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  • Fulvia Farinelli: ‘El empresario sensible sí es exitoso’

    Carolina Enriquez

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    ¿Cómo trabaja la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) para impulsar emprendimientos inclusivos?
    Desde la Unctad promovemos, por un lado, políticas y estrategias para el emprendimiento y, por otro lado, la difusión de las capacidades empresariales blandas. En Ecuador tenemos dos aliados muy importantes: la Alianza para el Emprendimiento y la Innovación (AEI) para la estrategia y políticas, y Conquito, con el programa Empretec, para la capacitación y la metodología.

    ¿Cuál es la situación actual de Ecuador en relación con el desarrollo de emprendimientos inclusivos?
    Ecuador se conoce por tener grandes logros en este sentido. En el 2014 empezamos con la AEI a implementar una guía para el fomento de iniciativas empresariales. Nosotros les llevamos la metodología, la adaptamos con ellos y empezamos a trabajar en la articulación de una estrategia empresarial. No se trataba de una receta, sino de algo que se cambia según las prioridades de los aliados públicos y privados. Buscábamos que se contase con una Ley de Emprendimiento y esta normativa por fin llegó.

    ¿Por qué, actualmente, en el mundo se habla tanto de emprendimientos inclusivos?
    Es un momento importante. Hay un cambio de paradigma. Según los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), al emprendimiento no solo se lo ve como algo para contribuir al crecimiento económico y la generación de empleo, sino también como un medio para el desarrollo, la inclusión social, la reducción de la pobreza y el respeto al medioambiente.

    ¿Cuál es el papel del emprendedor en estos negocios?
    Se vuelve actor de inclusión social y de sostenibilidad.

    ¿En qué se diferencian los emprendimientos inclusivos de otros, en general?
    En el cambio de paradigma, que no es menor. Un emprendimiento inclusivo es uno que busca ser comercialmente viable y tener un impacto social, estar dirigido hacia la comunidad y las personas que más necesitan. El emprendedor desarrolla esa actividad para resolver un problema de un grupo humano o del medioambiente.

    ¿Las ganancias no importan en este tipo de negocios?
    No es que no sean importantes, sino que no es el criterio principal por el cual se emprende. El negocio inclusivo, se debe decir, no es caritativo porque es comercialmente viable. Viene de la conciencia y de las ganas de tener un impacto positivo en la sociedad.

    ¿Se puede hablar de empresas sociales en el mundo?
    Todavía no se habla mucho de eso, pero hay. Es algo que está viniendo. Ahora estamos trabajando en la visión de la estrategia 2030, que no puede no tener a la inclusión social y a la sostenibilidad como ejes.

    ¿Cómo está trabajando Ecuador en cuanto al desarrollo de empresas sociales?
    En Ecuador la demanda no está madura, pero sí están muchas empresas sociales. Está viniendo esta tendencia, tanto a escala de políticas como de negocios. Pacari es lo más famoso acá.

    Como Unctad, ¿qué estrategias están generando para impulsar a estos negocios?
    En Ginebra, sede de la ONU, organizamos eventos, plataformas, etc. Nos hemos dado cuenta de que en el mundo entero, en cualquier país, hay una nueva generación de jóvenes con conciencia social y ambiental muy fuerte. Emprenden porque sienten la presión de resolver un problema.

    ¿Qué casos conoce?
    Hay un médico de Nigeria que desarrolló kits sanitarios para nacimientos, a USD 5, que se llaman Help Moms. Los creó porque muchas mujeres en África utilizan vidrios para cortar el cordón umbilical. Él, con su kit, vende un producto para cortar, que está esterilizado; ayuda en lo sanitario. También está el caso de un biólogo que veía que debido al calor,
    las vacunas llegaban dañadas a varias poblaciones. Él inventó una mochila refrigerada; ahora, la gente tiene acceso a vacunas en buen estado.

    ¿En Ecuador?
    Debo citar el caso de Guillermo Jarrín, de Tippytea (empresa de comercio justo que adquiere sus insumos a mujeres indígenas de la zona andina), y Demetrio Santander, de Huaycana (procesa y comercializa guayusa; trabaja con poblaciones indígenas de la Amazonía como proveedores). Son negocios con mucha sensibilidad en relación con el precio que pagan: hasta un 30% más alto que el regular. Se incluye a mujeres como proveedoras y toman en cuenta la sostenibilidad. Son empresarios que lo hacen bien.

    ¿Los emprendimientos inclusivos surgen más en los países en vías de desarrollo?
    Es algo que se ve en todo el mundo. Pero se debe decir que no es algo de los países desarrollados, algo de lujo. En Ecuador, por ejemplo, existen empresarios con sensibilidad y que tienen éxito.

    ¿Qué se debe hacer para destacar con emprendimientos inclusivos y empresas sociales?
    Hay que saber hacia dónde está apuntando el mundo. Estoy convencida de que los negocios tradicionales ya no son posibles. Las empresas están cambiando. Por ejemplo, existen los temas de certificación B, criterios de sostenibilidad, comercio justo, entre otros. La existencia de los ODS ayuda mucho en este proceso de transformación de las compañías.

    ¿Cómo?
    Las empresas, usualmente las grandes, se sienten presionadas a cumplir con los mismos.

    ¿Qué tanto puede crecer un negocio inclusivo o una empresa social, tomando en cuenta que hay grupos sociales con los que se busca participar pero están en muy malas condiciones de vida?
    Una persona que está en esas condiciones es alguien que no tiene energía, tiempo ni posibilidad para emprender. Pero sí tiene algo de eso es un empresario cualquiera. Lo que hay que hacer es darle apoyo para formalizarse, establecerse y volverse un actor de la economía local, pagando impuestos y generando empleo. Su origen no cambia nada.

    Hoja de vida

    Formación.  Tiene un máster en Emprendimiento e Innovación de la Universidad de Luiss Guido Carli de Italia. Tiene un doctorado en Economía en UNU – Merit. Se trata de la Universidad de las Naciones Unidas – Instituto de Investigación Económica y Social de Maastricht sobre Innovación y Tecnología, que se encuentra en los Países Bajos.
    Trabajo. Tiene 22 años de experiencia como oficial de las Naciones Unidas (ONU). Actualmente desempeña el cargo de directora de Asuntos Económicos de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad).

    La directora de Asuntos Económicos de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) habla sobre emprendimientos inclusivos. Más jóvenes desarrollan iniciativas para resolver problemas sociales y ambientales. Foto: Armando
    La directora de Asuntos Económicos de la Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (Unctad) habla sobre emprendimientos inclusivos. Más jóvenes desarrollan iniciativas para resolver problemas sociales y ambientales. Foto: Armando Prado / LÍDERES
  • El Secreto de la Abuelita: Su exitoso secreto ya se exporta

    Evelyn Tapia

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    Hace 25 años, Mónica Buljubasich comenzó a elaborar, con una receta casera y en una lavacara de plástico, una masilla para ahuyentar cucarachas, que ahora se comercializa en las principales cadenas de supermercados de Ecuador y Perú con la marca: El Secreto de la Abuelita.

    Esta argentina, radicada en Ecuador desde los 7 años, recuerda que a inicios de los noventa caminaba por las calles de Guayaquil con su sobrino, Marcelo Naht, para promocionar esta “masilla milagrosa”, para combatir a las cucarachas de manera eficaz.

    “Marcelo tenía 12 años y le encantaba ayudarme; (con él) íbamos por las casas y locales dejando muestras de producto gratis para que nos conocieran”, recuerda esta emprendedora.
    Aunque además de su sobrino Marcelo, su hija Camila y sus hermanas Graciela y Ana ayudaban, las jornadas de trabajo de la principal de esta empresa se extendían desde las 07:00 hasta las 24:00 y a veces hasta la madrugada. “Producíamos en la noche y en el día distribuíamos”, cuenta.

    Actualmente, con una producción promedio de 300 000 unidades al mes, 15 empleados, Buljubasich dice que todo el esfuerzo no hubiera valido la pena sin la ayuda de Dios. “Él es mi principal socio”, comenta.

    Con la aceptación que fue ganando la masilla los primeros años, Buljubasich decidió apostar a una fuerza de ventas que no la decepcionó. Unas 40 mujeres de la tercera edad se sumaron como vendedoras del producto.

    “Pusimos un anuncio buscando señoras de la tercera edad. Fue excelente, porque estas abuelitas vendían muy bien el producto a sus familiares y ganaban su comisión. Ahí decidimos ponerle el nombre al producto, por estas abuelitas”, cuenta.

    Freddy Angulo, empleado del área de logística desde hace 18 años, recuerda que al principio tenía que hacer las entregas en bus, hasta que fue necesario tener vehículos propios por el volumen del producto.

    Fue en 1995 cuando la firma dio el paso más importante en su historia. Naht recuerda que estaba recién graduado del colegio cuando su tía comenzó a proveer el producto a Corporación El Rosado, que maneja los locales de Mi Comisariato. El primer pedido fue de 30 cajas y Naht diseñó el empaque para el producto.

    “El gerente en ese entonces era Jorge Franco (+), y cuando le ofrecí el producto se reía. Me dijo que su suegra se lo vendía y lo tenía en todos los cajones de su escritorio. Entonces yo le dije: ‘¿por qué no tenerlo en su supermercado?”, recuerda con una sonrisa la Gerenta de esta empresa.

    El Secreto de la Abuelita ha ido ampliando su oferta de manera paulatina y en respuesta a los requerimientos del mercado, cuenta Naht. Hace siete años, en la firma comenzaron a producir una fórmula para espantar moscas y luego implementaron cajas de incienso de palo santo.

    Mariana Escobar, artesana que provee las cajas de balsa en las que se vende el incienso, asegura que El Secreto de la Abuelita es su principal cliente. “Gracias a esto hemos podido sustentar nuestro hogar. Trabajamos con mi esposo y mis cinco hijas y esto representa nuestro mayor ingreso”, cuenta.

    Este año se suma la nueva línea de desinfectantes antibacteriales con fragancias exóticas y con fórmula patentada, que cuentan con el registro de la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA). La meta a mediano plazo es seguir creciendo en el extranjero, en EE.UU., Argentina y México, comenta Buljubasich.

    Hace nueve años ya exportan sus productos a seis cadenas de Perú y en junio esperan comenzar a vender en Colombia.

    Las Cifras

    – 300 000 unidades de la masilla de El Secreto de la Abuelita se pueden producir cada mes.
    15 empleados trabajan en la empresa.

    – 6 cadenas de supermercados en Perú comercializan los productos de El Secreto de la Abuelita.

    – 25 años en el mercado tiene este negocio.

    35% se incrementó la producción del 2013 al 2014.

    – 4 variedades de productos ofrece la marca.

    Gestión

    A todos los emprendedores yo les digo que no tengan miedo a recibir un “no”. ¿Qué es lo peor que puede pasar después de recibir una negación? Hay que seguir intentando. Cuando me sugirieron comenzar a vender mi producto en un supermercado al principio tuve miedo y sé que no es fácil. Pero, ¿qué hubiera pasado si no lo hacía? Definitivamente no estaría aquí. Hoy estamos exportando a Perú y este año a Colombia.

    Este año, la empresa lanzó al mercado tres variedades de desinfectantes líquidos, con una fórmula con base en esencias naturales. La fórmula está patentada. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES.
    Este año, la empresa lanzó al mercado tres variedades de desinfectantes líquidos, con una fórmula con base en esencias naturales. La fórmula está patentada. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES.
    Este año, la empresa lanzó al mercado tres variedades de desinfectantes líquidos, con una fórmula con base en esencias naturales. La fórmula está patentada. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES.
    Este año, la empresa lanzó al mercado tres variedades de desinfectantes líquidos, con una fórmula con base en esencias naturales. La fórmula está patentada. Foto: Gabriel Proaño para LÍDERES.
  • Cuatro casos de emprendimiento exitoso fueron eje de una charla

    Redacción Guayaquil

    Muebles de oficina; el servicio de contenidos y mensajería celular; comida tailandesa; y la asesoría y consultoría gerencial, son las distintas ofertas de cuatro graduados de la Espae Graduate School of Management.

    Ellos son Álvaro Romero, Verónica Molina, Rafael Coello y Rosalinda Villalva. Estos ex alumnos de la institución compartieron sus experiencias de emprendimiento, durante una conferencia realizada el pasado 19 de septiembre.

    Los emprendedores comentaron sobre los retos y oportunidades que tuvieron al iniciar sus negocios. Todos coincidieron en que el emprendimiento “no es algo fácil” y que la paciencia es importante. Coello, quien compartió sus experiencias mediante videoconferencia desde Bogotá (Colombia), aseguró que emprender “demanda de esfuerzo y sacrificios”.

    Coello vive en el país vecino desde hace seis años. El año pasado arrancó con Gou, una firma que oferta comida rápida tailandesa en cajas de cartón. Él cuenta que emprender en un mercado desconocido fue difícil. Agrega que uno de los mayores retos fue conseguir capital en un país extranjero. Sin embargo, su negocio ha vendido unas 13 000 cajas en un año.

    Molina tiene una opinión similar acerca de la dificultad para conseguir financiamiento. Ella fundó Eclipsoft junto a su esposo y un socio, en el 2002. La empresa desarrolla herramientas y aplicaciones de contenidos y mensajería celular.

    Molina agregó que ganar credibilidad de parte de los posibles clientes fue igual de complicado. Hoy Eclipsoft tiene dos oficinas, una Quito y otra en Guayaquil.

    Álvaro Romero, en cambio, emprendió hace cuatro años. En sociedad con su esposa creó Star Office, que diseña y elabora muebles de oficina. “Al principio nos tocó hacer de todo y hoy somos 20 personas en la empresa”, comentó.

    Por otro lado, Rosalinda Villalva dirige un estudio de consultoría gerencial, que lleva su nombre, desde hace 12 años. Ella señaló que el apoyo familiar fue importante para emprender ya que para hacerlo tuvo que dar un giro radical.

    Villalva dejó un trabajo fijo para independizarse y cumplir su sueño de dirigir su propia empresa y “ser su propio jefe”.

    LOS EMPRENDEDORES

    ‘Hay que ser sacrificado al emprender’

    Rafael Coello

    Vivo en Bogotá desde hace seis años. Hace uno, decidí emprender mi propio negocio. Así, creé Guo, con el apoyo de mi esposa. Ofertamos comida tailandesa en cajas individuales.

    Fue complicado el financiamiento ya que, al ser extranjeros, ningún banco quería darnos un préstamo. Tuvimos que ahorrar y sacrificar muchos gustos.
    Asimismo, los conocimientos adquiridos en la Espae Graduate School of Management fueron un soporte para seguir adelante.

    Emprender no es fácil y en el trayecto aparecen muchas dificultades; sobre todo en un mercado nuevo y desconocido. En este tema, el estudio de mercados y otros tópicos aprendidos en la Espae fueron fundamentales.

    En este año de funcionamiento hemos vendido ya cerca de 13 000 cajas de nuestras recetas. La idea ha tenido una excelente acogida.

    ‘El reto más grande fue la credibilidad’

    Verónica Molina

    Me gradué de la Espae Graduate School of Management en 1996. Luego de eso estuve viviendo junto a mi esposo en varios países como Venezuela, Colombia y Costa Rica. En esas naciones trabajamos en empresas de instalación de software.

    Al regresar al país, en el 2002, decidimos aprovechar esa experiencia y emprender. Así, nos unimos a un tercer socio y formamos Eclipsoft. Nuestra empresa brinda servicios de contenidos y mensajería celular. Se lo hace a nivel educativo, empresarial y bancario.

    Al principio fue un reto, ya que al ser una nueva tendencia tuvimos que generar credibilidad. Además, conseguir capital fue complicado. La visión administrativa adquirida en la Espae me abrió camino para entrar al mercado.

    Hoy, luego de 10 años de operaciones, somos 20 personas las que conformamos Eclipsoft. Tenemos oficinas en Quito y Guayaquil.

    ‘Emprender requiere de sacrificio’

    Álvaro Romero

    Hace cuatro años inicié Star Office junto a mi esposa. Nuestra firma elabora y comercializa muebles de oficina. Para empezar, realizamos una inversión de unos USD 2 000 de ahorros personales, ya que no tuvimos acceso a créditos bancarios.

    En un inicio, los dos hacíamos todas las labores en la oficina, desde la limpieza hasta las tareas administrativas; y subcontratábamos personal para la mano de obra. Hoy tenemos tres locales y un taller. Además, nuestro equipo está compuesto por 20 personas.

    Hemos tenido un crecimiento anual del 200%, abriendo un local por año. Todo esto lo hemos conseguido con esfuerzo y sacrificio.

    El estudio en la Espae ha sido también fundamental. Por ejemplo, el análisis de mercado y la elaboración de un plan de negocios, aprendidos fueron clave en el desarrollo de la idea.

    ‘El desafío es no decaer ante el miedo’

    Rosalinda Villalva

    Desde que me inicié en el mundo laboral, hace algunos años ya, tuve la inquietud de dejar de ser ‘colaboradora’ de una institución.

    En una entidad financiera del medio alcancé un cargo gerencial por mi trabajo relacionado con el área de RR.HH. En el 2000, culminé mis estudios en la Espae junto a 20 compañeros más y alcancé mi objetivo de ser una consultora gerencial para las empresas.

    Mi familia ha sido el pilar de mi desarrollo. Desde los primeros días que me ayudaron a readecuar una oficina pequeña para atender a los clientes hasta ahora, que destino mucho tiempo para organizar los talleres, seminarios, capacitaciones, entre otras actividades, con las que presto mis servicios.

    El emprender es, sin duda alguna, un reto de confianza con nuestras propias habilidades. Lo interesante es que aquí aprendí con casos de estudio reales.