Etiqueta: ejercicio

  • El ejercicio del futuro: los lentes de realidad virtual

    Redacción Líderes

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    Los juegos y actividades de realidad virtual (VR) ya son posibles gracias a cascos o gafas comerciales como Oculus Rift, Sony Playstation VR, HTC Vive y Samsung Gear. Ejercitarse y quemar calorías son algunos de los efectos secundarios de esta tecnología de videojuegos que le permite al usuario sumergirse en la experiencia.

    VirZoom es una de las propuestas más completas, pues esta marca no solo desarrolló el juego o aplicación, sino una serie de ‘gadgets’ para aplicarlos a cualquier bicicleta estática y convertirla en una máquina VR.

    El equipo incluye un procesador, un casco de Acer, un sensor para los pedales, un botón para el manubrio y una televisión con un estante. El precio es de USD 2 995. El usuario podrá elegir entre pasear sobre Pegaso o un bote de pedal, carreras de autos o de bicicletas, entre otros.

    Box VR, por otro lado, es una aplicación o videojuego para quienes ya poseen el equipo de realidad virtual. Este programa permite a los jugadores entrenar box al ritmo de música electrónica. Por lo tanto es ideal para fortalecer los brazos, hombros y pecho, al tiempo que se quema calorías.

    Sprint Vector es otra aplicación que ha tenido buena aceptación por los videojugadores. Es un juego de competencia en el que los usuarios deben mover sus brazos como si estuvieran patinando a grandes velocidades. El programa cuenta con 12 pistas.

    Entrenar con espadas y convertirse en un maestro es posible con Sword Master VR. Los jugadores tendrán que pelear con enemigos y protegerse con un escudo. Esta aplicación permite fortalecer la parte superior del cuerpo.

    En plataformas digitales como Steam hay cientos de juegos. Pero antes, hay que adquirir el equipo que más se adapte al usuario.

    Los gráficos de alta calidad ayudan a los usuarios a sumergirse y a ser parte de las historias de estos videojuegos.
    Los gráficos de alta calidad ayudan a los usuarios a sumergirse y a ser parte de las historias de estos videojuegos. Foto: Cortesía
  • El ejercicio diario es una tarea obligatoria

    Santiago Ayala Sarmiento. Redacción Quito

    Ejecutivos de toda condición social y física llegan al consultorio de la doctora Mae Moreno Ching. Ella, siempre con una sonrisa, nunca ve peros en sus pacientes, pese a que algunos llegan con reales problemas físicos. Muchos se fatigan con solo desvestirse.

    ¿Cuáles son las alertas físicas para notar, a simple vista, que su rendimiento físico está mal?

    Uno, cansancio; tengo pacientes que solo al desvestirse para la consulta ya están cansados. Dos, mala coordinación. Tres, falta de flexibilidad. Y cuatro, tener gorduras; adiposidad abdominal en caderas, muslos, sobre todo las mujeres.

    ¿Quiénes son los más sedentarios?

    Increíblemente, los médicos. Recomiendan el ejercicio y muchas veces no lo hacen. Otros son los ingenieros y la gente que trabaja en computadoras.

    ¿Cuál es el principal problema que ha detectado dentro de los ejecutivos?

    Se ve bastante sobrepeso, su problema es el sedentarismo, no se ejercita. Y eso deriva en que sus niveles de ‘high density lipoprotein’ sean bajos. La actividad física ayuda a elevar estos niveles, además de un mayor consumo de pescado, de agua fría y grasas sanas, como las nueces.

    A manera de broma -o en serio- muchos ejecutivos creen que el éxito se mide en términos de barriga: a mayor ‘panza’, más exitoso…

    Esta no debe ser una regla del ejecutivo. Un ejecutivo varón debe tener una cintura de menos de 90 cm y una ejecutiva mujer de menos de 80 cm. El error de los ejecutivos es que se dedican mucho al trabajo y se olvidan de su salud. Deben priorizar, porque si está enfermo, no sirve.

    Muchas veces, no hay tiempo para hacer ejercicio… ¿¡El día tiene 24 horas y no tienen tiempo para hacer 30 minutos de ejercicio!?

    La persona que trabaja en una oficina, debe hacer siempre actividad física. Alguien con peso adecuado debe hacer 30 minutos de ejercicio cardiovascular, que podría ser caminar, hacer bicicleta, bailar, nadar… los cinco días de la semana.

    Pero da pereza levantarse a las 04:00 ó 05:00 a hacer ejercicio…

    Es cuestión de educación. A veces nos olvidamos que el corazón es un músculo que hay que ejercitarlo, sino se hace flácido y triste. Cuando se logra convertir el ejercicio en un hábito, luego se hace una necesidad. Es realmente tal el bienestar que tu cuerpo te muestra, que tú mismo buscas hacer actividad.

    ¿Se pueden hacer las dos horas y media de ejercicio de la semana en un sábado y así evitar las madrugadas?

    No, eso es muy peligroso. El ejercicio físico tiene tres características: duración, frecuencia e intensidad. La duración debe ser de unos 30 minutos, si el peso es adecuado; pero si está con sobrepeso se recomienda una hora, cinco días de la semana. La frecuencia que se recomienda es de tres a cinco días a la semana. Y la intensidad es importante, la persona debe saber que debe iniciar despacio y luego puede aumentar la intensidad.

    ¿Es importante la hora?

    La hora de mayor rendimiento físico es de 05:00 a 17:00. En la noche no se recomienda hacerlo, pero si no hay opción, por el horario de trabajo, no importaría.

    ¿Cómo hacer para que el ejercicio no sea una tortura?

    Quitarse de la cabeza eso; no es una tortura. El ejercicio ayuda a dormir bien, a conocer amigos, a bajar el porcentaje de grasa corporal y verse más musculoso, tener un cuerpo más atlético, estar feliz…

    ¿Por qué se ve a ejecutivos que, luego de hacer el ejercicio, llegan más cansados a sus oficinas?

    Puede ser porque no comen bien. Es importante comer un ‘snack’ ligero, que podría ser una fruta o un yogur light, una hora antes de la actividad física, y si es algo líquido (un jugo de verduras, un jugo de naranja) puede ser hasta 30 minutos antes. Luego del ejercicio tienen que desayunar (pan, leche…, lo que corresponda), y eso les ayuda a mantener el peso.

    ¿Y si la comida que le dan en el trabajo no es la adecuada?

    Tendría que llevar sus propios alimentos. Hay que ser responsable con un mismo; hay mucha gente que se queja de eso, pero si yo soy responsable por mi salud, yo me llevo mi manzana, mi galleta, para comerme de mañana, porque yo hago deporte y es mi responsabilidad personal.

    Hacer ejercicio depende de los gustos y de las habilidades. Pero ¿por dónde es recomendable empezar?

    En efecto, hay gente a la que el cardiólogo le dice “camine” y llegan acá y me dicen: “A mí no me gusta caminar”. Entonces les pregunto qué les gusta, y me dicen bailar, por ejemplo, y entran a sesiones de baileterapia; entonces, se trata de buscar una actividad que se la disfrute. Ahora, caminar es natural, quizás no se sabe montar en bicicleta ni nadar, pero hemos caminado desde el primer año de vida.

    ¿Recomendaría que las empresas impongan como medida obligatoria que sus empleados hagan ejercicio?

    Sí, debería ser una norma. Tengo muchas empresas que la gente está haciendo actividad, se sienten felices; es una responsabilidad de la empresa que sus empleados sean sanos. Un empresario responsable debe dedicar tiempo a capacitación en nutrición y en actividad física.

    Otros beneficios

    • La gente que hace ejercicio. Se organiza mejor, hay un mejor desempeño laboral. Talvez al inicio está un poco cansada, pero después está bien, mucho más concentrada.
    • El resultado. El ejercicio ayuda a organizarse mejor, crea más compañerismo en la empresa, a saber perder y ganar, a caerse y levantarse.
    • Los beneficios. La gente que hace actividad física se lesiona menos, porque tiene una mejor espalda; no hay tanto dolor, son mucho más coordinados, más flexibles y tienen mejor masa muscular.
  • Ejercicio físico, para músculos y carácter

    Arturo Castillo / Motivador y Prof. De Técnicas Psicorrelajantes

    Seguramente muchas personas incluyeron en su lista de promesas para el año nuevo hacer ejercicio regularmente. No lo han hecho hasta ahora, según se autojustifican, por falta de tiempo. Se trata, obviamente, de una mentira piadosa, pues quienquiera que se lo proponga de verdad, hallará tiempo libre para practicar alguna disciplina corporal.

    Curiosamente, son incontables las personas que están convencidas de que ‘aman’ el deporte, por el hecho de que son parte de las multitudes que abarrotan los escenarios deportivos.

    Su verdadero problema no radica en la carencia de un tiempo de ocio, sino en una voluntad debilitada, que inventa toda clase de excusas. El gran pretexto se llama neurosis del tiempo, un mal contemporáneo. Efectivamente, es bastante común que los individuos se quejen de la falta de tiempo, como si sus días no tuvieran 24 horas, como los de todo el mundo. Irónicamente, el tiempo que les falta es siempre el tiempo que se niegan a sí mismos, el tiempo que debieran dedicar a su bienestar integral.

    El dilema, entonces, no es a qué hora, con qué frecuencia ejercitarse, sino cómo fortalecer la voluntad, cómo tomarse en serio a sí mismo. Más aún, cómo estructurar la existencia, de modo que la empresa más importante sea uno mismo.

    Puede sonar contradictorio, pues parecería que los sujetos siempre anteponen sus necesidades, incluso sacrificando las de otros. Es necesario distinguir, sin embargo, entre un ego voluntarioso y un carácter bien formado, autoafirmativo, que prescinde del qué dirán cuando tiene que elegir lo que le resulta beneficioso.

    De otra parte, no hay manera de integrar a la cotidianidad el ejercicio físico, como parte del estilo de vida, sin autodisciplina; algo difícil de cultivar hoy en día, pues los individuos prefieren una autoridad que les imponga qué hacer y qué no hacer. La disciplina que emana de un ente externo es solo una fachada de buena conducta, que nada tiene que ver con la capacidad para vencer la pereza, para realizar con talante alegre aquello que justamente resulta penoso.

    La gratificación del ejercicio diario solo entiende quien ha cultivado ese maravilloso hábito, quien lo ha integrado a su rutina como algo central.

    Contacte a Arturo Castillo

  • La figura se cuida con un muro de escalar

    Redacción Cuenca

    Un muro para escalar con 12 líneas o caminos, cada uno con un propósito. Una línea para adelgazar, otra para tonificar los músculos, una tercera para ejercicios cardiovasculares. También hay una de escalada semiprofesional, profesional o para niños (entre cinco y ocho años). Esta es la oferta de la microempresa Cuenca Climbing Center más conocida como C-TRES.

    Esta iniciativa surgió a finales del 2011 y ahora recibe unos 60 clientes fijos mensuales; sus ventas bordean los USD 3 000 por mes. Para su propietario, Daniel Durán, escalar es una pasión. Por esa razón, instaló un espacio para que los cuencanos practiquen esta actividad.

    Él identificó que, en la capital azuaya, mujeres y hombres están pendientes de su salud y buscan hacer ejercicio. Por esa razón, instaló un muro con diferentes tipos de agarre e inclinación para que los escaladores seleccionen la actividad, según sus necesidades.

    La inversión inicial para la instalación del muro fue de USD 120 000 que Durán obtuvo de ahorros y un préstamo familiar. Con ese dinero arrendó un espacio de 250 m², adquirió arneses, cuerdas, diferentes tipos de agarres (una suerte de piedras artificiales que se instalan en la pared), entre otros implementos que se colocan en el muro.

    Este emprendimiento cuenta con cuatro empleados.

    Durán indica que cuando empezó el negocio tenía más afluencia de clientes, pero no eran constantes. Ahora tiene una cartera de clientes fijos y sus ingresos son estables.

    Claudia Burbano es clienta de C-TRES y destaca la diversidad de los muros que permiten desde quemar calorías hasta aprender a escalar de forma profesional. “Llevo cuatro meses practicando este deporte y he rebajado ocho libras. Además, he tonificado los músculos y lo más importante es que me divierto”.

    Burbano también destaca el carácter de los instructores que son pacientes y animan a los clientes para que exploren diferentes caminos de escalar.

    Durán publicita su negocio en Facebook y organiza competencias para motivar. “Los eventos son una forma de promoción, ya que la gente se anima a practicar este deporte”.

    Camilo Duarte conoció este muro de escalar en junio pasado, por una amiga. Confiesa que no le atraía este deporte, pero ensayó y le gustó. “Procuro ir dos veces a la semana. Físicamente me siento con más energía, por lo que quiero continuar practicando esta actividad”.

    C-TRES también tiene una cafetería para que los clientes coman un ‘snack’. Allí oferta hamburguesas, sánduches, batidos, jugos, postres, etc. El precio promedio de cada plato bordea los USD 3. También hay una tienda con ropa especializada para escalar, donde los nuevos clientes pueden adquirir los zapatos, camisetas, entre otros implementos.

    Durán señala que de cada 10 clientes que visitan el lugar, seis se quedan, “porque es un deporte adictivo”.

  • El rebote fuerza más la rutina

    Redacción Guayaquil

    Las rutinas de aeróbicos se realizan con zapatos que disminuyen el constante impacto de los pies con el piso. Esta moda en fitness, que surgió hace unos 15 años en Suiza, se caracteriza por tener uno calzado de cero impacto.

    Aquellos zapatos se denominan ‘kangoo jumps’ y fueron diseñados -en principio- con fines médicos. Así lo asegura Alberta Vallarino, propietaria de la firma Kangoo Jumps Ecuador, y quien distribuye oficialmente estos implementos deportivos para el mercado nacional.

    Los desarrolladores suizos, continúa Vallarino, buscaron una opción para que atletas lesionados, personas con obesidad mórbida y problemas lumbares, realicen ejercicios. Los ‘kangoo jumps’ son unos botines plásticos en cuya base se ubican dos placas ovaladas atravesadas por un elástico o resorte de alta resistencia.

    Kangoo Jumps Ecuador comercializa estos implementos deportivos desde mediados del año pasado y se han comercializado unos 400 pares. Los instructores capacitados en la enseñanza de esta nueva disciplina del training se ubican en al menos cuatro gimnasios de Guayaquil, en Manta (Manabí) y en el valle de Los Chillos, en el suroriente de Quito.

    Al igual que otras tendencias en el campo del fitness -según opina Karla Pérez, gerenta de Sun K Fit– el uso de estos implementos deportivos responde a la demanda de ejercicios especializados y de rápidos resultados.

    Según las especificaciones del producto, los sistemas de rebote absorben más del 80% del impacto. Así, indica Vallarino, los tendones y ligamentos no reciben todo el peso del cuerpo durante la realización de un ejercicio.

    Para el instructor de educación física Luis Delgado, el desgaste de las articulaciones en deportistas profesionales y amateurs está relacionado con el desconocimiento en la ejecución de un movimiento. «Si un corredor tiene malos hábitos en su pisada, estos podrían traer consecuencias en largos períodos de ejercicio», indica Delgado.

    Silvia Fabara indica que lleva unos tres meses practicando sus rutinas de aeróbicos con ‘kangoo jumps’. Ella asiste a Sun K Fit, ubicado en Urdesa, en el norte de Guayaquil, unas tres veces por semana.

    Para la deportista aficionada, la intensidad de una rutina de aeróbicos se incrementa en un 30% con el uso de los ‘kangoo jumps’. Fabara, quien también practica softball en las ligas locales porteñas, dice haber obtenido resultados en resistencia cardiovascular a las tres semanas de ejercitarse con estos zapatos.

    Junto a ella reciben clases unas 65 personas más en Sun K Fit. Aquí se realiza al menos una docena de rutinas semanales de ‘kangoo jumps’ por los que los clientes pagan unos USD 66 al mes. El costo incluye el alquiler de los zapatos y las clases del instructor.

    «Es un ejercicio cardiovascular muy intenso», señala Daniel García, de 25 años, y quien asiste a rutinas de 50 minutos desde hace tres meses.

    El costo de un par de ‘kangoo jumps’ va desde los USD 280 a los 350 en promedio. Raquel Salinas quien adquirió un par el pasado octubre también los usó para 10 km, en una válida de medio fondo a inicios de marzo, en Salinas.

  • Pausas laborales, en promesas

    Arturo castillo Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    El Especialista

    Los hechos demuestran, de manera concluyente, que la generalidad de las empresas ecuatorianas regatean cuando se trata de invertir tiempo y recursos económicos para el bienestar de sus trabajadores. Se trata de una vieja y desfasada escuela empresarial, que concibe a los empleados como máquinas productivas, carentes de un rostro humano. Para que ese modelo funcione es necesario establecer un límite infranqueable entre lo laboral y lo personal.

    Esta forma de ver las cosas hace que aun las ‘buenas obras’ tengan un carácter empobrecido, mediocre. Por ejemplo, las llamadas pausas activas tienen, por lo regular, como propósito elevar la productividad de los trabajadores; en otras palabras, están pensadas para beneficiar a la empresa.

    La superficialidad con que se toman estas prácticas se evidencia en el tiempo que se les dedica, con la infundada expectativa de que los individuos ‘eliminarán’ el estrés laboral, que se concentrarán mejor en sus tareas, que contribuirán activamente al mejoramiento del ambiente de trabajo. Es ilusorio pensar que 10 o 15 minutos semanales harán tales milagros; que con una ‘razonable’ inversión de tiempo, los resultados serán espectaculares.

    Las pausas no deberían ser ‘activas’, pues se trata más bien de parar, de detenerse para recuperar la perspectiva, la frescura, el interés por lo que se hace, el entusiasmo; deben servir para romper con lo habitual, con lo rutinario.

    Ello no se logra mediante ejercicios superficiales, que no llegan a penetrar en el ánimo, en la psiquis, a incidir en la conducta. Obviamente, una práctica sustentada en técnicas milenarias, como el yoga, exige disciplina y una inversión mayor de tiempo y recursos. Las empresas no están dispuestas a comprometer el ritmo laboral cotidiano, para hacer pausas. No está en su filosofía, en sus valores, la promoción del bienestar integral de sus colaboradores.

    El ideal de la productividad es un dogma al que se supedita absolutamente todo. Las empresas no se dan cuenta de que la única manera de elevar el rendimiento es parando, haciendo silencios físicos y mentales estratégicos.

    arturocastillo1@yahoo.com «las pausas no deberían ser ‘activas’,  pues se trata de detenerse para recuperar el interés por lo que se hace».

  • Parque activo lleva el gimnasio al barrio

    Redacción Quito

    Llevan más de 300 equipos instalados en siete ciudades del país y sueñan con «diseñar y fabricar maquinaria industrial que nunca se ha manufacturado en el Ecuador». Javier Wong y Óscar Salazar, dos jóvenes ingenieros mecánicos quiteños, sacaron el gimnasio de los clubes privados y las membrecías para posicionarlos en los espacios públicos.

    Parque Activo es la marca que ambos han contribuido a levantar desde el 2009, año en el que decidieron salir de la fábrica donde trabajaban y asociarse para levantar su propio emprendimiento.

    La idea era promover la instalación de maquinaria de gimnasia fabricada en el Ecuador, en lugares públicos como parques, urbanizaciones y escuelas donde la gente pudiera hacer ejercicio gratis al igual que en las ciudades europeas.

    Para hacer un parangón, Javier Wong indica que son la evolución de juegos como la ‘escalera china’, pero que buscan obtener movimiento y fuerza de las personas que los ocupan.

    No hay peligro de lesiones, explica Óscar Salazar, debido a que las máquinas usan como obstáculo a superar, el propio peso de las personas.

    Así, hasta el momento Parque Activo ha diseñado 20 modelos de equipos de gimnasia que se han traducido en 300 maquinarias instaladas en Cuenca, Guayaquil, Ambato, Azogues, Loja, Paute y Quito, donde paradójicamente sus ventas son menores y han tenido una mayor restricción para concursar. «La mayoría de equipos similares instalados en Quito son importados», sostiene Wong.

    Aunque siempre fueron los equipos de gimnasia el producto estrella, en un inicio la empresa se dedicaba a todo tipo de manufacturas de acero, como puertas, cerramientos, ventanas y hasta puentes peatonales.

    Sin embargo, comenzaron a posicionar las máquinas en parques y urbanizaciones y poco a poco lograron concretar más contratos, sobre todo con municipios que pedían la instalación de los equipos en lugares públicos.

    Por ello, el año pasado se dedicaron exclusivamente a instalar equipos de gimnasia. El crecimiento de la empresa ha sido significativo, desde el 2009 han doblado su facturación cada año hasta llegar a los USD 200 000 en el 2013.

    Los colaboradores a su cargo pasaron de dos a 20 y actualmente tienen más de 100 proveedores.

    Los equipos no requieren de un mantenimiento continuo ni que se les añada aceite en las articulaciones. Soportan además lluvias y granizadas, al igual que temperaturas altas. Uno de los aparatos más populares es la caminadora que demanda el movimiento continuo de las piernas del usuario, de adelante hacia atrás. Aunque no requiere de tanta fuerza es un muy buen ejercicio cardiovascular, indica Salazar.

    Otro modelo altamente demandado es el remo que simula el ejercicio que la persona realiza cuando está remando un bote. Este equipo sí exige mayor fuerza del usuario, pero siempre proporcional a su peso.

    En la Ciudadela del Ejército al sur de Quito, Alexandra Vaca utiliza estos equipos e indica que son «excelente ejercicio tanto en la mañana como en las noches».

    Según Salazar, los socios calculan que alrededor de 300 000 personas usan continuamente los equipos en el país. Su sueño es llegar a diseñar y fabricar maquinaria industrial en el Ecuador.

  • Si usted no va al gimnasio, el gimnasio va donde usted

    Redacción Quito

    Madrugar a las 04:00 o 05:00 para hacer ejercicio puede ser una tortura para muchas personas. Si a eso se suma que se debe conducir, semidormido, hacia el gimnasio y empezar a despertarse en medio de abdominales, flexiones de pecho, piques cortos, levantamiento de mancuernas, etc., el panorama, para ellas, es desalentador.

    Pero a Giovanni Carrillo se le ocurrió una idea original: llevar el entrenamiento a la casa (o donde quiera) del cliente, como si se tratara de un pedido de pizza.

    Con una inversión de USD 60 000, este quiteño de 43 años, que ha realizado cursos sobre instrucción física en Brasil, Argentina, México y Colombia, fue madurando la idea desde hace un año y medio. Viajó a EE.UU. para comprar todos lo materiales y, con el dinero de la inversión, adquirió y adaptó tres pequeñas furgonetas para llevar todo lo necesario para los entrenamientos.

    Carrillo ha ido ganando experiencia como instructor, debido a que ha mantenido operativo su gimnasio, Figures & Fitness, desde hace 19 años, en Cumbayá, valle aledaño a Quito. También se ha dedicado a ser un ‘Personal Training’, es decir, a acudir a las casas de los clientes a darles instrucción física. Sin embargo, algo no cuadraba y fue así como fue desarrollando un sistema de entrenamiento que no necesita máquinas.

    Específicamente, el sistema se llama ‘Funcional Training y va enfocado a trabajar todas las áreas del cuerpo integralmente y con todos los sistemas de entrenamiento (cardiopulmonar, balance, muscular, flexibilidad, coordinación psicomotriz) en un solo ejercicio.

    «No es el típico fisicoculturismo donde solo se levantan pesas o el ejercicio donde pasan bailando. Lo que hacemos es incorporar ciertos elementos de otros sistemas de entrenamiento y adaptarlos a las capacidades de cada persona. Son dos semanas de adaptación», explica Carrillo.

    Los clientes aún están mirando el desenvolvimiento de esta propuesta. Quien quiera contratar el servicio puede elegir su horario y el lugar. El precio cuando es en grupo de personas puede incluso llegar a USD 10 por cada uno. Todo depende del plan de entrenamiento.

    Además, el servicio va a cualquier parte de la ciudad. Y, en estos momentos, la idea está prosperando de tal manera que existe ya la posibilidad de emprender una franquicia en Guayaquil. Pero todo a su ritmo, como lo menciona Carrillo, quien desde los seis años de edad hacía casi intuitivamente abdominales.

    Hoy, sus clientes están satisfechos. «Es un motivador. Se encarga él mismo y no descuida a nadie. Eso no se ve en otros lados», dijo uno de ellos.

    Más del servicio
    Los costos. Cada clase cuesta USD 30. El precio por persona disminuye cuando es en grupo (máximo 12 personas).Para entrenar. Los clientes deben pasar por un examen médico y cuentan con un seguro (Sport Risk).5 personas conducen los vehículos y arman el espacio para entrenar