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  • Compartir libros es su modo de enseñar a otros

    Giovany Astudillo

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    Pese a la insistencia de su padre, no le gustaba leer y si lo hacía era por obligación. “Lee por favor lee, después no has de tener tiempo”, repetía Lauro Urgilés a su hijo Juan Carlos, en su infancia.

    Pero ese gusto recién surgió cuando el actual Gerente de la Cooperativa de Ahorro y Crédito Jardín Azuayo terminaba la carrera universitaria de economía. Cuando hacía su tesis sobre la ‘Evaluación del impacto ambiental de la actividad petrolera en la Amazonía’ estudió la Teoría del Desarrollo para plantear el enfoque de trabajo.

    Desde febrero de 1996 empezó a trabajar en Jardín Azuayo, en el cantón azuayo de Paute. En ese entonces, con su esposa querían seguir una maestría, pero no se concretó por los costos y la distancia. Por ello, optó por aprovechar el tiempo libre con la lectura.

    Empezó con ‘Mercados Financieros Internacionales’ de Franco Modigliani y Frank J. Fabozzi. Lo leyó detalladamente durante cuatro meses. “Me contaba cosas que necesitaba y obtenía repuestas… Me di cuenta de que, pese a que estaba lejos, podía acceder al conocimiento a través de un libro”. Luego revisó las publicaciones de Manfred Max Neef.

    Desde entonces considera que “un texto bueno y bien leído es la mejor inversión”. Urgilés lee de tres a cuatro libros a la vez. Ahora, por ejemplo, está con ‘El gobierno de los bienes comunes’ de Elinor Ostrom y ‘Educomunicación’, de Victorino Zecchetto.

    También, revisa los ‘Derechos Humanos desde la Interculturalidad’, de Piedad Vázquez, hasta una tesis doctoral de la Flacso sobre las condiciones del buen vivir de las cooperativas.
    Según Urgilés, del libro ‘El gobierno de los bienes comunes’ aprende que el problema más grave de una organización no es técnico ni productivo ni de mercado, sino de propiedad. “Si la empresa es familiar es viable por ese vínculo social y se hace gobernable, pero cuando empieza a crecer la cosa se complica”.

    Para Urgilés, un beneficio de un libro es la capacidad que tiene para ofrecer el resumen de tanto trabajo del autor. Pero también, agrega que hay textos que causan desilusión porque son mediocres. Por esa razón, cuando adquiere alguno se asesora bien.

    Le interesan las publicaciones de historia económica, antropología y sociología económica, derechos humanos, ciencia política y gobierno. Además de pedagogía, psicología, sociología… porque su cargo no solo le exige tener habilidades técnicas-financieras sino también comunicacionales para transmitir los conocimientos.

    Según él, lee despacio porque anota las ideas y al final hace una ficha. “Después es complicado encontrar las ideas principales o las que me marcaron”. También, es un apasionado de la música y poesía. Entre otras, destaca ‘Poemas sin permiso’ de Jaime Galarza Zavala. Urgilés recita de memoria los poemas de esa publicación.

    Como costumbre le gusta regalar libros en la cooperativa Jardín Azuayo. Lo hace cuando quiere explicar o que se conozca algún tema. De esa forma presiona para que su grupo de trabajo lea.

    El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
    El economista Juan Carlos Urgilés posa en la biblioteca familiar. Foto: Xavier Caivinagua para LÍDERES
  • Innovar y enseñar son las tareas de la guayaquileña Mariuxi Villacrés

    Washington Paspuel

    Desde la secundaria sintió que lo suyo era lo social. En el colegio Nuevo Mundo de Guayaquil, donde se graduó, ya participaba en todo tipo de actividades de voluntariado.

    Mariuxi Villacrés, guayaquileña de 39 años, es la cofundadora de Coinnovar, una empresa que desarrolla ecosistemas de emprendimiento e innovación. Ella se emociona al hablar de su paso por el colegio y la universidad. Durante sus estudios ya evidenció su inclinación social.
    En 1993 se inscribió en la Escuela de Comunicación Mónica Herrera, de Guayaquil. La escogió porque esta ofrecía, a su criterio, una metodología diferente de cátedra, más orientada a la práctica. En la universidad se decantó por la publicidad, pero luego de un par de años de estudios sintió que no era lo suyo.

    En 1997 tuvo la posibilidad de viajar a Chile, para cursar un seminario de un mes. Aprovechó su estadía para terminar su carrera universitaria, en la especialidad de Redacción Creativa. Fue una experiencia que la acercó por primera vez al mundo del emprendimiento. “Llegué a un país post Pinochet. Fue un giro grande” .

    Durante su permanencia en Chile, compartió con una fundación cuya misión era democratizar la capacidad emprendedora de jóvenes de ese país e impulsar sus habilidades. Villacrés trabajó dos años con la fundación. Allí, esta amante de la playa y practicante del yoga aprendió que lo más importante, más que sumar conceptos, es materializarlos.

    Villacrés retornó al país en 1999. Llegó de vacaciones, pero Ecuador la volvió a enganchar y se quedó. Aquí empezó a colaborar en la administración de la empresa de pinturas de la familia, que tenía la licencia de una firma multinacional. Lo hizo durante 11 años. Otro motivo para quedarse en el país fue su actual esposo. “Me enamoré. Fue una especie de reencuentro, porque con mi esposo nos conocíamos de toda la vida”.

    La empresa de pinturas crecía, pero la familia la decidió venderla a la multinacional de la que tenía la licencia, porque esta decidió tener presencia directa en Ecuador.

    El rostro de Villacrés dibuja una sonrisa cuando habla de su familia. Con su esposo y sus tres hijos, el mayor de 14 años, decidieron mudarse a San Francisco, California, donde Mariuxi obtuvo una media beca para estudiar una maestría en emprendimiento social. Vendieron su auto, hicieron un préstamo y se fueron.

    A su retorno, y con todo el conocimiento adquirido, Villacrés fundó junto con su prima y compañera de estudios, Belén Pástor, la empresa Coinnovar, en Guayaquil. Esta desarrolla ecosistemas de emprendimiento e innovación. Sus cuatro colaboradores trabajan en un luminoso y tranquilo espacio adecuado en una rehabilitada casona en la ciudadela Urdesa, en el norte de la ciudad. “Hubo la confianza para sacar adelante este proyecto. Mariuxi tiene la capacidad de integrar todos los ámbitos de su vida, el familiar, el empresarial”, dice Pástor.

    Coinnovar es una de las primeras tres empresas en el país certificadas bajo el Sistema B. Este es un proyecto global que empezó en el 2011, y que integra a todas las empresas que desarrollan prácticas de responsabilidad social, ambiental, inclusión y valor compartido. Su interés por este sistema convirtió a Villacrés en una de sus voceras en el país. La semana pasada dio una charla sobre su importancia a un grupo de emprendedores del país reunidos en Guayaquil en el encuentro Origen. Villacrés exhibió sus habilidades de coaching, las que desarrolló, aún más, luego de que en el 2010 tomó clases durante un año para certificarse.

    Este año, Coinnovar concretó una alianza estratégica con la incubadora de emprendimientos y espacio de coworking Innovar. Su cofundador, Aldo Arellano, describe a Villacrés como una mujer que sabe sacar lo mejor de la gente. “Tiene una fuerza para liderar. Siempre está enfocada en el desarrollo en otras personas”.

    Andrés Briones, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios del Ecuador, conoció a Villacrés en la universidad. Él aprecia de ella su capacidad para influir en las personas y generar en ellas cambios de actitud. “Tiene el poder de arrastrar a las personas, e empujarlas a visualizar y liderar proyectos”.

    Villacrés tiene una voz potente, una de las habilidades desarrolladas como coach. Los fines de semana los dedica completamente a la familia, con la que comparte su casa en la playa. Es su escape de trabajo diario. “Hay que integrar de forma armónica todas las facetas de nuestras vidas, y darles a cada una su espacio”, resume esta mujer innovadora.

    Mariuxi Villacrés es invitada frecuente a charlas de emprendimiento en el país y también las dicta desde la plataforma del proyecto Espiral, dirigido a jóvenes creativos. Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES y  archivo particular
    Mariuxi Villacrés es invitada frecuente a charlas de emprendimiento en el país y también las dicta desde la plataforma del proyecto Espiral, dirigido a jóvenes creativos. Fotos: Enrique Pesantes / LÍDERES y archivo particular
  • ‘Don cepito’ llega para enseñar economía

    REDACCIÓN QUITO

    ‘Mi tío Cepito es un maestro jubilado, que sigue enseñando a la gente en todos lados. Enseña conceptos financieros, para que ya nadie tenga problemas con dinero».

    Con esta estrofa, a ritmo de rap, el Ministerio de Coordinación de la Política Económica, lanzó el pasado 5 de abril, su serie dramatizada ‘Don Cepito’, de 10 capítulos, que se emite por televisión nacional y regional.

    «Yo soy Teodoro y soy su sobrino, grabo en video todo lo que hace mi tío. La vecina Angustias anda siempre endeudada y por eso es que ella se la pasa angustiada», dice otra estrofa.

    Al interior de la entidad, los funcionarios están emocionados con el proyecto, porque la idea nació de su propio puño y letra. Según el secretario Técnico de la entidad, Mauricio León, hace dos años, para levantar la moral del equipo y fomentar el compañerismo, se organizó un concurso interno para elegir una mascota. El ganador fue José Coba, en ese entonces asistente de abogacía.

    El funcionario recuerda que le dieron un bosquejo de un matemático, un economista y un contador. Y así fue como este aficionado a la caricatura ‘concibió’ a la mascota, un clásico contador con sombrero, lentes y tirantes.

    El nombre llegó casi inmediatamente. A otro funcionario, Andrés Díaz, se le ocurrió el nombre del personaje en un juego de asociación de letras con las siglas del Ministerio (MCPE). Eme, ce, pe, eme-pe, ce-pe… ¡Cepito!…

    Durante todo este tiempo, la mascota ha servido para la comunicación interna y, eventualmente, también para ciertos programas externos. Posteriormente, se lo asoció al programa de educación financiera de la entidad y su imagen ha sido parte de los juegos que lleva el Ministerio a escuelas y colegios.

    Hasta ahora, que se decidió dar un paso más: se armó una estrategia de política integral de educación financiera y económica y se contrató una consultoría (Gary Flor, profesor de la Universidad Andina) que sistematizó todos los programas del sector público. Acto seguido se contrató a la productora La Oreja de Pez, para realizar las filmaciones.

    León puntualiza que el contenido de los videos tiene solo el carácter de enseñanza y no político. Además, dependiendo de la respuesta, se realizará una segunda fase de grabaciones y hasta una revista del cómic. Por ahora, a grabarse la canción: «Don Cepito enseña economía, economía, quiero aprender».