Etiqueta: descanso

  • El descanso y el servicio, prioridad en primera clase

    Ana Cristina Alvarado

    Los servicios a los que se accede al reservar una cabina de primera clase son múltiples. El pasajero tiene beneficios desde el aeropuerto -donde se le ofrece atención prioritaria- hasta que el viaje finaliza. El objetivo es crear una experiencia que asegure el descanso y comodidad del cliente.

    Dos aerolíneas que operan en Ecuador, Latam Airlines y American Airlines, dieron a conocer los servicios que ofrecen en sus cabinas de primera clase.

    Latam Airlines cuenta con dos tipos de cabinas de primera clase: premium business y premium economy. La primera, por un lado, se ofrece en los vuelos de largo alcance, alrededor del mundo. En Ecuador, esta está disponible en los vuelos hacia el aeropuerto John F. Kennedy, en Nueva York, y hacia Lima.

    La propuesta gastronómica de premium business está diseñada para darle al cliente comodidad y reparación al dormir, así como energía al despertar. Los ingredientes son típicos sudamericanos. Además, la carta cuenta con una selección de vinos de América, realizada por el máster sommelier Héctor Vergara.

    Los clientes reciben ropa de cama, como pantuflas o almohadas, para descansar sobre los asientos cama que se reclinan en 180°. Asimismo, cada puesto cuenta con una pantalla de 18’’ y amplio espacio para artículos personales.

    Por otro lado, premium economy está disponible para vuelos de corto alcance dentro de Latinoamérica. Ofrece servicios exclusivos en el aeropuerto y en el vuelo. Entre ellos está el ‘check-in prioritario y embarque preferente, un servicio diferenciado a bordo y un asiento central bloqueado que otorga más espacio y privacidad. En adición, para vuelos internacionales seleccionados, se habilita el acceso al salón VIP Latam.

    Americal Airlines cuenta con cuatro modalidades para los viajeros desde Ecuador: cabina principal, económica premium, ejecutiva y primera.

    La categoría ejecutiva ofrece un nivel alto de servicio en vuelos internacionales de distancias cortas. La categoría primera ofrece una experiencia exclusiva y personalizada para viajes de larga distancia.

    Los beneficios de la clase ejecutiva están enfocados en la agilidad del viaje y la comodidad durante el vuelo. Se ofrece un asiento más grande y cómodo, dos equipajes registrados, control de seguridad y embarque prioritario.

    Esta aerolínea, además, brinda kits de servicios premium para los viajeros frecuentes de primera clase y ejecutiva. Estos cuentan con una máscara para los ojos, tapones para los oídos, un cepillo de dientes y pasta dental.

    Entre las opciones gastronómicas está el menú de los chefs del restaurante estadounidense Zoës. Entre los platos están el afamado hummus y el sánduche The Grüben, ambos de estilo mediterráneo.

    Los pasajeros de primera y ejecutiva también pueden acceder a los Flagship Lounges, un salón premium en ciertos aeropuertos.

    Latam diseñó un protocolo de servicio con menos interrupciones, para un mayor descanso.
    Latam diseñó un protocolo de servicio con menos interrupciones, para un mayor descanso.
  • Las piscinas incorporan tecnología

    Redacción Quito

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    Las piscinas dejaron de ser un elemento netamente deportivo. Hoy son parte de la recreación familiar y se integran a la vivienda como un elemento estético gracias a sus diseños y nuevos materiales. Además, la tecnología y la modernidad llegan a estos recursos recreativos con nuevos sistemas de calentamiento de agua más inteligentes, ecológicos y eficientes.

    Se trata de la bombas de calor, un sistema que en la actualidad es uno de los avances más importantes en cuanto a piscinas, asegura el arquitecto Pedro Ordóñez.

    Son eléctricas y su sistema es el de un aire acondicionado, pero a la inversa. Es decir captan el calor de la atmósfera aunque la temperatura llegue a estar a menos de cuatro grados centígrados.

    Además del mármol y azulejos hoy se suman materiales como el vidrio y acero para la cubierta.
    Además del mármol y azulejos hoy se suman materiales como el vidrio y acero para la cubierta.

    Es un sistema más limpio y seguro frente a los convencionales que funcionan con gasolina o diésel. Y para ligarse a la vida moderna tiene su propia aplicación para regular y programar la temperatura del agua esté en donde esté desde un smartphone o tablet.

    Las piscinas tienen sistemas de calentamiento de agua más inteligentes, ecológicos y eficientes.
    Las piscinas tienen sistemas de calentamiento de agua más inteligentes, ecológicos y eficientes.
    Las bombas de calor son un sistema moderno para temperar el agua. El costo depende de las dimensiones, pero el aproximado para  una piscina de vivienda es de USD 15 000. Fotos: Cortesía Pedro Ordóñez
    Las bombas de calor son un sistema moderno para temperar el agua. El costo depende de las dimensiones, pero el aproximado para una piscina de vivienda es de USD 15 000. Fotos: Cortesía Pedro Ordóñez
  • Despertarse rápido, la fórmula para ser más productivo

    Foro Económico Mundial (I)

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    ¿Tiene esa costumbre de retrasar el despertador hasta el infinito? Pues es una trampa mortal para la productividad y para tu salud. Cada vez que golpeas a ese pequeño subalterno del demonio procrastinador, cada vez que piensas en esa dulce batalla que ganas al quedarte un puñado de minutos más en la cama, estás haciendo más y más difícil el proceso de despertarte, y hundes a tu cerebro en el inicio del siguiente ciclo de sueño, que es exactamente el peor momento para despertarte.

    Cuanto más tiempo permanezcamos en ese punto, mayor será la sensación de cansancio y de haber tenido unas malas horas de sueño, aunque no haya sido así.

    Según la Universidad de Cambridge junto al organismo de investigación Rand Europe, tras realizar un estudio con más de 21 000 trabajadores británicos se concluyó que la correlación entre las horas de sueño que alcanzamos por la noche y nuestro rendimiento en el trabajo es mayor de lo que se podría pensar.

    Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche son significativamente menos productivos que aquellos que consiguen de siete a ocho horas de descanso.

    Pero el estudio descubrió que hay actividades o factores que, aunque en un principio asociábamos a la baja productividad, en realidad no influyen en absoluto en el rendimiento laboral. Ni estar gordo, ni fumar o beber alcohol va a interponerse en tu camino para convertirte en empleado del mes.

    Cuando dormimos poco nos volvemos propensos a tener problemas metabólicos y endocrinos, inmunológicos y de muchos otros tipos. Exponiéndonos a la obesidad, a trastornos del de sistema inmune y a una mayor propensión a ciertos tipos de cáncer.

    Así que recuerda: para dormir bien hay que consagrarse al 10-3-2-1-0 (10 horas antes de ir a la cama: nada de cafeína; 3 horas antes de ir a la cama: nada de comida o alcohol; 2 horas antes de ir a la cama: nada de trabajo; 1 horas antes de ir a la cama: nada de pantallas; 0: el número de veces que tienes que aplazar la alarma de tu despertador). Descansar al menos ocho horas, espabilar rápido por las mañanas y pedirle a tu jefe que te deje entrar a trabajar más tarde. Es la ciencia la que habla.

    Imagen referencial. Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche rinden menos que los que duermen más. Foto: Pixabay
    Imagen referencial. Los empleados que duermen menos de seis horas cada noche rinden menos que los que duermen más. Foto: Pixabay
  • Vacaciones, ocio y productividad

    Arturo Castillo

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    Pese al agobio del cansancio y la rutina laboral, muchas personas no se sienten del todo entusiasmas con el asunto de las vacaciones anuales. El condicionamiento puede ser de tal naturaleza, que la idea de romper el ‘orden’, de contrariar la estructura cotidiana por unos días, llega a inquietarles.

    El desgano de las vacaciones también afecta a los adictos al trabajo. Para ellos, se trata de un tiempo perdido, improductivo. Y ante lo inevitable del receso, se las arreglan para montar su oficina portátil.

    También están aquellos que condicionan sus vacaciones a la disponibilidad de dinero. De todas formas, no debieran privarse del tiempo de ocio y recreación, de la oportunidad de regenerarse.

    Por último, algunas personas prefieren canjear sus vacaciones por dinero. Alivian alguna tensión económica, pero agravan sus tensiones físicas y emocionales.

    En cuanto a las empresas, raramente intervienen de manera práctica para que sus trabajadores tengan unas vacaciones gratas y renovadoras. Su preocupación se centra en llenar las tareas de la persona que se ausenta.

    Las vacaciones debieran ser un aspecto integral de las posibilidades productivas de los sujetos, una estrategia para reinventarse, para recuperar el entusiasmo; una reingeniería de la organización.

    La empresa debiera asegurarse de que la persona deje en la oficina toda herramienta tecnológica, incluido el teléfono de la empresa, de modo que de verdad se desenchufe de sus obligaciones.

    La ausencia del trabajador tiene que ser real; deben evitarse interrupciones debido a ‘emergencias’ u ‘olvidos’. La planificación del receso laboral debe iniciarse con suficiente tiempo. El trabajador deberá dejar todo en orden, de suerte que quien le reemplace no tenga tropiezos, como tampoco pretextos para acumular tareas.

    Desde otra perspectiva, el asunto de las vacaciones obliga a considerar algunos temas vitales para la organización, como el control del ‘know how’, de la información esencial de la empresa.

    En ese sentido, la ausencia de uno o más trabajadores no debe implicar entorpecimiento o aplazamiento de las actividades.

    Todo debe ser transferible. En otras palabras, nadie es dueño de la información referente a los procesos de la compañía. Las herramientas tecnológicas, las oficinas, el mobiliario, son de utilidad colectiva. Las personas no pueden poner las cosas bajo llave, para ‘protegerlas’. Al irse de vacaciones, todo debe ser transferido a RRHH para su reasignación.

    Adicionalmente, el acceso a información sensible debe determinarse desde el directorio. Ningún vacacionista puede ‘llevarse’ consigo la empresa.

    Visto desde otro ángulo, aunque las vacaciones son un tiempo de libertad, un espacio soberano, donde la compañía no tiene injerencia. Pero en función de contribuir de manera práctica con la recuperación anímica y física de su personal, podría establecer estrategias de ahorro, celebrar convenios con lugares de recreación, con agencias de viaje y turismo.

    En fin, las vacaciones no son solo el registro estadístico del receso de los empleados. Se trata, fundamentalmente, de un reacomodamiento estratégico, de una manera sencilla de aliviar el peso de la rutina, de repensarle a la organización.

    Culturalmente, hay una carga de prejuicios respecto del ocio. Las vacaciones son una especie de ocio programado. Sin embargo, en muchos casos, lo que menos ocurre es que la persona se dé realmente un tiempo de ‘no hacer’.

    El estereotipo de la laboriosidad como sinónimo de éxito genera sentimientos de culpa cuando se trata de detenerse y descansar.

    De modo que el profesional que se precie de tal, se piensa, debe trabajar incesantemente, hasta la extenuación. El ocio es considerado una ‘debilidad’; pero no hay otra manera de ser productivo que haciendo paradas estratégicas. En resumen, saber cuándo hacer pausas es crucial para la salud integral y para mantener un buen grado de creatividad y entusiasmo laboral.

    Ilustración: Ingimage
    Ilustración: Ingimage
  • Hoteles para el descanso y la aventura

    Ana Cristina Alvarado

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    El lujo y la aventura van de la mano gracias a estas propuestas de turismo: Mashpi Lodge, Napo Cultural Center y Liana Lodge.

    El primero está en el noroccidente de Quito, en la Reserva Mashpi. Este espacio se caracteriza por contar con una gran variedad de especies de plantas, como helechos, orquídeas, bromelias y magnolias. La diversidad animal se refleja en el número de especies de aves registradas: unas 400.

    Mashpi Lodge acomoda a máximo 44 personas en lujosas habitaciones. Entre las actividades están la exploración sobre la copa de los árboles en la bicicleta aérea, la observación desde una torre y la aventura sobre un teleférico.

    El Napo Cultural Center se encuentra en el Parque Nacional Yasuní. Cuenta con 12 cabañas ecoamigables, es decir, construidas con materiales de la zona como madera y paja toquilla y con equipamiento no contaminante, como energía solar.

    Las actividades dentro del Parque están a cargo de las anfitrionas: mujeres de la comunidad Kichwa Añangu. Los programas cuentan con caminatas, observación de aves, remada en canoa, natación, intercambio cultural y gastronomía tradicional.
    Liana Lodge está en Napo, a las orillas del Arajuno. El acceso a este hospedaje es solo en canoa.

    Las nueve cabañas, con capacidad de hasta 36 personas, fueron construidas con base en la tradicional arquitectura kichwa. Una par­ticularidad de este lodge es la
    iluminación, se usan velas.

    Se pueden realizar actividades culturales como la preparación de chicha o la práctica con la cerbatana. Además, se puede pescar, hacer caminatas, aprender a construir una balsa o dejarse llevar por boyas sobre el río Arajuno.

    Fotos: Cortesía Mashpi Lodge, Napo Cultural Center y  Alois Speck / Liana Lodge.
    Fotos: Cortesía Mashpi Lodge, Napo Cultural Center y Alois Speck / Liana Lodge.
  • Las vacaciones, ¿son apenas una simulación?

    Arturo Castillo

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    Muchos trabajadores hacen coincidir sus vacaciones anuales con el receso escolar, como un tiempo para el descanso y disfrute familiar. Sin embargo, quizá algunas personas no lograron el objetivo de la desconexión plena del trabajo; tal vez continuaron con la oficina móvil, con la culpa de que dejarían de ser productivas por unos pocos días. 

    No estuvieron completos ni en la empresa ni en el compartir familiar. Es decir, viviendo esa ambigüedad característica de la presente generación.

    El sentimiento de culpa se vuelve un círculo vicioso en estas personas, pues saben que el sentido de totalidad, la capacidad para realmente estar en el presente, que constituyen paradigmas del éxito, son fáciles de sostener en el discurso, pero bastante complejos para integrarlos a la conducta cotidiana.

    La mortificación de que las vacaciones pudieron ser mejores si realmente se hubieran entregado a la familia, si hubieran tenido el carácter para desenchufarse de su arsenal tecnológico, genera una culpa posvacacional.

    También se habla del síndrome posvacacional, que se manifiesta con síntomas psicofísicos, como desidia, nostalgia, cansancio, pérdida del apetito, déficit de concentración.

    Evidentemente, las empresas tienen que entender y asumir la transición de sus trabajadores. Lamentablemente, hay individuos que entran en pánico al pensar cuánto trabajo pendiente les espera. Esto se debe a la falta de una adecuada cadena de mando y una deficiente capacidad de delegación de tareas.

    Pocas son las empresas que se preparan para la ausencia de la persona titular en determinadas tareas; de modo que el retorno del empleado sea expedito, de fácil readaptación.
    Pero si se logró el objetivo del refrescamiento físico y emocional, si se consiguió silenciar la mente por unas horas, las posibilidades de abordar el trabajo con nuevos bríos, con ánimo triunfador, con una visión innovadora, están ahí presentes. Aun así, la recuperación del ritmo de manera gradual es muy importante.

    La consigna de “ahora sí, con ganas” tiene que obedecer a una estrategia de retorno, que la empresa debe manejar con eficacia. Si todo quedó paralizado, entonces él mismo tendrá que sumergirse en las tareas y ponerse al día. Pero si se tomó la medida de un reemplazo, se le hará la entrega de lo gestionado y de lo pendiente para que el trabajador vuelva a tomar el control.

    En suma, para el disfrute pleno de las vacaciones, la empresa debe comprometerse a ‘respaldar’ el ocio de sus empleados. La persona, en cambio, debe dejar sus tareas al día, sin pendientes que estropeen su descanso. Pero sobre todo, debe acordar consigo misma que se desenchufará de sus afanes cotidianos. Después de todo, la única manera de continuar es deteniéndose.

    El arte del ocio es tan importante como el de trabajar. La fluctuación entre actividad y reposo; entre la consecución de la meta y el disfrute sereno de lo conquistado, dan a la vida un ritmo.

    Las vacaciones deben ser una especie de zona franca emocional, deben servir para estimular el equilibrio entre lo humano y lo profesional. La recreación es legítima, tanto como el ejercicio de las destrezas y competencias profesionales.

    Imagen: Archivo / Líderes
    Imagen: Archivo / Líderes
  • El descanso de los trabajadores es tarea pendiente en las empresas

    Desirée Yépez
    Redacción Revistalideres.ec

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    Los ecuatorianos, en promedio, destinan 52 horas semanales al sueño. Lo cual se traduce en aproximadamente ocho horas diarias. A actividades productivas destinan 66 horas semanales. Las cifras se desprenden de la Encuesta de Uso del Tiempo, del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

    Si bien es cierto que las necesidades de sueño varían, los especialistas consideran que un lapso de descanso que oscile entre las siete y nueve horas afecta de manera positiva al desempeño.

    Por el contrario, pocas horas de sueño, o una mala noche, también determinarán la calidad con que se desarrollen las labores diarias.

    Un artículo publicado por la Universidad de Pensilvania, ‘Hora de despertar: por qué todo el mundo necesita más horas de sueño’, indica que la globalización, flexibilización del horario laboral y trabajo en casa vía teléfono inteligente roban el sueño de muchos trabajadores.

    Las consecuencias de esa ‘hiper conexión’ se reflejan en la productividad, creatividad y ánimo en el lugar de trabajo. El objetivo es que el empleo no choque con la necesidad humana denominada REM, la cual se refiere a la etapa esencial del sueño.

    Stewart D. Friedman, profesor de Gestión de la Escuela de negocios Wharton, de la Universidad de Pensilvania, sostiene que la posibilidad de acceder a tareas relacionadas con el trabajo a través de los medios digitales hace más difícil mantener separadas las fronteras entre el trabajo y las demás actividades.

    Nancy Rothbard, también maestra de la Universidad, acota que la falta de sueño influye en un humor negativo que a su vez limita la productividad. “Las personas que comienzan el día con una actitud negativa se desvinculan más del sistema, y están menos disponibles para los clientes”, dice. Por el contrario, cuando el personal está de buen ánimo se expresa de manera más profesional.

    James B. Maas es psicólogo y pionero en la especialización de estudios sobre el sueño. Es el creador del concepto “power nap” (siesta reparadora). De acuerdo a su experiencia dictando charlas y talleres en empresas, el insomnio producido por estrés laboral es la principal queja que las personas tienen cuando van al médico, quien receta píldoras para dormir o recomienda que el paciente acepte la situación. Maas es crítico al respecto y enfatiza en que “eso se debe a la ignorancia, porque ¿dónde está la educación del sueño en el currículo de las facultades de medicina? Existen 89 trastornos diferentes del sueño diagnosticados, y la mayor parte de los médicos conoce cinco”.

    Laboralmente los riesgos de no dormir se expresan en un tiempo de respuesta más tardío, aumento del número de errores, pronunciación de palabras errada o confusa, dificultad para dirigir, intensificación del comportamiento arriesgado e incapacidad de desarrollar nuevas estrategias basadas en nuevas informaciones.

    Este tipo de trastornos tradicionalmente se ha vinculado a profesiones como la de chofer, operadores de trenes, profesionales de salud, quienes están expuestos a largas jornadas de trabajo. Sin embargo, actualmente el fenómeno se extiende hacia empresarios y altos ejecutivos.

    Para el psicólogo, el que las oficinas cuenten con salas para dormir puede resultar vanguardista. No obstante se cuestiona “¿por qué dormir una siesta en la oficina? Eso tal vez sea un parche”. Como profesional considera que la empresa no puede controlar el sueño de los empleados. Por el contrario, saber si los colaboradores descansan las horas necesarias debe integrar un programa integral de cultura empresarial.

    Para aprovechar al máximo las horas de reposo es recomendable desconectar los aparatos tecnológicos, por lo menos una hora antes de ir a la cama, esto elimina la interferencia con la producción de melatonina. Es preferible evitar tomar vino antes de dormir pues interfiere con los ciclos del sueño durante la noche. Tampoco es aconsejable consumir cafeína cerca de seis horas antes de acostarse.

    De acuerdo a la publicación, en la actualidad las empresas, por la insistencia de las compañías de seguros, introducen programas de bienestar, aunque la mayoría se enfoca en hábitos de deporte y nutrición. Paradójicamente, ambos factores no influyen positivamente, sin una buena noche de sueño.

    La globalización, flexibilización del horario laboral y trabajo en casa vía teléfono inteligente roban el sueño de muchos trabajadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
    La globalización, flexibilización del horario laboral y trabajo en casa vía teléfono inteligente roban el sueño de muchos trabajadores. Foto: Archivo/ EL COMERCIO
  • Las salas de juegos se metieron a las oficinas

    Sebastián Angulo

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    Jugar en la oficina dejó de ser un tabú. El ocio momentáneo dejó de ser un enemigo de la productividad, uno de los más grandes temores en las empresas. Ahora, cada vez es más frecuente que las firmas le apuesten a los centros de entretenimiento o ‘amenities’.

    De hecho, divertirse es un requisito en las empresas cuyo mayor porcentaje de trabajadores son jóvenes de la generación Y o también conocidos como ‘millenials’ (nacidos entre 1980 y 1995).

    Esta tendencia inició en compañías tecnológicas como Google o MercadoLibre.com, en la región. Pero no solo se trata de espacios de juego, también son salas de descanso, espacio multiusos, gimnasio, salas de ‘brainstorming’ (lluvia de ideas), guarderías y salas de lactancia, son solo algunas de las propuestas de los nuevos entornos laborales.

    Según una encuesta de la International Facility Management Association (IFMA, una asociación global que reúne a profesionales de gestión de edificios), que se realizó el año pasado, los ‘amenities’ más comunes son salas de descanso (93%), espacios multiusos (72%), gimnasios (54%), servicios de cafetería y comida (52%), guarderías y salas de lactancia (50%) y salas de estar (39%).

    Pilar Moncayo, presidenta de la Asociación de Gestión Humana del Ecuador (AGHE), señala que estos espacios en las organizaciones sirven para que los colaboradores puedan distraerse y salir de la rutina diaria.

    El tener espacios de diversión, dice la especialista, permite que las personas tengan más compromiso y motivación para continuar con su jornada laboral. La implementación de estos ambientes deben estar ligados a una estrategia comunicacional de la empresa.

    Para las nuevas generaciones, la parte recreativa es fundamental por lo que las empresas deben adaptar los lugares de trabajo.

    En el país, agrega Moncayo, las empresas que están a la vanguardia en este tipo de espacios son las firmas tecnológicas, las agencias de publicidad, el sector bancario, la construcción y petroleras.

    Empresas de otros sectores, que se dedican a la manufactura y deben cumplir con metas de producción diaria, no implementan estos lugares. “Todo depende del giro del negocio”, dice Moncayo.

    En agosto del año pasado, la empresa tecnológica GMS inauguró sus renovadas oficinas en Quito. El nuevo espacio de trabajo cuenta con una sala de juegos que posee un futbolín, mesas recubiertas con vidrio para escribir lluvias de ideas y un PlayStation 3.

    María de los Ángeles Andrade, gerenta de Recursos Humanos de la firma, indica que el espacio ha fomentado el trabajo en equipo y mejoró la productividad.

    En principio, Andrade describe que los colaboradores se quedaban demasiado tiempo jugando futbolín o videojuegos. Pero ahora, han equilibrado el espacio que le dedican a cada actividad.

    Uno de los aspectos positivos en los que ha favorecido la sala de juegos, explica Andrade, es que se organizan campeonatos que fomentan el compañerismo. “Las horas en las que más se juega es luego del almuerzo o a la hora de salida de la oficina”.

    En Grupo Provedatos también cuentan con una sala de juegos desde hace seis meses.
    Esta firma tecnológica implementó una cafetería con una mesa de pimpón para la distracción de sus empleados. En 15 días, contarán con una cancha de minigolf en la terraza de su edificio.

    Rafael Meneses, gerente de Provedatos, dice que gracias a esta iniciativa se fortalecen los equipos de trabajo y se mejoran los lazos de amistad.

    “La empresa cuenta con 90 empleados y muchos de ellos ni se saludaban. Gracias a ello, se conocen más y han nacido amistades”.

    Meneses añade que no han establecido reglas para el uso de la mesa de pimpón. Pero aclara que luego de unas semanas de haber implementado este espacio las normas se establecieron solas.

    “En el primer mes notamos a los empleados que no hacían buen uso del espacio, se quedaban demasiado tiempo, por lo que se les llamó la atención. Luego de eso no hemos tenido más problemas”, asegura Meneses.

    En Location World también cuentan con una ‘amenitie’. Antonio Morales, gerente de Location World, otra empresa tecnológica comenta que disponen de una cafetería con juegos de mesa; debido al espacio en ese lugar suprimieron los videojuegos.

    Desde su experiencia, Morales sostiene que estos espacios contribuyen para que los empleados “recarguen baterías”.

    Bolívar Muñoz, especialista en gamificación o ludificación del trabajo, cuenta que este tipo de tendencias nacieron en Google, EE.UU. Sin embargo, su propuesta es que todo el trabajo debe ser visto como un juego; se debe realizar una analogía con algún deporte para conseguir mejores resultados.

    Jugar en el trabajo, ¿y el desempeño?
    Arturo Castillo. Profesor de yoga y experto en RRHH

    Algunas empresas están concibiendo espacios de recreación para sus trabajadores. Más propiamente, están preparando ambientes para que los adultos jueguen.

    Se pensaría que se trata de un cambio de mentalidad, pues comúnmente se tiene la convicción de que no hay nada más mortalmente serio que el trabajo, nada más adulto que el acto de trabajar. Es decir, trabajo y juego se conciben como antípodas; infancia y adultez, como polos irreconciliables, sin conexión alguna.

    Obviamente, la psicología se ha encargado de desvirtuar tales prejuicios. En realidad, en innumerables ocasiones, ciertas experiencias de la infancia siguen incidiendo en la vida adulta de los sujetos. Y quizás no hay reconciliación más plena, mejor forma de salvar ese abismo, que el juego. El adulto que juega, si juega de manera genuina, sin los propósitos adultos, se acerca a su infancia.

    Un grupo de empleados de GMS se entretiene jugando futbolín. La compañía tecnológica también habilitó un espacio para que sus colaboradores jueguen con videojuegos. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES.
    Un grupo de empleados de GMS se entretiene jugando futbolín. La compañía tecnológica también habilitó un espacio para que sus colaboradores jueguen con videojuegos. Foto: Eduardo Terán / LÍDERES.