Etiqueta: convivencia

  • Un espacio que combina la escalada y la convivencia

    Patricia González

    Un niño de unos 10 años escala un muro de colores, apoyando sus extremidades en presas de color naranja. Lo intenta, cae y vuelve a intentarlo. Mientras, otro niño, un poco mayor, vestido de bermuda y camiseta azul, alcanza la meta siguiendo las presas del mismo color.

    Cerca de 15 niños y adolescentes trepaban y correteaban la mañana del miércoles 26 de julio en Campo 4, una sala de escalada, que funciona desde junio de 2015 en el norte de Quito, dirigida a principiantes y expertos en la escalada.

    El espacio incluye gimnasio, sala de yoga, telas y liras para practicar danza aérea, sauna y duchas. También, una cafetería que ofrece batidos, comida vegana y ‘snacks’.

    Montar un gimnasio de escalada, que además se combinara con una cafetería, era el sueño de Sebastián Zurita, quien desde hace 12 años practica este deporte. Tras retornar de una estadía de dos años en Europa, Sebastián y su amiga Estelle Saulton se dieron a la tarea de buscar socios para el futuro emprendimiento.

    En 2015 se reencontraron en Quito con un amigo que conocieron en Europa. Pierre Fremaux, aficionado a los deportes de montaña, se convirtió en el tercer socio de Campo 4. El cuarto socio fue un amigo de Pierre, que los acompañó hasta el pasado mes de marzo. Desde entonces, se sumó al equipo Andrés López, quien practica escalada desde hace año y medio. “Me enamoré de este deporte”, cuenta.

    La inversión inicial para Campo 4 fue de USD 80 mil. Sebastián trabajó el diseño del muro. Son más de 300 m2 de paredes de escalada: rectas, inclinadas o en forma de arcos. Cuenta con seis niveles de dificultad, identificados con presas (agarres) de diferentes colores, que van marcando rutas a los escaladores.

    El sistema de presas es una de las características que más agrada a Fabricio Gavilánez, cliente del gimnasio. “Para quienes están comenzando a entrenar es mucho más fácil, incluso pueden practicar solos. También permite autoevaluarse”, señala.

    También le gusta el ambiente del lugar. “Es muy amigable. Nadie busca la competencia, sino la convivencia”, señala Fabricio, quien practica en este espacio junto a su novia, desde hace dos años.

    David Cordero, otro cliente, coincidió con Gavilánez sobre el ambiente de Campo 4. “Además de hacer ejercicio, he encontrado muy buenos amigos. Somos como una pequeña familia”. Comenta que con regularidad escala en grupo al aire libre, dentro y fuera de Quito. Él entrena unas cinco veces por semana en Campo 4, desde hace dos años. “Es espectacular, de las mejores salas de escalada en Quito. Las presas tienen una textura parecida a la roca”, señala.

    Campo 4 funciona los 365 días del año, en horario de 11:00 a 23:00 de lunes a viernes y de 11:00 a 19:00 los fines de semana. Hay diferentes opciones para disfrutar de sus servicios. Es posible pagar una entrada simple por un día o cancelar membresías mensuales, trimestrales o anuales. También, asistir a clases con instructores, las cuales tienen un costo mensual de USD 70 para niños y adolescentes y de USD 120 para adultos.

    Alrededor de 350 personas son clientes fijos del gimnasio, afiliados por membresía. Actualmente, Campo 4 está facturando entre USD 7 u 8 mil al mes. A futuro, los socios aspiran extender el proyecto a otras ciudades del Ecuador. Adelantaron que posiblemente a finales de este año puedan llevar el gimnasio a la ciudad de Manta.
    “Es un deporte que está en crecimiento en el país y en el mundo. La escalada te fortalece física y mentalmente”, destaca Zurita.

    Andrés López y Sebastián Zurita son socios de Campo 4, una sala de escalada ubicada en el norte de Quito. Su negocio está dirigidido a expertos y principiantes en esta actividad. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Andrés López y Sebastián Zurita son socios de Campo 4, una sala de escalada ubicada en el norte de Quito. Su negocio está dirigidido a expertos y principiantes en esta actividad. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Convivencia en la oficina Y: diversidad, mano blanda y comunicación fácil

    Diario La Nación de Argentina

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    Ningún jefe se va a extrañar si hoy un empleado le avisa por un mensaje en WhatsApp que está enfermo. Menos si ese colaborador solo se saca un auricular para responder mientras de reojo sigue atento a la pantalla, o si en una charla informal le revelan un nuevo romance dentro de la oficina.

    Y, seguramente, ese jefe se valga de un intercambio más horizontal con su equipo de trabajo, lejos de un estilo ‘mano dura’ de liderazgo. Es que del otro lado, sobre todo si se trata de empleados nacidos a partir de la década de los ochenta, esperarán de él y de la organización para la que trabajan flexibilidad, transparencia y horizontalidad.

    En la última década la oficina cambió. Se modificaron el comportamiento y las relaciones de sus miembros al ritmo de las transformaciones sociales: la conectividad, la globalización, el paulatino derrumbe de tabúes y el ingreso en el mundo laboral de las nuevas generaciones, con sus propias costumbres y valores.

    Como dice el experto y autor del libro ‘Historias y mitos de la oficina’, Alejandro Melamed, estas nuevas generaciones -hoy los Y, mañana los Z-, inspiradas en lo vivido en sus propios hogares y por el desarrollo de las sociedades, traen valores como la democratización de las decisiones, la diversidad, el disfrutar de la vida más allá del trabajo o el cuidado del medioambiente y la salud.

    Para Alejandro Mascó, socio consultor de Human Brand y autor del libro ‘Los 7 mitos capitales’, esta generación supo relacionarse con sus padres de una forma más cercana, diciendo lo que piensan y esperando lo mismo de los demás.

    Es cierto que no todas las empresas y organizaciones han adoptado estos cambios y algunas los han motorizado por un ­marketinero “deber ser” o con la idea de dar flexibilidad para conseguir más productividad.

    La oficina y el amor son compatibles

    En su libro, Melamed derriba ciertas creencias instaladas sobre el amor y el trabajo: eso de que son incompatibles, que solo se da en casos especiales, que siempre se ocultan o no son auténticos. “El amor dentro de la organización no es ni bueno ni malo. Lo que puede ser bueno o malo es el modo cómo se aborda, el impacto que tiene, las consecuencias que produce”.

    En ese sentido, Harry Campos Cervera, médico psiquiatra de la Asociación Psicoanalítica Argentina, advierte que si bien es esta una cuestión que se ha liberalizado, no deja de tener su costado conflictivo: casos en los que se rompe la pareja y siguen trabajando juntos, o el manejo de información confidencial, o mantener la imparcialidad en el trato con la pareja frente a los empleados.

    La diversidad, un valor incorporado

    Para el lanzamiento del libro ‘Los 7 mitos capitales’, Mascó reu­nió a chicos de la generación Z -entre 5 y 17 años- y les preguntó: ¿qué es la diversidad? La respuesta fue otro interrogante: “No entiendo, ¿cómo la diversidad?”. Claro: se lo preguntaban a chicos de una generación que no comprende el concepto de diversidad como un ideal a alcanzar, sino que la vive a diario. “Es parte de su historia. Lo diferente es parte de su vida cotidiana. Y esto va generando cambios -dice Mascó-. El gran desafío es generar espacios laborales que sean un reflejo de esto”.

    La directora del Centro Conciliación Familia y Empresa del IAE, Patricia Debeljuh, señala que si bien se tiende a asociar el concepto con la discusión de los roles de varones y mujeres, es un término mucho más amplio. “Cuando en las empresas hablamos de diversidad nos referimos al compromiso de contar con todos los componentes visibles (edad, raza, sexo) e invisibles (idioma, experiencia profesional y religión, entre otros) del capital humano”.

    La ética: del discurso a la práctica

    Es un hecho: cada vez más gente quiere trabajar en organizaciones que se comprometan con el otro, con el medioambiente y, por supuesto, con ellos mismos. Y en este cambio del paradigma laboral, el concepto de ética vuelve a entrar en juego. “La ética debe visualizarse y expresarse en cada acto, en cada situación, en cada interacción. Primero, con el trato con los empleados, luego con sus proveedores, clientes, el Estado, el medioambiente, la comunidad. No es la ética teórica sino la ética de poner en práctica todo lo que se predica”, dice Melamed. 

    Debeljuh compara a la ética con el aire: uno se da cuenta de lo importante que es cuando falta. “Por eso, en contextos de confusión, de relativismo, de escepticismo, de corrupción, la gente se replantea si todo da igual, si existen parámetros objetivos que guían el comportamiento”, dice. Un replanteo que cada vez más tiende a materializarse en demanda.

    Saber escuchar y observar ayudará a influenciar sobre el resto en la oficina. Ilustración: Getty Images / EL COMERCIO (gda)
    Saber escuchar y observar ayudará a influenciar sobre el resto en la oficina. Ilustración: Getty Images / EL COMERCIO (gda)
  • La tarea de RR.HH. debiera replicarse

    Ivanna Zauzich Redacción Cuenca / LÍDERES

    Hace pocos días, dos empleados (hombre y mujer) de una empresa en Cuenca, tuvieron diferencias. Ella aseguró que su compañero laboral, durante el turno nocturno, la acosaba y por eso llevó a su esposo, para «solucionar» el conflicto que culminó en una riña física.

    Este escenario no es viable en una empresa que debe contar con los filtros adecuados para solucionar estas situaciones en su equipo de colaboradores.

    Una herramienta clave es el manual de convivencia, dice Marcia Pulla, directora de la Consultora MBPC, en el que se debe direccionar el comportamiento de los empleados. Asimismo, antes de la contratación se debe realizar una evaluación psicológica para identificar que el colaborador sigue las reglas y puede regirse y cumplir el manual de convivencia dentro de la compañía.

    Para Daniel Rodríguez, consultor de RR.HH., aunque los manuales son eficaces, es necesario establecer dinámicas para las jornadas, cuando la oficina de talento humano no esté disponible.

    Estos casos de hostigamiento son más comunes en plantas de producción que sobrepasan los 50 colaboradores. Es importante entender el acoso como una realidad en las empresas. Por esa razón, es imperativo que el encargado nocturno conozca el manejo de talento humano para atender estos casos.

    Según la experiencia de Rodríguez, la mayoría de organizaciones deja a cargo en el área de producción una figura similar a un capataz o un supervisor. Aunque este personaje es efectivo, porque su responsabilidad es supervisar a los empleados para incrementar la productividad, su manejo en otras áreas es deficiente, porque no está entrenado en ese aspecto.

    Para evitar estos conflictos, la firma Continental Tire Andina tiene, en total, 28 jefes de turno capacitados en RR.HH. para resolver inconvenientes cuando la oficina de esa área no esté abierta (fines de semana y en la noche), indica el vicepresidente de Recursos Humanos, Gustavo Malo.

    Esta compañía trabaja tres turnos al día, los siete días a la semana y es clave que los supervisores en los turnos sepan manejar situaciones de irrespeto entre compañeros que generen un mal ambiente laboral. Por esa razón, la capacitación para los encargados de los turnos es trimestral. Esta estrategia no es nueva, acota Malo, sino que se instauró hace 15 años y los resultados son positivos, por la relación cercana y colaborativa que hay entre los 1 184 empleados de la firma.

    Para Mónica Ramírez, directora de la consultora Calidad Laboral (Quito), la táctica de Continental Tire Andina debe ser replicada. El área de RR.HH. no es una oficina que funciona ocho horas al día, sino una actitud de la empresa, para mejorar el ambiente laboral. Esta tendencia comienza a tener más aceptación en las empresas en el país.

    Hay una creencia de que el acoso sexual, señala Ramírez, viene desde los gerentes hacia otros cargos de menor rango. Sin embargo, eso no es cierto, porque se evidencia acoso entre pares y es uno de los temas que debe tratar el encargado de talento humano. Es importante que las empresas enseñen a los encargados de RR.HH. cómo identificar situaciones incomodas, temor y tensiones entre los empleados. Además, impulsar una real cercanía y relación cordial.

    El comportamiento

    El reglamento interno. La experta Mónica Ramírez considera que una pieza clave en este proceso es la vigencia de un manual de convivencia, acompañado de un proceso de capacitación.

    La capacitación. Los cursos de talento humano deben desarrollarse, mínimo, una vez al año, para enseñar las nuevas tendencias que se deben tener en cuenta en el ambiente laboral.

  • Acoso, cuando el lobo se viste de oveja

    ARTURO CASTILLO / Prof. y motivador de técnicas psicorrelajantes

    EL ESPECIALISTA

    Es difícil establecer la frecuencia con que se dan relaciones extralaborales que involucran situaciones amorosas y sexuales. Tampoco puede cuantificarse el acoso sexual que sufren muchas mujeres en el trabajo. Una cosa sí es cierta: el ambiente laboral esconde circunstancias que son sistemáticamente soslayadas.

    Los espacios de trabajo no son simples extensiones de la vida concreta sino la vida misma. No son ámbitos artificiales, como pretenden aquellos que fraccionan la existencia en lo personal y lo laboral, sino la realidad como tal.

    No es raro, entonces, que aquellos que viven su sexualidad de manera reprimida y mediocre; que no logran satisfacer sus pulsiones por vías socialmente constructivas, expresen en los espacios laborales todos esos vacíos, que pretendan llenarlos.

    El acoso sexual y la seducción no siempre ocurren en la asimetría de la autoridad; no siempre son los jefes quienes reclaman favores sexuales de sus subalternos. Esta aberrante práctica es bastante frecuente entre pares, entre colegas. ¿Por qué? Seguramente debido a la cercanía cotidiana, quizás porque con el trato diario caen algunas barreras y los límites se vuelven difusos.

    Puede, por ejemplo, que la espontaneidad, el trato afable, den margen para que el acosador los interprete como abiertos mensajes para que desate sus malsanos propósitos. El acosador suele dar signos de sus intenciones con contactos físicos inapropiados, con bromas de corte sexual, con insinuaciones de doble sentido. La fórmula para contrarrestar a los acosadores es poniéndose firmes y la empresa debe actuar con firmeza, denunciando su conducta.