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  • Con ‘snacks’ expanden su marca

    Carolina Enriquez

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    Un crecimiento acelerado en cinco años ha conseguido la productora de alimentos Comlasa. Álex Guanalema y Lourdes Toapanta, fundadores del negocio, dicen que la calidad de la oferta y el trabajo de la fuerza de ventas son los dos factores que han permitido lograr este resultado

    A finales del 2014, estos esposos buscaban una opción para adentrarse en la fabricación y venta de consumo masivo, sector en el que Guanalema ya había tenido tres años de experiencia anteriormente. La hallaron en una empresa que atravesaba una difícil situación económica.

    La pareja encontró un negocio que producía cueros reventados con el nombre Shalom. Esta empresa vendió a Guanalema y Toapanta el ‘know how’ y la marca. La inversión inicial de los esposos fue de USD 35 000 en esta compra y en maquinaria; luego destinaron otros USD 25 000 para adecuaciones, obtención del registro sanitario, contratar a un ingeniero en alimentos, entre otros.

    Ambos cambiaron el nombre anterior por el de Shalitos. El primer producto que se desarrolló fueron los cueros reventados, principalmente para uso en locros.

    Los emprendedores enfrentaron dificultades, entre ellas la mala repu­tación que dejaron los anteriores dueños del negocio, lo que hizo que muchos proveedores, al creer que eran los mismos, no quisieran darles crédito. Tenían que comprar la materia prima de contado, en un inicio.

    Conforme se fue estabilizando el negocio, los emprendedores sacaron tres presentaciones de cueros. Para 2016 se lanzó una línea de tostado y las ventas crecieron.

    En ese momento se decidió hacer otra inversión en maquinaria, importada de China. Un año después se incursionó en otras líneas como papas artesanales y chifles. El negocio empezaba a despuntar.

    La empresa desarrolló un equipo de ventas y de distribución en el sur de Quito. Fue un éxito total, ya que logró entrar en tiendas de esa zona.

    Comlasa, sin embargo, quería expandirse y desarrolló un programa piloto para distribución tienda a tienda con personal propio. Con ocho vendedores la compañía decidió expandirse en el norte de Quito.

    Este crecimiento obligó a realizar una nueva importación de maquinaria desde China, particularmente destinada a frituras.

    La empresa cuenta hoy con otras líneas como habas, papas chips en funda laminada, gomitas, variedades de chifles y tostado con otros ingredientes. Son en total 27 productos.

    Para el chicharrón se usa cerdo importado de Chile, Canadá y España. El maíz para el tostado es de la variedad mishca, que se produce en el centro del país; es un grano grande y suave.
    También hay una selección rigurosa en la compra de papas, maqueños, etc.

    Su éxito está en la fuerza de ventas, dice Guanalema. “Desde el inicio estuvo totalmente automatizada. Siempre hacemos encuestas a nuestros clientes, que son 25 000 en Quito”. La compañía también ofrece sus productos en otras provincias, entre las que están Cotopaxi, Chimborazo, Imbabura, Carchi y Sucumbíos.

    A corto plazo la empresa busca expandirse hacia la Costa y más adelante empezar a exportar a la región.

    La producción de esta empresa se realiza en su planta del sector de La Ecuatoriana, en el sur de Quito, donde trabajan 58 personas.

    Próximamente, los dueños buscan ampliar la planta porque consideran que por la alta producción alcanzado comienza a faltarles espacio en el área de almacenamiento.

    Asimismo, desde este año la compañía se está preparando para certificar la fábrica con Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). “Una vez que tengamos la certificación, vamos a evaluar el tema de la exportación. Hemos recibido un par de propuestas, sobre todo en Centroamérica. Hoy atendemos al mercado local, con calidad”, explica el dueño.

    Una estrategia importante que han desarrollado los emprendedores es tomar en cuenta los requerimientos y capacidades de las tiendas. Entregan solo el producto que los tenderos necesitan, ya que no siempre están en capacidad de llevar volúmenes grandes, porque no se vende todo.

    Carlos Paredes, dueño del micromercado Charly & Charly, considera buena la metodología que aplica este negocio. Asegura que los ‘snacks’ tradicionales tienen alta demanda dentro de la población.

    La planta de producción de Comlasa se encuentra en el sur de Quito, en el sector de La Ecuatoriana. Allí se elaboran los ‘snacks’ de cueritos. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
    La planta de producción de Comlasa se encuentra en el sur de Quito, en el sector de La Ecuatoriana. Allí se elaboran los ‘snacks’ de cueritos. Foto: Galo Paguay / LÍDERES
  • Estos diseños se expanden con más colecciones

    Redacción Quito  (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Lo que empezó como un emprendimiento que se movía solo en las redes sociales dio un salto ‘a la inversa’. Ahora la marca Paole se expande con locales en su ciudad de origen, Santo Domingo, así como en Quito. Allí presenta sus nuevas colecciones de calzado.

    Paola Espinoza es la fundadora de este negocio. Ella trabajaba en marketing de ropa y calzado hasta que decidió emprender. Esta mujer se capacitó para diseñar zapatos, sandalias, balerinas, etc.

    El negocio empezó en el 2015 en Santo Domingo. Las ventas ‘on line’ a través de redes sociales marcaron los inicios. En esos espacios virtuales se exhibían los primeros diseños, explica Espinoza.

    Una inversión inicial de alrededor de USD 10 000 sirvió para posicionarse con una ‘fan page’ en Facebook, una cuenta en Instagram y el portal paolemoda.com. Allí se mostraban, en principio, 12 modelos.

    Espinoza explica que Facebook permitió dar a conocer la marca; la página web, en cambio, era el canal de venta con un sistema de pago vía Paypal o transferencia bancaria. Los envíos se los realizaba a cualquier parte del país.

    Pero el modelo fue cambiando. Espinoza cuenta que fue necesario contar con tiendas físicas porque el calzado es un artículo que en algunos casos debe ser probado previamente por el cliente.

    Con el cambio en el modelo del negocio, el 2 de abril de 2016 se inauguró el primer local en Santo Domingo. Fue necesaria una inversión de USD 15 000 aproximadamente para adecuar el local .

    La tienda física, insiste Espinoza, ayuda a que el cliente sienta cómo le calza el zapato personalizado según el tamaño y la forma del pie. La emprendedora explica que si un cliente tiene, por ejemplo, pie plano se diseña un zapato acorde con esa necesidad.

    Las ventas del primer local motivaron a Espinoza a expandirse y poner una tienda en Quito. El 1 de marzo del 2017 inauguró su segunda tienda en el sector de La Coruña. “Me sorprendió porque llegaron varios clientes que seguían mi marca por redes sociales”, cuenta la fundadora de Paole.

    Espinoza comenta que en la Sierra los modelos que predominan son los de taco mediano y taco cuadrado. En cuanto a los colores, el negro, beige, miel, café o blanco son los más solicitados.

    Cada colección demora cerca de tres meses en salir al mercado. En ese tiempo se cumple con el diseño, la elaboración y una evaluación para decidir si falta algún detalle o se modifica el modelo.

    Los cambios continúan en esta iniciativa. En diciembre del año pasado Paole amplió su mercado al sacar una línea de calzado deportivo para hombres. Hasta ahora hay una demanda aceptable, dice la empresaria.

    Actualmente, Paole se encuentra promocionando su última colección denominada Tierra. Espinoza explica que en esta línea de calzado priman los colores como café, beige, concho de vino, verde militar, miel. La colección cuenta con 15 modelos de taco fino y grueso en diferentes modelos.

    Los planes siguen y para fines de marzo la marca de Santo Domingo proyecta sacar una nueva colección de sandalias.

    A futuro, Espinoza piensa abrir franquicias en las principales ciudades del Ecuador. Para cuidar su marca planea escribir un manual de procedimientos en el que se especifique la estética del local y la calidad en la atención.

    Cuatro datos

    Facturación. En Santo Domingo Paole vende un aproximado de USD 2 500 al mes. Mientras que en Quito se factura alrededor de USD 4 000 mensuales.

    Material. Todos los zapatos son hechos con forro de poliuretano. Este material impide la humedad y le da suavidad y comodidad al calzado.

    Variedad. Actualmente Paole cuenta con 200 modelos de calzado.

    Innovación. 
    Este año sacará un modelo clásico para hombres.

    Paola Espinoza en seña sus nuevas colecciones en su tienda de Quito, en el local de La Coruña y Orellana. Foto: Julio Estrella / LÍDERES
    Paola Espinoza en seña sus nuevas colecciones en su tienda de Quito, en el local de La Coruña y Orellana. Foto: Julio Estrella / LÍDERES