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  • Ella elabora joyas con cuarzo, amatista y más

    REDACCIÓN QUITO (I)
    redacción@revistalideres.ec

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    La fascinación por las piedras de mar y el amor por la naturaleza se convirtieron en una línea de joyería elaborada a base de mineralización y de las temperaturas propias de la tierra.

    Paisajes, texturas y naturaleza plasma la española Mireia Peris en las joyas de su marca Ona, que en catalán que significa ola de mar.

    El emprendimiento comenzó en 2017, cuando la joven, graduada en psicología en Barcelona, decidió radicarse en Galápagos para encontrar un sustento de vida junto con su esposo. Poco tiempo después desarrolló el gusto por las piedras naturales que ofrecían las islas, a través de sus playas.

    “Todas las joyas que elaboro están inspiradas en la naturaleza. Mi idea es poder plasmar con las piedras los paisajes y texturas del mundo natural”.

    Tras varios años radicada en las islas encantadas, Peris decidió mudarse a Quito para posicionar su marca en locales y distribuidoras a escala nacional.

    Sus productos se ofertan hoy en día en negocios de Samborondón, Quito, Cumbayá y dos talleres ubicados en Galápagos. Sin embargo, la mayor parte de ventas se realiza a través de Facebook e Instagram.

    Asimismo se exhiben en ferias como El Grand Bazaar, La Carishina, El Galpón, Las Destrabadas, entre otras. La emprendedora participa con frecuencia en eventos como los mencionados que permiten a la marca tener mayor promoción y aumentar las ventas.

    El año pasado, la microempresa ganó un premio a mejor emprendimiento emergente, lo que le permitió tener mayor aceptación por parte del público.

    Cada piedra con la que se elabora la joyería tiene un significado y un proceso especial. Peris prefiere trabajar con amatistas y cuarzos, ya que son piezas armonizadoras. Las labradoritas y las agatas son otras de sus preferidas ya que generan buenas vibras y buena suerte en las personas.

    La joven emprendedora investiga las propiedades de las piezas antes de elaborar sus joyas. Evita fabricar bisutería con piedras de color negro puesto que, según sus conocimientos adquiridos dentro de la Psicología, se puede afectar al sistema nervioso.

    Los precios que Ona oferta en el mercado, oscilan desde los USD 35 hasta los USD 120, de acuerdo al diseño y mano de obra del producto y la joya.

    Mireia trabaja con un baño de oro. “El oro es mejor transmisor de energía que la plata”. El oro con el que fabrica sus productos es de 16 a 24 kilates.

    Las piedras son importadas de países extranjeros como la India, México ó Brasil, debido a que Ecuador no ofrece suficiente variedad de piedras preciosas para la elaboración de sus joyas.

    La marca tiene como proyecto, a largo plazo, trabajar con gemólogos con el objetivo de dar mejor calidad al producto.

    El emprendimiento es totalmente independiente. Sin embargo la española desea, en un futuro, mantener convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente.

    Las ventas de la microempresa se han expandido a escala nacional e internacional. Ha recibido pedidos en México y España. Mientras que en Ecuador ha realizado envíos a todo el país.

    De esta manera, las ingresos regulares del emprendimiento promedian los USD 400 al mes. En temporadas altas llegan hasta los USD 700 y en fechas festivas sus ingresos son valorados entre los USD 1 200 hasta los USD 1 500.

    La oferta mensual es de 30 productos, entre locales y las redes sociales.

    El producto estrella de este emprendimiento son los collares, que tienen alta demanda sobretodo en Quito. Sin embargo, cuando residía en Galápagos, el producto estrella eran las pulseras.

    Ona no mantiene un grupo objetivo de clientes, ya que ha recibido pedidos por parte de hombres y mujeres con edades entre los 20 y 50 años.

    Betzabé Carrillo adquirió un par de aretes, junto con un collar de la marca. La joven manifiesta que son diseños únicos y de calidad.

    Clara Paredes compró para su madre la línea de productos. “Quedé encantada con la marca”, cuenta esta mujer.

    Datos

    Los productos  están elaborados a base de productos naturales. No utiliza vidrio ni plástico.
    El lema de ONA  es: “La simplicidad hecha belleza”.

    Las cadenas y el  ensamblaje de las joyas los realiza Mireia en Quito, con la ayuda de proveedores locales.

    La inversión inicial  entre material, mano de obra y fabricación requirió de USD 3 000 a USD 4 000, aproximadamente.

    La emprendedora  piensa crear convenios con organizaciones enfocadas en el cuidado del medio ambiente y el reciclaje.

    Mireia Peris exhibe algunas de  sus líneas  de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto:  LÍDERES
    Mireia Peris exhibe algunas de sus líneas de joyas en el local ubicado al norte de la capital. Foto: LÍDERES
  • Ella elabora bisutería con semillas de aguacate

    Mayra Pacheco

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    Las semillas de los aguacates, consideradas para muchas personas como desechos, adquieren un valor adicional en las manos de Ann Formeller, propietaria de Avocado Seed Jewelry.

    Desde hace cuatro años, esta mujer de doble nacionalidad: estadounidense y ecuatoriana diseña con estos productos collares, aretes, pulseras, dijes y llaveros.

    La inversión inicial para este emprendimiento fue de USD 500. Se invirtió principalmente en herramientas y materiales extras, porque las semillas de aguacate casi no le representan costos.

    La materia prima para elaborar este tipo de joyería se obtiene, mientras Formeller, de 56 años, prepara recetas que incluyen este fruto típico de las zonas cálidas de Ecuador. Ella hace guacamole, ensaladas y otras preparaciones, pero jamás desecha las semillas. Incluso acepta las pepas que le obsequian sus vecinos, propietarios de restaurantes y amigos.

    En estas semillas frescas, Formeller realiza cortes con una navaja. Estos pedazos conservan, en parte, la forma natural de las pepas. Tras este procedimiento que se realiza antes de que la materia prima se seque, se obtienen figuras en formas de corazones, gotas, círculos, óvalos, triángulos, cuadrados, medias lunas y más. Y de ahí se arma de paciencia.

    Para poder manipular las piezas talladas en las semillas de aguacate, esta artesana debe esperar al menos cinco meses. Transcurrido este tiempo las pequeñas figuras se vuelven rígidas y tienen una textura parecida a la madera.

    Sobre estos pedazos de semillas de aguacate, Formeller talla con un aparato especial motivos alusivos a las culturas indígenas ecuatorianas, animales de las Islas Galápagos, flores. Estos dibujos son pintados y, luego se coloca una capa de barniz no tóxico para proteger el diseño de la pieza.

    Para darle el toque final a estas joyas se incluye cintas, cuero, piezas metálicas bañadas en plata y otros materiales para que sus diseños sean funcionales para sus consumidoras. Además, esta bisutería hecha, principalmente, con materia orgánica, va dentro de una caja elaborada con otra fibra natural: la cabuya.

    La encargada de hacer las envolturas para estas joyas es Cecilia Pérez, de 50 años. Esta artesa hace estos paquetes en formas de caja y de sobre para complementar así el trabajo de Formeller. Estos productos se hacen totalmente a mano. Para esto se usa la fibra natural, resinas y gomas biodegradables. El costo de estas se incluye en el precio final de la bisutería.
    En el proceso de elaboración de los diseños de Avocado Seed Jewelry participan en total cinco personas, incluido un joyero.

    Esta bisutería se entrega bajo pedido, pero también los clientes pueden encontrar las piezas de Avocado Seed Jewelry en ferias artesanales, en Casa Raíz, ubicada en Rumihuaico, en Tumbaco; en la Fundación Conservación y Desarrollo, en el sector de La Concepción; en tiendas del aeropuerto Mariscal Sucre, en Tababela; y en Angelique Galería, en Santa Cruz, en las Islas Galápagos.

    Aparte las personas interesadas pueden adquirir estas joyas en el taller de Formeller, ubicado en las calles Gonzalo de Vera, casa 574 y Gonzalo Díaz de Pineda, en la parroquia de Tumbaco.

    Los diseños de Avocado Seed Jewelry son minimalistas. En estos priman los tonos marrones. Pero también se dispone de motivos que son réplicas en miniatura de los aguacates. Los costos de estas piezas van entre USD 2 y 45,90.

    En Santa Cruz-Galápagos, los diseños de Formeller han tenido gran acogida. Los turistas aprecian que estas joyas tengan motivos alusivos a las islas y además que en estas se emplee material reciclado, comenta Angelique Darling, propietaria de la tienda Angelique Galería. “Son piezas son muy lindas y originales. La gente valora la creatividad”.

    Por las características de estos productos, en esta zona turística las personas han pagado, sin problema, entre USD 12 y 18 por un juego hecho con semillas.

    El trabajo que ha realizado Formeller en este tiempo le ha permitido facturar alrededor de USD 1 000. Pero tiene expectativa por abrir nuevos mercados o adquirir un local propio en una zona con alto tránsito de turistas nacionales y extranjeros como por ejemplo, la terminal aérea de Quito.

    Formeller rescata que a diferencia de la joyería tradicional, en la elaboración de los diseños de Avocado Seed Jewelry la materia prima se obtiene de manera natural. En este emprendimiento no se trabaja en minas ni en condiciones precarias.

    Para darle forma a la bisutería, después de degustar este fruto en alguna comida, a las semillas de aguacate solo se les retira los restos del fruto y se remueve una cáscara oscura que recubre la pepa para empezar a hacer los cortes en este producto. Esto es lo único que ella desecha. La cobertura del exterior también la conserva para hacer papel para tarjetería.

    El proceso de elaboración de joyas con semillas es relativamente fácil, por eso esta artista que aún mantiene su acento extranjero no tiene complicaciones para enseñar a otras personas su técnica. Para ella el idioma no es una limitación. Formeller vive ya en el país desde hace más de 20 años y su español es fluido.

    Los talleres se realizan en su vivienda ubicada en Tumbaco. Los horarios se establecen en acuerdo con las interesadas. Cada hora de curso cuesta USD 5. Además, la artesana proporciona los materiales básicos. El tiempo de aprendizaje depende de cada persona. Para mayor información se pueden comunicar al 099 105 0525.

    A la final, el diseño definitivo de una joya hecha con semilla de aguacate depende de la creatividad de cada artista. No se pueden hacer juegos en serie, porque la labor es manual en todo el proceso. En promedio, un juego de bisutería se podría diseñar en un par de días, siempre y cuando se tenga ya las semillas secas en su totalidad.

    Las pepas de los aguacates son la materia prima de esta artista. Con esto  elabora figuras diversas para formar aretes, pulseras, cadenas, y llaveros. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
    Las pepas de los aguacates son la materia prima de esta artista. Con esto elabora figuras diversas para formar aretes, pulseras, cadenas, y llaveros. Foto: Mayra Pacheco / LÍDERES
  • Este chocolate se elabora con la fórmula de un ingeniero

    REDACCIÓN QUITO

    Hernán Zambrano asegura que el cacao fino de aroma es el verdadero ‘oro negro’ ecuatoriano. Desde hace cinco años inició una batalla para conservar la calidad de este grano. Este ingeniero químico adecuó la primera planta de su vivienda, ubicada al norte de Quito, y fundó Nutrexa, una pequeña fábrica artesanal.

    «Fue un buen día», dice buscando en su memoria una fecha que no puede recordar con claridad. Cuenta que, con determinación, le dijo a su esposa que iba a abrir una empresa chocolatera. «En vez de estar solo pregonando, dije ‘lo voy a hacer’. Eso fue todo», recalca.

    La maquinaria nació de su propia inventiva: diseñó molinos para procesar el grano luego de tostarlo en un horno que también ideó, perfeccionó procesos de refinación y enfriamiento… «Como ingeniero que soy lo mínimo que podía hacer era hacer valer el título que tengo y crear mis propios equipos».

    Cuenta que alguna vez le visitó la televisión francesa para hacer un documental sobre la producción artesanal de este manjar y lo que más llamó la atención fue la refinación.

    Zambrano armó el proceso con un termo, una olla de acero y un molino coloidal de tipo artesanal utilizando piedras de andesita (roca volcánica). «Estos molinos son de acero inoxidable y costosos. Si no están bien hechos podrían dejar mal sabor al chocolate. En mi caso eso no ocurre, mantiene su sabor».

    Zambrano produce chocolate sin azúcar, con fructosa (endulzante natural), chocolate con frutas exóticas como la uvilla. Fybeca, Entredulces y El Griego son algunos de sus clientes.

    Zambrano reconoce que lo más complicado fue hallar proveedores de la materia prima. Opina que el cacao ha perdido calidad los últimos años por la introducción de especies clonadas de ciclo corto que, aunque más productivas, no son las mejores para hacer chocolate. «El cacao fino es inmejorable en sabor y aroma», dice enfático.

    Esto y los procesos artesanales le dan a su chocolate un sabor único. El cacao que usa proviene de comunidades del noroccidente de Pichincha, Manabí y Esmeraldas. Zambrano paga un premio a sus proveedores por entregar cacao fino.

    Así relata uno de sus proveedores, Mauricio Erazo, representante de una comunidad de 40 agricultores de Puerto Quito. «Aunque nos pide una cantidad pequeña, nos paga USD 25 más que el valor en el mercado por quintal».

    El chocolate de Zambrano se vende con el nombre de su empresa, pero cree que ya es hora de bautizarlo. Aunque aún no lo ha decidido, piensa que Yana Curi («oro negro») podría ser una opción.

    Las ventas

    Facturación.  La empresa vendió unos USD 70 000 en el 2012.

    Los productos.  Hoy emplea a dos personas, pero tiene planes de crecimiento. En los próximos meses abrirá un portafolio de nuevos productos.