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  • Gigantes de internet en EE.UU. quieren una ley para proteger sus datos

    Agencia AFP

    Los gigantes de Internet formaron una coalición de asociaciones y activistas que demandan al Congreso estadounidense la aprobación de una ley que reduzca el campo de acción de agencias de espionaje antes de la expiración de la actual normativa el 1 de junio.

    Una carta abierta firmada por más de 40 grandes grupos, entre ellos los gigantes Google, Apple, Microsoft, Yahoo! y las redes sociales Twitter y Facebook, piden una reforma de la inteligencia antes de la expiración prevista para el inicio de junio de la actual legislación que autoriza la recolección masiva de datos telefónicos e informáticos.

    “Tiene que ponerse fin de forma clara y eficaz a las prácticas de recopilación masiva que permite el Acta Patriótica”, una ley contra el terrorismo, indicó la carta dirigida a los principales miembros del Congreso y el gobierno.

    La nueva legislación deberá “ser transparente y contener mecanismos que hagan rendir cuentas a la vez al gobierno y a las empresas que proporcionan la información”, dice la carta.

    Por el contrario, la Casa Blanca pidió el lunes al Congreso votar a favor de la ampliación del programa de recolección masiva de metadatos telefónicos por la Agencia Nacional de Seguridad (NSA).

    “Si el artículo 215 del Acta Patriótica expira, no podremos continuar el programa de recolectar los metadatos telefónicos”, declaró Ned Price, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, un “ elemento crucial para la seguridad ” del país, según él.

    Cuarenta y cinco días después los atentados del 11 de septiembre de 2001 el presidente estadounidense George W. Bush promulgó el Acta Patriótica, una compleja ley antiterrorista cuyas plenas consecuencias fueron descubiertas por los estadounidenses recién en 2013, tras revelaciones del exconsultor de la NSA Edward Snowden sobre la amplitud de esta recolección de información por parte de las agencias de inteligencia.

    La ley fue retocada en los años siguientes, y hoy en día casi todos los elementos se hicieron permanentes, con la notable excepción del famoso “Artículo 215”, tan valioso para la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y que expira en junio próximo.

    Google
    Foto: Archivo EFE
  • El espionaje masivo de Internet

    EFE

    Nueve de las empresas cibernéticas más importantes a escala mundial han desmentido que concedan a los servicios de espionaje de los EE.UU. acceso a los datos de sus usuarios, como han informado los diarios The Washington Post y The Guardian.

    Según aquellos medios, la Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU. (NSA) y el FBI recaban datos directamente de los servidores de Microsoft, Yahoo, Google, Facebook, PalTalk, AOL, Skype, YouTube y Apple. Los diarios precisan que el programa de los servicios de espionaje dirigido a las empresas de Internet, ‘Prism‘, ha contado con la colaboración de Microsoft desde sus inicios, en 2007, mientras que Apple se negó a participar durante los primeros 5 años, hasta 2012, cuando empezó a colaborar.

    Sin embargo, un portavoz de Apple, Steve Dowling, dijo al Washington Post: ‘Nunca hemos oído hablar de Prism; no aportamos a ninguna agencia del Gobierno de EE.UU., el acceso directo a nuestros servidores y cualquier departamento del Gobierno que nos pide datos de nuestros clientes tiene que presentar una orden judicial’.

    En el mismo sentido se expresó un directivo de Facebook, Joe Sullivan: ‘Cuando se le pide a Facebook datos o información sobre individuos determinados, examinamos tal solicitud detenidamente para asegurar que concuerde con las leyes y entonces aportamos ­información solo en la medida que la ley nos lo exija’.

    The Washington Post indica que la red social Twitter, a diferencia de las otras nueve empresas, sigue rechazando la cooperación con la NSA y la FBI. El Director Nacional de Inteligencia de EE.UU., James Clapper, reconoció que los servicios de espionaje acceden a los datos de las gigantes del ciberespacio, pero insistió en que esta práctica está autorizada por una ley del 2007.

    En un comunicado difundido el pasado jueves, Clapper defendió la práctica de vigilar los archivos telefónicos y otros datos de empresas cibernéticas como parte de los esfuerzos por resguardar la seguridad nacional.

    El amparo de la ley La FISA del 2007. Una cláusula de la ley de 2007 conocida por su sigla en ­inglés FISA facilita el acceso a información de extranjeros fuera de EE.UU. y que solo un determinado número de personal, con capacitación especial, puede acceder a esos archivos.

    Los datos pasan por EE.UU. Cientos de miles de datos que se envían por ­Internet frecuentemente pasan por los servidores instalados en EE.UU. ­incluso cuando ese país no es ni el origen ni el destino de la transmisión.

  • El correo virtual en la mira del patrono

    Redacción Quito

    En ciertos países las autoridades están dando paso para que las empresas ejerzan mayor control sobre sus empleados en cuanto al uso del correo electrónico.

    En España, por ejemplo, hace un mes el Tribunal Constitucional determinó que las organizaciones puedan controlar el correo electrónico corporativo, luego de resolver un caso en que una firma revisó la correspondencia virtual de un colaborador con el objetivo de descubrir el envío de información a la competencia.

    En Ecuador, jurídicamente, la práctica está prohibida. El numeral 21 del artículo 66 de la Constitución establece el derecho a la inviolabilidad y el secreto de la correspondencia física y virtual.

    Pero, hay excepciones. El jurista laboral Joaquín Viteri, aclara que la misma normativa establece que se podrá intervenir en los correos electrónicos siempre y cuando exista una orden judicial o si la persona da la autorización del caso.

    El problema es que en el país ciertas empresas aplican esta práctica fuera de cualquier proceso judicial u aceptación del empleado. Así lo han detectado directivos de firmas de recursos humanos.

    «El caso que detecté estaba vinculado a control de los empleados. Estas actitudes no son éticas, porque atropellan las condiciones de privacidad. De lo que sé estas prácticas, usualmente, se usan para enfrentar el espionaje industrial«, dijo Eddy Troya, de Human Plus.

    Mientras que Daniel Dávalos, de Selekta, asegura que estas acciones, basadas en la desconfianza, llevan a que los empleados decidan «no ponerse la camiseta de la empresa», reduciendo la innovación y la productividad de las mismas.

    El control virtual

    Medidas de guerra.  Muchas organizaciones ponen en marcha estas prácticas de control por temor, según Selekta. El empleador considera que la gente necesita control e interfiere en todas las áreas, incluido el uso del correo corporativo. Estos son mecanismos considerados «medidas de guerra».

    Un ejemplo.  Paúl M., quien laboraba en una firma de diseño, enfrentó el control de su correo corporativo. Él considera esta acción como una práctica invasiva, ya que se hizo de forma escondida, sin su consentimiento.

    Otro caso.  Ana Jaramillo, quien labora en una entidad pública, asegura que no tiene problemas en que revisen su correo empresarial, pues ahí solo hay datos de trabajo.

    EL ESPECIALISTA

    Privacidad ¿concesión empresarial?

    Arturo Castillo Motivador y prof. de técnicas psicorrelajantes

    Es común la queja de las empresas respecto de la utilización poco delicada de los recursos tecnológicos por parte de sus empleados. Algunas de ellas han optado por reglamentar el uso de la Internet y de los teléfonos móviles, con pobres resultados.Sin embargo, es necesario diferenciar entre el uso ‘indelicado’ y el uso ‘perverso’ de los recursos tecnológicos. Si la indelicadeza consiste en entretenerse en las redes sociales, con frecuencia adictiva, aunque el asunto es preocupante, no constituye un prejuicio mayor para la compañía. El asunto puede enderezarse con una charla que termine con un condicionamiento: o el sujeto se enmienda o le esperan días difíciles.

    En cambio, el uso de herramientas de la empresa con el fin de apropiarse de información sensible, para, eventualmente, entregársela a la competencia, es una falta ética muy grave que amerita una sanción drástica.

    Hay que decir, sin embargo, que estas actitudes posesivas están arraigadas en la mentalidad de los trabajadores. No asimilan que la computadora, el celular, el escritorio; el uniforme que lleva puesto, la silla en que se sientan, les han sido asignados para facilitar sus tareas; mal hacen, entonces, en ‘encariñarse’ de esos objetos, en considerarlos de su propiedad.

    Aun aquello que parecería subjetivo, como el tiempo, también le pertenece a la organización. Se trata de un tiempo tomado en alquiler, durante el cual el empleado es justamente eso, empleado. Durante las horas laborables, el sujeto debe hacer exactamente aquello que ha sido acordado en el contrato.

    En todo caso, la deslealtad, alegando privacidad, resulta inadmisible. Hablar de privacidad dentro de la «jurisdicción» de la empresa, donde el individuo está obligado a observar las reglas del juego establecidas por parte del empleador, parece una incoherencia.

    Las personas no pueden utilizar la privacidad como argumento para obrar de manera desaprensiva. Temas privados, personales, convicciones de diferente orden, no pueden ni deben condicionar la relación profesional, no pueden utilizarse para exigir prerrogativas.

    E-mail: arturocastillo1@yahoo.com