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  • Andrés Michelena: ‘Hay recursos que deben optimizarse’

    Redacción Quito  (I)

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    Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones, presentó en la VII Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe, la propuesta de un fondo universal para inversión en infraestructura para el sector rural de la región

    ¿Cuáles fueron los acuerdos más importantes a los que se llegaron en la VII Conferencia Ministerial sobre la Sociedad de la Información de América Latina y el Caribe?
    En esta reunión, presidida por Ecuador, se acordó la construcción de una agenda digital, la cual debe tener un plan de implementación y unos recursos. En ese marco, Ecuador presentó la creación de un fondo para el despliegue de infraestructura rural, que persigue dos grandes objetivos: dotar de infraestructura a todos los sectores rurales de América Latina y el Caribe, donde tenemos más de 240 millones de habitantes que no están conectados a Internet, y dotar de equipamiento a los ciudadanos que les permita acceder a este tipo de conectividad.

    ¿Cómo se financiaría este fondo regional?
    Mediante dos modelos. En primer lugar, hay que buscar un capital semilla de los organismos multilaterales, como CAF, BID y Banco Mundial, y organismos de la Unión Europea, que nos permita capitalizar un fondo inicial para construir un proyecto piloto, que tenga herramientas o procesos distintos de conectividad, más óptimos en el costo y en la llegada de Internet a zonas rurales distantes. En segundo lugar, con una buena utilización de los recursos propios que invierte el sector privado, al estar acompañado de un componente social. Esto puede verse reflejado en el pago que realizan las operadoras al Estado por uso del espectro o también con el aporte del 1% de su facturación anual, que va destinado al fondo de servicio universal. Hemos tenido los primeros acercamientos con organismos multilaterales y el sector privado.

    ¿Esto requerirá de reformas legales en Ecuador?
    En el marco de la Ley Humanitaria, la Asamblea aprobó el uso del 1% que aportan las operadoras al fondo universal. Esto ya está habilitado y reglamentado. Estamos trabajando para utilizarlo el próximo año, por disposición del Presidente, en la dotación de equipos terminales. La normativa de cada país debe ajustarse para cumplir este objetivo. Como país estamos trabajando y vamos a presentar en las próximas semanas la ley de transformación digital. Hoy (3 de diciembre), en el Directorio de la Arcotel vamos a tratar el nuevo tarifario para el uso del espectro.

    Antes de la emergencia, ¿en que se habían invertido los recursos del fondo para la conectividad universal?
    Lastimosamente, no se logró el proceso de inversión en el sector de telecomunicaciones, sino que se congelaron por 10 años, recién se podrán utilizar. Esto fue producto de la Ley de Código Ingenios. En Ecuador, solo en el 2019 se recaudaron USD 26 millones del fondo universal. Hay una cantidad de recursos que tienen que enfocarse y optimizarse con el fin de conectar a los sectores rurales.

    En la propuesta sobre el fondo regional se habla de un aporte del 1% del PIB de cada país. ¿Ecuador está en capacidad de dar ese aporte?
    Según ha estudiado la Cepal, se requieren cerca de USD 160 000 millones para avanzar en el proceso de transformación digital de la región. El 1% del PIB regional es una cifra bastante grande, que puede llegar a suplir esa necesidad. Habrá países con economías estables que sí podrán asignar el 1% de su PIB en inversión en telecomunicaciones. En el caso de Ecuador, ese aporte puede complicar las finanzas en el momento que estamos atravesando, pero sí podemos trabajar en normativas paralelas sobre los costos que paga el sector. La idea es tener un menú de alternativas. Esto exige cambios en la ley y ajustes en el reglamento, que estamos haciendo.

    ¿Para cuándo habrá un nuevo reglamento a la Ley de Telecomunicaciones que incluya estas políticas?
    El reglamento está ya publicado con la Ley Humanitaria. Está listo para ser utilizado. Sobre el pago de espectro, hoy (3 de diciembre) se aprobará una nueva propuesta de tarifario, que pasaría a un proceso de socialización. Esto tendría un trámite de 30-45 días y posteriormente se podría trabajar en la implementación. Ha sido complejo, tomando en cuenta que es una reforma que no se ha hecho en más de 14 años en Ecuador. No hay un porcentaje único de reducción, sino que se busca cambiar el concepto de lo que es pasar de lo recaudatorio al desarrollo de inversión en infraestructura.

    ¿Cómo cierra el 2020 para Ecuador en materia digital, en un contexto de pandemia con alta demanda de Internet en los hogares?
    Hemos cumplido las metas propuestas. Habíamos anunciado que de las 390 parroquias rurales que no tienen conectividad en el país, conectaríamos a 120 hasta finales de año. Se ha conectado hasta el momento a 110 parroquias rurales con compartición de inversión. Se dio paso a una normativa que no existía en el país, donde las empresas pueden compartir las antenas, lo cual reduce la inversión privada y maximiza el negocio en zonas rurales. En 4G tenemos cerca del 70% de la población con acceso a esta red. En Gobierno electrónico, nos propusimos cerrar con el 70% de trámites digitales, hemos cumplido y subimos en 3 puntos más la meta. Tuvimos el lanzamiento del pasaporte electrónico y, en diciembre, vamos a lanzar la firma digital y la cédula electrónica.

    ¿Para cuándo se prevé realizar el próximo concurso de espectro radioeléctrico?
    Para este 4 de diciembre, se prevé que la Organización Internacional de Telecomunicaciones de la Organización de Naciones Unidas nos entregue el informe de valoración de las bandas de 700 MHz y 2.5 GHz. Logramos ya estar dentro de los márgenes de valoración de la OIT, transparentando cada centavo del valor del espectro. El próximo año tendremos la valoración de la banda de 3.5 GHz, acá sí hemos tenido un retraso de alrededor de cuatro meses, porque estaba en uso de CNT y Etapa, pero ya las liberamos. Luego de eso vendría el proceso de licitación de las nuevas bandas con las operadoras presentes y también iniciaremos el concurso de renegociación de lo que fue adjudicado 10 años atrás.

    ¿Qué otros incentivos hacen falta para incrementar la inversión privada en telecomunicaciones y cómo se está trabajando en ello?
    La semana pasada iniciamos con el primer punto de conectividad para usar bandas vacías o vagas del espacio de televisión, del VHF o UHF. Este espectro nos ha permitido poner el primer punto de conectividad en Cotopaxi, sin la necesidad de hacer despliegue de fibra óptica o Internet satelital sino a través del uso de televisión abierta, mediante un convenio con Microsoft y CNT. Además, se cambió la regulación de Arcotel, donde ya tenemos dos operadores de internet satelital en el país.

    ¿Cómo avanza el proceso de valoración para la concesión la administración de la operadora estatal CNT?
    Hemos avanzado de acuerdo con los planes previstos. Tenemos ya una valoración inicial de la empresa, de ciertos bienes que pueden ser puestos a concesión o venta para optimizar recursos.

    Hoja de vida
    Su formación.  Licenciado en Comunicación por la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. Cuenta con un Diplomado en Gobernanza y Liderazgo Político del IDE Business School.
    Su experiencia.  Gerente General de los Medios Públicos del Ecuador, el 2017. Se desempeñó como Secretario Nacional de Comunicación de la Presidencia de la República del Ecuador, del 2018 a marzo del 2019.
    Su cargo.  Ministro de Telecomunicaciones y Sociedad de la Información, desde el 2019.
    Funciones. Pdte. de los Directorios: Arcotel, CNT y Empresa Pública Correos del Ecuador.

    Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones. Foto: Cortesía  Mintel / LÍDERES
    Andrés Michelena, ministro de Telecomunicaciones. Foto: Cortesía Mintel / LÍDERES
  • ‘Mi invitación es que las personas deben cambiar’

    Redacción Cuenca  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    El título de mi conferencia es ‘Why not?’ y se presentará en el evento de EXMA Ecuador, que se realizará el 28 de este mes. Así, lo afirma Adriana Arismendi, vicepresidenta de Marketing y Ventas Digitales en Grupo Bancolombia.

    Lo escogí porque todo el tiempo decimos ¿qué pasa si le digo a mi jefe que no estoy de acuerdo con su propuesta?, ¿qué pasa si me aventuro a iniciar un nuevo proyecto? y ¿qué pasa si creo que tengo otras posibilidades o talentos? Por qué no hablar, por qué explorar o, simplemente, considerar que existen cosas diferentes para nuestra vida o profesión.

    Mi conferencia es una invitación a seguir, a explorar y a actuar porque al final del día todos tenemos algo con lo que no estamos conformes. El mensaje que quiero transmitir es que siempre hemos tenido la posibilidad de cambiar y todos la tenemos, pero tememos terriblemente hacerlo. Las actuales circunstancias nos han puesto de frente al cambio.

    No hay cómo seguir evadiéndolo o postergándolo, independientemente del momento, de la situación o del rol de cada uno, ya sea porque se debe reinventar el negocio o nuestra vida o porque se debe trabajar, estudiar, dictar una charla… de una manera diferente.

    Mi mensaje está enfocado a mostrar cuál es la importancia de generar ese cambio y reinventarnos constantemente, pero no por obligación de la pandemia de covid-19, sino se debe pensar que esa posibilidad de abrirse a nuevas opciones tiene un impacto significativo en los negocios y en lo personal.

    Qué rol tenemos los líderes en la actualidad y cómo debemos potenciar el cambio en cada una de las personas para tener nuevas generaciones que inspiren. Siempre hay posibilidad de ir más allá y no hay límites; solo nosotros nos ponemos las barreras. El cambio es un paso sutil o grande para evolucionar, ser mejor, tener nuevas opciones…

    Quiero lograr que las personas piensen en lo que les incomoda, lo que no les hace felices y en lo que saben que no les gusta, que puede ser algo grande o algo pequeño, pero no hay que quedarse en la queja. Hay quienes dicen que no les gusta su trabajo, no les satisface lo que hacen, nos les gusta el pago que reciben, pero no hacen nada para cambiarlo. Hay que enfocarse en qué nos gustaría trabajar.

    Adriana Arismendi es vicepresidenta de Marketing en Grupo Bancolombia. Cortesía Exma
    Adriana Arismendi es vicepresidenta de Marketing en Grupo Bancolombia. Cortesía Exma
  • Arturo Torregrosa: ‘Las pymes deben tener estrategias’

    Redacción Quito

    La gestión empresarial, aplicación de estrategia, Balanced Scorecard, reputación y cultura organizacional son algunos de los temas que Arturo Torregrosa ha desarrollado en empresas colombianas.

    ¿Qué aspectos se consideran para crear una estrategia empresarial?

    La estrategia, que son palabras y filosofía, hay que traducirla en objetivos, en algo que se pueda tocar. En ese aspecto, Kaplan y Norton, creadores del Balanced Scorecard, propusieron cuatro niveles: lo financiero; determinar la oferta de valor para los clientes; los procesos internos y finalmente el personal y la infraestructura.

    ¿La estrategia debe ser creada en la gerencia de la organización?

    Las estrategias deben ser construidas o por lo menos validadas por la mayor cantidad de personas posible. Una organización, para ser exitosa, debe tenerla planteada, desplegada y accionada, en eso intervienen todos.

    ¿Cuál es el principal error que cometen las empresas?

    Cuando hay cambios de dirección, el nuevo líder no da tiempo a la estrategia para ser accionada y para demostrar que es efectiva o no. Siempre se requiere tiempo para que esta cumpla su propósito; son temas de mediano y largo plazos.

    ¿Cuándo se debe considerar un cambio en la estrategia?

    Eso ha evolucionado dramáticamente. Hasta hace 30 ó 40 años se tenía la idea de una estrategia perdurable, pero con el cambio dramático que ha tenido el mundo se debe revisar la estrategia con mucha frecuencia. Aunque existen elementos que no deben cambiar, como el propósito estratégico o los valores corporativos. Si una organización logra que su ideología sea clara, perdurable y que se acomode a los cambios, entonces es la adecuada.

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    ¿Cuál es la diferencia en la creación de una estrategias para pymes?

    Teóricamente todas las empresas deben tener una estrategia, pero la realidad es otra. Las grandes firmas no tienen en juego su supervivencia ni la familia come de eso; en cambio las pymes sí. Creo que, por su naturaleza, las pymes tienen una mayor vocación por la rutina que por la estrategia. Cuando crecen llega un punto en que amerita una estrategia, pues el tema ya no es de supervivencia. Es decir, son sustancialmente diferentes respecto del tiempo en el que se genera una estrategia.

    ¿En las grandes empresas, los cambios -como los tratados comerciales- las obligan a crear nuevos objetivos?

    Para la gran mayoría de empresas de cierto nivel, el tema de la globalización y la internacionalización ya estaba dado. Estimo que el 80% de esas empresas (en Colombia) trabajan en temas de exportaciones desde hace 15 ó 20 años. En ese caso, la diferencia está en que las globalizadas no tienen una estrategia específica para cada país; sino que su oferta de valor es tan universal que en cualquier sitio aplica la misma, como son las firmas de telefonía celular. Mientras las organizaciones que se internacionalizaron, por sus características comerciales, deben adecuar sus estrategias para cada lugar.

    ¿Qué deben hacer las empresas con la introducción del TLC?

    El tema estratégico siempre es un juego de opciones, lo que hacen los TLC es tener la posibilidad de ingresar a un nuevo mercado y cada organización tiene la opción de elegir el rumbo. Por ejemplo, el quedarse en el país; o ir a sitios semejantes, donde el producto no necesite mayor modificación; otra posibilidad, ofertar en un lugar que requiere de fuertes cambios en el producto para ingresar al mercado.

  • ‘Las compañías aseguradoras deben ir a la especialización’, dice Omar Espinosa

    Holger Ramos B. / Redacción Guayaquil

    El Vicepresidente de la Cámara de Compañías de Seguros del Ecuador avizora un panorama de posibles fusiones de las compañías de seguros el próximo año. Esto, debido a las resoluciones adoptadas por la Junta Bancaria (JB) que deberán aplicarse en el 2013 y que determinan que las aseguradoras deben constituir más reservas y también aumentar el capital para operar.

    ¿Cómo queda definido el mercado asegurador con la resolución de la JB que estableció que los bancos no pueden tener negocios conexos como las compañías de seguros?

    No habrá cambios significativos. Lo que va a suceder es que las empresas van a cambiar de accionistas, ya sean de grupos financieros o de inversionistas nacionales o extranjeros. No va a ocurrir la esperada consolidación de las compañías. La única fusión que todavía es pública y que conocemos es la de ACE con Río Guayas.

    ¿A qué se refiere cuando sostiene que aún no hay esta consolidación?

    Se esperaba que con la resolución el número de aseguradoras se reduzca, porque 46 son demasiadas para un mercado pequeño como el de Ecuador (USD 1 336 millones, en el 2011). En el caso de la fusión que conocemos es ACE, el resto lo que han hecho es cambiar de dueños.

    ¿Si hablamos de libre mercado, sería favorable que más compañías ingresen al segmento para mejorar sus servicios, tengan mayor eficiencia, precios competitivos…?

    Efectivamente, el número actual de aseguradoras influye en el precio, pero no significa que un menor precio en las tasas sea lo más adecuado, porque puede ser antitécnico.

    ¿Existen empresas que no cumplen con los parámetros técnicos para este segmento?

    No es eso precisamente, pero el hecho de la misma competencia hace que los precios caigan. Si una compañía quiere ganarse una cuenta puede cotizar con una tasa más baja. De esa manera, se deteriora la suscripción, los criterios técnicos.

    ¿Cuáles son las opciones?

    La intención es que las compañías se especialicen, se fusionen, pero creo que esto se va a dar el próximo año y no tanto por la venta de las compañías, pero sí porque van a entrar en vigencia las nuevas resoluciones (de la JB). Estas tratan sobre las reservas técnicas y el capital adecuado. Esto podría originar que las compañías tengan que fusionarse o aumentar capital. Es decir, en otras palabras, tendrán que fortalecerse.

    ¿Qué implican estas dos resoluciones?

    La resolución sobre reservas técnicas implica constituir más reservas y en algunos casos cambió el método. En general, las compañías de seguros vamos a tener que constituir más reservas para hacer frente a los posibles siniestros.

    ¿Esta es la razón principal para que el próximo año se puedan dar esas fusiones?

    Si es que los accionistas no están dispuestos a poner capital. Al hacer más reservas técnicas, las compañías tienen que hacer más inversión obligatoria. Se tendría que invertir las reservas en instrumentos del sector financiero. La otra resolución tiene que ver con el método de cálculo del capital. Al requerir de un mayor capital para poder operar, ahí sí los accionistas tendrían que aportar con capital fresco e incluso las compañías de seguros necesitarían capital de trabajo.

    ¿Por qué?

    Todas las reservas, más el 100% del capital, deben invertirse en instrumentos financieros. Eso sí originaría posibles fusiones y quizás, y ojalá no se dé, algunas compañías podrían cerrar si los accionistas no quieran hacer un aporte de capital.

    ¿Son positivas o negativas para el segmento asegurador las regulaciones que ha adoptado por parte de la JB?

    Es positivo siempre que se hagan en consenso con las compañías de seguros. Muchas veces esto no ocurre y luego hay que revisarlas y el organismo de control tiene que dar marcha atrás.

    ¿Ha ocurrido esto?

    Sí, varias veces. No nos oponemos a las regulaciones, el asunto es que se deben hacer de forma gradual, no lanzar tres o cuatro resoluciones a la vez. No podemos dar un salto de la noche a la mañana por el hecho de tener un atraso de cinco años -comparado con países vecinos- en cuanto a normas o resoluciones. No se puede hacer en un momento lo que otros países tardaron 10 años.

    ¿En qué tipo de normativas (en el sector de seguros) el Ecuador está atrasado?

    En el tema de reservas, capital adecuado, solvencia. Otros países pasaron los temas de solvencia, uno; están en solvencia, dos, y nosotros ni siquiera hemos empezado.

    ¿Qué implica solvencia ‘uno y/o dos’?

    Implican regulaciones que existen para el sistema financiero y el asegurador. Justamente tiene que ver con la gestión de riesgos, reservas, capital…, obviamente para que el segmento asegurador sea más sólido, solvente.

    ¿Qué implica para el sector asegurador ecuatoriano el hecho que entren dos grandes aseguradoras como ACE o Mapfre?

    De hecho podrían entrar más. Es saludable para el mercado que ingresen empresas multinacionales que puedan ofrecer mejores productos, que lleguen a nichos de mercado que no han sido debidamente explotados.

    ¿Como cuáles?

    Los seguros masivos o microseguros. Este último involucra un fin social, con coberturas limitadas, pero bajos precios. Así se llega a los niveles socioeconómicos más bajos, esto es positivo.

    ¿Qué ramos de cobertura están creciendo?

    En general todos crecen. Pero hay un ramo que no se ha explotado, que es el seguro agrícola. Este va a crecer mucho de la mano del Gobierno y del Ministerio de Agricultura, Acuacultura, Ganadería y Pesca (Magap). El Gobierno va a subsidiar el 60% de este seguro y se ha abierto para una serie de productos. Actualmente solo una aseguradora explota el seguro agrícola.

    La gestión de Omar Espinosa en los gremios y en la empresa privada

    Su formación. Una maestría en Administración de Negocios (MBA) en el IDE Escuela de Negocios de Guayaquil (2000).
    Empresa privada. Gerente general de la Compañía Reaseguradora del Ecuador S.A.
    En los gremios. Vicepresidente de la Cámara de Compañías de Seguros del Ecuador.

  • 10 millones de personas deben más de lo que cuesta su casa

    El hundimiento del sector inmobiliario en EE.UU. (2007-08) precipitó una crisis financiera en el mundo. Los precios de las viviendas aún siguen por el suelo y no está claro cuándo se producirá una recuperación, porque casi cinco años después del derrumbe, el mercado inmobiliario estadounidense continúa como un paciente en ‘shock’, cuya capacidad de volver en sí es dudosa.

    Los recientes datos recogidos por la agencia DPA muestran que desde la época de mayor auge (2006), los precios de la vivienda han caído más de un 30%; incluso en el 2011, siguieron a la baja, con un 4%. Además, los dueños de casas siguen bajo presión. El año pasado no se pagaron préstamos por más de USD 150 000 millones y unos 10 millones de personas deben más de lo que vale ahora su casa.

    El ‘crack’ financiero comenzó en el sector hipotecario estadounidense entre el 2007 y el 2008, cuando miles de deudores empezaron a tener problemas para pagar los financiamientos de alto riesgo que habían recibido. Pero, para ese momento, muchas instituciones habían convertido esos préstamos (subprime), en papeles comerciales para luego venderlos a terceras personas, como, por ejemplo, a la banca de inversión. La responsabilidad, según especialistas, provino del banco que prestó sin estar seguro de la capacidad de pago del deudor. Para otros, fue la falta de regulación y supervisión financiera, como lo recoge un informe de la Cepal.

    La burbuja financiera explotó en septiembre del 2008 y el punto de partida fue el anuncio del cuarto banco de inversión más grande de EE.UU. (Lehman Brothers), que se declaró en quiebra.

    En una publicación del diario El País de España (2009), el ex presidente de la Asociación Nacional de Agencias Inmobiliarias de EE.UU., David Lereah, reconocía que, cuando a principios del 2006 aseguró que “la burbuja de la vivienda no va a explotar”, manipuló la información forzado por su cargo. “Me equivoqué”, dijo, después de animar a los estadounidenses a endeudarse para comprar una casa, bajo la aparente premisa de que las casas no iban a perder valor, un extremo que la crisis se ha encargado de demostrar que todo eso fue falso.