Etiqueta: endeudamiento

  • Tentaciones financieras del fin de año

    Eco. Wilson Araque (O)
    Especial para Revista LÍDERES

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    En épocas de Black Friday, Navidad y Año Nuevo el consumidor está bombardeado por una serie de ofertas que, al oído, suenan como favorables por la facilidad de pago que representan; siendo las más usadas las denominadas ‘cuotitas’ y los conocidos períodos de gracia que, al final, bajo un ejercicio de “efecto facilitación del financiamiento”, buscan postergar los pagos por las deudas adquiridas, convirtiéndose, así, en esas tentaciones para el financiamiento de las compras de la temporada.

    Sobre estas opciones de endeudamiento que, bien manejadas, no son malas, es importante que el comprador tome algunas precauciones para evitar, en el futuro inmediato, el aparecimiento de fuertes dolores de cabeza por deudas que, debido a la activación del efecto acumulación en el tiempo de los pagos diferidos, se pueden convertir en un serio escenario de sobreendeudamiento.

    Esto, el primero de enero del nuevo año, es el causante de los estragos indeseables de lo que muchos lo han sentido como una especie de “chuchaqui financiero” de inicio de año; pasando, así, de la felicidad de las fiestas a las multidolencias que podrían afectar la tranquilidad personal y de toda la familia por una buena parte de los meses del año que empieza.

    En el caso de las ‘cuotitas’, algo que se debe considerar es el cálculo previo, a la decisión a tomar, del interés financiero que, generalmente, está detrás de la facilidad de pago otorgada. Ya que, cuando se suman todas las ‘cuotitas’ de la compra a realizar -muchas de ellas a 12, 24, 36, etc. semanas, meses u otra unidad de tiempo-, resulta que el interés pagado es exorbitante frente a lo que hubiese sido, si se escogía otra forma de financiamiento. De ahí, la importancia de comparar varias opciones, antes de seleccionar el mecanismo de endeudamiento facilitador de los pagos futuros.

    Por su parte, cuando se escoge la opción del “período de gracia” -a pesar de que la oferta de financiamiento puede ser sin intereses-, el peligro viene por el lado de que, los pagos, al no hacerse de manera inmediata se van acumulando.

    Y, claro, si no se hacen los cálculos matemáticos respectivos del efecto acumulación de obligaciones que, al final, tiene un límite que es la capacidad de generación de ingresos mensuales de la persona o familia que escoge esta opción; simplemente, lo que se habrá generado es el punto de partida de un problema financiero, debido a la seria dificultad futura de cubrir, con los ingresos disponibles, las deudas contraídas.

    Y, claro, el cóctel ‘cuotitas’ y período de gracia, se combina de tal forma que la persona y las familias terminan acumulando una carga financiera que, con valores, aparentemente, pequeñitos de los pagos a realizar, se vuelve difícil de cubrir, ya que, los USD 15 de un pago, más los 10 del otro, los 18 del siguiente y, así, sucesivamente, coinciden en fechas parecidas para su cobertura.

    Es ahí cuando el estado situacional financiero revienta con todos los problemas que se generan en términos de disponibilidad de dinero y también de la paz que tanto necesitan las buenas relaciones familiares; más aún, ahora, en épocas de una pandemia que sigue en evolución.

    En las principales capitales del mundo se activan temporadas de descuentos por Navidad. En la foto, Londres. Foto: EFE
    En las principales capitales del mundo se activan temporadas de descuentos por Navidad. En la foto, Londres. Foto: EFE
  • El endeudamiento tiene que ser inteligente y racional

    Wilson Araque  (O)
    Para LÍDERES

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    Un proceso de endeudamiento enmarcado en los principios de la inteligencia y la racionalidad del consumidor de productos financieros es un medio positivo a través del cual las personas y las familias pueden construir su patrimonio.

    Hay que tener en cuenta que el patrimonio es el respaldo sobre el cual se levantan los grandes proyectos familiares. Allí se sientan las bases del soporte futuro para cuando las personas llegan al momento de la adultez mayor y requieren -para su manutención- de fuentes de generación de ingresos pasivos; es decir, de ingresos que son producidos por alguna inversión -un inmueble rentero, por ejemplo- que se hizo en edades anteriores para consolidar el patrimonio familiar y, así, garantizar una vida digna y autónoma.

    El problema del endeudamiento es cuando este adquiere las características de irracional, es decir que está contaminado por un escenario en donde, muchas veces, las personas buscando crear una cortina de apariencias sociales se endeudan en bienes suntuarios que, más que aportar a la consolidación patrimonial, lo único que buscan es demostrar socialmente que son sujetos poderosos desde la óptica económica.

    Y claro, cuando llega el momento de cubrir este tipo de deudas, viene la presión de las malas prácticas, muchas de ellas, relacionadas a actos de corrupción que los deudores irracionales cometen para mantener estilos de vida que no son coherentes con el prepuesto financiero que, realmente, requerirían para pagar las deudas contraídas. Con esas malas prácticas se seguirá adquiriendo aquellos bienes que no aportan valor a la consolidación del patrimonio personal y/o familiar.

    En otros casos, en cambio, por la desesperación que genera el endeudamiento irracional, los consumidores de productos financieros terminan cayendo en las garras de los denominados agiotistas –chulqueros– que lo único que buscan es apropiarse, con propuestas tramposas, del patrimonio de quienes caen en sus manos malignas. De ahí, la recomendación es evitar totalmente está opción de financiamiento, ya que, quien escoge esta opción, al final, lo que está haciendo es dando inicio a su proceso de ‘suicido financiero’.

    Finalmente, desde la óptica del consumidor inteligente, siempre es importante que, cuando se vayan a contraer deudas, se haga una reflexión sobre el plazo para el que se va a contratar el crédito; su buena selección evitará dolores de cabeza futuros al momento de disponer del dinero en efectivo que se requerirá para ir cumplimiento los pagos periódicos pactados.

    Una buena recomendación -para seleccionar el plazo de pago- es estimando el tiempo máximo en el que se espera consumir o usar el bien objeto de la deuda; por ejemplo, si se adquiere una vivienda lo recomendable será que el plazo sea largo -de siete años en adelante-, en cambio, si se adquiere un vehículo, la deuda no debería superar los cinco años; en el caso de la adquisición de alimentos, el pago, en cambio, se debe hacer en efectivo o crédito corriente.

    Foto referencial captura
    Foto referencial captura
  • Ecuador, atado al endeudamiento público durante dos décadas

    Xavier Basantes

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    La dolarización (2000) sin duda se constituye en un punto de quiebre en el manejo de las finanzas públicas. Antes de la muerte del sucre, el país soportó una severa crisis, que incluso tuvo sus orígenes en el primer ‘boom’ petrolero de los años setenta, que provocó desajustes económicos en los años ochenta y noventa, con permanentes déficits fiscales.

    En dicha época la economía nacional sufrió impactos internos y externos: guerra con el Perú (1995), Fenómeno de El Niño (1997), deslave de La Josefina (1993), el ‘crack financiero’ (1999). En lo internacional influyeron las crisis de México (1994), Asia (1997) y Rusia (1998).

    Precisamente a lo largo de las últimas dos décadas, el nivel de endeudamiento del país ha surgido en gran medida por la necesidad de financiar los déficit, que han vulnerado la sostenibilidad de las finanzas públicas. El nivel más alto de la deuda se registró durante la crisis de 1999 y bajó a partir del 2000 (ver gráfico), con la Ley Orgánica de Responsabilidad y Transparencia Fiscal.

    Los organismos multilaterales de crédito se han constituido en las principales fuentes de financiamiento de los diferentes gobiernos. En ese sentido, la suscripción de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional en el 2003 se constituye como el convenio más emblemático suscrito con los multilaterales por el nivel de compromisos asumidos; aunque en la última década China subió al podio de los principales acreedores (a septiembre del 2017, el saldo era de USD 7 534,6 millones); y además se suman las preventas petroleras como fuentes de financiamiento.

    Debido a la importancia de los ingresos petroleros -y al aumento constante del precio a partir del 2000- se crearon cuentas y fondos específicos (Feirep en 2002, que pasó a ser Cereps en 2005 y contenía al FAC; y Feiseh en 2006), con objetivos claros, como por ejemplo recomprar deuda pública, financiar proyectos hidroeléctricos, entre otros.

    No obstante, esos fondos se eliminaron en 2008, con la finalidad de liberar los recursos acumulados para destinarlos en su totalidad a proyectos de inversión pública; y, permitir que los recursos posteriores ingresen directamente al Presupuesto para su administración directa.

    A partir del 2007 y con más recursos liberados de los fondos y el precio del crudo al alza -que llegó a superar hasta los USD 100 por barril-, el gasto público y la inversión pública aumentaron. Un ejemplo: el peso del gasto de inversión del Gobierno en el PIB en el 2006 era del 2,8% y en el 2014 pasó al 9,3%.

    Si bien el endeudamiento se ha constituido en el músculo de financiamiento del Gobierno, la recaudación de impuestos también ha contribuido. Los ingresos tributarios representaron en promedio, durante el período 1990-1999, el 30% de los ingresos, y entre 2000 y 2017, cerca del 40%. La recaudación de impuestos muestra un alza progresiva en términos del PIB desde el 2000, debido, entre otros factores, al crecimiento de la economía; reformas tributarias orientadas a elevar la recaudación; salvaguardias; mayor gestión del SRI y, buenos precios de exportación del petróleo, que influyen en la recaudación del impuesto a la renta y el IVA.

    En el 2003 las reuniones con el FMI fueron permanentes, como parte de los compromisos de la Carta de Intención. Foto: Archivo
    En el 2003 las reuniones con el FMI fueron permanentes, como parte de los compromisos de la Carta de Intención. Foto: Archivo
  • Guía de endeudamiento: empiece el año con las cuentas claras

    Redacción Líderes

    Año nuevo, propósitos nuevos. Una buena resolución para el 2017 puede ser el ordenar las deudas, plantea el Programa de Educación Financiera de Produbanco. A continuación una guía para saber cómo realizar prestamos de forma responsable.

    1. Entender qué es una deuda

    Un préstamo o una deuda, de una persona o entidad financiera, es dinero que hay que devolver de acuerdo al tiempo acordado, explica Elizabeth Arellano, técnica del Programa de Educación Financiera de Produbanco.

    Karina Díaz, oficial de proyectos de Crisfe, recomienda solicitar créditos a entidades financieras como bancos y cooperativas, no hacerlo de manera informal, así se evitan inconvenientes. Además, tener claro el tipo de interés.

    2. Saber para qué necesita el préstamo

    Es importante tomar en cuenta que un crédito puede ser una forma de adquirir cosas o lograr metas, por ejemplo comprar una casa o cubrir una emergencia familiar. Arellano dice que se debe estar consciente de la capacidad de endeudamiento que se tiene. Para ello hay que comparar la situación crediticia con los criterios que usan las entidades financieras para calificar un crédito. Según el Programa de Educación Financiera Tus Finanzas, las entidades bancarias antes de otorgar un crédito toman en cuenta que el historial crediticio este limpio, la capacidad de pago, y el colateral o garantía (es un bien o propiedad que garantiza el pago de un préstamo).

    Díaz propone que antes de realizar un crédito se calcule la capacidad de pago, esto quiere decir restar los gastos de los ingresos y así conocer el monto con el que se puede disponer a pagar una deuda.

    En el caso de solicitar un préstamo para realizar un emprendimiento se debe analizar el plan de inversión y el presupuesto, y ver si el crédito es viable.

    3. Manejar responsablemente el crédito

    Tras obtener un préstamo, la técnica del Programa de Educación Financiera de Produbanco sugiere que los pagos no superen nunca el 40% de los ingresos netos mensuales. Además, en esta etapa debe existir control de gastos y priorizar el pago de la deuda.

    En caso de existir sobreendeudamiento se debe comparar los ingresos con los gastos, a fin de identificar en que cosas se puede ahorrar.

    4. Cuándo no pedir dinero

    Arellano establece que se debe evitar pedir un préstamo cuando se gasta más de la capacidad de endeudamiento, el pago del crédito impide cubrir gastos más esenciales y cuando se tiene muchos créditos.

    La Oficial de proyectos de Crisfe destaca que siempre es mejor tener una deuda de inversión, que luego generará beneficios, a un préstamo de consumo, que significa solo gastos.

    En caso de tener dudas al momento de solicitar un crédito Díaz recomienda acudir a un especialista, ya sea un analista financiero o instituciones crediticias. Así se obtienen un crédito con condicione favorables y de esta forma es una solución y no un problema.

    Además, Tus Finanzas sugiere llevar un registro diario de los gastos para saber manejarlos.

    Los socios se acercaron a las agencias para retirar el dinero de sus ahorros y pólizas. Foto: Tomada de Pixabay.
    Los socios se acercaron a las agencias para retirar el dinero de sus ahorros y pólizas. Foto: Tomada de Pixabay.
  • Grecia y Puerto Rico ponen de relieve riesgos del alto endeudamiento global

    Agencia EFE

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    Las actuales crisis de Grecia y Puerto Rico han puesto sobre la mesa los riesgos de los altos niveles de endeudamiento global y sus perniciosos efectos sobre los esfuerzos para revitalizar economías golpeadas por la recesión y con dificultades para retornar al crecimiento.

    Si bien la aguda crisis global parece haber quedado atrás, lo que restan son sus consecuencias, con países altamente endeudados y muy dependientes de los bajos costes de financiación que van asociados a la expansiva política monetaria, especialmente en las economías avanzadas.

    «El mundo después de la crisis es un mundo de alta deuda, y no requiere mucho, solo un mal shock para que las dinámicas de deuda se salgan de control«, advirtió Olivier Blanchard, el prestigioso economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), al presentar este mes la nueva actualización del informe de cabecera de la institución Perspectivas Económicas Globales.

    Para Blanchard, el mediocre crecimiento global está en parte lastrado por los altos niveles de deuda, por lo que anticipó que en el actual contexto «debemos estar preparados para episodios como estos», al comentar los casos de Grecia y Puerto Rico.

    Desde 2007, la deuda global no ha dejado de crecer, y lo ha hecho a un ritmo preocupante.
    En 2014, la deuda global total (de gobiernos, empresas y hogares) alcanzaba los USD 199 billones, USD 57 billones más que en 2007, de acuerdo con un informe del McKinsey Global Institute.

    Eso supone cerca de USD 27.500 millones por cada habitante del planeta. Las economías en desarrollo suponen cerca de la mitad de este aumento, mientras que en las avanzadas el crecimiento se ha disparado en el sector público, al tiempo que en el privado el proceso de desendeudamiento ha sido limitado.

    China, por ejemplo, ha visto crecer su deuda total de USD 7 billones a USD 28 billones en 2014. A la cabeza de los países más endeudados se encuentra Japón, con una deuda pública en relación al PIB del 242%; seguido de Grecia, con un 177%; Jamaica, con un 140%; y Portugal e Irlanda, por encima del 130%, de acuerdo con las cifras del FMI.

    Puerto Rico, cuyo estatus como estado libre asociado en EEUU complica la resolución legal de una posible suspensión de pagos, ya ha anunciado que los USD 72 000 millones que acumula de deuda son «impagables».

    La consiguiente carga que eso implica, particularmente para economías con dificultades para crecer, ha impulsado que el debate académico sobre la efectividad de la austeridad para reequilibrar las cuentas públicas salte a la opinión pública.

    Precisamente, el FMI, que ha sido tradicionalmente un defensor de las posturas ortodoxas de reducción de déficit para encauzar la economía, ha ofrecido, de la mano de los errores cometidos en los dos programas de rescate previos en Grecia y el liderazgo de Blanchard, un cierto cambio de perspectiva.

    Hace dos semanas, en el diario The New York Times, el premio Nobel de Economía Paul Krugman reconocía los recientes y «acreditados» datos del FMI que subrayan que «la reducción abrupta del gasto en una economía en depresión supone un fallo terrible, y que los intentos para reducir altos niveles de deuda a través de la austeridad son contraproducentes».

    Por ahora, aseguran los expertos, esta elevada deuda global ha sido soportable debido a los excepcionalmente bajos tipos de interés impulsados por los cuatro principales bancos centrales (la Reserva Federal de EE.UU, el Banco Central Europeo, el Banco de Japón y el Banco de Inglaterra).

    Sin embargo, la prueba de fuego está a la vuelta de la esquina. La mayoría de los economistas coinciden en que el esperado alza de tipos en EE.UU., el primero desde 2006 y previsto para antes de que acabe el año, generará a buen seguro episodios de volatilidad financiera pese a los continuos avisos de la Reserva Federal.

    Esos episodios serán más peligrosos cuanto mayores sean los niveles de endeudamiento y vulnerabilidad fiscal de las economías. 

    La Bolsa de Atenas retomará su actividad con fuertes limitaciones para los inversores nacionales, por la crisis financiera que atraviesa. Foto: EFE
    La Bolsa de Atenas retomará su actividad con fuertes limitaciones para los inversores nacionales, por la crisis financiera que atraviesa. Foto: EFE
  • INGRESOS Y GASTOS

    El memo de la semana

    El Ministerio de Finanzas definió en USD 31 768 millones, el Presupuesto para este año, de manera preliminar. Esa cifra representa un incremento del 21%, en comparación con lo previsto el año pasado (USD 26 109 millones). Esta cantidad implica que el Gobierno deberá acceder a suficientes fuentes de financiamiento, que le permitan mantener el ritmo del gasto público al que ha estado acostumbrado.

    Al igual que en los últimos 6 años, las tres principales fuentes de recursos provendrán de la gestión que realice el Servicio de Rentas Internas, de las divisas que genere la comercialización externa del petróleo y del agresivo endeudamiento con China. Por ahora no se mira con claridad, si los tímidos anuncios del Régimen apunten a una efectiva salida al mercado internacional de capitales, a través de la emisión de bonos.

    En cuanto a los egresos, la mayor parte de la torta se lleva los salarios de los burócratas, los subsidios y la obra estatal. Consecuentemente, el sector público una vez más se mantiene como el principal actor económico. La participación del sector privado, o la inversión extranjera directa pasan a un segundo plano.

    Ahora, si bien no hay turbulencias económicas en el corto plazo, las condiciones se mantienen estables, pero con una tendencia a que los precios del petróleo no sigan al alza. Desde esa perspectiva, es oportuno revisar la agenda oficial para el segundo semestre, en donde la prioridad sea la disciplina en el manejo del gasto.