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  • La flota pesquera ecuatoriana tiene más de 650 embarcaciones

    Redacción Guayaquil

    I) redaccion@revistalideres.ec

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    Ecuador tiene la segunda flota atunera más potente del Pacífico Oriental, después de Tailandia. Actualmente el país cuenta con 118 embarcaciones que, en conjunto, tienen una capacidad de arrastre de 98 000 toneladas. La capacidad de arrastre es el valor extra de las embarcaciones.

    Con esa flota, en el 2017 las capturas de atún llegaron a 286 383 toneladas. La cifra creció un 3,1% frente al 2016 y permitió que el Ecuador mantuviera el liderazgo de pesca atunera en la región.

    A la flota pesquera del atún se suman embarcaciones utilizadas en otra pesca. Allí se encuentran peces pelágicos, de tamaño pequeño como la macarela, pinchagua, sardina redonda, chuhueco, botellita, entre otros. Estos se caracterizan por estar más cerca de la Costa. Son los que por lo general pescan las embarcaciones semiindustriales y artesanales.

    El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP), Bruno Leone, destaca que Ecuador es tradicionalmente un país pesquero y que la flota pesquera ecuatoriana está conformada hoy en día por aproximadamente 653 embarcaciones de pesca de peces pequeños y otras pesquerías, mientras en el campo artesanal se cuenta con más de 19 000 embarcaciones a escala nacional.

    Leone indica que la flota atunera tiene en promedio 40 años de edad. Esto impulsó a que la CNP lanzara un programa de renovación de flota. “La flota compite con barcos de otros países más modernos, veloces, con mejor tecnología. Y, en muchos casos, mantener operativa esas embarcaciones cuesta mucho dinero”.

    Uno de los pasos para que el programa se vuelva viable fue la aprobación del artículo 36 de la Ley de Fomento Productivo. Con esta norma, los barcos nuevos de astillero están liberados del impuesto al valor agregado en el momento de nacionalizarlos.

    Eso fue un gran paso, según Leone. Ahora el sector está trabajando con la Corporación Financiera Nacional para diseñar una línea de crédito con las características suficientes para poder financiar estos barcos nuevos que se tendrán que construir en el exterior. “En el Ecuador no hay astilleros con capacidad de construir esas embarcaciones”, asegura el dirigente del sector pesquero.

    El país tiene barcos con capacidad de capturar desde 150 hasta 200 toneladas. Y la renovación de cada embarcación, dependiendo del tamaño, podría costar entre USD 25 millones y 35 millones.

    El proceso de renovación aún no ha empezado, pero según la Cámara unos seis o siete barcos se podrán construir bajo este nuevo programa de renovación de flota.

    Actualmente, el costo de mantenimiento de la flota está por los USD 300 a 350 por tonelada capturada en el mar. “Es lo que tiene que gastar por mantenimiento y pesque o no pesque es un valor que se tiene que gastar, porque igual el barco navega, consume, se oxida”, explica Leone.

    Gino De Genna, propietario del grupo Degfer, tiene 150 personas trabajando en el mantenimiento de sus tres embarcaciones atuneras en el muelle de Manta, en Manabí. Una de ellas es la embarcación Aldo, de 672,89 toneladas con una capacidad de pesca de 450 toneladas.

    El empresario cuenta que además de la limpieza, el cambio de pintura, entre otros gastos que se hacen al interior y exterior de la embarcación en cada veda, cada tres años, los barcos hacen una limpieza de la carena (parte sumergida del barco), y que el precio del dique está por los USD 150 000.

    Degfer lleva 70 años en la actividad pesquera y además de la recolección tiene una planta de pro­cesamiento y también se dedican a la comercialización de productos del mar.

    La mayoría de la flota pesquera se encuentra en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario de Manta, que opera el grupo Agunsa desde marzo del 2017.

    Junto al mantenimiento, la flota pesquera del país enfrenta otras circunstancias propias de la actividad. Luiggi Benincasa, director de la Asociación de la Asociación de Atuneros del Ecuador (Atunec), dice que en la pesca al ser una actividad silvestre, se debe lidiar con las condiciones del clima, con las corrientes y muchas veces los barcos llenan la cantidad deseada, pero muchas veces no. Esto también pesa en la vida útil de las embarcaciones, así como en su rendimiento.

    El censo pesquero del 2013 registró 270 embarcaciones industriales, lo que constituye el 47% del total nacional. Mientras que en la pesca artesanal hay 3 983 embarcaciones, que equivalen al 22,8% de todo Ecuador.

    Seis sectores demandan el diésel 2

    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento  de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES


    Mayra Pacheco y Redacción Guayaquil (I)

    El sector pesquero es el tercero que más emplea diésel 2 en sus procesos productivos. En promedio, cada año destina 1,6 millones de barriles de este derivado para operar las embarcaciones, según el informe de gestión enero-diciembre del 2017 de la empresa pública Petroecuador.

    Antes de este sector, que emplea el 16,6% de diésel 2, están el industrial con el 41,8% y el petrolero con el 25,5%. Pero este combustible es también utilizado en porcentajes menores por los sectores naviero, eléctrico y automotriz. En total, el consumo asciende a 9,8 millones de barriles al año.

    En el caso del sector camaronero y pesquero atunero, este derivado tiene un nuevo precio desde el pasado 14 de septiembre, que entró en vigencia con una de las nuevas medidas económicas anunciadas por el Gobierno.

    Mediante el Decreto Ejecutivo 500, suscrito el 12 de septiembre del 2018, el Gobierno estableció en USD 1,19 el precio del galón del diésel 2 para el sector camaronero y pesquero atunero. El monto incluye el margen de ganancia. Este valor aplica también para el diésel premium, aunque en pesca se lo usa en menores cantidades.

    Mientras que para el sector pesquero y el denominado “otras pesquerías” estos derivados tendrán un costo de USD 1,04 con el margen de ganancia.

    Los nuevos precios en relación con los que se manejaban anteriormente tienen un incremento entre USD 0,10 y 0,25 por galón. Con esto, el Gobierno aspira a recaudar USD 36 millones al año.

    Para el sector pesquero, el consumo de estos derivados representaba dentro de la estructura de costos de operación de flota el 22% antes del incremento. Pero tras el alza del precio, ese valor subió a 31%, según Bruno Leone, presidente de la Cámara Nacional de Pesquería (CNP).

    El dirigente reconoce que pese al incremento, la decisión del Gobierno no ha causado mayor impacto en la flota pesquera, en comparación con lo que pudo haber pasado si el Gobierno equiparaba los precios con los del mercado internacional. Estos oscilan en alrededor de USD 2,60 el galón.

    “Eso hubiera significado un problema enorme para la flota y para la industria, porque incluso hay empresas que están integradas por barcos, plantas y comercialización. Entonces, con el nuevo valor, el Gobierno nos está apoyando si consumimos 65 millones de galones de combustible sería por USD 65 millones de dólares”, explica Leone.

    Por su parte, Luiggi Benincasa, director de la Asociación de la Asociación de Atuneros del Ecuador (Atunec), dice que la pesca al ser una actividad silvestre, se debe lidiar con las condiciones del clima, con las corrientes y muchas veces los barcos llenan la cantidad deseada, pero muchas veces no.

    Por lo que concluida la veda, que se inició el 29 de julio y terminará el 8 de octubre, la faena determinará si el aumento del precio de este combustible generará un impacto para la flota pesquera. Para Benincasa, posiblemente habrá pequeñas embarcaciones que no soportarán el aumento.

    Fernando Santos, exministro de Energía, piensa que la subida de estos derivados ha sido “muy cauta”. Incluso con estos montos, el precio de los derivados no alcanza costos internacionales.

    Además, para comercializar estos derivados según la embarcación, el Decreto fijó un plazo de 30 días para clasificar los barcos que se emplean en estos sectores. Esta tarea está a cargo del Ministerio de Acuacultura y Pesca.

    Las importaciones

    La producción nacional de diésel 2 no satisface la demanda total del producto.
    El país importa  este derivado para cubrir los requerimientos de todos los sectores.
    Entre enero y julio de este año se importaron 11,1 millones de barriles de diésel. Esto representa alrededor de 800 000 barriles más en relación con las cifras del mismo lapso del año anterior, según el Banco Central del Ecuador.

    El precio de este derivado en el mercado internacional es más alto respecto del 2017. En estos primeros siete meses Ecuador ha destinado USD 984,9 millones. Son USD 302,5 millones más que los destinados en el mismo período del último año.

    La pesca artesanal es la de mayor protagonismo en Esmeraldas

    Redacción Esmeraldas (I)

    En la provincia de Esmeraldas, la mayor actividad pesquera es la artesanal. Para hacer pesca industrial existen 4 barcos registrados, de los cuales dos operan en el sur de la provincia (Súa), uno en Posorja y otro está en reparación.

    Hasta el 2013, Esmeraldas contaba con una flota de 15 barcos dedicados a la pesa industrial, que representaban el 3% del total de las embarcaciones industriales del país, unos fueron vendidos y otros retirados de operación.

    De ese número de barcos apenas existen cuatro que equivalen al 1% de las 293 embarcaciones autorizadas mediante acuerdo ministerial, para desarrollar esa actividad en la provincia.

    Uno de los armadores pesqueros, Freddy Ávila, explica que de alguna manera la elevación del costo de combustible o diesel industrial, afecta a la actividad pesquera de arrastre de camaronera y chinchorrera, porque hay que pagar más y esos implica aumentar los costos de operación.

    Y aunque son apenas cuatro barcos en Esmeraldas, la elevación de costo del diesel industrial también hace que se incremente el valor de la gaveta de pescado, que de USD 50 subió a USD 70.

    “En mi caso vendo un pescado frito en USD 2,50, cuando antes lo vendía en USD 2, porque ahora pago más por una gaveta de pescado que está en Súa”, dice Maribel Arroyo, dueña de un loca de venta de pescado frito en el norte de la ciudad de Esmeraldas.

    En la ‘Provincia Verde’, más del 90% de la pesca es artesanal y se la hace en embarcaciones de fibra de vidrio, que utilizan dos motores con gasolina de dos tiempos, por esos vende la producción a precios más bajos, poro en producen en cantidad.

    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento  de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    La mayoría de la flota pesquera está en Manta, donde los barcos industriales atracan en el muelle del Terminal Portuario . Los costos de mantenimiento de las naves son cruciales. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • Embarcaciones armables ya navegan por Colombia

    Laura Barro. Guatapé, EFE

    Una empresa colombiana ha creado embarcaciones que se ensamblan con piezas de aluminio semejantes a las del juego de construcción «Lego», para transportar pasajeros y dar apoyo en emergencias en los ríos y lagos del país.

    Gabepo, compañía constituida en 2012 en la ciudad de Medellín, tomó como referencia para el diseño las lanchas de desembarco usadas para el transporte de tropas durante la Segunda Guerra Mundial. «Es una embarcación de apoyo logístico», dijo a Colombia.inn, agencia operada por EFE, el gerente general de Gabepo, Gabriel Restrepo, un ingeniero mecánico especializado en soldadura de aluminio.

    Según Restrepo, estas barcas, que pesan 1 400 kilos y tienen 6,1 metros de eslora, son fáciles de ensamblar y transportar. Su precio es de 155 millones de pesos (USD 80 000), sin incluir el motor, y pueden trasladarse en piezas en un tráiler para ser armadas en su lugar de destino o remolcadas como producto terminado por un camión.

    El tiempo de fabricación, desde que se corta la primera lámina hasta que se pinta, es de 30 días, aunque la entrega se pacta a 90 días, para poder supervisar «el grado de precisión de las piezas» usadas para el ensamblajes, que el gerente de la empresa comparó con un «lego», el conocido juego de piezas.

    Restrepo trabaja en la fabricación de un modelo que sirva para «controlar conatos de incendios» en la industria petrolera, así como otros destinados al transporte de víveres y maquinaria. «Hemos querido empezar a atacar esos nichos de mercado con equipos que satisfagan las necesidades, por ejemplo, de la industria petrolera en la contención de derrames de hidrocarburos», añadió Restrepo, quien ha construido estas embarcaciones gracias al apoyo del Parque del Emprendimiento, entidad de la Alcaldía de Medellín y la Universidad de Antioquia.

    El gerente de Gabepo estima que la riqueza fluvial de Colombia representa un gran potencial de crecimiento de su empresa, mientras que el diseño a partir de piezas les abre oportunidades en los mercados internacionales. «Somos un país inmensamente rico en muchos aspectos, pero en especial en los aspectos hídricos, nosotros tenemos más de 18 000 kilómetros de ríos navegables».

    Asimismo, advirtió de que si se transportara en Colombia a través de los ríos el 1% de la carga que hoy viaja por vía terrestre se necesitaría «triplicar la flota fluvial que hay actualmente».

    Recientemente, el Gobierno adjudicó al consorcio Navelena, participado por la brasileña Odebrecht, los trabajos para recuperar en 13 años la navegabilidad en un tramo del río Magdalena, el más grande del país. Restrepo concluyó que Ecuador, Perú y Brasil, todos ellos países vecinos con una gran red fluvia, son mercados potenciales para Gabepo.

    Detalles

    El material. Una de las innovaciones más significativas en este desarrollo del sector naval colombiano es el uso de aluminio, un material poco común en el mercado colombiano.

    El peso. Según sus fabricantes, estas barcas son livianas, con bajos costos de mantenimiento, fáciles de ensamblar y transportar, ya que pueden trasladarse en piezas en un tráiler para ser armadas en su lugar de destino, pero también pueden ser remolcadas como producto terminado por un camión. Pesa alrededor de 1 400 kilos.

    Mercado. Las empresas petroleras están entre los objetivos de la compañía colombiana.