Etiqueta: educar

  • La idea: educar sobre tecnología desde la infancia

    Patricia González

    Relacionadas

    En GLS Tech, un centro tecnológico educativo, se pueden hallar simuladores de energía eólica e hidroeléctrica, sensores de motores de autos, simuladores de refrigeración, drones que miden la radiación solar, entre otros equipos para la capacitación de niños, estudiantes y profesionales.

    La institución, ubicada en el norte de Quito, entró en funcionamiento hace poco más de un año. Es una iniciativa de la firma GLS Constructores, con el apoyo de otras empresas vinculadas al ámbito educativo.

    En la adquisición de equipos, laboratorios y software se realizó una inversión USD 1 millón. La tecnología fue importada desde Israel y EE.UU.

    “El objetivo es potenciar la educación tecnológica, apuntando a mejorar la productividad del país”, subraya Carlos Rodríguez, director de GLS Tech.

    Las principales líneas de enseñanza del lugar son la electrónica, mecatrónica, autotrónica, robótica, energías renovables, telecomunicaciones, climatización, etc.

    En todas estas temáticas el centro ofrece capacitación, pero también en otras áreas como programación para videojuegos. Los costos de los talleres van desde USD 180 hasta 580.
    Algunos cursos, como el de robótica, se imparten, incluso, a niños desde seis años. En el área infantil ello pueden divertirse, al mismo tiempo que aprenden conceptos básicos de programación.

    Uno de los robots con los que pueden interactuar es un ratón mecánico que debe atravesar una especie de laberinto hasta llegar a su objetivo final: el queso. Los niños deben direccionar al ratón pulsando varias flechas que están sobre el pequeño robot.

    Hace seis meses, el centro suscribió convenios de cooperación con la Universidad de las Fuerzas Armadas (ESPE) y con la Escuela Politécnica Nacional (EPN).

    Esto ha facilitado que los alumnos de estas instituciones académicas realicen pasantías y prácticas profesionales en GLS Tech y que tengan acceso a las capacitaciones que se brindan en el centro.

    Sara Durán, directora de cooperación interinstitucional de la Universidad de las Fuerzas Armadas- ESPE, dice que el convenio ha sido una “oportunidad extraordinaria” para complementar la enseñanza de laboratorio de la universidad, con tecnología de punta.
    Destaca, además, que al contar con simuladores, los estudiantes se sienten más libres a la hora de manipular los equipos.

    Las capacitaciones también están abiertas a alumnos de educación básica. Diego Sandoval, de 17 años y quien acaba culminar su segundo año de bachillerato en el Colegio Militar Eloy Alfaro, realizó a mediados del año pasado, junto a su hermana, un curso sobre electrónica, mecatrónica y robótica en el centro tecnológico.

    Previo a la realización del curso, Diego y su hermana participaron en un concurso internacional en EE.UU. sobre reciclaje de basura con la ayuda de la robótica, en el que quedaron en tercer lugar. “El curso nos dio más experiencia en programación y construcción de robots”, comenta.

    Para el director de GLS Tech la enseñanza tecnológica en el país aún está en una etapa inicial, por falta de políticas educativas claras que fomenten este conocimiento.

    “El lugar apunta a ser un centro de innovación tecnológica y aspira a ser el puente entre la academia y la empresa”.

    Jóvenes universitarios realizan prácticas y pasantías en GLS Tech. El uso de la tecnología es clave en el centro. Foto Julio Estrella / LÍDERES
    Jóvenes universitarios realizan prácticas y pasantías en GLS Tech. El uso de la tecnología es clave en el centro. Foto Julio Estrella / LÍDERES
  • El balón es su aliado para educar a niños

    Redacción Quito

    Relacionadas

    Dos arcos, césped y un balón pueden ser los mejores pedagogos para los niños. Este es el concepto de Little Kickers, una franquicia que llegó al país en el 2012 de la mano de Julián Mora, quien cuenta que esta iniciativa se fundó justamente en la cuna del balompié: Inglaterra, hace 15 años.

    Mora resume la propuesta de la marca británica como un proyecto que “tiene el objetivo de desarrollar el amor por el deporte con le herramienta del fútbol como forma de aprendizaje”.

    El fin, dice Mora, no es crear futbolistas o ser simplemente una escuela de fútbol, sino utilizar esta actividad -en la que pueden participar niños hábiles y no tan hábiles con el balón- para el desarrollo motriz grueso: coordinación, equilibrio corporal, fuerza, etc.

    Little Kickers se especializa en niños de dos a cinco años y para ello ha desarrollado una metodología propia que busca estimular las mencionadas destrezas.

    Por ejemplo, dice Mora, niños que eran muy tímidos ganan confianza y seguridad gracias al deporte para su vida cotidiana. Mientras que los niños hiperactivos pueden ganar mayor control sobre sus emociones.

    Para iniciar, el emprendedor invirtió entre USD 20 000 y 25 000 para comprar la franquicia y promocionar la marca para ganar los primeros clientes.

    Actualmente, Little Kickers cuenta con cinco puntos en Quito: Cumbayá (nororiente), valle de Los Chillos (suroriente), sur, centro norte y Puembo (nororiente). Ahora, sostiene Mora, buscan expandirse a ciudades como Guayaquil, Ambato y Cuenca.

    A la semana, a las cinco sedes de las franquicias acuden cerca de 2 000 niños. La principal estrategia ha sido realizar alianzas estratégicas con 35 guarderías y colegios capitalinos, como Academia Cotopaxi, Liceo Campoverde o Liceo del Valle.

    Little Kickers complementa los estudios formales, explica Mora, a través del deporte en los niños de los centros de estudios.

    Pero no solo se trata de fútbol. La iniciativa también busca reforzar el vínculo familiar entre padres e hijos los fines de semana. Además, realizan fiestas infantiles con temáticas futboleras.

    La facturación mensual de la franquicia de Mora (solo en Cumbayá) está entre USD 10 000 y 12 000. Además de manejar su sede, Mora también se encarga de supervisar lo que suceden en los otros centros y expandir la marca.

    Otro de los objetivos es realizar alianzas estratégicas con empresas para llevar sus servicios al sector corporativo.

    En Kikirikids, un centro de desarrollo infantil ubicado en San Juan de Cumbayá, trabajan con Little Kickers desde hace cuatro años. Mónica Baratau, una de las propietarias, comenta que con Little Kickers trabajan el desarrollo de neuromotores: la conexión del cerebro con el cuerpo de los niños, a través de actividad física que estimula la coordinación, el balance y equilibrio.

    “Es una franquicia súper organizada, superestructurada, sus actividades son divertidas, los niños disfrutan y no se dan cuenta que mientras disfrutan están teniendo un aprendizaje”, dice Baratau.

    En el centro de desarrollo infantil Terapia de Estimulación del Lenguaje (TEL) también trabajan con Little Kickers. Macarena Sánchez, directora de TEL, cuenta que uno de los principales puntales es el estímulo de valores como trabajo en equipo, compañerismo, solidaridad, etc.

    Julián Mora es el responsable de la franquicia en Ecuador y propietario de la sede en Cumbayá. Foto: Diego Pallero / LÍDERESa
    Julián Mora es el responsable de la franquicia en Ecuador y propietario de la sede en Cumbayá. Foto: Diego Pallero / LÍDERESa