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  • Especias autóctonas que se fusionan con sal marina

    Redacción Quito

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    La sal del océano Pacífico, combinada con especias autóctonas del Ecuador y otros sabores, se vuelve un producto diferente en la firma de origen manabita Salsticio.

    Los socios Michelle Plúa y Ricardo Zambrano iniciaron este sueño hace dos años, en Manta. “Primero surgió el concepto. Tenía en mente crear un producto fusionando diferentes elementos nacionales, insumos provenientes de tres de las cuatro regiones de Ecuador”, comenta Plúa.

    Durante el 2017 se investigó la fórmula, se realizó el diseño, se obtuvo el registro sanitario y se trabajó en la imagen empresarial. La inversión inicial fue de alrededor de USD 150 000 entre máquinas de ahumado, secado, etc.

    Plúa quería que la compañía tuviera un nombre vinculado a Ecuador y optó por Salsticio. Es una especie de mezcla entre las palabras sal y solsticio; de hecho, analizó cómo el sol y sus fenómenos impactan en la producción a lo largo del territorio nacional.

    El resultado del trabajo derivó en tres variedades de sales ahumadas. La primera se combina con chillangua, de la Costa; la segunda con sunfo, de la Sierra; y la tercera con guayusa amazónica.

    La emprendedora se contactó con la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación y gracias a su gestión se logró que el producto se comercialice en los locales de Corporación Favorita.

    Los productos de Salsticio vienen en frascos de 150 g con su propio molino. Michelle Plúa es una de las socias de esta empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Los productos de Salsticio vienen en frascos de 150 g con su propio molino. Michelle Plúa es una de las socias de esta empresa. Foto: Diego Pallero / LÍDERES

    Esta compañía explica que tiene a Salsticio como cliente desde diciembre del 2017. Las sales con especias son un producto de nicho, sus ventas han subido. “Los clientes cada vez prueban más y eso genera recompra. Las recetas son novedosas. La mezcla con chillangua, sunfo o guayusa hacen una combinación interesante de sabores autóctonos”.

    Cada producto contiene ingredientes adicionales a la especia central y la sal marina. Por ejemplo, el frasco con chillangua (planta similar al culantro) incluye, además, achiote, cáscara de limón, pimienta blanca, cebolla paiteña, ajo, ají panca, entre otras.

    A la gente le llama la atención el producto con sunfo, que no es otra cosa que una planta ancestral que crece en los páramos andinos. Mientras que el frasco de especias con guayusa es el que más demandan los consumidores.

    Eso se nota en el delicatessen Vitrina 593 Deli, en Samborondón (Guayas). “Apoyamos a emprendedores ecuatorianos. Compramos a Salsticio desde diciembre pasado. Los productos llaman la atención a la gente porque vienen de diferentes regiones. Hemos desarrollado estrategias como la degustación. A las personas les encanta el sabor”, dice Paola Barquet, dueña del negocio.

    Actualmente, ella adquiere cajas de entre 18 y 24 frascos. Cada uno se vende independiente o dentro de canastas con artículos.

    Las sales con especias de Salsticio se pueden usar en todo tipo de carnes, incluidas pollo, pescado y mariscos. Son ideales para las parrilladas, comenta Barquet.

    La producción de Salsticio se inició en Manta. Sin embargo, por cuestiones de logística se decidió abrir otra planta en Quito.

    En esta última se hace todo el producto para Corporación Favorita, que representa el 50% de su producción. En Manta se generan los artículos que se comercializan en negocios como El Español, la distribuidora todo Chef de esa urbe, Vitrina 593 Deli y Gourmet Market en Samborondón.

    Plúa explica que Salsticio es un emprendimiento familiar que busca desarrollar cadenas productivas. Por ello es que sus proveedores son agricultores de 10 asociaciones; la sal es manabita. Añade que los productores tienen dificultades para comercializar sus artículos y quiso apoyarles.

    Más adelante la firma comprará sal rosada a la comunidad de la zona manabita de Gilces, como parte de un programa privado de desarrollo de proveedores.

    Salsticio ingresó a un programa de trazabilidad con la ONG Latam Entrepreneurship. “Con ellos estamos desarrollando un sistema para que el cliente, a través de un código QR, pueda apreciar la producción, transformación y distribución del producto. La gente visualizaría a través de un video”, explica la emprendedora.

    La empresa también quiere exportar y hay interés. Un comercializador de Chile, que representa a dos supermercados de ese país, llevó ya muestras.

    Los productos tienen un sabor de exportación
    Miriam Andrade
    Encargada de empaque y otros.

    Me encantan los productos de Salsiticio porque son bastante especiales e innovadores. No he encontrado en otras partes. Tienen mucho colorido, sabor, etc. No hay en el mercado cosas de este tipo. La gente prueba la sazón con las sales y dice ¡qué rico!, porque son sabores exóticos, de las regiones del país. Al trabajar en la planta estamos muy a gusto. Lo hacemos con música, reímos, es una actividad muy linda.

    En la empresa yo me dedico a empacar, envasar, recorrer con productos, distribuir, comercializar. En Ecuador sí podemos hacer cosas innovadoras, buenas para exportar. El producto es tan completo y saludable que, perfectamente, se venderá en el extranjero. En países como Uruguay y Argentina, donde se come mucha carne, nuestro producto sería bastante excepcional. Allá no tienen nuestras hierbas. Estas le dan al producto un sabor único, especial. Creo que impacta en su crecimiento el sol de la mitad del mundo. Desde mi perspectiva, creo que las sales con especias se pueden usar en todo tipo de comida.

    La empresa cuenta con  dos plantas de producción: una pequeña en Manta y otra en Agua Clara, en Quito.  Usa insumos de pequeños productores. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    La empresa cuenta con dos plantas de producción: una pequeña en Manta y otra en Agua Clara, en Quito. Usa insumos de pequeños productores. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • La oferta aumentó a los 52 productos

    Patricia González

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    Con casi cinco años en el mercado, la empresa Proalmex no ha parado de crecer. Tras el lanzamiento de su marca Michelada Mix, en enero del 2014, ampliaron su portafolio hasta alcanzar, hoy, 52 productos.

    Se trata de una empresa familiar, fundada por la familia Coellar, que surgió con la idea de ofrecer un producto ya estandarizado en México: una mezcla de michelada para combinar con cerveza.

    Con esta marca se dieron a conocer en el mercado. “Fue un hit”, dice Leonardo Coellar, director comercial. La línea Michelada Mix, además de la versión original, ofrece las variedades hot, maracuyá, tamarindo y sal-limón.

    En 2015, la firma comenzó a ampliar su portafolio con el lanzamiento de la marca Spezia, a través de la cual se venden especias y salsas para condimentar.

    En esta línea cuentan con variedad de sales marinas: en grano, en grano ahumada, rosada, etc. En salsas: BBQ con whisky Bourbon, anguila, soya, entre otras.

    Los productos de Proalmex se encuentran en las principales cadenas de autoservicio a escala nacional y tiendas de delicatessen. También tienen entre sus 150 clientes a restaurantes y hoteles, a quienes les venden al granel.

    Legendary Road, un restaurante de comida tipo americana localizado en Cumbayá, utiliza la salsa BBQ Bourbon para sus platos de alitas, costillas y hamburguesas. “Gran parte de nuestro éxito es por la salsa. El precio es alto, pero por la calidad lo vale”, dice Marco Porras, gerente del negocio.

    Para elaboración de cócteles como pisco sour y margaritas, Proalmex desarrolló la línea de mezcladores ‘Al sur’, en sabores maracuyá, mandarina y limón.

    Con la marca Alme, en cambio, ofrece un snack de coco horneado y la bebida, en polvo, Pink Limoned; de este último producto prevén lanzar tres sabores más.

    Alrededor del 70% de la materia prima e insumos son importados de EE.UU., China y Chile. En total, trabajan con 43 proveedores nacionales y seis internacionales.

    Uno de ellos es Austrobox, que les provee desde un inicio con los empaques en cartón para el envasado; entre 5 000 y 8 000 cajas al mes. Este proveedor cuenta también con una planta de alimentos, en la que producen un ceviche enlatado para Proalmex.

    Hace cuatro meses, la empresa inauguró una nueva planta de producción en el sector de Sangolquí, en el Valle de los Chillos. La inversión en el proyecto fue de alrededor de USD 100 000.

    La firma de alimentos no para de trabajar. En algunas semanas prevé lanzar una nueva línea de pimientas en seis variedades.

    Para el 2019, explica Coellar, la meta es comenzar a comercializar productos más masivos, en sus mismas líneas, pero en presentaciones más económicas, con variedades menos gourmet y en tamaños más pequeños.

    El gerente comercial atribuye el crecimiento de la firma, que prevé cerrar en 2018 con una facturación de USD 850 000, a la diversidad de productos diferenciados, que han lanzado en poco tiempo.

    Hace cuatro meses, la empresa inauguró su nueva planta de producción en Sangolquí, en el Valle de Los Chillos. Se invirtieron USD 100 000.
    Hace cuatro meses, la empresa inauguró su nueva planta de producción en Sangolquí, en el Valle de Los Chillos. Se invirtieron USD 100 000. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
  • El nuevo chocolate usa más cacao y se mezcla con frutos y especias

    La producción de chocolate en el país está en una etapa en la que se aplican nuevas recetas. Esa innovación viene con la elaboración de tabletas que mezclan cada vez más cantidad de cacao fino de aroma con frutos y especies, como maracuyá, naranja, ají, mortiño, jengibre…

    Una de las marcas que participa en esta evolución es Pacari. Santiago Peralta, su representante, explica que en el país el chocolate más popular aún es el de leche, tal como ocurre en todo el continente. Sin embargo, advierte que en los últimos cuatro años se han desarrollado marcas de chocolate negro que han ampliado la oferta en el mercado local.

    Como ejemplo, Peralta menciona que Pacari ha desarrollado tabletas de chocolate con uvilla o mortiño. “Hemos innovado en nuevos procesos y ahora contamos con reconocimiento y certificaciones internacionales”, dice el representante de la marca que envía cerca del 40% de sus exportaciones a Europa.

    Otra de las marcas que desarrolla nuevos productos es Caoni. Su vocero, Roberto Brauer, coincide con Peralta en cuanto a las preferencias del paladar ecuatoriano. Este empresario del sector chocolatero señala que en el país existen dos mercados: el chocolate golosina y las tabletas elaboradas con cacao fino de aroma. “El primero es mucho más grande, es masivo, mientras que las tabletas son de nicho”. Esto se confirma con el número de empresas que cubren este segmento: “no somos más de cinco o seis”, en palabras de Brauer. Aún así, el representante de Caoni considera que el consumo de chocolate negro irá creciendo en el país.

    En las cadenas de retail se confirma la tendencia de innovar sabores. Una fuente de Corporación Favorita destaca que el uso de cacao fino de aroma para producir localmente chocolate de exportación ha sido la mayor innovación en los últimos años. También destaca las combinaciones de hierba luisa, sal, ají, etc., con cacao con determinación de origen. Esta oferta es parte de las 110 marcas de chocolate que vende Corporación Favorita.

    Chocolates Bios es otra de las marcas que se cuentan en el mercado local, que en el 2010 registró 25 establecimientos, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos. Bios se especializa en tabletas y bombones de chocolate con leche.

    Su gerente, Juan Olgieser, cuenta que mantener la receta dulce original utilizada desde hace más de 70 años tiene beneficios: “Las ventas de nuestros chocolates crecen un 20% anual y mantenemos un target que elige nuestro producto. Además, el 25% de la producción de la empresa se envía a Costa Rica y Singapur”.

    No obstante, Bios también sigue la corriente y alista nuevos productos. Para eso invirtió unos USD 80 000 en nueva maquinaria, para elaborar tabletas con chocolate más amargo y otras variedades.

    Ahora, el reto del chocolate ecuatorianos es potenciarse en el país y en el extranjero. Cyril Prud’homme, de la firma Cyril-Boutique, comenta que entrar en Europa es muy difícil. “La competencia es muy grande; hay centenares de marcas de todo el mundo que buscan espacio”.

    Para este chocolatero francés, es importante tener cuidado en la mezcla del cacao y el manejo de publicidad fuera del país. “El cacao ecuatoriano es uno de los mejores del mundo, pero aún puede mejorar”.

    El embajador de Francia en Ecuador, Jean-Baptiste Main de Boissiere, también cree que la nueva oferta chocolatera ecuatoriana tiene potencial en el extranjero. “No solo se debe exportar, también es necesario fomentar el consumo interno para desarrollar nuevos gustos en cuanto a sabores. Solo así se fortalecerá a la industria chocolatera ecuatoriana”.

    El diplomático también recomienda transferir conocimientos de países con tradición chocolatera y desarrollar una política de cooperación entre la empresa privada y el sector estatal.

    Para Jean-Christophe Lievain, director de la Cámara Franco-Ecuatoriana, el reto de los productores es abaratar costos y mantener la calidad del chocolate. “Hay que aprovechar que Ecuador exporta el 70% del cacao fino de aroma del mundo”.

  • Una oferta de té para todos los paladares

    Redacción Guayaquil

    Bethsy Buitrón gusta del té desde que era una niña. Ella estudió gastronomía en Argentina hace cinco años, en donde se especializó como sommelier de té. Hoy es la propietaria de Camelliastea, en Guayaquil. El negocio oferta té y postres con base en esta infusión. Además, tiene líneas de conservas, de vinagres y aceites saborizados.

    Camelliastea surgió el año pasado, cuando Buitrón volvió al país tras culminar sus estudios. Su idea era abrir un negocio en el que pueda aprovechar sus conocimientos sobre el té y transmitirlos. Así, en diciembre pasado, invirtió USD 1 000, de ahorros personales para preparar productos derivados del té.

    El nombre lo eligió basándose en el nombre de la planta del té Camellia sinensis. Los productos los prepara sola, en su domicilio, ubicado en el norte de Guayaquil. El sistema de ventas es online. Los pedidos los recepta a través de Facebook e Instagram (CamelliasteaEC). Esta red social ha sido fundamental para la promoción de sus productos.

    Por ejemplo, Priscilla Chang conoció de la oferta de Camelliastea, a través de Instagram. Para ella, el té de Camelliastea es de exquisito sabor y buena calidad. «Yo consumo té, de tres a cuatro veces al día, y para mí es importante poder adquirir un té de las características con las que los hace Bethsy».

    El té viene en dos presentaciones: tubos de 10 gramos y bolsas de 6 gramos. El precio es de USD 7 y 3,50, respectivamente. Los sabores van desde canela y té verde hasta Madagascar y té negro. Los postres son cheesecake, bombones, churros, bizcocho, donas, galletas, génoise y más, con base en té verde.

    Las variedades del vinagre son estragón, manzana, frambuesa, finas hierbas, y rosas, entre otros. Por otro lado, los aceites tienen sabores como romero y ajo; hongos y perejil; finas hierbas; tomates deshidratados y pimienta de Jamaica…

    Para estas preparaciones, Buitrón se provee tanto del exterior como localmente de los insumos. Utiliza cacao y rosas ecuatorianas en algunas de sus mezclas. En cambio, la materia prima para el té verde y el té negro es traída principalmente de Asia.

    Lidda Campos es otra clienta de Camelliastea. Ella consume té verde de esta marca una vez al día -hace aproximadamente un mes- durante el desayuno. Para ella, un té natural es necesario en su régimen alimenticio, que se enfoca en consumir productos naturales. «Antes no tenía dónde adquirir un té que no sea preparado industrialmente. El de Camelliastea cumple con mis expectativas», dice.

    Como estrategia de crecimiento, Buitrón abrirá en agosto un ‘tea shop‘ en Urdesa (norte de Guayaquil).

  • Las especias dan sabor a los frutos de Artigiano Gourmet

    Redacción Guayaquil

    Natalie Cossettini prepara a diario nueces o almendras picantes con especias, tostadas con ajo y caramelizadas. También encurte pimientos, berenjenas, champiñones y aceitunas rellenas de almendras o de pimiento. Ella es la propietaria de Artigiano Gourmet, una microempresa que oferta estos productos en Guayaquil y Samborondón.

    La idea de negocio surgió hace tres años, cuando Cossettini laboraba en una firma importadora de frutos secos. El conocer de esos productos la animó a hacer de esa empresa su proveedora y dar a los frutos un toque personal, para comercializarlos con su marca propia.

    Así, invirtió unos USD 600 de ahorros personales para comprar insumos y empezó a tostar las almendras y nueces en su domicilio, agregándoles ingredientes como ajo, canela y especias.

    En un inicio, los vendía solo a familiares y amigos. Más tarde fue invitada a participar en la feria El Mercadito. Allí, promocionó sus productos, con una gran acogida. En esa ocasión, vendió los productos al peso pero, en el 2011, la oferta cambió a envases de 200 y 500 gramos.

    Además, agregó los vegetales encurtidos al portafolio de productos. Estos -dice- son cocinados con la receta de su abuela y cuestan entre USD 4 y 7.

    En cambio, los frutos secos oscilan entre USD 5 y 6, dependiendo del tamaño y sabor. También están disponibles en presentación de regalo, en envases de vidrio. Cossettini vende en promedio 100 unidades al mes. La mayor demanda se da entre octubre a diciembre.

    Los pedidos los recepta con tres días de anticipación y pueden ser retirados en su domicilio, en la vía a Samborondón. Allí, elabora los productos junto con una ayudante.

    Asimismo, los entrega en Guayaquil y Samborondón, con un recargo adicional desde USD 1,50, según la ubicación. Además, entrega en otras ciudades a través del servicio de Servientrega.

    Andrea Wagner es clienta de Artigiano Gourmet desde el año pasado. Ella afirma que sus favoritos son las nueces con ajo y las almendras con ají. «Lo mejor de los productos es su sabor. La mayoría de veces los uso como ingredientes esenciales en las ensaladas. En reuniones sociales, los sirvo de aperitivos». Wagner agrega que los precios son asequibles y van de acuerdo con la calidad.

    Otra clienta es Cristina Cornejo, quien probó los productos desde el inicio de la microempresa. Esta clienta dice que, a pesar de que todas las variedades le gustan, sus favoritos son las nueces caramelizadas con canela. «Los precios son razonables y resultan algo novedoso ya que productos de este tipo no se encuentran fácilmente en el mercado».

    El mercado potencial
    El target.  Son productos multitarget. Va desde hombres y mujeres jóvenes hasta adultos que disfruten de los productos artesanales y gourmet.

    La promoción.  Se promociona en ferias y en redes sociales como Facebook.

    LA CIFRA
    100 envases co mercializa en promedio cada mes este negocio