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  • En los productos para bebé encontró una oportunidad

    Diana Chamorro

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    El nacimiento del hijo de Diana Murcia fue también el comienzo de su propio negocio. Al no existir en el mercado una variedad de calzado para su bebé prematuro, esta mamá emprendedora tomó la decisión de hacerlo ella misma. Con una máquina de coser, en un pequeño taller de su casa, creó Kukaramakara.

    Este emprendimiento produce y comercializa calzado y accesorios para bebés, desde recién nacidos hasta 12 meses.

    “Siempre trato de darle un valor agregado al producto y que no solo llegue el zapato sino que, en el caso de las niñas, venga con el cintillo y la pulsera que combinan; y con los niños, el corbatín y corbata”, explica Murcia, quien tuvo que aprender a diseñar y producir sus creaciones.

    El proyecto arrancó con una inversión semilla de USD 500. Este valor cubrió la materia prima y los primeros empaques para su negocio. “Como soy mamá entiendo las necesidades que tenemos las madres y sé lo que les pondríamos y lo que no a nuestros hijos”, agrega esta microempresaria. Por lo que, desde el comienzo, buscó que todos los productos sean elaborados con algodón y materiales hipoalergénicos.

    Pero combinar el trabajo de ser madre y emprender un negocio no fue fácil. “Para ambas tareas se necesita dedicar mucho tiempo; entonces, la clave es ser perseverante. Además, mi esposo y familia me ayudan bastante”, comenta.

    El esfuerzo dio resultados y después de siete meses en el mercado y una inversión total de USD 15 000, ahora cuenta con seis máquinas y tres personas adicionales que colaboran en su taller. Ella se dedica a dar los acabados y el control de calidad.

    La marca tiene 120 modelos de zapatos entre niños y niñas, con una capacidad de producción de 80 zapatos semanales en promedio. Un par de zapatos se comercializa en USD 20, incluidos los accesorios. “Esperamos llegar a producir, por lo menos, el doble hasta llegar a octubre e iniciar la campaña de diciembre, produciendo el triple”, afirma Murcia.

    No cuenta con canales de distribución fijos, ya que su estrategia de ventas se basa en las redes sociales y las redes de contactos entre madres que son clientes.

    Para poder comercializar su producto hacia otras provincias, cuenta con un equipo de seis vendedoras a escala nacional que distribuyen y promocionan el producto en sitios como Morona Santiago, Loja, Guayaquil, Esmeraldas, Los Ríos e Ibarra.

    “Como el resto de distribuidoras, yo soy madre y por lo tanto este trabajo me ayuda a tener más tiempo con mi hija. Es muy gratificante trabajar así ya que se gana bien, pero también uno se puede acomodar a ser mamá”, comenta Carmen Ricaurte, quien distribuye en Quevedo y Valencia.

    En la actualidad mantiene un stock permanente de productos y los clientes pueden comprar de manera inmediata desde la página de Facebook. Murcia espera hasta finales de este año terminar de desarrollar la página web y su tienda ‘online’. Con la idea de brindar “algo más” quiere crear una sección especializada, para que las madres y padres puedan ingresar y conversar entre sí para compartir dudas y experiencias.

    De igual manera, está desarrollando una línea de ropa para niños y niñas de hasta seis años.

    Diana Murcia dice que siempre busca retroalimentación por parte de sus clientes, para mejorar sus productos o para incorporar nuevas ideas. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.
    Diana Murcia dice que siempre busca retroalimentación por parte de sus clientes, para mejorar sus productos o para incorporar nuevas ideas. Foto: Julio Estrella/ LÍDERES.
  • En las pymes su software encontró espacio

    Redacción Quito

    El software libre llevó a dos amigos a crear su negocio. Daniel Zapata y Luis Zamorano fundaron Dankorp en el 2007. Su objetivo fue encontrar un nuevo nicho: “Entregar soluciones informáticas a la pequeña y mediana empresas”.

    El origen de Dankorp se remonta al 2001, cuando Zapata y Zamorano se conocieron en Chasquicom, una fundación de comunicadores juveniles a la que asistían en esa época.

    Zapata, quien es diseñador gráfico, y Zamorano, ingeniero en sistemas, habían unido sus ideas para realizar trabajos independientes, como desarrollo de páginas web, creación y diseño de logotipos, diseño de interiores y más.

    Pero hace cinco años decidieron emprender su empresa y abrir sus oficinas en el centro-norte de Quito. La inversión inicial fue de USD 1 000; este monto les sirvió para cubrir la renta de una local, comprar suministros de oficina y registrar la marca. El dinero lo consiguieron mediante un crédito bancario.

    Cuando ya tenían lista su oficina llevaron las computadoras que tenían en sus casas y así empezó a operar Dankorp. Zapata, que tiene el cargo de gerente de Sistemas, comenta que cuando entraron al mercado notaron que en el país hacía falta asesoría en software para las pymes.

    Por esta razón comenzaron a especializarse y buscar clientes en este segmento.

    Hasta la fecha han trabajado para panaderías, laboratorios clínicos, estudios fotográficos y más. Sin embargo, en los últimos dos años, no solamente las pymes han solicitado de su asesoría, también firmas como Boehringer Ingelheim, Editorial Océano y Norma los han requerido.

    Su oferta incluye desarrollo de sistemas contables, monitoreo de procesos, implementación de páginas web, publicidad y posicionamiento en buscadores y redes sociales.

    Ahora su equipo de trabajo lo conforman cuatro personas, pero cuando los trabajos son de mayor complejidad, contratan temporalmente a especialistas para esas labores.

    Tienen una facturación mensual aproximada de USD 4 000. Desde hace tres años mantienen un convenio con la Universidad del Mar de México para recibir pasantes de ese centro educativo en su compañía.

    Actualmente, su cartera de clientes tiene a 20 empresas del país, entre pymes, organizaciones no gubernamentales y empresas grandes.

    Hace dos años, la franquicia Crocs les contrató para la realización de una página web y posicionamiento en redes sociales. Francisco Pérez, presidente de Crocs en Ecuador, señala que el trabajo de Dankorp fue eficiente. Recibieron una asesoría completa y destaca el seguimiento y monitoreo constante que le dieron los técnicos de Dankorp al proyecto. El contrato ascendió a unos USD 2 000.

    Mientras que para la empresa Foto 1, que ofrece soluciones publicitarias, realizaron un sistema de registro de inventarios, a principio de este año .

    Rodney Barahona, jefe de Unidad de Negocios, sostiene que este programa le dio mayor eficiencia en los procesos. Su instalación costó USD 2 000. Barahona destaca la rapidez del trabajo; tenían previsto que se implemente el sistema en tres meses y Dankorp lo realizó en dos.

    María Luisa Romero, asistente Financiera de Laboratorios Valverde, de Machala, comenta que Dankorp instaló su página web. Ella resalta el diseño del portal que Dankorp implementó.

  • La Mundial encontró un socio para caminar juntos

    Redacción Quito

    Atrás quedaron la estrechez, la incomodidad y las limitaciones de la antigua planta de 200 m², ubicada al lado del estadio Olímpico Atahualpa. La Mundial, empresa nacional fabricante de botas de equitación, acaba de recibir una inversión de USD 1 millón para instalar una nueva planta.

    Esta cuenta con 2 000 m² y maquinaria de diseño, corte, cosido, pegado y ajuste computarizado que permitirá a la marca aumentar la producción de 12 a 50 pares al día en este año, con el mismo número de empleados.

    La Mundial nació de la mano de Francisco Rivas Figueroa en 1906, en un taller ubicado en las calles Cuenca y Mideros, en el centro de Quito, frente a la Comandancia de la Policía. Rivas se dedicó en un inicio a elaborar botas a la medida para el Ejército y la Policía.

    El emprendimiento creció a lo largo de tres generaciones hacia el mercado de las botas de vestir. Sin embargo, en el 2002, Roberto Rivas, actual presidente de La Mundial y nieto de Francisco Rivas, encontró una oportunidad de concentrarse en el negocio de la equitación a raíz de la visita a dos ferias en EE.UU. Las ventas a anuales a ese país se incrementaron de 30 a 1 500 pares entre el 2002 y el 2012, por la alta calidad del producto hecho a la medida. Cada par de botas tiene un costo de USD 680.

    Pero con la demanda en aumento y la proyección de crecer, la fábrica ubicada en el norte de Quito, donde permanecieron los últimos 30 años, les quedó estrecha a los 22 empleados.

    Es por ello que la marca entró en conversaciones con Zafiro, un grupo de inversionistas ecuatorianos que financia a pymes en el país con proyección de crecimiento. Así, Zafiro compró el 51% de La Mundial en diciembre del 2012 e invirtió USD 1 millón en la nueva planta y su maquinaria.

    Además de aumentar su producción, la marca que actualmente vende el 97% de sus botas a EE.UU. y a Canadá, proyecta llegar al mercado europeo en el 2014 y fabricar hasta 100 pares al día.

    La máquinas adquiridas le permiten a La Mundial realizar un corte digitalizado del cuero para las botas e implementar procesos computarizados en el diseño a la medida del cliente, el cosido y la colocación del taco y su lustrado. Todo con maquinaria italiana de alta calidad.

    El director de Equitación de la Universidad Internacional, Juan Francisco Garcés, ve positivo el crecimiento de la marca y destaca la calidad del producto. «Es como ponerse un guante por la comodidad y el contacto con el caballo.» USD 912 640 facturó La Mundial en el 2012.