Los hombres están cada vez más interesados en el cuidado de la imagen y quienes principalmente buscan mejorar su aspecto son profesionales. Así lo asegura Sandra Falcones, asesora de imagen.
1 de cada 3 personas que acuden al estudio de Falcones son hombres. Todos tienen título de tercer nivel y son médicos, abogados, gerentes, ejecutivos, entre otros.
La asesora de imagen los guía desde cero: el corte de cabello adecuado, los cosméticos de acuerdo al tipo de piel, los colores y cortes de prendas de acuerdo a la antropometría y necesidades laborales. Pero también les preocupa prevenir la caída del cabello, tener una sonrisa perfecta, eliminar la oleosidad del rostro y prevenir y disminuir arrugas.
Falcones también es cosmetóloga, así que en su estudio realiza limpiezas faciales. “Estos tratamientos son muy demandados ahora por los hombres”, dice.
También, refiere a sus clientes otros profesionales, para que obtengan resultados integrales. Los tratamientos estéticos no quirúrgicos atienden distintas necesidades y no se limitan a las mujeres. Verónica Bravo, médica estética, dice que tres de diez pacientes que acuden a su consulta son hombres.
Muchos de ellos son profesionales, pues buscan sentirse más cómodos en su piel para ganar autoestima. Esto les ayuda a obtener o mantener un trabajo, cuenta la experta de Kalos Estética.
Tienen varias opciones. Para prevenir arrugas, eliminar manchas o cicatrices del acné (padecimiento más común en hombres que en mujeres), está la bioestimulación.
Este tratamiento también se puede usar para prevenir y disminuir la calvicie. Se complementa con mesoterapia con fármacos y alta frecuencia.
El bótox y el ácido hialurónico se usan para rellenar las arrugas y surcos profundos. El médico recomendará el procedimiento de acuerdo a cada caso.
El fotorrejuvenecimiento láser es el procedimiento estrella, pues previene y trata la piel lesionada, envejecida y manchada.
Toxina Botulínica, comercialmente conocida como bótox, es un material usado para rellenar las zonas afectadas por surcos y arrugas. Foto: LÍDERES
Cuatro grupos de cosméticos se producen en el país, según Procosméticos: perfumes y aguas de tocador; preparaciones de belleza; preparaciones capilares; y artículos para afeitado e higiene personal.
Cada grupo presenta una amplia gama de variedades. Entre estas se hallan aguas de tocador, maquillaje de ojos, esmaltes, delineadores, preparaciones para el cuidado del cabello, sales perfumadas, lociones, etc.
Según información del Ministerio de Industrias, la producción de cosméticos en el 2014 alcanzó los USD 54 millones y para el año pasado la proyección era llegar a los USD 65 millones.
La razón del incremento calculado fue el convenio que firmó el gremio con el Ministerio para desarrollar mecanismos que permitan sustituir importaciones e incrementar la exportación. Sin embargo, desde el 2013 las ventas del sector se han ido derrumbando. Las exportaciones del año pasado alcanzaron USD 13,7 milllones, lo que representa una caída de 21% con relación al 2014 y de 53,5% frente al 2013.
En cuanto a la producción, aunque no hay un dato general que detalle la situación del mercado, las empresas sí revelan una caída en la elaboración y venta de estos productos. Danilo Castro, propietario de Laboratorios Mollie, habla de una reducción de la producción del 7%. “Estamos bajando la producción y las ventas, también, durante el último año. Por suerte el impacto no ha sido mayor”.
Esta compañía se dedica a la elaboración de tratamientos para el cabello, champú, acondicionadores, esmaltes, entre otros productos de cuidado personal. Durante los últimos años el crecimiento de la empresa fue sostenido. Entre 2014 y 2015, por ejemplo, la producción se incrementó en 10%. No sucedió lo mismo entre el año pasado y este debido a la situación económica del país.
Para ese año Castro proyectaba un crecimiento similar al anterior, pero como no había demanda la producción se estancó. A pesar de eso cuentan con una línea de productos más amplia que en el 2015 ya que aumentó ítems a su oferta, vinculados a línea para el cuidado del cabello.
Aunque el panorama es complejo, por ahora, Laboratorios Mollie decidió mantener su nómina de 20 personas. Tampoco se acogió a mecanismos como la reducción de la jornada de trabajo.
Esta compañía, hace un año, indicó que resultó beneficiada por los controles de importación que se hicieron a otras firmas.
Hace dos años, cuatro empresas se comprometieron a reducir sus importaciones de cosméticos. El Ministerio de Industrias buscaba un ajuste general de las mismas, pero en el 2015 no se aplicaron salvaguardias por balanza de pagos sobre cosméticos terminados. Entre el 2013 y el 2014 las importaciones se redujeron en USD 89,4 millones. Pero, del 2014 al 2015 subieron en USD 28,1 millones.
Además de las compras regulares, otro problema es el del contrabando. Empresas como la fabricante de esmaltes Butterfly aseguran que con la depreciación del peso colombiano y del sol peruano frente al dólar los productos de esos países se hicieron más baratos e ingresan, en algunos casos, de manera irregular.
Álex Manrique, propietario de esta compañía, indica que la producción ha caído en un 10% con relación al año pasado. Actualmente, desarrollan unas 50 000 unidades de tres tamaños: ocho mililitros, 14 mililitros y uno para decoración de las uñas.
En medio de un año complejo lo que sí logró es terminar y comenzar a operar una planta propia, en la que se invirtieron USD 120 000. Antes producía en un área pequeña en su propia casa.
Otras empresas de mayor tamaño, sin embargo, sí registran un importante crecimiento. Avon, por ejemplo, registró un alza de producción de 355% entre el 2013 y el 2015. Esto se produjo luego que se aplicaron las restricciones comerciales y los convenios de producción nacional con el Mipro.
Entre los productos que comercializan están artículos de cuidado personal y fragancias. El 100% de estas últimas son de fabricación enteramente nacional.
La empresa, además, cuenta con maquiladoras: para el 2015 estaban registradas Qualipharm, La Fabril y Scalpi. Los socios estratégicos, según un documento remitido por la firma, incrementaron su nómina. Avon exporta a Perú y Colombia.
Según la Comunidad Andina, las ventas intraregionales de cosméticos crecieron en una década.
Tres tipos de esmalte de la marca Butterfly se elaboran en una fábrica ubicada en el valle de Los Chillos. En el sitio, según el propietario, también se producen vaselinas pequeñas. Fotos: Diego Pallero / LÍDERES
Una parte de la Botica Bristol, situada en el Centro Histórico de Riobamba, está congelada en el tiempo. Las recetas de las 400 fórmulas magistrales, los procedimientos artesanales e incluso los muebles antiguos de madera de los laboratorios permanecen intactos desde que fue fundada en 1942.
Según Daniel Rivas, administrador y nieto del fundador de la empresa, el mantener la autenticidad de los productos cosméticos y medicinas creados por su abuelo es la estrategia que les permite competir con las grandes cadenas farmacéuticasdel país.
La Botica Bristol funciona en la casa patrimonial -construida en 1908- de Julio César Rivas y su esposa Luisa. Ambos fundaron el emprendimiento que hoy es una empresa familiar con ingresos anuales por unos USD 500 000.
Rivas diseñó 400 fórmulas magistrales entre productos cosméticos y recetas médicas. En los años 40, los médicos recetaban compuestos químicos y los boticarios los elaboraban en sus laboratorios artesanales. Él era considerado uno de los mejores boticarios de la región.
Desde su fallecimiento, lo único que se cambió en el laboratorio son las balanzas electrónicas, que reemplazaron a las antiguas pesas metálicas. Las materias primas, los procedimientos artesanales y hasta los frascos antiguos se mantienen tal como al principio.
Algunos de los compuestos más antiguos, que actualmente se consideran los productos estrella, son las lociones faciales, las cremas hidratantes, el champú de distintos tipos, entre otros. La loción de rosa mosqueta para disminuir cicatrices y el champú de médula de res para fortalecer el cabello, por ejemplo, son de los productos más comprados.
La crema hidratante corporal Hidraurea también está en el ‘top ten’ de ventas. De hecho, esa fórmula se considera uno de los secretos de belleza de las mujeres riobambeñas. Un estudio de laboratorio comprobó que la crema puede recuperar hasta las pieles más secas y sensibles.
El despunte de la industria farmacéutica a partir de 1960, mermó el crecimiento del negocio. Sin embargo, la estrategia de mercadeo y la fama de las fórmulas, que incluso se consideran una tradición riobambeña, les mantuvo firmes en el mercado. Actualmente en el Ecuador solo existen seis boticas con laboratorios propios.
“Cerca de nuestra botica hay 18 farmacias de cinco grandes cadenas. Pero hemos podido competir gracias a la calidad y efectividad de los productos que vendemos, a la atención personalizada y a la creatividad”, comenta Rivas, quien tiene 33 años.
Él asumió la administración del negocio familiar en el 2012. Como parte de su plan de negocios, Rivas modernizó el logotipo de la empresa, llevó la promoción de la marca a las redes sociales e inició un nuevo proyecto de boticas comunitarias.
Esa estrategia de marketing se tradujo en un crecimiento de las ventas. En el 2012 la empresa facturó USD 412 000 y para el 2015, con las nuevas estrategias subieron a 565 000. Ese año se vendieron 55 900 unidades de 220 tipos de productos elaborados en los laboratorios Bristol.
Entre los planes de crecimiento de la botica, consta la obtención del registro sanitario para las diez fórmulas más vendidas. Eso les permitiría vender sus cosméticos en otros puntos de expendio como supermercados y tiendas. Ese trámite está en proceso y se prevé concluir a mediano plazo. Y la tradición continúa.
Daniel Rivas, administrador y nieto del fundador de la empresa, enseña las instalaciones del negocio. Foto: Glenda Giacometti / LÍDERES
Una decoración con un toque ‘vintage’ recibe a los clientes del local que Laboratorios Luque abrió, hace casi un año, en la vía a Samborondón, en una zona rodeada de negocios. Los frascos de cristal verdes, rosas y cafés destacan en los estantes de diseño clásico, una imagen que evoca los orígenes de este negocio familiar, nacido a mediados del siglo pasado en Guayaquil.
La empresa familiar vio la luz en 1950, cuando Isabel de Luque, su fundadora, se percató de que por entonces los pequeños y medianos negocios químicos no contaban con un proveedor que ofreciera materia prima en pequeñas cantidades. Isabel de Luque abrió entonces la Botica Luque, en el centro del Puerto Principal.
Al cabo de pocos años este emprendimiento se convirtió en uno de los principales proveedores de materia prima para la industria química, relata Luis Vidal Luque, jefe comercial de la empresa y uno de los nietos de la fundadora. “Poco a poco, la materia prima que comercializamos también sirvió para la elaboración de nuestros productos cosméticos. Nuestra abuela se interesó en la línea cosmética tras sus viajes a ferias y congresos”.
De allí nació a mediados de la década de 1970 la línea de productos cosméticos del negocio, que ahora concentra alrededor del 45% de las ventas totales, las que en el 2015 llegaron a los USD 400 000.
Laboratorios Luque maneja dos líneas principales: la comercialización de materia prima para la industria química y cosmética, que incluye la provisión de mobiliario para centros cosmetológicos, laboratorios y centros educativos; y la venta de fórmulas magistrales, convertidas en cremas, lociones, geles, etc.
Mariella Jaramillo, también nieta de la fundadora y a cargo del área de Distribución, explica que la línea de cosmetología es uno de los puntales de la empresa familiar porque le permite llegar a sus clientes con un producto y una atención personalizados. Para el cuidado facial, por ejemplo, la empresa desarrolló toda una línea que incluye una leche limpiadora, jabón, tónico, cremas, y productos hidrolizados: líquidos de concentrados puros, para cada parte de la piel. A partir de allí, la oferta de productos cosméticos se va diversificando y personalizando, según la demanda de los clientes.
“En la parte de desarrollo, cuando creamos un nuevo producto, buscamos materias primas que sean las más adecuadas para nuestro clima y para el tipo de piel del habitante de Ecuador”, señala Jaramillo. Son miles de fórmulas que la empresa ha desarrollado desde su creación, según la demanda de los clientes, acota Vidal.
Muchas de las fórmulas magistrales que comercializa este negocio familiar fueron creadas hace más de 40 años, pero su demanda se mantiene. Tan solo en la línea de fórmulas magistrales, la compañía dispone actualmente de alrededor de 500 productos, que se dividen en una línea profesional, destinada para dermatólogos y cosmetólogos, y otra de hogar.
Valeria de Bohrer, otra emprendedora con un negocio en la vía a Samborondón, se considera una cliente fiel de los productos de esta empresa. “Los adquiero desde hace dos años. A más de la calidad, me gusta la atención personalizada que brindan”.
La compañía planea este año desarrollar una nueva línea de cosméticos para cuidado masculino.
Mariella Jaramillo y Luis Vidal Luque son la nueva generación al frente de esta empresa familiar guayaquileña, que comercializa insumos y productos para la industria de la cosmetología. Fotos
: Francisco Flores/ para LÍDERES
En el norte de Quito, en los alrededores de Carapungo, se encuentra la planta de producción de Yanbal Ecuador. En un espacio de 10 000 metros cuadrados se levanta la planta que ocupa alrededor de 6 000 metros de construcción.
Allí se producen fragancias para hombre y mujer, desodorantes y champú; en el proceso trabajan 140 personas que cumplen determinadas tareas de esta empresa que es parte de la multinacional de cosméticos Yanbal, de origen peruano. Los colaboradores de la planta se reparten, según sus conocimientos y sus perfiles, en actividades de laboratorio, revisión de materia prima, la bodega de materiales, el empaque de fragancias, supervisión, entre otras.
Los procesos se complementan con el uso de tecnología de punta como mezcladores homogeneizadores, sistemas informáticos que acompañan las líneas de producción, maquinaria que coloca las tapas de los desodorantes y hasta un robot. Este último embala los cajones que son despachados al centro de distribución, ubicado en Alóag, al sur de la capital, en donde se cuentan 150 colaboradores.
La tecnología empleada es ecuatoriana y extranjera. La firma nacional Acindec, por ejemplo, elaboró una especie de tanques de acero inoxidable que se emplean en la producción.
Yanbal tiene operaciones en Ecuador desde 1977. Su primera planta estuvo en Guayaquil, pero luego los procesos se trasladaron a Quito. La planta de Carapungo funciona hace aproximadamente 15 años. Es la tercera que tiene la multinacional, junto a las de Perú y Colombia.
La empresa trabajaba bajo un modelo corporativo en el que la producción se enviaba a los nueve países en los que Yanbal tiene operaciones: Bolivia, Colombia, Ecuador, España, Guatemala, Italia, México, Perú y Venezuela.
Pero con el programa del cambio de Matriz Productiva que promueve el Gobierno nacional, los responsables de la compañía de cosméticos decidieron dar un giro y ahora toda la producción (ver gráfico) se comercializa en el mercado ecuatoriano, con excepción de los demostradores que se venden en Ecuador, pero también se exportan.
Con el acuerdo de Yanbal Ecuador de promover el cambio de Matriz Productiva, el año pasado se produjeron en la planta ítems por cerca de USD 20 millones y este año la meta es crecer hasta los USD 22 millones.
Hoy en día la empresa utiliza insumos nacionales como el alcohol para los perfumes y fragancias. Para esto cuenta con proveedores locales como Soderal y Codana. Pero aún importa los ‘pump’ o dispensadores para perfumes, cajas de fragancias, frascos, bolillas de desodorantes o envases de países como Francia, Colombia o Brasil.
Audelio García, director de la planta de Yanbal Ecuador, explica que los estándares de calidad que tiene la compañía les obliga a ser muy exigentes en la selección de proveedores. “Aun así estamos buscando siempre a empresas ecuatorianas que puedan ser nuestros proveedoras”.
María Fernanda León, directora ejecutiva de Procosméticos, señala que la planta de la empresa es un aporte al cambio de la Matriz Productiva. “Además es una firma que genera microempresa en las mujeres que venden los productos”.
Para León el valor agregado de esta firma está en la calidad de los productos y en la seguridad sanitaria durante los procesos. “Las inversiones hechas en la planta son una apuesta por el desarrollo del Ecuador”.
Una de las claves en la planta de producción es la disciplina. Esto se constata al recorrer la planta: la limpieza y el orden se destacan en cada espacio. La zona de pesado de la materia prima, así como el envasado y despacho se rigen por normas de calidad y manufactura.
La logística también se cumple con rigurosidad. Dos veces al día un contenedor de 40 pies sale desde la planta de producción hacia la de distribución. Todo este trabajo permite que los productos lleguen en máximo 48 horas a las cerca de 87 000 consultoras que comercializan las fragancias, desodorantes y champú a escala nacional.
Para este año la estrategia de la compañía es generar mayor penetración de mercado, enfocada en incrementar la cantidad de productos.
AUDELIO GARCÍA
Director de la planta de producción de Yanbal Ecuador. La estrategia para el desarrollo de esta empresa es tener el recurso humano adecuado para cambiar vidas. El departamento de RRHH es muy calificado y capacitado, por lo que al momento de contratar personal se fija en las competencias y perfiles que se requiere. En la planta, un 60% son mujeres y un 40% hombres.
La planta de producción de Yanbal está ubicada en la zona de Carapungo, en el norte de Quito. Allí trabajan 140 personas: el 60% son mujeres y el 40% restantes son hombres. Foto: María Isabel Valarezo / LÍDERES
Científicos de la Queen’s University de Belfast (Irlanda del Norte) anunciaron este 2 de abril que crearon un perfume cuyo olor no se deteriora con el sudor humano, sino que mejora cuanto más abundante sea la transpiración.
Los responsables de este proyecto, desarrollado por Queen’s Ionic Liquid Laboratories (Quill, sus siglas en inglés), explicaron que lograron obtener un líquido perfumado cuya fragancia se potencia cuando entra en contacto con la humedad.
El perfume, señalaron, contiene, entre muchos elementos, una «fragancia en bruto» a la cual se asocia con un «líquido iónico inodoro» (sales en forma líquida). El producto resultante es un «líquido iónico perfumado» que emite un aroma cuando entra en contacto con agua o sudor, lo que permite que se extienda por la piel de una persona.
Los científicos aseguraron también que este perfume tiene la capacidad de eliminar los malos olores que provoca la transpiración humana, dado que los compuestos químicos asociados a la fetidez del sudor son absorbidos por el líquido iónico y pierden su potencia.
El Quill opina que su descubrimiento puede tener un enorme potencial comercial en el sector de los productos de belleza y del cuidado personal, pues ofrece nuevas vías de desarrollo.
«Este es un gran avance que utiliza sistemas recién descubiertos de líquidos iónicos útiles para liberar materia de una manera controlada», declaró Nimal Gunaratne, líder del proyecto desarrollado por Quill.
El investigador subrayó que su «gran potencial comercial» no se limita solo al diseño de «perfumes y cremas cosméticas», sino que puede ser «usado en otras áreas científicas, como aquellas relacionadas con la emisión lenta de ciertas sustancias».
El producto es un «líquido iónico perfumado» que emite un aroma cuando entra en contacto con agua o sudor, lo que permite que se extienda por la piel de una persona.
Todo comenzó con un pequeño pote de crema. Eso era lo que llevaba Helena Rubinstein en su equipaje cuando migró de Polonia a Australia a fines del siglo XIX. La crema era fabricada por un médico húngaro y Rubinstein la utilizaba con regularidad.
Al llegar a su nuevo destino la piel de las australianas le pareció muy seca y entonces decidió comenzar a vender la crema. Primero la importó y luego empezó a fabricarla. Las australianas se mostraron encantadas. Para esta pionera de la cosmética, de cuya muerte se cumplen 50 años este 1 de abril, aquel fue solo el comienzo.
En pocas décadas el potecito de crema se convirtió en un imperio mundial y ella, en una reconocida multimillonaria y poderosa mujer de negocios. Y eso que tenía varias cosas en contra.
Nació en 1870 como la mayor de ocho mujeres en un contexto humilde de la polaca Cracovia. Interrumpió sus estudios de Medicina y huyó a casa de familiares australianos cuando sus padres quisieron que contrajera matrimonio. Esta mujer de 1,50 de estatura y porte no tan agraciado nunca fue una belleza en el sentido clásico. Pero con su ambición, su carácter resuelto y su arduo trabajo logró lo que quería. «No hay mujeres feas, solo hay mujeres perezosas», dicen que afirmó alguna vez.
Luego de Australia vinieron París, Londres y finalmente Estados Unidos. «Llegué en invierno y todas las mujeres utilizaban polvo blanco, sus labios parecían grises y tenían la nariz roja por el frío», recordaba la polaca indignada. Fundó un salón de belleza y pronto comenzó a ofrecer, además de las cremas, productos de maquillaje, masajes y otros tratamientos.
«Cuando uno cumple más de 35 es emocionante parecer nuevamente más joven», escribió en una publicidad de 1951 del New York Times. «Uno recibe elogios y todos los amigos preguntan cómo lo ha logrado. Uno nota de un modo maravilloso que tiene un aspecto más simpático y bello. El marido la mira con nuevo interés. La vida parece más emocionante».
Rubinstein jamás intercambió una palabra con su mayor rival, Elizabeth Arden (1884-1966), pese a que los salones de belleza estaban a solo unas cuadras de distancia en Manhattan. Rubinstein, que estuvo casada dos veces y tuvo dos hijos, logró abrirse paso y ser al favorita de la sociedad neoyorquina. Pero no todos los caminos se le abrían sin más. Muchas veces debió enfrentar actitudes antisemitas.
Una exposición sobre su vida en el Museo Judío de Nueva York cuenta que en una oportunidad, cuando le negaron la compra de un apartamento en la elegante Park Avenue, la empresaria decidió comprar todo el edificio. También tenía apartamentos en Londres y París, y le gustaba mantenerlas decoradas con obras de arte de todo el mundo. Fue una de las primeras especialistas de arte de África y Oceanía y fue retratada por Pablo Picasso.
Murió en 1965 en Nueva York a los 94 años, luego de haber volcado hasta último momento todas sus energías en la compañía. Hoy en día la empresa es parte del consorcio francés L’Oréal. Ella solía decir en broma: «En vida he trabajado 300 años».
Uno de sus colaboradores contó en entrevista con The New York Times que Rubinsten «no podía recordar el nombre de sus mejores amigos, pero nunca olvidó el nombre de ni una sola sustancia de sus productos». El periódico también reveló uno de los últimos deseos de esta célebre mujer: «Quiero que mi empresa siga existiendo 300 años después de mi muerte».
Hoy en día la empresa es parte del consorcio francés L’Oréal. Foto: Jenny Navarro/ EL COMERCIO
Danilo Castro le apostó a su intuición y ganó. Este ingeniero industrial sustituyó importaciones y ahora tiene su propia planta de fabricación de productos capilares y cosméticos .
Se trata de Laboratorios Mollie, una firma operativa desde hace más de cuatro años está ubicada en Calacalí, al norte de Quito. Desde allí produce y distribuye en todo el país tratamientos para el cabello, champú, acondicionadores, esmaltes, disolventes, etc.
Sin embargo, los inicios de esta empresa tuvieron ciertas particularidades. Hace 15 años, Castro y su familia iniciaron un negocio de importación de esmaltes. A partir del 2002 el 95% de sus compras se concentró en esmaltes de la marca colombiana Rodher y el porcentaje restante, de otras líneas.
Todo operó con total normalidad hasta el 2009, cuando se fijó la salvaguardia por balanza de pagos. Ante el impacto de la medida, Castro se contactó con los empresarios colombianos y les propuso fabricar el producto en Ecuador.
Hubo un acuerdo, se obtuvieron los permisos, se instaló la planta y para mediados del 2010 estaban casi listos para empezar. No obstante, para esa fecha la salvaguardia se desmontó y los dueños de Rodher pusieron otras condiciones al contrato de producción en Ecuador y todo se vino abajo.
Castro, sin embargo, no podía perder la inversión que hizo de unos USD 100 000. Así que, en septiembre del 2010, decidió continuar con las importaciones, pero a la vez arrancó con la producción de artículos, como champú, removedor de cutículas, etc.
Al inicio, solo laboraban cinco personas. Conforme transcurrió el tiempo, la nómina creció hasta llegar a las 16 que tiene ahora.
Este desarrollo también tuvo un origen. En septiembre del 2013 el contrabando de esmaltes Rodher era tan fuerte, que Castró decidió suspender la importación y dedicarse solo a la producción.
A inicios del año pasado, la fábrica creció, impulsada por el control de importaciones -vigente desde el 2014- y por las estrategias de marketing de la firma. “Cumplimos nuestra primera meta que fue sustituir importaciones… Hacemos promoción en casi todas las provincias del país. Contamos con impulsadoras en varios locales”, dice el Gerente.
Una de esas activaciones se encuentra actualmente en Almacenes Mendieta. Daniel Mendieta, su propietario, explica que desde inicios del año anterior hasta la fecha, las ventas de estos productos han aumentado en un 50%. Los principales compradores son los propietarios de peluquerías.
Él considera que son productos de mejor calidad que muchos extranjeros y que la gente ha valorado tal característica. Además, dice, el costo es menor que los provenientes de afuera. “Un esmalte tiene un precio de 1,70 dólares, pero los Rodher valen 3,40”.
El trabajo de la empresa le ha valido una variada cartera de clientes. Cuando importaba, tenía alrededor de 2 000, los cuales ha logrado mantener, aunque ahora les vende producto nacional. Son en total 23 artículos que Mollie ofrece en la línea capilar, para manos y para pies. Los dos últimos representan el 65% de las ventas.
Al inicio la empresa, a través de la distribuidora y comercializadora de propiedad de Castro, Diprocobe, colocó el producto solo en Cuenca. Luego se extendió a la Sierra y ahora está en todo el país.
Para la fabricación, la empresa usa casi en su totalidad materias primas e insumos nacionales. Sin embargo, existen productos como los químicos que son importados.
Wendy Miño, asesora comercial de Mercaquímicos, señala que esta firma trabaja con Mollie desde el año pasado. Además de distribuirles productos, dice, les orientan para su utilización.
El freno a las importaciones y el contrabando desalentaron las compras que hacía Danilo Castro en el exterior. Una actitud visionaria le llevó a invertir en su fábrica de productos de belleza. Foto: Galo Paguay/ Líderes
Hace cinco años, Rodrigo Bastidas tuvo que escoger entre un empleo como ejecutivo de alto nivel en el exterior o arriesgar su patrimonio para crear su propia empresa. Escogió lo segundo porque, dice, siempre ha querido ser «dueño de su propio destino».
El laboratorio farmacéutico Qualipharm existe gracias a tres hechos que, según su fundador, no pasaron por azar.
Uno. En el 2003 Bastidas montó un laboratorio farmacéutico en su casa ubicada en Carcelén, norte de Quito. Probetas, complejos equipos de destilación y de control ocupaban gran parte de su vivienda. La firma tuvo que cerrar porque, según reconoce, por ese entonces era más técnico que comerciante. Aún así, esos primeros pasos le permitieron conocer los secretos detrás del manejo de una empresa.
Dos. En el 2005 el ex gerente de una multinacional farmacéutica invitó a Bastidas para que le ayude a comprar equipos y montar una planta. Él vio una oportunidad y aceptó a condición de recibir, en lugar de salario, el 7% de acciones en esa firma. El sueño de tener su propia industria parecía cumplirse, pero la sociedad no duró. En el 2008 decidió separarse porque sus socios, sin informarle, habían decidido vender la firma.
Tres. En medio de la preocupación por su futuro profesional, Bastidas recibió la llamada del gerente de una farmacéutica italiana para trabajar como representante de la firma, en Europa.
Este carchense optó por aceptar maquinaria por sus acciones, arriesgar patrimonio y emprender su propio negocio. «Alguien puede decir que fui visionario. En realidad, fue un acto desesperado, llegué a pensar en vender todos los equipos, pero eso habría sido desconectarme de lo que había hecho durante 23 años. Al final me arriesgué», recuerda.
El sueño se construyó poco a poco. Bastidas armó la infraestructura de Qualipharm con compras en e-Bay y Amazon. «Tenemos equipamiento de primera generación que hemos comprado a compañías que rematan en el exterior».
A esto se sumó la confianza de inversionistas que, en el momento justo, golpearon a su puerta y en octubre del 2008 Qualipharm empezó sus operaciones.
El laboratorio empezó con cuatro empleados, cuyos salarios, en un inicio, costeó Bastidas de su bolsillo. Por todo esto, cuando se le consulta a Bastidas qué es para él su emprendimiento, no duda ni un segundo en responder: «un milagro».
Los genes del emprendimiento los heredó de su padre Germán Bastidas, un autodidacta que desarrolló la «papa súper chola», más de 17 variedades mejoradas de trigo y otras 90 de tubérculos.
Aún recuerda a su padre repartiendo gratuitamente paquetes de 20 y 30 papas a pequeños productores del Carchi con el único compromiso de entregar una cantidad similar a otro agricultor, una vez que hubieran cosechado el tubérculo. Rodrigo se inspiró en ese ejemplo y levantó lo que hoy es Qualipharm.
Esta industria es uno de los principales proveedores de la industria de cosméticos en el país. En sus laboratorios se producen fragancias y desodorantes en roll-on. El 90% de su producción se destina a este segmento. El resto del portafolio está compuesto por medicamentos y productos naturales de uso medicinal.
En el 2009 Avon era ya uno de sus principales clientes. Pero el crecimiento de las importaciones hizo que perdieran mercado como proveedores. Aún así no dejaron de facturar para otros clientes.
La política de sustitución de importación del Gobierno abrió nuevas oportunidades para la firma este año.
El miércoles pasado arrancó la maquila de fragancias y desodorantes en roll-on para Belcorp, que apoyó con USD 1 millón a este proveedor para capacitar personal, desarrollar tecnología, etc. Ana Saravia, directora de Belcorp, dice que Qualipharm fue escogido como proveedor debido a la calidad de sus procesos.
La directora ejecutiva de Procosméticos, María Fernanda León, destaca que la firma desde sus inicios se ha preocupado en mantener buenas prácticas de manufactura auditadas internacionalmente.
Entre los clientes de Qualipharm están Merck, Carlon, Biotoscana, Grupo Difare, Mepha, entre otros.
Este año Qualipharm espera facturar unos USD 4,5 millones.
Cuando se habla de negocios, crecer es fundamental. ¿Cómo esto puede llevar a la quiebra a una empresa? Por 30 años, Marco Cabascango dirigió una unidad de empaques en la empresa familiar de sus padres y decidió independizarse. Hace 13 años se separó del grupo y abrió su propia empresa de empaques. El crecimiento fue rápido.
«De la noche a la mañana, teníamos un flujo muy grande de caja y no lo podíamos creer», recuerda Cabascango.
Pero malas inversiones y gastos innecesarios lo llevaron primero al sobreendeudamiento y, luego, a la quiebra.
«Al no haber flujo de caja no se pudo pagar los haberes a tiempo, hubo retrasos y mucha gente nos abandonó. Yo les entiendo», dice.
Cabascango había aprendido «de la forma más dura», según rememora, la regla de oro de las finanzas: planificar y llevar cuentas ordenadas, pero, también, que siempre se puede empezar de nuevo.
Hace cinco años fundó una nueva empresa: Primadecor que hoy, con un nuevo esquema financiero donde prima la disciplina, repunta en el negocio de los empaques para el sector textil, cosméticos, etc.
«La parte más importante de la lección que habíamos aprendido la vivimos el primer año de funcionamiento de Primadecor. Tenía dos opciones: desentenderme de la situación o afrontarla. Tomé la segunda alternativa. No fue fácil, pero lo hicimos».
Actualmente, las finanzas son la columna vertebral de la empresa, que además reorganizó las áreas de trabajo y lleva un presupuesto ordenado.
Pensar en el largo plazo y cumplir con los clientes son otros temas claves, según Cabascango.
En la industria un producto no puede venderse sin el empaque que se ajuste a las necesidades del consumidor, por lo que las entregas deben realizarse con cronogramas rigurosos.
Fernanda Bastidas, propietaria de la empresa Home Fa-shion, considera que esta es la principal fortaleza de Primadecor.
Esta última provee desde el 2008 a Home Fashion de empaques y estuches para varios productos de línea blanca como sábanas, edredones, cobertores, fundas de almohadas y otros. «Primero es puntual y eso es clave en la industria. Trabajamos con multinacionales y tenemos contratos y fechas anuales límite de entrega. La calidad es muy buena y el trabajo es excelente», sostiene Bastidas, cuyas compras a Primadecor suman USD 6 000 al mes.
Uno de los activos más importantes de la empresa de Cabascango es la cartera de clientes, que está compuesta principalmente por nuevos emprendedores, a quienes, además, presta asesoría en materia de imagen y diseño en empaques. Por ahora, la empresa está en una fase de consolidación.
En planes también está la exportación, pero es un tema donde se están fortaleciendo.
Aunque existe el interés de empresas peruanas y colombianas, aún no quieren «embarcarse en esta aventura».
«Hay clientes que compran y no pagan. Por eso, hay que ser cautelosos. Estamos diseñando una estrategia que nos permita emprender en envíos seguros», comentó Cabascango.
Hoy, la compañía tiene 13 trabajadores y sus ventas mensuales oscilan entre USD 30 000 y USD 40 000.