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  • Oswaldo Toscano: ‘El líder da paso a ambientes creativos’

    Redacción Quito (I)

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    Oswaldo Toscano, director general de Business Coaching School, habla sobre los cambios en los negocios, nuevas habilidades y el futuro de las pymes.

    ¿Cómo están cambiando los negocios en la actual coyuntura?
    Sin duda, este suceso inesperado, me refiero a la crisis por pandemia, aceleró muchos procesos que ya se estaban gestando dentro de las empresas o por lo menos que ya estaban sobre las mesas de trabajo. Hay que recordar que estamos en medio de un cambio sin precedentes, la Cuarta Revolución Industrial. Por lo que muchas organizaciones estaban tratando de adaptarse a esta revolución cambiando la forma en la que hacen empresa. Con el aparecimiento de la crisis, ese proceso se hizo más necesario por lo tanto, se aceleró esa necesidad de adaptar modelos de negocio, procesos, cultura de las organizaciones.

    Ahora bien, no todas las empresas han logrado conectar con este cambio. De hecho América Latina va detrás de muchas regiones. Este aspecto es importante. Lo que viene es un mundo de mayor consciencia sobre propuestas de valor, es decir, mucho más competitivo. Esto no es fruto de la pandemia sino de las grandes revoluciones en la gestión, transmisión y almacenamiento de la información. De forma literal tenemos clientes y empresarios que tienen en la palma de la mano información que antes era imposible de alcanzar para el común de los mortales.

    Así que en ese sentido, el cambio más importante es la consciencia sobre el papel del talento humano para la creación de valor. Con el flujo de información que hoy existe, los modelos de negocio tienen que estar bajo un constante proceso de innovación, los procesos e incluso las habilidades blandas que son clave para la creatividad. Todo eso nos lleva a pensar en una empresa consciente de sus activos intangibles, que como dije antes, se hizo más evidente durante la crisis por la pandemia.

    ¿Qué habilidades requieren ahora los ejecutivos?
    Para responder a esa pregunta, primero hay que aclarar qué tipo de revolución es la Cuarta Revolución Industrial. Porque se puede creer que es una revolución tecnológica, pero la verdad, es que es una revolución cultural dentro de la empresa. Me explico. La tecnología por sí misma no produce esa vorágine de cambio que estamos viviendo. Son los efectos del aparecimiento de toda esta asombrosa tecnología lo que lleva a cambios en la forma en la que trabajamos, nos comunicamos, producimos, y hasta cómo concebimos la empresa. Entonces, la tecnología es un catalizador que está provocando un potente motor de cambio que empuja a modificar las culturas organizacionales.

    Son los líderes los llamados a fortalecer ambientes creativos a través de sus propias conductas. Y es específicamente en el estilo de liderazgo en donde se encuentra la semilla para una cultura abierta a una economía que fundamenta la creación de valor en la creatividad de los individuos.

    ¿Qué pasará con las Pymes tras la pandemia? ¿Cómo deberán actuar de ahora en adelante?
    América Latina es una región de PYMES. Y muchas de ellas son empresas familiares. Esto bajo el difícil escenario político y económico en el que vive la región.

    En primer lugar, es importante aclarar que mientras nuestra clase política no comprenda el proceso de creación de riqueza entonces siempre estaremos en la retaguardia del emprendimiento por innovación. Nuestra región que vive al vaivén de los conflictos políticos y a merced de experimentos económicos que han fracasado históricamente, pone muchos frenos al desarrollo empresarial. Por lo que hay una tarea pendiente de los gobernantes y políticos creando las condiciones jurídico políticas para que las condiciones de la economía mejoren. Sin este cambio, es muy difícil para una PYME crecer.

    En segundo lugar, las empresas, independiente del tamaño u origen tienen que mirar con mucha atención las grandes posibilidades que brinda la globalización comercial. La tecnología acerca a los mercados. Es importante que rompan con ese modelo mental local y empiecen a mirar de forma sensata mercados que vayan más allá de las fronteras nacionales. Pero eso significa, cambiar los aspectos culturales de la empresa y eso solo empieza por la capacidad del líder de crear una visión compartida.

    ¿Cuáles son las principales dudas que tienen las Pymes y qué respuestas se les da?
    Muchas dudas sobre el futuro. Insisto, sobre esto tiene una gran responsabilidad los gobiernos y políticos que no miran el largo plazo y tampoco logran comprender el proceso de creación de riqueza. Es importante comprender que si queremos salir del subdesarrollo necesitamos de un ambiente con mayor estabilidad, de libertad y responsabilidad individual. Fortalecer la educación que significa mejorar la calidad y acceso, no necesariamente como un proceso tutelado por el Estado. Mejorar las reglas del juego para atraer capitales que puedan aportar a la iniciativa de los emprendedores. Atraer grandes empresas que generen clusters con Startups locales.Es necesario este tipo de ecosistema para el desarrollo.

    Mejorar el ambiente de negocios requiere de una mejora sustancial en la calidad institucional de los países. Y no hay misterio en esto. Ciertos políticos en países de África así lo entendieron y hoy adoptaron marcos legales que fortalecen el capitalismo de libre mercado.

    ¿Cómo aportan las escuelas de negocios en este momento?
    Creo que existe de todo. Las escuelas de negocio más prestigiosas están desde hace muchos años involucrados en este cambio en el modelo mental de empresa. De la empresa de control total a la empresa creadora de conocimiento. La oferta de programas para fortalecer las capacidades digitales es enorme y paradójicamente, la crisis por la pandemia, puso más cerca esa oferta y en algunos casos se hizo más accesible.

    Sin embargo, la otra parte del desarrollo de las personas son las Soft Skills. Ahí es interesante como la oferta de programas para el desarrollo de habilidades se ha incrementado aunque me temo, con no tan buenos resultados, no se puede enseñar a liderar de la misma forma que se enseña Excel. También tiene que producirse tarde o temprano un cambio de fondo en la forma como se concibe el desarrollo de personas dentro de las organizaciones.

    ¿Tendremos en unos años una nueva clase de empresarios? ¿Qué características tendrán?
    Bueno ya tenemos un “arquetipo” si se puede usar ese término. El señor Elon Musk. Más allá de las distancias del ambiente de negocios en las que él se desenvuelve se puede extraer la capacidad de ser realmente disruptivo. Y me parece que esa es una característica fundamental de los empresarios en una economía en la que los activos más relevantes son justamente los que produce una mente creativa.

    Oswaldo Toscano, director general de Business Coaching School. Foto: cortesía
    Oswaldo Toscano, director general de Business Coaching School. Foto: cortesía
  • Las agencias, los creativos, los técnicos… participan

    Redacción Quito, Guayaquil, Cuenca

    En el país, en el 2010 se registraron 974 establecimientos o negocios vinculados con el sector de la publicidad. De esa cifra, 197 participaban en la creación e inserción de anuncios en periódicos, revistas, programas de radio y de televisión, Internet y otros medios.

    Los datos corresponden al Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC). El resto de establecimientos participa en actividades como la creación y colocación de anuncios de publicidad al aire libre, alquiler de espacios de publicidad en vallas publicitarias, distribución de muestras de productos…

    En esas actividades, asegura el INEC, trabajaban en ese año 3 272 hombres y 2 138 mujeres.

    En lo que tiene que ver con agencias de publicidad no existe una cifra oficial. Representantes de agencias que operan en Ecuador calculan que localmente operan cerca de 100 agencias entre pequeñas, medianas y grandes. Así mismo, el mercado acoge a firmas internacionales como JWT, McCann-Erickson, BBDO, Publicis Groupe, entre otras.

    Para Daniel Ortega, presidente de la Asociación Ecuatoriana de Marketing, el sector cada vez cuenta con más creativos ecuatorianos, a diferencia de lo que ocurría hace 10 o más años. “Siento que hubo una etapa de transferencia de tecnología y vinieron personas como creativos del exterior. Pero el semillero ecuatoriano fue creciendo y uniendo a nuevas experiencias como las escuelas de negocios”.

    No obstante, se desconoce la proporción existente entre creativos locales y extranjeros que trabajan en el país.

    Sobre este tema, al menos 10 universidades ofrecen carreras como licenciatura en Publicidad y Mercadotecnia, Publicista Profesional, Técnico en Publicidad y otras, según información de la organización de orientación profesional Ubícate.

    En lo que tiene que ver con quiénes son los anunciantes con mayor participación en el sector publicitario, la empresa Infomedia Ibopetime sostiene que el Gobierno Nacional es el líder con una participación del 7,7% de la inversión publicitaria durante el 2011.

    Con casi la mitad de ese porcentaje se ubicaba el año pasado en el segundo lugar la operadora de telefonía móvil Conecel (Claro) y en tercer lugar se ubicó la multinacional Unilever Andina (productos de higiene personal).

    Para el especialista en marketing, Andrés Seminario, la publicidad está en un proceso de innovación motivada por dos factores. La penetración de Internet (cerca del 30% según el INEC) y el creciente uso de teléfonos inteligentes.

    Seminario considera que por estos motivos, las empresas que se dedican al segmento han apuntado al uso de medios alternativos y campañas por Internet o las redes sociales. No obstante, no existen cifras sobre la publicidad digital.

    Al respecto, el consultor Daniel Arévalo destaca que el anuncio digital crece paulatinamente en el mercado.

  • Mark Weaver: ‘La primaria es protagonista en formar emprendedores creativos’

    Xavier Montero / Redacción Quito

    Mark Weaver ejerce la capacitación de emprendedores y educadores de emprendimiento en universidades norteamericanas, desde hace más de 35 años. Él es el presidente de la Asociación de Pequeños Negocios y Emprendimientos de EE.UU. (Usasbe, por sus siglas en inglés) y dialogó con LÍDERES sobre la visión actual del emprendimiento, los empresas sociales y la relación que tiene la educación inicial en la generación de empresarios.

    Weaver, quien también ejerce la dirección ejecutiva del Centro Melton para Innovación y Emprendimiento de la Universidad del Sur de Alabama (EE.UU.), fue invitado por la Universidad Andina Simón Bolívar, como conferencista del XXII Congreso Latinoamericano sobre Espíritu Empresarial que se realizó del 18 al 20 de abril, en Quito.

    ¿Cuál es la importancia del aprendizaje relacionado con el emprendimiento para los estudiantes de primeros años de educación básica?

    Estas aulas son un espacio para el desarrollo de las capacidades del infante; principalmente, de la creatividad. La escuela es la protagonista, si coincidimos que actualmente se necesitan empresarios con soluciones reales en escenarios aparentemente desiertos, desde la perspectiva de los demás. Las sociedades se esfuerzan en vano tratando de crear emprendedores en gente adulta que carece de creatividad y que le es más difícil visualizar una respuesta. Sin embargo, el emprendimiento no es teorizar y memorizar las fórmulas que han dado éxito a alguien más; en la escuela, se debe promover la libertad de ideas. Los trámites administrativos para mantener un negocio, la perfección en un plan de negocios…, son materias para aprender en la universidad.

    En el caso de un país con una economía desarrollada, como en EE.UU., ¿cuáles son las condiciones en las que surge un emprendimiento?

    He trabajado en educación sobre emprendimiento en más de 30 países. De aquellas experiencias destaco la cultura empresarial estadounidense, sobre el concepto de ‘falla empresarial’. En aquel país, los emprendedores se arriesgan por una idea de negocios con la certeza de que no serán señalados como ‘fracasados’, si no consiguen el éxito esperado. La sociedad estadounidense reconoce que la actividad empresarial conlleva un riesgo de falla. Los términos o conceptos como ‘valle de la muerte’, allá son un mito. El sistema educativo provee las bases del conocimiento que le permite al sujeto, desde niño, ver las oportunidades empresariales que le oferta el mercado.

    Con aquellas condiciones, ¿cuál es el porcentaje de emprendimientos que logran prosperar o consolidarse dentro del mercado?

    Para referirnos a ese tema, se necesita tomar en cuenta dos escenarios. El primero es el de quienes inician una nueva empresa sin el conocimiento necesario del mercado al que apuntan; no cuentan con la educación necesaria para encaminar sus ideas. Son quienes se arriesgan impulsados por la necesidad, etc., en ese caso, existe una probabilidad del 60 a 70% de que no logren materializar su idea de negocio.

    ¿Y en el otro escenario?

    Contrario al primero, es el caso de los emprendedores que se preparan académicamente, que estudian y analizan el tipo de negocio, que tienen el entrenamiento para afrontar una caída… la probabilidad de que fallen va del 25 al 30%. Los formadores de emprendedores podrían procurar que sus estudiantes aprendan a fallar en el ‘papel’, dentro de las aulas. Así, contarán con las herramientas necesarias para afrontar una situación real. Las universidades podrían enfocarse en forjar estudiantes con la capacidad de analizar y proyectar una idea sostenible.

    ¿Cuáles son los campos en donde ellos pudieran desarrollar emprendimientos actualmente?

    Desde hace una década, los jóvenes están emprendiendo en el área social. Estas empresas plantean una nueva perspectiva de igualdad de clases y se diferencian del resto, al no enfocarse en la obtención de utilidades. Latinoamérica proyecta tres focos para estas empresas sociales: el aseguramiento de las condiciones de salud óptimas para niños y niñas; la educación para grupos prioritarios y la capacitación en microfinanzas para gente sin recursos.

    Es decir, se trata de desarrollar mipymes…

    Sí. Aunque hemos evidenciado que tras las crisis económicas en los EE.UU. surgen más empresas pequeñas, con capitales y alcances menores, que por lo tanto tienen problemas de encontrar financiamientos a mediana y gran escala. No son tan fuertes.

    Entonces, ¿cuál sería una alternativa para desarrollar un emprendimiento social exitoso?

    Como en todo emprendimiento, la necesidad parte de la factibilidad de lo deseado. Mi modelo es conocido como ‘4i’. Inspiración, el estudiante o emprendedor debe estar convencido que el camino de su vida va por el lado empresarial. Innovación, que no necesariamente es crear algo nuevo. La tercera ‘i’ corresponde a Integración, que es armarse de gente que pueda echar a andar la idea; y, por último, la Implementación, crear redes de confianza empresarial, no solamente entre empresas pequeñas.

    ¿Alguna clave para formar emprendedores?

    La innovación y desarrollo son el alma de un emprendimiento. Es necesario cambiar de mentalidad.

    ACERCA DE MARK WEAVER

    La enseñanza la comparte con su faceta de emprender

    Los estudios. PhD en Administración. Además,  cuenta con una Licenciatura en Adm. Industrial.
    Sus proyectos. Centros de emprendimiento y conexión academia – empresa en la Universidad de Alabama, Rowan University, Estatal de Louisiana, Universidad del Sur de Alabama, entre otras entidades.