Edison Intriago observaba cada detalle de su nueva casa, ubicada en el noreste de Santo Domingo de los Tsáchilas. La vivienda fue donada por la cooperativa Mutualista Pichincha y está valorada en USD 13 137.
Intriago postuló a través de la asociación Somos Patria. El gremio se contactó con el Consejo de Protección de Derechos del municipio de Santo Domingo y expuso el caso de Intriago, para que sea evaluado por un Comité especial de la Mutualista Pichincha.
Él es un padre soltero, que debe repartir su tiempo entre cuidar a su hijo Kevin, que tiene el 95% de discapacidad física y mental; y trabajar como vigilante de motocicletas, en el centro de Santo Domingo.
Hasta esta semana, Intriago vivía con sus familiares, porque el dinero que gana, USD 160, no le alcanza para pagar un alquiler.
El gerente general de Mutualista Pichincha, René Cordero, aseguró que la entidad bancaria tiene un programa de ayuda social, que se inauguró en el 2012 como un tributo por cumplir 50 años de servicio. En esa primera entrega se construyeron 50 casas en ciudades como Santo Domingo, Quito, Guayaquil, Cuenca, entre otras.
Este programa está dirigido a familias o personas con discapacidad y de escasos recursos económicos. “En el 2012 cuando donamos 50 casas, una por cada año de vida institucional, en conjunto con la Misión Solidaria Manuela Espejo, nos permitió palpar las necesidades de este sector vulnerable. Y ha sido, desde entonces, nuestro compromiso continuar con este proyecto de donación de casas a personas con discapacidad”.
En Santo Domingo de los Tsáchilas se han entregado 14 casas desde el 2012. Las viviendas entregadas son de hormigón armado. Tienen 36 metros cuadrados, dos dormitorios, un baño diseñado y equipado para personas con discapacidad, cocina y sala – comedor. “Este año ocupamos el presupuesto para regalos de Navidad en este programa. Cada una de las cuatro casas está valorada en alrededor de USD 13 137”.
Cada una de las cuatro casas donadas está valorada en alrededor de USD 13 137, Foto: Juan Carlos Pérez/El Comercio
«Me han insultado, atacado y acusado de ser ingenuo e idealista. Pero me hice concejal porque quería ayudar a la gente». Arash Derambarsh tiene 35 años y logró en pocos meses algo que pocos creían posible: que el Parlamento en su país, Francia, aprobara una ley que obliga a los supermercados a donar alimentos a organizaciones de caridad.
Derambarsh es concejal del municipio de Courbevoie, un suburbio al noroeste de París. Desde allí inició su campaña contra el desperdicio de alimentos y lanzó una petición en internet que recogió rápidamente más de 200 000 firmas.
Es «escándaloso y absurdo» que los supermercados tiren comida a la basura mientras los pobres y desempleados pasan hambre, dijo en una entrevista a la prensa británica el concejal del partido de derecha Divers Droite o Derecha Diversa.
La nueva regulación aprobada por el parlamento francés prohíbe a los supermercados botar alimentos con fechas de vencimiento inminentes. También hace ilegal la práctica usada por algunas cadenas de estropear deliberadamente con lejía los alimentos que tiran para impedir que sean extraídos de los contenedores de basura.
Los supermercados tienen ahora un período por ley para identificar a qué organización de caridad donarán sus alimentos con fechas no vencidas y aún comestibles. Y la decisión de Francia es solo el comienzo. Derambarsh quiere que otros países adopten prohibiciones similares y aseguró que llevará su campaña este año a Naciones Unidas y otros foros internacionales.
«Sé lo que es pasar hambre»
«Algunos pensarán que es algo ingenuo preocuparse por otros seres humanos, pero yo sé lo que es pasar hambre», dijo Derambarsh a la prensa británica. «Cuando era estudiante de leyes debía subsistir con 400 euros al mes después de pagar la renta», señaló el concejal.
«Sólo podía permitirme una comida decente al día. Es difícil estudiar o trabajar cuando uno tiene hambre y no sabe de dónde vendrá su próximo alimento».
Tres veces por semana recogía en su tienda local alimentos a punto de ser botados y los repartía a cientos de personas en Courbevoie.
«Cada día ayudábamos a cerca de 100 personas. La mitad eran madres solteras con sus niños, jubilados o trabajadores con salarios muy bajos. La otra mitad eran personas que vivían en refugios o en la calle».
Desperdicio global de hasta el 50%
El desperdicio de alimentos es un problema grave y global. En Francia, por ejemplo, unos siete millones de toneladas de comida son tirados a la basura cada año, 67% por los propios consumidores y el resto por restaurantes, tiendas y supermercados, según un estudio de 2014 comisionado por la Cámara de los Lores del Parlamento británico.
El informe estima que unos 89 millones de toneladas de alimentos son botados innecesariamente cada año en los países de la Unión Europea en su conjunto, el equivalente a 179 kilos per capita. Y la cifra anual aumentará a 126 millones de toneladas si no se toman medidas.
A nivel mundial, se estima que entre 30% y 50%, o entre 1 200 millones y 2 000 millones de toneladas de alimentos, nunca llegan al plato, según un informe de 2013 del Instituto de Ingenieros Mecánicos de Reino Unido. Las cifras contrastan con el número de personas que no tienen suficiente para comer, al menos 795 millones, según cifras divulgadas este jueves por la ONU.
Las causas del desperdicio son, de acuerdo al documento, el uso de fechas de vencimiento innecesariamente estrictas, la política de los supermercados de «compre uno, lleve dos» y la exigencia de los consumidores en los países europeos y Estados Unidos por alimentos cosméticamente perfectos.
Otros factores clave son la falta de infraestructura adecuada de transporte y almacenamiento de alimentos perecederos como frutas y hortalizas. Y cerca de 550 000 millones cúbicos de agua se desperdician globalmente en cultivos que nunca llegan al consumidor.
Sólo en Reino Unido, el país en Europa donde se tiran más alimentos, el informe de 2013 estima que cerca del 30% de los cultivos no son cosechados porque no cumplen las exigencias estrictas de los supermercados en materia de apariencias.
En el mismo país, una fundación que apoya bancos de alimentos, Trussell Trust, dijo que en 2014 se repartieron más de 900.000 paquetes a personas necesitadas, casi tres veces más que el año anterior.
9 000 millones
Derambarsh espera llevar su campaña a tres foros internacionales este año: la cumbre de Naciones Unidas sobre metas de desarrollo del milenio en septiembre, la reunión del G20 en Turquía en noviembre y la cumbre de cambio climático, COP21, en París en diciembre.
La necesidad de evitar el desperdicio de alimentos será cada vez más crucial en el mundo. La ONU estima que la población mundial superará los 9 000 millones en 2050. Y la producción global de alimentos deberá aumentar 70% para satisfacer la demanda, según la FAO, la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura.
Para alimentar a otros 2 000 millones de personas será necesario hallar soluciones creativas. Y la campaña de Derambarsh es una de ellas, una muestra de lo que puede lograr un iniciativa con determinación nacida en ratos libres tres veces por semana, en un pequeño almacén de un suburbio en la capital francesa.
Arash Derambarsh inició su campaña el año pasado. Foto: BBC
Doce instituciones educativas de bachillerato y nivel superior recibieron este miércoles 22 de abril del 2015, unos 20 motores del modelo Fiat 1, de la marca Fiat, destinados para la investigación académica y capacitación a estudiantes en el área de la ingeniería automotriz.
El evento realizado en el Hotel Marriott contó con la presencia de representantes de Yachay Tech, la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE), la Escuela Politécnica Nacional (EPN); colegio técnico Don Bosco, Centro del Muchacho Trabajador, entre otros.
Paulo Fernando Lodi, consultor de postventa de Mercados Andinos y América Central para Fiat, explicó que con la donación de los motores 1.4, junto con el soporte y un manual de uso, se busca brindar capacitaciones, conferencias, asesoramiento en mallas curriculares, acompañamiento en proyectos de investigación en el campo académico de la ingeniería automotriz en el Ecuador.
Al ser la primera donación que la marca hace a instituciones educativas, Fabián Eguiguren, director de Asuntos Corporativos de Maresa, comentó que con esta actividad también se busca generar alianzas de largo plazo, con los colegios y universidades beneficiados para implementar pasantías tanto en Maresa como en la fábrica de Fiat, ubicada en Brasil. “Estamos coordinando para llevar a estudiantes y profesores a la instalaciones de la marca”. Paola Soria, gerente comercial de Yachay Tech, explicó que los motores donados serán implementados en el laboratorio del Instituto Tecnológico Superior ‘17 de Julio’. La inauguración de este sitio se tiene previsto realizar la próxima semana, en el campus de la universidad estatal, ubicado en el cantón Urcuquí, provincia de Imbabura.
El director de la Escuela Politécnica del Ejército (ESPE) sede Latacunga, Freddy Játiva, indicó que la carrera de Ingeniería Automotriz tiene hasta la fecha 400 estudiantes que se capacitan en este sector.
Las principales investigaciones que se han llevado a cabo en los laboratorios de motores que se complementará con el motor marca Fiat, son: estudios sobre la reducción de la contaminación y niveles de plomos.
Representantes de Fiat y Maresa donaron motores de vehículo para investigación académica. Foto: cortesía de Maresa