Etiqueta: elaboracion

  • Una cava que enseña la elaboración del ron

    Giovanni Astudillo (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    La Cava San Miguel, ubicada en Cuenca, es un centro turístico que muestra el proceso de la elaboración del ron. Desde hace tres años la empresa Desarrollo Agropecuario, que fabrica la marca San Miguel, adecuó este lugar para empezar con los recorridos.

    Este espacio cuenta con cerca de 4 000 m² de construcción y allí existen cerca de 8 000 barricas de roble traídas desde el norte de Estados Unidos, Canadá y España. El 20% del área está abierta para los turistas nacionales o extranjeros; además hay una gran mampara de vidrio desde donde se pueden contemplar las barricas grandes y pequeñas.

    La cava fue construida en 1980 en los predios actuales de Desarrollo Agropecuario, en la zona de Narancay, porque esta empresa se trasladó desde el valle azuayo de Uzhupud. En este último lugar empezó la elaboración del ron San Miguel y otras marcas desde 1952. Una parte fundamental de la elaboración del ron es el añejamiento, que se debe efectuar en barricas de roble y la ley lo exige.

    Según Claudio Patiño, gerente de Desarrollo Agropecuario, el objetivo fue mostrar a los visitantes nacionales y extranjeros que esta empresa, que fue una pionera en la industria licorera nacional, produce bajo estrictos controles de calidad. Además, que la cava sea una vitrina turística de la mejor artesanía cuencana.

    El gerente de Desarrollo Agropecuario, Claudio Patiño (izq.), recibió el martes pasado a las aspirantes al reinado de Miss Continentes Unidos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    El gerente de Desarrollo Agropecuario, Claudio Patiño (izq.), recibió el martes pasado a las aspirantes al reinado de Miss Continentes Unidos. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES


    En este espacio se incorporaron elementos con la intención que no solo sea una bodega de ron sino un centro turístico para que se pueda mirar y constatar un proceso productivo. Allí se explica a los visitantes desde la siembra y corte de la caña de azúcar y la molienda hasta la destilación y la obtención de las tafias especiales que ingresan a las bodegas para el añejamiento natural.

    “Con ello pueden dar testimonio que se realizan productos de calidad y que son naturales”, dice Patiño. Adicionalmente, se puede observar los alambiques, rectificadores, destiladores y equipos recogedores de aroma, que fueron usados en el procesamiento del ron San Miguel en diferentes etapas y ahora que son un testimonio de historia de la compañía.

    En las adecuaciones se incorporaron óleos de los paisajes andinos y costeños donde se cultiva la caña de azúcar. Además, hay un espacio para resaltar la historia de los rones de San Miguel como sus ediciones especiales, una barra para degustación y un showroom.

    En este último espacio, a más de exhibir las diferentes variedades de ron San Miguel, mojitos, daiquiri o whisky se promocionan y/o comercializan artesanías de alta calidad elaboradas en Cuenca. Son artículos de cuero, sombreros de paja toquilla, obras de arte en cerámica y souvenirs vinculados con la marca San Miguel como camineras, escarapelas…

    “Los visitantes no solo pueden ver nuestros productos, sino acceder a la mejor artesanía y arte cuencano. El interesado puede comprar allí o ponerse en contacto directamente con el productor”, señala Patiño.

    En la cava también existe un mezanine desde donde se puede observar las barricas. Según Patiño, el número de visitantes aumenta. Por ejemplo, subió un 300% al comparar enero-septiembre del 2017 con el mismo período de 2018. Por lo general, son grupos de empresarios, turistas, expertos licoreros, universitarios y reinas de belleza. La última visita fue el 11 de este mes con las aspirantes a Miss Continentes Unidos.

    Otros detalles

    El costo. Cada visitante debe cancelar USD 7 por el recorrido y tiene derecho a la degustación de las variedades de ron.

    El contacto. La visita se debe realizar a través de las agencias de viaje de Cuenca. Es un filtro de seguridad por ser una industria.

    Las variedades. Hay San Miguel Silver y Oro, 5 años, 7 años y ediciones especiales. Además, mojitos, daiquirí y whisky. Exporta rones a Chile, EE.UU. y China; enviaron muestras a Europa.

    La empresa cuencana adecuó un espacio para mostrar sus variedades de licores junto con las principales artesanías cuencanas como sombreros de paja toquilla, artículos de cuero, etc. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    La empresa cuencana adecuó un espacio para mostrar sus variedades de licores junto con las principales artesanías cuencanas como sombreros de paja toquilla, artículos de cuero, etc. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • El caucho surge tras un proceso de calidad

    María Victoria Espinosa

    Relacionadas

    Un diminuto corte, de 1,5 milímetros, a la corteza del árbol es suficiente para que este empiece a emanar gotas de látex, que tras un proceso de coagulación se convierten en caucho, con el que se fabrican neumáticos.

    En Santo Domingo de los Tsáchilas se producen 210 toneladas mensuales de caucho en la estación experimental de Agricultura Comercial S.A. (Agicom), que está vinculada al Grupo Continental, el mayor productor de neumáticos en el país.

    Esa empresa llegó al país, en 1962, para instalar un cultivo en el Oriente. Pero el caucho no rindió productivamente en esa zona. Así que se iniciaron investigaciones y descubrieron que la humedad y el suelo de Santo Domingo eran idóneos para el cultivo. Así que en 1966 la firma plantó las primeras 25 hectáreas, en el kilómetro 54 de la vía hacia Quevedo.

    En la actualidad, la producción ha aumentando a 500 hectáreas, que están ubicadas en cinco haciendas de Agicom, en esa carretera. En las plantaciones trabajan alrededor de 100 personas.

    La mayoría se dedica a cosechar los árboles de caucho, de los cuales cada hectárea contiene al menos 500 plantas, que tienen una vida útil de 40 años, y producen alrededor de 2 000 kilos al año.

    El caucho seco se condensa y enfunda para trasladarlo a la matriz. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    El caucho seco se condensa y enfunda para trasladarlo a la matriz. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    Marco Erazo, técnico agrícola de Agicom, afirma que para evitar enfermedades fitosanitarias y aumentar la productividad, se optó por plantar un clon de Malasia denominado RRIM 600. “Es un todoterreno. Entre el 60% y 70% de las plantaciones en Colombia, Guatemala y Ecuador usan este clon, por su alta productividad”.

    Es decir, la planta está conformada por tres partes: la raíz, el clon RRIM 600 plantado en el tallo de la planta y un clon originario de Brasil (FX3464), que se planta en la zona foliar. “Si se siembra y luego no se hacen esas modificaciones, el árbol no será productivo y se contagiará con enfermedades como el hongo microcyclus ulei”.

    A la corteza del árbol se le hace un corte. Luego sale un líquido blanco (látex) que se almacena en un recipiente. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    A la corteza del árbol se le hace un corte. Luego sale un líquido blanco (látex) que se almacena en un recipiente. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    Cada agricultor tiene a su cargo al menos 900 árboles. David Cuzme es uno de ellos. Él trabaja desde hace siete años en Agicom. Su labor empieza a las 06:00, cuando debe hacer la incisión de la corteza de cada árbol. “Se hace en las mañanas, que es cuando el árbol segrega más líquido blanco, tras cortar los vasos que producen esta especie de leche”, señala.

    La recolección del látex se realiza uno o dos días después del corte. Eso debido a que del tronco salen pequeñas gotas, que caen a un recipiente negro de plástico, que almacena al menos un litro del líquido blanco.

    Cuando el recipiente está lleno se debe colocar un coagulador (ácido fórmico) en cada recipiente y esperar hasta que el látex se vuelva sólido y tenga la apariencia blanca de un quesillo.

    Luego, los trabajadores deben recolectar en unos canastos colgados en su espalda, elaborados con los desechos de las llantas, el látex solido-húmedo para llevarlo hasta la planta procesadora de caucho, ubicada a pocos kilómetros de la plantación. En ese lugar trabajan tres personas.

    En la planta se hace una selección del látex húmedo para lavarlo y deshomogenizarlo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    En la planta se hace una selección del látex húmedo para lavarlo y deshomogenizarlo. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES

    El látex, que llega en forma de una pequeña esfera, es lavado por dos trabajadores en agua, sin químicos. Luego, se coloca en una máquina que destruye la pequeña esfera para reducir el tamaño del caucho.

    Según Washington Loor, jefe de planta en Agicom, el siguiente procedimiento es ingresar el caucho a un horno por cuatro horas, a una temperatura promedio de 127 grados centígrados. Ahí se elimina por completo la humedad y cambia el color a café.
    El último proceso es el de prensado y empaquetado.

    Según Ferdinand Hoyos, presidente ejecutivo de Continental Tire Andina, se realizan pruebas de calidad diarias a una muestra de la producción para detectar inconsistencias en el caucho.
    Hace dos años se invirtieron cerca de USD 200 000 en renovar el laboratorio con maquinaria de última tecnología. Además USD 70 millones, en los últimos cinco años, para tecnificar la planta, ubicada en Cuenca (Azuay).

    Hasta ese lugar llegan 200 toneladas de caucho al mes. Ahí ese producto se utiliza para hacer 2,5 millones de llantas al año, para el consumo nacional y para exportarlas a la región, México y EE.UU.

    El caucho húmedo debe pasar por dos procesos mecánicos para secarse. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
    El caucho húmedo debe pasar por dos procesos mecánicos para secarse. Foto: Juan Carlos Pérez / LÍDERES
  • Manos indígenas elaboran accesorios exclusivos

    Redacción Guayaquil  (F) Contenido Intercultural

    El estilo ‘hippie’ y ‘chic’ que un bolso de la marca Las Lolas Handmade le otorga a quien lo lleva puesto esconde detrás de sus formas y colores, un laborioso trabajo que demanda la paciencia y creatividad de manos indígenas.

    Hace casi dos años, Doménica Delfini, guayaquileña titulada en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, conoció el trabajo de las mujeres de la comunidad indígena Wayuu, en Colombia y se sintió cautivada.

    La forma de trabajo y la importancia del tejido en la vida de estas mujeres la inspiraron. Así, decidió traer a Ecuador mochilas y bolsos elaborados por las mujeres wayú y comenzó a promocionar a través de Instagram un 13 de noviembre, aprovechando las vísperas navideñas. Así nació el emprendimiento Las Lolas Handmade.

    “Después de mucha investigación de lo que queríamos emprender, empezamos con pie derecho gracias a la proximidad de Navidad. Eso significó una gran acogida y ventas impresionantes. Comenzamos con poco dinero, pero con muchas ganas de entregar a cada una de las mujeres algo único que destaque su actitud ante la vida”, dice la emprendedora.
    A la oferta colombiana de bolsos, se sumó al poco tiempo el producto ecuatoriano. Carteras y sombreros de paja toquilla, macanas (chales), ponchos y turbantes son parte de la oferta que está disponible para los compradores.

    “La relación que entablamos con los artesanos es de colaboración mutua y justa. Trabajamos indirectamente con 15 familias de la Guajira colombiana, a través de su representante Cintia Juanes y con Laura Loja, y las mujeres de su comunidad de Gualaceo y Chordeleg”, menciona Delfini.

    Los bolsos de la comunidad Wayuu son elaborados por artesanas de unas 15 familias de la Guajira colombiana, mientras que los productos ecuatorianos nacen de las manos de unas 30 artesanas de Gualaceo y Chordeleg, que producen los bolsos de paja toquilla y los tejidos macana.

    Delfini lamenta que “el consumo artesanal en moda, aún no está bien valorizado”, pero reconoce que va por buen camino.

    Como se trata de productos únicos, pues los diseños no se repiten, la producción no es en serie. En el mes más bajo se venden entre 20 y 25 productos, y en los mejores hasta 50 y 60 artículos. “Podríamos estar hablando que nuestros ingresos oscilan entre USD 3 000 y 5 000”, señala Delfini y añade que la esencia de la marca es impulsar el trabajo artesanal sin fronteras. Aunque por ahora los productos se venden mediante Instagram y el sitio Laslolashandmade.com, las tiendas itinerantes o bazares también han sido puntos de exhibición y venta, como el Z Gallery en Cumbayá y La Libélula, en España.

    Los precios oscilan entre los 45 y 85 euros en el mercado europeo y entre USD 45 y 95 en Ecuador y América Latina.

    La internacionalización de la marca es el resultado de la fuerte promoción en redes sociales que Delfini ha realizado estos dos años, además, en el sitio web se habilitó la opción de compra en línea. Una de sus clientas frecuentes en Chile es Diana Ferrín. Hace un año ella conoció de la marca y desde entonces ha hecho varias compras: “son muy diligentes y puntuales con los envíos”.

    Ferrín añade que sus amigas, que conocieron el producto por ella, también se convirtieron en clientas de la marca de esta guayaquileña. “Me parecieron preciosos. Yo soy supermeticulosa y cuando revisé el producto, me di cuenta que era hecho a mano con excelentes acabados. Los llevo a todas partes (tiene varios) y una vez en Tahití, un mexicano se me acercó y me preguntó si el bolso era de Las Lolas”, cuenta entre risas. Más que moda, Delfini quiere promover una marca con identidad y difundir las características del trabajo hecho a mano.

    Doménica Delfini muestras las diferentes creaciones que comercializa. Foto: Cortesía de Las Lolas Handmade
    Doménica Delfini muestras las diferentes creaciones que comercializa. Foto: Cortesía de Las Lolas Handmade
  • La elaboración de pijamas despertó su emprendimiento

    Redacción Quito

    Armar y desarmar prendas fue la mejor escuela para aprender a confeccionar ropa para niños y pijamas para hombres y mujeres de todas las edades. Desde hace dos años, Lorena Almeida, ingeniera en Turismo y Medioambiente, decidió dejar la naturaleza y lo hizo por los hilos y las máquinas de coser.

    Con una inversión de USD 20 000, (préstamo bancario), puso a funcionar su negocio. Adquirió máquinas de coser, un pulpo para serigrafía, una mesa de corte, mesa de planchado, materia prima, etc. “No sabía nada de confección. Algo hice de pequeña, pero no para poner un negocio”, confiesa Almeida. Sin embargo, adquirió revistas especializadas y aprendió.

    Enero del 2010 fue el punto de partida del negocio. Seis meses después, la marca Neo apareció en el mercado. Bajo ese nombre comercial se confeccionaba ropa infantil. “Vendíamos a los conocidos, aún no se tenía una producción fuerte (más de 10 prendas por semana)”. El garage de su hogar, en el norte de Quito, fue su centro de operaciones.

    En ese mismo año (2010), Álex Páez, esposo de Andrade, se encargó del área de ventas y comenzó con el trámite correspondiente, para que la marca Neo esté registrada legalmente en el IEPI.

    Encontrar comercializadores fue difícil. “En las tiendas de ropa, la mayoría de mercadería es adquirida a préstamo”, explica Páez. Pero una de las filosofías del matrimonio Páez-Andrade era no entrar en ese círculo. “Piden 1 000 prendas, por ejemplo, pero luego de 45 días nos querían pagar y alguien que recién empieza no puede darse ese lujo”.

    En el 2011, el nacimiento de un sobrino de Páez le dio un giro en el negocio. El bebé nació prematuro y necesitaba pijamas, pero la familia no encontró para esa edad y se les ocurrió confeccionarlas. Así, en el 2011, la ropa de niño fue relegada y las pijamas se convirtieron en el nuevo eje del emprendimiento.

    El negocio también aplicó un cambio en su nombre y se llamó Grupo Textil Casely. Con una identificación, faltaba un local. Entonces, los emprendedores aprovecharon un espacio de su casa y montaron el establecimiento. Además, contrataron a tres personas más. Hoy trabajan cinco, incluídos Páez y Andrade.

    Susana Mena es cliente de Casely desde enero de este año. Para ella, la calidad y los modelos de las pijamas son buenos: asegura que compra unas 15 cada mes.

    La marca Neo no desapareció. Se mantiene en los pijamas de niños y niñas de hasta 8 años. Navidad y Día de la Madre son las fechas que más impulsan en el negocio. Por ejemplo, en mayo pasado la firma facturó unos USD 3 000.

    “Todos duermen, las pijamas de Casely están posicionadas entre mis clientes”, explicó Nelly de Báez, una de los compradoras del emprendimiento.

    El negocio

    Clientes. El 95% de los clientes son mujeres . La materia prima se trae de Colombia y Perú y cada seis meses se actualiza el stock. Al mes se elaboran unas 1 200 pijamas.
    Promoción. El negocio no ha invertido en publicidad; sin embargo, desde enero del 2012 lanzó su página web: www.pijamascasely.com. Allí constan todos los modelos.

  • El aficionado al patinaje para dedos tiene su pista propia

    Redacción Guayaquil

    Las piruetas de Gerson Mayer inician con el descenso de su patineta por una rampa de cemento y termina en una plazoleta con escaleras de madera.

    De allí, las destrezas del propietario de Chaos Fingershop incluyen un salto lateral con giro 360° y un derrape horizontal. Son sus dedos índice y medio los encargados de elevar y maniobrar su patineta que mide 10,1 milímetros de largo y 32 de ancho.

    Él es un ‘fingerboarder’ desde hace tres años. Hoy, que tiene 18 años de edad, cuenta que vio en su pasatiempo una oportunidad de negocios.

    «Necesitaba un ingreso para ayudar a mis padres», recuerda Mayer, quien emprendió en Chaos Fingershop, una tienda de artículos y elabora pistas para quienes practican el patinaje para dedos.

    Con unos ingresos mensuales de USD 500 al mes, Mayer dice que al buscar un pasatiempo de moda encontró el ‘fingerboarding’ y con USD 20 construyó su primera rampa en madera de balsa.

    En su tienda, ubicada en el sur de Guayaquil, ahora cuenta con un catálogo de 100 ítems de tablas, ejes de acero, llantas de goma, etc.

    Ricardo Almeida, uno de sus clientes, cuenta que se dedica desde los 12 años a la patineta con dedos. Hoy, con 15 años de edad es considerado un ‘rider’ de respeto dentro de la naciente escena del patinaje para dedos en la urbe.

    Almeida indica que sus padres han invertido unos USD 70 en la adquisición de patinetas para dedos.

    Estas cuentan con sistemas de tracción a rulimán en sus ruedas y telas sintéticas que proporcionan adherencia para los dedos.

    «Uno de mis trucos favoritos es hacer ‘flippers’ (volteretas) en la rampa de medio tubo», indica el joven.

    Mayer ha realizado tres torneos para promocionar sus parques. Las medidas de ellos bordean los 2,4 x 1,2 metros cuadrados. Para darle un mejor acabado en la experiencia del jugador le añade réplicas miniaturas de parques y bancas de cemento.

    Esteban Terán, otro de sus jóvenes clientes, lleva un año practicando el fingerboarding. Él porta su patineta en el bolsillo y dice que practica la destreza con sus dedos mientras revisa su Facebook o revisa sus tareas en el computador. Su tabla está valorada en los USD 30.

    Tablas para dedos.

    Los pesos. Las tablas de patinetas para dedos bordean los tres a cinco gramos. El peso determina la facilidad para realizar diversos trucos.

    Los costos. Su primer parque se vendió por los USD 650 en febrero.

    3 parques en madera que ha elaborado Mayer en su taller