de botella está en las personas.

    ¿Y qué hay que hacer para ‘abrir’ ese cuello de botella? ¿Como lo hicieron en Telefónica?

    Arrancamos con proyectos pequeños para demostrar el valor. Luego se quiso acelerar y hacerlo muy rápido y allí tuvimos problemas de acceso. Se tomaron decisiones: adquirimos una empresa especializada, de nicho, que se llama Sinergyc Partners que nos trajo un talento exclusivo como arquitectos y científicos de datos Eso nos ayudó a tener mayor escala. Luego hicimos un plan de talento a escala global para formar a personas que venían trabajando en inteligencia de negocios.

    ¿Cuál es el perfil de los integrantes de un equipo de ‘big data’?

    Ingenieros informáticos, estadísticos, matemáticos, programadores. Pero también se requiere a gente que conozca del negocio y que sea capaz de traducir los datos. Es una combinación.

    Hoja de Vida

    Formación
    Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Deusto (España) y MBA del MIT-Sloan School of Management (EE.UU.). También completó sus estudios en la Universidad de Berkeley (EE.UU) y EDHEC de Lille (Francia).

    Cargos

    Directora Global de Big Data B2B en el Grupo Telefónica y CEO de LUCA Data Driven Decisions, unidad de Big Data de Telefónica. Su responsabilidad es el desarrollo del negocio de Big Data en los Clientes Corporativos y Administraciones Públicas.

    Trayectoria
    Antes de incorporarse a Telefónica, trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU).

    Antes de incorporarse a Telefónica, Gil trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU). Foto: Patricio Terán / LIDERES
    Antes de incorporarse a Telefónica, Gil trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU). Foto: Patricio Terán / LIDERES
  • Un espacio que combina la escalada y la convivencia

    Patricia González

    Un niño de unos 10 años escala un muro de colores, apoyando sus extremidades en presas de color naranja. Lo intenta, cae y vuelve a intentarlo. Mientras, otro niño, un poco mayor, vestido de bermuda y camiseta azul, alcanza la meta siguiendo las presas del mismo color.

    Cerca de 15 niños y adolescentes trepaban y correteaban la mañana del miércoles 26 de julio en Campo 4, una sala de escalada, que funciona desde junio de 2015 en el norte de Quito, dirigida a principiantes y expertos en la escalada.

    El espacio incluye gimnasio, sala de yoga, telas y liras para practicar danza aérea, sauna y duchas. También, una cafetería que ofrece batidos, comida vegana y ‘snacks’.

    Montar un gimnasio de escalada, que además se combinara con una cafetería, era el sueño de Sebastián Zurita, quien desde hace 12 años practica este deporte. Tras retornar de una estadía de dos años en Europa, Sebastián y su amiga Estelle Saulton se dieron a la tarea de buscar socios para el futuro emprendimiento.

    En 2015 se reencontraron en Quito con un amigo que conocieron en Europa. Pierre Fremaux, aficionado a los deportes de montaña, se convirtió en el tercer socio de Campo 4. El cuarto socio fue un amigo de Pierre, que los acompañó hasta el pasado mes de marzo. Desde entonces, se sumó al equipo Andrés López, quien practica escalada desde hace año y medio. “Me enamoré de este deporte”, cuenta.

    La inversión inicial para Campo 4 fue de USD 80 mil. Sebastián trabajó el diseño del muro. Son más de 300 m2 de paredes de escalada: rectas, inclinadas o en forma de arcos. Cuenta con seis niveles de dificultad, identificados con presas (agarres) de diferentes colores, que van marcando rutas a los escaladores.

    El sistema de presas es una de las características que más agrada a Fabricio Gavilánez, cliente del gimnasio. “Para quienes están comenzando a entrenar es mucho más fácil, incluso pueden practicar solos. También permite autoevaluarse”, señala.

    También le gusta el ambiente del lugar. “Es muy amigable. Nadie busca la competencia, sino la convivencia”, señala Fabricio, quien practica en este espacio junto a su novia, desde hace dos años.

    David Cordero, otro cliente, coincidió con Gavilánez sobre el ambiente de Campo 4. “Además de hacer ejercicio, he encontrado muy buenos amigos. Somos como una pequeña familia”. Comenta que con regularidad escala en grupo al aire libre, dentro y fuera de Quito. Él entrena unas cinco veces por semana en Campo 4, desde hace dos años. “Es espectacular, de las mejores salas de escalada en Quito. Las presas tienen una textura parecida a la roca”, señala.

    Campo 4 funciona los 365 días del año, en horario de 11:00 a 23:00 de lunes a viernes y de 11:00 a 19:00 los fines de semana. Hay diferentes opciones para disfrutar de sus servicios. Es posible pagar una entrada simple por un día o cancelar membresías mensuales, trimestrales o anuales. También, asistir a clases con instructores, las cuales tienen un costo mensual de USD 70 para niños y adolescentes y de USD 120 para adultos.

    Alrededor de 350 personas son clientes fijos del gimnasio, afiliados por membresía. Actualmente, Campo 4 está facturando entre USD 7 u 8 mil al mes. A futuro, los socios aspiran extender el proyecto a otras ciudades del Ecuador. Adelantaron que posiblemente a finales de este año puedan llevar el gimnasio a la ciudad de Manta.
    “Es un deporte que está en crecimiento en el país y en el mundo. La escalada te fortalece física y mentalmente”, destaca Zurita.

    Andrés López y Sebastián Zurita son socios de Campo 4, una sala de escalada ubicada en el norte de Quito. Su negocio está dirigidido a expertos y principiantes en esta actividad. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Andrés López y Sebastián Zurita son socios de Campo 4, una sala de escalada ubicada en el norte de Quito. Su negocio está dirigidido a expertos y principiantes en esta actividad. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Lo ancestral se combina con lo contemporáneo en este local

    Redacción Quito

    Warmi es una palabra que para los hermanos Vanessa y Luis Herrera y su madre Edy Mariana Revelo, no se limita a la traducción literal del quichua en ‘mujer’ sino que acogen su sentido completo sobre el cuidado y bienestar.

    Con ese concepto y la idea de impulsar el consumo de comida saludable, donde se mezclen los alimentos ancestrales con lo contemporáneo, nacieron los productos y la Casa Warmi.
    Este espacio, ubicado desde hace siete meses en el sector de La Floresta, nació en el 2010, en la bajada a Guápulo.

    Vanessa, gerenta y una de las propietarias del negocio, cuenta que la idea de crear Casa Warmi fue de su madre, abogada que estuvo siempre involucrada con grupos de mujeres, que un día decidió dejar las leyes y volcarse a preparar alimentos.

    Los primeros productos que elaboraron fueron panes, pero al ser perecibles, decidieron cambiar a la línea de mermeladas y conservas. Con estos alimentos en mano abrieron la tienda de Guápulo, donde además pusieron el restaurante. “Quisimos rescatar los alimentos que ya no se comen”.

    Pedro Donoso es uno de los clientes. Él comenta que va a la Casa Warmi desde hace más de un año y le encanta el lugar, la comida y sobre todo el concepto de ser un emprendimiento alternativo. “Pocos lugares logran incursionar en alimentos ancestrales y un toque contemporáneo como lo ha hecho el Warmi”.

    Luis Herrera, encargado de la imagen de Warmi, explica que el menú del restaurante cambia cada dos meses, y en él se encuentran por ejemplo alimentos como mashua, ocas, quinua, chocho, variedades de papas nativas, etc., con opciones también para comensales vegetarianos.

    Del lado de las conservas hay una oferta de 92 productos, entre mermeladas, ajíes, salsas, aderezos, sales marinas y condimentos naturales. Los productos de más salida son las flores y el picante de albahaca, la pasta de chochos, tomates verdes fritos, entre otros.
    Las ventas mensuales del restaurante son de alrededor de USD 18 000 y unos USD 3 000 en conservas. La producción mensual de las conservas es de unas 480 unidades al mes.
    La inversión inicial para empezar con el negocio fue de entre USD 40 000 y 60 000, incluyendo la venta de las viviendas de madre e hija. Para el local actual se invirtieron otros USD 30 000
    más o menos.
    Sin embargo una característica de la Casa Warmi, que permitió bajar sus costos es que el mobiliario fue hecho por completo por Luis. Él comenta que buscó reutilizar todo el material posible para que el restaurante sea además amigable con el medioambiente.
    En esa línea, para evitar el uso de calefactores a gas o eléctricos, mandaron a hacer ponchos para que los clientes los utilicen si hace frío y sientan que están cuidados.
    El restaurante además es ‘pet friendly’ y ofrece un 14% de descuento si se llega en bicicleta.

    En la Casa Warmi, el chef Nelson Hernández y los hermanos Vanessa y Luis Herrera promueven el consumo de alimentos ancestrales. Foto: Adriana Bucheli / LÍDERES
    En la Casa Warmi, el chef Nelson Hernández y los hermanos Vanessa y Luis Herrera promueven el consumo de alimentos ancestrales. Foto: Adriana Bucheli / LÍDERES