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  • Chigüilpe es una comuna para el turismo

    María Victoria Espinosa

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    Tres nuevos emprendimientos turísticos se han creado en la comuna tsáchila Chigüilpe.
    Los nativos han utilizado los espacios verdes y el pequeño bosque para mostrar a los turistas, las tradiciones ancestrales.

    El centro cultural Ka-tiluli, que en tsa’fiki significa árbol de palma real, fue inaugurado hace cinco meses y está integrado por 18 tsáchilas de todas las edades.

    Ellos construyeron dos espacios para el proyecto turístico. En el primero se encuentra el área musical y el taller de artesanías.

    Mientras que al cruzar una calle de tierra se puede observar la entrada hacia el bosque nativo. Allí se construyó un sendero con plantas decorativas y escaleras de madera. Al transitar por el lugar, el turista se encuentra con más de cinco estaciones en las que se exponen las costumbres tsáchilas como los telares donde se confecciona la indumentaria tradicional.

    También se puede ver las plantas de la caña de azúcar con la que preparan la chicha o malá en tsa’fiki o el consultorio chamánico, la vivienda ancestral e incluso hay una estación en la que se le rinde tributos a los ancestros tsáchilas, entre otros.

    Una de las novedades de Ka- tiluli es que los turistas pueden aprender sobre las tradiciones agrarias nativas. Los guías tsáchilas le explican al visitante cómo se cultiva el cacao e incluso les venden la mazorca por USD 0,50.

    Para construir esos dos espacios, los tsáchilas debieron conseguir más de 18 000 toquillas y
    10 000 cañas guadúa. “Fue un trabajo en minga con materiales del medio”, señala la líder del proyecto, Flor Aguavil.

    Al frente de Ka-tiluli se creó otro emprendimiento nativo llamado la Isla Tsáchila.
    En este lugar se ofrecen caminatas por el río Chigüilpe en las que se pueden observar animales como aves, peces, guantas, sapos, escarabajos, mariposas e insectos.

    Según Leonardo Aguavil, representante de Isla Tsáchila, la idea del emprendimiento es fomentar el ecoturismo en la provincia.

    Hace unos meses este centro cultural firmó un convenio con Ka-tiluli para ofrecer un paquete de USD 2 por persona, que incluye la caminata por el río y una exposición de las costumbres y tradiciones tsáchilas.

    La guía turística tsáchila, Cruz Calazacón, explica que este tipo de alianzas son importantes porque se unen esfuerzos y se le brinda una mejor atención al turista.

    Ella señaló que a través de las redes sociales se están promocionando y en cinco meses ya han tenido la visita de dos grupos extranjeros.

    A unos 200 metros de estos emprendimientos, la familia Calazacón también instaló un centro cultural llamado Tradiantsa (Tradición ancestral tsáchila).

    Este emprendimiento aún está construyéndose, pero ya recibe turistas. Los mayores atractivos de este centro cultural es el grupo de música, que ha participado en concursos nacionales y la medicina ancestral.

    Esta actividad es realizada por una mujer: Albertina Calazacón. “Antiguamente la medicina solo la podían practicar los hombres. Pero se ha demostrado que el don también lo tenemos las mujeres”, señala Melina Calazacón, guía nativa de Tradiantsa.

    Según el gobernador tsáchila, Javier Aguavil, Chigüilpe se ha convertido en una de las comunas más visitadas por su cercanía a la ciudad (15 minutos del centro). Por eso, ya se han instalado siete centros culturales.

    Según Augusto Calazacón, historiador tsáchila, esta comuna fue la primera en recibir turistas que buscaban curaciones de los chamanes hace más de 40 años.

    Hace dos décadas se creó el primer emprendimiento turístico que fue el Museo Tsáchila. “Allí se formaron los líderes de los otros centros culturales, quienes incluso le enseñaron a los tsáchilas de otras comunas”, dice Calazacón.

    Según la Directiva Comunitaria de Chigüilpe, la primera actividad económica de la comuna es el turismo, seguido de la agricultura. Al año se reciben a unos 4 000 turistas nacionales y extranjeros.

    La tsáchila Flor Aguavil lleva ocho años trabajando en los centros culturales de la comuna Chigüilpe. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    La tsáchila Flor Aguavil lleva ocho años trabajando en los centros culturales de la comuna Chigüilpe. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Shuyun potencia el turismo en la comuna El Poste

    María Victoria Espinosa (F)Contenido Intercultural

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    Hace 17 años fue inaugurado el primer centro turístico, en la comuna tsáchila El Poste, llamado Shuyun (arcoíris).

    José Aguavil, líder del proyecto, señaló que la idea de un emprendimiento cultural y turístico nació cuando el exvicario Hugo Araujo lo hizo reflexionar. “Él me dijo que por qué yo ya no me pintaba el cabello ni utilizaba la ropa tsáchila”.

    Aguavil recuerda que ese comentario rondó su cabeza por más de un mes y empezó a notar que ya nadie en su comuna vestía la indumentaria típica de la etnia.

    Así que él y su familia empezaron a retomar las costumbres y tradiciones tsáchilas. En minga construyeron una cabaña y empezaron a elaborar las artesanías con materiales del bosque, como lo hacían los antepasados.

    Pero hace 17 años llegó un grupo de extranjeros a la comuna. Al ver que estaban vestidos con chumbillina y el cabello de los hombres estaba pintado de rojo con achiote, ellos se interesaron por esa cultura y decidieron comprar todas las artesanías. “Nos dieron como USD 400, que en esa época era muchísimo”.

    Entonces decidieron asesorarse sobre cómo crear un proyecto turístico, en el que se rescate la cultura. Ellos pidieron asesoramiento a los tsáchilas de la comuna Chigüilpe, que ya trabajaban en el museo tsáchila Wapilú.

    Al principio, solo construyeron dos cabañas a través de mingas y con materiales del bosque que hay en la comunidad. Unas nueve familias se asociaron en el proyecto y empezaron a aprender a tocar la marimba y a confeccionar la ropa autóctona. Los dos primeros años, los turistas llegaban esporádicamente. Pero, luego empezaron a recibir hasta 500 visitantes al año.

    Por eso, hace unos siete años construyeron cabañas para alojar a los turistas. El paquete incluye la experiencia de vivir por un día cómo lo hacen los nativos en la comuna. Además se pueden hacer recorridos por el bosque, rituales de sanación y un momento de recreación con juegos ancestrales y música típica.

    Hace un año, construyeron dos cabañas más con pambil y paja toquilla. El más pequeño es un local de artesanías donde se venden desde lanzas hasta pulseras para evitar las malas energías.

    En la cabaña principal, en cambio, funciona un restaurante y salón de eventos. Ahí se puede degustar la comida típica de los tsáchilas como el ayampaco, que es un pecados sazonado en una hoja de plátano y cocinado al vapor o en parrillas. También se ofrece gallina criolla y un plato parecido a la tonga manabita, que también es típico de la etnia.

    Aguavil señaló que si los turistas solicitan otro tipo de alimentación también pueden elaborarla.
    El chamán señaló que en los últimos cinco años, se trabaja con dos grupos de turistas. Un grupo es de extranjeros que buscan netamente conocer la cultura o hacer investigaciones de las plantas nativas o del idioma. Ellos se hospedan por más de una semana y hacen voluntariado en la comuna.

    El otro grupo de turistas son los nacionales, que en época de feriado llegan a conocer y por lo general no se hospedan. En temporadas bajas, en cambio, llegan en busca de la medicina ancestral.

    En este centro cultural solo los poné (curanderos) certificados por el Consejo Tsáchila realizan esta actividad. “Muchas veces las enfermedades se generan por estrés, aquí tratamos que se relajen”.

    El tsáchila José Aguavil es el líder del proyecto turístico y cultural Shuyun, que en tsa’fiki significa arcoíris. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    El tsáchila José Aguavil es el líder del proyecto turístico y cultural Shuyun, que en tsa’fiki significa arcoíris. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES