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  • María Eugenia Moreno: ‘El cambio por el medio ambiente empieza con la conducta’

    Evelyn Tapia

    Redactora (I)

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    La primera vez que ingresó a la Amazonía ecuatoriana, María Eugenia Moreno tenía 13 años y llegó en helicóptero. Acompañaba a su madre, la bióloga María Eugenia Puente, a una de las visitas que hacía a la selva como parte de su trabajo como consultora ambiental.

    Ese fue su primer contacto con un espacio que hasta hoy la inspira a impulsar iniciativas de cuidado medioambiental desde la gerencia de proyectos de la consultora Ecuambiente, que fundó su madre en 1989.

    Moreno cuenta que su madre fue parte del equipo de monitoreo biológico en el Parque Nacional Yasuní cuando se abría la vía para desarrollar el bloque 16.

    “Ese monitoreo duró tres años. Cuando salía de vacaciones del colegio, yo me quedaba los dos meses con mi mamá en la selva, siendo asistente de todos los grupos de investigación. Esto siempre me ha apasionado”.

    Actualmente Moreno tiene un título en ecología aplicada y una especialización en agroecología y desarrollo sostenible. Además, desde el 2010 está a cargo del Centro Integral de Ingeniería Ecológica, en Orellana, que ha implementado iniciativas de economía circular. Entre ellas, la creación de adoquines con ceniza que se usan en campamentos petroleros; la producción de madera plástica elaborada a partir de plásticos desechados; procesos de recuperación de hidrocarburos que estaban contaminando el suelo y que se vuelven a usar para generar energía; proyectos para implementación de viveros, etc.

    Problema en la Amazonía

    “Con los incendios en la Amazonía de Brasil veo que existe apatía a nivel global. Se habla del cambio climático, pero no estamos poniendo mayor atención, solo nos quejamos. La Amazonía no es un entorno que se preste para incendios naturales, estos son provocados por el avance de la frontera agrícola y la ganadería. Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable. Hoy las cosas son creadas para usarlas y desecharlas. En los pueblos pequeños hay más lugares dónde arreglar cosas, mientras que en las grandes ciudades eso se está perdiendo, el consumismo es tan grande que si algo se daña, compramos otro, o lo cambiamos por moda”.

    Compromiso ambiental

    “Es importante que los niños accedan a educación ambiental, que deriva luego en comportamientos de consumo responsable cuando sean adultos. Los niños de ahora enseñan a los padres a ser más responsables con el medio ambiente, porque en los colegios aprenden sobre el impacto. Por ejemplo, las nuevas generaciones ven los basureros para reciclar e incentivan a sus padres a usarlos. Aunque todavía nos falta mucho, hemos cambiado. En las empresas también existe más conciencia que antes, porque ya se tiene una legislación que obliga a cumplir normas. Las industrias más grandes son las que mejor cumplen la normativa porque responden a diferentes estándares, como las normas ISO. El reto es para los emprendimientos más pequeños que recién están empezando, en esos casos depende mucho de la conciencia propia sobre la gestión que se hace para afectar lo menos posible al medio ambiente”.

    Mujer y medio ambiente

    “Hoy existe una gran cantidad de mujeres dedicadas a temas ambientales, creo que esto es porque somos más sensibles a temas que van más allá del individualismo y tienen que ver con la sociedad y la familia. Hay muchas mujeres que hacen activismo frente a los retos ambientales como el cambio climático. Cada día hay más ingenieras ambientales, biólogas. En la época de mi mamá eran pocas las biólogas mujeres en proyectos petroleros, porque era una atmósfera liderada por hombres. Recuerdo que cuando yo inicié en el área de remediación ambiental en temas petroleros, también viví la brecha, porque en las reuniones de los primeros proyectos, eran todos hombres. Ahora en proyectos petroleros uno encuentra más mujeres. Hay más conquista de los espacios”

    El apoyo de la familia

    “Ser esposa y madre limitó los viajes largos a la Amazonía, es un reto muy grande ser profesional, esposa y madre. Ahora viajo, pero por períodos cortos a los proyectos o por capacitación. Para tener equilibrio entre lo profesional y lo familiar es clave el apoyo de las personas que se tiene alrededor, en la empresa y en la casa. Mi esposo también tiene una formación ambiental y sabe cómo es la dinámica de este trabajo. Esto es de responsabilidad compartida”.

    Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable”.
    «Como ciudadanos podemos hacer cambios en nuestro comportamiento y trabajar en el consumo responsable”, asegura María Eugenia Moreno. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Las empresas se interesan más por la conservación ambiental

    Redacciones Quito,
    Cuenca y Guayaquil (I)

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    Las empresas ecuatorianas cada vez se llevan mejor con el ambiente. Lo que antes era una relación desequilibrada y hasta injusta, según ambientalistas y ciudadanos, hoy se desarrolla de mejor manera, aunque todavía existen industrias que tienen que mejorar sus prácticas.

    Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) señalan, por ejemplo, que en sectores como el minero, la industria manufacturera, el transporte, entre otros, se encuentran firmas con certificación ISO 14001, que es la que avala las prácticas ambientales. Si bien los porcentajes son menores (ver gráfico) los analistas y los empresarios consideran que son pasos importantes.

    Además, las firmas cuentan con permisos ambientales. Se concentran en licencias, certificados, declaraciones de impacto ambiental y fichas, según el INEC. La explotación de minas y las industrias manufactureras son los sectores con mayor porcentaje de licencias ambientales, por ejemplo.

    En Ecuador, al celebrarse hoy el Día del Ambiente, se cuentan ciertos casos de las firmas.
    La empresa Graiman, que fabrica cerámica y porcelanato, tiene dos haciendas que superan las
    1 000 hectáreas de bosque en Morona Santiago. En ambos espacios captan más de 16 000 toneladas de CO2 para beneficiar al ambiente.

    Además, realiza el tratamiento de las aguas industriales en su fábrica. La firma elimina los elementos sólidos y otros factores de contaminación. Luego el líquido se envía al alcantarillado y llega a las piscinas de oxigenación de la Empresa Municipal Etapa, en las afueras de la capital azuaya.

    Continental Tire Andina, como parte de su programa de responsabilidad social, ejecuta proyectos para el cuidado ambiental. Entre otros desarrolla el reencauche de neumáticos, a través de su empresa especializada Renovallanta.

    Otro proyecto de la empresa con sede en Cuenca es el reciclaje de neumáticos, que está relacionado con 30 familias de artesanos del caucho de Narancay, en Cuenca. Ellos reciben llantas para elaborar objetos decorativos y utilitarios.

    Un ejemplo más es el Banco ProCredit, que implementó desde el 2012 un sistema basado en la norma ISO 14001 y tiene pilares como el sistema de gestión ambiental interno, gestión del riesgo ambiental del crédito y soluciones de financiamiento verde.

    Katarina Zdraljevic, de la Unidad de Gestión Ambiental del banco, dice que la idea es impulsar en las empresas el uso responsable de recursos. Para ello, tiene la línea de financiamiento EcoCredit para promover inversiones en eficiencia energética, energías renovables y medidas ambientales.

    La entidad bancaria ha entregado más de 800 créditos verdes por USD 26,7 millones desde el 2012. Zdraljevic estima que se redujo cerca de 4 700 toneladas de CO2 con los proyectos que se ejecutaron con esos recursos. Además, cambió los equipos tradicionales por más eficientes en consumo de energía eléctrica, redujo las impresiones, usa el agua lluvia para riego de jardines.

    Para José Javier Guarderas, gerente de la firma de soluciones ambientales Sambito, las acciones empresariales concretas en favor del ambiente empiezan con un cambio de actitud de los colaboradores. Luego, dice, vienen las acciones que incluyen inversiones. “Si juntamos todas estas acciones se puede alcanzar hasta un 25% de reducción de los costos operativos de una organización”, asegura Guarderas.

    Los centros especializados apoyan

    El trabajo que realizan las empresas para reducir sus impactos ambientales encuentra un apoyo en centros especializados en temas como manejo de desechos, uso de energías limpias, eficiencia energética, entre otros temas.

    Un caso es el Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos y Producción más Limpia (CEER). Esta organización fue creada por iniciativa de la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (Onudi) y el apoyo del Ministerio de Industrias y Productividad.
    El objetivo del CEER es contribuir con la mejora de la productividad y competitividad de las empresas en el Ecuador.

    El organismo se constituyó el año pasado. Miriam Orbea, directora ejecutiva del CEER, explica que el centro reúne a cámaras y gremios empresariales, como la Cámara de Industrias y Producción, la Cámara de Industrias de Guayaquil, la Cámara de la Pequeña y Mediana Industria (Capeipi), la Asociación de Fabricantes de Alimentos y Bebidas, la Asociación de Productores Químicos del Ecuador, Asociación Nacional de Curtidores del Ecuador y la Asociación de Empresarios del Parque Industrial de Ambato.

    Según Orbea, el CEER agrupa a más del 50% de las empresas formales y eso deja ver la importancia que tiene hoy en día las políticas ambientales de los sectores productivos del país. “Las empresas están interesadas en incluir la variable ambiental en su gestión”.
    La vocera de la entidad asegura que es un tema que no tiene vuelta atrás. “Cada empresa hace lo suyo y con el Centro Ecuatoriano de Eficiencia de Recursos y Producción más Limpia el trabajo se encamina mejor”.

    Christian Cisneros, director ejecutivo de la Capeipi, cuenta otra experiencia: el centro de producción más limpia que se creó hace siete años y que fue reemplazado con el CEER. Con la gestión del centro de producción más limpia, las empresas se comprometieron a reducir la contaminación incorporar tecnologías limpias, reducir la huella de carbono, mejorar el manejo de recursos, siguiendo una metodología.

    “Iniciamos una programa para formar auditores ambientales y certificar empresas”, menciona Cisneros. También, destaca el uso de metodologías para reducir los impactos ambientales.
    Para Cisneros estas acciones benefician a la empresa. “Es un tema de eficiencia y de mercado. Las empresas con políticas ambientales se colocan a la vanguardia”.

    En Quito, la Secretaría de Ambiente del Municipio trabaja de la mano con empresas privadas. Su titular, Verónica Arias explica que el objetivo es lograr un desarrollo sostenible, “con equilibrio en lo productivo y lo ambiental”.

    Para esto la entidad trabaja en programas de reforestación, reciclaje, apadrinamiento de áreas públicas, entre otros. “Con esto hemos logrado, por ejemplo, sembrar un millón de árboles en tres años, así como activar puntos de recolección de desechos como pilas o medicinas caducadas”.

    Arias asegura que cada vez es más fácil involucrar a las empresas. Esto ocurre, según ella, porque existe más conciencia de tener un desempeño de mayores rendimientos económicos. “Muchas veces el mal manejo ambiental significa, multas, juicios y problemas para las empresas”.

    La asesoría genera conciencia y apuntala planes en las empresas

    Ser una empresa ambientalmente responsable representa hoy en día mucho más que una tendencia o una iniciativa en boga. El compromiso que deben asumir las empresas con respecto a sus políticas de trabajo para mejorar su relación con el entorno, dicen los expertos en asesoría ambiental, responde a dos factores.

    Por un lado, es un tema normativo, hay ordenanzas y leyes que regulan a nivel local el accionar de las empresas para que realicen mejores prácticas ambientales y generen una producción más limpia. Por otro lado, también es una decisión voluntaria que surge de una concientización social mucho más firme y real.

    Las nuevas generaciones de empresarios y emprendimientos ven a la responsabilidad ambiental no como una obligación ni como una opción para su empresa sino como una decisión.

    Sambito, por ejemplo es una empresa que está orientada a brindar asesoría ambiental, ofrece a sus clientes planes que apuntan a una sola dirección: buscar la sostenibilidad económica de la empresas; es decir, un equilibrio entre los sistemas productivos el ambiente y la sociedad. En función de ello, uno de los programas que impulsan es el Carbono Neutro, que incluye un diagnóstico de “los cinco engranajes claves de los sistemas productivos”, dice José Javier Guarderas, gerente general de Sambito. Estos factores son: la energía, iluminación, climatización, agua y combustibles.

    Otra organización que también cumple una función de asesoramiento ambiental es el Consejo Ecuatoriano de Edificación Sustentable (CEES), una asociación civil sin fines de lucro que busca promover y difundir las ideas y tecnologías de la edificación sustentable.

    Según Rodolfo Rendón, director del CEES, actualmente son más de 30 entidades que apoyan su iniciativa. “Tenemos edificios certificados internacionalmente como sustentables, por ejemplo, el aeropuerto de Baltra y hay varios que están en el proceso de obtener su certificación, como el nuevo Centro de Convenciones de Quito”, un proyecto que el CEES dirige por encargo de un consorcio canadiense.

    Además, mantienen colaboración con municipios del país.

    La empresa Oletnat, en Guayaquil,  tiene una planta para tratamiento de aguas residuales industriales. En su trabajo cuenta con la asesoría de la consultora ambiental Sambito. Foto: Joffre Flores / LÍDERES
    La empresa Oletnat, en Guayaquil, tiene una planta para tratamiento de aguas residuales industriales. En su trabajo cuenta con la asesoría de la consultora ambiental Sambito. Foto: Joffre Flores / LÍDERES
  • El establecer políticas compromete a la firma

    Redacción Líderes

    Los términos transversal y política usualmente aparecen ligados dentro de las declaraciones institucionales que se refieren a temáticas ambientales. Así lo afirma Carlos Reboll, consultor de la firma española en asesoría para recursos hídricos Aguas de Barcelona. “El escenario ecológico está arraigado en la siquis de quienes se proponen hacer empresa y no puede -ni debería de ninguna manera- desligarse de él”, añade.

    Con lo anterior coincide Carlos Andretta, director de Asuntos Corporativos de Cervecería Nacional. La firma trabaja, desde hace dos años, en el cumplimiento de su política ambiental del uso eficiente del agua en sus operaciones. “Entre el 2010 y el 2011, reducimos un 8% el consumo de agua por litro (de cervezas) producido, convirtiéndonos en ejemplo para otras filiales de SABMiller en el mundo”.

    La inclusión de políticas ambientales va más allá de ser un “membrete” para la imagen institucional. Se refleja en “la forma de hacer las cosas correctas”, para las operaciones de una firma. Así lo considera Mario Burbano de Lara, gerente general de Mutualista Pichincha, en un compilado de Sostenibilidad Empresarial del Comité Ecuatoriano de Desarrollo Económico y Territorial (Cedet).

    Para la consultora jurídica en temas ambientales Inés Manzano, las políticas de este tipo se convierten en una cultura empresarial más allá del marketing. Para ella, la falta de conocimiento de la gestión ambiental hace que las empresas sean poco competitivas e incumplan las leyes. “Si conocieran que ser ‘verdes’… les reduce costos, seguramente no dudarían en cumplir con la normativa legal y tomar medidas más allá de lo que se exige”.

    El impacto de los procesos bien ejecutados, según opina Gustavo Iñurritegui, pueden generar una exposición favorable para la empresa. Pero estas no tienen un origen comercial, son principios de la operación y del compromiso que deben mantener con el ambiente que garantiza un espacio para operar y generar empleo.

    Para el Ministerio de Ambiente, el desarrollo de políticas de reconocimiento público a la eficiencia en el manejo de recursos tiene por objetivo el posicionamiento internacional del producto local. En lo que va del año han entregado ocho reconocimientos Punto Verde, cuatro de ellos a la atunera Seafman, en Manta.

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  • GM apuesta por la conservación

    Xavier Basantes, Desde Copataza (provincia de Pastaza)

    En Los Cabos, México, el 14 de marzo, Achim Steiner, director del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), lanzó una advertencia: «las empresas que no adopten acciones para mitigar los efectos del cambio climático y que no se adapten a una nueva economía de bajas emisiones de carbono estarán destinadas al fracaso».

    Tres días antes de ese llamado de atención al mundo empresarial y en medio de una espesa zona selvática de la comunidad achuar de Copataza, en la provincia de Pastaza, se realizaba el simbólico corte de una cinta. Aquel acto sellaba el compromiso de entregar recursos económicos a cambio de conservar el bosque.

    Cobijados por árboles de chonta, copal, cedro… y acompañados del murmullo de animales e insectos, un puñado de personas de los 180 habitantes que tiene esa comunidad -situada a una altura de 1 500 metros sobre el nivel del mar-, celebraba el 11 de marzo, la presencia de los delegados del Ministerio del Ambiente y de la firma GM OBB del Ecuador.

    Ellos, tras haber cruzado el torrentoso río Copataza en ligeras embarcaciones de madera y caminar durante 25 minutos selva adentro, formalizaron un acuerdo para preservar la naturaleza. Cristian Terán, subsecretario de Patrimonio Natural del Ministerio de Ambiente; Max Lascano, gerente del Programa Socio Bosque; Esteban Vega, gerente de Mercadeo de GM OBB del Ecuador, acompañados de Julián Illanes, presidente de la comunidad achuar, dieron vida a un proyecto que se mentalizó hace dos años: el ‘Chevrolet Sail Carbono Neutro’.

    Con este proyecto se busca conservar más de 10 000 hectáreas de árboles del programa Socio Bosque (en las provincias de Pichincha, Sucumbíos, Manabí, Pastaza y Esmeraldas), en compensación a las emisiones de carbono correspondientes a los primeros 40 000 km de recorrido de los autos Chevrolet Sail. Este modelo de auto es emblemático para la empresa, porque es el más vendido en el mercado (más de 900 al mes) y es el que ofrece un rendimiento positivo en el consumo de gasolina: 60 km por galón.

    De esas 10 000 hectáreas, 200 se encuentran en Copataza, una zona ubicada aproximadamente a 100 km de distancia, por vía aérea, desde el centro de Shell Mera. Allá solo se puede llegar en avionetas Cessna, que tienen capacidad para seis personas y que también transportan víveres y otros enseres para el poblado.

    Los habitantes de esa comunidad, cuyo idioma es el achuar chicham, pero la mayoría habla kichwa y español, aspiran captar parte de los USD 230 000 anuales que entregará GM OBB al programa Socio Bosque, en los próximos cinco años. Con «esa plata», como dice uno de los dirigentes de la comunidad, Germán Vargas -luciendo una camiseta del Real Madrid de España-, esperan edificar puentes de madera, construir más aulas en la pequeña Escuela José Mejía Lequerica e intensificar los cultivos (chacras) de papa china, maíz, yuca, plátano, camote, caña de azúcar…

    Precisamente eso es lo que busca el Ministerio del Ambiente: que los recursos que se obtengan de este tipo de alianzas entre el sector público y privado vayan en beneficio de las comunidades, explica el subsecretario Cristian Terán. «Esta es la primera empresa que apuesta por los temas ambientales», indicó.

    El Programa Nacional de Incentivos Socio Bosque es un ambicioso proyecto del Gobierno, mediante el cual se han suscrito más de 2 340 convenios, en el área de conservación, dice Max Lascano.

    Uno de los retos que tiene este programa es el financiamiento, ya que Socio Bosque suscribe acuerdos de conservación con las comunidades, por un lapso de 20 años. Entre el 2008 y el 2013, para este propósito se han destinado USD 31,5 millones, para evitar la deforestación y tala indiscriminada de árboles.

    «Los fondos que se recauden, ayudarán a cuidar el bosque, para que este territorio sea único. Esta es una apuesta de General Motors por la conservación y el cuidado ambiental», comentaba Esteban Vega a los asistentes al corte de la cinta, en medio del bosque húmedo tropical.

    El convenio se formalizó en Quito, la semana anterior, y lo suscribieron la ministra de Ambiente, Lorena Tapia, y el presidente ejecutivo de GM OBB del Ecuador, Fernando Agudelo.

    «Reconocemos la gestión de la empresa privada en temas de responsabilidad social empresarial. Hoy, el cuidado ambiental es una forma inteligente de hacer negocios», sentenció la Ministra.

    La estrategia de GM

    El plan. Por cada Chevrolet Sail que salga de los concesionarios, la firma y los clientes aportarán para conservar los bosques y compensar las emisiones de los primeros 40 000 km del auto.

    La cobertura. Las 10 000 hectáreas que se protegerán, equivalen a 10 000 canchas de fútbol; la cuarta parte de la ciudad de Quito o casi 150 veces la extensión del parque La Carolina.

    El respaldo técnico y ambiental de GM del Ecuador.   La iniciativa cuenta con el respaldo de la organización Conservación Internacional y la garantía de cumplimiento y certificación de TUV Rheinlandcon (Alemania), con el respaldo técnico de la firma Sambito.

  • Una campaña para proteger a Galápagos

    Redacción Guayaquil

    Una campaña publicitaria se suma a los esfuerzos por la conservación de las Islas Galápagos. Esta vez, el Ministerio del Ambiente en coordinación con la Agencia de Regulación y Control de la Bioseguridad y Cuarentena para Galápagos (ABG) y el Parque Nacional Galápagos lanzaron la campaña ‘Galápagos, el Paraíso Mejor Conservado del Mundo’. Esta pieza publicitaria tiene como objetivo mostrar al mundo todas las acciones y logros de las islas.

    La finalidad es mantener los altos niveles de conservación que hacen de Galápagos el archipiélago mejor conservado. En la primera etapa de la campaña se informará a los turistas y a los residentes, sobre los productos que pueden ser transportados y movilizados al y dentro del archipiélago, para evitar que ingresen especies invasoras.

    Alternadamente se promocionará una campaña probono: «Galápagos puede cambiarte a ti, pero tú no puedes cambiar la vida en Galápagos». Esta fue auspiciada por la ABG y Wild Aid, una organización internacional en contra del comercio ilegal de vida silvestre.

    La agencia Véritas DDB fue la encargada del comercial, el que participaron los cantantes Juan Fernando Velasco y Jorge Villamizar. La grabación del comercial le tomó al equipo creativo una semana y se realizó en las diferentes locaciones de la isla Santa Cruz.

    «Colaborar con la preservación de Galápagos es una obligación de los ecuatorianos; para nosotros es motivo de orgullo haber colaborado desinteresadamente en el desarrollo de esta campaña», dijo Horacio Chavarría, presidente ejecutivo alterno de Véritas DDB, en la presentación de esta estrategia.

    Detalles del plan
    La campaña. Fue lanzada el 25 de marzo en Guayaquil.

    Conservación. Los ecosistemas insulares y marinos son amenazados por la introducción de especies.