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  • El Ministerio de Comercio crea expectativa

    Redacción Quito

    Hace dos semanas el sector privado del país vio convertirse uno de sus sueños en realidad: la creación del Ministerio de Comercio Exterior a través del Decreto Ejecutivo 25.

    Esta entidad existió hasta que terminó el anterior Gobierno. Una vez que Rafael Correa asumió su cargo, en el 2007, la Cartera de Estado se eliminó y se convirtió en un viceministerio bajo responsabilidad de la Cancillería.

    La decisión, sin embargo, dio pocos resultados. Pocos días antes de su reciente posesión el presidente Correa reconoció que el sector de comercio exterior es uno de los que ha tenido mayores falencias y que el incremento de las exportaciones, prácticamente, ha sido cosa de suerte y de precios altos en los mercados internacionales.

    En el 2006, según la Presidencia, las exportaciones no petroleras llegaron a USD 5 184 millones y en el 2012, USD 10 060 millones. Mientras que en volumen, en el 2006 las ventas alcanzaron 7,4 millones de toneladas y en el 2012 ascendieron a 8,2 millones.

    «El trabajo del Gobierno se queda corto debido al reducido volumen de exportaciones. Hay deficiencias en cuanto al aumento de producción y de colocaciones internacionales. Falta apertura de mercados, diversificación de productos, etc. El trabajo que ha llevado adelante ProEcuador es positivo, sin embargo, hace falta más», dice Teresa Alcívar, directora de la carrera de comercio exterior de la Universidad Católica de Guayaquil.

    Otras de las falencias ha sido la falta de concreción de convenios. Apenas se han suscrito dos acuerdos comerciales: con Guatemala y Venezuela. También se firmaron dos acuerdos marco con Irán y Siria. Con el resto de países todo está en procesos (estas cifras difieren con las del informe de rendición de cuentas del viceministerio de Comercio Exterior, pues este incluye extensiones de acuerdos parciales y otro tipo de instrumentos).

    Sin embargo, los empresarios están seguros de que con la creación del nuevo ministerio y, particularmente, con el giro que ha dado el Gobierno en su intento por cambiar la matriz productiva el escenario negativo está a punto de cambiar.

    «Luego de muchos años, al parecer, la producción y las exportaciones tendrán prioridad (…) Las condiciones políticas y económicas han puesto en manos del Gobierno una oportunidad para consolidar un proceso sostenible con el país, con la participación de la empresa privada», sostiene Álvaro Maldonado, presidente del Directorio de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).

    A esta conclusión llegaron los empresarios luego de señales concretas como la gira del presidente por Europa, dando su espaldarazo para concretar un acuerdo comercial para el desarrollo y la creación del Ministerio de Comercio Exterior.

    «Esto permite que haya unidad de criterios en torno al manejo de este tema (hasta antes de la constitución de la entidad había pugnas en el manejo del tema entre Cancillería y el Ministerio Coordinador de la Producción), es un eje fundamental para el proceso de cambio de matriz productiva y le dota, como institución, de la capacidad de negociar acuerdos comerciales y de inversión», explicó Manuel Chiriboga, exministro de comercio exterior.

    La designación de Francisco Rivadeneira como titular de la Cartera de Estado genera entusiasmo. A él se lo considera un funcionario técnico y que ha estado encabezando todas las negociaciones que el país tiene pendientes actualmente.

    Los empresarios consideran que Rivadeneira se convertirá en un pilar para el impulso de las exportaciones, que son el principal generador de divisas para el sostenimiento de la dolarización.

    De acuerdo a un estudio de Fedexpor, entre el 2000 y el 2012 la participación de las ventas al exterior en la economía se ubican en alrededor del 50%.

    Otro problema más complicado que deberá enfrentar es evitar que incremente el déficit de la balanza comercial, particularmente la no petrolera (saldo negativo de USD 2 563 millones).

    También deberá medir el impacto de la adopción de medidas restrictivas de las importaciones, que las ha adoptado el Consejo de Comercio Exterior (Comex), que ahora pasará a esta cartera de Estado.

    Actualmente, según el Banco Central del Ecuador (BCE), lo que más se importa son bienes de capital y materias primas lo que, según el Gobierno, responde a la necesidad de las empresas de incrementar su producción (entre enero y abril del 2013 y en el mismo período del 2012 estas tuvieron un crecimiento del 6,3% y del 3,9%).

    Lea también: Existen resultados, pero también pendientes

  • BID, BM y FMI: ‘Se acabó la fiesta económica en América Latina’

    Alfonso Fernández (I) EFE / Washington

    La economía latinoamericana deberá prepararse para el «fin de la fiesta» sustentada en el boom de las materias primas, que no se aprovechó para aplicar reformas estructurales, advirtieron la semana pasada los jefes económicos del Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

    «La fiesta ha terminado y los vientos a favor se han convertido en vientos en contra», subrayó José Juan Ruiz, economista jefe del BID, en una conferencia en el centro de estudios Brookings Institution de Washington.

    Ruiz señaló que es posible que la región crezca solo un 1,5% en el 2014, por debajo de las más recientes previsiones del FMI, de julio, que situaban el crecimiento en Latinoamérica y el Caribe en un 2% para este año y en 2,6% para el 2015. Desde el Fondo ya se ha adelantado que las nuevas previsiones estarán por debajo del 2% para el 2014.

    Gran parte de este retroceso responde al frenazo de la economía brasileña, que ha cumplido dos trimestres seguidos de crecimiento negativo; y los problemas económicos que enfrentan países como Venezuela y Argentina.

    En el lado positivo, se ubican los países centroamericanos y sobre todo México, que se estima empiece a ver los resultados positivos de las reformas estructurales adoptadas recientemente y aproveche el impulso de la recuperación de la economía estadounidense.

    Por su lado, el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Alejandro Werner, expresó cautela al apuntar que el «proceso de reformas es doloroso», como ha mostrado México, durante el cual el PIB sufre los efectos negativos de la incertidumbre y la adaptación al nuevo panorama de regulación.

    Werner destacó, como dato positivo, la «estabilidad macroeconómica» con la que se había navegado el boom de materias primas vivido por la región, algo inusual en una región habituada al sobrecalentamiento económico.

    Desde el BM, Augusto de la Torre, economista jefe para América Latina, señaló que la actual desaceleración que se está registrando es un fenómeno nuevo para el continente, acostumbrado a los ciclos abruptos de «auge y caída». Uno de los principales problemas, no obstante, es que los pronósticos sitúan el potencial de crecimiento a medio plazo en torno al 3% anual.

    Para De la Torre se trata de una cifra «insuficiente» para hacer frente a los desafíos económicos regionales fruto de la creciente clase media, uno de los grandes éxitos de América Latina en la primera década del siglo. Por esto, Ruiz insistió en que «no hay espacio para la complacencia», y afirmó que uno de los grandes desafíos de la economía regional es la falta de productividad y competitividad.