Etiqueta: Cosmetica

  • La cosmética natural es su sello diferenciador

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El emprendimiento Mama Tungurahua tiene su origen en Baños de Agua Santa (Tungurahua), donde Rosa González, dueña del Hospedaje Higuerón, aprendió a elaborar jabones, en el 2014, con la orientación de una norteamericana.

    Paralelamente, su hermana Sofía González –quien se había quedado sin empleo en Quito– comenzó a preparar cremas para uso personal, que le ayudaron a mantener su piel hidratada durante su embarazo. “Era difícil encontrar productos naturales. Así que investigué y empecé a hacerlas yo”, comenta.

    Fue así como vieron en la elaboración artesanal de productos de cuidado personal una oportunidad de negocio.

    La producción la comenzaron con una inversión de USD 2 000, para la compra de insumos y adecuación de un taller en el hostal, en la ciudad de Baños.

    El primer producto que comercializaron, a inicios del 2014, fue jabón. De este, actualmente, tienen seis variedades con notificación sanitaria: aguacate y leche, rosas y chocolate, avena y miel, chocolate, cenizas del volcán de Tungurahua y enfieltrado. Además, producen bálsamos labiales en barra, de coco y caléndula.

    En un comienzo su principal punto de venta eran las ferias agroecológicas, como la del Parque La Carolina, en Quito. Actualmente, esta se encuentra suspendida por la pandemia de covid-19.

    La pequeña empresa ha desarrollado otros productos; se encuentra en proceso de gestionar la certificación técnica para la venta formal de los mismos. En jabones tiene presentaciones de caléndula, sábila, cerveza y café. Adicionalmente, elabora champús en barra y jabón para la higiene dental; cremas en barra a base de cacao y un bálsamo para la barba.

    “Todo se produce en el mismo taller, con permisos sanitarios”, explica Sofía, cofundadora. Las dueñas investigan muy bien sobre los beneficios de cada producto que utilizarán como materia prima; trabajan con más de 15 proveedores, en su mayoría locales.

    La fórmula se testea por entre uno y tres meses; luego se ajusta para su comercialización, etapa en la que también se realiza un testeo. “No siempre son demandados”, indica Sofía González.

    Todos los productos están en estado sólido, para evitar el embalaje en plástico. Los jabones se entregan en cajas de cartulina de caña y las cremas en cajas de madera. Los bálsamos son el único producto que entregan en plástico, pero están en proceso de cambiar a papel, con el objetivo de evitar la contaminación ambiental.

    Los productos de Mama Tungurahua se encuentran en alrededor de 21 tiendas del país, que comercializan artículos naturales y artesanales y que promueven la tendencia de “cero desperdicios”. Están localizadas en las provincias de Pichincha, Tungurahua, Imbabura, El Oro, Santa Elena y Loja. Actualmente, también se pueden encontrar en una feria artesanal, que se realiza cada sábado en el local El Cafecito, del sector La Mariscal, en Quito.

    All Green Shop, una tienda de productos orgánicos, biodegradables y naturales localizada en Ambato, ofrece los productos de Mama Tungurahua por alinearse con sus objetivos de cuidado del planeta. “Tienen conciencia ambiental desde el origen de los insumos hasta la presentación de los productos”, señala Andrea López, copropietaria de la tienda .

    Alexandra Carrera, de 34 años, es una clienta frecuente del emprendimiento de cosmética artesanal. Les ha comprado champús en barra y jabones para rostro y cuerpo. “Los productos naturales le hacen muy bien a mi cuerpo. Estoy tratando de no usar tantos químicos, los estoy dejando poco a poco. Su jabón de sábila me dejó muy bien el rostro”, comenta.

    Con la pandemia, Sofía y Rosa han fortalecido la venta directa por medio de canales digitales, con entrega a domicilio, en todo el país. La marca de productos de cuidado personal factura entre USD 1 200 y 1 500 mensuales.

    2 000 DÓLARES Fue la inversión inicial para comenzar con la producción de Mama Tungurahua

    Sofía y Rosa González, fundadoras del emprendimiento cosmético, que produce al mes cerca de 200 jabones, en su taller, en Baños de Agua Santa. Foto: cortesía Mama Tungurahua
    Sofía y Rosa González, fundadoras del emprendimiento cosmético, que produce al mes cerca de 200 jabones, en su taller, en Baños de Agua Santa. Foto: cortesía Mama Tungurahua
  • Cosmética proambiente, con insumos naturales

    Redacción Quito, (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Lograr que en el país la cosmética natural se desarrollara de manera profesional fue el objetivo que impulsó a Adriana Orellana a fundar la firma Ali Botanics.

    La idea nació en el 2015, cuando ella estudiaba su maestría de Marketing Digital en Escocia. En ese momento, el Reino Unido vivía un ‘boom’ de los cosméticos producidos con insumos naturales, lo que despertó su interés y le impulsó a formarse en el tema.

    “Comencé a hacer unos cursos y vi la importancia de evitar químicos y conservantes en los productos. Además, el planeta necesita de nuestra parte para mantenerse”, dice. Retornó a Ecuador y empezó a fabricar para su uso.

    Pero como siempre le atrajo el tema del cuidado personal, decidió abrir un negocio en esa área. Quería que su oferta tuviera valor agregado y altísima calidad, que fuera un proceso industrial y que hubiera la suficiente inversión en marketing para impulsar la marca.

    En julio del 2019, con una inversión inicial de USD 30 000, Ali Botanics comenzó a operar. La firma cuenta desde abril del 2020 con Diego Vaca, quien se incorporó como socio.

    Los principales productos de Ali Botanics son bálsamos corporales y faciales, sales, aceite para el cuerpo, antifaces de seda, almohadas terapéuticas con semillas de lino, entre otros.

    Los insumos, envases, etiquetas y más para el proceso industrial son naturales o a base de elementos que pueden reciclarse; el eje principal es que sean amigables con el ambiente. Así, la empresa utiliza frascos de vidrio, cajas de caña reciclada, productos naturales 100% orgánicos y otros.

    Ali Botanics se inició con tres proveedores y ahora tiene seis. Uno de ellos es José Murray, quien les entrega empaques desde que arrancó la firma. “Hacemos todo lo que son cajas, fundas de papel, adhesivos y papel seda. Destaco que es un negocio nacional y que prioriza el cuidado ambiental”, indica el gerente comercial de la compañía Marca de Etiquetas.

    Los insumos que provee esta empresa se elaboran con cartulina ecológica, a base de residuos de caña de azúcar. Aproximadamente entrega 1 000 cajas al mes.
    Ali Botanics también cuenta con materia prima de propia elaboración, como su lavanda orgánica. En media hectárea, ubicada en el sector de Calacalí, la familia de Adriana siembra esta planta que se utiliza para la fabricación de productos de la firma.

    Estos, precisamente, llegan a escala nacional. La oferta de la marca se vende a través de tres canales: comercio electrónico, ‘showroom’ y puntos de venta (tiendas de productos orgánicos). Cuenta con 15 de estos.

    Corina Guarderas es una de las clientas de Ali Botanics. Ella descubrió la marca a través de Instragram, a inicios de este año. Ha comprado los bálsamos y el aceite y está dispuesta a adquirir los nuevos productos de la empresa.

    Destaca la calidad de los artículos y el servicio al cliente. “Admiro también su mensaje de amor propio, su capacidad de innovación y la pasión con la cual ha cultivado la marca”, dice. También considera clave lo ambiental.

    Precisamente, Adriana explica que sus productos no contienen conservantes. La fabricación se realiza en un “estudio de producción” ubicado en Calacalí, mientras que el ‘showroom’ se encuentra en La Floresta (Quito).

    Este negocio tiene planes para comercializar sus productos en el extranjero, particularmente en países de América Latina. Sus naciones objetivo son Colombia, Perú , Bolivia y Panamá; los socios esperan comenzar a realizar sus exportaciones a mediano plazo.

    Para el año que viene, la firma espera abrir un nuevo local. Además, tiene previsto lanzar ocho nuevos productos hasta febrero.

    Adriana señala que la empresa se caracteriza por siempre estar al tanto de la forma para llegar al consumidor. Busca el contacto directo con sus clientes y humanizar la marca; Instagram ha sido una forma para lograrlo.

    De hecho, el comercio electrónico es su principal canal de venta. Incluso, tras la pandemia, este se potenció con fuerza.

    A través de estos canales, la empresa también comercializa productos de diseño propio, pero que se fabrican en Asia. Se trata de cepillos de bambú, que sirven para la rutina de limpieza del rostro.

    ‘He aprendido a valorar lo hecho en Ecuador’ / Valeria Vaca, asistente comercial

    Empecé a trabajar en la empresa en mayo y lo que destaco de la misma es el buen trato interno y el hecho de que en la producción se busca ser lo más amigable con el medio ambiente posible. Los productos de la firma son 100% naturales. Los envases en los que se empacan los productos son de vidrio. Se trata de ser lo más natural. Soy ingeniera en biotecnología; siempre me ha gustado el tema del cuidado del ambiente. En la planta hay dos trabajadores y en el ‘show room’ y oficina dos más. Entre todos aprendemos mucho. Nos ayudamos y colaboramos y he aprendido sobre la cosmética natural. La verdad es que siempre me ha gustado cuidarme, siempre he tratado de buscar productos que sean libres de químicos, parabenos y más que absorbe nuestra piel y causan problemas a largo plazo. He aprendido a cuidarme de la manera más natural posible. He tomado conciencia de tratar de apoyar al mercado local. En Ecuador tenemos grandes empresas, que cuentan con productos de alta calidad y he aprendido a valorar lo nuestro.

    Una de las trabajadoras de la empresa se encarga de colocar los productos en las cajas ecológica. Los insumos de esta compañía son naturales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Una de las trabajadoras de la empresa se encarga de colocar los productos en las cajas ecológica. Los insumos de esta compañía son naturales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • La piel latina es su especialidad

    Patricia González

    (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Las condiciones geográficas de un lugar, el tipo de clima, las radiaciones solares y hasta el tipo de alimentación, son elementos que inciden en el tipo de piel de los habitantes de un lugar.

    Esto lo entendió Naturalderm, una empresa ecuatoriana con 10 años en el mercado, que se ha especializado en desarrollar productos específicos para el cuidado de pieles latinas.

    Tania Pazmiño es su fundadora y gerente General. Es administradora de empresas, con especialización en marketing farmacéutico. Cuenta con experiencia en laboratorios, como visitadora médica y gerente de la línea de vacunas, área con la que se mantiene vinculada. Es cofundadora y accionista de Phytofarma, donde actualmente está a cargo de la Gerencia Financiera y el área de Producción.

    Desde este laboratorio, hace más de 10 años comenzaron a importar productos dermocosméticos de la marca española Praxis. Sin embargo, tras las salvaguardias impuestas en 2009 para estos y otros rubros, la empresa decidió adquirir las fórmulas para producirlos en Ecuador. Fue así como nació la nueva compañía: Naturalderm, que finalmente tropicalizó las fórmulas, adaptándolas a pieles latinas.

    La inversión inicial, destinada principalmente para la nueva línea de producción de cosméticos que se creó en la misma planta de Phytofarma, fue de USD 40 000. En un inicio la empresa contaba con cinco personas; actualmente son 20 trabajadores.

    Arrancó con la línea antiedad ‘Natural Age’, que cuenta con cremas para el día y la noche, mascarillas, demaquillantes, tónicos, entre otros productos. Luego, lanzó la línea ‘Perfect Skin’, para pieles grasas, y la ‘Phyto Oil’, de aceites para masajes, con efecto relajante, reductor y energizante. Además, tiene las líneas aclarante, de cremas corporales y de estética. En total suman 56 productos.

    La mayor parte de la materia prima e insumos son importados, de países como Argentina, Perú, Francia y China. La firma trabaja con cerca de 80 proveedores. Al mes alcanzan una producción de 5 000 unidades.

    La mayor parte de la materia prima e insumos son importados, de países como Argentina, Perú, Francia y China.
    La mayor parte de la materia prima e insumos son importados, de países como Argentina, Perú, Francia y China.

    Los productos se venden para uso profesional a centros estéticos y spas del país, a un valor de entre USD 15 y 30, dependiendo del producto.

    Son alrededor de 1 300 clientes. Uno de ellos es el centro estético Mariana Mosquera Samán, en Guayaquil. Desde hace ocho años utilizan los productos de Naturalderm, comenta su directora Mariana Mosquera. “Los productos son muy buenos y especiales para pieles sensibles, no irritan. Trabajamos con las líneas pieles envejecidas y acneicas”.

    El spa Francel&Vianca es otro de sus clientes desde hace más de dos años. Trabaja con todas sus líneas para tratamientos faciales. “Nos gustó mucho la de piel grasa, es la que más sale por el tipo de piel de acá. Nos gustó su tecnología”, cuenta Ivón Viteri, propietaria de este negocio, que además ha recibido talleres de capacitación de Naturalderm en limpiezas faciales y uso de sus productos.

    La empresa capacita al año a cerca de 1 500 personas, en tratamientos vinculados a sus diferentes líneas. Para Pazmiño, quien hace unos años se especializó en cosmiatría, uno de los beneficios de la industria es el empoderamiento de las mujeres. “La cosmetría y cosmetología son carreras cortas que suelen estudiarla mujeres que no pueden trabajar a tiempo completo. Esta es una manera de ganar su propio dinero y aportar en sus casas, incluso pueden hacer tratamientos a domicilio en su propio horario”.

    Desde febrero del pasado año, la gerente General de la firma cosmética forma parte de la Directorio de la Cámara de Comercio de Quito. Considera que para invertir los empresarios requieren de políticas claras a largo plazo, en materia legal, tributaria y laboral; además de la simplificación de procesos y requisitos para la operatividad de las empresas en el país.

    El pasado año, Naturalderm facturó USD 590 000, un crecimiento del 14% con relación al 2018. Para este año la expectativa es consolidar su participación de mercado y en un mediano plazo les gustaría comenzar a exportar a los países andinos.

    Recientemente lanzaron la campaña “Disfruta del sol con protección”, con la que presentarán dentro de poco un nuevo producto, una phyto pantalla con protección para la luz azul, es decir, a la que se está expuesta con los dispositivos electrónicos. Este producto, a diferencia de los otros de la marca, se venderá en cadenas de supermercados y farmacias.

    Las cifras

    10 años tiene la empresa en el mercado.

    40 000 dólares fue la inversión inicial.

    56 productos tiene la marca entre sus diferentes líneas.

    80 proveedores tiene la empresa,en su mayoría extranjeros.

    5 000 unidades es la producción de la firma al mes.

    20 es el número de empleados.

    590 000 fue la facturación de la empresa cosmética en 2019.

    Tania Pazmiño, gerente General 

    Para invertir, los empresarios necesitamos de políticas claras a largo plazo, que nos brinden un soporte en materia legal, tributaria y laboral. Requerimos también de la simplificación de procesos y trámites en la creación de empresas. En el segmento farmacéutico, necesitamos mayor agilidad en la aprobación de trámites. Sigue siendo un país poco atractivo por la cantidad de impuestos y aranceles.

    La planta de Naturalderm, ubicada en el sector de la Mitad del Mundo, al norte de Quito, produce 5 000 unidades mensuales. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    La planta de Naturalderm, ubicada en el sector de la Mitad del Mundo, al norte de Quito, produce 5 000 unidades mensuales. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • El aceite de aguacate es la oferta de su negocio

    Redacción Quito

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    La necesidad por encontrar productos naturales recomendables para la piel y el contacto con el aguacate impulsaron a María Clara Dávalos a posicionar su marca en el mercado nacional.

    Dávalos desarrolló su emprendimiento Oilosophy a finales del 2011. Esta iniciativa se formó a partir del trabajo en conjunto que la mujer realiza en la microempresa de su padre, Mauricio Dávalos.

    En este establecimiento se producen aceites de aguacates extra virgen con productos 100% naturales. María Clara es la gerente comercial del negocio. A partir de esta iniciativa, esta emprendedora decidió elaborar sus propias muestras de aceites de aguacate con otros ingredientes humectantes para la piel. “Probé mis primeros productos en mi piel y cabello resecos y me dieron excelentes resultados. Empecé a recomendar a mis amigos y familia”.

    Tras observar la acogida por parte de sus clientes, Dávalos decidió capacitarse a través de cursos de cosmética natural. Según la emprendedora, los aceites de Oilosophy son personalizados. Realizan estos insumos a partir de un análisis del tipo y el problema de piel de cada cliente. Los aceites son elaborados bajo la supervisión de una ingeniera química que trabaja dentro del emprendimiento. “Trabajo con una profesional para perfeccionar cada una de mis esencias corporales” añade Dávalos.

    La empresa cuenta con una línea de productos enfocados en los problemas más comunes de la piel y el cabello, como falta de humectación, quiebre de puntas e irritación de los mismos. Estos insumos son aceites corporales, aceites para bebés, jabones en barra, jabones cremosos, serum antiarrugas, antioxidantes e hidratantes para el rostro y el cuero cabelludo.

    En los próximos meses, la marca lanzará productos para el cabello, entre otros insumos. “Estas innovaciones se realizan con aceites extra virgen de aguacate e ingredientes nacionales” añade. La microempresa tiene cuatro personas que colaboran en la fabricación y distribución de los insumos. Dávalos se encarga de la administración de la marca.

    En cuanto a la materia prima, la emprendedora asegura que su principal proveedor es Uyumafarms. Este negocio realiza la extracción de los aceites de aguacate extra virgen. La manteca de cacao, los aceites esenciales, entre otros componentes se obtiene de comunidades y productores del Ecuador. Ciertos ingredientes provienen del extranjero como la India, Francia, entre otros.

    Dávalos asegura que la mayoría de sus productos se elaboran con ingredientes activos, lo que significa que no tienen mezclas con ingredientes nocivos ni emulsificantes.

    Lizbeth Ruiz es una joven que sufre de irritaciones en la piel y el cuero cabelludo. Ella manifiesta que la idea le parece interesante por sus ingredientes naturales y antialergénicos. La emprendedora manifiesta que Oilosophy es una marca responsable con el medio ambiente. Los envases de los aceites se realizan con material reciclado. De la misma manera la producción de estos no contamina el planeta, según Dávalos.

    La inversión inicial de la microempresa fue de, aproximadamente, USD 1 500. Esta cifra se invirtió en materiales, ingredientes, producción y reconocimiento en el mercado nacional. En los últimos años, el emprendimiento se distribuye en grandes, medianas y pequeñas empresas del país.

    Asimismo, Oilosophy se ofrece en Quito, Cumbayá y Cuenca. En el 2017, año en el que empezó con la distribución de sus insumos, la iniciativa facturaba alrededor de USD 500 mensuales. En la actualidad, sus ingresos mensuales son de USD 4 000.

    María Clara Dávalos exhibe su línea de productos naturales a base de aguacate en la oficina de su emprendimiento ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    María Clara Dávalos exhibe su línea de productos naturales a base de aguacate en la oficina de su emprendimiento ubicado en el norte de Quito. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Cosmética que concentra esencias básicas para la piel

    Carolina Enríquez (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Cosmética minimalista. Ese es el giro de negocio de Azulina, el emprendimiento de Tania Ricaurte y María José de la Vega.

    Ambas, que son madre e hija, responden al unísono cuando la gente pregunta qué significa ese término. “Se refiere al uso de la menor cantidad de productos para fabricar un artículo de belleza y una mayor concentración de ingredientes esenciales”.

    El negocio comenzó a operar formalmente a finales del 2015 y tiene el nombre de una flor azul. Sin embargo, la idea nació antes.

    Tania realizó varios estudios en cosmetología y gustaba de experimentar con productos y fórmulas para el cuidado y tratamiento de la piel. Hizo pruebas en su propio rostro y obtuvo buenos resultados; luego presentó su oferta a diferentes amigas y familiares.

    El primer artículo que desarrolló la emprendedora fue un serum facial con colágeno, elastina y vitamina E. Los tres ingredientes, en alta concentración, sirven para dar firmeza, hidratación y elasticidad al rostro; asimismo, previenen el envejecimiento de la piel.

    Su producción le permitió ganar algunas de sus primeras clientes. “Era Navidad del 2015 y mi hermana me compró frascos pequeños para regalar a unas amigas. Les gustó mucho y cuando se les terminó comenzaron a pedirme”.

    Ahora el negocio cuenta con 100 clientes fijos y otros que hacen pedidos más esporádicos.

    Las emprendedoras comentan que también han participado en ferias y buscan ingresar en cadenas de retail. Las ciudades en las que más se venden los cosméticos minimalistas son Quito y Ambato, aunque también han tenido pedidos de Guayaquil, Machala, Cuenca, Baños, entre otras.

    La investigación y la experimentación son clave para la creación de los cosméticos. Los primeros ingredientes esenciales que utilizaron las emprendedoras fueron las rosas y la cola de caballo.

    Esta última es fundamental para elaborar el serum. Tanto esa como otras plantas se maceran en el centro de producción de Azulina, ubicado en San Antonio de Pichincha; luego se tratan en diferentes recipientes con el objetivo de obtener sus propiedades.

    El negocio tiene unos siete proveedores, que incluyen productores orgánicos de rosas y cacao, de Pichincha y Guayas. Los envases los compran a dos empresas: Navca y Ecuaenvases, dice Tania.

    La aplicación de diferentes fórmulas les ha permitido a las emprendedoras ofertar 12 productos dentro de tres líneas.

    La primera de tipo premiun, que incluye el serum facial y un producto para contorno de ojos; la segunda es de tónicos, entre los que están aquellos con agua de rosas y jabones. La tercera es la línea de cacao, que cuenta con body splash, protector solar, exfoliante, polvo traslúcido, etc. Hay oferta para hombres y mujeres.

    Una de las compradoras es Jenny Guerrero, quien asegura que los productos de Azulina le han ayudado a curar sus problemas de manchas faciales y acné. “Compro serum, splash de rosas y avena, exfoliante de chocolate, etc. He probado de todo, desde marcas renombradas hasta desconocidas, pero con Azulina me ha ido bien. Ahora mi cara está bien. Me puedo ver otra vez al espejo en las mañanas. Antes estaba decepcionada”. Ella usa los productos desde diciembre pasado.

    El negocio también cuenta con cremas, las cuales se elaboran con manteca de cacao. El plus de usar este ingrediente es que se hidrata la piel, pero no queda grasosa.

    Los productos de Azulina se comercializan en redes sociales como Facebook, Instragram y Whatsapp; así como también en locales entre los que están Te quiero verde, Chi Health Lab , Cacao & Cacao, entre otros.

    “Vendemos hace unos pocos meses. Los artículos se caracterizan por ser naturales y novedosos, principalmente para las personas que quieren cuidarse de manera natural. Tengo clientes que vuelven a comprar esos productos. Tenemos protectores solares y polvo traslúcido”, dijo Jorge Guacanés, de Cacao & Cacao.

    Azulina produce hasta 2 000 frascos al mes cuando es temporada de alta demanda. En condiciones regulares las dos emprendedoras se encargan del proceso productivo y de venta, mientras que en las fechas pico contratan a dos personas adicionales.

    Con Azulina cumplí el sueño de toda mi vida

    María José de la Vega
    Copropietaria y marketing de Azulina

    Para mi, el desarrollo de este negocio es el logro de un plan de vida. Es mejor aún construir un negocio propio, familiar, con mi mamá. Somos buenas compañeras. Siempre hacemos cosas juntas. Lo que me gusta es que lo que yo hago puede hacer que la gente viva mejor. Azulina no solo quiere que una persona esté linda, sino también saludable. Nos encargamos del cuidado de la piel. No para estar guapo por afuera se tiene que usar una gran cantidad de químicos.

    Este es un negocio con conciencia social y ambiental. No hacemos pruebas en animales, no usamos productos con parabenos, que más adelante podrían llevar a que se genere cáncer. Es divertido trabajar aquí. Es algo que me gusta mucho, que me apasiona. Es emotivo e invita a que mucha más gente se sume a la tendencia de la cosmética minimalista. Mi mamá y yo nos apoyamos en lo que podemos. Pero, ella se encarga del desarrollo del producto, en específico, y yo me dedico al marketing. Lo he hecho, principalmente, de manera digital, aunque también en lo físico.

    Tania Ricaurte es la copropietaria de Azulina y creadora de las fórmulas de cosmética minimalista. El serum facial es uno de los productos premiun. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
    Tania Ricaurte es la copropietaria de Azulina y creadora de las fórmulas de cosmética minimalista. El serum facial es uno de los productos premiun. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES
  • Tres socias que apuestan a la cosmética

    Redacción Quito

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    El sueño de iniciar su propio negocio de dermocosmética se hizo realidad para tres amigas: Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor ahora son las propietarias de Asami, una tienda virtual que comercializa productos naturales de belleza y cuidado personal.

    En agosto de 2016, las emprendedoras empezaron a consolidar su empresa y buscaron opciones para incursionar en el segmento de belleza y salud, con productos naturales, indica Helena Flor.

    Este deseo coincidió con un viaje de Chiriboga a Chile, en donde tuvo la oportunidad de conocer el aceite de emú. Lo probó junto con sus amigas, ahora socias, y descubrió cambios positivos en su piel.

    Fue así que averiguaron si en Ecuador se comercializaba este tipo de aceite, pero no lo encontraron. En enero de 2017, empezaron a investigar opciones con la Asociación Americana de Importadores de Emú e iniciaron los trámites de importación desde una granja en Tennesse, EE.UU.

    Con todos los permisos aprobados, en septiembre de este año Asami presentó oficialmente su primer producto: Hifu, un aceite de emú, natural e hidratante.

    Entre sus beneficios destacan sus propiedades cicatrizantes y desinflamantes. No solo se lo recomienda para fines estéticos, aclara Egas, sino también para aliviar afecciones de la piel como irritaciones, acné, quemaduras e, incluso, es útil para tratar la pañalitis en los bebés.
    Chiriboga agrega que el producto tiene propiedades terapéuticas. Es ideal para aliviar dolores musculares o golpes, puesto que el aceite de emú contiene partículas pequeñas que son absorbidas por la piel, según informes de MedicalNewsToday.

    Con esta carta de presentación, las emprendedoras han tocado puertas para que el producto se comercialice en cadenas a nivel nacional y pueda llegar a más consumidores.

    Actualmente, Hifu se encuentra disponible en Tventas, en dos presentaciones: 15 mililitros y 50 mililitros a USD 16,90 y USD 34,90 respectivamente.

    Desde que iniciaron con el negocio, las tres socias han tenido que ser multifáceticas. En una pequeña planta que tienen en la localidad de Pifo, ellas son responsables de etiquetar y personalizar los envases de Hifu. De igual forma, antes de la alianza comercial para la venta del producto, se encargaban personalmente de la distribución.

    Aunque el lanzamiento es reciente, ya existen clientes satisfechas con el aceite, asegura Chiriboga. Una de ellas es Verónica Borja, amiga de una de las socias, que por su recomendación conoció el producto y decidió usarlo para fines estéticos. En una ocasión, cuenta Borja, usó el aceite para tratar unas quemaduras caseras en sus manos. Señala que desde la primera aplicación sintió su piel más tersa y añade que el incidente no le dejó cicatrices.

    Por su parte, Alexandra Ortiz, afirma que el aceite ha sido efectivo para su piel alérgica, al no tener químicos, perfumes, ni colorantes.

    Entre los proyectos de Asami está la elaboración de nuevos productos a partir del aceite de emú, como cremas hidratantes para el cuerpo, cara o contorno de ojos; champús y tratamientos para el cabello, principalmente, para combatir la alopecia, y bálsamos labiales.

    Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor son las fundadoras de este negocio de cosmética. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    Sofía Chiriboga, Ana María Egas y Helena Flor son las fundadoras de este negocio de cosmética. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
  • Cosmética orgánica hecha con insumos ecuatorianos

    Redacción Quito

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    Rescatar las recetas y conocimientos sobre el uso de plantas, frutas y diferentes alimentos ancestrales del país es parte de la esencia de Natu.

    Este emprendimiento nació de la mano de Carmen Borja y Carolina Berrazueta en abril del 2015. Paro la idea se remonta siete años atrás, cuando Borja comenzó a fabricar en casa productos de cuidado personal.

    “Cuando tuve mi primera hija, hace casi 14 años, me di cuenta que necesitaba tener un estilo de vida más saludable. Comencé por alimentarme mejor, pero me di cuenta que no era suficiente. Todo lo que uno se pone sobre la piel también es como comer”, dice.

    Borja se capacitó, empezó a investigar y experimentar en la producción de cosméticos. Entre los artículos que desarrolló están champú, protector solar, pasta dental, etc., todos con un insumos orgánicos y propios del país.

    Borja comenzó a regalar productos a amigos y familia para darse conocer. Luego, junto a su socia, optó por convertir la fabricación cacera en un negocio, en el cual han invertido hasta el momento unos USD 50 000.

    Al inicio las socias pusieron en el mercado dos productos y ahora cuentan con siete. La venta de los artículos comenzó con la participación en el ‘testing lab’ de la Agencia de Promoción Económica (ConQuito). “Fueron cinco días en Quicentro Sur, en donde a uno le daban la oportunidad de probar qué tanta acogida tendrían los productos en el mercado”.

    El nombre de Natu está relacionado con el hecho de que los productos que ofrece son naturales. Los artículos se ofertan en tiendas orgánicas y artesanales, en comercios en línea y Facebook.

    La actriz Marcela Camacho, por ejemplo, compra los productos, desde hace cuatro meses, contactando directamente a Borja. “Por lo general yo siempre uso productos naturales y me interesaron bastante los de Natu. Tengo el jabón de avena exfoliante, aceite hidratante para día y noche y el protector solar de chocolate”.

    Otros artículos de venta son el polvo de limpieza facial hecho de arroz para exfoliar, avena para la grasa, miel para humectar, vinagre para refrescar, en versiones para hombres y mujeres. También, está el protector solar sin químicos, que cuenta con una película física que crea una capa sobre la piel y permite que los rayos del sol reboten y no se queme.

    El primer producto tiene un costo de USD 7, los humectantes 12 y el protector 18, por ejemplo. Para el envasado no utilizan plástico sino cristales. “Intentamos generar en la recompra que si nos devuelven el envase nosotros les hacemos descuentos”.

    Otra de las características del emprendimiento es que permite a las socias cumplir su papel de madre, porque pueden trabajar junto con sus hijos.

    Los proveedores del emprendimiento son ecuatorianos y orgánicos, en su mayoría. Borja explica que las recetas con las que se preparan los productos son una síntesis de aquellas ancestrales y de las tradicionales. “Hay que valorar los conocimientos de la sabiduría indígena, de los poderes curativos de nuestras hierbas”.

    En los primeros meses la emprendedora calcula que facturaba alrededor de USD 600 mensuales; ahora los ingresos alcanzan hasta USD 1 200. La expectativa de este negocio es generar conciencia de salud y ambiente.

    Carmen Borja es una de las dos socias de Natu, un emprendimiento que realiza productos par a el cuidado personal con productos del país. Foto: Cortesía Natu
    Carmen Borja es una de las dos socias de Natu, un emprendimiento que realiza productos par a el cuidado personal con productos del país. Foto: Cortesía Natu