Etiqueta: dulce

  • Dulce Micina comercializa sus dulces de una forma original

    Redacción Sierra Centro

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    Desenfadol, amorxicilina, besoprofeno, chocomicina y toda una variedad de “medicamentos” para aliviar tensiones, corazones rotos o estrés se manufacturan en el hogar de Mariela Mora, una repostera especializada en caramelos de toda clase.

    Sus productos en realidad son coloridas golosinas de sabores frutales, empacadas en frascos de diversos tamaños y formas, con nombres originales que se asemejan a los de los medicamentos más populares en el mercado local.

    De hecho, nombrar a sus productos como medicamentos se convirtió en una efectiva estrategia de ventas que impulsó al negocio, que apenas se inició en marzo pasado. Mariela, una madre de familia de 32 años, perdió su trabajo en una institución pública y decidió aplicar su talento y conocimientos de cocina para sobrellevar la situación.

    Ella invirtió USD 150 en todos los ingredientes para preparar caramelos duros y gomitas; sin embargo, la venta fue muy baja. El panorama cambió cuando su hija Victoria comparó los caramelos con sus medicinas para la gripe.

    “Fue una ocurrencia muy original. Toda la familia se unió para buscar nombres divertidos para los caramelos y las ventas subieron enseguida”, cuenta Mora.

    Antes lograban comercializar no más de 30 empaques mensuales. Hoy se venden hasta 100 por las redes sociales y en la feria Yo Prefiero, del Ministerio de Agricultura y Ganadería. Hay frascos de diferentes tamaños y cuestan entre USD 0,50, y 2.

    El Chuchaquidol, que incluye gomas dulces, es el producto más solicitado por las chicas para obsequiar a sus novios. Mientras que los varones adquieren más frascos de Desenfadol.

    El nombre de los dulces que elabora Mariela  Mora son combinaciones de palabras, que incluyen nombres de medicamentos conocidos. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
    El nombre de los dulces que elabora Mariela Mora son combinaciones de palabras, que incluyen nombres de medicamentos conocidos. Foto: Glenda Giacometti /LÍDERES
  • Dulce y mermelada de cacao seducen a los esmeraldeños

    Marcel Bonilla

    El dulce de cacao es uno de los artículos que se exponen en una isla que funciona al interior del centro comercial Multiplaza de la ciudad de Esmeraldas.

    Este producto lo elaboran los representantes de la marca esmeraldeña La Cantaleta, que produce semanalmente entre 700 y 1 200 unidades de 115 gramos del manjar, para cubrir la demanda local.

    En la iniciativa trabajan tres mujeres guiadas por Luz Elena Delgado, que producen hasta 18 quintales anuales de cacao en una única hectárea, que es utilizado para elaborar el dulce.
    Delgado es la dueña del emprendimiento que empezó hace dos años. Su primer producto fue la barra clásica de cacao, pero al ver que muchas personas ya hacían productos de este tipo decidió elaborar el dulce de cacao con soya, con leche deslactosada, así como la mermelada de cacao.

    Con esos tres productos, la marca La Cantaleta apunta a captar un mercado que no ha sido abastecido hasta el momento en Esmeraldas y en el país, bajo el uso de estrictas normas sanitarias.

    A través de la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) y el Ministerio de la Producción (Mipro), el emprendimiento obtuvo los permisos sanitarios.

    En el centro comercial trabajan todos los días con impulsadoras, para lograr el posicionamiento y fortalecimiento de la marca, que ha sido presentada en seis ferias de cacao en Esmeraldas.
    Los dulces se producen artesanalmente en una pequeña fábrica. En el sitio, la dueña tiene una bodega para materia prima, productos procesados y una planta de procesamiento, en la que invirtió USD 5 000 para su construcción.

    “Hemos hechos adecuaciones para cumplir con las normas. No ha sido fácil adaptar las condiciones de acuerdo con las pautas que la Agencia de Regulación y Control Sanitario (Arcsa) nos exige”, señala la emprendedora.

    La fábrica donde se elaboran los productos de La Cantaleta está en la comunidad de Majua, una zona rural de Esmeraldas. La planta se adecuó con baldosas, cielo raso, pinturas de aceite y cuenta con pailas, molinos, cocina y, pronto, tendrá una empacadora al vacío.

    Los productos de La Cantaleta representan un sueño hecho realidad. Delgado dice que empezó al igual que otras marcas en Esmeraldas, con el propósito de fomentar oportunidades de emprendimiento al trabajar con pequeñas granjas en las comunidades.

    En estas se han desarrollado varias alternativas de cultivos, que han permitido la conformación de dos emprendimiento más para la producción de aliño natural.

    La Cantaleta en sus inicios empezó con la venta de empanadas de plátano empacadas al vacío, luego siembra de stevia, flores tropicales y ahora con el dulce de cacao, su producto bandera.

    Rogelio Altamirano, es uno de los consumidores de los dulces de cacao con soya. Manifiesta que la leche de ese producto le da un sabor especial al cacao.

    “Por ahora buscamos nuevos mercados fuera de la provincia y el país, y estimamos que hasta el primer semestre del 2018 haremos la primera exportación del producto”, dice Delgado.
    Uno de los mercados donde se ha expuesto el producto es Panamá, a través de ferias de mujeres rurales. Hay interés por el dulce del caco en este país.

    El producto ha tenido mayor interés en los extranjeros, según una medición del Mipro en Esmeraldas, que ayuda al negocio.

    Yolanda Zamora y Luz Elena Delgado muestran los productos que elaboran en el emprendimiento. Los alimentos se comercializan en una isla dentro del centro comercial  Multiplaza. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
    Yolanda Zamora y Luz Elena Delgado muestran los productos que elaboran en el emprendimiento. Los alimentos se comercializan en una isla dentro del centro comercial Multiplaza. Foto: Marcel Bonilla / LÍDERES
  • La dulce tradición que tienen los manabitas

    Bolívar Velasco

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    Una columna de recipientes con dulces en su interior se exhiben en las perchas de los negocios manabitas apostados en las vías de Flavio Alfaro, Manabí.

    El olor que emanan estos aperitivos se percibe a metros de distancia, y no hay quien se resista a probarlos cuando se pasa por esos lugares. En el sitio La Crespa tienen fama los troliches, el manjar, los suspiros y las roscas.

    Casi todos son el resultado de la mezcla de panela, leche y miel. Pero en las vitrinas cada dulce tiene un aspecto distinto y así se vuelven irresistibles al paladar de los clientes que llegan en cantidades a “endulzar la vida”.

    Con esa frase, Flavio Mendoza evoca el origen de esta actividad, que es parte de una de las tradiciones del montuvio manabita.

    Él, por ejemplo, aprendió a elaborar los dulces ancestrales en hornos de barro, en los que la leña era el elemento central para la cocción del producto.

    Hace 40 años, cuando se inició en esta actividad, el trabajo no era fácil, pues debía ir a las fincas de las zonas rurales a cortar la madera necesaria para activar el horno.

    Desmontar los trozos de la leña con machete no era tan complicado como si lo era llevar la carga al hombro o montarla en un burro.

    Había que recorrer largas distancias y sortear caminos difíciles, pero era una prueba que debían pasar todos los que deseaban incursionar en la elaboración de los dulces típicos manabitas.

    La idea de entonces era que se conozca cómo se daba la cadena de la producción, hasta llegar al paladar del cliente. Nada sencillo para quien ve el producto empacado en una tarrina o dentro de una funda, como era la presentación de esos años, recuerda Mendoza con alegría.

    En la provincia manabita no hay persona o familia que tenga vínculo con la ruta de los dulces.
    El cantón Rocafuerte es el más conocido por esta tradición, aunque también hay establecimientos en Flavio Alfaro.

    Solo en Rocafuerte, 146 familias elaboran 300 variedades de dulces, según el Municipio.
    En esa lista están los huevos moyos, bocadillos, troliches, galleta de almidón, limón relleno, alfajores, dulces de camote, papaya, suspiro y cocadas. Pero hay costumbres alrededor de estos aperitivos que han cambiado con los años en las familias manabitas.

    Ahora ya no caminan a sitios distantes para conseguir la leña. Les basta un horno a gas o el que traen incorporadas las cocinas para hacer realidad esos deliciosos ‘manjares’, reconoce Bella Napa, emprendedora de La Crespa.

    Su elaboración mantiene intacta esta costumbre que surgió como un plus de la gastronomía manabita, dice el historiador Ramiro Molina.

    El montuvio del pasado acostumbraba preparar dulces para que sean consumidos luego de una cena especial. A manera de postre, se los servía para cerrar con buen sabor luego de la ingesta de una comida típica.

    Así el dulce dio un salto a los negocios a partir de esa tradición dentro del hogar, según Molina.
    No obstante, el origen de esta actividad se la atribuye a las enseñanzas de las religiosas franciscanas y mercedarias que empezaron a elaborarlos en el siglo XIX.

    Ellas prepararon los primeros modelos de alfajor, que es el dulce de más larga data en la provincia.

    Se trata de una composición de harina, azúcar, leche, yemas de huevo, soya y vainilla.
    Su presentación final es como una moneda de USD 1 triplicada en tamaño. Esto lo cuenta Juan Ramón Urdánigo, presidente de la Asociación de Productores y Comerciantes Artesanales de dulces de Rocafuerte.

    Su organización, cada año realiza un festival para resaltar el valor histórico de los dulces. Su mensaje es llevar los aperitivos tradicionales a los sitios más remotos del país y el mundo.
    Es precisamente lo que hacen con sus emprendimientos en la vía Rocafuerte-Portoviejo. Los turistas no dudan en llevarlos para ir degustando o por encargo.

    Flavio Mendoza, elabora variedades de dulces manabitas hace 34 años, en el cantón Flavio Alfaro. Foto: Juan Carlos Pérez /LÍDERES
    Flavio Mendoza, elabora variedades de dulces manabitas hace 34 años, en el cantón Flavio Alfaro. Foto: Juan Carlos Pérez /LÍDERES
  • Ecuador exporta piña dulce a Europa y América

    María Victoria Espinosa

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    La piña ecuatoriana ha cautivado al mercado internacional por su sabor dulce, jugosidad y el alto contenido de nutrientes.

    Así lo afirma Roberto Castillo, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Piña (Asopiña). Desde hace 20 años, Ecuador ha exportado un promedio de 80 000 toneladas métricas anuales de la piña golden sweet, que es una fruta proveniente de Hawai y que sobresale por el sabor extradulce y los bajos niveles de acidez. Esta variedad, producida principalmente en Santo Domingo de los Tsáchilas y en Los Ríos, ha llegado a 45 países de América y Europa en 12 años.

    El principal destino de la fruta es Chile. En ese país se vende el 32% de la producción nacional, seguido de Bélgica (20%), Alemania (11%) y Argentina con 10%. Aunque la dinámica del mercado no siempre fue así. En el 2007, el país al que más se le vendía era Estados Unidos (34%) y a Chile, únicamente el 7%.

    Pero según Asopiña, el incremento de la producción en Costa Rica de hasta 200 000 toneladas anuales fue uno de los factores para que disminuyeran las ventas en EE.UU. Castillo señala que de 4 000 hectáreas de cultivo que había en Ecuador, se mermó a casi la mitad, que en su mayoría pertenecen a los ocho miembros que conforman Asopiña.

    Poco a poco, los productores encontraron en el mercado chileno una oportunidad para disminuir costos y mantener la calidad de la fruta. Por ejemplo, un flete a Chile cuesta alrededor de USD 1 800. Mientras que a Europa y a EE.UU tiene un precio de USD 5 000.

    Para la empresa Terrasol, una de las ventajas que tiene ese mercado es que el costo de envío es menor en comparación con el mercado europeo. Además, el trayecto es más corto y eso garantiza que la fruta llegue en mejores condiciones. “La piña debe exportarse cuando está madura porque, a diferencia de otros cultivos como el banano, si se corta de la planta antes de la maduración el proceso se detiene y no es una fruta apta para el consumo”, señala Miguel Solórzano, gerente de Producción de Terrasol.

    Para Castillo, uno de los inconvenientes con el mercado chileno es el riguroso control fitosanitario que se le realiza a los contenedores antes del ingreso al país. Eso, debido a que desde el 2010, en las plantaciones se han encontrado diminutos caracoles de caparazón blanquecino. Estos se esconden en la cresta de la piña, pero no le hacen daño a la fruta.

    En las ocho empresas asociadas a Asopiña se hace un control riguroso para que no exista presencia de esos caracoles en los contenedores. Pero en el período de 2010 a 2013, los empresarios tuvieron pérdidas ya que el producto era rechazado. Se estima que el gremio pierde anualmente USD 7,4 millones por este problema.

    Por eso, la empresa Agroeden buscó alternativas en el mercado europeo para el que producen en el mes 1 500 toneladas. “Nuestro principal cliente está en Francia, pero también tenemos presencia en Polonia, Italia, Holanda y Nueva Zelanda”, señala Pablo Ribadeneira, presidente de Agroeden.

    Sin embargo, Asopiña continúa investigando la cura para el caracol. En el 2010 se emprendieron varios estudios para determinar el tipo de caracol y cómo combatirlo. Las investigaciones fueron hechas por técnicos extranjeros y de la Universidad San Francisco. Pero hasta ahora, no se han encontrado respuestas certeras.

    Este año se inició una nueva investigación con el Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias. Se cree que la especie llegó desde Costa Rica, que es el principal exportador de piña golden sweet en el mundo. Este país tiene una participación en el mercado mundial del 71%, seguido de Filipinas, EE.UU, Panamá y Ecuador.

    Ocho empresas exportadoras de piña extradulce tienen sus  plantaciones en Santo Domingo de los Tsáchilas, en las vía hacia Quinindé, Chone y Quevedo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Ocho empresas exportadoras de piña extradulce tienen sus plantaciones en Santo Domingo de los Tsáchilas, en las vía hacia Quinindé, Chone y Quevedo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • El dulce de guayaba en caja de madera sale desde Ambato

    Modesto Moreta (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    ¿Quién no ha degustado un dulce de guayaba envasado en una caja de madera que tiene la forma de un corazón? Dulcería Danita, en Ambato, fabrica estos bocados que están decorados con flores y frases escritas a colores. El negocio también produce manjar de leche, melcochas, paletas, etc.

    Esta tradicional envoltura de las golosinas se comercializa en las romerías de las vírgenes del Cisne (Loja), Rosario de Agua Santa (Baños, Tungurahua), del Quinche (Pichincha), del Huayco (Guaranda) o en las terminales terrestres de Ambato, Guayaquil, Quito y otras ciudades del país.

    El gerente de este emprendimiento es César Vera. Él recuerda que su madre Teresa se quedó sin empleo: la fábrica en donde ella laboró durante 18 años, en la preparación de esos dulces, quebró. Su progenitora, dice, le propuso que invierta en la microempresa.

    Antes, Vera recorrió terminales terrestres y los negocios donde se realizan las romerías y sin contar aún con el producto, les contó que estaban montando una microempresa. “Lo que me exigieron fue calidad, pureza y que sea todo natural. Tras dialogar con los proveedores de la materia prima miró que era factible el negocio”.

    El emprendimiento familiar inició en el 2012 con una inversión de USD 15 000. Con los recursos compró las pailas de bronce, máquinas, otros utensilios y la materia prima. Además, renunció al trabajo para dedicarse al plan.

    Otro compañero de trabajo de su progenitora y experto en la elaboración de los dulces, Alfonso Broncano, se sumó al equipo. Dice que entrar en el mercado no fue nada fácil, “pero una vez que comprobaron los clientes la calidad, las ventas crecieron”.

    Producía entre cajas pequeñas, grandes, medianas y los cortados alrededor de 20 000 unidades. César se encargó de la comercialización y distribución. Comenzó a recorrer Baños, Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayaquil, Quito, Ambato, Quevedo, Babahoyo…
    Arrancó preparando 50 cajas de guayaba quincenal y con tres colaboradores; actualmente procesa entre 100 y 150 cajas semanales y participan ocho empleados.

    En el 2014 inyectó a la microempresa otros USD 15 000 en la adquisición de batidoras, peladoras y lavadoras para la guayaba en acero inoxidable. También, se amplió a otros productos como palillos de melcocha, paletas, leche condensada.

    Mensualmente, factura entre USD 4 500 y 5 000. Su esposa Mayra Núñez innovó la presentación de los dulces. La joven decora con gráficos llamativos, de acuerdo con el lugar al que se envía. Hay frases como: Recuerdo de la Virgen del Cisne, un recuerdo de Baños, El Quinche le saluda.

    La producción del dulce de guayaba con calidad se realiza en Ambato. Se vende en las terminales terrestres y romerías de todo el país. Ocho colaboradores trabajan en la microempresa. Fotos: Glenda Giacometti/Líderes
    La producción del dulce de guayaba con calidad se realiza en Ambato. Se vende en las terminales terrestres y romerías de todo el país. Ocho colaboradores trabajan en la microempresa. Fotos: Glenda Giacometti/Líderes
  • El ‘boca a boca’ permitió a ‘Cake Stop’ facturar hasta USD 3000 mensuales

    Diana Chamorro

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    Hace al menos dos años surgió entre los capitalinos una ‘fiebre’ por aquellos postres llenos de color y sabor. La original decoración de los cupcakes hizo que se convirtieran en el postre favorito de muchas personas, especialmente de quienes disfrutan de la comida dulce.

    María Gabriela Maldonado, chef pastelera y propietaria de ‘Cake Stop’, decidió innovar el mercado de los pastelillos a través de la creación de nuevas recetas con sal que deleiten el paladar de quienes buscan nuevos sabores.

    Para esto, Maldonado elaboró unos postres a base de una masa de queso, acompañados de rellenos poco usuales, como pollo con champiñones, carne con barbecue; boloñesa con peperoni; tocino con queso y jamón con queso. La opción vegetariana es un pastelillo hecho con tomate seco, champiñones y queso. Todos van acompañados de una salsa especial.

    Gabriela Maldonado elaboró unos postres a base de una masa de queso, acompañados de rellenos poco usuales. Foto: Diana Chamorro/ LÍDERES.
    Gabriela Maldonado elaboró unos postres a base de una masa de queso, acompañados de rellenos poco usuales. Foto: Diana Chamorro/ LÍDERES.

    Además de elaborar postres de sal, en Cake Stop también se ofrece una amplia gama de productos de cafetería y pastelería, por lo que los tradicionales cupcakes de dulce no pueden faltar. Maldonado contó que los más demandados son los de higo, maracuyá, uvilla, mora, naranja, vainilla, chocolate y el especial de chocomenta. El precio de cada magdalena es de 2.50. También hay la opción de personalizar cada cupcake por un costo de USD 5,50. Esta tienda ofrece el servicio a domicilio a cualquier zona de Quito.

    ‘Cake Stop’ surgió como un emprendimiento de Gabriela Maldonado. La idea se le vino a la mente cuando viajó hace tres años a Estados Unidos y se ‘enamoró’ de los famosos pastelitos americanos. “Era algo que decía tengo que tener un negocio de esos en Ecuador”, comentó Maldonado.

    Maldonado entró a la escuela de cocina ‘Culinary Arts School’ en Quito y allí fue donde le enseñaron los principios en pastelería.

    Los primero que Maldonado adquirió fue el molde para dar forma a los cupcakes. También compró cosas pequeñas como reglas, estiletes, cuchillos, taburetes, entre otros. Ella contó que un día tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos para adquirir una batidora industrial y algunas cosas que en Ecuador resultaban muy costosas.

    Esta emprendedora inició con una oficina en su propia casa. No realizó estudios de mercado, sólo fue cuestión de iniciativa y positivismo, relató Maldonado. Lo que ella quería era un negocio a modo de taller y no de venta directa, pues el costo del alquiler de un local le resultaba poco conveniente.

    Luego de trabajar durante cinco meses, la chef pudo adquirir un horno eléctrico y una cafetera. Según indicó Maldonado, la inversión inicial de su negocio alcanzaría los USD 10 000.

    Sus primeros clientes fueron sus familiares y amigos y así fue como, poco a poco, ‘Cake Stop’ fue ganando fama. Maldonado detalló que la publicidad ‘boca a boca’ fue su mejor aliada.

    Un año y medio después, Gabriela Maldonado adquirió un local en la Valladolid y Madrid, en el sector de La Floresta. Para ubicarse allí, Maldonado no realizó un estudio de mercado previo. De hecho, llegó a este sitio gracias a la ayuda de su suegra, que fue quien le cedió el local.

    Maldonado realizó varios arreglos al nuevo establecimiento y adquiró más herramientas de trabajo. Ella estima que en estos ajustes ha invertido alrededor de USD 30 000. Esa inversión se puede ver reflejada en los USD 3000 mensuales, en promedio, que factura esta tienda. Maldonado comentó que ese valor varía de acuerdo a la temporada del año. Como todo negocio, hay meses altos y otros bajos, señaló Maldonado.

    Para ella, establecer su propia empresa fue muy duro. “Uno sacrifica tiempo en familia y de estar con los amigos para poder estar en el negocio«, indicó la chef. Además dijo que algún día espera abrir sucursales a nivel nacional.

    La original decoración de los cupcakes hizo que se convirtieran en el postre favorito de muchas personas, especialmente de quienes disfrutan de la comida dulce. Foto: Diana Chamorro/ LÍDERES.
    La original decoración de los cupcakes hizo que se convirtieran en el postre favorito de muchas personas, especialmente de quienes disfrutan de la comida dulce. Foto: Diana Chamorro/ LÍDERES.
  • El pepino dulce se cultiva al calor de los valles ecuatorianos

    Redacción Quito

    Para llegar al valle de Piñancay, ubicado a tres kilómetros de la cabecera cantonal de Chunchi (al sur de Chimborazo), se transita por una vía asfaltada y un camino de segundo orden. Allí, Manuel Rodríguez, uno de los 150 productores de pepino dulce de esta comunidad, recorre lentamente por la plantación en busca de los verdes frutos.

    El pepino dulce, según el informe Frutales Andinos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), es originario de la región andina. El documento añade que su producción fue importante durante las épocas prehispánicas.

    En algunos países se los denomina como cachum, kachuma, peramelón y ‘mataserrano’, por una leyenda peruana.

    Según el Banco Central, 51 toneladas se han exportado en lo que va del año. Esto para la partida arancelaria correspondiente a pepinos frescos. “El mercado alemán demanda pepino melón (dulce)”, señala la exportadora Renata Basabe. Ella destaca la resistencia del fruto que llega a puertos europeos sin necesidad de refrigeración para los siete días de viaje.

    La hectárea que destina Rodríguez para el cultivo del pepino dulce se ubica sobre los 2 000 metros de altura y entre los 14 y 18 grados de temperatura. Él indica que una mata genera unos 25 pepinos en solo una semana. A los cinco meses de su siembra empieza la cosecha que le da al productor hasta 120 sacos mensuales, un equivalente a 6 000 kilos.

    Los suelos arenosos de buen drenaje son los más óptimos para sembrar este fruto ovalado con extremos redondeados. Las semillas y estacas enraizadas son óptimas para su propagación controlada.

    “El pepino dulce es reconocido por sus propiedades diuréticas. Las rayas violetas longitudinales indican que el fruto está maduro”, indica Jesús Sarmiento, otro productor situado en el sector La Esperanza, de Piñancay.

    Sarmiento indica que cada saco de pepino dulce (con unos 150 frutos) se comercializa entre los USD 7 y 10. La producción de este valle agrícola, por ejemplo, se comercializa principalmente en Alausí, Riobamba y Cañar.

    Este agricultor señala que las principales afecciones que sufren las plantaciones están relacionadas con la plaga denominada ‘lancha’, una coloración oscura en las hojas determina que el mal dejará improductiva a la planta.

    Según datos del Ministerio de Agricultura, a escala nacional, la producción del fruto se ubica en Ibarra, Checa, San Antonio de Pichincha, Patate, Píllaro, Vilcabamba, Loja… Unas 3 200 toneladas de pepino se produjeron en Ecuador en el 2010 según datos de la FAO.

    Un análisis de la ingeniera agroindustrial Edilma Jurado, explica que 100 gramos de pulpa de solanum muricatum (nombre científico) están compuestos -entre otros elementos- por 29,7 gramos de vitamina C, 30 miligramos de calcio, 26 gramos de calorías y un 92% de agua.

    La nutricionista Martha Medranda explica que este contenido de líquidos convierte al fruto en una opción dietética. “La recomiendo para pacientes que buscan alternar el consumo de sandías y piñas en sus comida”, indica la especialista.

    En el valle de Piñancay, los productores alistan los quintales de pepino antes de que un intermediario las traslade a poblados de la Sierra centro.

    Fruto andino

    • El mataserrano. Una leyenda peruana originada en épocas coloniales sugería que el consumo de pepino luego de la ingesta de licor podría ocasionar la muerte.
    • Sus vitaminas. Los factores nutricionales señalan vitamina A, B1, fósforo, hierro y carbohidratos.

  • El sabor dulce aún es el preferido en Ecuador

    El consumo anual per cápita de chocolate en Ecuador oscila entre los 300 y 800 gramos por persona al año, mientras que en Alemania promedia los nueve kilos. Esa cifra revela que aún falta impulsar el consumo local en el Ecuador, según analistas y productores consultados.

    Fernanda Crespo destina cerca de USD 15 al mes en chocolates finos de aroma para saborearlos acompañado con vino tinto.

    La práctica de Crespo de adquirir chocolate negro fino aún es incipiente en el país, porque la mayoría prefiere el chocolate con leche.

    Corporación Favorita describe que en el país existen dos tipos de paladares para el chocolate. El primero y masivo prefiere un chocolate dulce con leche. Ve al chocolate como golosina y se enfoca en el costo-beneficio.

    El otro paladar, el que busca chocolate elaborado con cacao fino de aroma, es selecto y forma un nicho reciente. Este busca calidad, aprecia el chocolate puro o con altos porcentajes de pureza (desde el 60% de concentración de cacao) y experimenta con tipos de granos cultivados que cambian el sabor del producto.

    Roberto Brauer, de la marca de chocolate Caoni, indica que el chocolate negro o puro es consumido por personas que tienen desde 20 años en adelante. En cambio, el mezclado con leche es demandado en especial por menores de edad.

    Esa percepción cobra sentido con el caso de Crespo, quien tiene 30 años y dice que su preferencia inició en el 2009, cuando conoció, por un amigo francés, el chocolate negro. Esta cuencana dice que se debe educar al paladar para preferir este producto.

    Para Peralta, el gusto cambiará. Él advierte un despertar en dirección al chocolate oscuro. “Poco a poco la gente explora más los sabores puros”.

  • Una consultoría endulzó sus ventas

    Redacción Cuenca

    A Bethy Vinueza y Alicia Baca les picó el ‘bichito’ emprendedor en su jubilación. Hace más de dos años se asociaron y empezaron a elaborar dulces cuencanos para matrimonios, bautizos, primeras comuniones, navidad, entre otras fechas.

    Su forma de hacerse conocer era publicitando su trabajo con amigas quienes encargaban dulces para las celebraciones, por lo que generaban ventas de unos USD 100 al mes. Aunque el negocio iba bien, estas dos cuencanas identificaron que debían desarrollar una estrategia de marketing para competir y captar nuevos clientes, además de sus amigas, pero no sabían cómo.

    Este año, Baca y Vinueza asistieron a una ronda de negocios que se realizó en Cuenca y recibieron asesoría, gratuita, por parte de la firma Incorpec Solutions, dirigida por Marcelo Gutiérrez.

    Este consultor identificó que esta firma oferta productos de excelente calidad, pero necesitaba una imagen corporativa, asesoría en Buenas Prácticas de Manufactura, obtención de registros sanitarios y comercio justo para posicionarse en el mercado… Estas azuayas aceptaron el reto y crearon el nombre Dulce Cuenca para promocionar sus productos. También, desarrollaron imagen corporativa con tonalidades morada y naranja con el nombre de su emprendimiento. Cada que entregan un pedido, adhieren el ‘sticker’ que las identifica.

    Además del mercadeo están gestionando el registro sanitario para comercializar el producto en cadenas de supermercados y locales a escala nacional, según Gutiérrez.

    Las colecciones especiales son parte de la estrategia de Dulce Cuenca. Para este mes de la madre desarrollaron una edición especial de dulces en canastas de paja toquilla desde USD 3 para que los estudiantes las adquieran para obsequiar a sus progenitoras.

    Daniela Rodríguez conoce el trabajo de estas cuencanas y destaca la calidad de los dulces y la presentación del producto. «Los recomiendo».

    Vinueza y Baca han visto resultados con este cambio de imagen, ya que venden unos USD 200 al mes. Ambas saben que esto es el inicio, ya que sus perspectivas son, incluso, exportar.

  • ‘El ecuatoriano prefiere el champagne dulce’

    Redacción Guayaquil

    Gregory Duhamel es director de área para América Latina de la firma de champagne Laurent-Perrier. El 7 de noviembre, visitó Guayaquil, donde participó en una cata, realizada junto al lanzamiento de la línea Tank de Cartier.

    ¿Qué significa el mercado de Latinoamérica para Laurent-Perrier?
    Es relativamente pequeño en comparación al mercado global. Sin embargo, tenemos una buena representación en países claves, como México y Brasil. En el mercado mundial del champagne, cada año se producen unas 300 millones de botellas. 10 millones son de Laurent-Perrier. Esta región es ínfima comparada a Francia o Inglaterra, pero es importante ya que es un mercado nicho.

    Además de Brasil y México, ¿qué otros países son claves en la región?
    Tenemos ventas interesantes en países poco tradicionales como Haití y Venezuela. Allí el porcentaje de mercado es superior al promedio de la región.

    ¿A qué se debe?
    Depende de las estrategias. Somos una casa familiar, con inversión limitada. La comercialización de nuestro producto se hace, básicamente, a través de la educación. No podemos reproducir las mismas acciones de mercadeo en todos los países en los que comercializamos nuestro producto. Manejamos la misma imagen; sin embargo, la ejecución varía. Por ejemplo, en Venezuela nos enfocamos en lo que llamamos cenas sensoriales. Es decir, cenas educacionales con prensa y clientes VIP, en restaurantes gourmet, con un menú especial que se mezcla adecuadamente con champagne Laurent-Perrier.

    ¿Qué estrategia se aplica en el país?
    En Ecuador el mercado del champagne es pequeño. Sin embargo, también tenemos una participación por arriba del promedio global, que está entre el 5% y 8% del mercado. Aquí tenemos como un 17%, similar al de Haití y Venezuela. Las acciones de mercadeo también se enfocan en educar el paladar. Esto se logra a través de la degustación. Esta cata junto al lanzamiento de una línea de Cartier es un gran ejemplo. Aprovechamos la oportunidad de hacer eventos de este tipo con una marca prestigiosa que comparte los mismos argumentos que los nuestros.

    ¿Hay alguna característica que diferencie al consumidor ecuatoriano?
    Sí y no. En Ecuador ofertamos tres tipos de champagne de nuestra gama. Al ecuatoriano le gusta el producto más dulce; aprecia particularmente el Demi-sec, que tiene un nivel de azúcar mayor al Brut y al Rosé. En el resto del mundo es al revés, lo que convierte a este país en un mercado nicho. Pero mantiene una característica en común con otros consumidores: compra Laurent-Perrier por su reconocimiento, calidad y frescura.

    ¿En qué ciudad del país se encuentra la mayoría de clientela?
    Nuestras ventas se concentran en dos ciudades clave: Guayaquil y Quito. Se debe a que son los sitios en donde tenemos más puntos de venta. Estos son tanto ‘off-trade’ como ‘on-trade’. ‘On-trade se refiere a los centros de consumo donde se venden nuestros productos, por ejemplo en los hoteles y los restaurantes. ‘Off-trade’ son las tiendas particulares, como las de El Bodegón.

    Hoja de vida

    En Laurent-Perrier.  Como director de área para América Latina, es el responsable del desarrollo y manejo del portafolio de bebidas para Lationamérica, así como de construir la estrategia de marketing para la región.

    CMA CGM.  En esta empresa francesa naviera y de transporte de contenedores, ocupó varios cargos como gerente de área para Norte y Latinoamérica; y Trade Manager para América Central, México y El Caribe.