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  • El queso artesanal le abre puertas

    Pedro Maldonado

    Editor del Semanario LÍDERES

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    Una pequeña planta de producción, en Checa, al nororiente de Quito, es la base de operaciones de Friulatte, una pequeña empresa que elabora quesos artesanales.

    Allí la jornada empieza a las 05:00, antes de que el sol salga. El trabajo arranca con la recepción de leche que la entregan tres proveedores, uno de El Quinche y dos de un poblado llamado Otoncito, que se encuentra en la vía a Cayambe. Cada día esta empresa procesa 1 800 litros de leche.

    Con esta materia prima se elabora queso burrata, mozzarella, stracciatella y otras variedades de origen italiano que ganan mercado en Quito y, poco a poco, en Guayaquil.

    Hace dos semanas el proceso tuvo un contratiempo porque uno de los proveedores entregó leche ácida, que fue rechazada por el equipo de David Chiriboga, fundador de Friulatte. “No la recibimos porque para ofrecer un producto de calidad nos aseguramos de contar con materia prima de calidad”, dice este emprendedor al interior de la planta, donde no se sienten los 17 grados que marcaba el termómetro a las 11:00 del 1 de mayo.

    Ese inconveniente no desanima a Chiriboga, quien en el camino para levantar y consolidar esta empresa ha enfrentado retos y desafíos, pequeños, medianos y grandes.

    David Chiriboga es el fundador y gerente de esta empresa ecuatoriana  dedicada a la elaboración de quesos artesanales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES
    David Chiriboga es el fundador y gerente de esta empresa ecuatoriana dedicada a la elaboración de quesos artesanales. Foto: Vicente Costales / LÍDERES

    Formado en Italia, en la Scuola Casearia di Pandino, y con experiencia en firmas grandes y pequeñas de Italia y Francia, Chiriboga permaneció en Europa entre el 2007 y 2012. Allá aprendió los secretos de los quesos artesanales, conoció las diferencias entre la leche de vaca y de cabra, pero también desarrolló habilidades para dirigir equipos de trabajo. Se empapó de los procesos y los cuidados que requieren los quesos con la idea de montar su empresa en Ecuador.

    Al regresar al país empezó a trabajar en una firma de lácteos, pero renunció pronto por no compartir ciertas prácticas. Luego trabajó con un amigo ingeniero en un tema de vialidad, alejado momentáneamente de los quesos. Sus ingresos se convirtieron en el capital para, en el 2014, arrancar con lo que hoy es Friulatte.

    Con un crédito de USD 7 000 adquirió una tina y una mesa de acero en la que empezó a elaborar, en la cocina de su casa; sus primeros quesos, que los hacía probar a su familia. Luego alquiló un pequeño local en Alóag, al sur de Quito, donde procesaba 100 litros de leche los viernes y sábados. Chiriboga empezaba conocer los retos y la realidad de los emprendedores.

    Comenzó a recibir pedidos de restaurantes y contó con la llegada de un amigo italiano, experto en quesos artesanales, a quien conoció en Europa. “Procesábamos hasta 1 500 litros a la semana”. Además, el queso burrata se puso de moda en otros países y la tendencia llegó al país.

    Pero también aparecieron las dificultades. Una sociedad que no funcionó, cambios de locales para producir, falta de materia prima, pérdida de clientes o el regreso de su amigo italiano a su país natal fueron algunos retos.

    Chiriboga no desmayó y mantuvo a flote la empresa. Para eso en el 2017 se mudó a la planta en Checa. Otro préstamo con la banca pública, por USD 15 000, le permitió invertir en equipos como tinas de acero, tanques de enfriamiento, un cuarto frío y más. La empresa mantuvo la calidad en sus productos y superó los desafíos.

    El año pasado Friulatte alcanzó metas que le permitieron proyectarse. En junio del 2018 el queso burrata entró a Corporación Favorita (Supermaxi). A esta cadena le entrega cada mes 1 680 tarrinas de 300 gramos.

    Corporación Favorita dice que desde el momento en el que el queso burrata ingresó, han aumentado el número de locales donde se comercializa este queso. “En todos tiene un aceptación importante considerando que es un producto nuevo. Al ser artesanal logra una diferenciación importante en sabor y calidad”.

    Friulatte también tiene vitrinas en delicatessen de Quito y Guayaquil. Uno de estos es Datu Deli, en Cumbayá. Isabella Chiriboga, chef de este negocio, utiliza los quesos de Friulatte porque es un producto de excelencia y único en el mercado. “Es un queso con excelentes texturas y sabores”.

    En la planta de producción de Friulatte todos los detalles cuentan, desde la temperatura al interior, hasta la manera en la que los trabajadores usan los guantes y la cofia en sus cabezas. Chiriboga tiene nuevos planes como llegar a nuevos puntos de venta en el país, así como abrirse espacio en los mercados extranjeros.

    Cifras 

    120 metros cuadrados tiene la planta de producción que funciona en Checa, al oriente de Quito.

    8 trabajadores tiene la empresa hoy en día. A ese equipo se suma una contadora, dos repartidores, una diseñadora, una encargada de redes sociales que trabajan de manera externa.

    1 800 litros de leche puede procesar cada día esta empresa en sus instalaciones.

    15 000 dólares de un crédito bancario permitieron equipar la nueva planta de un crédito bancari., permitió equipar  la nueva planta.

    El Gerente 

    David Chiriboga 
    El éxito de nuestros quesos es que son completamente artesanales y naturales. Esas características nos permiten ofrecer un producto único, que es muy bien valorado por los consumidores. Hoy en día los restaurantes de comida italiana en Quito son el principal mercado, pero seguimos trabajando para posicionar nuestros quesos en otras ciudades del país como Guayaquil. En el proceso una de las claves fue que aprendí a delegar el trabajo. Ahora tenemos nuevas metas por cumplir.

    La planta de producción de Friulatte se encuentra cerca de Checa, población ubicada al oriente de Quito. Allí trabajan ocho personas. Foto:Vicente Costales / LÍDERES
    La planta de producción de Friulatte se encuentra cerca de Checa, población ubicada al oriente de Quito. Allí trabajan ocho personas. Foto:Vicente Costales / LÍDERES
  • David Vera: ‘Más personas presionan por empleo’

    Pedro Maldonado

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    Toda medición estadística se presta para distintas lecturas ¿En el caso de los datos sobre empleo, qué se presentaron la semana pasada, cuál es la metodología?

    El sistema laboral se calcula con la encuesta de empleo y desempleo, que es parte del sistema de encuestas de hogares. Con estas llegamos, en las encuestas trimestrales, a 16 000 hogares y en las anuales, que se cumplen en junio y diciembre, a 31 000. Cada hogar tiene cuatro personas en promedio, lo que significa que vemos la condición de ocupación de 124 000 personas, es decir es una muestra bastante representativa. No tenemos una pregunta como ¿usted es desempleado o subempleado?, sino que a partir de una serie de preguntas como dónde trabaja, si está buscando trabajo, cuánto gana, el número de horas que trabaja a la semana se construye la condición de actividad, que es como lo llamamos. Allí están las clasificaciones como empleo adecuado pleno, subempleo y las demás formas posibles.

    ¿Entonces no existe una pregunta que diga ‘está usted desempleado’?

    Existen preguntas sobre si la persona está trabajando en la semana de referencia. También hay preguntas sobre el ingreso que genera ese trabajo o su deseo de trabajar más o menos horas.

    Esto permite hacer una proyección…

    Así es. A partir de esas 124 000 personas consultadas aplicamos lo que se llama los factores de expansión y determinamos los niveles a escala nacional. Eso es una estimación y todas estas medidas tienen un margen de error.

    ¿En las cifras de empleo cuál es el margen de error?

    En desempleo el margen de error es de más-menos 0,6 o 0,5. Si la diferencia entre los dos valores es mayor que eso podemos hablar de una diferencia estadísticamente significativa. Si la diferencia es menor hablamos de que los indicadores son estadísticamente iguales. Allí vienen temas que se prestan a confusión. Por ejemplo, la tasa de desempleo en diciembre del 2015 fue de 4,8% y en diciembre pasado fue 5,2%. La diferencia es 0,4%, que es menor que el margen de error, por lo tanto no se puede hablar de una diferencia estadísticamente significativa. No puedo extrapolar ese resultado a la población y establecer una cifra (…) podría ser 50 000 desempleados o cero.

    Pero al ver las cifras uno puede interpretar que creció el desempleo.

    Sí. Por eso siempre marcamos cuando hay una diferencia estadísticamente significativa, pero también resaltamos cuando no es significativa, para ser justo con las dos interpretaciones.

    ¿Cómo definir a lo estadísticamente significativo?

    Significativo o no significativo quiere decir que la diferencia entre dos datos es tan pequeña que no puede decirse que sea debido al fenómeno que se consulta, sino al error en la muestra. Siempre que se toma una muestra se comete lo que se llama error de diseño y esto se da porque no se pregunta a toda la población, sino solo a un grupo. Es un error intrínseco en cualquier medición estadística.

    ¿Qué está pasando con el desempleo en el país?

    Respecto a las población con empleo vemos que ha crecido cerca de 320 000 personas entre diciembre de 2015 y diciembre de 2016 y el desempleo se ha mantenido estable. Lo que ha pasado es que dentro de la población con empleo se ha dado un cambio en las distintas condiciones. Vemos que la población económicamente activa ha crecido en 374 000 personas.

    Esto significa que se está generando más empleo, pero también ha crecido el número de personas que presiona en el mercado laboral. Esto se puede deber a una situación complicada en el hogar y puede pasar que personas que no trabajaban tomaron la decisión de entrar al mercado laboral. El sistema tiene que crear empleos, pero estos no necesariamente son de buena calidad; muchas veces están en la categoría de subempleo y este es un término maltratado, se lo confunde con informalidad, con precariedad.

    ¿Quién es un subempleado?

    Es una persona que gana menos del salario básico o que trabaja menos de la jornada de 40 horas a la semana y tiene deseo y disponibilidad de trabajar más horas o generar más ingresos. Estas personas son las que presionan el mercado laboral. Allí pueden estar amas de casa o estudiantes que buscan trabajo para ayudar e sumar ingresos para el hogar. Pero no siempre encuentran trabajo de buena calidad (…) Esta entrada de actores al mercado sostiene los niveles de ingreso por encima de la línea de pobreza y evita que la pobreza aumente. Esto significa que los hogares han hecho su tarea cambiando estructuras internas para apalancar el momento difícil.

    ¿Por qué en las mediciones hay una lista de categorías como empleo adecuado, subempleo, entre otras? ¿No es más simple hablar de empleo y desempleo?

    Desde el punto de vista de la política pública y del uso de información es importante tener una desagregación para saber dónde se tiene que generar empleo.

    ¿A quién le corresponde las políticas públicas de empleo?

    El tema es muy amplio. En el sistema laboral hacen su parte la empresa pública, la empresa privada, los hogares. Recordemos que a escala nacional el 80% de los empleados son del sector privado.

    ¿Qué ocurre con los jóvenes ecuatorianos que buscan empleo?

    El desempleo juvenil (personas de 18 a 29 años) no ha tenido un crecimiento significativo, pasó de 9,7% en diciembre de 2015 a 10,4% en diciembre del 2016. Puede ser que existen jóvenes que, sin descuidar sus estudios, empiezan a buscar generar ingreso que les permita solventar necesidades.

    ¿Se anima a proyectar que pueda pasar este año en temas de empleo?

    Si uno ve la tendencia uno puede pensar en que se estabilizaría. Pero el desempleo y las demás variables son susceptibles de los otros indicadores económicos. Hay que ver una siguiente medición.

    David Vera El Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística y Censos habla sobre los procesos de las mediciones en temas de empleo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    David Vera El Director Ejecutivo del Instituto Nacional de Estadística y Censos habla sobre los procesos de las mediciones en temas de empleo. Foto: Galo Paguay / LÍDERES