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  • La ingeniería naval busca especializarse

    Redacción Guayaquil (I)
    redaccion@elcomercio.com

    La industria de la construcción, reparación y mantenimiento de embarcaciones marítimas en el país busca la especialización y la expansión, para cubrir la demanda, aunque esta se encuentra actualmente contraída.

    El sector de la industria naval está concentrado en un puñado de industrias, con la estatal Astilleros Navales (Astinave EP) a la cabeza, y con alrededor de 12 astilleros considerados medianos, repartidos en el país, según datos del 2014 de la Subsecretaría de Puertos del Ministerio de Transporte y Obras Públicas.

    El Ministerio Coordinador de los Sectores Estratégicos considera a la industria de la ingeniería naval entre las que deben impulsarse para su desarrollo. Un informe de la Cartera de Estado sobre el potencial de este sector, señala que Ecuador puede “apalancar el desarrollo naval a través de la industria de petróleos y gas”. En ese sentido, el proyecto propuesto plantea la relocalización de Astinave y la construcción de un astillero “de clase mundial”.

    Se ha calculado que el desplazamiento y el mejoramiento de Astinave implicaría una inversión de USD 50 millones, lo que le daría a la empresa estatal la capacidad para construir dos barcos al año, con la generación de más de 500 empleos directos, según la Cartera de Estado. En una segunda fase, que implicaría la ampliación y la capacidad para construir cuatro barcos al año, demandaría una inversión de USD 700 millones.

    La situación de esta industria en Ecuador y en la región se trató la semana pasada, durante la Cumbre Panamericana de Ingeniería Naval, que se desarrolló entre el miércoles y jueves en Guayaquil.

    En la cita se habló sobre el interés de las firmas internacionales en invertir no solo en la construcción de embarcaciones para uso militar, sino también en embarcaciones pesqueras y de placer, particularmente yates. Para el vicealmirante Ángel Sarzosa, comandante general de la Armada y miembro del Directorio de Asti-nave, la industria está encaminada a encontrar nuevas y distintas soluciones para el sector.

    El sector privado también busca mejorar su capacidad, apalancándose en la tecnología.

    Firmas como Varaderos del Pacífico, ubicada en el cantón Durán; y Astilleros Maridueña, situada en el sur de Guayaquil mostraron en la cumbre del sector su potencial, durante una feria paralela. Willie Novak, vocero de Astillero Maridueña manifestó, no obstante, que hace falta mayor apoyo estatal para desarrollar la industria. Esta firma cuenta, entre sus facilidades, con dos galpones de armado y prearmado habilitados para la construcción de embarcaciones de hasta 60 metros de eslora (largo), según la compañía.

    La industria de la ingeniería naval también se reparte entre firmas pequeñas, cuya labor se limita a la construcción y reparación de embarcaciones de menor tamaño, destinadas al sector pesquero artesanal o turístico.

    Sobre la situación actual de la industria naval ecuatoriana, Camilo Delgado, gerente general de Astinave EP considera que refleja cómo está la situación económica del mundo. “En este momento la industria naval, en lo que se refiere a construcción de embarcaciones está en un seno de la curva. En cuanto al sector de la reparación de naves, aún hay trabajo”.

    El directivo del astillero estatal explica que el sector depende de la cantidad de productos que se transportan en el mundo. “Si no hay intercambio de comercio, por razones como la caída del precio del petróleo o la apreciación del dólar, pues existe una caída”.

    Astinave construye actualmente en sus instalaciones, también en el sur de Guayaquil, cuatro embarcaciones. Dos naves de 50 metros de largo estarán destinadas a la Armada. Se trata de dos buques guardacostas, cuyo costo es de USD 15 millones, cada uno.

    Las otras dos naves que fabrica son para uso logístico, de 22 metros de largo, a un costo de USD 2 millones cada una.

    La capacidad instalada de Astinave está copada en un 90% en el área de construcción de embarcaciones, según la firma estatal.

    “Los actuales astilleros se dan abasto para atender con el servicio de mantenimiento al 40 o 50% de la flota ecuatoriana. El resto de la flota sale del país, lamentablemente”, indica el gerente de Astinave EP.

    En Guayaquil se realizó entre el miércoles y el jueves pasado la Cumbre Panamericana de Ingeniería Naval, que incluyó una feria del sector. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
    En Guayaquil se realizó entre el miércoles y el jueves pasado la Cumbre Panamericana de Ingeniería Naval, que incluyó una feria del sector. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES
  • La contratación pública se refuerza en el aula

    Redacción Guayaquil (I)

    Los funcionarios que están inmersos en la contratación pública tienen desde ahora la posibilidad de especializarse.

    La Escuela Politécnica del Litoral (Espol) inauguró el 14 de septiembre la primera Escuela de Contratación Pública del país.

    Las clases empezaron el segundo semestre de este año, con un grupo de estudiantes que laboran para el Estado. La especialidad es parte del Centro de Educación Continua de la Espol.

    La inauguración de la nueva carrera se realizó como antesala a un conversatorio sobre el Sistema Nacional de Contratación Pública, que se desarrolló en el auditorio del Centro de Educación Continua (CEC), en La Prosperina.

    La apertura de la escuela se concretó tras la firma de un convenio de cooperación interinstitucional entre la Espol y el Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop). Las clases se imparten en las aulas de un moderno edificio levantado en este campus.La edificación está dotada de laboratorios para las prácticas de los estudiantes.

    Cecilia Paredes, vicerrectora académica de la Espol, mencionó que esta propuesta académica es el resultado de un proyecto concebido para impartir una capacitación constante a los funcionarios. “Este, sin duda, es un proyecto académico que fue concebido con el objetivo de facilitar la capacitación de los funcionarios públicos”.

    La meta es, según la Espol transparentar los procesos de contratación y adquisición de servicios, bienes e insumos, con el objetivo de fortalecer el desempeño administrativo de los servidores “mediante el conocimiento, la práctica y la investigación”.

    La carrera ofrecerá eventos académicos. Entre estos se prevé la organización de ferias inclusivas, talleres para aprender a negociar con el Estado, herramientas informáticas del Sercop y la preparación para la certificación de competencias de administradores de contrato, gestores de contratación y jefes administrativos financieros. Los alumnos se mostraron optimistas de la capacitación que obtendrán con la nueva carrera.

    María Fernanda Vela, asesora de la Secretaría General de la Presidencia de la República, participó como panelista en el conversatorio ofrecido como parte del acto de inauguración de la carrera. “Toda la planificación pública está basada en una planificación nacional del Buen Vivir y tenemos que cumplir con esos objetivos; las entidades del Estado deben cumplir con este principio. Cada obra, cada bien, cada servicio, desde la compra de una pluma tienen que cumplir con esos parámetros”, señaló la funcionaria.

    La Escuela Politécnica del Litoral dispone de otros programas de capacitación y actualización académica, como parte del Centro de Capacitación Continua, que funciona desde 1982 en el propio campus de la universidad en La Prosperina.

    Los estudiantes de la nueva carrera participaron del conversatorio, el pasado 14 de agosto.
    Los estudiantes de la nueva carrera participaron del conversatorio, el pasado 14 de agosto.
  • ‘Las compañías aseguradoras deben ir a la especialización’, dice Omar Espinosa

    Holger Ramos B. / Redacción Guayaquil

    El Vicepresidente de la Cámara de Compañías de Seguros del Ecuador avizora un panorama de posibles fusiones de las compañías de seguros el próximo año. Esto, debido a las resoluciones adoptadas por la Junta Bancaria (JB) que deberán aplicarse en el 2013 y que determinan que las aseguradoras deben constituir más reservas y también aumentar el capital para operar.

    ¿Cómo queda definido el mercado asegurador con la resolución de la JB que estableció que los bancos no pueden tener negocios conexos como las compañías de seguros?

    No habrá cambios significativos. Lo que va a suceder es que las empresas van a cambiar de accionistas, ya sean de grupos financieros o de inversionistas nacionales o extranjeros. No va a ocurrir la esperada consolidación de las compañías. La única fusión que todavía es pública y que conocemos es la de ACE con Río Guayas.

    ¿A qué se refiere cuando sostiene que aún no hay esta consolidación?

    Se esperaba que con la resolución el número de aseguradoras se reduzca, porque 46 son demasiadas para un mercado pequeño como el de Ecuador (USD 1 336 millones, en el 2011). En el caso de la fusión que conocemos es ACE, el resto lo que han hecho es cambiar de dueños.

    ¿Si hablamos de libre mercado, sería favorable que más compañías ingresen al segmento para mejorar sus servicios, tengan mayor eficiencia, precios competitivos…?

    Efectivamente, el número actual de aseguradoras influye en el precio, pero no significa que un menor precio en las tasas sea lo más adecuado, porque puede ser antitécnico.

    ¿Existen empresas que no cumplen con los parámetros técnicos para este segmento?

    No es eso precisamente, pero el hecho de la misma competencia hace que los precios caigan. Si una compañía quiere ganarse una cuenta puede cotizar con una tasa más baja. De esa manera, se deteriora la suscripción, los criterios técnicos.

    ¿Cuáles son las opciones?

    La intención es que las compañías se especialicen, se fusionen, pero creo que esto se va a dar el próximo año y no tanto por la venta de las compañías, pero sí porque van a entrar en vigencia las nuevas resoluciones (de la JB). Estas tratan sobre las reservas técnicas y el capital adecuado. Esto podría originar que las compañías tengan que fusionarse o aumentar capital. Es decir, en otras palabras, tendrán que fortalecerse.

    ¿Qué implican estas dos resoluciones?

    La resolución sobre reservas técnicas implica constituir más reservas y en algunos casos cambió el método. En general, las compañías de seguros vamos a tener que constituir más reservas para hacer frente a los posibles siniestros.

    ¿Esta es la razón principal para que el próximo año se puedan dar esas fusiones?

    Si es que los accionistas no están dispuestos a poner capital. Al hacer más reservas técnicas, las compañías tienen que hacer más inversión obligatoria. Se tendría que invertir las reservas en instrumentos del sector financiero. La otra resolución tiene que ver con el método de cálculo del capital. Al requerir de un mayor capital para poder operar, ahí sí los accionistas tendrían que aportar con capital fresco e incluso las compañías de seguros necesitarían capital de trabajo.

    ¿Por qué?

    Todas las reservas, más el 100% del capital, deben invertirse en instrumentos financieros. Eso sí originaría posibles fusiones y quizás, y ojalá no se dé, algunas compañías podrían cerrar si los accionistas no quieran hacer un aporte de capital.

    ¿Son positivas o negativas para el segmento asegurador las regulaciones que ha adoptado por parte de la JB?

    Es positivo siempre que se hagan en consenso con las compañías de seguros. Muchas veces esto no ocurre y luego hay que revisarlas y el organismo de control tiene que dar marcha atrás.

    ¿Ha ocurrido esto?

    Sí, varias veces. No nos oponemos a las regulaciones, el asunto es que se deben hacer de forma gradual, no lanzar tres o cuatro resoluciones a la vez. No podemos dar un salto de la noche a la mañana por el hecho de tener un atraso de cinco años -comparado con países vecinos- en cuanto a normas o resoluciones. No se puede hacer en un momento lo que otros países tardaron 10 años.

    ¿En qué tipo de normativas (en el sector de seguros) el Ecuador está atrasado?

    En el tema de reservas, capital adecuado, solvencia. Otros países pasaron los temas de solvencia, uno; están en solvencia, dos, y nosotros ni siquiera hemos empezado.

    ¿Qué implica solvencia ‘uno y/o dos’?

    Implican regulaciones que existen para el sistema financiero y el asegurador. Justamente tiene que ver con la gestión de riesgos, reservas, capital…, obviamente para que el segmento asegurador sea más sólido, solvente.

    ¿Qué implica para el sector asegurador ecuatoriano el hecho que entren dos grandes aseguradoras como ACE o Mapfre?

    De hecho podrían entrar más. Es saludable para el mercado que ingresen empresas multinacionales que puedan ofrecer mejores productos, que lleguen a nichos de mercado que no han sido debidamente explotados.

    ¿Como cuáles?

    Los seguros masivos o microseguros. Este último involucra un fin social, con coberturas limitadas, pero bajos precios. Así se llega a los niveles socioeconómicos más bajos, esto es positivo.

    ¿Qué ramos de cobertura están creciendo?

    En general todos crecen. Pero hay un ramo que no se ha explotado, que es el seguro agrícola. Este va a crecer mucho de la mano del Gobierno y del Ministerio de Agricultura, Acuacultura, Ganadería y Pesca (Magap). El Gobierno va a subsidiar el 60% de este seguro y se ha abierto para una serie de productos. Actualmente solo una aseguradora explota el seguro agrícola.

    La gestión de Omar Espinosa en los gremios y en la empresa privada

    Su formación. Una maestría en Administración de Negocios (MBA) en el IDE Escuela de Negocios de Guayaquil (2000).
    Empresa privada. Gerente general de la Compañía Reaseguradora del Ecuador S.A.
    En los gremios. Vicepresidente de la Cámara de Compañías de Seguros del Ecuador.

  • Entrenadores que se disputan los ‘pupilos’

    Redacción Quito / LÍDERES

    Todo parece solo cuestión de dar órdenes: «¡30 más!» «¡Dame 10 más, vamos!» «No te rindas». Los gritos van y vienen, mientras los pupilos parecen desfallecer. Uno que otro incluso mira de medio lado, como quien quisiera caerle a trompadas. Pero al final, la satisfacción de haber cumplido el plan de trabajo hace que suspiren un «Gracias».

    Las historias son similares en cualquier lugar donde se entrene. Grupos de deportistas (desde novatos a expertos) que ponen sus esperanzas de un mayor rendimiento en la práctica de su deporte en un ‘personal trainer’, o como criollamente se los conoce: ‘El o la profe’.

    Aunque la actividad no es nueva, el repunte en los últimos cinco años de especialistas en dirigir entrenamientos ha sido exponencial. Esto debido a que cada vez más personas se encuentran realizando ejercicio y se han abierto más centros donde practicar una actividad física.

    Pero antes de conocer cómo está el mercado hay que desmitificar la idea de que ser entrenador es solo dirigir las rutinas y gritar; o sea, que cualquiera lo puede hacer. Según el ‘coach’ Sebastián Villacís, la competencia hoy es igual que en cualquier otra profesión. «Por eso hay que estar en continua actualización. Ser entrenador no es solo vigilar que se cumplan los programas de trabajo, sino adaptar un plan a cada persona, y eso obliga a saber bien temas como nutrición, anatomía o primeros auxilios, entre otros».

    En el país, la Universidad Central ha sido la que tradicionalmente ha lanzado al mercado profesionales deportólogos. Sin embargo, hoy, quienes obtuvieron su título en este u otro centro, buscan especializaciones en otros países para mejorar su carta de presentación.

    Julio Yépez se retiró en 1997 como corredor de 1 500 y 800 metros. Con una beca del IECE se fue a Cuba, donde se graduó como Profesor de Educación Física. Años después, en la misma isla, obtuvo la licenciatura en Cultura Física. En las aulas recibía materias científicas, como morfología deportiva, que fundamentaban la teoría. Eso le dio el conocimiento necesario para ser un entrenador a carta cabal. Hoy dirige a un grupo de ejecutivos del Produbanco.

    «El Ministerio del Deporte deber regular el tema de los entrenadores. Han aumentado, pero hay muchos que son promotores y no entrenadores. Hay que trabajar en la calidad de este trabajo», dice Yépez.

    A Wilson Benavídez le mueve su pasión por el deporte y el corazón por ayudar a los deportistas. Él empezó como uno, compitiendo en carreras atléticas durante 20 años, hasta que por su experiencia y sus ganas de aprender (es autodidacta, lee todo el tiempo libros para mejorar su capacidad) empezó a dirigir a grupos. Hoy en día dirige todas las madrugadas, en el parque de La Carolina, en Quito, los entrenamientos de los ejecutivos que le pagan un valor simbólico de USD 1 por día. «Desde hace unos cinco años ha habido una gran demanda bastante grande. Y también la oferta de entrenadores se ha incrementado».

    En el mercado no hay una tarifa única. Los valores que se pagan a los entrenadores los imponen las leyes de la oferta y la demanda. En promedio, los honorarios de estas personas pueden fluctuar entre USD 25 y 40 al mes.

    No elija a entrenador solo por ser guapo/a

    La apariencia. Para evitar frustraciones o lesiones debe aprender a elegir bien su entrenador. Descarte de plano elegirlo por cómo se ve físicamente. Si bien es necesario que se vea saludable y atlético, lo más importante es que cuente con un currículo que avale sus conocimientos.

    La experiencia. Cuando analice las opciones de entrenadores, dele un peso adicional para su elección a la experiencia como entrenador que haya acumulado. Lo recomendable es que al menos tenga dos años dirigiendo grupos.

    Empatía. El entrenador debe conocer su trabajo al detalle, saber cómo plantear un programa de trabajo para cada persona, qué le conviene y qué no. Además, siéntase cómodo con quien dirige su rutina, que lo motive, que sea carismático y que le ayude; que no sea una pesadilla acudir a entrenar.

    El extra. Pregunte qué otro valor agregado tiene su entrenador: ¿Conoce de nutrición, de medicina, de terapias, etc? Adicionalmente, exija siempre evaluaciones que sean técnicas, no solo una palmada en la espalda, que es agradable, pero no es todo.