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  • Un piso en Manhattan ya cuesta, en promedio, más de un millón de dólares

    Agencia EFE

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    Un piso en Manhattan, el distrito más caro de Nueva York, costó en promedio en 2015 USD 1,15 millones, según un informe publicado hoy, 5 de enero del 2015, y elaborado por la inmobiliaria Douglas Elliman Real Estate.

    Así, el precio por metro cuadrado en Manhattan ascendió como promedio a USD 17 600.
    Durante los últimos cuatro meses, la media incluso subió a los 2 millones a causa del aumento de ventas de los apartamentos de «ultralujo«, como los califican las propias inmobiliarias en Nueva York.

    El mayor precio se pagó por un dúplex en el número 157 de la calle 57, con vistas a Central Park, que le costó USD 100,4 millones a un comprador desconocido. «Ha sido un año extraordinario para las ventas», señaló en declaraciones al diario The New York Times la jefa ejecutiva del grupo inmobiliario Corcoran, Pamela Liebman, que reconoció que el 2015 también ha traído «bastante frustración para los que querían comprar un piso a un precio razonable».

    Los inmuebles de menos de USD 500 000 representaron solamente el 14% del total, mientras que los de más de 5 millones superaron el 20%.

    La media que un apartamento estuvo en el mercado antes de encontrar un comprador fue de 46 días.

    El estudio señala que el sector inmobiliario espera que el año 2016 siga siendo «fuerte» para las ventas y crezca «de forma sostenible». 

    En Manhattan, los compradores pueden encontrar departamentos de 'ultralujo'. Foto: AFP
    En Manhattan, los compradores pueden encontrar departamentos de ‘ultralujo’. Foto: AFP
  • ¡Lo que cuesta cambiar!

    Inés Temple. El Comercio de Lima (GDA)

    En casa de herrero, cuchillo de palo. ¡Me pasó tal cual! Me gano la vida ayudando a empresas y personas a ver el cambio como la oportunidad de ser mejores, pero cuando me tocó a mí, me pasó lo que a todos: el cambio me asustó, me desestabilizó, lo rechacé y ¡me olvidé de todo lo positivo que puede traer!

    Les cuento la historia: la empresa donde trabajo hace 19 años fue adquirida por un gran competidor global y nos tocó vivir el proceso de fusión y, como parte de él, fusionar la marca con la que se nos conoce en el mercado. ¿Y saben? ¡No me gustó tener que cambiar la marca! Ni tener que hacer el esfuerzo de introducir la nueva marca en el mercado. Me dio mucha pena dejar la que tanto quiero, la que con tanto esfuerzo hicimos conocida en el mercado, al punto de haberse convertido en nuestro país en el nombre genérico de los servicios de outplacement que brindamos. ¡Es la marca que amo y que representa todo lo que trabajamos con excelencia, calidad y mucho compromiso!

    ¿Y saben qué hice? Les dije todo eso a los nuevos dueños “en una movida que confieso con transparencia no fue la más brillante de mi carrera”. Ahora sé con claridad que el éxito de este proceso (como el de cualquier otro de cambio personal u organizacional), dependerá de mi propia actitud de asumirlo como una oportunidad de seguir aprendiendo y creciendo.

  • 10 millones de personas deben más de lo que cuesta su casa

    El hundimiento del sector inmobiliario en EE.UU. (2007-08) precipitó una crisis financiera en el mundo. Los precios de las viviendas aún siguen por el suelo y no está claro cuándo se producirá una recuperación, porque casi cinco años después del derrumbe, el mercado inmobiliario estadounidense continúa como un paciente en ‘shock’, cuya capacidad de volver en sí es dudosa.

    Los recientes datos recogidos por la agencia DPA muestran que desde la época de mayor auge (2006), los precios de la vivienda han caído más de un 30%; incluso en el 2011, siguieron a la baja, con un 4%. Además, los dueños de casas siguen bajo presión. El año pasado no se pagaron préstamos por más de USD 150 000 millones y unos 10 millones de personas deben más de lo que vale ahora su casa.

    El ‘crack’ financiero comenzó en el sector hipotecario estadounidense entre el 2007 y el 2008, cuando miles de deudores empezaron a tener problemas para pagar los financiamientos de alto riesgo que habían recibido. Pero, para ese momento, muchas instituciones habían convertido esos préstamos (subprime), en papeles comerciales para luego venderlos a terceras personas, como, por ejemplo, a la banca de inversión. La responsabilidad, según especialistas, provino del banco que prestó sin estar seguro de la capacidad de pago del deudor. Para otros, fue la falta de regulación y supervisión financiera, como lo recoge un informe de la Cepal.

    La burbuja financiera explotó en septiembre del 2008 y el punto de partida fue el anuncio del cuarto banco de inversión más grande de EE.UU. (Lehman Brothers), que se declaró en quiebra.

    En una publicación del diario El País de España (2009), el ex presidente de la Asociación Nacional de Agencias Inmobiliarias de EE.UU., David Lereah, reconocía que, cuando a principios del 2006 aseguró que “la burbuja de la vivienda no va a explotar”, manipuló la información forzado por su cargo. “Me equivoqué”, dijo, después de animar a los estadounidenses a endeudarse para comprar una casa, bajo la aparente premisa de que las casas no iban a perder valor, un extremo que la crisis se ha encargado de demostrar que todo eso fue falso.