Las aplicaciones móviles están de moda, pero eso no significa que tengan que ser el único canal que debe tener un emprendimiento. Así lo asegura Lauren Kressler, gerente de Focus, firma ecuatoriana de investigación de mercado.
Ella añade que muchos emprendimientos pudiesen suplir el costo de la ‘app’ y su desarrollo, simplemente con un número telefónico o una página web. “Hay un tema de subirse a una ola tecnológica, pero no todos los emprendimiento conocen bien su target”.
Ese es uno de los errores que se repiten cuando se piensa en una aplicación móvil. Carmen de la Cerda, de Buen Trip Hub, cree que para evitar errores hay que pensar en qué está haciendo el usuario en su teléfono móvil. “Es una herramienta de trabajo, pero no todo pasa por el teléfono”.
Cerda indica que existen ciertas tareas que la persona prefiere hacerlas en la computadora. Entonces deja el teléfono y las aplicaciones que allí se han descargado.
La vocera de Buen Trip Hub recuerda que muchas aplicaciones pueden ser pensadas para una relación entre empresa y empresa (B2B), mientras que otras son para un vínculo entre empresa y cliente (B2C). Esa diferencia puede marcar el éxito o el fracaso.
El portal mexicano Entrepreneur tiene una serie de recomendaciones. Una es empezar pequeño, perfeccionar el producto con el mercado local y cometer todos los errores en este punto. “Una vez que lo haya hecho, entonces se podrá replicar el éxito en otras ciudades y países”.
Otra sugerencia es validar la aplicación. Una manera es publicarlas en plataformas de ‘crowdsourcing’ o colaboración abierta. Esto permitirá saber cuántas personas se interesan en desarrollar la aplicación en conjunto.
Las aplicaciones móviles requieren una inversión que puede ser mejor aprovechada en otros canales de comunicación con los clientes. Foto: Archivo / LÍDERES
El trabajo desde casa mediante el uso de computadoras y conexión a internet puede ser una solución a las ingentes cantidades de contaminación de algunas de las grandes urbes de América Latina, según el especialista en contaminación Víctor Hugo Páramo.
“El teletrabajo y restringir el número de vehículos son medidas que ayudarían a disminuir las emisiones de precursores de ozono”, dice el coordinador general de contaminación y salud ambiental del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático.
Algunas megalópolis latinoamericanas como Sao Paulo, en Brasil, y la Ciudad de México sufren la llamada temporada de ozono; la época de año con mayores concentraciones de este gas en la atmósfera y que tiene consecuencias tanto para la salud humana como para la ambiental, afectando a animales y vegetación.
“El ozono es un contaminante secundario, no está emitido por las fuentes principales sino que se forma a partir de precursores, otras sustancias que sí son emitidas por los vehículos, por las industrias, los hogares”, explica el doctor en química industrial.
Por ello, llamó a “evolucionar” en la disminución de estos precursores -óxido de nitrógeno o compuestos orgánicos volátiles, entre otros- proponiendo políticas como el trabajo desde casa o en su defecto los horarios escalonados para que los trabajadores no se agolpen en las carreteras a la misma hora. Otra propuesta beneficiosa sería “hacer que los trámites gubernamentales a los que se desplazan las personas puedan hacerse telemáticamente”.
La temporada de ozono suele darse en la Zona Metropolitana del Valle de México entre los meses de febrero y junio, la llamada temporada seca caliente, meses en los que se da la mayor concentración de ozono.En esta época, de acuerdo con el experto, “hay poca nubosidad y pocos vientos”, condiciones óptimas para que se forme el ozono.
La salud de las personas se ve asaltada “cuando las concentraciones son mayores a las normas de calidad del aire”, pudiendo llegar a provocar dolores de cabeza, irritación inmediata de los ojos o inclusive del tracto respiratorio.“Si las concentraciones suben en demasía puede darle a uno dolor de pecho, sentir molestias para respirar, tos, etcétera”.
En personas de edad avanzada las repercusiones de estas altas concentraciones de ozono pueden agravarse. También los niños, cuyo organismo está en formación, pueden acusar más los efectos.
Los animales también sufren estas afectaciones, ya que según el experto algunos estudios han visto en pequeños animales mayor susceptibilidad a tener infecciones bacterianas.“Les debilita el organismo y son más susceptibles a contraer infecciones”, afirmó, agregando que también daña la vegetación de las ciudades, advirtiéndose necrosis en los tejidos de las plantas, que ven frenado su crecimiento debido a este fenómeno.
Ello impacta sobre todo en los cultivos agrícolas, ya que la productividad disminuye significativamente, “y eso supone menor cantidad de producto agrícola”. En el caso de Sao Paulo, llama la atención el uso desde hace años del etanol como combustible, una fuente muy grande de compuestos orgánicos volátiles que suscitan más cantidad de ozono.
Según el experto, en América Latina, históricamente, han sido más sensibles a medir la cantidad de partículas en el aire. “Casi en todas las ciudades de América Latina vamos a encontrar problemas de partículas pm 25 (partículas finas en suspensión)”, algo que atribuyó a costumbres que ya no se utilizan en países desarrollados, como las ladrilleras artesanales.
¿Fin del tedio laboral? Arturo Castillo, profesor de yoga y experto en RR.HH.
El ideal de una vida libre del tedio del trabajo cotidiano es una promesa incumplida de la tecnología. La Revolución Industrial trastrocó los hábitos y estructuras laborales de sociedades enteras, y aunque se pensó que las máquinas constituirían un alivio para el ser humano, que le permitirían reivindicar su derecho al ocio, la realidad es que le han convertido en su esclavo.
El mito sigue vigente. Por ejemplo, se piensa que el teletrabajo podría darle un giro radical a la actividad laboral y que, nuevamente, los horarios flexibles dejarán a los sujetos en libertad de usar el tiempo ‘sobrante’ para relajarse.
Desde otro análisis, de volverse el trabajo ‘online’ algo masivo y habitual, las repercusiones en la movilidad y conservación del medio ambiente serían significativas. En la escala actual del teletrabajo, es difícil hacer una proyección verdadera de tales incidencias.
Más aún, las estadísticas señalan que los exasperantes congestiones no han sufrido alteración alguna con la suigéneris estrategia. Lo que sí es cierto, en cambio, es que la productividad laboral ha disminuido notablemente.
El trabajo presencial, con su rígido horario de ocho horas, pese a que varios estudios indican que los individuos solo completan unas cuatro horas de productividad real, seguirá vigente por mucho tiempo.
En EE.UU. el ‘remote work’ es un excepcional, generalmente para mujeres con hijos o personas con algún tipo de limitación física; y para ‘freelance’. La inequidad salarial es un tema crítico: Los trabajadores de planta sienten que sus colegas electrónicos tienen menos presiones y exigencias, menos tiempo laboral y su cheque es similar.
El temor a aventurarse en lo desconocido, la tiranía del reloj, son hábitos arraigados. Frente a ello, la fantasía tecnológica brinda cierto alivio.
Hay propuestas como el trabajo desde casa o en su defecto los horarios escalonados para que los trabajadores no se agolpen en las calles. Foto: Ingimage
El problema fundamental con las contraseñas radica en que tienen su máxima efectividad para proteger a una empresa cuando son largas, complicadas y se cambian con frecuencia. En otras palabras, cuando es menos probable que los empleados las recuerden.
Como consecuencia, las firmas de tecnología se apresuran a brindar soluciones que sean más seguras y convenientes. Muchas computadoras portátiles ahora vienen con lectores para huellas digitales incorporados. Los teléfonos inteligentes y otros aparatos, también están abriendo opciones biométricas como reconocimiento facial y de voz.
El año pasado Apple adquirió AuthenTec Inc., un desarrollador de tecnología de sensores de huellas digitales, y su nuevo iPhone incluye un sensor para huellas digitales. Microsoft sostiene que su sistema operativo Windows 8.1, que se conocerá este mes, está «optimizado para datos biométricos basados en huellas digitales». La comprobación de autenticidad por medio de datos biométricos se podrá usar para más fines dentro del sistema, dice la compañía.
Mientras tanto, Google, PayPal, Lenovo y otras empresas unieron fuerzas en una organización conocida como la Alianza FIDO (siglas en inglés para Identidad rápida en línea), que busca crear estándares para la industria con datos biométricos y otras formas de la llamada autenticación fuerte.
Google también está experimentando con una nueva clase del dispositivo de hardware conocido como token, creado por la firma californiana Yubico Inc. Al igual que los token tradicionales que generan contraseñas numéricas al azar y que las empresas usan desde hace años, los aparatos de Yubico generan contraseñas temporales que son usados como segunda forma de autenticación de identidad. Pero en lugar de tener que leer la contraseña del token y teclearla, los empleados pueden simplemente conectar el token a un puerto USB o apoyarlo sobre un aparato móvil con comunicación de campo cercano, una tecnología a través de la cual se comunican los aparatos electrónicos al hacer contacto físico.
Google está probando dispositivos token con sus empleados este año, y planea ofrecerlos a los consumidores a comienzos del año próximo como una forma de ingresar a Gmail y otras cuentas de Google con mayor seguridad.
Otra opción nueva, de RSA, la división de seguridad de EMC y la creadora de los populares token SecurID, es la autenticación basada en el riesgo. Esta tecnología analiza grandes cantidades de datos de usuarios de varios grupos en una empresa para establecer el comportamiento «normal» y luego le asigna calificaciones de riesgo a cada usuario. Si un empleado hace algo poco habitual, como conectarse desde otra ubicación, usar una computadora distinta o intentar acceder a un sistema distinto al habitual, la calificación de riesgo aumentará, y el empleado podría tener que ingresar información extra de autenticación.
El futuro Un estudio. De cara al futuro, investigadores de la Universidad de California en Berkeley estudian el uso de las ondas cerebrales como autenticación.
En pruebas. Los sujetos usaron auriculares que midieron las señales de sus ondas cerebrales mientras se imaginaban que hacían una tarea, y los investigadores pudieron distinguir entre personas distintas con 99% de precisión.
Proyección. Expertos prevén que las empresas usen una variedad de parámetros.