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  • Este negocio equipa al jinete y al caballo

    María Victoria Espinosa

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    En 1990, era difícil obtener un sombrero de alta gama en Santo Domingo. Eso motivó a la familia Remache a instalar un pequeño local, con 1 500 sombreros de nailon conocidos como chaparral, traídos desde Colombia.

    En la actualidad el negocio La Casa del Sombrero amplió su oferta de productos y venden botas, monturas, sombreros, camisas, correas, hebillas texanas, implementos de herrar, y accesorios para el jinete y el caballo.

    Las más de 40 variedades de productos se distribuyen a escala nacional. La mayoría se elabora en una planta, en la parte trasera de la tienda.

    Aunque el producto estrella sigue siendo el sombrero. Vladimir Remache, administrador de la Casa del Sombrero, recuerda que esa prenda era indispensable en 1992 para los ganaderos y montuvios de la región. El que mejor sombrero tuviera era el que mayor poder o jerarquía tenía.

    Por eso, su padre Jorge Remache ideó un negocio que le ofreciera al cliente una variedad de sombreros y monturas para caballo.

    La Casa del Sombrero ha logrado mantenerse en el mercado debido a la innovación. Sus dueños han personalizado los sombreros con las iniciales de los clientes al igual que las monturas para los caballos.

    También se venden los sombreros de a cuerdo con el tamaño de la cabeza de los clientes. “El sombrero si no sabe llevarse puede ser un estorbo para el jinete”.

    En la tienda -agrega- también se puede encontrar sombreros colombianos, peruanos y ecuatorianos, de varios materiales.

    En el caso de las monturas se realizan en varios modelos y materiales. Todas son revestidas con cuero de vaca, que es tratado de forma especial para que el producto sea más duradero.
    Eso las vuelve más atractivas para los jinetes. En la planta, cada semana al menos confeccionan unas cuatro monturas.

    Estos productos tienen un precio desde USD 150 hasta USD 370. Aunque si se hacen bajo pedido y personalizadas pueden costar hasta USD 1 000. “Tenemos clientes que vienen de diversas partes del país”.

    En la planta, se elaboran únicamente productos hechos con cuero. Para eso tienen proveedores a nivel nacional, especialmente en provincias de la Sierra como Loja.

    Todos los productos como chaquetas y correas se realizan a mano para poder personalizarlas.
    También tienen una línea especial para mujeres y niños. Son carteras elaboradas con cuero de distintos modelos y tamaños.

    Para los niños también se pueden encontrar pequeños sombreros, gorras y ropa relacionada con el mundo equino y ganadero.

    Otra línea en la que han incursionado estos emprendedores son los adornos para el hogar.
    La época en la que más movimiento tiene la tienda es en las fiestas de cantonización de Santo Domingo, que también coinciden con las festividades de la Asociación de Ganaderos (Asogan).
    La acogida se debe a que se realizan cabalgatas, concursos de ganado, exhibiciones de caballos de paso fino, conciertos…

    Además, La Casa del Sombrero provee a las candidatas a reina de Asogan y realiza un sombrero especial para la reina elegida.

    Juan Zambrano, gerente de Asogan, afirma que escogieron a este negocio por la calidad de los sombreros y la puntualidad para entregar los pedidos.

    Para esa época, entre junio y julio, se venden unos USD 15 000. Mientras que en un mes normal las ventas llegan a USD 10 000.

    Este negocio se creó en 1992, en un pequeño local en el centro de Santo Domingo. El primer producto fue el sombrero, pero poco a poco empezaron a tener variedad. Hace unos cinco años abrieron la planta donde trabajan con pieles de vaca y otros animales. Además de la atención en el local, también se realizan ventas a través de una página web y de las redes sociales.

    Remache asegura que al menos han invertido unos USD 80 000 en maquinaria, productos y un nuevo local de dos pisos, ubicado al frente del negocio tradicional.

    Vladimir Remache es el administrador del negocio La Casa del Sombrero, ubicado en el centro de Sto. Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
    Vladimir Remache es el administrador del negocio La Casa del Sombrero, ubicado en el centro de Sto. Domingo. Foto: Juan Carlos Pérez para LÍDERES
  • Equipa a bomberos y municipios

    Modesto Moreta

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    El eslogan: “Ingeniería en carrocerías especiales”, se cumple. La empresa ambateña César Pico Sánchez (Cepsan) fabrica desde un carro blindado hasta un autoferro. La calidad de los materiales, el cumplimiento, los años de experiencia, la aplicación de normas nacionales e internacionales es la carta de presentación de esta industria metalmecánica.

    La firma desde 1992 diseña y construye carros blindados para el transporte de valores, ambulancias tipo I y II, unidades de rescate, casetas de apoyo de rescate urbano y acuático, tanqueros de entre 1 000 y 1 300 galones para combate de incendios. Para salud, clínicas móviles, unidades móviles de salud ginecológica, audiometría, odontológico, virtuales, oficinas móviles, carrocerías para turismo urbano y vagones.

    A la amplia lista se suman los carros talleres con canastilla para las empresas eléctricas, carrocerías mixtas de pasajeros, plataformas para equipo electrónico, casetas con viseras largas, casetas para camionetas y furgones, para transporte pesado, transportación de pollos, huevos fértiles, caballos…

    Sus principales clientes de esta marca ambateña son los cuerpos de bomberos, las empresas eléctricas, los municipios, las prefecturas, las empresas concesionarias de vehículos, avícolas… El año pasado la firma ambateña facturó USD 466 698.

    La historia de Cepsan se inició luego de que César Pico renunciara hace 25 años a carrocerías Picosa, que fundó conjuntamente con sus hermanos Vladimir y Marco. Este técnico formado en Brasil, Estados Unidos y otros países se involucró en la metalmecánica con ayuda de su padre Ángel. Él se desempeñaba como jefe de mecánicos en la compañía petrolera Shell, en 1940.

    Pico recuerda que su progenitor fue su principal maestro durante tres años. Con los conocimientos adquiridos se empleó en el taller artesanal de Jorge Villacís. Luego trabajó en la empresa carrocera Varma y pasó a la estadounidense Thomas, donde permaneció por un año y medio. Allí adquirió los conocimientos en la fabricación de carrocerías para buses. Decidió retornar a Ambato luego que su progenitor realizara un crédito de 20 000 sucres en el Banco Nacional de Fomento.

    Con el dinero compraron maquinaria en suelda, taladros y herramientas e instaló el taller Mecánica en general Pico Hermanos. Tres años después con sus hermanos fundaron la empresa familiar Picosa donde se encargaba del diseño y producción de carrocerías.
    Tras 25 años de labores, renunció y efectuó un crédito de 50 000 sucres en una institución financiera e instaló una nueva empresa familiar a la que bautizó con el nombre de Cepsan.

    Está ubicada en las calles Pichincha y Rumiñahui, en el oriente de Ambato.
    La idea de Pico no fue la dedicarse a la fabricación de buses, por eso viajó a Estados Unidos para capacitarse en la fabricación de campers, pero su proyecto no dio resultado. Para no competir con su hermano Vladimir que se quedó a cargo de Picosa incursionó en el ensamblaje de vehículos blindados, convirtiéndose en uno de los pioneros en el país.

    Es más, fue proveedor de unidades blindadas para la firma Tevcol durante 12 años. Pero no se quedó ahí y buscó otras líneas de producción para bomberos, salud, empresas eléctricas, empresas avícolas, de cárnicos…

    En la actualidad es el principal proveedor de ambulancias, unidades de rescate, autotanques, autobombas y más, con nuevos diseños con estándares internacionales. También, se amplió a dar servicios a los municipios, consejos provinciales, fundaciones, empresas de carne, avícolas…

    La última inversión fue entre el 2012 y 2014 de USD 80 000. Con los recursos actualizó la maquinaria y los equipos de trabajo. “Todo este proceso le tomó 10 años de capacitación de la mano de obra y cumplir con normas internacionales. “Es un mercado nuevo que estamos atendiendo. Al inicio no nos conocían pero ahora estamos en el mercado”.

    El Cuerpo de Bomberos de Riobamba es uno de sus clientes. El año pasado, Cepsan construyó una plataforma taller en una camioneta y adecuaron una furgoneta de pasajeros. Víctor Salgado, jefe de Transportes del Cuerpo de Bomberos, dice que el trabajo, garantía, acabados y materiales que utilizan hace que sea un producto de calidad, es decir, no es necesario importar vehículos de emergencia y eso permite ahorrar.

    César Pico, gerente de Cepsan, dirige el trabajo de sus 20 colaboradores. El propósito es que se cumplan con las normas de calidad de los productos que fabrican. Foto: Glenda Giacometti/Líderes
    César Pico, gerente de Cepsan, dirige el trabajo de sus 20 colaboradores. El propósito es que se cumplan con las normas de calidad de los productos que fabrican. Foto: Glenda Giacometti/Líderes
  • El golfista se equipa en el país y afuera

    Redacciones de Quito y Guayaquil

    Desde hace 4 años, Pedro Jaramillo juega golf de lunes a viernes desde las 06:00 hasta las 08:00. Este cuencano de 34 años practica esta disciplina deportiva en las canchas del Cuenca Tenis y Golf Club.

    Pero también juega en clubes como el Arrayanes Country Club, ubicado en el sector de Puembo, al oriente de Quito. Jaramillo cuenta que la mayoría de jugadores que conoce compra su equipo en el extranjero. “Afuera del país existe más variedad. Eso sí, lo mejor es tener la asesoría de otros jugadores o de los profesores que enseñan en clubes de golf de Cuenca, Quito o Guayaquil”.

    Según Jaramillo, cada jugador tiene un estilo, y para cada estilo existe un palo de golf diferente. “Y la diferencia solo la conocen los profesionales”, añade.

    Otra opción para los golfistas es equiparse en tiendas especializadas que, por lo general, funcionan en los clubes. Una de las empresas que ofertan palos, zapatos, vestuario, maletas y otros accesorios es Goodsport Ecuador, que cuenta con locales en el Quito Tenis y Golf Club, Los Chillos Club Campestre, Los Cerros Club de Golf, Guayaquil Country Club, Arrayanes Country Club y Cuenca Tenis y Golf Club. Paúl Cadena, de Goodsport Ecuador, explica que un equipo que incluya la talega o maleta, más los fierros (palos), se encuentra en el mercado nacional desde los USD 595 hasta los 2 000. Esta compañía oferta accesorios para golfistas ensamblados en EE.UU. con piezas elaborados en ese mismo país y en China.

    Jaramillo coincide. Él conoce de marcas estadounidenses, inglesas y japonesas. “Pero la mayoría de los palos dicen ‘Hecho en China’”.

    Una tienda especializada en golf es la que la firma deportiva Adidas abrió a inicios de diciembre en el Scala Shopping, en Cumbayá, al oriente de Quito. Noemí Freire, gerenta de marketing de Adidas, cuenta que la inversión en la tienda fue de USD 150 000. Allí, un simulador permite que los clientes identifiquen los palos que mejor se acoplen a su juego. La tienda se dirige a dos grupos: golfistas que buscan artículos especializados y consumidores que gustan de la indumentaria utilizada en este deporte (sacos, camisas, gorras, etc.).

    Freire considera que el Golf es un mercado que está creciendo paulatinamente. Como prueba, menciona cursos vacacionales donde se incluye al golf dentro de los deportes que se practican.

    En el Quito Tenis y Golf Club se cuentan cerca de 250 jugadores regulares. Paulina Gallo, asistente del área de golf del club, cuenta que los socios practican este deporte de martes a domingo. “Encontramos jugadores desde los ocho años de edad, entre hombres y mujeres”.