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  • Tecnología, data e inmuebles

    Redacción Quito

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    Rafael Meneses creció dentro de una esfera de innovación. Su padre, Diego Meneses, es fundador del Grupo Proveedatos, una de las primeras empresas de desarrollo de software en el Ecuador.

    Bajo esa visión de negocios y tecnología se vio motivado a estudiar Comercio Electrónico y Emprendimiento en la Universidad Band, de Australia, país al que retornaría dos años después a cursar un MBA.

    Durante 10 años (2008-2018), Rafael lideró la empresa familiar, que hoy abarca a cuatro firmas tecnológicas. Una de ellas, la más joven, es Trivo, que tras varios años de investigación sobre el mercado inmobiliario arrancó a operar comercialmente en 2019.

    Gracias a la alianza entre Provedatos y Meneses Constructores, que habían trabajado en conjunto anteriormente, surgió la idea de formar Trivo. “Vimos que la industria inmobiliaria ha innovado con tecnología en los métodos constructivos, pero en el área comercial nada ha cambiado en más de una década”, comenta Meneses, uno de los socios, junto a su hermano Diego y su primo Pedro Meneses.

    La firma, que requirió una inversión inicial de USD 650 000 en tecnología, se enfoca en tres propuestas de valor. La primera es la generación y centralización de data en tiempo real sobre el mercado inmobiliario, un software que está dirigido a los constructores, con el fin de que puedan planificar de forma más acertada sus proyectos.

    El segundo producto de Trivo, integrado al primero, es una plataforma en la nube, que les permite a las constructoras gestionar, optimizar y medir sus procesos comerciales.
    El tercer eje de la empresa es un ‘showroom’ en el que ofrecen una asesoría personalizada y completa a potenciales compradores de bienes inmuebles. Los asesores de Trivo acompañan al cliente durante todo el proceso de compra.

    Para ser contactados por un asesor, el cliente debe cargar su perfil, su presupuesto y las características del inmueble que desea a través de la página de Trivo. Luego de ser contactado, recibe un resumen con las diferentes opciones que hay en el mercado, de acuerdo con lo que está buscando.

    El cliente también puede visitar el ‘showroom’ y ser asesorado personalmente. Posteriormente, se realizan las visitas a los diferentes proyectos y, de concretarse una negociación, viene el financiamiento, proceso en el que la empresa también ofrece acompañamiento para la gestión de un crédito.

    Además, cuenta con una aplicación móvil, cuyo fin principal es que terceros refieran a posibles compradores, por lo cual pueden obtener ganancias de concretarse la venta.

    Por ahora, la firma solo asesora en Quito, donde trabaja con más de 90 empresas constructoras y promotoras inmobiliarias, que abarcan un inventario de 250 proyectos y cerca de 5 000 unidades (entre casas, departamentos, oficinas y terrenos). En 2019, alcanzó a vender más de USD 13 millones en propiedades inmobiliarias. Desde este año, la empresa logró estandarizar una ganancia del 3% por cada venta concretada.

    Los asesores también reciben ganancias por ventas, pero principalmente por la calidad del servicio y la satisfacción del cliente. En promedio, Trivo realiza 1 200 asesorías al mes.
    Álvarez Bravo Constructores, que tiene ocho proyectos en la ciudad, trabaja con Trivo en su canal externo de ventas. Sebastián Chiriboga, gerente Comercial de la firma, destaca el enfoque hacia el cliente. “Se vuelve más eficiente el proceso de compra porque hay más exactitud en la información y una mejor asesoría”.

    Gustavo Miranda está en negociaciones para la compra de un apartamento y una oficina con la empresa constructora SMC, por medio de Trivo. Además, alquilará otra oficina, con opción a compra, también con SMC. El departamento es para vivienda propia y las oficinas para la clínica dental que tiene con su esposa.

    “La plataforma es muy fácil. Nos han asesorado en todo, buscan complacer al cliente, según sus requerimientos y presupuesto. Lo van aterrizando cada vez más a la realidad y a la oferta que existe. Es un servicio excelente”, comenta Miranda sobre el acompañamiento que ha recibido.

    La empresa, que cuenta con un equipo de 25 personas, fue seleccionada en 2020 por Endeavor Ecuador como uno de los 10 emprendimientos de mayor impacto, con lo que tendrán acceso a un programa de mentorías en distintos aspectos, entre ellos la expansión de la empresa.

    En 2019, la firma tecnológica e inmobiliaria facturó USD 400 000. Para el último trimestre del año, prevé comenzar a operar en Guayaquil y en Lima, Perú, donde ya tiene operaciones el Grupo Provedatos. A mediano plazo, la firma quisiera expandirse hacia otras ciudades del país, como Manta y Cuenca, y otras de América Latina, entre ellas Ciudad de México.

    La empresa cuenta con un ‘showroom’, localizado en el norte de Quito, donde ofrece asesoría a potenciales compradores de inmuebles. Fotos: Julio Estrella / LÍDERES
    La empresa cuenta con un ‘showroom’, localizado en el norte de Quito, donde ofrece asesoría a potenciales compradores de inmuebles. Fotos: Julio Estrella / LÍDERES
  • El ‘big data’ ayuda a reclutar profesionales

    Redacción Quito

    Cualquier información que una persona publique en sus redes sociales puede llegar a ojos y oídos de reclutadores de talento humano. ¿De qué forma? Vía ‘big data’ de gestión de personal.

    Se trata de una herramienta que acumula datos a partir de búsquedas de los usuarios en línea, comentarios, publicaciones, actividad en redes sociales, compras electrónicas, visitas a portales, plataformas públicas, estudios de clima laboral, estadísticas, etc.

    Con el ‘big data’ de gestión de personal se puede conocer el rendimiento y la productividad, datos demográficos, gustos, ideología, habilidades duras y blandas, entre otros aspectos. Todo eso pesa a la hora de contratar, más aún cuando, según la Organización Internacional de Trabajo (OIT), las empresas demandan más que conocimientos de las personas.

    La entidad explica que entre los factores tecnológicos de cambio en el mundo del trabajo se encuentra, precisamente, esta herramienta. Jorge Jaramillo, gerente de handytec, consultora de estrategia empresarial, explica que bajo ‘big data’ se busca conocer comportamientos que no vienen atados a una hoja de vida.

    “Se prioriza la marca digital. La persona, dependiendo qué tan activa sea en Internet, registra en diferentes áreas aspectos que dibujan cómo es. Muchas empresas validan qué ha hecho.

    Actualmente, en Ecuador no estoy seguro que ya se esté haciendo esto”, explica el directivo.
    Hay pequeñas empresas, dice, en las que si bien no se aplican grandes proyectos de reclutamiento de ‘big data’, sí revisan el perfil de los postulantes a cargos en plataformas como Facebook, LinkedIn, Twitter, entre otras.

    Cristian Guerra, quien ha trabajado en áreas de recursos humanos y contratación en diferentes organizaciones, explica que, actualmente ni las empresas públicas ni las privadas cuentan con una norma jurídica o una metodología que determine la revisión de Internet para saber quién es su postulante. Pero en la práctica está plenamente vigente.

    “No hay políticas porque podría considerarse que se está discriminando. Pero, los profesionales de recursos humanos sí usan estos procesos. Lo usual es ver LinkedIn para constatar datos y ver comentarios. Hay ocasiones, por ejemplo, que en las hojas de vida ponen que ocuparon un cargo en un período determinado. Sin embargo, en la red social profesional está otra cosa”, dice Guerra.

    Cuando los reclutadores buscan analizar habilidades blandas como comunicación, nivel de compromiso o cumplimiento pueden acceder a redes como Facebook. “Se compara lo que dice en la entrevista con lo que está en sus redes. Por ejemplo, si el candidato dice que es una persona casera y en su perfil aparece con frecuencia en fiestas”.

    En ese caso no se ve coherencia y eso puede dar a entender al contratante que está mintiendo.

    Sin embargo, no es información concluyente. En eso coincide Jaramillo; él asegura que el revisar perfiles de manera informal o aplicar programas de ‘big data’ especializados trae cosas positivas porque se abren más canales para conocer sobre los candidatos y permite a las empresas pequeñas tener la posibilidad de competir con otras más grandes.

    Hay la posibilidad de ver perfiles de gente que no está buscando empleo directamente sino que sus hojas de vida y datos están en la red de forma pasiva.

    Pablo Maigua es un empleado privado y cuenta que una reclutadora monitoreó sus perfiles en redes sociales antes de una entrevista de trabajo a fines del año pasado. La misma contratante le comentó y le indicó que conocían de sus trabajos y otras aptitudes.

    Para el Gerente de handytec no se puede decir que el ‘big data’ ya es una tendencia, sino que cada empresa analiza cómo son sus procesos de reclutamiento. Él considera que sería simplista decir que usar esta herramienta para saber cómo es un postulante es una invasión
    a la privacidad. Jaramillo cree que cada individuo es responsable de lo que pone en Internet, en donde la mayoría de la información es pública.

    El ‘big data’ para gestión de personal no solo sirve para selección de trabajadores, sino para conocer aspectos que permita incrementar la generación de resultados. También contribuye a lograr satisfacción laboral en la compañía. Expertos recomiendan no temer a los cambios que llegan con los avances tecnológicos y hacer un buen uso de los mismos. El respeto a los derechos de las personas es fundamental en todo proceso de contratación.

    Ilustración: Ingimage
    Ilustración: Ingimage
  • La región ya aprovecha la inteligencia artificial

    Endeavor y Everis para Líderes (I)

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    La inteligencia artificial impacta positivamente en el emprendimiento a escala global y América Latina es parte de la tendencia. Las firmas Endeavor y Everis, enfocadas en emprendimiento. innovación y data, elaboraron un reporte al respecto y lo comparte ahora con Líderes.

    El documento titulado ‘El impacto de la inteligencia artificial en el emprendimiento‘ fue publicado el año pasado y asegura que el uso de inteligencia artificial (IA) constituye la segunda ola de la transformación digital. “Gracias a la proliferación de grandes volúmenes de datos, la capacidad de procesarlos de forma barata, la investigación abierta y el financiamiento masivo, el aprovechamiento de la IA se ha convertido en una tendencia, un círculo virtuoso que no ha hecho sino acelerarse en los últimos años”.

    A continuación el documento completo.


    IA en la región

    La IA ha encontrado un campo fértil para crecer en Latinoamérica, sobre todo recientemente; sin embargo, no existía una radiografía sobre esta industria que explicara los retos y oportunidades para quienes emprenden en este ámbito tecnológico.

    El reporte mapeó a 70 empresas basadas en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú que utilizan IA en diversos sectores económicos. 63% de las empresas vinculadas a esta tecnología en la región se fundaron entre 2012 y 2016. Otro dato del reporte señala que el 43% de empresas que usan IA están en el negocio del software; 17% en salud; 7% en marketing; y el resto se reparte en retail, Internet de las cosas, educación, medios, etc.
    Ingresos

    Pese a la juventud de las empresas del mapeo, las start ups gozan de buena salud financiera, pues 44% del total de la muestra sumó hasta USD 100 000 en ventas en 2017 y 50% tenía hasta 10 empleos directos con intenciones de crecimiento.

    En 2016, una empresa promedio de IA en América Latina vendió en promedio USD 930 000 pero en 2017 llegó a USD 1,1 millones; para el 2018 la proyección era alcanzar ventas por USD 1.6 millones. El cumplimiento de estas cifras dependerá, -con una fuerza de predicción de 80%-, principalmente del número de aplicaciones que utilicen las empresas de IA y de las ventas del año anterior.

    En general, las empresas de los seis países seleccionados, han observado incrementos en sus ventas. Según el reporte, las empresas de IA de Argentina y Brasil están por encima del promedio de América Latina en el número de ventas en los tres años.

    Retos

    Una de las principales preocupaciones alrededor de la IA es el impacto que tendrá en la actividad laboral. El estudio The Future of Jobs19, del Foro Económico Mundial, predice la pérdida de 5 millones de trabajos antes de 2020 en tanto la Inteligencia Artificial, la robótica y la nanotecnología reemplazarán la necesidad de trabajadores humanos. Esto resta confianza a esta tecnología.

    No obstante, estos mismos avances crearán 2,1 millones de nuevos puestos de trabajo y los analistas confían en que, como ha ocurrido con la historia tecnológica en general, nuevas oportunidades laborales surjan en campos inéditos.

    Los emprendedores resaltan, también, la escasez de talento y lo altamente cotizados que están los profesionales capacitados en IA. “Los conteos más recientes suman menos de 10 000 personas con las habilidades necesarias para abordar la investigación y desarrollo de IA”.

    El reto más importante que tiene la inteligencia artificial, según Endeavor y Everis, es divulgar las enormes ventajas productivas que la IA puede alcanzar para los sectores público y privado.

    Las empresas de IA de Brasil y Argentina están por encima del promedio de América Latina en ventas
    Las empresas de IA de Brasil y Argentina están por encima del promedio de América Latina en ventas. Foto: Ingimage
  • Un equipo de ‘big data’ combina talento

    Redacción Quito

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    Elena Gil es la directora Global de Big Data B2B en el Grupo Telefónica. Ella estuvo en Quito y habló con LÍDERES sobre los beneficios que trae esta tecnología. La ejecutiva cree que la privacidad de los datos le compete a los gobiernos, a los reguladores, a las empresas y a la gente.

    ¿En su experiencia cómo mira la evolución y los beneficios del ‘big data’? Hay países en donde está más acelerado que otros.

    Está avanzando muy rápidamente. El ‘big data’, en un mundo digital, en el que las personas estamos conectadas y esperamos ofertas más personalizadas y adaptadas a nuestros gustos, permite aprovechar la enorme oportunidad que producen los datos en el mundo digital, para tomar decisiones basadas en datos en lugar de en opiniones. Al final lo que las empresas consiguen con esta herramienta es personalizar más su oferta, por lo tanto tener más ingresos y ser más eficientes en sus costos y en sus inversiones.

    Se puede conocer mucho mejor al cliente…

    Exactamente. Se puede conocer en detalle sus gustos, sus preferencias e incluso su contexto. De tal manera que se puede hacer una oferta más adaptada, tanto en las características, así como en el momento y a través de un canal específico.

    ¿En el caso particular de Telefónica hace cuánto se usa esta herramienta y qué resultados se han obtenido?

    El sector de telecomunicaciones es muy intensivo en el uso de datos y a través de nuestras redes pasan miles de millones de eventos cada día. Somos pioneros en adaptar y trabajamos de manera seria desde hace seis o siete años. Lo estamos utilizando para tomar decisiones más eficientes en temas de marketing o de ofertas a los clientes, pero también para optimizar los despliegues de infraestructura.

    Se optimizan recursos…

    En este negocio las inversiones son enormes en el despliegue de las distintas redes y gracias al ‘big data’ tenemos un conocimiento mucho más granular y podemos adaptar mejor las inversiones para prestar un mejor servicio. Esa es una de las actividades en las que estamos obteniendo mejores resultados.

    Todas estas nuevas tecnologías generan debate en diferentes ámbitos. Un caso reciente es el uso de datos de usuarios de Facebook con fines, supuestamente, políticos. ¿Con el ‘big data’ puede ocurrir algo similar?

    Las tecnologías no son buenas ni malas, sino depende de cómo se las implemente. Uno de los riesgos que existe es que no se trate adecuadamente la privacidad. Nosotros lo hemos tomado en serio y nos regimos por principios como la transparencia, que el cliente sepa qué datos usamos y para qué. El segundo principio es el control, así el cliente decide qué datos usamos, y el tercero es la seguridad de esa información. La privacidad es un tema que nos compete a todos: a los gobiernos, a los reguladores y a las empresas por supuesto. Pero también a las personas y cada vez tenemos que ser más conscientes de que cuando descargamos una aplicación y aceptamos las condiciones cedemos datos que muchas veces no son necesarios. Creo que culturalmente, las personas tenemos que ser conscientes sobre el valor de nuestros datos y decidir a quién cedemos y para qué uso.

    La gente comparte información a cambio de comodidad. ¿Eso da paso a un dilema?

    Lo hacemos de manera muy consciente. En transporte, por ejemplo, compartimos nuestra ubicación y ese es un asunto bastante privado, podemos ceder esa información a ciertas aplicaciones que nos permiten hallar la ruta más rápida. Pero a veces en una aplicación de un juego también nos piden la ubicación cuando claramente no se necesita. Allí viene la obligación de saber a quién damos ciertos datos.

    ¿En las pymes qué tan útil o funcional puede resultar el ‘big data’?

    Existen empresas pequeñas o ‘start up’ que ya nacen centradas en datos. Tienen la ventaja de no tener un sistema legado y saben que tienen que conocer bien a sus clientes. El ‘big data’ tiene características que permiten que sea más sencillo generar empresas más pequeñas usando la nube, por ejemplo, sin ser necesario un equipo grande de científicos de datos o ingenieros. De momento, son las grandes empresas las que abrazan la tecnología de ‘big data’.

    ¿Para una pyme cuánto puede pesar la inversión a la hora de trabajar con ‘big data’?

    Es bastante razonable. Es una tecnología, que comparada con anteriores, permite empezar en pequeño, es muy escalabale. Al poder contratar en la nube lo que se necesite y empezar con un ecosistema pequeño, se puede mostrar los casos de uso y luego ir creciendo. Al contrario de lo que se suele pensar, el ‘big data’ se puede asumir sin mayor inconveniente por muchas empresas. La idea, insisto, es arrancar en pequeño e ir creciendo.

    ¿Cuánto pesa la capacitación interna del personal que va a usar y aprovechar esta tecnología?

    Ahora que la tecnología está madura creo que el cuello de botella puede estar en las personas. En este punto juegan el acceso al talento, a tener personas que desarrollen modelos y la parte cultural. Hay que asegurarse que la organización se transforma hacia empresas que toman decisiones basadas en datos. El mayor cuello de botella está en las personas.

    ¿Y qué hay que hacer para ‘abrir’ ese cuello de botella? ¿Como lo hicieron en Telefónica?

    Arrancamos con proyectos pequeños para demostrar el valor. Luego se quiso acelerar y hacerlo muy rápido y allí tuvimos problemas de acceso. Se tomaron decisiones: adquirimos una empresa especializada, de nicho, que se llama Sinergyc Partners que nos trajo un talento exclusivo como arquitectos y científicos de datos Eso nos ayudó a tener mayor escala. Luego hicimos un plan de talento a escala global para formar a personas que venían trabajando en inteligencia de negocios.

    ¿Cuál es el perfil de los integrantes de un equipo de ‘big data’?

    Ingenieros informáticos, estadísticos, matemáticos, programadores. Pero también se requiere a gente que conozca del negocio y que sea capaz de traducir los datos. Es una combinación.

    Hoja de Vida

    Formación
    Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad de Deusto (España) y MBA del MIT-Sloan School of Management (EE.UU.). También completó sus estudios en la Universidad de Berkeley (EE.UU) y EDHEC de Lille (Francia).

    Cargos

    Directora Global de Big Data B2B en el Grupo Telefónica y CEO de LUCA Data Driven Decisions, unidad de Big Data de Telefónica. Su responsabilidad es el desarrollo del negocio de Big Data en los Clientes Corporativos y Administraciones Públicas.

    Trayectoria
    Antes de incorporarse a Telefónica, trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU).

    Antes de incorporarse a Telefónica, Gil trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU). Foto: Patricio Terán / LIDERES
    Antes de incorporarse a Telefónica, Gil trabajó en McKinsey and HI Holding – Iberdrola (España) and Mitchel Madison Group (EE.UU). Foto: Patricio Terán / LIDERES
  • Él mejora la data y la búsqueda en Google Maps

    Mónica Orozco (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Que una persona pueda encontrar la ubicación precisa de un museo, escuela o negocio en Argentina y México a través de Google Maps es el trabajo de David Bastidas, un joven profesional ecuatoriano.

    Este quiteño gerencia un programa en Geo Data de la división de Ingeniería de esta multinacional, que trabaja en mejorar la calidad de información de los negocios, museos y otros puntos de referencia que aparecen en Google Maps. Para ello, el quiteño tuvo que trasladarse a México desde donde coordina el trabajo.

    Los genes para los negocios y el emprendimiento los heredó de su padre, quien le dejaba, cuando era niño, asistir a las reuniones de trabajo en su empresa. “Lo vi arrancar empresas, fracasar y volver a empezar”, dice al recordar la tenacidad empresarial de su padre.

    Quizá por eso siempre buscó ser independiente desde temprana edad. En el colegio David Bastidas se forjó una reputación como vendedor y “tuvo gran éxito”, recuerda Andrés Román, un amigo de la infancia. Vendió desde dulces hasta ropa. El dinero lo usaba en el cine o en los juegos de video.

    La tecnología fue un mundo que siempre le atrajo. En su memoria guardia una imagen: Él, de niño, junto a su hermano y su primo, desarmando y armando el computador de su padre.

    Llegó a pensar en estudiar Informática, pero al final optó por Administración de Empresas, carrera que estudió en Argentina, gracias a una beca que obtuvo por su récord académico.

    Federico Casserly, un amigo de su época universitaria, dice que era un excelente estudiante, siempre curioso por aprender más. “No se quedaba con lo que le decía el profesor en el aula.

    Era una persona curiosa y que buscaba más, era muy activo y preguntaba mucho en clase”.

    En la universidad formó un club de Economía y Negocios para invitar a directivos de empresas que den charlas a los estudiantes sobre su trabajo. Para contactarlos, se inscribía en foros empresariales y, luego de presentarse, les lanzaba la propuesta. Los empresarios quedaban totalmente “enganchados” con la idea de transmitir su experiencia en los negocios a las generaciones más jóvenes.

    David nunca tuvo miedo de enfrentarse a los más grandes. Así lo recuerda Nicolás Arroyo, quien lo conoce más de 10 años.

    En los equipos de fútbol, un deporte que le apasiona, era el más pequeño, pero no temía enfrentarse a jugadores más altos o de grados superiores.

    La espontaneidad y el buen humor que le caracterizan son parte de sus fortalezas, dice Román, quien aún recuerda cómo, estando aún en el colegio y bajo el seudónimo de El Justiciero, ganó un concurso de “cachos” que organizaba una radio local.

    Aunque se especializó en Empresas, más tarde Google le daría la oportunidad de combinar esta carrera con la tecnología.

    Cuando se trata de contratar personal, Google busca lo que llama “creativos inteligentes”, gente con pensamiento original, visión, compromiso… dice, en una entrevista con el Wall Street Journal, Eric Schmidt, presidente ejecutivo de la junta y ex presidente ejecutivo de Google Inc.

    Esto es algo que dejó claro Bastidas en la primera entrevista de trabajo en esta multinacional. Su perfil profesional y su compromiso social fueron claves cuando fue escogido para ingresar a la fuerza laboral de Google.

    Victoria Fernández, gerente de Operaciones y Ventas de Google Argentina, fue la encargada de entrevistarlo. Ella lo describe como un profesional inquieto y con excelente perfil.
    “Cuando aprende algo inmediatamente ya está pensando en qué más puede hacer y cómo mejorar lo que está haciendo”, rememora.

    La ejecutiva relata que le impresionó las tareas de ayuda social que realizaba Bastidas fuera de sus actividades académicas y profesionales.

    “Si le interesa lo que le pasa al mundo, si tiene un interés por lo social, quiere decir que quiere un mundo mejor. Esa misma convicción de afuera lo demostraba trabajando con el equipo (de Google)”, comenta.

    Bastidas empezó en Google Argentina en el área de Atención a Pequeñas y Medianas Empresas, encargada de prestar soporte y asesoría en publicidad digital a este segmento empresarial.

    Y luego se le asignó una tarea de más responsabilidad para coordinar los tiempos y asignación de tareas al equipo, una tarea compleja, pero donde demostró alto profesionalismo, relata Fernández.

    Además, aceptó otros retos dentro de esta empresa, lo que le valió su ascenso para dirigir un proyecto en una unidad de ingeniería de Google Maps en México.

    Su perfil

    Los estudios. Cursó una Licenciatura en Ciencias Empresariales en la Universidad Austral de Argentina. Gracias a sus méritos académicos se hizo merecedor a una beca.

    Especialización. Tiene una especialización en Marketing en la Universidad de Nueva York, en República Checa y un curso de Posgrado en Administración de Proyectos en la Pontificia Universidad Católica de Argentina.

    La información se levanta en las calles

    Este año Google Maps cumplió 10 años. En febrero del 2005, Google presentó oficialmente una versión inicial web de lo que hoy este sitio, uno de los más populares de la gigante tecnológica.

    Google no fue la primera empresa en digitalizar mapas y crear nuevos interactivos, obviamente, pero su esfuerzo por mejorar su producto convirtieron a Maps en un referente.

    El gran objetivo de Google Maps es ser el espejo del mundo. El ecuatoriano David Bastidas está encargado de un proyecto en Argentina y México que camina en ese sentido.

    El trabajo de Bastidas básicamente consiste en garantizar que los puntos de interés y de referencia como museos, negocios, universidades, etcétera, que existen en la vida real aparezcan en este sitio y faciliten la experiencia del usuario.

    Para cumplir este objetivo, el joven tiene a su cargo un equipo de unas 50 personas contratistas que deben caminar calle por calle realizando una especie de censo para ubicar a estos negocios y puntos de referencia en Google Maps, para que la próxima vez que alguien los busque aparezca en el mapa. Este grupo de personas recopila información pública de los negocios como dirección, teléfono, página web, entre otros, que luego es actualizada en el sitio de Google Maps.

    Cada año, alrededor de un millón de personas envía su currículum a Google para optar para un puesto de trabajo. Pero solo uno de cada 130 aspirantes lo consigue, según un reporte de The Wall Street Journal. Por comparar, en Harvard consigue entrar uno de cada catorce. Estos datos muestran la relevancia del trabajo del ecuatoriano.