Un programa para crear conciencia sobre los recursos naturales del océanoserá impulsado por la Universidad del Pacífico.
La iniciativa Mare Nostrum Pacífico, a la que pueden unirse jóvenes y adultos se enfocará en cuatro ejes: empoderamiento ciudadano, identificación de oportunidades y amenazas, protección y seguridad de recursos oceánicos y; consolidación de la economía marítima evolutiva.
El programa, que tiene apoyo del sector público y privado, se enmarca en la creación de una cultura de interés por los recursos que se fomenta desde las Naciones Unidas, con la instauración de la Década de los Océanos 2020-2030.
La canciller Sonia Roca explicó que, con este tipo de actividades, se busca hacer conciencia marítima, comprendida como “la piedra angular” de toda la estructura del desarrollo costero. Citó que Ecuador posee costas continentales e insulares, un mar territorial de 12 millas junto con una Zona Económica Exclusiva (ZEE), con derechos de soberanía con fines de exploración y explotación, según la Convención del Mar (Convemar), cuyas aguas cuentan con gran potencial de recursos ictiológicos, hidrocarburíferos y minerales.
La Política de Defensa Nacional del Ecuador (2018) destaca que el país tiene grandes riquezas naturales en sus espacios marítimos, de las cuales todo ecuatoriano debe tomar conciencia de su existencia y empoderamiento. “Las acciones en pro del medio ambiente permiten a los habitantes de un país comprender, aceptar y valorar el grado de dependencia que tienen con respecto al mar”, indicó Roca.
El lanzamiento de la convocatoria se tiene previsto realizar este martes 27 de octubre, en el campus en Guayaquil.
El programa espera replicarse en escuelas y colegios. Por esta razón, los estudiantes de segundo y tercero de bachillerato de varias instituciones se capacitarán sobre temáticas relacionas al cuidado de los recursos marítimos. Ellos, en lo posterior, impartirán los conocimientos a sus compañeros de cursos inferiores.
Luego de cumplir su tarea, señaló Roca, en las ceremonias de graduación de los jóvenes se les entregará un reconocimiento como Líderes del Mar. La iniciativa se difundirá a través de redes sociales; además, se levantarán campañas, concursos y mingas en toda la zona costera.
La Universidad del Pacífico tiene previsto entregar a los participantes un reconocimiento como Líderes del Mar. Foto cortesía
La Fundación Bridgin de Bélgica entregará un crédito no reembolsable por USD 200 millones a la Universidad de Cuenca. Ese dinero se destinará a la construcción de un hospital especializado en enfermedades catastróficas y una planta para la elaboración de proteínas terapéuticas.
Ambas infraestructuras formarán parte del Centro de Innovación de la Salud de esta universidad y funcionarán en el predio del antiguo hospital José Carrasco del IESS, ubicado en el centro de la capital azuaya. Se prevé que atenderán desde el 2024.
Son proyectos preparados y ajustados desde hace más de cuatro años y hace dos se inició la búsqueda de un préstamo con un banco europeo, que ofrezca condiciones aceptables, señaló el rector de la Universidad de Cuenca, Pablo Vanegas. Así, se presentó la oportunidad de trabajar con la Fundación Bridgin de Bélgica.
Según él, en la actualidad, se deben cumplir con requisitos para recibir la donación. El principal es que el Gobierno entregue una garantía soberana por USD 8 millones. Con ese requisito se realizará la transferencia a un banco internacional donde se generará un fideicomiso.
Para que se concrete este proyecto universitario, también se deben efectuar los diseños definitivos este año. Para el 2021 está previsto el inicio de la construcción de las nuevas instalaciones y luego se importará el equipamiento para la planta de medicinas. Para que se apruebe esta donación se entregaron los planes de factibilidad y de viabilidad.
Bridgin es una entidad que busca erradicar la pobreza estableciendo condiciones para el desarrollo industrial y socioeconómico de los países emergentes.
Por ello, esta fundación exige que este proyecto tenga rentabilidad y que sea sustentable en el tiempo. “Si bien nos entregan USD 200 millones, debemos generar la misma cantidad de dinero. No para devolverles, sino para financiar proyectos de beneficio social”, explicó Vanegas.
Serán iniciativas que permitan el empoderamiento de la mujer en todos los aspectos sociales y generar emprendimientos y empresas tecnológicas y sociales.
Vanegas señaló que tanto en el hospital como en la planta de proteínas terapéuticas se atenderán enfermedades catastróficas como el cáncer de mama y la artritis reumatoide. “Sus tratamientos tienen un alto costo”.
Después se ampliará la atención a otras patologías como cáncer de médula ósea, “porque hay problemas en el diagnóstico y es costoso el tratamiento. Para ello, realizamos contactos con hospitales de reconocimiento internacional”.
Los USD 200 millones se usarán en la construcción de edificaciones y dotación de equipos médicos e implementación de tecnología médica de punta.
La idea es que los medicamentos tengan un precio menor que en el mercado comercial. “Pensamos que bajarán los costos a la tercera parte, por lo que la atención puede expandirse en el país”, dijo el Rector de esta universidad.
Él explicó que la planta de medicinas tendrá relación directa con el hospital universitario. Además, contará con la capacidad de producir su oferta para ser distribuida en todo el país y no solo para pacientes de la capital azuaya.
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La infraestructura El predio. La Universidad de Cuenca adquirió el antiguo hospital del IESS de Cuenca a finales del 2016 por cerca de USD 3,8 millones. Aún se paga en cuotas semestrales.
El uso. A más del nuevo hospital y de la planta de medicinas, se integrarán los sistemas de salud y laboratorios que tiene la universidad, a través de sus facultades de Medicina,
Psicología, Odontología y Ciencias Químicas. En la actualidad, en el antiguo hospital se realizan obras de mejoramiento y adecuación en la parte frontal.
Hay espacios del antiguo predio del IESS en Cuenca, que serán demolidos para el nuevo hospital universitario. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
En su último año de colegio, José Azanza Arias tuvo su primer emprendimiento, junto a un amigo. Eran diseños para camisetas, que elaboraban en programas como Photoshop e Illustrator.
Los clientes (amigos y familiares) escogían el diseño y luego lo estampaban en camisetas. Desde adolescente la vena creativa estuvo latente. Además, cuenta José, era fomentada en el Colegio Integral, en el Valle de Los Chillos, donde se graduó.
Otra de sus aficiones era el cine. Con una cámara casera, disfrutaba filmando a sus amigos en prácticas de ‘skateboarding’ o creando pequeñas historias. La libertad de elegir y el seguir sus pasiones es uno de los valores que hoy recuerda de casa este quiteño de nacimiento, que desde hace 15 años reside en Buenos Aires.
Su sueño era estudiar cine, pero el presupuesto familiar no alcanzaba para costear los estudios en la Universidad San Francisco de Quito. Así que, guiado por su padre, entró a cursar Publicidad en la Universidad de las Américas.
Pero, al año y medio, desanimado por el estilo en que se impartía la carrera, se retiró y, siguiendo los pasos de un compañero, se aventuró a irse a Argentina a estudiar Creatividad publicitaria, en el Instituto La Asociación, de donde egresó tres años después, en el 2006. La depreciación del peso argentino, le resultó favorable a la familia para financiar la carrera y manutención de José.
El acuerdo con su padre era volver al graduarse. Sin embargo, no le disgustaba la idea de quedarse. “Le pedí seis meses para conseguir empleo y a los dos ya estaba trabajando en la agencia FCB”.
En esa multinacional publicitaria, despertó el interés por el desarrollo de campañas para redes sociales, que era un mundo nuevo en las agencias de publicidad. Tres años después, decidió irse junto a su dupla creativa, el redactor publicitario Alfonso Cornejo, a otra agencia que se estaba especializando en publicidad digital: Wunderman. Una de las marcas para la que desarrollaron innovadoras campañas fue Coca-Cola.
Con 28 años, José –en compañía de Cornejo– asumió la Dirección General Creativa de la firma, convirtiéndose en la persona más joven en esa posición en una red de agencias con presencia en alrededor de 55 países. Tenía cerca de 30 personas a su cargo, que en año y medio creció a 55.
Cornejo lo describe como uno de los profesionales de la comunicación más vanguardistas de ese país. “Logra mezclar su experiencia como creativo publicitario con una visión estratégica y de negocio, un perfil difícil de encontrar”.
En esos años (2009-2015), estuvieron a cargo de la creatividad publicitaria de marcas como Ford, Disney, Movistar, Citibank, etc. Sin embargo, José destaca algo más de esa época: la libertad que tuvo para experimentar e impulsar el desarrollo de soluciones innovadoras, no necesariamente vinculados a las marcas.
Siguiendo los pasos de Silicon Valley, realizó un maratón creativo en la agencia de 24 horas. Entre las ideas más destacadas del maratón estuvo una aplicación móvil que permitía buscar fotos, de hasta tres meses atrás, en Instagram.
“José es mi referente en todo lo que sea tecnología y nuevos negocios. Tiene una mirada particular sobre el futuro y la tecnología”, comenta Darío Ventura, quien formaba parte de su equipo en Wunderman.
Con la visión de desarrollar productos, más que campañas publicitarias, José se desvinculó de la agencia y fundó, en febrero del 2016, el estudio de innovación Immigrant, al que se sumó Cornejo como socio al poco tiempo.
La consultora ofrece soluciones de negocio y ayuda a otras empresas a innovar. Entre las marcas con las que han trabajado están Novartis y Netflix. Con su nuevo emprendimiento, este publicista se enfrentó con una problemática: “Me encontré trabajando desde la casa, en cafés, en lugares que no son adecuados para trabajar seis horas seguidas”.
Fue así como hace tres meses nació Nomady, un sitio web que permite reservar espacios para trabajar en la ciudad, con alquileres por horas, días o semanas. Actualmente, cuentan con nueve sitios. “El trabajador del futuro es un nómada que va buscando oportunidades laborales”, dice José sobre esta modalidad de trabajar, que aplica con Immigrant.
Para Francisco Facal, uno de sus socios en la ‘start up’, José es una persona con “una visión muchas veces adelantada a su época”. En el plano personal, lo cataloga como una persona “transparente”.
La visión de José es traer sus proyectos a Ecuador y ya ha dado primeros pasos en esa línea, brindando servicios con Immigrant a empresas ecuatorianas.
José Azanza fue creativo publicitario en dos agencias en Argentina, una de ellas fue Wunderman. Hoy es consultor del estudio de innovación Immigran, junto a Alfonso Cornejo. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
Aprender sobre la diversidad de la fauna ecuatoriana puede ser una tarea entretenida. Con Wiwitos los niños tienen la oportunidad de armar y conocer siete especies de animales que son propias de este país.
Las figuras compuestas por dos piezas de madera, que tienen un imán incluido, representan a animales de las diferentes regiones del Ecuador. Hay cangrejos, pingüinos, pulpos, ranas, tortugas, búhos y osos de anteojos.
Estos juguetes están dirigidos a niños menores de cinco años. Son seguros al momento de manipularlos y vienen en varios colores.
Cada uno de estos animales tiene detalles que refieren sus características particulares comenta Aurelia León, emprendedora de Yuju y diseñadora de la colección de juguetes Wiwitos. Así los niños aprenden sobre la fauna, los colores, fortalecen la motricidad gruesa, y conocen las formas, mientras se divierten.
La creación de estos rompecabezas surgió en el 2016 tras participar en un concurso de diseño de juguetes y aunque la propuesta de Yuju no obtuvo el primer lugar, León decidió producir esa colección de animales, porque los niños que tenían contacto con el prototipo de Wiwitos disfrutaban armando las diferentes figuras.
Desde entonces, Yuju se dedica a crear estos juguetes para que otros pequeños jueguen también con los Wiwitos. Esta experiencia ha sido para León una aventura.
Por ahora, el diseño, ensamblaje y venta de estos animales está a cargo, en su mayoría, de León. En este proceso colabora Judith Romero, gerenta de MicrofarmingCía. Ltda. Ella le apoya con la máquina de cortes láser. Esta labor se hace al menos una vez el mes. Por ser colegas en la Comunidad de Jugueteros, el precio para Yuju se establece en función del proyecto, para optimizar los costos de inversión.
Los Wiwitos vienen en una caja de cartón. Ahí se incluyen los siete modelos; las figuras no se venden por separado. La colección cuesta USD 25. Los pequeños, incluso, pueden mezclar las piezas para crear figuras novedosas.
Para los niños mayores de cinco años, aparte de estos rompecabezas, Yuju incorporó sellos que forman serpientes y sapos. Cada uno de estos se encuentra compuesto de tres piezas hechas con madera y caucho. Estas permiten a los pequeños crear los animales que su creatividad permite imaginar.
Así, por ejemplo, pueden plasmar serpientes largas, cortas, con dos cabezas y otros. Cada paquete de sellos incluye un recipiente con tinta apta para menores de edad. No es tóxica. Los juguetes de Yuju se venden en la Librería Rayuela, en la tienda So Handmade, a través de Facebook, en la página web www.yuju.ec, en la tienda virtual www.ashanka.ec y tiene un distribuidor autorizado en Cuenca. Además, para pedidos las personas se pueden comunicar a yuju@aurelialeon.com.
Actualmente, León factura alrededor de USD 300 cada mes.
Para Mónica Varea, gerenta de la Librería Rayuela, los Wiwitos han tenido una buena aceptación, porque permite que los niños puedan imaginar, crear y aprender al mismo tiempo sobre la diversidad de animales que existen en el país. En su tienda, por ejemplo, cuentan con una muestra para que las personas interactúen con estos rompecabezas antes de que se concrete la compra.
Aurelia León es diseñadora industrial y está a cargo de los juguetes de Yuju. Foto: Facebook
Hace tres semanas, Camilo Cruz contrajo matrimonio con Avanthi Readdy y con ello se cerraba un círculo.
Este quiteño de 29 años conoció a su esposa -nacida en India- mientras estudiaba su maestría en tecnologías de la información y negocios electrónicos en la Universidad Carnegie Mellon, en Pittsburgh (EE.UU.), gracias a una beca de excelencia de la Secretaría Nacional de Educación Superior (Senescyt).
Esa casa de estudios es prestigiosa debido a sus investigaciones en informática y robótica. Fue justamente en esa época -mientras cursaba su posgrado- que además del amor también surgió su proyecto del cual es cofundador: mi.tienda, una plataforma de ventas en línea ya disponible y que aglutina a cadenas como Súper Paco, Pinto o Noperti.
Incluso, algunos clubes de fútbol profesional se han subido a la tienda en línea para comercializar sus productos oficiales. Uno de ellos es el Deportivo Quito . José Francisco Salgado, vicepresidente del club, señala que el año pasado decidieron sumarse a mi.tienda para vender mercadería, como camisetas. Además, trabajan en el proyecto de vender entradas para partidos a través de este portal de compras.
Cruz cataloga a este sitio como una especie de Amazon o Ebay tropicalizado para Ecuador y América Latina. El emprendedor cree que el ‘e-commerce’ puede funcionar en la región con una buena logística, medios de pago avanzados, generando confianza y, sobre todo, una buena experiencia entre los compradores.
La idea también fue desarrollada por Sebastián Valdivieso, su socio quien ocupa el cargo de jefe financiero de mi.tienda. Valdivieso es su amigo y se conocen desde hace 20 años, mientras estudiaban en la Unidad Educativa Martim Cererê, de Quito.
Valdivieso cuenta que actualmente varias personas conforman la sociedad de su emprendimiento, quienes han aportado capital para desarrollar la iniciativa.
Además, mitienda.ec es fruto de otro proyecto exitoso anterior: FlowerExplosion.com. Este emprendimiento digital -que se lanzó en el 2009- pone en contacto a haciendas floricultoras directamente con el comprador. Es decir, elimina las floristerías de la cadena de distribución y da la experiencia al usuario de tener un producto fresco con un clic.
El negocio, cuenta Cruz, nació gracias a la experiencia de Valdivieso en el mundo de las flores debido a que su familia se dedicaba a ese negocio. Hace nueve años, los jóvenes socios contactaron a cinco floricultoras que se sumaron a su proyecto. Además, se asociaron con FedEx, multinacional de la logística, para que se encargue de las entregas de las flores.
Para abrir el negocio debieron constituir una empresa en EE.UU. denominada Explogic. Esto fue todo un reto para los emprendedores. Ahora, Explogic es una firma incubadora de negocios digitales y de donde nación mi.tienda.
María Paulina Romo, presidenta de FedEx Ecuador, cuenta que cuando Cruz y Valdivieso llegaron con su idea les pareció innovadora debido a que era una de las primeras en apostar por el ‘e-commerce’ y flores.
Entre los primeros destinos de las flores ecuatorianas, recuerda Cruz, estuvieron ciudades de la costa este de EE.UU.
La idea tuvo éxito y para el 2014 contaba con más de 35 haciendas floricultoras de Ecuador, Colombia y Costa Rica. Al negocio le fue tan bien que una empresa estadounidense planteó una oferta para adquirirla. Flowerexplosion.com, cuenta Cruz, fue valorada entre USD 500 000 y 1,5 millones.
Digital Assets Holding, una firma con base en Nueva York, adquirió el emprendimiento digital. Actualmente, la marca FlowerExplosion pertenece a 301 Capital Partners. Sin embargo, en el acuerdo de venta, dice Cruz, se estableció que los socios ecuatorianos todavía trabajen en la parte operativa para FlowerExplosion.com en Ecuador.
Cruz estudió comunicación multimedia en la Universidad San Francisco de Quito, sin embargo, el emprendimiento siempre ha estado presente en su vida. Julia García, amiga y compañera desde la escuela, recuerda que cuando tenían 8 años, Cruz le propuso vender limonadas a ella y a Lorena Darquea, otra amiga, para comprar un perro.
García, quien actualmente es diseñadora de modas, asegura que su amigo siempre fue un buen estudiante e incluso llegó a ser abanderado en el colegio. Cruz disfruta de los viajes, caminar y montar bicicleta. Además, confiesa que disfruta de la música latina: desde salsa hasta cumbias. Cuando descansa piensa en innovar en nuevos negocios.
Mi.tienda busca ser un centro comercial
Redacción Quito (I)
El emprendimiento busca ser el primer centro comercial virtual de América Latina. El proyecto trata de ubicar en un solo sitio a marcas y negocios consolidados para que el usuario pueda acceder a sus productos en el sitio web.
Mi.Tienda cuenta con múltiples opciones de pago en línea y servicio de entrega con cobertura nacional. El modelo contempla cero costos de afiliación y mantenimiento para los establecimientos y una baja comisión por venta, la cual incluye el procesamiento de tarjetas; recogida de productos desde el establecimiento. Adicionalmente, los pagos a tiendas se realizan en menos de una semana.
La clave de este centro comercial virtual es que mantiene la identidad de cada uno de sus comercios, sus espacios son personalizables y tienen subdominio propio.
Abrir una tienda es muy fácil, solo se debe ingresar a www.mi.tienda y presionar la opción “empieza a vender” que está ubicada al pie de la página. Si no vende, no paga por el servicio de estar alojado en la página web.
Debido a la irrupción del comercio electrónico, los centros comerciales están siendo afectados en EE.UU. Según reporta el sitio especializado Bloomberg, el sector inmobiliario en el área comercial debe estar preparado para enfrentar la tendencia global que apunta a que las compras en línea provoquen el cierre de tiendas físicas.
Las tiendas minoristas, antes grandes y numerosas, están pasando a ser más personalizadas y estratégicas, lo que ha repercutido en las ventas y en el cierre de tiendas.
Centro comercial virtual creado por Camilo Cruz. Foto: Julio Estrella / ÚN
Consuelo Dueñas esta ejecutiva quiteña cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito de las telecomunicaciones, así como en la docencia universitaria.
Hace unos 40 años, en un aula de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), de los 45 estudiantes que se preparaban para ser ingenieros en electrónica y telecomunicaciones apenas tres eran mujeres. Una de ellas era Consuelo Dueñas.
A esta quiteña siempre le atrajeron las matemáticas, la física y la electrónica y por esta razón decidió estudiar telecomunicaciones, una carrera marcada entonces por una fuerte presencia masculina.
Pese a esta situación, Dueñas se ha destacado en este ámbito y se convirtió en una testigo privilegiada del desarrollo de las telecomunicaciones en el país.
Por ejemplo, cuenta, pudo presenciar el despliegue de la red para Internet en el país, a finales de la década de 1980 y ha trabajado en múltiples proyectos relacionados con la instalación de fibra óptica.
Ahora, Dueñas es consultora para la firma estadounidense Quanta Services, para proyectos relacionados con el sector eléctrico y energético en general. Además, es docente de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
En esa casa de estudios da clases para ejecutivos en la Escuela de Negocios y es una de las docentes que busca implantar el método de estudio de casos en esa casa de estudios. En años pasados fue catedrática en el IDE Business School.
El estudio de casos es un método que se utiliza en la economía de empresa y que analiza hechos reales de compañías para que los estudiantes puedan tomar una decisión al respecto y sacar sus conclusiones. “Esto permite que los estudiantes intercambien criterios del problema”, dice Dueñas.
Por esta razón, hace unas semanas, esta ejecutiva viajó a Boston, (EE.UU.), para estudiar un curso en la Universidad de Harvard sobre esta metodología.
Dueñas no sabe exactamente cuándo decidió estudiar telecomunicaciones. No obstante, recuerda que su padre le regalaba ilustraciones de cómo funcionan artefactos como la radio. Su otra opción de carrera era economía; siempre buscó una profesión que tuviera que ver con números.
Carmen Elena de Guzmán, profesional del mundo de las finanzas y actualmente dedicada a la gastronomía, es amiga de Dueñas desde la infancia y compañera en la primaria y secundaria.
Su amiga asegura que en la etapa estudiantil Dueñas era muy dedicada y competían por tener las mejores notas de su curso. “Éramos tan estudiosas las dos que cuando no nos mandaban deberes, ella me mandaba una lección a mí y yo le mandaba una lección a ella”, cuenta su amiga.
Además, detalla De Guzmán, Dueñas proviene de un hogar muy católico conformado por cinco hermanas y con un padre muy exigente.
Luego de concluir la secundaria en el Colegio Los Pinos de Quito -y ser la mejor egresada de su promoción- Dueñas ingresó a la EPN.
Apenas terminó la universidad, se vinculó a Ietel, en 1983, en Cuenca, y dos años después se integró a la empresa azuaya Etapa.
Fernando Carrillo, quien en ese entonces ocupaba la Gerencia de Alcatel en Ecuador, la conoce desde esa época. Él asegura que desde entonces demostraba una gran capacidad analítica. “Ha tomado decisiones adecuadas y es una profesional que siempre está capacitándose”, dice Carrillo.
Luego de una estancia de cinco años en la empresa del austro viajó a Bélgica, junto con su esposo, Hernando Merchán, para estudiar una maestría en fibra óptica en la Universidad de Mons.
De regreso al país, luego de graduarse se reincorporó a Etapa, en 1992, y estuvo al frente de varios proyectos, como la instalación de telefonía pública inteligente y fibra óptica para la ciudad.
Dueñas quiso dar un paso más y aprender del mundo de los negocios. En el 2001 ingresó al IDE Business School para cursar un MBA. Esos estudios le abrieron la puerta como ejecutiva y llegó a ocupar el cargo de gerenta en la firma tecnológica Next Data.
Finalmente, en Quanta Technology fusionó el mundo de las telecomunicaciones y el empresarial. David Elizondo, director de Negocios Internacionales de la firma, desde EE.UU., asegura que Dueñas tiene un equilibrio entre el conocimiento técnico de telecomunicaciones y energía, y también de los negocios, tanto del sector público como el privado.
“Es un adecuado balance que le permite trabajar a nivel técnico detallado, así como también ejecutivo (…) Eso no todas las personas lo tienen”, dice Elizondo.
Las telecomunicaciones y la gestión empresarial son solo un lado de su faceta. Dueñas también dedica parte de su tiempo a diferentes actividades en el Club Rotario los fines de semana.
En la organización participa de salidas a comunidades para participar en proyectos de salud y fomento del emprendimiento.
A la ejecutiva también le gusta el deporte para mantenerse en equilibrio . En su tiempo libre, Dueñas juega voleibol y practica ciclismo.
Además, toca la guitarra y gusta de artistas como Julio Iglesias, Leonardo Favio, Joan Manuel Serrat… También le gusta la música clásica , en especial autores como Strauss o Chopin y confiesa que le hubiera gustado tocar el piano.
Su CV 2017. Curso de Método de Caso en Harvard Business school. 2013. Máster en Administración de Empresas en el IDE Business School. 1992. Posgrado en Antenas y Guías de Onda, Telemática y Tecnologías de Fibra Óptica, en la Universidad de Mons, en Bélgica. 1982. Ingeniera en Electrónica y Telecomunicaciones por la EPN.
Esta ejecutiva quiteña cuenta con una destacada trayectoria en el ámbito de las telecomunicaciones, así como en la docencia universitaria. Foto: VIcente Costales / LÍDERES
En noviembre de 2014, Nataly Charpantier asistió por primera vez a una feria para mostrar sus productos de cosmética natural. Para iniciar con este negocio invirtió cerca de USD 200 y vendió 70, lo que motivó a la emprendedora a continuar y seguir asistiendo a ferias, como la de El Quinde, todos los sábados en la plaza Foch.
La idea nació de la necesidad personal de cambiar los productos de aseo y de uso diario comerciales que contienen componentes sintéticos, por otros elaborados a base de plantas medicinales.
Gracias a sus conocimientos de biología, sumados a su interés en los poderes curativos de las plantas, Charpantier pudo dar inicio a este emprendimiento que bautizó como Nátura Lupinus, y que consiste en una oferta de desodorantes, cremas, pomadas y bálsamos orgánicos, elaborados con aceites y mantecas vegetales no refinados, con extractos de plantas y aceites esenciales.
Investigando sobre los beneficios medicinales de las plantas, Charpantier descubrió que por ejemplo, la caléndula tiene propiedades regenerativas, desinflamantes y cicatrizantes. Esta es una de las plantas que la emprendedora cultiva en su casa para elaborar los extractos necesarios para sus productos, además del romero, la menta y la manzanilla.
Esto le ayuda a bajar sus costos, además de comprar insumos a otros pequeños emprendimientos como las esencias naturales y aplicando la reutilización de envases. Si un cliente lleva el envase del producto que adquirió, tiene un descuento en la siguiente compra. Charpantier recibe incluso envases de otras marcas para ayudar a reducir los desechos de la cosmética comercial, con lo que ahorra y ayuda al medioambiente.
La elaboración de los productos es 100% artesanal, utilizando técnicas tradicionales. Por el momento tiene una producción mensual de 40 desodorantes grandes (60 gramos) y 80 pequeños (20 gramos), que es en la línea que más se ha enfocado, con una venta aproximada de 50 unidades entre ambas presentaciones cada mes.
Además, dispone de cuatro variedades de desodorantes a base de aceite de coco con cera de abeja, arcilla, piedra de alumbre…
Asimismo, oferta cremas faciales, corporales y de manos, bálsamos para labios, además de pomadas medicinales cicatrizantes, analgésicas y desinflamantes. Estos productos se venden a razón de uno por cada diez desodorantes.
Hasta ahora ha logrado ventas de entre USD 700 y 800 al mes, alcanzando una ganancia neta del 50%, luego de recuperar la inversión de cada ciclo de elaboración de su línea natural. La producción, la inversión y las ganancias varían según el mes. Por ejemplo, en diciembre se triplican las ventas, mientras que en marzo y mayo por el Día de la Mujer y de la Madre, se duplican.
Isabel Cabrera ha comprado varias veces los desodorantes de Nátura Lupinus para ella y su hermana. Asegura que además de sentir que su piel se libera de químicos y que la cuida naturalmente, este producto le resulta un ahorro, ya que el envase grande le ha durado entre cuatro y cinco meses, con lo que siente un doble beneficio.
Nataly Charpantier cultiva varias plantas para aprovechar sus poderes curativos, en la elaboración de productos con técnicas tradicionales. Foto: Líderes
La euforia que se desató en Guayaquil, el 20 de diciembre del 2014, es quizá la más grande que ha despertado hasta ahora el Club Sport Emelec en sus hinchas.
Ese día, el equipo azul no solo se coronó bicampeón del fútbol ecuatoriano por tercera vez, sino que le ganó la final por primera vez a su eterno rival de barrio.
En honor a la hazaña, Fred Molina, un hincha del equipo, le regaló al club su primera fragancia exclusiva para hombre y mujer. Se trata de Pasión Azul, un perfume de 100 ml elaborado por Mianova, una marca de contratipos de perfumería creada por él hace cuatro años.
Como la mayoría de los equipos, Emelec ya tiene gorras, llaveros, mochilas, bufandas y balones alusivos, pero le faltaba el perfume.
“Para la actual dirigencia es un lujo estar entre los pocos equipos a nivel mundial, con marca propia de perfume. Al hincha le gusta los ‘souvenirs’ y tener un perfume complementa al hincha”, comenta Luis Idrovo, gerente deportivo del Club Sport Emelec.
El producto salió a la venta el 30 de mayo, pero Molina cuenta que el proyecto para crear el perfume lo trabajó durante cinco meses.
Para ello se realizó un estudio de mercado con 160 hinchas del equipo, a quienes se les proporcionó tres opciones de fragancias para conocer sus preferencias. “Todos los hinchas se mostraron encantados con la idea de tener un perfume”, cuenta Molina.
Con USD 40 000 de inversión de materia prima, las fragancias tomaron dos semanas y se elaboraron en las instalaciones de la firma, con materias primas importadas desde Europa. La fragancia femenina es una mezcla de aromas cítricos y frutales, mientras que la masculina fusiona aromas maderables y cítricos. “Para lograr una fragancia que equilibre lo sport y lo elegante”, explica Molina.
El reto del empresario radicó en desarrollar dos perfumes exclusivos, pues Mianova se dedica a producir unos 150 perfumes diarios. Pero se trata de contratipos, es decir, perfumes que transmiten aromas con características similares a los de marcas reconocidas.
Para Giuseppe Cavana, fundador de la barra Boca del Pozo, el perfume fortalece la identidad del equipo y de la hinchada. “Emelec siempre se ha distinguido por estar un paso más allá, tener nuestro propio perfume es un honor, porque recuerda este logro tan importante del equipo. Además, nos identifica”, señala.
El perfume viene en una caja azul y el frasco tiene una envoltura de cuerina, que se asemeja en diseño la camiseta de Emelec.
En esta primera etapa, se elaboraron unas 5 000 unidades, de las que ya se han vendido 3 200. De acuerdo con la demanda se espera producir unos 5 000 más.
Uno de los puntos de venta del perfume es el local de Shoes Alvarito, en el centro de Guayaquil.
Doris Tapia, del área de marketing de este negocio, cuenta que el producto ha tenido buena acogida, porque esta cadena tiene un espacio de venta exclusiva de productos de Emelec conocida como ‘Tienda Azul’. En este sitio, los hinchas saben que pueden encontrar productos alusivos.
“El perfume se ha vendido bien, en los días de más movimiento salen unos 10 perfumes”, indica. El siguiente paso es llegar a otros puntos de la Costa, que también tiene hinchada emelecista.
Sobre Mianova La perfumería. Mianova es una firma guayaquileña que tiene cuatro años en el mercado y ofrece unos 400 contratipos de perfumes.
Empleo. La empresa tiene ocho empleados en el área de producción, marketing y administrativo. Sin embargo, genera unos 70 empleos indirectos para quienes comercializan sus productos en provincias.
La difusión. Las fragancias se promocionan en redes sociales a través de Twitter @mianovaperfum y Facebook.
Fred Toral es hincha de Emelec y hace cinco meses comenzó a desarrollar una fragancia exclusiva para el club. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES.
Figuras plásticas de ojos, dedos y cerebros humanos, así como pequeños monstruos y galletas del mismo material, forman parte de los diseños de Blue Zombie, una tienda especializada en la elaboración de bisutería y accesorios para jóvenes y adolescentes.
Esta idea nació en el 2010, cuando Camila Pinto, propietaria de la marca, decidió comercializar sus creaciones. En principio, los realizaba para uso personal, pero a sus amigos les gustó sus productos y empezaron a comprarle.
Ahora, cuenta con un local en el centro-norte de Quito. Factura mensualmente entre USD1 000 y 1 200; además recibe pedidos de Guayas y Manabí.
Pinto comenta que su gusto por la elaboración de bisutería se inició cuando era niña. Asistió a cursos para aprender esta actividad, sin embargo, señala que los modelos que en principio realizaba no le gustaban, porque “no iban con su estilo”.
Por esta razón, decidió buscar diseños que le gustaran en diferentes páginas web y comenzó a elaborar los accesorios. El gusto por los zombies y la moda alternativa inspiraron a Pinto para sus creaciones.
Su primera inversión para iniciar su emprendimiento fue de aproximadamente USD 2 000. Este monto le sirvió para comprar materia prima, como hilos, cadenas y piezas de plástico.
Blue Zombie se comenzó a promocionar en las redes sociales Facebook y Twitter. Posteriormente implementó una página web www.bluezombiestuff.com.
Hace dos años abrió un local en el Centro Comercial Caracol (norte de Quito). Para tener un mayor espacio para instalar su taller decidió cambiarse a un lugar más amplio, su actual almacén de 50 m2.
Pinto comparte su emprendimiento con sus estudios. Esta quiteña de 22 años cursa la carrera de Relaciones Públicas en la Universidad San Francisco de Quito.
Arón Zambrano, cliente, señala que lo que se encuentra en la tienda es “muy loco y original”. Comenzó a comprar los productos para regalar a sus amigos. Cada mes compra unos USD 20 en collares.
Cristina Escobar tiene 25 años y es clienta de Blue Zombie. Ella explica que compra los collares debido a que son elaborados a mano y eso le da un valor agregado. Recuerda que gastó unos USD 60 en la primera compra que realizó.
Diana Bravo coincide con Escobar y destaca los diseños a mano. Ella se enteró por Facebook de los productos; recuerda que invirtió USD 15 en accesorios.
La jardinería y la agricultura fueron concebidas para espacios abiertos; lo rural es su territorio natural. Pero Nina Velasco, una bióloga quiteña de 29 años e Isadora Espinosa, una diseñadora gráfica de la misma edad, quisieron romper estas reglas. Para estas dos emprendedoras, la casa o el departamento en la ciudad, también pueden ser un espacio para sembrar alguna planta.
Con esta idea nació Kenku, en el 2011, una marca que comercializa pequeños maceteros con semillas, para germinar una planta de jalapeño, tomate, ají, rúcula, albahaca, girasol y cebollín.
Kenku significa bambú en Shuar. Según un relato de esta nacionalidad ecuatoriana, un espíritu de la selva habita en el bambú que almacena agua, por ello, el Kenku es un símbolo de vida, y este nombre calzaba para su producto.
Con el nombre definido, Espinosa se encargó del diseño de los logotipos y las etiquetas. Mientras que Velasco estudiaba qué semillas se adaptarían al clima de Quito y germinarían sin mayores dificultades. Así, el kit de kenku consta de la pequeña maceta, las semillas y dos pastillas de sustrato de fibra natural de coco, donde se plantan las semillas. Para hacer esto posible, la inversión inicial fue de USD 800.
En principio sacaron a la venta 100 unidades. La mayoría se distribuía entre amigos y familiares, pero desde el año pasado se comenzó a vender en la tienda Messklan (norte de Quito).
Velasco dice que no tienen un público específico, ya que personas de distintas edades adquieren los pequeños kits para sembrar. Aunque dice que han tenido éxito con los niños, que les gusta mirar el proceso de crecimiento de una planta, y también en jóvenes que tienen un pequeño huerto en sus departamentos.
Cada kit cuesta USD 6. Al mes tienen una venta promedio de 50 unidades; en meses como diciembre las ventas se incrementan hasta 150. Actualmente, buscan nuevos canales de distribución para que la marca Kenku sea más conocida.
Carmen Terán es secretaria de una empresa privada y adquirió el producto el año pasado. Comenta que es una gran iniciativa, porque es muy fácil de usarlo, porque en la etiqueta vienen todas las instrucciones. «Es muy bonito ver cómo crece la ‘plantita’, y no necesita de mucho cuidado». Ella ha adquirido seis macetas, la mayoría para regalar a familiares.
Oferta Los kits.Producen un promedio de 80 unidades. Las semillas son provenientes de los EE.UU.
El armado. La elaboración de los kits lo realizan en la vivienda de Nina Velasco, ubicada en el Valle de los Chillos. Un fin de semana produen 80 unidades entre dos personas.
LA CIFRA USD 300 al mes es el promedio de facturación