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  • Compartir empleados, ¿una opción?

    Redacción Quito   (O)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Una de las mayores inquietudes que se han planteado las empresas a lo largo de este año es ¿qué medidas laborales se pueden adoptar para tratar de salvar el empleo? Las legislaciones de los países han hecho ajustes en materia de contratación y han aplicado reformas para flexibilizar jornadas de trabajo. Ecuador no es la excepción; con la vigencia de la Ley Humanitaria se han dado pasos para ajustar horarios y remuneraciones, con el fin de tratar de preservar el empleo.

    Los pronósticos de entidades como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) estiman que en América Latina y el Caribe la pandemia puede causar la pérdida de 17 millones de puestos de trabajo formal y la informalidad podría llegar al 62% en la región.

    De todas maneras, las empresas no se han quedado cruzadas de brazos y buscan mecanismos para atenuar la crisis económica derivada de la pandemia y reducir sus costos de producción. Una de las opciones que algunas firmas multinacionales han puesto en marcha es compartir empleados.

    Esta experiencia se registró en Argentina. De acuerdo con una publicación de la Revista Forbes, en su edición argentina, la transferencia temporal de empleados fue una de las alternativas que encontraron los departamentos de Recursos Humanos de Unilever y General Motors (GM) en ese país.

    En mayo pasado, trabajadores de la firma automotriz pasaron a cumplir funciones en Unilever. Entre un 10% y un 15% de los empleados de la empresa angloholandesa -que tiene unos 3 500 colaboradores- tuvieron que quedarse en su hogar por distintos factores de riesgo, y para mantener la producción ‘a full’ se decidió contratar temporalmente a 150 personas. “Como en las fábricas se necesita personal capacitado, surgió la posibilidad de darles esa oportunidad a los operarios de GM que no estaban trabajando”, señaló la CEO de Unilever, Laura Barnator, a Forbes Argentina.

    Esta publicación relata que los abogados de ambas compañías acordaron un marco legal, y el Ministerio argentino de Trabajo dio luz verde. Ambas empresas firmaron un acuerdo de entendimiento, que habilita la figura del “pluriempleo”, posibilitando que los empleados interesados puedan participar en el programa. Los trabajadores contratados por Unilever tendrán un acuerdo a plazo, según la normativa vigente, y condiciones de contratación, y Unilever asumirá todas las responsabilidades y obligaciones legales y convencionales que correspondan exclusivamente por la vigencia de dicho contrato.

    En el contexto de este modelo de economía colaborativa entre empresas, expertos señalan algunas ventajas. Entre ellas, compartir las infraestructuras de las empresas, optimización de costos a partir de compartir servicios, lograr sinergia en las operaciones y, obviamente, reducir costos.

    Melina Cao, directora de Recursos Humanos de Unilever, señaló que las empresas, en la actualidad, están atravesando un contexto sin precedentes que demanda agilidad en la toma de decisiones, “para poder dar respuestas en tiempo real a la necesidad de los consumidores, lo que implica pensar formas de trabajo más colaborativas, innovadoras y disruptivas”.

    De acuerdo con Forbes Argentina, uno de los ejemplos de cooperación más recientes fue el que realizaron Mercado Libre y la firma gastronómica en ese país Le Pain Quotidien: el gigante del e-commerce sumó de manera temporal a parte de los colaboradores de la firma gastronómica para que integren los equipos de Atención al cliente y envíos.

    A través de este acuerdo, Mercado Libre suma a su nómina a más de 100 camareros, cajeros y cocineros, mientras las tiendas de comida continúen cerradas. De este modo, la capacidad ociosa (conociendo cómo esto impacta en la salud mental de los trabajadores) que tenía Le Pain Quotidien pudo ponerla a favor de mejorar el servicio de cada uno de los clientes de la plataforma de comercio en línea, y también de los emprendedores y pymes que recurrieron a este sitio para seguir trabajando.

    Si bien la posibilidad de lograr estos acuerdos se enmarcan dentro del ámbito legal que facilita compartir empleados, las habilidades que los trabajadores pueden desarrollar en nuevos escenarios laborales también influye.

    ¿Cuáles son las características de este nuevo capital humano? En un artículo publicado por Clarín, el decano de la Facultad de Ciencias Organizacionales y de la Empresa en UFLO (Argentina), Agustín Arieu, señala las siguientes: capacidad de desaprender y aprender rápidamente; flexibilidad para alternar entre diferentes redes colaborativas; adopción eficaz de tecnología que potencie su rendimiento; habilidades sociales y liderazgo suficiente para asociar productivamente perfiles cada vez más diversos; y curiosidad y creatividad para identificar nuevas oportunidades e innovar en consecuencia. 

    17 millones de empleos formales se podrían perder este año en la región, según el BID

    Organizaciones en la región ponen en marcha esta alternativa, para evitar la pérdida de empleos. Las nuevas habilidades de los trabajadores también influyen. Imagen: www.freepik.es
    Organizaciones en la región ponen en marcha esta alternativa, para evitar la pérdida de empleos. Las nuevas habilidades de los trabajadores también influyen. Imagen: www.freepik.es
  • Compartir libros es su modo de enseñar a otros

    Giovany Astudillo

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    Pese a la insistencia de su padre, no le gustaba leer y si lo hacía era por obligación. “Lee por favor lee, después no has de tener tiempo”, repetía Lauro Urgilés a su hijo Juan Carlos, en su infancia.

    Pero ese gusto recién surgió cuando el actual Gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo terminaba la carrera universitaria de economía. Cuando hacía su tesis sobre la ‘Evaluación del impacto ambiental de la actividad petrolera en la Amazonía’ estudió la Teoría del Desarrollo para plantear el enfoque de trabajo.

    Desde febrero de 1996 empezó a trabajar en Jardín Azuayo, en el cantón azuayo de Paute. En ese entonces, con su esposa querían seguir una maestría, pero no se concretó por los costos y la distancia. Por ello, optó por aprovechar el tiempo libre con la lectura.

    Empezó con ‘Mercados Financieros Internacionales’ de Franco Modigliani y Frank J. Fabozzi. Lo leyó detalladamente durante cuatro meses. “Me contaba cosas que necesitaba y obtenía repuestas… Me di cuenta de que, pese a que estaba lejos, podía acceder al conocimiento a través de un libro”. Luego revisó las publicaciones de Manfred Max Neef.

    Desde entonces considera que “un texto bueno y bien leído es la mejor inversión”. Urgilés lee de tres a cuatro libros a la vez. Ahora, por ejemplo, está con ‘El gobierno de los bienes comunes’ de Elinor Ostrom y ‘Educomunicación’, de Victorino Zecchetto.

    También, revisa los ‘Derechos Humanos desde la Interculturalidad’, de Piedad Vázquez, hasta una tesis doctoral de la Flacso sobre las condiciones del buen vivir de las cooperativas.
    Según Urgilés, del libro ‘El gobierno de los bienes comunes’ aprende que el problema más grave de una organización no es técnico ni productivo ni de mercado, sino de propiedad. “Si la empresa es familiar es viable por ese vínculo social y se hace gobernable, pero cuando empieza a crecer la cosa se complica”.

    Para Urgilés, un beneficio de un libro es la capacidad que tiene para ofrecer el resumen de tanto trabajo del autor. Pero también, agrega que hay textos que causan desilusión porque son mediocres. Por esa razón, cuando adquiere alguno se asesora bien.

    Le interesan las publicaciones de historia económica, antropología y sociología económica, derechos humanos, ciencia política y gobierno. Además de pedagogía, psicología, sociología… porque su cargo no solo le exige tener habilidades técnicas-financieras sino también comunicacionales para transmitir los conocimientos.

    Según él, lee despacio porque anota las ideas y al final hace una ficha. “Después es complicado encontrar las ideas principales o las que me marcaron”. También, es un apasionado de la música y poesía. Entre otras, destaca ‘Poemas sin permiso’ de Jaime Galarza Zavala. Urgilés recita de memoria los poemas de esa publicación.

    Como costumbre le gusta regalar libros en la cooperativa Jardín Azuayo. Lo hace cuando quiere explicar o que se conozca algún tema. De esa forma presiona para que su grupo de trabajo lea.

    El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Una red en línea para compartir vehículos

    Redacción Quito

    La congestión vehicular de Quito y los viajes diarios entre su casa en Cumbayá y su trabajo en el centro de Quito motivaron a Alejandro Zambrano. Él pensó que si las personas comparten sus vehículos podrían no solo aliviar la congestión sino también ayudar al medioambiente.

    En diciembre del año pasado, Zambrano se propuso crear una plataforma virtual que permitiera a los conductores de Quito compartir virtualmente las rutas de traslado en sus vehículos, de una manera segura. Así se aprovechan los asientos disponibles en vehículos particulares. «De cada 10 carros que se trasladan de Cumbayá a Quito, solo dos autos llevan más de dos personas», asegura Zambrano. Ese dato consta, además, en las estadísticas de la Secretaría de Movilidad del Municipio de Quito.

    Con este contexto nació Socialcar, un aplicación virtual en donde los cibernautas ponen a disposición de otros usuarios sus rutas de traslado con el fin de compartir su vehículo.

    Por seguridad, cuando un usuario desea participar de esta red virtual debe inscribirse a través de la página web www.socialcar.ec. Allí ingresa sus datos personales, dirección, teléfono, lugar de trabajo, tipo de vehículo… con la garantía de que esta información no podrá verla cualquier otra persona que no participe en esta comunidad.

    «Antes de permitir a un usuario ser parte de la plataforma, verificamos cada uno de sus datos».

    En junio pasado, luego de una inversión cercana a los USD 20 000, culminó el desarrollo de la plataforma virtual Socialcar. Zambrano asegura que cerca de 200 personas se han inscrito sin ningún costo; para incentivar el uso de la aplicación ha desarrollado un sistema de puntos que el usuario acumula mientras más veces comparte su vehículo.

    Estos puntos pueden ser canjeados en sitios como la Hostería Papagayo, Pedal Extremo, Marketing Online… y otras empresas con las que Socialcar ha logrado acuerdos de canje de productos o servicios por publicidad.

    Tener un auto no es requisito para utilizar esta aplicación pues también existe una opción para compartir el taxi. Funciona igual: el usuario muestra su ruta y hora de salida, y quienes deseen le escriben se suman al recorrido.

    Pablo Calero es usuario de Socialcar y considera que la red social le ha permitido conocer a un grupo de personas con las que comparte su vehículo casi a diario. «Son personas que tienen la misma ruta que yo. A veces tengo pico y placa y recurro a una de ellas».

    Ramiro Navas también utiliza este servicio cuando tiene un asiento disponible. «Una vez que se conoce el sistema se pueden ver las ventajas».