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  • Innovar vs. imitar ¿Qué conviene más?

    Redacción Quito

    Las empresas apuntan a generar productos distintos y revolucionarios para destacarse de su competencia, brindando valor agregado mediante la inversión en el desarrollo de productos nuevos.

    La innovación es positiva, pero la innovación rápida es aún mejor. Ante esta necesidad, el reto principal está en cómo hacerlo en el menor tiempo.

    Comúnmente este desarrollo está ligado a la innovación, entendida como la capacidad de transformar un invento nuevo en algo rentable. Asimismo, existe la imitación, que consiste en tomar la innovación que se ha generado de los pioneros y mejorarla. Pero, ¿cuál estrategia es la que mejor se adapta a la realidad de las empresas? Un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Stanford, publicado en el 2013, determina que los países se orientan más a adoptar tecnología que a desarrollarla ellos mismos. El texto señala que pocas organizaciones apuntan a ejecutar proyectos desde cero, como por ejemplo Google o Alibaba.

    Gabriel Jaramillo, desarrollador multimedia, indica que la innovación es más factible cuando existen recursos para financiar los proyectos. Él señala que es mejor crear un producto único, ya que generará mayores ingresos, pero el riesgo siempre es que el consumidor no lo acepte en el mercado.

    Renato Andrade, director de desarrollo de nutracéuticos de Pharmabrand, indica que lo principal para innovar es la calidad de la información disponible. «Al desarrollar una patente es importante conocer el mercado y los estudios científicos que se realizan. Esto permite que no se pierdan recursos de investigación en un producto que ya se esté generando y a su vez, aporta a las propias investigaciones para crear algo nuevo».

    «Invertir en más innovación no es necesariamente la mejor estrategia para todos», indica Chris Tonetti, autor de la investigación. Él señala que el progreso de un país no debe retroceder simplemente porque no se encuentra en la frontera de la innovación. Se puede tomar la imitación cuando una organización carece de capital de inversión para generar un producto nuevo.

    Fernando Moncayo, fundador de Startups&Ventures, indica que uno de los ejemplos de cómo la imitación resulta más exitosa que la innovación son las franquicias. Él considera que estas permiten tomar una idea probada y aplicarla de manera exitosa. «Claro que no siempre funciona. Han existido franquicias que intentaron ingresar al Ecuador, pero no lograron adaptarse al mercado».

    Tonetti señala que debe existir un ‘equilibro productivo’, un balance entre innovación e imitación. Además, reconocer que las ventajas dependerán de que tan alejado se encuentre el Ecuador de la frontera de innovación. «Si los países del primer mundo están dispuestos a invertir en innovación, los demás pueden beneficiarse de esto luego».

    Jaramillo señala que la mayor innovación no es mala para lo sociedad. Para el público, la innovación es siempre beneficiosa. «Sin innovación tecnológica, farmacéutica, industrial… no estaríamos donde estamos ahora».

    Una visión general

    Algunos indicadores. El reporte del Banco Mundial sobre Europa indica un déficit de innovación. Esta es la tendencia que han seguido las compañías europeas por décadas.

    Inversión. La inversión en innovación en el Ecuador será del 0,35% al 0,78% para el 2017, según comentó el vicepresidente Jorge Glas, durante el II Congreso Internacional de Innovación y Desarrollo realizado en julio de este año.

    Campus Party 2014. Alberto Levy, conferencista del Campus Party, señaló que la creatividad es la herramienta más poderosa para poder crear un producto que satisfaga a los clientes y permita generar ingresos a las industrias.

    El especialista

    Arturo Castillo      

    Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    Muchas empresas conciben la innovación en términos dramáticos, como vuelcos capaces de refundar la organización. Y ojalá fuera así. Sin embargo, muchas de las ‘innovaciones’ no son sino tibios ensayos para cambiar algo, por temor a cambiar todo.

    En otros casos, su idea de la innovación consiste en imitar a la competencia, en convertirse en un espejo de lo que hacen las empresas exitosas. También pasa que las firmas se imitan a sí mismas. Por ejemplo, ‘disfrazan’ un mismo producto con un nombre distinto, con una apariencia diferente.

    Ello es hasta cierto punto comprensible; la innovación no es algo común, algo que ocurre por arte de magia. Primeramente, se necesita de un ánimo abierto, de una disposición mental que se arriesgue a abandonar terrenos seguros, fáciles de transitar, previsibles.

    En segundo lugar, se precisa abandonar el autoconvencimiento de que todo está perfecto en la empresa, que sería insensato, costoso e inútil cambiar cosas.

    El tercer aspecto tiene que ver con la creatividad. A menos que la compañía cuente con el equipo idóneo, deberá contratar un grupo creativo que le ayude no solo a mudar de piel sino a transformar el espíritu de la organización.

    Pero si este no fuera el caso, las pequeñas innovaciones también cuentan. Quizás sea coherente empezar por cosas sencillas, con pequeñas rupturas de lo habitual, que sirvan de preparación para el salto cuántico.

    En todo caso, no siempre se justifica la rotulación de ‘innovación’. Es el caso de una conocida firma local que con un inmenso anuncio proclamaba su ‘innovación’. En realidad, lo que estaba haciendo era una renovación y ampliación de su local. Este ejemplo sirve para establecer una clara diferencia entre un hecho estrictamente físico, la forma, con el fondo. De otra parte, la innovación no significa hacer tabla rasa de lo que se ha logrado con esfuerzo y disciplina. La generalidad de los descubrimientos e inventos parte de una base, de algo consolidado, que alguien se atrevió a mirar de manera distinta, con ojos de obsolescencia, lo que permitió generar progreso, desafiar lo establecido, cambiar las ideas en proyectos concretos.

    ¿Hay un tiempo propicio para innovar una empresa? Sí, cada día.

    La frase. ‘La innovación no es algo común, algo que ocurre por arte de magia. se necesita disposición al cambio.’

  • La Llave, un soporte clave para el desarrollo industrial

    Washington Paspuel (I). Redacción Guayaquil / LÍDERES

    La necesidad de proveer de un producto del que carecía el mercado local fue lo que en 1960 motivó la creación de La Llave, una firma afincada en Guayaquil especializada en la distribución de equipos y suministros industriales. «Quién pensaría -ironiza su gerente en Ecuador, Armando Ríos- que la firma que empezó importando pequeñas válvulas de pistón desde España, ahora distribuye maquinarias del tamaño de un montacargas».

    La tecnología de ese tipo de válvulas, que en España se denominan llaves, generó el interés de otros industriales guayaquileños y así la firma empezó a comercializarlas y luego a importar otros componentes: tuberías, bombas, motores, etc. De esa forma, la compañía fue armando un portafolio de suministros, ya no solo para el manejo, control y medición de fluidos, sino también para actividades como el bombeo industrial, manejo de aire comprimido, de materiales y la distribución de equipos de construcción, equipos para el sector petrolero, el atunero, el manufacturero, entre otros.

    La firma tiene la distribución exclusiva de marcas internacionales que Ríos, su gerente, considera las ‘líderes’ en el mercado en su área. «Manejamos la representación y la distribución exclusiva para Ecuador en un 80% de las marcas».

    Actualmente, la firma tiene un ‘stock’ de más de 25 000 productos.

    Luego, La Llave experimentó un proceso de expansión. En el 2002 llegó a Perú, país al que ingresó tras aliarse con un socio estratégico, una marca con la que ya trabajaba en Ecuador. «Luego nos quedamos como distribuidores de esa marca (prefiere no dar el nombre) y empezamos a armar el portafolio de productos y ofertas con otras marcas de las que distribuimos acá, y con otras que no teníamos», refiere Ríos.

    En el 2008 desembarcaron en Bolivia, y en el 2012 fue en Paraguay.

    En cada uno de esos países, la firma se maneja con un esquema administrativo independiente, con su propio gerente. Aun así, todas las operaciones reportan a un directorio con sede en Ecuador. Aunque son autónomas, las firmas mantienen una sinergia, en cuanto a la distribución de marcas. «La Llave Ecuador puede tener la representación de una marca, que su par de Perú no la tiene. Entonces, la de Perú busca un sustituto de esa marca, de buen nivel, para suplir ese mercado», señala el Gerente.

    Esta empresa no solo se concentra en la distribución de suministros. Uno de sus principales componentes es la provisión de servicio técnico especializado, para cada uno de los sectores industriales en los que incursiona. Su plantilla de 50 ingenieros de ventas y consultores va a cada industria e identifica con el cliente el producto para cada necesidad. Los técnicos están certificados por las marcas.

    La firma en Ecuador se encuentra en un proceso de readecuación y modernización de sus puntos de venta en Guayaquil, Quito, Cuenca, Machala y Manta.

    Genaro Romo, gerente de la división Estaciones de Servicio, destaca el repunte en la provisión de suministros, para sectores como el petrolero y de la automatización. «Uno de nuestros principales rubros de comercialización es el sector hidráulico. Pero en los últimos años el negocio ha ido evolucionando hacia el campo de la automatización».

    Jorge Toaza, gerente de un taller automotor en el norte de Guayaquil, destaca el servicio técnico. Adquirió para su negocio un elevador hidráulico de la marca Max Lift. «Confiamos en el asesoramiento. Es algo de lo que uno se asegura cuando adquiere un producto».

    Gestión corporativa

    Ventas virtuales. La empresa tendrá para el 2015 un punto de ventas ‘online’, que empezó a desarrollar hace un año.» Una oferta amplia.   El nuevo punto de ventas ‘online’, a través de su página web, ofrecerá todo el catálogo de productos de la firma.   Alianzas.  La empresa realizó un concurso en el que participaron alumnos de la Espol y la Universidad Salesiana, para automatizar algún proceso industrial de una marca proveedora.

    El insignia

    ‘La atención al cliente es una prioridad’

    Miguel Olvera. Asistente de bodega

    Llegué a la compañía hace 16 años. Trabajé anteriormente en el Puerto Marítimo de Guayaquil. Entonces, ingresé mi carpeta aquí y me seleccionaron. Me encargo del área de despacho a las provincias, del envío de equipos como montacargas, etc. Nuestra meta es que el producto salga de aquí cumpliendo todas las normas internas que establece la compañía, para el manejo y despacho de los suministros.

    Tenemos un buen ambiente de trabajo; compartimos con los compañeros y nos apoyamos, sobre todo si se trata de atender al cliente. Esa es una de nuestras principales preocupaciones.

    En el tiempo que llevo en la empresa, he tenido la oportunidad de capacitarme en conocimientos como el manejo de montacargas, y con charlas sobre seguridad industrial y atención al cliente.

  • Claves para la empresa familiar

    EFE

    Las nuevas generaciones al frente de compañías latinoamericanas familiares destacaron la importancia de la meritocracia en la sucesión del liderazgo, más allá de los vínculos filiales, así como de impulsar el emprendimiento y la innovación en todos los ámbitos de la empresa. Jóvenes empresarios de México, Colombia, Panamá y Argentina participaron en un panel sobre emprendimiento, que abrió la XXV asamblea plenaria del Consejo Empresarial de América Latina (CEAL), que se celebró del 1 al 3 de octubre en Madrid.

    «En mi empresa hay una estricta política para asumir el liderazgo. Llevo un año y medio como vicepresidente de la empresa de mi familia, pero antes he tenido que graduarme en la universidad, trabajar tres años en otra compañía y obtener una maestría», señaló Larry Maduro, de la distribuidora comercial de Panamá, con fuerte presencia en Costa Rica.

    Maduro forma parte de la tercera generación al frente de la empresa, la «más peligrosa», porque «dicen que la primera la crea, la segunda la levanta y la tercera la destroza». Para que las empresas familiares puedan seguir creciendo con el paso de las generaciones, el empresario insistió en la necesidad de inculcar los valores de emprendimiento a los más jóvenes, así como que los miembros más veteranos de los consejos de administración estén abiertos a las ideas de los más jóvenes.

    En este diagnóstico coincidió Leandro Sigman, también tercera generación al frente del grupo farmacéutico Chemo, quien señaló que las empresas que crecen, familiares o no, son siempre las que innovan y se atreven a salir de su zona de confort. «Latinoamérica es lo suficientemente grande como para que no nos tiente salir, pero creo que el sudeste asiático tiene un potencial enorme y nos deberíamos fijar más en ellos».