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  • Santiago Yépez: ‘Corte definirá si caben consultas’

    Mayra Pacheco

    (I) redaccion@revistalideres.ec

    Entrevista a Santiago Yépez, presidente de la Cámara de Minería del Ecuador desde 2017 hasta la actualidad.

    ¿Cuál es la postura del sector frente al nuevo pedido de consulta popular sobre el futuro de la minería en cuatro parroquias de las provincias de Imbabura y Carchi?

    Luego de la postura del presidente Lenín Moreno durante el Informe a la Nación el 24 de mayo, que fue bastante clara, el sector finalmente se siente respaldado. Creemos que el Gobierno está dando señales respecto a que quiere apalancar el desarrollo del país a través del impulso a la minería industrial responsable. Hay que resaltar también el pedido que hizo el Presidente a la Corte Constitucional respecto a la consulta que hubo en el cantón Girón.

    Pese a este respaldo hay iniciativas ciudadanas que pretenden frenar la minería.

    Evidentemente. El nuevo pedido de consulta popular, que se tramita en la Corte, nos preocupa mucho, porque esto podría abrir la posibilidad de que se pueda llevar a cabo consultas locales en cualquier tema de interés nacional. Esto no es un tema exclusivamente minero. Lo que se discute es que comunidades locales puedan pronunciarse y detener proyectos estratégicos del sector petrolero, minero, hidroeléctrico, cuando esto es de competencia exclusiva del Gobierno central.

    Luego de la consulta popular del Girón sobre minería, en marzo pasado, ya se advertía que los resultados podían generar un precedente. ¿Por qué llama ahora la atención esta nueva iniciativa?

    La Corte Constitucional tiene la labor histórica de finalmente propender a que se cumpla la Ley y la Constitución. Lo que pasó con la consulta popular del Girón, en Azuay, es diferente.

    ¿Por qué?

    El Consejo Nacional Electoral (CNE) presentó en el 2012 a la Corte Constitucional una pregunta sobre el futuro de la minería en Girón. Entonces, la Corte tenía 20 días para pronunciarse, pero el organismo de ese entonces no respondió. Por esto, en noviembre del 2018 el CNE dijo que al no haber sido contestado el pedido en el plazo establecido se entendía como una aprobación tácita de la Corte a la pregunta realizada. Y así se dio paso a la consulta en Girón. La Corte actual no se pronunció, porque el plazo había vencido, pero tampoco hizo un análisis sobre el fondo de la pregunta.

    ¿Qué expectativa tienen ahora sobre el tratamiento de esta nueva iniciativa?

    Esperamos que esta Corte se pronuncie considerando que los recursos naturales son de todos los ecuatorianos y por lo tanto su manejo es competencia exclusiva del Gobierno central. Estamos conscientes de que la opinión de las comunidades es válida y fundamental para el desarrollo de un proyecto, pero esta debe manifestarse de la manera que establece la Constitución y la Ley. Y la consulta popular no es una de esas formas.

    Los proponentes de la nueva iniciativa argumentan que no se ha hecho una consulta previa para el desarrollo de los proyectos mineros.

    El tema de la consulta previa es bastante difuso. Se debe entender que esto nace del convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), del cual Ecuador es suscriptor. La consulta cabe donde existen comunidades ancestrales aborígenes e indígenas. No cabe en cualquier parte del territorio nacional. Además, según este convenio, la posición de las comunidades no es vinculante.

    La Constitución establece también que los ciudadanos pueden impulsar consultas populares de los temas que consideren pertinentes.

    Totalmente correcto, nosotros respetamos ese derecho. Pero la Constitución dice que se llevarán consultas populares locales de temas que competan exclusivamente a esa circunscripción territorial. En temas de interés nacional, porque los recursos naturales son de todos los ecuatorianos, no cabe consultar localmente si se desarrolla o no cierto proyecto.

    Finalmente, esos ingresos que recibe el Estado irán al Gobierno central y ahí se decidirá a dónde van esos fondos. Pero si se frena la ejecución de estos proyectos, por una sentencia de la Corte, el Estado deberá responder a demandas internacionales, por no cumplir con los acuerdos establecidos.

    ¿Qué mensaje recibirían los inversionistas en el caso eventual que se concrete esta nueva iniciativa de consulta?

    Que no hay seguridad jurídica, no solo en el sector minero, sino en cualquier proyecto estratégico, porque pese a la buena disposición del Gobierno para traer inversión se generarían dudas.

    ¿Qué han señalado los representantes de las empresas mineras respecto a este tema?

    El sector y las empresas están nerviosos por lo que pueda pasar ante una eventual resolución negativa de la Corte Constitucional, pero también consideramos que este organismo se pronunciará de manera adecuada, en beneficio del país. No se está discutiendo si me gusta o no la minería, sino el cumplimiento de la norma Constitucional y de las leyes.

    El prefecto de Azuay, Yaku Pérez, ha manifestado que quiere promover una consulta popular provincial para prohibir la minería. ¿Cómo ven este posible escenario?

    La resolución sobre la iniciativa de consulta popular en cuatro parroquias de Carchi e Imbabura dará la pauta sobre si se puede o no realizar una consulta popular local, provincial, cantonal, en temas restrictivos del Estado.

    ¿Por qué no se permite que los ciudadanos de una localidad se pronuncien sobre estos temas?

    En Colombia, en cuatro años, hubo más de 130 consultas populares locales sobre temas de interés nacional como proyectos mineros, petroleros. Y, finalmente, hace cinco meses, la Corte Constitucional determinó que estas iniciativas no son los mecanismos adecuados a través de los cuales la comunidad puede pronunciarse sobre temas de interés nacional. No hay que caer en el mismo error. Hay que evitar que se tergiverse la Constitución y que el Estado pierda el ingreso de recursos.

    ¿Qué representa la actividad minera en el país, en términos económicos?

    Desde el 2017 hasta el 2021, Ecuador tendrá alrededor de USD 10 000 millones de ingresos, por inversión extranjera directa, impuestos y otros.

    Se puede justificar estas iniciativas de consulta, porque para los ecuatorianos la minería industrial es relativamente nueva.

    La minería no es nueva en el país, los proyectos que están por empezar la fase de producción Fruta del Norte y Mirador fueron descubiertos en 2006 y los 90, respectivamente. Esto quiere decir que las compañías, con un justo título, han venido trabajando e invirtiendo de manera permanente y no puede ser que al final, al pretender entrar ya a la etapa de explotación de minerales, se deslegitime el proceso y declare que no se va a avanzar con el mismo.

    Aparte de respaldo, ¿qué más se requiere para promover esta actividad?

    Creemos que existe un respaldo del Gobierno, que más allá de las palabras debe traducirse en acciones para propender a la protección de las inversiones y que los proyectos Río Blanco y Loma Larga puedan continuar su operación, emitir una regulación sobre la consulta previa en temas mineros y la reapertura del catastro serían señales muy importantes.

    Hoja de vida

    Cargos. Presidente de la Cámara de Minería del Ecuador desde 2017 hasta la actualidad. Es fundador y presidente de Gomine S. C. Entre 2013 y 2014 fue gerente de la Empresa Nacional Minera.

    Trayectoria. Se ha desempeñado como abogado, gerente de estudios jurídicos, ha ejercido la docencia. Tiene experiencia en la empresa privada y pública. Y, en consultoría de empresas dedicadas a los recursos naturales.

    Formación. Es doctor en Jurisprudencia, tiene masterados y posgrados en Derecho Internacional y Negocios, en Ciencias Financieras, en Derecho Internacional Privado, Curso de Negociación y otros.

    Santiago Yépez: Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
    Santiago Yépez: Fotos: Vicente Costales / LÍDERES
  • Internet: La mayor sala de espera para los médicos y la nueva consulta para los pacientes

    Por Frederic Llordachs, CEO de Doctoralia

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    No creo descubrir nada nuevo cuando afirmo que hoy día las enciclopedias y las guías en papel han sido sustituidas como fuente de conocimiento para encontrar información sobre lugares, efemérides, citas, biografías, descripciones de productos o servicios. Del mismo modo, y aunque nos cueste asimilarlo, debemos aplicarnos esta realidad: Si no estamos en internet, no existimos.

    Está claro que Internet no ha sustituido (y por el momento no podrá sustituir) la consulta presencial con el médico. Sin embargo, los pacientes ya buscan cada vez más información al experimentar síntomas antes de acudir al médico. Y después de la visita vuelven a internet para tener más información a la hora de tomar decisiones, acabar de informarse sobre un tratamiento, o simplemente para compartir su opinión sobre el trato recibido o el médico que les atendió.

    En este sentido, las opiniones compartidas de otros viajeros sobre un hotel en Tripadvisor o sobre un libro en Amazon ya no nos sorprenden ni nos cuestionamos su validez. Así, buscar o compartir opiniones sobre tratamientos, profesionales de la salud o centros médicos es algo cada vez más común. Es este «rastro online» sin controlar el que puede resultar profesionalmente peligroso para los sanitarios descuidados, y engañoso para los usuarios.

    Hace unos años encontré en Google el caso de un psiquiatra (que aun hoy pongo de ejemplo en mis charlas) cuyo caso es un gran ejemplo del impacto que sobre nuestra identidad digital en Internet pueden tener acciones malintencionadas. Este médico, probablemente tras un desencuentro con un paciente, le provocó al mismo una airada reacción que convirtió al profesional sanitario en víctima de una tenaz campaña de desprestigio online basada en su avidez por el dinero.

    Hoy, años después, y si bien últimamente la prestigiosa institución en la que trabaja parece haberse puesto las pilas y en búsquedas en Google de su nombre ya no aparecen estas referencias negativas antes del octavo resultado (la antesala del olvido que es la segunda página de resultados), aún puede encontrarse entre los primeros resultados visuales fotomontajes con su cara en un billete, presentes desde años atrás.

    La moraleja de esta historia no es otra que debemos ser dueños (o al menos intentarlo) del contenido que aparece sobre nosotros como profesionales en Internet, sea cual sea nuestra profesión, pero aún más si somos profesionales de la Salud. Pero para eso debemos perderle el miedo a la red y sobre todo, pensar como lo haría un usuario (y si me lo permiten, meterle ganas y alguna que otra hora).

    Internet es una herramienta cada vez más poderosa, extremadamente veloz y que lo mismo puede acercarnos a pacientes y otros profesionales, reforzando nuestra credibilidad y reputación, como puede amplificar el impacto de una crítica (porque un día malo lo puede tener cualquiera) y alejar a potenciales clientes o darles una imagen poco profesional de nosotros.

    Lo más importante es estar presente, conocer esas experiencias (y quizá descubramos oportunidades de mejora en el servicio que brindamos: ya se sabe, en el idioma chino, la palabra “crisis” -weiji-, se compone de dos ideogramas: Wēi -peligro- y Jī -oportunidad-), y en todo caso cultivar la recomendación de todos los pacientes y la valoración por parte de los mismos, así como el respaldo de otros compañeros de profesión.

    Otro elemento jugará un papel esencial: la rigurosidad y credibilidad de la información hallada en Internet por los usuarios. ¿Quién no ha sentido un síntoma y ha ido a consultar inmediatamente al Dr. Google sobre su dolencia? ¿Y quién no se ha asustado de los resultados hallados en la búsqueda? ¿Tumor cerebral por dolor de cabeza? ¿Cáncer por una tos? O incluso peor: soluciones sin origen claro a problemas de salud.

    Una de las cosas que más nos preocupan del mundo online a los profesionales de la salud es el reconocimiento e identificación de fuentes de información contrastada por expertos. La inexperiencia del usuario en la búsqueda de cuestiones relacionadas con la salud genera muy a menudo alarmismo y propicia actuaciones incorrectas que pueden agravar la patología existente.

    Los sellos de validación de webs no son una solución a dia de hoy, puesto que no existe ninguno que valide el contenido en tiempo real. Por eso la participación online de expertos claramente identificados e identificables es clave para poder ofrecer respuestas y contenidos rigurosos y con el mejor aval: la garantía de un profesional con una identidad clara (además de una fecha que valide la vigencia de los contenidos). Y sobre todo, todo profesional de la salud debe contar con un arsenal de información online al que poder dirigir al paciente, porque es lo que el paciente necesita: que le sepamos orientar. Porque cuentan con nosotros.

    Internet no ha sustituido la consulta presencial con el médico. Foto: Archivo
    Internet no ha sustituido la consulta presencial con el médico. Foto: Archivo
  • Las consultas médicas también aumentan por inicio de clases

    La temporada vacacional de la Sierra y Oriente, donde una de las costumbres de las familias es visitar lugares con otro clima, ocasiona que los menores se contagien de gripes y virus por el cambio de temperatura.

    Para el regreso a clases, los padres llevan a sus hijos a los centros médicos para que les realicen un chequeo completo, explica Alfredo Fernández de Córdova, quien atiende un consultorio pediátrico en el suroriente de Cuenca. A este consultorio llegan unos 20 pacientes al día. Pero entre agosto y septiembre, previo al inicio de clases, atiende unos 25 menores al día, dice el especialista.

    Según datos del Censo Económico del 2010 del Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) entre la Sierra y Oriente suman 6 629 centros médicos privados. Para la consultora de mercados, Daniela Toledo, esa cobertura se debe a que el consumidor se preocupa más por su salud y la oferta responde ante esa demanda.

    Cristian Ortega atiende un consultorio médico en el sur de Cuenca. Explica que atiende unos cinco menores al día. No obstante, con el retorno a clases esa cifra se triplica, porque los padres piden un chequeo para solicitar un diagnóstico de la salud de su hijo.

    El costo por consulta es de USD 10. Para realizar una evaluación acertada, continúa Ortega, se solicita exámenes de sangre, orina, etc., que suman USD 25.

    Para Ortega la atención durante la temporada escolar representa un 15% de sus ingresos que equivale a unos USD 25 000 al año.

    Mariela Dávila tiene dos niños de 5 y 8 años. La semana pasada destinó USD 90 en consulta médica, exámenes y vitaminas para que inicien la temporada escolar. “Es un dinero bien invertido, porque se trata de la salud de mis hijos”.

    Ortega explica que no se trata de un negocio, sino de un servicio. No obstante, reconoce que la época previa al ingreso a clases sí se activa el negocio ya que proliferan los virus y los menores requieren chequeos de rutina.

    Daniela Toledo agrega que la salud cada vez toma más importancia en el país y “este negocio evidencia un crecimiento y la tendencia es a la alza”.