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  • Impulsa una firma social con enfoque en las pymes

    Carolina Enríquez. (I) 
    redaccion@revistalideres.ec

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    Una emprendedora social. Así se cataloga Paola Carolina Aulestia, una ingeniera en Finanzas que desarrolló una consultora para impulsar a pequeñas y medianas empresas (pymes).

    Desde muy joven, la pasión de esta quiteña fueron las matemáticas y la acción social. Mientras estudiaba la especialización de Contabilidad en el Colegio Espejo, compartía con su familia jornadas de ayuda a niños de escasos recursos; uno de sus recuerdos fue cuando acudió a San Pablo del Lago, en Imbabura, para entregar ropa, alimentos y dar el servicio de formación en valores a menores de comunidades indígenas.

    Parte del dinero destinado a la ayuda social salía de sus propios ingresos. A los 16 años comenzó a trabajar durante los veranos, en librerías; aprovechaba el dinamismo de estos negocios antes del inicio de clases en la Sierra.

    Durante esos años, ya pensaba en cursar en la universidad una carrera relacionada con los números. Fue así que en el 2003 optó por Finanzas y Auditoría en la Escuela Politécnica del Ejército (Espe).

    “Me incliné por los números pensando, precisamente, que en algún momento pudiera hacer un clic o engranaje con la parte social”, comenta. Su plan de vida era tener un proyecto para ayudar a otros, obteniendo los recursos del aporte empresarial.

    Al arrancar sus estudios superiores quedó encantada, era lo que había estado buscando. Además, al cumplir 20 años comenzó a dar sus primeros pasos en el emprendedurismo al generar, junto a sus compañeros Alejandra Rodríguez y Harold Michuy, una idea de negocio de aguas medicinales embotelladas; por la falta de un capital semilla no avanzó.

    Lo que sí se hizo realidad es comenzar a trabajar en su área de estudios. Cuando estaba en sexto semestre, tras un proceso de selección, ingresó a la consultora multinacional Deloitte, en el 2008, como auditora júnior; Paola define a esta firma como una escuela que le dio sus bases y en la que aprendió sobre servicio.

    Paola Carolina Aulestia, en un taller de finanzas familiares. Foto: Archivo personal
    Paola Carolina Aulestia, en un taller de finanzas familiares. Foto: Archivo personal

    En esa empresa conoció a la también auditora Katherine Galárraga, quien destaca los valores que Paola aplica en su trabajo.

    Durante los cuatro años que laboró en esa empresa se graduó como ingeniera en Finanzas y Auditoría y comenzó a estudiar su MBA en la Universidad Andina.

    En esta última, durante el 2012, obtuvo su especialidad superior en Dirección de Empresas, con mención en Finanzas, tras una investigación sobre pymes.

    En esa misma época dejó la consultora cuando ostentaba el cargo de auditora sénior. Dio el salto, en los siguientes cuatro años, a otras organizaciones como Corporación GPF, Servicio de Rentas Internas y la compañía Si-Logística, desempeñando cargos medios y altos en la rama de auditoría.

    Asimismo, se ha desempeñado como docente en el Instituto Tecnológico Superior Quito Metropolitano, Instituto Tecnológico de Gestión de Transporte (Itesut) y Universidad Indoamérica.

    Uno de sus alumnos en esta última casa de estudios fue Pablo Andrés Navarrete; recibió cátedra con ella en el 2013. Destaca la habilidad de Paola para transmitir conocimientos y permitir que se entiendan los conceptos más complicados. “Compartimos la perspectiva de ayudar a otros. Destaco su entrega hacia los demás. A ella, hoy, la apoyo en una iniciativa dirigida a pymes”,

    Se trata del programa de responsabilidad social para capacitar a emprendedores, principalmente mujeres, en diferentes áreas como el uso de redes sociales para negocios, motivación, trabajo en equipo y más. Al inicio fueron talleres a bajo costo y luego gratuitos.

    Paola impulsó esa actividad desde el 2016. Ese año abrió, además, su propia firma de consultoría junto a un colega. Sin embargo, visiones distintas impidieron que el negocio siguiera adelante.

    Su socio estaba orientado hacia lo financiero y ella consideraba que como parte del negocio era importante el apoyo a la comunidad. El proyecto duró seis meses.

    Tras esta experiencia, Paola decidió abrir su propia empresa: Gestiona Pro PYMES. Se dedica a consultoría financiera, auditoría y apoyo en general a pequeñas y medianas empresas. Ella se enfoca en este grupo porque son parte del desarrollo económico.

    Dice que estas iniciativas son la mayor fuerza productiva en el país. “Más del 80%. Sin embargo, son las más olvidadas en financiamiento, tecnificación, capacitación a bajo costo”.
    A través de este proceso, dice su amiga Katherine, está dando un manejo más humano a las finanzas. Además, asegura, Paola es una persona que se preocupa por sus clientes y sus amigos.

    Aulestia en un taller de finanzas familiares. Foto: archivo particular
    Aulestia en un taller de finanzas familiares. Foto: archivo particular

    Otras acciones
    Aporte. En la universidad formó un grupo con sus compañeros para realizar ayudas sociales.
    Diversión. Le gusta leer, hacer ejercicios y cantar. Forma parte de un coro de música cristiana.
    Estudios. En el 2019 logró graduarse de su MBA en la Universidad Andina.
    Labor. En sus trabajos ha aprendido sobre servicio.

    Herramientas para una mejor gestión
    Redacción Quito, (I)

    Gestiona Pro PYMES es una empresa que surgió en el 2016 y que está especializada en el segmento pequeñas y medianas empresas (pymes). Brinda soluciones de consultoría y auditoría financiera.

    Los procesos que desarrolla esta compañía están basados en un enfoque práctico y personalizado con sus clientes. Esto implica que el trabajo se realiza en campo por la auditora a cargo; se realiza cobertura de todo el proceso con las empresas hasta la emisión de un informe final.

    Paola Carolina Aulestia, dueña de la firma, explica que busca darle a las pymes herramientas para que puedan tomar decisiones gerenciales adecuadas. Actualmente, tiene nueve clientes pymes y 15 emprendedores. A estos últimos se les brinda mentorías financieras, de modelo de negocios, organización para pagar deudas, mecanismos para evitar quiebras y más.

    La propietaria de Gestiona asegura que su negocio es un emprendimiento social. Como parte de su enfoque busca apoyar, en cuanto a precios, a los negocios que lo necesitan; esta idea se ha reforzado más tras la pandemia.

    En Gestiona Pro PYMES, además, se ha desarrollado el programa de responsabilidad social La puerta de la fuente. “Creemos fundamental dentro de nuestro compromiso velar por el bienestar de las familias, sumando a sus economías, productividad y entorno”, dice Paola Carolina Aulestia.

    Parte de los honorarios que ella obtiene por los servicios de consultoría y talleres se destinan a grupos vulnerables en comunidades necesitadas del país. El programa brinda herramientas prácticas para que ciudadanos puedan obtener ingresos, mejorar su calidad de vida y su entorno familiar.

    La ingeniera Paola Carolina Aulestia ofrece auditoría, gestión financiera y más a emprendedores. También brinda capacitaciones a mujeres. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    La ingeniera Paola Carolina Aulestia ofrece auditoría, gestión financiera y más a emprendedores. También brinda capacitaciones a mujeres. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • El poder de lo simple

    Gabriel Figueroa

    Así se llamaba un libro que leí de Jack Trout. Hoy todavía me da gusto haber leído ese libro antes que muchos otros.

    La simplicidad es la máxima sofisticación, decía Leonardo da Vinci. Jack Welch de General Electric, no toleraba a directores que no fueran capaces de expresar sus proyectos e ideas en pocas y sencillas oraciones. Steve Jobs de Apple, simplificaba con elegancia y sofisticación, convirtiéndolo en un ícono.

    ¿Y nosotros? Simplemente viviríamos mejor si nos complicáramos menos. Un par de ideas para simplificar:

    1- Define un norte claro antes de comenzar a trabajar en cualquier proyecto. Y si en el camino pierdes esa claridad, para y búscala.

    2- Aprende a vender ideas de manera sencilla.

    3- Deja de buscar impresionar, busca agregar valor con explicaciones y soluciones claras.

    4- Ten una lista de lo que no vas a hacer y acostúmbrate a decir que no, para conseguir más enfoque.

    5- Fuera de la practicidad de lo simple, recuerda que lo más valioso en la vida es lo más ordinario.

    ¿Será casualidad que las personas más felices disfrutan de las cosas más sencillas y simples en la vida?

    opinion columnistas editorial
    Ilustración: LÍDERES
  • Las empresas B, una evolución en el enfoque de los negocios

    Pedro Maldonado

    (I) 
    Editor del Semanario LÍDERES

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    Un minimercado de productos orgánicos. Una empresa de lácteos. Una marca de chocolate que se vende en cerca de 30 países. Una incubadora y aceleradora de emprendimientos sociales. Una hacienda familiar que ofrece huevos, frutillas, aguacates, espinaca y otros alimentos sembrados y cosechados sin químicos ni fertilizantes ni aditivos.

    Las mencionadas son empresas ecuatorianas, de distintos tamaños, que son parte del Sistema B, una nueva economía en la que los negocios se enfocan en el propósito y en dar soluciones a problemas sociales y ambientales. A estas se las conoce como Empresas B.

    Se trata, según los fundadores de este movimiento, de una nueva “genética” económica que permite que los valores y la ética inspiren soostluciones colectivas sin olvidar necesidades particulares encontrando trascendencia, sentido y propósito.

    Para el Banco de Desarrollo de América Latina CAF, las Empresas B son una nueva clase de negocios que genera simultáneamente rentabilidad financiera e impactos positivos en la sociedad y en el medioambiente.

    Uno de los ejemplos en Ecuador es Super Foods, un negocio que nació en noviembre del 2015 y que se convirtió en una vitrina de productores y emprendedores que creen en los alimentos orgánicos. Este negocio tiene hoy 650 proveedores, dos locales, 23 trabajadores y ha llegado con su modelo a cerca de 18 000 clientes.

    Gizella Greene es la cofundadora de esta Empresa B. Ella cuenta que desde el inicio el enfoque fue promover la alimentación saludable y ayudar a productores orgánicos. “Usamos estos alimentos en nuestra cafetería y restaurante, así como en las capacitaciones que damos a los clientes. Trabajamos con comunidades con enfoque ambiental. Nos hemos estructurado muy bien”, cuenta esta emprendedora social.

    Fruto de ese trabajo enfocado, Super Foods se certificó como Empresa B en abril del 2018.

    Este sello de calidad implica que un negocio busca un triple impacto: rentabilidad financiera, social y ambiental. Es una manera de impactar positivamente en la sociedad, beneficiando a clientes, colaboradores, proveedores, ambiente, etc., explica Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, otra Empresa B ecuatoriana.

    “La base del modelo es resolver un problema. Además, estas empresas tienen un pilar más que las del modelo tradicional. Se ofrece valor, crecimiento e impacto social. Son pilares que hay que tener muy claros”, explica Peralvo.

    En Ecuador, ya son 17 empresas las que tienen esta certificación. Otra de las compañías que cuentan con esta calificación es El Ordeño, del sector de lácteos. Su gerente, Juan Pablo Grijalva, explica que la empresa ha buscado desde sus inicios generar bienestar a la sociedad, a través de un modelo de gestión asociativo e incluyente que gira en torno a estándares sociales y ambientales que generen impacto en la cadena de valor.

    Grijalva añade que ser parte del Sistema B trae al menos tres beneficios a El Ordeño. Ayuda a validar nuestra gestión con un sistema global, el cual pasa por una rigurosa evaluación de los principales estándares socioeconómicos ­empresariales.

    Además, permite que la compañía forme parte de una comunidad internacional que está generando estrategias de triple impacto. “Y nos permite ser parte de un movimiento que dinamiza, inspira y genera un efecto replicador en la sociedad actual”.

    José Ignacio Morejón, cofundador y director ejecutivo de Sistema B Ecuador, ofrece más detalles. Él explica que en el país ya se cuenta con una estructura de gobernanza, con un consejo empresarial; en el que cerca de 15 empresarios empujan este concepto.

    También explica que toda compañía que desea certificarse como Empresa B pasa por una evaluación “y ganan al poder identificar en dónde generan impactos positivos con su modelo de negocio”.

    Otro punto clave que menciona Morejón es que los estatutos de la empresa sean reformados y apunten hacia el triple impacto. Así mejora la gobernanza y se amplia el deber fiduciario de los administradores de una compañía.

    Los compromisos son fundamentales

    El origen de las Empresas B está en Estados Unidos. Allí, la firma de helados Ben & Jerry’s, fundada en 1977 por Ben Cohen y Jerry Greenfield, se comprometió a ser sostenible desde sus inicios.

    La idea siempre fue ofrecer un producto de alta calidad, con una preocupación especial por la comunidad, dar trato justo a sus proveedores y mantener buenas condiciones laborales con sus trabajadores. Todo iba bien con la empresa hasta el 2000.

    En ese año, la Corte Suprema de EE.UU. determinó que los fundadores de Ben & Jerry’s tenían que vender su negocio a Unilever, que les había hecho una oferta para comprarla. Ellos la rechazaron porque querían mantener el espíritu de su compañía, según detalla el sitio Sistemab.org.

    El Ordeño cuenta con la certificación de Empresa B desde el 2019. La empresa de lácteos trabaja con 6 000 productores y tiene 254 colaboradores. Foto: cortesía
    El Ordeño cuenta con la certificación de Empresa B desde el 2019. La empresa de lácteos trabaja con 6 000 productores y tiene 254 colaboradores. Foto: cortesía

    Los empresarios no tuvieron ningún argumento legal para frenar la compra, porque la obligación de la empresa era maximizar las utilidades para sus accionistas. Además, el monto propuesto por Unilever era lo suficientemente alto como para que tuvieran que aceptar la oferta. La venta se dio y lo bueno fue que Ben & Jerry’s mantuvo el espíritu y las políticas sustentables, que Unilever respetó y que hoy promueve.

    El caso trascendió y motivó a otros empresarios con el mismo propósito. En el 2006 Bart Houllahan, Jay Coen y Andrew Kassoy crearon y promovieron el concepto de Benefit Corporations o B Corps. El concepto se españolizó como Empresas B y halló tierra fértil en Chile el 2012; de allí el modelo se ha propagado por la región a países como Brasil, Argentina, Colombia, Paraguay, Perú, etc.

    Daniela Peralvo, cofundadora de Impaqto, cuenta que existen empresas que nacen con ese espíritu, aunque no necesariamente saben del modelo. “Tienen la necesidad de cambiar las estructuras económicas, hacerlas más equitativas. Los emprendedores de hoy piensan de esa manera”.

    ¿Qué compromisos adquieren las empresas B? Juan Pablo Grijalva, gerente de El Ordeño, responde que esta certificación “amplía el deber fiduciario de nuestros accionistas y gestores en nuestros estatutos, los cuales los hemos modificado para incorporar intereses no financieros de largo plazo”. De esta manera, añade Grijalva, se da cumplimiento al compromiso de mejorar de forma continua los impactos socioambientales y de operar con altos estándares de desempeño y transparencia.

    Con esta certificación, agrega Grijalva, El Ordeño se compromete a medir constantemente sus impactos y a reportarlos. “Es un compromiso de mejora continua con nuestra gente, con el país y con el planeta”.

    Otro ejemplo es Pacari, empresa que elabora chocolate con procesos sustentables y orgánicos y que llega con sus productos a Europa, Asia, EE.UU. y otros mercados. Esta empresa cuenta con estrategias para la cadena de suministros que ayudan a reducir la pobreza por medio de las condiciones de compra, condiciones laborales y apoyo para proveedores en situación de vulnerabilidad, según Sistema B. Además, la empresa trabaja sin intermediarios con 3 500 agricultores de pequeña escala, a quienes se les paga un precio justo: entre dos y tres veces más del valor normal del cacao.

    José Ignacio Morejón, cofundador y director ejecutivo de Sistema B Ecuador, indica que normalmente una empresa responde a sus accionistas y el enfoque tradicional impide tomar decisiones que, aunque generen beneficios en el largo plazo, afecten la rentabilidad inmediata del accionista. “El reto transformador es convertir a las empresas ya existentes en empresas con propósito”, comenta Morejón.

    Sobre el futuro de esta clase de negocios existe optimismo. Morejón dice que este tipo de empresa sirve de ejemplo para otras. “Lo que están haciendo es una suerte de motivador para otras empresas en el país”.

    Inversión de impacto

    La inversión de impacto es el diferenciador de las empresas B. Estos recursos se encaminan para producir bienes y servicios con conciencia por lo que ocurre alrededor, según Sistema B.

    El año pasado, las inversiones de impacto sumaron a escala global cerca de USD 114 000 millones, según un reporte de Global Impact Investing Network. De esa cifra, el 5% se concentró en América Latina.

    Los expertos señalan que los emprendedores de la región tienen grandes oportunidades de obtener recursos siempre que desarrollen productos y servicios que solucionen grandes problemas. Sectores como ‘fintech’, salud y ambiente son algunos de los que pueden beneficiarse.

    La ley de Emprendimiento acoge el concepto de Sociedades BIC

    La ley de Emprendimiento e Innovación, aprobada hace un mes en la Asamblea y que ahora está a la espera del veto del Ejecutivo, reconoce a las Sociedades BIC (Beneficio e Interés Colectivo). El objetivo es dar visibilidad y seguridad jurídica a las empresas que tienen un propósito más allá de la ganancia económica y buscan generar un impacto positivo en la sociedad y el medioambiente.

    La diferencia entre una Empresa B y una Sociedad BIC es que las primeras tienen la certificación y las segundas no necesariamente pasan por un proceso de certificación, pero al menos miden y evalúan como gestionan sus impactos, según José Ignacio Morejón, director de Sistema B Ecuador.

    La Cumbre Latinoamericana de Inversión de Impacto en Quito se cumplió en octubre del año pasado en Ecuador. Foto: archivo / LÍDERES
    La Cumbre Latinoamericana de Inversión de Impacto en Quito se cumplió en octubre del año pasado en Ecuador. Foto: archivo / LÍDERES

    Algunos antecedentes a escala global son Italia (Societá Benefit) y el estado de British Columbia en Canadá, quienes ya apoyan a las empresas de triple impacto (económico, social y ambiental), brindando un marco legal para operar. También en 37 estados de Estados Unidos existe este reconocimiento legal para la B Corps.

    En América Latina, Colombia fue el primer país en promulgar la ley de Sociedades de Beneficio e Interés Colectivo en el 2018.

    La normativa define qué debe hacer una empresa para poder definirse públicamente como BIC. Además explica derechos y obligaciones de administración e información con socios, inversionistas y la comunidad en general.

    Según Sistema B Ecuador, con esta nueva personería jurídica será más fácil reconocer las empresas de triple impacto para que puedan surgir beneficios del mercado o de políticas que el Estado pueda implementar a través de programas de compras públicas preferenciales, facilidades de acceso al crédito, a fondos u otros recursos para crecer.

    El segundo local de Super Foods ubicado en la Floresta, en el norte de Quito. Esta Empresa B se fundó en el 2015, cuenta hoy con 23 trabajadores y suma cerca de 18 000 clientes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    El segundo local de Super Foods ubicado en la Floresta, en el norte de Quito. Esta Empresa B se fundó en el 2015, cuenta hoy con 23 trabajadores y suma cerca de 18 000 clientes. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
  • Duflo y un enfoque económico distinto sobre la pobreza

    Agencia AFP

    (I)

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    La franco-estadounidense Esther Duflo, la segunda mujer en la historia en ganar el Premio Nobel de Economía, se impuso en los últimos años como una de las economistas más brillantes de su generación.

    Duflo se suma a la estadounidense Ellinor Ostrom, ganadora del Nobel en 2009. Además, es la más joven, con 46 años.

    Comparte el galardón con dos hombres, el estadounidense nacido en India, Abhijit Banerjee, quien es su esposo, y el estadounidense Michael Kremer.

    Sus trabajos, realizados esencialmente en India, se centran en la reducción de la pobreza.
    En su carrera se ha llevado numerosos premios, incluyendo la medalla John Bates Clark en 2010, que recompensa los trabajos de economistas en Estados Unidos de menos de 40 años.

    En 2013, la Casa Blanca la eligió para asesorar al presidente Barack Obama en temas de desarrollo y fue parte del nuevo Comité para el Desarrollo Mundial.

    “Es una intelectual francesa de centroizquierda que cree en la redistribución y en la noción optimista de que el mañana podría ser mejor que hoy”, escribió sobre ella en 2010 el New Yorker, en un número dedicado a los innovadores de nuestro tiempo.

    Nacida en París en 1972, esta mujer de cabello castaño y mirada decidida creció en el seno de una familia protestante, con una madre pediatra, muy implicada en obras humanitarias, y un padre profesor de matemáticas.

    Graduada de la Ecole Normale Supérieure y de la Ecole des Hautes Études en Sciences Sociales en Francia, tiene también un doctorado del Massachusetts Institute of Technology en Estados Unidos, donde es profesora.

    En el laboratorio de Investigación Abdul Latif Jameel sobre la pobreza, que cofundó en 2003, realiza experiencias de terreno, en las que recurre al azar, en colaboración con organizaciones no gubernamentales.

    Por ejemplo, “si se establece un nuevo programa de tutoría en escuelas, se eligen 200 escuelas al azar, 100 de las cuales establecerán el programa y las otras 100 no”, explicó en 2010, cuando recibió la medalla John Bates Clark.

    El progreso de los estudiantes se compara y evalúa en ambos casos, y los resultados de estos experimentos se transmiten a las autoridades públicas y a organizaciones benéficas para que los “amplíen”, señaló.

    ‘Caricaturas y clichés’

    Su libro ‘Repenser la pauvreté’ (Reconsiderar la pobreza), escrito en colaboración con Abhijit Banerjee, recibió el premio Financial Times/Goldman Sachs al Libro Económico del Año en 2011. “Nuestra visión de la pobreza está dominada por caricaturas y clichés”, dijo en 2017.

    “Si queremos entender los problemas asociados con la pobreza, debemos ir más allá de estas caricaturas y entender por qué el hecho mismo de ser pobre cambia algunas cosas en el comportamiento y otras no”.

    Este esfuerzo por cambiar la percepción de la pobreza, también le gustaría aplicarlo a la economía y a los economistas.

    “Los economistas tienen una reputación muy mala y parte de esta mala reputación se justifica probablemente por la forma en que funciona la disciplina”, explicó a principios de 2019.

    La franco-estadounidense Esther Duflo, de 46 años,  suma numerosos premios en su carrera. Foto: AFP
    La franco-estadounidense Esther Duflo, de 46 años, suma numerosos premios en su carrera. Foto: AFP
  • ¿Es hora de abandonar el viejo modelo laboral?

    Yoko Ishikura, Foro Económico Mundial (I)
    redaccion@revistalideres.ec

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    Japón tiene al trabajo como una prioridad. La administración de Abe ha realizado variados esfuerzos desde el aspecto político, que incluyen un aumento en el presupuesto para las guarderías infantiles. Se instalaron lemas como “reforma para el estilo de trabajo” y “un mismo salario por el mismo trabajo” que apuntaban a la cultura de largas horas de trabajo y a la distinción entre empleados “permanentes” y “no permanentes”.

    Sin embargo, los desafíos siguen siendo urgentes, especialmente en el contexto más amplio del envejecimiento rápido y el descenso constante en la población activa. Se necesita tener una visión a largo plazo al considerar el impacto sistemático de la Cuarta Revolución Industrial sobre el empleo, ya que las tecnologías como la robótica y la IA cambian la naturaleza del trabajo tanto para hombres como para mujeres.

    Propongo un cambio del modelo rígido y anticuado que divide la vida en tres etapas: educación, trabajo y jubilación, para tomar un enfoque mucho más flexible y adaptable. En vez de saltar pasivamente de una etapa a la otra, las personas deberían poder decidir activamente cuándo y cómo unirse al mercado laboral.

    El sistema corporativo de recursos humanos, el sistema de seguridad social del Gobierno y las pólizas de seguro se basan en el estilo de vida de estudiar-trabajar-jubilarse, y representa una barrera importante para cualquier desviación de la ley.

    Aunque Japón no es el único país con esta idea, es único en el sentido de que cada etapa está dividida en etapas más pequeñas y son sumamente rígidas. Comienza en una temprana edad.

    Después de la preparatoria, se debe ir a la universidad. Después de la universidad, se espera conseguir un puesto en “la empresa”. La contratación aún se realiza en cierta época del año y si no se puede encontrar el trabajo “correcto” (un puesto de tiempo completo en una empresa estable), es considerado un “fracasado” y será difícil recuperar su condenada carrera.

    Una vez que se comienza a trabajar en una empresa, se debe seguir un trayecto fijo con los compañeros, y hay pocas vías rápidas disponibles. Debido a que el mercado no está bien desarrollado, muchas personas que trabajan para las grandes empresas bien establecidas probablemente permanezcan allí hasta que se jubilen.

    La edad jubilatoria se extendió de los 60 a los 65 años, en parte porque el sistema de pensiones está prácticamente en bancarrota y la expectativa de vida es muy alta, hasta los 83 años. Pero hay una falta de iniciativa para seguir capacitando a los trabajadores mayores y ayudarlos a vivir bien.

    El modelo rígido de tres etapas no logra aprovechar el camino abierto por la tecnología para formas de trabajo más flexibles, que ayudaría a las personas a lograr un mejor equilibrio en sus vidas laborales y manejar sus responsabilidades asistenciales.

    Hay cuatro cosas que se pueden hacer para cambiar:

    Uso de la tecnología

    La tecnología le permite a las personas trabajar en cualquier lugar y en cualquier momento. En vez de ir a la oficina en un horario específico, en trenes atestados de personas y permanecer largas horas trabajando frente al jefe, los padres pueden tomarse un tiempo para ocuparse de sus hijos y/o los miembros mayores de la familia. Hace bastante tiempo que la tecnología permite que esto sea posible, ahora necesitamos un cambio en la cultura del trabajo.

    Nuevas habilidades

    Cuando se adopta un estilo de trabajo flexible, los individuos, independientemente de la edad, el género y la experiencia, pueden seguir aprendiendo nuevas habilidades y adquirir conocimiento cuando lo necesiten. Pueden aplicar estas habilidades a proyectos ofrecidos por empresas, en lugar de seguir los rígidos trabajos de tiempo completo. Pueden utilizar la experiencia que han adquirido luego de varios proyectos, sin tener que encontrar un único trabajo “correcto”.

    Contratación flexible

    Las empresas pueden beneficiarse con este ecosistema al contratar personas con habilidades y conocimientos que necesitan para ciertos proyectos en un mercado mucho más grande, a nivel global, sin preocuparse por compromisos a largo plazo con empleados de tiempo completo.

    Prueba y error

    El cambio a este nivel requiere una serie de experimentos y un enfoque de prueba y error. Las empresas necesitan desarrollar la capacidad de definir tareas y proyectos, y evaluar el resultado según su propio criterio. Los individuos necesitan aprender cómo manejar su tiempo y cultivar la autodisciplina para entregar los trabajos a tiempo. El contacto personal, fundamental para el desarrollo de ideas y prototipos, puede ser planeado desde la casa.

    El modelo estudiar-trabajar-jubilarse puede ser una limitante en el mundo de hoy. Cuatro acciones permitirán un cambio significativo. Foto: AFP
    El modelo estudiar-trabajar-jubilarse puede ser una limitante en el mundo de hoy. Cuatro acciones permitirán un cambio significativo. Foto: AFP
  • En Atlanta lidera un equipo con enfoque global

    Pedro Maldonado

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    Tengo una casa en Atlanta y mi ropa está allí. Pero vivo en un avión”. La frase le pertenece a Francisco Crespo, un ejecutivo ecuatoriano que desde hace un año y medio, cuando asumió un nuevo cargo, ha visitado 42 ciudades en cerca de 25 países.

    Este quiteño lleva 29 años trabajando para la misma empresa, con diferentes cargos en países como Ecuador, Perú, Chile, Argentina, México y EE.UU. Hoy es el Vicepresidente Mundial y Director de Crecimiento de Coca-Cola, la multinacional del sector de refrescos que tiene su base de operaciones en Atlanta (EE.UU.).

    En el cargo actual es el líder de los equipos integrados de mercadotecnia global, estrategia corporativa y liderazgo comercial y de clientes de la firma.

    Estas casi tres décadas han sido una experiencia que ha marcado la vida de este esposo y padre de tres hijas. Ingeniero Industrial, graduado de la Universidad de Los Andes (Colombia), Crespo se ha especializado en finanzas, marketing, liderazgo a través de programas en prestigiosas universidades e instituciones en todo el mundo, incluido el Programa de administración general de la Escuela de Negocios de Harvard.

    Al repasar su trayectoria Crespo toma aire para recordar sus cargos en los países mencionados. En Perú, por ejemplo, fue director de marketing y operaciones. En Argentina tuvo funciones similares, pero también se encargó de la dirección de una embotelladora. Su primera gerencia general la asumió en Chile. Y en Brasil fue Vicepresidente de Operaciones.
    Crespo reconoce que en algún momento pudo estar pensando demasiado en sus logros profesionales. “He estado obsesionado con nuevos ascensos y eso es una equivocación porque uno deja de vivir el día a día, deja de ver el paisaje”, cuenta durante una entrevista concedida en un hotel de Quito, luego de una extensa jornada de reuniones con más ejecutivos de Coca-Cola, hace dos semanas.

    Siempre de traje y corbata, este ecuatoriano que fue seleccionado nacional de natación recuerda que antes de llegar hasta Atlanta estuvo en México, como Presidente de la Unidad de Negocios de Coca-Cola en ese país. Allí lideró las operaciones de la compañía y fue responsable de la coordinación de un plan de inversión de USD 8 200 millones por siete años con embotelladores locales de Coca-Cola, según un comunicado facilitado por la empresa.

    En México Crespo vivió una experiencia clave en su carrera profesional. Fue uno de los responsables de lanzar al mercado un producto que no tuvo la acogida esperada. Se trató de Coca-Cola Life. “Fue una idea con espíritu noble, pero al implementarla fallamos. El problema fue que resultó complejo que el consumidor entienda el producto”.

    Tras esa experiencia salió fortalecido. “Uno debe estar consciente de que no es infalible. Uno se va a equivocar muchas veces y equivocarse es legítimo en la medida en la que se aprenda de esa equivocación. Ese aprendizaje se vuelve experiencia, conocimiento y luego valor”.

    Roberto Mercadé es presidente de la División Latín Centro de la Compañía Coca-Cola y conoce a Crespo desde hace 16 años. “Francisco manejaba Chile y yo estaba recién llegado a Centroamérica. Desde esa fecha mostraba grandes habilidades ganando una simulación de negocios en el que participamos en el IAE Business School de Buenos Aires”.

    A Crespo lo describe como un ejecutivo brillante, capaz de conectar la visión a la estrategia y a la táctica. “Tiene una habilidad de ver mas allá que la mayoría de nosotros y conecta los puntos con gran facilidad”. Mercadé añade que el ecuatoriano es muy curioso, absorbe información y la aplica a nuestro negocio como nadie. Es un líder disciplinado al cual todos queremos escuchar”.

    Muhammad Abdullah, gerente General de Coca-Cola de Ecuador, trabajó con Crespo en México. Dice que entre sus virtudes están el pensamiento estratégico y la disciplina. “Además tiene el foco en las palancas de crecimiento más importantes. También tiene apertura a la innovación. Es un verdadero activo para nuestra empresa. Lidera con el ejemplo”.

    Cuando no está viajando por el mundo, el día de este ejecutivo empieza a las 05:30. Enseguida se dirige a un centro privado donde nada 45 minutos. Regresa a su casa, desayuna junto a su esposa y a las 08:00 ya se encuentra en la oficina, donde responde correos electrónicos, asiste a reuniones y planifica con su equipo de 11 peronas que le reportan directamente. Trata de salir temprano, a las 19:00.

    No se anima a pronosticar sus próximos pasos profesionales. “Es difícil pensar en el futuro y prefiero disfrutar el presente”.

    Francisco Crespo Benítez viaja por el mundo y asiste con frecuencia a reuniones de negocios de Coca-Cola. Conferencias y lanzamiento de productos son parte de su agenda. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES y Archivo Particular
    Francisco Crespo Benítez viaja por el mundo y asiste con frecuencia a reuniones de negocios de Coca-Cola. Conferencias y lanzamiento de productos son parte de su agenda. Fotos: Galo Paguay / LÍDERES y Archivo Particular
  • Una firma con enfoque ecológico

    Diana Serrano

    En la oficina de Luis Cordovez, fundador y gerente general de la empresa Ecuasabia, no solo se conciben y concretan ideas de negocios.

    Frascos con fórmulas aún no develadas, insumos ecológicos y tendencias de cuidado ambiental forman parte de este espacio, que es una especie de laboratorio donde surgen productos innovadores de cuidado personal y para el hogar.

    Ecuasabia nació de un negocio de los padres de Cordovez, en 1973.

    Fue hace unos 14 años que se consolidó como una empresa, que no tuvo miedo para competir con grandes multinacionales.

    La primera planta de esta industria se ubicó en el norte de la ciudad y pasó por otros lugares. Ahora, asentada en Amaguaña, al oriente de Quito, es el lugar donde se elaboran alrededor de 80 productos que se caracterizan por su fabricación ecológica.

    En la línea de cosmética se producen jabón líquido, cremas y otros.

    La línea de limpieza arrancó hace siete años y dentro de ella se ofrecen ambientales, limpiavidrios, detergente, desinfectantes y otros similares.

    Según Cordovez, el proceso de producción se destaca por utilizar materia prima de alta calidad, con la implementación exponencial de insumos ecuatorianos. “El conocimiento ancestral, es algo que nosotros intentamos rescatar”, señala.

    Desde este mes, los frascos para envasar los productos son de vidrio. El objetivo es eliminar el plástico de los productos. Foto: Armando Prado / LÍDERES
    Desde este mes, los frascos para envasar los productos son de vidrio. El objetivo es eliminar el plástico de los productos. Foto: Armando Prado / LÍDERES

    En los productos de limpieza se utilizan materias como manteca de cacao, aceite de coco, de aguacate y otros que se producen en el país.

    También hay valor agregado por el uso de insumos naturales, que no dañan el medio ambiente.

    Por ejemplo, el detergente para ropa, Zen, está elaborado con componentes biodegradables como bicarbonato de sodio, bórax y otros.

    Además su empaque está hecho con bagazo de caña, que facilita el proceso de descomposición de los desechos, incluso; es reciclable.

    También la empresa ha apostado por reemplazar los envases de plásticos de los productos Studio Nuna por frascos de vidrio, desde este mes.

    “En los productos de consumo masivo tenemos que generar un cambio, tanto en las fórmulas como en el desarrollo de envases que se puedan reusar o reciclar”, señala Cordovez.
    La producción mensual de tres de sus marcas más importantes: detergente Zen, Studio Nuna y lavavajillas es de 16 700 unidades.

    La innovación y detalles únicos de los productos permitieron que hace ocho años, la empresa vendiera la marca Ninacuro a una gran industria nacional. Ese dinero se invirtió en desarrollo de tecnología y fórmulas.

    Aunque la empresa hace una gran inversión en el proceso de industrialización, los precios de los productos de Ecuasabia son similares a otros que se encuentran en el mercado.

    El gerente indicó que la empresa asume gran parte de los costos, como una estrategia para posicionar la marca e incentivar la compra.

    Además, Cordovez está seguro de que los consumidores tienen mayor conciencia ambiental, por lo cual, prefieren este tipo de mercadería.

    La empresa elabora 80 productos de cosmética y limpieza del hogar, que utilizan componentes y procesos pensados en el ambiente. Hoy trabajan en envases y empaques reusables, Foto: Armando Prado / EL COMERCIO
    La empresa elabora 80 productos de cosmética y limpieza del hogar, que utilizan componentes y procesos pensados en el ambiente. Hoy trabajan en envases y empaques reusables, Foto: Armando Prado / EL COMERCIO

    Actualmente, las diversas líneas de productos de Ecuasabia están disponibles en autoservicios a escala nacional, como Megamaxi, Santa María, Coral y otros.

    Ecuasabia además comercializa con empresas de servicios. Una es Metropolitan Touring Ecuador. William Montalván, coordinador de compras de la compañía turística, está en el cargo hace cuatro años y cuenta que desde antes ya trabajaban con los productos de Ecuasabia.

    Estos fueron escogidos por su carácter ecológico. Ahora los insumos de limpieza se usan en los barcos que se trasladan a las Islas Galápagos.

    Las ventas mensuales de Ecuasabia oscilan entre USD 90 000 y 95 000.

    Entre los proyectos, la empresa trabaja en la ampliación de su línea cosmética con shampoos, acondicionadores y cremas para peinar con insumos naturales. De igual forma, se tiene el foco en la innovación de nuevos envases reusables.

    Cordovez afirmó que el próximo mes inaugurarán un centro de desarrollo en el distrito creativo La Tejedora, ubicado en Cumbayá.

    Este tipo de espacios tienen como objetivo desarrollar ideas y unir a pequeños y grandes productores. Brindar asesoría y hacer estudios para mejorar las fórmulas.

    En el distrito, la empresa tendrá un almacén con productos de cosmética natural, velas, arte y música.

    Las cifras

    1,5 hectáreas ocupa la empresa en Amaguaña.

    USD 90 000 factura mensualmente.

    16 700 unidades de tres marcas se producen al mes.

    USD 700 000 invirtió la empresa.

    21 empleados en todas las áreas.

    2 líneas principales de productos se elaboran: cosmética y limpieza.

    80 productos  se comercializan en el mercado local.

    El Gerente

    Luis Cordovez

    Nací en este negocio. Seguramente mis primeros juguetes fueron moldes de velas. Esto ha sido mi universidad. He estudiado Mercadotecnia en Estados Unidos, en Chile, pero realmente la empresa ha sido mi verdadera formación. Mi enfoque de negocio es el mercado global, creo en llevar productos de calidad a todo tipo de mercado. Como empresario y padre de familia quiero dejar un mundo mejor a mis hijos.

    La empresa Ecuasabia tiene su fábrica en Amaguaña, al oriente de Quito. Sus 21 trabajadores se esfuerzan cada día para ofrecer la mejor calidad.  Foto: Armando Prado / LÍDERES
    La empresa Ecuasabia tiene su fábrica en Amaguaña, al oriente de Quito. Sus 21 trabajadores se esfuerzan cada día para ofrecer la mejor calidad. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • La asesoría financiera es el enfoque del equipo Incorpec

    Redacción Quito

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    El acceso a créditos en entidades financieras es una de las principales dificultades que enfrentan las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes). El riesgo de fracaso es un factor que incide considerablemente a la hora de otorgarles un préstamo.

    Por eso, Marcelo Gutiérrez y María Gabriela Espinosa brindan desde 2012 asesoría a clientes grandes y pequeños, a través de su empresa Incorpec Solution. El foco de su emprendimiento es la promoción de oferta exportable y gestión documental.
    Hace seis meses diversificaron su oferta de servicios, con la constitución de una nueva empresa: M&G Productive Investments, que funciona de intermediario entre las entidades financieras y sus clientes para la asesoría y acompañamiento de las Mipymes. “Garantizamos que el dinero regrese al banco”, señala Gutiérrez.

    Para brindar el servicio desarrollaron el Centro de Incubación Empresarial (CIE Ecuador), que apoya a emprendedores y empresarios por medio de sus diferentes programas: Punto Emprende, Punto Invierte y Punto Comercializa. La inversión en este producto fue de USD 54 000.

    En Punto Emprende se lleva de la mano al propietario del pequeño negocio en la incubación, asesoría, acceso a mercados y seguimiento del proyecto.

    Con Punto Invierte, personas jubiladas pueden tener acceso a un fondo de inversión mediante fideicomiso. Los inversionistas pueden elegir entre tres proyectos de inversión, uno de retail, otro inmobiliario y un tercero de producción agrícola.

    Punto Comercializa es un portal de ‘e-commerce’, que tienen previsto lanzar el 18 de octubre.
    La Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Policía Nacional fue la primera entidad financiera que confió en el CIE Ecuador. Hace tres meses formaron una alianza para el acompañamiento de los socios y sus familiares, en el impulso a sus negocios y proyectos de emprendimiento.
    “Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de los socios. Queremos que la gente emprenda de cero”, comenta Milton Lascano, gerente general de la entidad.

    Hoy, la Cooperativa de la Policía Nacional tiene asignados y por colocar USD 9 millones, entre 24 emprendedores y 6 empresas en los sectores de cuero y calzado, alimentos procesados, metalmecánica, comercio, entre otros.

    Alfajores Mar de Plata es cliente de la cooperativa. Desde hace varios años, Miriam Andrade, su propietaria, ha solicitado préstamos pequeños. Actualmente, está gestionando un crédito más alto para la compra de un terreno, donde construirá una planta en Cotacachi (Imbabura) para la producción de su producto a mayor escala, con el fin de exportarlo a Colombia.

    En esta ocasión, el Centro de Incubación Empresarial la ha asesorado en este nuevo proyecto de crecimiento para su empresa, que ya lleva 10 años en el mercado. Adicionalmente, en temas de exportación. “Me ha parecido muy bueno porque se necesita de guía profesional”, señala Andrade.

    Codeproi, empresa nacional fabricante de lencería hospitalaria, recibió hace un mes un crédito de USD 170 000 para expandir su negocio. Sus ejecutivos acudieron al Centro de Incubación Empresarial para pedir asesoría.

    El CIE Ecuador realizó en una primera etapa un diagnóstico de la empresa, tomando en cuenta fortalezas y debilidades a nivel interno. Ahora, están en una segunda fase de asesoramiento, enfocada en un estudio del mercado, posicionamiento de la marca y evaluación de la competencia.

    “El servicio ha sido interesante, tienen muy buena capacidad para apoyarnos con nuestra sinergia”, comenta Francisco Herrera, gerente general de Codeproi.

    La empresa formó una alianza con la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Policía Nacional. Ahora asesora a los clientes de la entidad financiera. Foto: Pavel Calahorrano /LÍDERES
    La empresa formó una alianza con la Cooperativa de Ahorro y Crédito de la Policía Nacional. Ahora asesora a los clientes de la entidad financiera. Foto: Pavel Calahorrano /LÍDERES
  • ‘El enfoque es la clave de un negocio’

    AEI para LÍDERES

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    Mi primer contacto con la marca KFC fue a los 14 años en Ecuador. La franquicia la había comprado mi tío Jorge Anhalzer y abrió un local en el CCI. Solía ir con mis primos a preparar papas fritas y el famoso pollo con la receta original del Coronel Sanders. Años más tarde emigré para estudiar economía y administración de empresas en la Universidad Barry de Miami.

    Los inicios

    En EE.UU. vendía ropa. Luego de trabajar duro y mucha constancia logré importar ropa de alta costura y distribuirla al por menor. Cuando uno empieza un negocio se convierte en todólogo: busca la mercadería, toma los pedidos, vende, cobra, despacha y recibe las quejas. Esto me sirvió para entender lo difícil que es vender, a nadie le gusta pagar, lo complicado de cumplir presupuesto y la tarea casi imposible de cobrar.

    Pasé de ser importador a convertirme en un miembro activo de la industria de la vestimenta. En Quito, mi tía Olga Fisch sabía de mi disposición por superarme. Esto la llevó a recomendarme a mi tío Jorge para que me pruebe en KFC, quien me ofreció un cargo en Operaciones de la empresa, que para 1990 llegaba al consumidor de alto poder adquisitivo.

    KFC Guayaquil

    Al poco tiempo de mi llegada abrimos dos restaurantes que se sumaban al del CCI: uno en Quito y otro en Guayaquil.

    En la capital las ventas eran importantes, pero el local de la 9 de Octubre de Guayaquil no solo no levantaba cabeza sino que perdía mucho dinero. Este fue mi primer desafío en la empresa, levantar un local que todos decían que era un desastre.

    Fui a supervisar el local pensando en tomarme el vuelo de la mañana y regresar en la tarde, pero al final me llevó cuatro meses de arduo trabajo y una enfermedad que me tomó años recuperarme.

    Zona de guerra

    Esa experiencia fue lo más cercano a un campo de batalla; el aseo era lamentable, se perdía bastante dinero por mes. El local tenían un sistema de corte del pollo en 12 presas en vez de ocho y para colmo solo tenía agua una hora al día, lo cual hace fácil imaginarse el caos que se vivía allí. Cuando tomé el vuelo hacía Guayaquil pensé en regresarme con todo solucionado en la tarde, pero me quedé cuatro meses. Afortunadamente, los bomberos nos ayudaban para solventar los problemas.

    Recoger los frutos

    A lo largo de esos cuatro meses separé a mucha gente que lo único que hacía era daño a KFC, esto me provocó más problemas traducidos en amenazas e intentos de chantajes. Por suerte, luego de mucho trabajo y sortear múltiples problemas el local comenzó a facturar USD 10 000 mensuales.

    La importancia del equipo

    No salí indemne de este problema pues terminé con una enfermedad en la piel, de la cual me costó poder recuperarme. A pesar de todo lo malo que pasó en esos momentos, soy de la idea de que no hay mal que por bien no venga.

    Me di cuenta de que había aprendido cada etapa del negocio y logré capitalizar la importancia de manejar gente, cómo tratar al cliente y la vital que es trabajar con buenos colaboradores.

    La operación había sido un éxito pero había algo que me tenía preocupado: seguíamos siendo un restaurante para gente adinerada. Por eso, en 1995 corrimos el riesgo de reducir los precios 20%. Eso significaba que las ventas se debían triplicar por cada dólar que bajaba el precio. Fue una estrategia que dio resultado, porque así salimos del segmento más rico y llegamos a un público más amplio. Fruto de eso, el grupo KFC abrió más locales a nivel nacional.

    La clave: el enfoque

    Si hay algo apasionante para mí, es ver cómo crece un negocio. Por eso, junto con varios socios, he podido expandir el grupo con otras marcas, lo cual, implica que uno debe estar más concentrado que antes en cada marca para que no ocurran distracciones. Por esto, el enfoque es la clave.

    He pensado que si me hubiera dedicado exclusivamente a KFC, este momento la marca estaría mucho más lejos.

    El orden, ante todo

    Después de más de 30 años en los negocios, me he dado cuenta de que sino se manejan los números, entonces no sabes si cumples las metas. Los números son muy importantes, porque son la única manera de saber si estás ganando o perdiendo dinero. En este aspecto, es fundamental ser muy ordenado.

    El camino al éxito

    El éxito para una empresa de alimentos es la frescura del producto, aparte de otros aspectos que hay que cuidar como el precio, la imagen, que los locales se vean limpios y ordenados y la atención al cliente que debe ser excepcional. Siempre hay reveses y complicaciones que sortear, pero hay algo que no debe ser negociable: el trabajo duro.
    Esto nos permite sortear cualquier crisis o situación desfavorable en un negocio. El ser humano se adapta fácilmente a cualquier situación y es más fuerte de lo que piensa. El truco es no tirar nunca la toalla.

    Juan Carlos Serrano ofreció una charla en la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación. Allí contó su trayectoria en el mundo empresarial. Foto: cortesía AEI
    Juan Carlos Serrano ofreció una charla en la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación. Allí contó su trayectoria en el mundo empresarial. Foto: cortesía AEI
  • Prendas originales con enfoque ancestral

    Redacción Quito

    El amor por el diseño es lo que motivó a Santiago Sánchez y Stephany Meza a crear la firma Nahual; una microempresa que se especializa en la fabricación de prendas de vestir con un enfoque medioambiental.

    La diseñadora de modas y el diseñador gráfico decidieron en el 2012 desarrollar una iniciativa textil independiente con estilos modernos. Con una inversión inicial de USD 6 000, ellos compraron máquinas de coser, materia prima y una impresora digital de tela que importaron desde China, con las que fabrican una gran variedad de prendas.

    Entre los productos que elaboran están: camisetas, blusas, sacos y chompas, cada uno con un diseño particular. Sus clientes pueden encontrar las prendas en tallas small, medium y large, y están direccionados a niños y adultos.

    Así también sus diseños contienen elementos de culturas de Centroamérica y figuras geométricas del mandala (imágenes simbólicas espirituales), de la filosofía budista.

    Daniel Romero, cliente de la marca desde hace ocho meses, indica que la originalidad y la calidad de la ropa es lo que lo motivó a comprar su línea. «Los detalles de los puños y las etiquetas son de excelente calidad», indica.

    El 70% de las ventas se realiza a través de su página en Facebook. Su facturación varía entre USD 300 y 1 000, al mes, dependiendo de la temporada y las entregas las hace Sánchez en su bicicleta.

    Así también, Nahual creó la Feria Karishina para mostrar sus prendas y también obras de otros microempresarios. Camila Rueda indica que la mezcla entre lo cultural y lo actual es lo que la motivó a comprar sus productos.

    Negocio por dentro

    Los productos. Otros de los artículos que se derivan de la marca Nahual son muebles, llaveros y velas aromáticas.

    La materia prima. Los emprendedores solamente utilizan telas de algodón o de materiales suaves. La técnica de estampado que manejan es la serigrafía.