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  • Lo ecológico es su nueva apuesta

    Patricia González

    La industria gráfica ha ido migrando hacia un modelo más sustentable y amigable con el ambiente desde hace algunos años. Corporación IdeaG, una firma nacional con nueve años en el mercado, apostó por esta tendencia desde el 2019, con la adquisición de una máquina en China para la elaboración de bolsas de papel biodegradables a gran escala.

    Se trata de una tecnología más automatizada, que le ha permitido tener costos más competitivos en sus productos. Además, trabaja únicamente con tintas en agua, reduciendo la contaminación. Tras varios meses de paralización por la pandemia, en junio pasado la firma comenzó a elaborar bolsas de papel biodegradable personalizadas para distintas marcas.

    La distribución de fundas ecológicas a escala nacional, para diversos usos, la hará bajo la marca Ekobags.

    La adquisición de esta nueva infraestructura, así como la construcción de una nueva planta de producción, en el norte de Quito, más la compra de materia prima, representó una inversión de USD 700 000, que se logró realizar gracias a un crédito bancario, explica José Luis Guerrón, presidente de la compañía familiar.

    “Nuestra fortaleza es habernos reinventado a tiempo y haber comprendido el requerimiento ambiental del mercado. Nos gusta estar en constante cambio”, añade Guerrón.

    IdeaG fue fundada por la familia Guerrón Granda en 2011. Sus fundadores y propietarios son los esposos José Guerrón y Marixa Granda, junto a sus hijos José Luis y Christian. Con un capital de USD 200 000 adquirieron las tres primeras máquinas.

    En principio, el concepto de la empresa estaba orientado hacia la elaboración de material publicitario. Pero, luego de dos años con poco éxito en ese mercado, se decidió darle un giro al negocio y se comenzó a elaborar papel de regalo en diferentes diseños, bajo una marca propia: IdeaG, que permitiera diferenciarse. Esa elección decantó en un crecimiento dentro de la industria gráfica nacional.

    Al poco tiempo la firma amplió el portafolio y empezó a fabricar fundas de papel de regalo con diferentes motivos. Para ello compró una máquina de tres módulos en China, por USD 120 000, con la que ha logrado fabricar hasta 400 000 bolsas al mes.

    También elaboran cajas de regalo y algunos artículos escolares, como cuadernos para colorear y ciertos accesorios para los mismos (membretes, stickers y carátulas).

    Uno de los logros de la firma fue haber conseguido la licencia de Disney y Marvel para el diseño de sus productos. Además, cuenta con diseños propios para diferentes temáticas y temporadas del año.

    IdeaG tiene alrededor de 150 clientes, entre mayoristas, cadenas de consumo masivo y papelería y, desde 2018, marcas de distintas categorías para fundas personalizadas.

    Su cliente más fuerte en esa línea, con la que empezó a migrar este año hacia materiales biodegradables, es Grupo KFC. Edgar Salas, jefe nacional de Compras de esta firma, comenta que el cambio climático impulsó a cambiar la forma de entrega de sus despachos a domicilio, de fundas de plástico a papel. En este proceso ya están al menos seis de sus marcas. Con IdeaG halló una opción, puesto que la nueva tecnología que trajo le permitió disminuir costos.

    Almacenes Tía es otro de sus clientes en cadenas de consumo masivo. Le proveen de fundas y papeles de regalo, en estampados genéricos y de la temporada de Navidad; época en la que también le venden papel roca para la elaboración de los nacimientos. “Es nuestro proveedor número uno en estos productos por su calidad y buenos costos”, comenta Carolina Morales, compradora del sector de temporadas de la firma.

    El papel biodegradable que está utilizando IdeaG proviene de Asia, Europa y Sudamérica. Uno de sus proveedores es Regemarc Hermanos, representante de venta de distintas empresas. Al mes les provee de unas 50 toneladas de papel testliner reciclado, originario de Europa, indica Jaime Rivera, gerente de Regemarc.

    Entre los planes de la empresa gráfica a mediano plazo está exportar su línea ecológica hacia países como EE.UU., México, Bolivia y Perú.

    Andrés Guerrero y Francisco Llumiquinga, trabajadores de planta de IdeaG, junto a la máquina que produce bolsas de papel biodegradable
    Andrés Guerrero y Francisco Llumiquinga, trabajadores de planta de IdeaG, junto a la máquina que produce bolsas de papel biodegradable. Foto: Patricio Terán / LÍDERES
  • Una firma con enfoque ecológico

    Diana Serrano

    En la oficina de Luis Cordovez, fundador y gerente general de la empresa Ecuasabia, no solo se conciben y concretan ideas de negocios.

    Frascos con fórmulas aún no develadas, insumos ecológicos y tendencias de cuidado ambiental forman parte de este espacio, que es una especie de laboratorio donde surgen productos innovadores de cuidado personal y para el hogar.

    Ecuasabia nació de un negocio de los padres de Cordovez, en 1973.

    Fue hace unos 14 años que se consolidó como una empresa, que no tuvo miedo para competir con grandes multinacionales.

    La primera planta de esta industria se ubicó en el norte de la ciudad y pasó por otros lugares. Ahora, asentada en Amaguaña, al oriente de Quito, es el lugar donde se elaboran alrededor de 80 productos que se caracterizan por su fabricación ecológica.

    En la línea de cosmética se producen jabón líquido, cremas y otros.

    La línea de limpieza arrancó hace siete años y dentro de ella se ofrecen ambientales, limpiavidrios, detergente, desinfectantes y otros similares.

    Según Cordovez, el proceso de producción se destaca por utilizar materia prima de alta calidad, con la implementación exponencial de insumos ecuatorianos. “El conocimiento ancestral, es algo que nosotros intentamos rescatar”, señala.

    Desde este mes, los frascos para envasar los productos son de vidrio. El objetivo es eliminar el plástico de los productos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Desde este mes, los frascos para envasar los productos son de vidrio. El objetivo es eliminar el plástico de los productos. Foto: Armando Prado / LÍDERES

    En los productos de limpieza se utilizan materias como manteca de cacao, aceite de coco, de aguacate y otros que se producen en el país.

    También hay valor agregado por el uso de insumos naturales, que no dañan el medio ambiente.

    Por ejemplo, el detergente para ropa, Zen, está elaborado con componentes biodegradables como bicarbonato de sodio, bórax y otros.

    Además su empaque está hecho con bagazo de caña, que facilita el proceso de descomposición de los desechos, incluso; es reciclable.

    También la empresa ha apostado por reemplazar los envases de plásticos de los productos Studio Nuna por frascos de vidrio, desde este mes.

    “En los productos de consumo masivo tenemos que generar un cambio, tanto en las fórmulas como en el desarrollo de envases que se puedan reusar o reciclar”, señala Cordovez.
    La producción mensual de tres de sus marcas más importantes: detergente Zen, Studio Nuna y lavavajillas es de 16 700 unidades.

    La innovación y detalles únicos de los productos permitieron que hace ocho años, la empresa vendiera la marca Ninacuro a una gran industria nacional. Ese dinero se invirtió en desarrollo de tecnología y fórmulas.

    Aunque la empresa hace una gran inversión en el proceso de industrialización, los precios de los productos de Ecuasabia son similares a otros que se encuentran en el mercado.

    El gerente indicó que la empresa asume gran parte de los costos, como una estrategia para posicionar la marca e incentivar la compra.

    Además, Cordovez está seguro de que los consumidores tienen mayor conciencia ambiental, por lo cual, prefieren este tipo de mercadería.

    La empresa elabora 80 productos de cosmética y limpieza del hogar, que utilizan componentes y procesos pensados en el ambiente. Hoy trabajan en envases y empaques reusables, Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
    La empresa elabora 80 productos de cosmética y limpieza del hogar, que utilizan componentes y procesos pensados en el ambiente. Hoy trabajan en envases y empaques reusables, Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

    Actualmente, las diversas líneas de productos de Ecuasabia están disponibles en autoservicios a escala nacional, como Megamaxi, Santa María, Coral y otros.

    Ecuasabia además comercializa con empresas de servicios. Una es Metropolitan Touring Ecuador. William Montalván, coordinador de compras de la compañía turística, está en el cargo hace cuatro años y cuenta que desde antes ya trabajaban con los productos de Ecuasabia.

    Estos fueron escogidos por su carácter ecológico. Ahora los insumos de limpieza se usan en los barcos que se trasladan a las Islas Galápagos.

    Las ventas mensuales de Ecuasabia oscilan entre USD 90 000 y 95 000.

    Entre los proyectos, la empresa trabaja en la ampliación de su línea cosmética con shampoos, acondicionadores y cremas para peinar con insumos naturales. De igual forma, se tiene el foco en la innovación de nuevos envases reusables.

    Cordovez afirmó que el próximo mes inaugurarán un centro de desarrollo en el distrito creativo La Tejedora, ubicado en Cumbayá.

    Este tipo de espacios tienen como objetivo desarrollar ideas y unir a pequeños y grandes productores. Brindar asesoría y hacer estudios para mejorar las fórmulas.

    En el distrito, la empresa tendrá un almacén con productos de cosmética natural, velas, arte y música.

    Las cifras

    1,5 hectáreas ocupa la empresa en Amaguaña.

    USD 90 000 factura mensualmente.

    16 700 unidades de tres marcas se producen al mes.

    USD 700 000 invirtió la empresa.

    21 empleados en todas las áreas.

    2 líneas principales de productos se elaboran: cosmética y limpieza.

    80 productos  se comercializan en el mercado local.

    El Gerente

    Luis Cordovez

    Nací en este negocio. Seguramente mis primeros juguetes fueron moldes de velas. Esto ha sido mi universidad. He estudiado Mercadotecnia en Estados Unidos, en Chile, pero realmente la empresa ha sido mi verdadera formación. Mi enfoque de negocio es el mercado global, creo en llevar productos de calidad a todo tipo de mercado. Como empresario y padre de familia quiero dejar un mundo mejor a mis hijos.

    La empresa Ecuasabia tiene su fábrica en Amaguaña, al oriente de Quito. Sus 21 trabajadores se esfuerzan cada día para ofrecer la mejor calidad.  Foto: Armando Prado / LÍDERES
    La empresa Ecuasabia tiene su fábrica en Amaguaña, al oriente de Quito. Sus 21 trabajadores se esfuerzan cada día para ofrecer la mejor calidad. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • Rafael Cárdenas: ‘Un problema ecológico afecta a toda la industria’

    Redacción Quito

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    Entrevista a Rafael Cárdenas, biólogo, docente e investigador de la PUCE. Habla sobre los objetivos de la ‘ecolonomía’.

    ¿De qué se trata el concepto de ecolonomía?

    Es un concepto que trata de involucrar a dos aspectos: la ecología y la economía y medir el impacto del uno sobre el otro. Por ejemplo: una merluza en Alaska puede ser blanco de depredadores, lo que genera cambios ecológicos negativos y estos, a su vez, tienen un impacto sobre la economía. Este ejemplo permite describir como una actividad económica como la pesca, puede alterar un ecosistema. Esto, a la larga, influencia y daña el ecosistema así como los negocios alrededor de la actividad de la pesca.

    Si se afecta a uno de estos elementos, el efecto lo siente el otro…

    Si hay sobrepesca se origina un problema, porque hay menos peces para pescar.

    ¿Ante esta situación cuál es una posible solución?

    Que la veda, en el caso de la pesca, es importante para mantener un ecosistema y que funcione una economía determinada.

    Esta figura de la veda se puede aplicar a otra situación.

    Sí. El ejemplo permite comprender muy bien el ecosistema del pez con respecto a la parte económica, que es más comprendido. Lo ecológico es más complicado porque existen muchas variable y no siempre hay suficientes estudios. En este caso particular se determina la cascada de eventos al dañar una parte de la cadena. Si se daña una pieza se estropea todo y se interrumpe la cadena trófica, es decir aquella que explica quién come a quién. Es un flujo de energía: el sol, las plantas, el proceso de fotosíntesis, el animal herbívoro que se alimenta de esa planta y el depredador que atrapa al herbívoro. Este proceso es muy complejo, en especial cuando hay más de un depredador para una presa. Si algo de eso se daña se altera el ecosistema y se genera un impacto en la economía.

    ¿Qué tan fácil es que estos efectos sean asimilados y entendidos por las personas involucradas en la parte productiva de un negocio, como la pesca en este caso?

    Hay dos vías. La persona que tiene un negocio se da cuenta de que algo pasa, pierde productividad, pero no sabe qué ocurre. Un biólogo puede explicar el tema demostrando deforestación, presencia de plagas, etc. Es un problema no del producto, sino del un desequilibrio en un ecosistema y sus efectos. La idea es juntar a esas personas (productor y biólogo) para que entiendan qué está pasando en un negocio específico. La clave es tener estudios sobre un tema puntual: camaronera, frutas o lo que sea. Con eso mejoran las prácticas y se entiende la necesidad de evitar ciertas practicas como los monocultivos que pueden afectar una actividad productiva en el campo.

    ¿La ecolonomía se enfoca más en las actividades productivas primarias?

    Todo lo que afecte a la economía primaria afecta a la actividad industrial. Un problema ecológico termina afectando a la industria de un país. Así de sencillo.

    ¿Qué tan difundido está este concepto de la ecolonomía?

    Siento que se comprende cada vez más esto de preservar nuestros ecosistemas para asegurar agua, polinización, descomposición, recreación

    ¿El pequeño producto es uno de los principales objetivos de la ecolonomía?

    Todos estamos conectados, la naturaleza no conoce de monocultivos sino de policultivos. La gente prefiere el monocultivo por costos y facilidades. El productor es un poco más el centro de este nuevo concepto porque da de comer, pero los biólogos debemos tender un puente a los productores con información. Es complicado trabajar con comunidades y al ser productores primarios se fijan en costos. Siempre digo que los peces gordos son los que hacen los cambios gordos. Por eso los Estados y grandes industrias tienen la batuta para cambia el tema.

    Hoja de Vida

    En la academia.Es biólogo, docente e investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE).

    Estudios. Es ecólogo, entomólogo y naturalista interesado en comprender el funcionamiento de los ecosistemas tropicales, en particular el amazónico. Tiene un PhD en ecología y biodiversidad.

    Experiencia. Ha sido asistente de campo en investigaciones de la Universidad de Riverside, la Universidad Central del Ecuador, la Fundación Otonga, entre otros establecimientos.

    Rafael Cárdenas, profesor de la PUCE, explica  que para entender los cambios en los ecosistemas se requieren estudios puntuales. Foto: Pedro Maldonado / LÍDERES
    Rafael Cárdenas, profesor de la PUCE, explica que para entender los cambios en los ecosistemas se requieren estudios puntuales. Foto: Pedro Maldonado / LÍDERES
  • Leonardo DiCaprio construirá un ‘resort’ ecológico en una isla de Belice

    Agencia EFE

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    El actor Leonardo DiCaprio está trabajando en la construcción de un exclusivo complejo turístico en una isla desierta de Belice, en Centroamérica, un proyecto que pretende combinar la hostelería con el ecologismo y recuperar la naturaleza de la zona.

    «El principal objetivo es hacer algo que cambie el mundo», dijo DiCaprio en una entrevista publicada el 5 de abril del 2015 por The New York Times, en la que aseguró que busca crear algo «revolucionario en el movimiento ecologista«. El actor, que ha mostrado su compromiso con el medioambiente a través de numerosas iniciativas y que es Mensajero de la Paz de la ONU para el cambio climático, adquirió hace una década el cayo Blackadore, una pequeña isla deshabitada frente a la costa de Belice.

    «Era como el cielo en la tierra«, dijo DiCaprio sobre la zona, que sin embargo en las últimas décadas ha sufrido un importante deterioro medioambiental por la actividad humana, según el periódico. El protagonista de ‘Titanic’, que compró junto a un socio la isla por USD 1,75 millones, ha pasado los últimos años buscando el promotor adecuado para hacer realidad su proyecto.

    Finalmente, DiCaprio unió fuerzas con Paul Sciall, un empresario neoyorquino, y planea abrir en la isla un lujoso ‘resort’ en 2018. Entre otras cosas, está previsto que los alojamientos turísticos en el cayo se construyan en una enorme plataforma sobre el agua, bajo la que se instalarán arrecifes artificiales para facilitar cobijo a especies marinas.

    Además, se replantará vegetación propia de la zona y se tratará de ayudar a la conservación de varias especies animales, al tiempo que un equipo de expertos vigilará en todo momento el impacto ambiental del complejo hotelero. «Mi meta siempre fue el hecho de que quería crear algo no solo ecológico, sino restaurador. Una muestra de lo que es posible», explicó el intérprete.

    El actor Leonardo DiCaprio está construyendo un complejo turístico en Belice. Foto: Don Emmert/ AFP.
    El actor Leonardo DiCaprio está construyendo un complejo turístico en Belice. Foto: Don Emmert/ AFP.
  • Su idea generó amistad y un producto ecológico

    Redacción Quito

    Labiales ecológicos y unos cuantos gramos de jovialidad y creatividad son el resultado del emprendimiento impulsado por 14 estudiantes del colegio Los Pinos en Quito.

    En enero de este año se inscribieron en el concurso La Compañía, que organiza la Fundación Junior Achievement. Su primera función fue elegir el tipo de producto que iban a elaborar pare este certamen: un labial ecológico trabajado en picos de botellas recicladas resaltó la creatividad de las estudiantes de quinto curso.

    Para montar su empresa realizaron unas 400 encuestas para definir su público y futuro consumidor. Las preguntas fueron realizadas a hombres y mujeres de 15 a 30 años, dentro y fuera del colegio, para determinar su mercado.

    Francis Prexl, la gerenta de esta iniciativa, comenta que desde que arrancó el proyecto se designaron las áreas de marketing a cargo de María Paula Ordóñez y cuatro personas adicionales; en finanzas, Carolina Chávez, con el respaldo de dos personas; producción, con Estefanía Jiménez y dos ayudantes; y en Recursos Humanos, Juliana Rodríguez y una persona coordinadora.

    El nombre Frog, sapo en traducción al español, fue enlazado a la historia de fantasía en la que la princesa besa al sapo y este se convierte en príncipe.

    Para las jóvenes microempresarias su idea se conecta con esta historia, ya que convierten al pico de una botella reciclada en un labial juvenil y útil, al igual que el anfibio se convierte en humano. “Un beso cambia al mundo”, fue el lema de Frog, utilizado durante estos seis meses de participación y trabajo.

    Para Cristina Donoso, asesora de este proyecto y docente de Economía del colegio Los Pinos, la aptitud, la responsabilidad y el trabajo en equipo hicieron que estas chicas obtengan el segundo lugar en el concurso que cumplió su séptima edición en este año.

    Donoso menciona que la participación en este evento fue válido, para que las chicas encuentren sus destrezas y aptitudes. Recalca también que fueron autónomas y solidarias. Por su parte, ella apoyó con talleres fuera del aula para guiarlas en temas contables y de finanzas solicitados en un informe final por Junior Achievement.

    Las 14 participantes repartieron sus tareas durante el proceso. La producción por ejemplo, se realizó en las casas de las estudiantes. Se contactaron con una empresa de productos químicos que les entregó los componentes para elaborar 210 unidades cada semana.

    Cortar las botella, desinfectarlas, calentar la vaselina sólida y mezclar con el colorante y aromas naturales era el trabajo. Invirtieron alrededor de USD 500 para comprar los ingredientes.

    Dos ferias realizadas en la Universidad de los Hemisferios y la Plaza de las Américas, en Quito, respectivamente dio ingresos a Frog. En la universidad lograron vender a estudiantes y docentes 260 labiales con un valor de USD 2.

    David Prócel, alumno de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad de los Hemisferios, impartió tres charlas de apoyo a las estudiantes en temas relacionados con el marketing, la creación de marca y el posicionamiento. “La idea es innovadora y su nombre llama la atención al consumidor”.

  • En Guatemala y Perú se destaca su proyecto ecológico

    Redacción Quito

    La materia Desarrollo de Emprendedores, que se dicta en la Universidad Tecnológica Equinoccial (UTE), se ha convertido en la cuna de proyectos innovadores, rentables y viables. Así lo sostiene María Angélica García, quien dicta la materia en la UTE.

    En el marco de esta asignatura, siete jóvenes de Ingeniería Ambiental desarrollaron hace dos años el proyecto Yaku Kawsay (agua viva). Se trata de un sistema de recolección de aguas servidas, que permite la reutilización del agua de lavadoras, lavamanos y duchas para su posterior uso en las descargas de inodoro s. Con ello, se busca disminuir el uso de agua potable, explica Andrés Donoso, integrante que desarrolló este proyecto, en el que también participan Javier Macas, Sebastián Sarzosa, Darío Morán, Juliana Aguayo, Raúl Tapia y Cristian Miño.

    Morán añade que la iniciativa nació con el propósito de evitar que se desperdicie un recurso natural como es el agua y de esta manera cuidar la naturaleza.

    El proyecto ganó el concurso Mi empresa 2012, que organizó ese año la UTE. Esto les abrió las puertas para dar a conocer su emprendimiento en el exterior, pues eso les permitió ser la primera opción para representar al centro educativo en ferias y otros eventos internacionales. Así, en junio del 2013, los alumnos participaron en Guatemala en un concurso de la Organización de los Estados Americanos. «No teníamos grandes expectativas sobre la aceptación del proyecto; sin embargo, tuvo gran acogida pese a que no ganamos», recuerda Aguayo.

    En diciembre del mismo año participaron en un concurso de emprendimiento organizado por la Universidad San Luis Gonzaga, en Perú, donde obtuvieron el primer lugar.

    Este sistema Yaku Kawsay está valorado en un costo aproximado de USD 700 en las viviendas que están listas y USD 600 en casas por construir.

    El objetivo a futuro es patentar este producto, conseguir financiamiento para su distribución y consolidarse como empresa. Los emprendedores han invertido hasta ahora USD 700 en el proyecto.

    700 dólares costaría la implementación de este sistema de ahorro de agua.

  • En sus manos el plástico tiene una nueva vida

    Mónica Orozco

    Las fundas plásticas de las compras, las tapas de gaseosas o recipientes de plástico pueden terminar su vida en un tacho de basura. Pero dos emprendedores decidieron convertir estos desechos en una oportunidad de negocio.

    El abogado Juan Barragán Moreira, socio e inventor de la iniciativa que aún no se ha constituido en compañía, se dedicó por cinco años a la compra y venta de plástico reciclado, que vendía a empresas en Guayaquil.

    Pero hace siete años pensó en crear su propio producto a partir de este material reciclado. Así nacieron los postes ecológicos, que hoy entrega principalmente para cercas en el sector agrícola.

    Patricio Égüez, propietario de la Finca de Avestruces INGA, ubicada en Pifo, Pichincha, es uno de sus clientes.

    Comenta que cada dos años debía cambiar la cerca construida con pingos de eucalipto, dentro de su propiedad. «Por más que ponía brea, los palos se podrían y, por eso, busqué un producto alternativo». Égüez emprendió el cambio progresivo de la madera que utilizaba para las cercas de sus corrales, por postes ecológicos desde hace un año. «Me ha dado excelente resultado, no se pudren y son de color verde, lo cual está acorde con la naturaleza».

    En el último año ha comprado unos 300 postes para su finca. Además, los postes son más livianos que aquellos que se fabrican de hormigón, dice.

    La búsqueda de la fórmula que le dé la resistencia y otras características que buscaba Barragán en el producto, empezó en el 2007. A la par, diseñó y envió a construir o adaptar maquinarias para procesar el material.

    Las máquinas se importaron de España e Italia. «En el Ecuador sí hay inventores», dice mientras muestra con orgullo el funcionamiento de la maquinaria.

    Barragán patentó su invento en el Instituto Ecuatoriano de Propiedad Intelectual (IEPI), en el 2008.

    El producto puede durar aproximadamente 100 años y puede utilizarse en todo tipo de suelo. «Buscamos que el poste ecológico reemplace la tala indiscriminada de bosques para construir cercas», explica Barragán.

    Pablo Tenesaca, socio de la empresa Arquiestudios, que fabrica casas de madera a medida y gusto del cliente, adquiere el producto para utilizarlo en los cimientos de las viviendas.

    «El mayor problema que tenía era la humedad, en especial en la Costa y Galápagos, que puede afectar la infraestructura. Los postes ecológicos de plástico solucionaron ese problema», comenta.

    El constructor añade que el material ha facilitado el mantenimiento que debe realizar a las viviendas. «He construido casas de madera de hasta dos pisos y resiste bien el material», indica Tenesaca.

    Lupe Benavides, socia de Barragán y quien se dedica a la comercialización del producto, dice que actualmente la planta, ubicada en Sangolquí, produce unas 120 toneladas al año. En este 2014, los socios esperan tener un incremento de hasta el 50% de la producción.

    El material también se ha utilizado para elaborar cercas decorativas en jardines o parterres de calles y avenidas.

    Este año, el emprendimiento logró una alianza con la empresa de textiles Enkador que, además, procesa botellas plásticas recicladas.

    Con ello, Barragán adquiere las tapas, etiquetas y otros materiales que salen como desperdicios de los procesos. «Ese material nos sirve a nosotros como insumo para elaborar los postes».

    Los productos

    Usos del poste. El poste de plástico reciclado se utiliza para soportar cercas eléctricas, alambrados, infraestructuras para vivienda, puentes peatonales en zonas de difícil acceso, entre otros.

    Los precios. Los postes cuestan desde USD 3 hasta 20, cada uno.

  • Los empaques apuntan a lo ecológico y práctico

    Redacción Guayaquil

    Existen muchos factores que determinan la decisión de compra de un producto. Estos van desde el diseño del packaging’ (empaque), precio, hasta la calidad, etc. Uno de los más importantes radica en la presentación del producto; es decir, en el empaque.

    Un informe de la firma consultora Nielsen, publicado en el 2008, afirma que el envase juega un papel aún más importante para las marcas con poco apoyo en publicidad. Pues estos pueden volverse más atractivos visualmente que sus competidores. El mismo informe reseña que el ‘packaging’ impulsa la compra de determinadas categorías, incluso de aquellas con baja lealtad a la marca.

    Para los productos de lujo como perfumes, joyas, relojes e incluso para otros de categorías como zapatos y alimentos el ‘packaging’ es lo que atrae al cliente.

    Mead West Vaco (MWV)es una firma especializada en el tema. Esta organización señala que al menos el 64% de los compradores ha probado un producto, porque el paquete les sorprendió en el estante de venta.

    Carlos Cisnero, de la Agencia Luz Verde, cree que el empaque de un producto es vital para que este tenga éxito en el mercado. Él estima que el empaque influye al menos en un 70% a la hora de adquirir el artículo. «Existen incluso concursos sobre ‘packaging’ en los que los grandes ganadores, tradicionalmente eran los perfumes, pero más productos han apostado al empaque».

    El año anterior, en la entrega de los premios A’ Design Award & Competition se premió desde vinos, leche, pastillas, quesos… incluso cajas portadoras de huevos, en la categoría de ‘packaging’.

    Los diseños son cada vez más modernos, con colores atrevidos y un sinnúmero de formas. Pero la tendencia para este año se basa en lo ecológico y práctico.

    Por ejemplo, existen empaques que pueden ser utilizados una segunda vez para manualidades o como decoración y también están aquellos que son reciclables o biodegradables. Incluso, para este año se anunció que una de las tendencias en marketing serían los envases comestibles. Según MWV, cuatro atributos que el consumidor considera importantes en un empaque: que sea fácil de abrir, fácil de sacar, amigable con el ambiente y que proteja de derrames.

    El año pasado, la cadena internacional de comidas, Mc Donald’s apostó por un cambio en las fundas y cajas para sus hamburguesas y vasos. Esto no solo incluyó un cambio de imagen, sino también la incorporación de un Código QR. Esto, para incluir información nutricional sobre sus productos y crear una relación con el uso actual de la tecnología.

    Para Cisnero, el empaque debe tener un concepto relacionado con el producto. Él recomienda dos cosas puntuales para diseñar un empaque: que sea natural y sobre todo, único.

  • Publicidad sobre ruedas lleva un sello ecológico

    Redacción Quito (I)

    La publicidad en las calles o mejor conocida como ‘street marketing’ se encuentra en buses, paradas, calles… y permite a los usuarios observar campañas de manera poco convencional, en espacios públicos.

    En este contexto, la firma Urbancar desarrolló una nueva alternativa que permite que la ‘publicidad de la calle’ entre a los edificios mediante el uso de equipos Segway.

    Estos vehículos de transporte ligero de dos ruedas, inventados en el 2001, son 100% eléctricos y pueden utilizarse para promocionar publicidad dentro y fuera de las edificaciones.

    Giovanni Capelo, representante de Segway para el Ecuador, señala que esta nueva línea de negocio publicitario empezó hace unos tres meses, y apunta a un contacto cercano con el público objetivo y por su originalidad llama la atención de los espectadores.

    La firma ya contaba con la licencia para la comercialización de estos ve­hículos desde hace unos tres años. A raíz de este proyecto, este negocio adquirió una decena de unidades Segway, con una inversión de USD 100 000.

    Para la elaboración de la estructura que llevará la publicidad se usan materiales como plástico, polietileno y madera. «El diseño es escogido por el cliente y dependiendo de su complejidad se establece el costo», dice Capelo.

    El precio para pautar en estas unidades está entre USD 180 a 200 diarios, dependiendo del paquete publicitario que decidan utilizar. Dentro de este monto se incluye el vehículo, la estructura, baterías para seis horas y una persona a cargo de la unidad. Por su fácil manejo, lo puede conducir cualquier persona.

    David Reinberg, representante de la agencia publicitaria Creactiva, señala que los que más les interesó de este sistema era su originalidad. Uno de sus clientes, la Compañía Nacional de Chocolates, ya promociona con ellos su barra Jumbo, en espacios públicos en Quito y Guayaquil.

    La firma cuenta con puntos de exhibición publicitaria como el Aeropuerto Mariscal Sucre, Mall del Sol, Universidad Católica y el Parque Bicentenario, en Quito. Así también ha realizado campañas en ciudades como: Ambato, Guayaquil, Cuenca, Quito, entre otras.

    Hugo Guevara, representante de FMC, contrató su servicio para la reciente edición de la Expoflores 2014. Él indica que esa estrategia de promoción publicitaria tuvo éxito en la feria.

    Datos

    Unidad.  La velocidad promedio del vehículo es de 5 a 30 km por hora.

    Batería.  La batería se carga en 3 horas y tiene una duración de 6 horas seguidas.

    Publicidad.  La publicidad en vehículos Segway nació en el 2005, con el ‘boom’ del street marketing.