Etiqueta: cuadernos

  • Ellas emprenden con telas y caña de azúcar

    Redacción Quito 

    La tela puede tomar más formas que una prenda de vestir. Los textiles, de diversas texturas, pueden convertirse en forros de cuaderno, individuales para la mesa… Son un lienzo para un sinnúmero de posibilidades. Así pensaron María José Mesías y Andrea Tafur, diseñadora de juguetes y letrista, quienes buscaban emprender.

    A principios del año pasado, luego de que las dos quiteñas concluyeron sus estudios en Buenos Aires (Argentina), decidieron experimentar sus diseños en tela que posteriormente darían como resultado unos ‘leggins’.

    Luego de probar por varias semanas las prendas y ponerlas a prueba en condiciones extremas decidieron vender una primera producción a través de sus perfiles de Facebook. Con unos USD 50 confeccionaron los ‘leggins’ que solicitaban, en principio, amigas y familiares.
    Así nació Pomplemousse, que traducido del francés al español significa pomelo (toronja), fruta que les recordaba a sus días en la capital argentina.

    Pero Mesías y Tafur no querían ser consideradas únicamente como “las chicas de los ‘leggins’”, debido a que la propuesta que tenían en mente de Pomplemousse abarcaba más creaciones.

    Así, decidieron crear cuadernos forrados con telas que incluían las ilustraciones de Masías y las letras de Tafur. Las ilustraciones estaban relacionados con la temática de la caña de azúcar, debido a que las hojas de los cuadernos estaban hechas de esta materia prima. A los cuadernos se unieron los individuales para mesa.

    Ahora, toda su promoción y venta está basada en su página de Facebook que ya llega a los 1 000 ‘me gusta’. Las emprendedoras reciben los pedidos a través de esta plataforma y, con base a la demanda, manufacturan el stock de sus productos.

    Los ítems pueden ser entregados a domicilio o recogidos en la base de operaciones de las jóvenes emprendedoras, en el norte de Quito. Al mes, la naciente firma tiene ganancias netas de entre USD 200 y 400.

    Cristina Cazar es una de sus clientes. Esta quiteña que estudia producción de cine comenta que los cuadernos “son perfectos” para regalos, debido a que tienen diseños muy bien elaborados y son hechos de manera artesanal, lo cual le da un valor agregado.

    En ello coincide Fabricio García, estudiante de gastronomía. Él compró los individuales para su comedor y destaca su diseño.

    Uno de los proyectos de la firma, para fines de este año, es participar en ferias de diseño para promocionar su marca. La variedad de sus productos, dice Mesías, es una de sus fortalezas.

    María José Mesías y Andrea Tafur son las fundadoras de Pomplemouse. Su sede está en Quito. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
    María José Mesías y Andrea Tafur son las fundadoras de Pomplemouse. Su sede está en Quito. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Sus cuadernos visten tapas de madera con diseños originales

    Redacción Quito (I)

    La madera y el diseño son los elementos esenciales de los productos que nacen en Cuica o, como la llaman sus creadores, el ‘laboratorio de inventos’. Gabriel Barreto y Carolina Corral son los fundadores de este emprendimiento.

    El pequeño taller nació hace un año, aunque vino pensándose desde más de siete. Antes de abrir Cuica, ensayaron ideas como camisetas pintadas a mano, cajas decorativas y otros, pero fueron iniciativas dispersas que no prosperaron.

    En noviembre del año pasado se unieron para participar en un concurso de diseño de un afiche, para una campaña en contra de las drogas, donde se llevaron el segundo lugar. «Esa experiencia nos dio la pauta para ver cómo podíamos trabajar juntos», recuerda Gabriel.

    En medio de su taller, ubicado en La Floresta (centro), está un objeto que a primera vista parece un cajón, pero en realidad es una mesa, con un soporte que se arma con botellas de vino recicladas. Este fue el primer producto que crearon.

    El mayor desafío fue desarrollar la técnica para pintar la madera. Primero lo hicieron a mano, pero luego desarrollaron una técnica para imprimir sobre madera que les permitió ampliar su producción.

    El artículo estrella de este emprendimiento son los cuadernos con pastas de madera, explica Carolina. Además, elaboran portarretratos, portavasos y cintas multiuso con adornos de madera que se utilizan como cintillo o cinturón.

    Los cuadernos tienen gran acogida. María Cordovez, hija de la propietaria de la Librería Rayuela, comenta que lo que más llama la atención en los clientes es que la pasta de las libretas es de madera.

    El producto se vende desde julio pasado en este establecimiento. «En Navidad, los cuadernos fueron una buena opción de regalo», indica Cordovez.

    El eje del negocio es generar productos amigables con el ambiente; por ello, usan insumos como tríplex, papel de hojas de caña de azúcar, entre otros.

    La inversión hasta ahora suma unos USD 4 000. Los ingresos que han tenido hasta ahora se han reinvertido en el emprendimiento. La meta a futuro de esta iniciativa es abrir una tienda.

    Galería Gourmet, una vitrina donde se exhiben productos artesanales que está en el sector de La Mariscal, en Quito, también vende artículos de Cuica desde hace tres meses. «Presentan productos nuevos, pero han tenido gran acogida, sobre todo entre los clientes extranjeros», comenta Diego Castillo, administrador de este negocio.

    Los productos

    Las ventas. Los cuadernos tienen edición limitada. En cada uno de ellos se informa cuántas unidades se produjeron de cada diseño.

    Lo que se viene. En agenda están productos como billeteras de madera, tarjeteros, juguetes, etc.

  • Al alumno lo provee de cuadernos y lápices con material reciclado

    Redacción Cuenca

    La distribución de insumos de papelería era el trabajo de Víctor Caicedo (+) y de su esposa, Nelly Miño, quienes desde 1950 vendían en la ciudad de Ambato cuadernos, libretas, carpetas, etc.

    Debido a que las empresas disminuyeron las comisiones de estos productos, esa pareja instaló en 1976 la empresa Industrial Papelera Caicedo (Indupac), en esa misma urbe, para fabricar cuadernos.

    En la actualidad, la firma, que está a cargo de su hijo mayor, Víctor Caicedo Miño, produce cerca de 25 millones de cuadernos al año, que se comercializan con la marca Escribe. El 25% se envía a Medellín (Colombia) y el año pasado su facturación bordeó los USD 9 millones.

    Indupac requirió esfuerzo por parte de los esposos Caicedo Miño, así como una inversión inicial de 400 000 sucres (unos USD 15 000 al cambio de 1976).

    Con ese dinero adquirieron un local de 200 m² en el centro de Ambato. También una grapadora y una guillotina industrial, entre otros equipos. En la empresa trabajaban ocho personas y la facturación inicial bordeaba los 30 000 sucres (unos USD 1 100 al cambio de esa época).

    Por sus esfuerzo, la firma ha obtenido un espacio en el mercado, dice el gerente Víctor Caicedo. Las inversiones anuales promedian los USD 250 000, para nueva maquinaria y mejorar la producción.

    Igualmente, en 1991, la firma desembolsó 6 millones de sucres (USD 5 000 al cambio de ese año), para adquirir un galpón de 5 000 m² e instalar su maquinaria.

    Tras la crisis bancaria que vivió Ecuador, en el 2001, Caicedo Miño comprendió que la única forma de competir era la apertura hacia nuevos mercados. Por ese motivo viajó a Medellín (Colombia) y mostró su producto. Desde ese año envía a esa ciudad un 25% de la producción de los cuadernos Escribe.

    El resto de la mercadería de Indupac, que tiene 86 empleados, se comercializa en Ecuador. Por ejemplo, Iván Ruiz, propietario de la papelería Santa Ana (norte de Quito), señala que desde el año 2000 compra alrededor de 3 500 cuadernos Escribe al año y “se venden más rápido que otras marcas”. Él atribuye la acogida a la calidad y al precio de este producto.

    En el 2011, el Gerente creó la firma Stamp Paper, para aprovechar el papel que sobra de Indupac. Su idea fue reciclar ese material y elaborar lapiceros, lápices y colores con papel y periódico reciclado.

    Para impulsar este negocio, Caicedo invirtió cerca USD 250 000 en maquinaria para procesar el papel reciclado y dar forma a los esferográficos y lápices.

    El año pasado, la firma Air Canada (Quito) compró lapiceros ecológicos para obsequiar a sus clientes, indica la gerenta de Línea, Ana María Cajiao. “Es muy novedoso, porque son productos responsables con el ambiente y eso concuerda con la filosofía de nuestra aerolínea”.

    Lo mismo piensa la gerenta de Marketing de la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Pequeña Empresa en Pastaza, Blondy Silva, quien este año adquirió cerca de 5 000 lápices para regalar a sus clientes. “Este producto es un aporte para el ambiente y refleja el plan de responsabilidad social de nuestra organización”.

    Aunque Indupac y Stamp Paper son empresas distintas, tienen en común el trabajo de Víctor Caicedo. Para este ambateño es clave que las compañías se direccionen hacia productos reciclados de calidad, que aporten al ambiente y satisfagan al consumidor.

    El quiteño Édgar Castillo adquirió lápices ecológicos y dice que la mina es de buena calidad. Además, al comprar este producto evita el uso de plástico, en el caso de los esferográficos, y que talen madera para elaborar los lápices.

    Más sobre la firma

    El Directorio. Nelly Miño y sus cinco hijos, entre ellos Víctor, toman las decisiones sobre la empresa.
    El desecho. De la totalidad del desecho de Indupac se utiliza el 60% para la elaboración de lápices y esferográficos en Stamp Paper.

    LA INSIGNIA

    ‘El buen trato lleva a la estabilidad’

    Inés Cevallos / área de encuadernación

    Trabajo en Indupac desde 1978 y he aprendido a valorar mi aporte en la empresa. Me inicié en el área de encuadernación manual y por 1990, cuando los dueños adquirieron maquinaria, pasé a manejar la grapadora industrial.

    Lo que más me gusta del trabajo es la calidad humana de los jefes, que nos tratan como familia y no piensan que el talento humano es reemplazable con máquinas. Ese trato genera cariño hacia la compañía, quizá por eso es que un 80% de la nómina tiene más de 10 años trabajando aquí.

    Los jefes incentivan a la práctica del deporte y en diciembre nos envían a un paseo a la playa, que recarga las energías para continuar con nuestras labores.

  • Los mensajes positivos inspiran las creaciones de amoretto

    Redacción Guayaquil

    Colores llamativos, diseños alegres y frases positivas caracterizan las creaciones de Amoretto. Se trata de una microempresa que elabora productos de papelería como blocks de notas, libretas, tarjeteros, fundas de regalo… En ellos, Pilar Emanuel plasma su personalidad e ideología de vida. «Rinden homenaje al amor, la paz y la esperanza».

    Ella es diseñadora gráfica de profesión y apasionada por la pintura. Desde hace más de una década elabora cuadros de formas originales y colores vivos. La idea de convertir su hobby en un negocio surgió en el 2006, durante su embarazo. No requirió una inversión ya que tenía los materiales. Así, participó en una feria donde dio a conocer sus piezas de arte.

    Pero la demanda del mercado y las ideas de Emanuel aumentaron y, en el 2010 creó blocks de notas, bajo el mismo concepto de sus pinturas. Emprender en el área fue fácil ya que tenía los contactos de su trabajo profesional como diseñadora, en el que elabora diseños empresariales.

    De esta manera consiguió financiar a crédito la impresión de sus productos, en una imprenta local. La primera vez se imprimieron 750 blocks, que se vendieron rápidamente. El negocio fue creciendo por lo que, en el 2011 realizó una inversión de USD 8 000, junto a una socia, para producir mayor cantidad y variedad.

    Hoy, bajo el sello de Amoretto se han impreso más de 6 000 blocks en más de 18 modelos, unas 1 000 libretas de seis diseños, 2 000 tarjeteros, 1 000 agendas, fundas de regalo, individuales, bolsos, agendas, tarjetas, sobres, plumas… Estos productos de uso diario son también piezas de arte. Así opina Cecilia Freire, una de las clientas de Amoretto. Ella asegura que lo más atractivo de esta línea de papelería son los diseños originales que rompen barreras generacionales. «Son atractivos tanto para personas adultas, como para niños y jóvenes. Se usan tanto en empresas como en colegios».

    Freire agrega que, además, tienen el valor agregado de ser producidos nacionalmente y son de excelente calidad. Ese acabado es de gran importancia, dice Emanuel. Las creaciones son impresas con tapa dura y plastificado mate.

    Por las ventas de estos productos, Amoretto vende USD 300 en un mes de ventas bajas. En temporada navideña, la venta mensual alcanza los USD 7 000.

    Otra de las clientas de Amoretto es Pilar Jarrín. Ella afirma que gusta de los productos de la línea ya que son de uso diario pero tienen un diferenciador. «Son alegres, con colores vivos». Lo que más le agrada -dice- es que los diseños incluyen mensajes positivos. «Es bueno leer esas frases en el ajetreo diario».

    El negocio

    Puntos de venta. Amoretto recepta los pedidos a través de Facebook (Pe-Amoretto). Sus productos se venden también en los locales de Librimundi.

    La promoción.  Las redes sociales son clave. Además, participa en ferias.

    USD 7 000 puede llegar a facturar en la temporada navideña.