Etiqueta: diseño industrial

  • Gracias al reciclaje pueden iluminar nuevos ambientes

    Redacción Guayaquil

    La frase ‘Letras con nueva historia’, es el eslogan de Alfabética. Se trata de un estudio de diseño industrial que elabora lámparas de acrílico y metal en forma de letras con los residuos de letreros. Las propietarias son las guayaquileñas Mariuxi Luna y Elvira Plaza.

    La idea inicial la tuvo Luna, ya que su familia es propietaria de una firma que elabora rótulos y luminaria. «Muchos negocios cierran o renuevan sus letreros y se generan residuos que se desperdician. Yo quería hacer algo con esas letras», cuenta. Sin embargo, no tenía un concepto claro para trabajar.

    El negocio tomó forma a finales del año pasado, tras conocer a Plaza, quien es arquitecta. Juntas decidieron restaurar las letras de los rótulos para crear piezas de diseño interior. Finalmente, a inicios de este año, invirtieron unos USD 1 000 y nació Alfabética. Para probar la respuesta de su target, participaron en la feria El Mercadillo, donde -dicen- recibieron excelente acogida. Iniciaron elaborando lámparas, pero la proyección es crear también otros objetos.

    «Lo que más llama la atención de sus productos es que son originales y no se encuentran en el mercado ecuatoriano«. Es la opinión de Roxana Morán, quien le ha comprado cuatro piezas a esta microempresa. La primera vez, adquirió una ‘R’ para decorar su habitación. Luego compró otras letras como regalo para sus conocidos. «Es un detalle perfecto, con el que las personas se quedan satisfechas».

    Alfabética se promociona a través de las redes sociales Facebook y Twitter (@AlfabeticaEC). Allí también se receptan los pedidos. El precio oscila entre USD 50 y 80, dependiendo del tamaño de los caracteres, así como del diseño y el tratamiento que han recibido.

    Algunas letras se encuentran en un buen estado cuando llegan a sus manos. Otras, en cambio, requieren de un proceso de reparación más largo. Lo que Plaza y Luna realizan consiste en pintar, moldear, arreglar y convertirlas en lámparas. Esto se realiza agregando un sistema eléctrico, que varía en cada pieza.

    Por ejemplo, hay letras que tienen focos tradicionales y otras, LED. «Tratamos de que la mayoría tenga este sistema, ya que permite ahorrar energía en un 300%, a pesar de que el costo es mayor», dice Luna. Luego de esto le dan un valor agregado: un diseño único. «Ninguna es igual a otra», asegura Plaza.

    Otro cliente es Paolo Renella, propietario del estudio creativo Zazón, de Portoviejo (Manabí). Él comenta que adquirieron una ‘Z’, para decorar sus oficinas. «Me agrada saber que estas piezas han tenido una transformación antes de llegar a un espacio interior».

  • En sus manos todo material reciclado se vuelve funcional

    Redacción quito

    Una botella de vino puede terminar su vida útil en un tacho de basura. Pero en manos de Juan Subía Valdez, materiales como el vidrio se transforman en vajilla o mobiliario.

    En su taller, que lleva la marca aFuego Diseño, un bote de cerveza o de cualquier otro licor sirve para trabajar un distinguido cenicero. El pico de una botella, la madera de unos ‘palets’ (estructura para transportar carga) y el cable de una moto vieja son los insumos para elaborar una práctica lámpara.

    El joven, de 30 años, estudió Diseño Industrial en la Universidad de las Américas, donde hoy da clases. Aunque trabajó en una firma privada y en varios proyectos de diseño, él siempre quiso tener un negocio propio.

    El emprendimiento aFuego Diseño surgió hace tres años, casi por «casualidad», cuando Subía Valdez decidió dar utilidad a las botellas olvidadas en una pequeña bodega de su casa, para hacerle un regalo a un amigo.

    La primera y mejor inversión que hizo fue un cortavidrios de USD 8. A este se sumó maquinaria que le obsequió su padre y otra que compró por USD 1 000. «La inversión no fue tan fuerte, lo más importante fueron las ganas de hacer cosas diferentes».

    Hasta un 80% de los insumos de sus productos provienen de material reciclado. Pero la búsqueda de Subía Valdez no solo es estética, sino funcional. Entre los productos que se destacan por esta característica está una cama construida con madera proveniente de ‘palets’ reciclados. El diseño tiene gran estabilidad y facilita armarla sin necesidad de tornillos.

    La idea surgió porque un amigo requería cambiarse de casa y el traslado de los muebles era lo más difícil de la mudanza. «Son problemas que soluciona el diseño«, dice Subía Valdez, quien labora solo en su taller, aunque a veces se apoya en carpinteros y cerrajeros.

    aFuego Diseño trabaja sus productos bajo pedido y también se pueden adquirir en dos tiendas en Quito. Una de ellas es Nuf Dessin, ubicada en La Coruña y Valladolid, norte de Quito. Para Carolina Rodas, arquitecta de este local, el trabajo de Subía Valdez se destaca por su excelente acabado y funcionalidad.

    La oficina de arquitectura Al borde es uno de sus clientes. No solo le compran productos sino que contratan sus servicios, explica David Barragán, uno de los socios. «Con él se pueden discutir buenas ideas y encontrar las mejores soluciones técnicas en los proyectos».Los ingresos

    La facturación. Los ingresos no son fijos, puede vender entre USD 150 o 600 mensuales, depende de la demanda.

    La publicidad. Referencia de los clientes y redes sociales son su principal canal de difusión.