La Espae, la escuela de negocios de la Espol, celebra este domingo 29 de noviembre, 37 años de creación. Con su visión politécnica, esta escuela concretó la idea de ofrecer maestrías en Administración de Empresas como un complemento a las habilidades obtenidas, luego de alcanzar el título profesional.
El pasado jueves 26 de noviembre, en ceremonia virtual, la Escuela graduó a 134 nuevos Magísteres que se desempeñarán en diferentes roles, en este momento sin precedentes, de cambios y desafíos para las empresas, el país y el mundo, destaca la Espae en un comunicado.
El decano de Espae, Xavier Ordeñana, destaca que, a pesar de los desafíos actuales mantienen el compromiso con “la mejora continua y la búsqueda de la excelencia”.
“Entre las muchas lecciones que nos deja la pandemia, encontramos la importancia de la adaptabilidad. Hemos avanzado en la transformación de nuestras actividades, adaptándonos a las restricciones de movilidad originadas por la emergencia sanitaria”, añade Ordeñana.
Los graduados pertenecen a distintas cohortes de la Maestría en Administración y Dirección de Empresas, con mención en Innovación; Maestría en Gestión de Proyectos, Maestría en Agronegocios Sostenibles, Maestría en Gerencia Hospitalaria y Maestría en Tributación.
La Escuela hizo una mención especial para alumnos que han trabajado en sectores esenciales durante la pandemia, al tiempo que cumplieron con sus responsabilidades académicas en el trayecto final de su formación.
El mejor graduado José Soledispa, alumno de la Maestría en Administración de Empresas, envió un mensaje a sus compañeros: “Seamos agentes de cambio. Debemos contribuir a la sociedad, desde el frente que nos ha tocado desarrollarnos. Estamos llamados a ser líderes con conciencia de cambio, somos nosotros quienes sacaremos adelante a nuestra sociedad, a nuestras empresas, con valores, con arduo trabajo y con las competencias que se requieren”.
La Escuela de Negocios de la Espol graduó a 134 nuevos Magísteres que se desempeñarán en diferentes roles. Foto: cortesía
Juan Manuel Domínguez es economista graduado en la Espol. Tiene una maestría en economía en la Universitat Pompeu Fabra. Estudios doctorales en el área de economía aplicada y agrícola en la Universidad de Minnesota, Twin Cities, con su tesis sobre la economía de biocombustibles.
Hoy en día se desempeña como Director de Investigación de la Espae. En el sector público fue director del INIAP. Fue viceministro de Agricultura. Sus publicaciones académicas están relacionadas en las áreas de agricultura, organización industrial y bioenergía en reconocidas revistas nacionales e internacionales. Además, ha sido consultor para empresas nacionales y organismos internacionales.
Con su experiencia en el sector público y en la academia, ¿cómo califica al sector agrícola del Ecuador en este momento? En este análisis hay que apuntar que existe un vínculo directo entre la macroeconomía y la agricultura. ¿Cómo se nota esto? Por ejemplo, al observar la cotización del dólar o las tasas de interés vemos que están asociados con el desempeño y la estructura de los mercados agrícolas. Hoy podemos ver cómo el valor del dólar se está apreciando, lo que implica que los productos de Ecuador -país dolarizado- van a ser mucho más caros. Allí también está el tema de la competitividad en función de la cotización del dólar. Lo que ocurre en este momento, que coincide con el covid-19, es que nuestros productos están perdiendo competitividad.
Lo de la apreciación del dólar es el dilema que ha sufrido el Ecuador desde el 2000… Por supuesto, dado que no tenemos política monetaria ni cambiaria, siempre habrá
restricciones para Ecuador. Si los países vecinos ajustan sus monedas encontrarán nuevas formas para salir de una crisis. Ecuador, con el dólar, no. Igual no estamos pensando en salir de este sistema. Se ha demostrado que con la apreciación del dólar hay una correlación negativa con el precio de las mercancías agrícolas. Me refiero a un comportamiento de manera inversa: sube el dólar, pero el precio de mercancías agrícolas tiende a la baja. Y eso estamos experimentando con algunos mercados agrícolas como cacao o maíz, por ejemplo. Hay una tendencia a la baja dramática. Este comportamiento no es nuevo, existe y uno puede anticipar estrategias.
¿Qué clase de estrategias por ejemplo?
Unas dependen de las autoridades y otras de los agricultores. Hay que revisar en la estructura de costos los componentes más importantes. En una crisis como la del covid-19 es más difícil definir costos de producción porque no se lo puede hacer de un día para otro. Sin embargo, esta relación de variables no es reciente, sino que se la viene discutiendo desde los años de 1970. Incluso la Cepal ha mostrado evidencia sobre cómo este comportamiento, esta correlación negativa se ha acentuando desde el año 2000. Sube el dólar un 1% y en ese mismo porcentaje bajan los productos agrícolas. Pero no se ha hecho mucho en reducir costos de producción. Entonces toca ir a la estructura de ingresos: ser más productivo, invertir en ciencia y tecnología. El problema es que en América Latina no se está invirtiendo en ciencia y tecnología agrícola.
¿Hay lecciones del pasado?
Las crisis nos dejan lecciones, pero estas se han basado en el pasado porque estas caídas de precios ya han ocurrido.
¿Pero no hemos aprendido?
Correcto. Aunque hay buenos ejemplos: en el 2007 y 2008 hubo una depreciación del dólar y nuestros productos eran más baratos y más competitivos. Además, los productos agrícolas estaban al alza y fue un ‘boom’ para la economía ecuatoriana. Ahora tenemos lo contrario. Además, hay que anotar el precio del petróleo que tiene un comportamiento positivo con muchos de los precios de las mercancías agrícolas. Cuando cae, los precios de algunos productos bajan. Allí están la palma aceitera, el cacao, el maíz. Estos son comportamientos de los que pudimos aprender algunas lecciones, pero no lo hicimos y no se pudieron anticipar estrategias que toman cinco o más años.
¿Qué podemos esperar en el agro ante el covid-19?
En términos de precios, mientras dure el covid-19, van a estar a la baja. Vamos a tener muchas dificultades relacionadas con los costos de producción. Si hay un precio muy bajo, los costos de producción seguirán altos no solo por el dólar, sino por el costo de la mano de obra y los insumos. Entonces los márgenes de ganancia se pueden reducir o ser negativos.
¿Puede ser el escenario para replantear el modelo agrícola, para empezar a invertir en tecnología e innovación?
Por supuesto. Para salir de esta ‘trampa’ se necesita invertir en investigación y desarrollo. La trasmisión de las crisis es más rápida para una economía que cumple tres condiciones: ser una economía pequeña porque no puede influir en los precios a escala internacional; ser una economía cuya producción está concentrada en pocos productos, con una canasta exportable limitada; y la tercera condición es que los productos de exportación van a pocos mercados en el mundo y allí los ejemplos de estos días son el camarón o la pitahaya que no podían llegar a China. Ecuador cumple esas tres condiciones y ese es un problema ante crisis como las que estamos viviendo ahora. Entonces, era fácil predecir un impacto muy fuerte para la economía ecuatoriana, en especial para los productos agrícolas. ¿Entonces es el momento para trazar un nuevo plan en materia agrícola?
Creo que en esta situación que estamos viviendo unos pueden decir que es bueno o malo estar en un sistema dolarizado. Yo como analista veo que tenemos un sistema dolarizado y que hay una relación entre el valor del dólar, el precio de los productos agrícolas y el precio del petróleo. Al saber de esas relaciones se pueden sacar ventajas incluso en épocas de crisis porque sé cómo se van a comportar los mercados y los preciso. Así puedo predecir mi flujo de caja como agricultor; igual a escala empresarial puedo saber que voy a tener una temporada en la que hay que cuidar el flujo, en la que debo mantener abiertas las líneas de crédito y que debo ser muy cuidadoso con los costos de producción. Estas son las recomendaciones, pero para salir del problema la solución en el largo plazo es invertir en investigación y desarrollo, que permita presentar a los mercados extranjeros nuevos productos. El problema es que en momentos de crisis es cuando se dan más recortes a los recursos para investigación y desarrollo. Hemos visto los temas macro, ¿pero cómo están los pequeños agricultores ecuatorianos, qué tan preparados están ante estas crisis?
En mi experiencia veo que los pequeños y medianos agricultores no tienen esta información. La información sobre los precios y sobre las maneras de enfrentar crisis debe estar disponible de manera pública. Los sistemas de transferencia de información en el sector agrícola son muy débiles, hay que reestructurarlos. Hoy en día la información en tiempo real pero pocos agricultores conocen esto y de alguna forma las instituciones públicas y privadas deben ayudar a que esa información esté disponible.
Juan Manuel Domínguez, Director de Investigación de la Espae, habla sobre la relación entre la apreciación del dólar, el precio del petróleo y los mercados agrícolas. Foto: Cortesía Espae
La Espae Graduate School of Management, que es parte de la Espol logró el primer lugar como mejor Escuela de Negocios de Ecuador dentro del ranking MBA de la revista América Economía. Asimismo, se sitúa 16 en la Región dentro del top 20.
En el primer lugar del ranking se sitúa la chilena Adolfo Ibañez, seguida de la mexicana Egade Business School. El tercer lugar es para la Pontificia Universidad Católica de Chile.
El estudio analiza cuatro dimensiones: la fortaleza académica, la producción de conocimiento, el poder de red e internacionalización y la diversidad. En el ranking también se encuentran otras escuelas de negocios ecuatorianas: ESAI Business School, de la UESS (25), Universidad de San Francisco de Quito (26) y la Universidad Católica de Guayaquil, que se ubica en el puesto 38.
Las fortalezas en las que Espae destaca son: El Poder de Red y Producción de Conocimiento. El primero tiene que ver con el alcance y posiciones de nuestros ex alumnos y cómo estos se vinculan activamente a la Escuela. Como ejemplo, el hecho que varios de ellos forman parte de los Consejos Consultivos de nuestras Maestrías.
La producción de conocimiento corresponde al trabajo de investigación de los profesores que son publicados en revistas académicas de alto impacto.
Las fortalezas en las que Espae destaca son: El Poder de Red y Producción de Conocimiento. Foto: Archivo/ LÍDERES
La Espae Graduate School of Management logró el primer lugar como mejor Escuela de Negocios de Ecuador dentro del ranking MBA de la revista América Economía. Además, se situó 18 en la región dentro de 44 escuelas, según se informó la semana pasada.
La Espae, que es parte de la Escuela Politécnica del Litoral (Espol), señaló en un comunicado que la ubicación responde al trabajo de años de mejora continua en la docencia y la investigación, así como en aspectos estratégicos de la escuela como internacionalización y gestión de exalumnos.
“Nuestras fortalezas en la planta docente y su producción intelectual con impacto no solo en el ámbito académico sino también relevante para la sociedad en general y la comunidad empresarial en particular”, indica el comunicado del centro de educación superior.
En fortaleza académica la Espae destacó con 82,6%, uno de los indicadores más elevados. Este parámetro evalúa la cantidad de profesores a tiempo completo y la calidad de su formación académica, así como la cantidad de profesores a tiempo parcial y su experiencia en negocios.
El ranking MBA ha complejizado la dimensión Internalización, con la variable de Diversidad, evaluada con Indicadores como la cantidad de alumnos que reciben becas, la diversidad geográfica por la procedencia de los estudiantes y profesores extranjeros, la diversidad geográfica de las escuela o universidades en donde el profesorado full time obtuvo su mejor grado académico, y la paridad de género de los altos cargos directivos de la Escuela y del claustro académico, como es el caso de la Espae.
La Espae ofrece, según su página web, maestrías en administración de empresas; en administración y dirección de empresas con mención en innovación; en agronegocios sostenibles; en gestión de proyectos; y en gerencia hospitalaria. Además tiene un programa de educación ejecutiva enfocad en temas como certificación PMP, gestión de proyectos, marketing y desarrollo de negocios, alta gerencia, entre otros.
Creada en 1983, la Espae cuenta con cerca de 2 600 graduados. Además cuenta con actividades permanentes de vinculación con la sociedad en general y la comunidad empresarial en particular, entre las que destacan: conferencia anual Perspectivas Económicas, en la que se analizan condiciones político-económicas del país ; desayunos-conferencia Cemdes (Consejo Empresarial para el Desarrollo Sustentable) en los que se tratan temas de desarrollo sostenible desde la perspectiva empresarial; el TEDxPeñas en Guayaquil, evento que se realiza desde el año 2011, entre otros.
Otras escuelas de negocios ecuatorianas que están en el listado son ESAI, de la Universidad Espíritu Santo; la Universidad San Francisco de Quito; el IDE Business School; y la Universidad de las Américas.
Resultados regionales
En el primer lugar del ranking regional de las mejores escuelas de negocios de América Latina se ubicó la EGADE Business School, de México, seguida de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), de Chile y la Pontificia Universidad Católica de Chile. El estudio analiza cuatro dimensiones: la fortaleza académica, producción de conocimiento, poder de red e internacionalización y diversidad.
EGADE sigue liderando el indicador de internacionalización e incrementó su investigación, tanto en producción como en difusión de conocimiento. Sin embargo, la escuela de negocios mexicana solo supera a la UAI por un cada vez más estrecho margen de 1,5 puntos, lo que expresa la tendencia de hacer más reñida la disputa por el primer lugar, dice el comunicado oficial.
Según los responsables del ranking, no es un secreto que las escuelas de negocios latinoamericanas estén revisando y reestructurando los planes de estudios de sus MBA “en un intento, tanto para atraer a los mejores profesores y postulantes, como para actualizar sus perfiles de egresados”.
Creada en 1983, la Espae Graduate School of Management cuenta con cerca de 2 600 graduados. Foto: cortesía Espae
La ESPAE Graduate School of Management organizó el 19 de junio el evento ‘Conversando con nuestros gerentes’. Allí, tres exalumnos de la Escuela se reunieron para compartir sus experiencias en cargos gerenciales, moderados por el profesor William Loyola.
Miguel Carrillo, gerente general de Pacificard; María Elena Pontón, gerenta general de Global Sociedad Financiera; y Luis Fernando Rodríguez, gerente general de PDV Ecuador, expusieron sus distintas maneras de gerenciar e intercambiaron sus estilos sobre liderazgo y manejo de equipos.
Loyola comentó que el evento fue una oportunidad para reconstruir las vivencias, modelos, esquemas y teorías que los ejecutivos aplican en sus cargos.
Para Virginia Lassio, directora de ESPAE Graduate School of Management, el objetivo del conservatorio fue que los actuales alumnos aprendan de la experiencia de los graduados. Sirvió -dijo- para comentar sobre las herramientas aprendidas en las aulas que se aplican diariamente en el desempeño laboral. «Es una retroalimentación que sirve a todos los involucrados. Tanto a la ESPAE como a los exalumnos y a los estudiantes actuales».
Durante el evento, se tocaron distintas temáticas como los retos gerenciales, la toma de decisiones, los estilos de liderazgo y el manejo de conflictos. Cada uno de los expositores comentó casos reales con los que han tenido que lidiar dentro de sus firmas.
Por ejemplo, Rodríguez, quien gerencia la filial de PDVSA en Ecuador PDV desde el 2004, señaló que la innovación es fundamental. Sobre su modo de gerenciar, Rodríguez comentó que es implacable cuando se trata de «la mala fe».
Agregó que ha tenido que despedir personal cuando detecta que sus acciones han tenido malas intenciones. «En otros casos he perdonado mentiras o errores laborales cuando sé que la persona merece otra oportunidad».
Carrillo dijo que la comunicación es la base sobre la que se fundamenta para gerenciar. Para este ejecutivo, el diálogo es imprescindible para resolver conflictos y motivar a los colaboradores.
«Un líder no debe únicamente dar órdenes, debe ir directo a la fuente y conocer con quienes trabaja». Añadió que la conversación ayuda a conocer las motivaciones de los colaboradores y mantener mejores relaciones laborales.
En cambio, para Pontón, la clave en el desempeño de sus funciones es ser sincera y enfrentar las consecuencias de las acciones tomadas; así sean buenas o malas. Contó el caso de una mala decisión de inversión tomada por un subordinado en su empresa hace unos 10 años.
La ejecutiva recordó que en esa ocasión, ella fue quien asumió las consecuencias del error frente a los propietarios de Global. «Aprendí muchísimo de ese proceso. Un gerente debe asumir también las responsabilidades del equipo que maneja y formarse junto a él».
ESPAE Graduate School of Management organizó el conversatorio ‘¿Los problemas ambientales inciden en los negocios?’. Allí, Tanya González, gerenta regional de Reciclaje Electrónico de Intercia; y Antonio Portilla, gerente general de Fui Reciclado compartieron sus experiencias en el tema.
González comentó que la firma en la que labora se dedica al reciclaje de distintos materiales, como cartón, papel, plástico PET y equipos electrónicos. Ella afirmó que el reciclaje, que es una alternativa para aportar a la preservación del medioambiente, también es una oportunidad de negocios.
Para la ejecutiva, el reciclaje tiene múltiples beneficios; entre ellos, ambientales, sociales y económicos. Ambientales, debido a que se ayuda a la reducción de explotación de recursos naturales, evita la contaminación, e incrementa la vida útil de los rellenos sanitarios.
El beneficio social radica en la creación de microempresarios. Esta actividad es el principal sustento para unas 10 000 familias ecuatorianas, indicó.
En cambio, entre las ventajas económicas señaló el convertirse en proveedor de materia prima de calidad para industrias nacionales e internacionales. Además, la generación de divisas por las exportaciones de material y la disminución de importaciones de materia prima.
En la segunda parte del evento, Antonio Portilla, fundador de Fui Reciclado, contó cómo surgió la microempresa que dirige. El negocio, que nació en Quito, elabora y comercializa bolsos, carteras, billeteras…, en las que utilizan materias primas como las lonas de vallas publicitarias y caucho de neumáticos desechados.
Portilla contó que la idea de negocio surgió porque él se desempañaba anteriormente como publicista y diseñador gráfico. En el ejercicio de esta actividad, detectó que es una de las que mayor cantidad de desperdicios genera. «Mientras mayor producción de bienes, hay mayor actividad de promoción y publicidad, lo que aumenta a su vez, los desechos».
Sobre los retos que encontró la compañía en sus inicios, señaló el alto costo de producción. Hoy, la firma creó un proceso de diseño y fabricación que les permite ser rentable. Además, trabaja en alianza estratégica con otras empresas.
LA CIFRA: 10 000 familias ecuatorianas generan ingresos a partir del reciclaje.