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  • Exportan cosméticos y perfumes

    Redacción Quito

    redaccion@revistalideres.ec

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    Laboratorios Beautik S.A. es una empresa que toma todas las oportunidades que se le presentan. Su más reciente apuesta es su línea de productos de cuidado personal hechos con cannabis que está por salir al mercado, luego de que esta sustancia dejó de estar, desde la semana pasada, entre las sustancias sujetas a fiscalización en el territorio ecuatoriano.

    La compañía se constituyó en Ecuador para operar la planta del consorcio inglés Beautik Laboratories UK. La fábrica está operativa, en Durán, desde el 2017. Entre las razones que impulsaron a los ingleses a producir en Ecuador está un tema de costos y la calidad del alcohol nacional.

    Antonio Álvarez, presidente y gerente general de Laboratorios Beautik, explica que este producto es la base para todo perfume.

    El año que abrió la planta, relata, entró en vigencia el acuerdo comercial de Ecuador con la Unión Europea (UE), lo que obligaba a la firma a ser altamente competitiva frente a los artículos de ese continente. Sabía que debían elaborar productos de calidad.

    “Nos planteamos la posibilidad de desarrollar perfumes y cosméticos con valor agregado e imagen premium, aunque con precios accesibles para la gran mayoría de la población. Nuestra inspiración fue la marca Zara, que masificó la moda”.

    Actualmente, la empresa cuenta con cuatro líneas de fabricación: perfumería, cuidado capilar, cuidado personal y cuidado del hogar. Entre los artículos, tanto para hombres como para mujeres, están perfumes, champú, agua micelar, lociones, crema para afeitar, tónicos, velas, difusores, acondicionador, desmaquillante bifásico, gel fijador, etc.

    Estos productos se comercializan en puntos de venta de todo el país. Se incluyen cadenas de supermercados, perfumerías, farmacias, tiendas departamentales, etc.

    La compañía, además, maquila productos de marca propia para diferentes firmas. Por ejemplo, trabaja para Dyvempro, del grupo Difare, con la marca Menticol.

    Manuel Paredes es un consumidor de este último producto. Vive en Manabí y comenta que este se usa, popularmente, para refrescarse cuando hace mucho calor. Asimismo, detalla que su familia ha comprado algunos productos de cuidado personal de Laboratorios Beautik, los cuales considera que tienen alta calidad.

    La compañía también exporta a países de América como Estados Unidos, Puerto Rico, República Dominicana, México, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, El Salvador, Colombia, Perú, Chile, Paraguay y Bolivia.

    Scarlen Valenzuela, gerente de Marca de Laboratorios Collado, en República Dominicana, considera que la empresa ecuatoriana tiene una propuesta innovadora y productos de calidad para el mercado masivo. “Es un socio y aliado en todas nuestras estrategias comerciales”, dice. Beautik London es una de las marcas que se vende en ese destino, la cual tiene diversidad de fragancias para todo público.

    La capacidad de la firma de siempre ver más allá le permite enfrentar la pandemia del covid-19. Laboratorios Beautik aprovechó la oportunidad que generó la demanda de alcohol y alcohol gel, gracias a lo cual logró un crecimiento durante la emergencia sanitaria, de acuerdo con el presidente de la compañía.

    “O nos quedábamos cruzados de brazos haciendo perfumes que no se iban a vender porque todas las perfumerías estaban cerradas o nos reinventábamos. Con velocidad camaleónica hicimos lo último. Ahora somos un gran fabricante de gel antibacterial. Ganamos un contrato con Unilever para fabricar gel antibacterial”, dice el vocero de la firma.

    Debido al covid-19, la firma cuadruplicó la producción e incrementó las plazas de trabajo.
    Esa, sin embargo, no ha sido la única oportunidad que ha tomado. Ahora participará en la industria del cannabis. “Se sataniza pensando que es droga. Pero no lo es”.

    La variedad de cannabis que se utilizará para los productos de Laboratorios Beautik es aquella con CBD, rico en omega 3 y 6 y no tiene ninguna sustancia de carácter psicotrópica; entre sus propiedades está el efecto calmante, alivio del reumatismo, regeneración y humectación de la piel, suaviza y mejora la calidad del cabello, entre otros.

    La empresa cuenta con Registro Sanitario otorgado por la Agencia de Regulación Sanitaria. La marca que se comercializará está orientada a lo natural; no tiene, de acuerdo a los directivos, preservantes ni parabenos, según detalla su vocero.

    La materia prima, el aceite de cannabis, se tuvo que traer desde Alemania porque en Ecuador no se cuenta con el mismo. Los directivos de la compañía esperan que en algún momento puedan proveerse con producto sembrado en el país, el cual podría crecer en zonas templadas de las provincias que tienen territorios entre la Costa y la Sierra.

    En un primer momento, la empresa comercializará una línea capilar con cannabis: champú, acondicionador, tratamiento y mascarilla hidratante. También tiene otros planes para el futuro: la compañía espera en un futuro maquilar producto medicinal y sacar una nueva línea propia cosmética.

    Laboratorios Beautik espera ser inspiración para que otras empresas decidan incursionar en la industria de esa planta. En el mundo, asegura Álvarez, ya existen diferentes productos que se fabrican con cannabis con CBD. La compañía desarrolla contactos con empresas de la región para colocar esta nueva línea.

    EL GERENTE
    Antonio Álvarez 
    La empresa es como un hijo para mí. La industria es algo muy difícil, sobre todo en un país como Ecuador. Aquí la cadena de suministros es limitada e informal. En otros países hay gran cantidad de fabricantes de insumos. Realmente, ha sido un reto por el tema de fabricar artículos de belleza. Era impensable producir cosméticos y perfumes. Pero lo hicimos y la experiencia ha sido magnífica. Al final del día nos llena el alma.

    200 puntos de venta a escala nacional tiene la empresa en la actualidad.

    13 países de América son destino de los productos de la empresa.

    80 millones de unidades al año es la capacidad instalada de la planta de producción que opera en Durán.

    80 por ciento de la fabricación actual de la empresa corresponde a alcohol y gel , dada la coyuntura sanitaria. 

    La planta de producción de la empresa Laboratorios Beautik se encuentra en Durán, Guayas. Fotos: cortesía
    La planta de producción de la empresa Laboratorios Beautik se encuentra en Durán, Guayas. Fotos: cortesía
  • Ellas exportan detalles en flores que duran por años

    Evelyn Tapia

    Cuando Daysi y Karina Miranda decidieron renunciar a sus empleos en multinacionales para estudiar en la Universidad de Manchester, su padre, Francisco Miranda, no lo podía creer.“Él decía, qué prosa, ¿cómo van a renunciar si tienen un buen trabajo?”, recuerda, entre risas, Yolanda Moscoso, su mamá.

    De ese viaje a Inglaterra, las hermanas volvieron a Quito con un MBA en Finanzas y uno en Marketing. También llegaron con una idea de negocio que pusieron en marcha en el 2015, con una inversión inicial de USD 10 000.

    Lasting Bloom es un negocio que comercializa flores, arreglos florales y árboles -todos naturales- que han pasado por un proceso de preservado para perdurar por años en perfectas condiciones, sin recibir agua o luz solar.

    Coloridas rosas en empaques de acetato, en cajas negras semejantes a las que guardan joyas, en envases de cristal; además, orquídeas en tonos pasteles; girasoles; pequeños bonsái y arbustos medianos, entre otros, suman un catálogo de alrededor de 70 ítems.

    “Vimos cómo afuera el producto ecuatoriano es tan valorado. Hicimos un estudio de mercado sobre las flores preservadas, como proyecto de graduación del MBA en Londres, y así conocimos la cultura de negocios de la gente en Europa”, dice Daysi.

    Karina cuenta que, al comenzar el emprendimiento, uno de los retos más grandes fue encontrar proveedores de materia prima con la calidad necesaria para enviar el producto a mercados exigentes y responder con rapidez.

    “Empezamos trabajando en la sala de la casa. Ahora laboramos con unos 10 artesanos, cada uno especialista en una rama: madera, vidrio, etc. Tenemos a los mejores proveedores de flores naturales”, explica Karina.

    Yolanda destaca que al contratar artesanos, ayudan a generar más empleo indirecto entre amas de casa y familias. “Detrás de cada artesano hay unas seis personas más laborando”, comenta la madre de las emprendedoras, que se encarga de diseñar las creaciones de arreglos florales.

    Las primeras ventas del negocio se dieron puerta a puerta, buscando floristerías en Quito. Luego vinieron las exportaciones, la colocación en cadenas nacionales y una tienda online: Imperio Floral.

    Daysi explica que en el primer año lograron seis clientes nacionales y cuatro internacionales. En este 2019, cuentan en la lista de la empresa a unos 20 clientes nacionales y 10 internacionales.

    Elizabeth Torres, gerente de retail del Hotel Marriott, señala que en la tienda de regalos del lugar se venden desde hace tres años las flores de Lasting Bloom. Cuando un cliente VIP llega, recibe como cortesía una rosa de esta marca.

    “El hotel es una vitrina al mundo para sus productos. Los huéspedes que vienen de afuera pueden conocer Ecuador a través de estos artículos, que son de tan buena calidad y que van acorde con nuestro target”, menciona.

    Del total de las ventas del negocio, el 55% corresponde a las que se hacen en Sukasa, Fybeca y Locuras. “La experiencia de llegar a cadenas nos dio experiencia. Conocimos sobre cómo manejar el tema de empaques, por ejemplo, y también aprendimos a diseñar productos acorde con los clientes de cada cadena”, señala Karina.

    Daysi acota que el 20% de las ventas corresponde a exportaciones. Añade que participar en ferias y misiones diplomáticas, además de promocionarse a través de Internet y redes sociales, permitió a la firma crecer en el mercado internacional.

    Sus productos llegan a floristerías en Inglaterra, Irlanda, Canadá, Perú, México, Panamá, Dubái, Omán y EE.UU. Este último es el principal destino de las flores.

    Las exportaciones pasaron de USD 15 000 en el 2017 a USD
    20 000 en el 2018.

    La línea de árboles y follajes preservados se lanzó este año. Se trata de un producto que se importa de España, con el que se espera llegar al segmento corporativo, de centros comerciales, constructores y decoradores.

    Con estos nuevos productos las dueñas esperan que sus ventas de este año alcancen USD 142 000; es decir, un crecimiento de 49% con relación a la facturación del 2018. En el 2019, además, su plan es llegar al mercado argentino y entrar en cadenas internacionales.

    Yolanda Moscoso y su hija, Karina Miranda, en el nuevo local estilo show room que abrieron este mes en el sector de El Bosque, en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
    Yolanda Moscoso y su hija, Karina Miranda, en el nuevo local estilo show room que abrieron este mes en el sector de El Bosque, en el norte de Quito. Foto: Diego Pallero / LÍDERES
  • Ellos exportan puré de banano

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    Los elaborados de banano son la base de esta empresa. Futurcorp es una compañía agroindustrial cuyo principal producto de comercialización es el puré de banano, que se destina en su totalidad al mercado internacional.

    La firma nació hace algo más de 20 años y en ese tiempo el objetivo ha sido generar valor agregado a los subproductos de exportación, en este caso el banano. “Se trató de alargar la vida útil de la fruta y comercializarla como materia prima para otros tipos de procesos”, dice el gerente General, Antonio Ganchozo. Otros productos que elabora la empresa son hojuelas y polvo de banano.

    Ganchozo recuerda que en el pasado el subproducto de esa fruta se utilizaba para alimentar ganado o se desechaba, pues no cumplía con las características requeridas para la exportación. “Nosotros aprovechamos esa materia prima y la transformamos”, agrega con orgullo.

    La principal materia prima de Futurcorp es la pulpa del banano. El procesamiento se lleva a cabo en la planta de la compañía, que está ubicada en el cantón Pueblo Viejo, en Los Ríos.
    La empresa cuenta con una fuerza laboral de 380 trabajadores, que se dividen, dependiendo de la temporada, en dos o tres turnos.

    Una vez que se recibe la fruta, de proveedores de Los Ríos y El Oro, el banano es descargado en canastas metálicas. Luego se pesa y se envía a los cuartos de maduración, en donde se manejan determinados tiempos y temperaturas. Luego pasa a la etapa de extracción, en la que se realiza el pelado de la fruta y separación de la semilla, hasta llegar a la cámara de homogeneización y esterilizado.

    El puré que se obtiene luego del proceso se empaca en fundas asépticas y se coloca en las diversas presentaciones para la exportación.

    El proceso de elaboración del puré de banano atraviesa etapas como la de extracción, en la que se realiza el pelado de la fruta.
    El proceso de elaboración del puré de banano atraviesa etapas como la de extracción, en la que se realiza el pelado de la fruta.

    Futurcorp ofrece el producto a sus clientes en tres versiones: en contenedores metálicos de 20 pies; en ­cartones de 1 tonelada métrica y en cajas de 20 kilos.

    La compañía se ha dedicado a la exportación desde sus inicios, a mediados de la década de 1990. En ese entonces envió a Europa cinco contenedores de prueba. La cifra ha aumentado y, actualmente, comercializa 900 contenedores al año.

    El 60% de la mercancía viaja a Europa, a países como España, Alemania y Rusia. El 40% restante llega a Asia (Japón y China) y EE. UU.

    Según Ganchozo, la empresa ha registrado un crecimiento anual de entre 5% y 10%. En el último lustro asegura que han cambiado las preferencias de sus clientes; por ejemplo, en Europa y Rusia la tendencia es comprar las cajas de 20 kilos. Esto lo atribuye al hecho de que es más sencillo diversificar luego la mercancía para la venta final.

    Actualmente, Futurcorp distribuye su producto a cerca de 25 empresas entre Europa, Asia y América. El principal competidor al que se enfrenta es Centroamérica, para lo cual debe implementar estrategias de ahorro de costos frente a los precios del mercado mundial.
    Ganchozo dice que una metodología es la elaboración de ‘cocteles’. “Si combino clientes me ayuda a cumplir con los demás. Otra claves es que la mano de obra nuestra sea eficiente”.

    Sucre Pérez es el director de Ventas de la compañía. Él asegura que las empresas exportadoras de la Costa han aprendido a modificar y mejorar la calidad de sus productos para llegar a mercados extranjeros, en los que la competencia es más agresiva.

    A su juicio, durante los últimos 20 años la agroindustria de Ecuador se enfocó en dar valor agregado a los productos con los que el país es más competitivo, como son el banano, camarón, cacao y café.

    Sin embargo, Pérez cree que el aumento de los costos de producción ha representado un problema para los pequeños exportadores, como es el caso de Futurcorp. Él argumenta que los costos de puertos marítimos se han duplicado desde 2013 hasta la fecha. El pago que debía realizar la empresa por contenedor pasó de USD 175 a USD 500 en ese lapso.

    Actualmente, la firma trabaja en diversificar su producción para atender al mercado local. Para Ecuador producirán tres productos alimenticios a partir del banano: gel, palitos tipos ‘snacks’ y barras energéticas.

    Estos cuentan con los certificados técnicos, nutricionales y permisos. Les queda por finalizar el arte y logo de los empaques. Se estima que la comercialización inicie este año 2018.

    El gerente
    Antonio Ganchozo 

    El gerente general de Futurcorp ha estado vinculado al área de alimentos desde hace una década. Graduado en la Espol, considera que es fundamental para las compañías locales generar valor agregado al producto y subproducto de exportación. En el caso del banano, considera fundamental aprovechar la materia prima y transformarla en un producto de calidad para los mercados. Todo puede emplearse en los procesos.

    La compañía recibe el cargamento de banano en su planta, que está ubicada en el cantón Pueblo Viejo en la provincia de Los Ríos. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES y cortesía Futurcorp
    La compañía recibe el cargamento de banano en su planta, que está ubicada en el cantón Pueblo Viejo en la provincia de Los Ríos. Foto: Enrique Pesantes / LÍDERES y cortesía Futurcorp
  • Cinco fincas que exportan juntas

    Carolina Enriquez

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    “Dejamos a un lado los egos”. Esa es la frase que refleja la historia del origen de Much Flowers en Ecuador, según su director Ejecutivo, Juan José Albuja.

    Se trata un holding de fincas florícolas de la Sierra Centro y Norte del país, en las que todas aportan con diferentes tipos de productos, pero exportan bajo una marca. Opera desde hace tres años.

    Su origen, sin embargo, se remonta a 1994, cuando nació Flodecol, su mayor integrante. “En dos o tres hectáreas comenzó la producción y exportación de gypsophilia. En esa época era un producto nuevo en el mercado”.

    Ocho años después, cuando Albuja asumió la gerencia comercial, la finca incluyó nuevos productos y se abrió a nuevos mercados como el europeo. Sin embargo, el verdadero cambio se dio en el 2012, cuando Albuja se convirtió en gerente general.

    En ese momento tenían 27 hectáreas de producción que destinaron únicamente al cultivo y venta de gypsophilias. El 65% del producto iba a la Unión Europea.

    “Pero llegamos a un punto en que dijimos que era necesario diversificarnos, dar valor agregado, etc. Ahí nació la idea de Much Flowers, a cargo de tres socios”.

    En el 2015 se concretó este sueño de asociatividad, que lo conforman tres empresas y cinco fincas ubicadas en Cotacachi, Riobamba, Guayllabamba y Otón. Exportan gypsophilias, flores de verano, buqués, entre otras.

    Un año después se consolidó el grupo y toda la operación se realizó bajo el paraguas de un solo departamento comercial.

    Todas las plantaciones reúnen unas 80 hectáreas. Much Flowers no compra las flores, sino que recibe el producto de cada una para enviar a destinos en Europa, EE.UU., Asia y América del Sur.

    La calidad es clave para los clientes, por lo que se hace un control riguroso del producto en la zona de cosecha y poscosecha de las fincas. El viernes pasado se encontraba en Flodecol, en Otón (Pichincha), Maribel Pineda, quien supervisa todos los procesos para evitar daños o contaminación en las flores.

    Ella asegura que en el sitio los cuidados son extremos y que gracias a ello se cumple la meta de una mayor exportación. Por ejemplo, chequea la trazabilidad, es decir, lleva una guía con el nombre de cada embonchador para, en el caso de una contaminación, saber dónde se produjo.

    El manejo adecuado de estos y otros procesos ha permitido que Much Flowers gane diferentes premios, entre el que está el segundo lugar del galardón Agriflor o reconocimientos por la calidad del producto en Rusia.

    Otro de los aspectos básicos dentro de este grupo de fincas es el impacto social. Cada hectárea de flores representa 12 empleados, cuando en otro tipo de cultivo apenas lo hacen dos personas.

    Más del 50% de quienes laboran en las plantaciones son mujeres. Los trabajadores pertenecen a diferentes localidades urbanas y rurales de la Sierra Centro y Norte.

    En la industria florícola la habilidad y delicadeza de las empleadas permite el armado de bonches y buqués. De hecho, este último producto, que genera valor agregado a las compañías que los exportan, registra un importante crecimiento en mercados como el de EE.UU., según información de Expoflores.

    Estos se venden en supermercados o a través de páginas web. Los compradores de ese país son más prácticos y prefieren productos listos para colocar en floreros.

    Del total de las exportaciones de Much Flowers, el 5% son buqués. Para armarlos, el holding cuenta con un diseñador.

    Cada una o dos semanas se tiene un diseño nuevo de arreglo. Existen temporadas para enviar ciertos productos, o mucha producción de determinada flor, lo que obliga a que salga al mercado, etc., sin embargo, los buqués, principalmente, se componen de cuatro tipo de plantas.

    Una es la tipo focal, que puede ser una rosa o gérbera; otra es verde, como el ruscus; una tercera es un filler, como las gypsophilias y unas líneas, como las verónicas.

    El conglomerado busca siempre la innovación. Cuenta con un laboratorio para investigaciones pero, además, trabaja con centros de investigación en Holanda que hacen los análisis y se prueban en las zonas de plantación en el país.

    La empresa busca crecer ofreciendo productos de calidad y llegando a más mercados. Albuja está convencido de que es posible a través de nuevas alianzas.

    La cifras

    14 variedades de flores, aproximadamente, produce y exporta Much Flowers. Entre ellas están gypsophilias, bupleurum, verónicas, solidagos, senecios, delfinium, craspedias, ruscus, rosas, rosas spray, gérberas, etc.

    65 millones de tallos produjo Much Flowers en el 2017.

    1 país es el principal cliente de la empresa en la Unión Europea. Se trata de Holanda, desde donde se distribuye el producto a otros destinos que se encuentran en ese continente.

    Una imagen de la poscosecha en Flodecol, ubicada en Otón, en el norte de Pichincha. En el sitio, unas 150 personas deshojan y embonchan los tallos de gypsophilias. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
    Una imagen de la poscosecha en Flodecol, ubicada en Otón, en el norte de Pichincha. En el sitio, unas 150 personas deshojan y embonchan los tallos de gypsophilias. Fotos: Alfredo Lagla / LÍDERES
  • Ellos exportan ‘snacks’ para perros desde Ecuador

    Sofía Ramirez

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    Juguetes elaborados con material reciclado para mascotas; y galletas nutritivas para premiarlas son las dos líneas de negocio que impulsa Alku. Esta microempresa ecuatoriana nació en el 2014 y durante estos dos años ha tenido una buena aceptación en el mercado; desde el 2015 sus productos se exportan hacia Panamá, Colombia y España.

    Juan Sebastián Espín es el CEO y cofundador de esta iniciativa. El quiteño de 27 años y graduado de la carrera de Marketing, en la Universidad de las Américas (UDLA), señala que la idea nació como un proyecto de tesis: “Conocimos de la ordenanza municipal 048 que establece normas para la tenencia de mascotas en Quito”.

    Entonces, dice el joven empresario, decidí entrar a este nicho de mercado pero con la elaboración de juguetes y comida para perros.

    Luego de haberse graduado de la universidad, Espín decidió continuar con este proyecto. El plan era producir juguetes para mascotas que no contengan material nocivo, como el plomo. Entonces en el 2014, nació Alku con la primera línea de negocio: Space.

    Para esto, el joven quiteño junto a su socia Deborah Torres, le dieron un valor agregado a su producto: los juguetes tenían que ser elaborados con plástico de botellas recicladas. Por lo que en ese año, además de iniciar con un plan de negocios y el esquema formal del emprendimiento, empezaron a buscar a los primeros proveedores y a la maquila. Esta última es una fábrica textil ubicada en el cantón Antonio Ante (Imbabura), aunque Espín explica que por tema de estrategia, prefiere no revelar el nombre de la firma que elabora los juguetes.

    La tela que reviste a estos accesorios que dan forma a pelotas, huesos, muñecos espaciales, es elaborada con un 40% de material reciclado y algodón. Y además, de tener un diseño ergonómico para no dañar la dentadura del animal, la etiqueta del producto es de papel de caña reciclada, explica Espín mientras en su mano enseña uno de estos muñecos color lila.

    Con la producción lista de esta línea de negocio, a mediados del año pasado empezaron a comercializar la marca Space en cadenas de supermercados del país, y en tiendas especializadas de mascotas. Por ejemplo, desde la semana pasada, Space ya tiene un espacio en las perchas de Mega Kiwi.

    Javier Bonilla, administrador de línea ‘junior’ en el área de Compras, menciona que los juguetes Space ya se posicionan en la cadena. La idea es apoyar a los emprendedores ecuatorianos, además de que la marca cumplía con las políticas en tema de innovación.
    Asimismo, la empresa Alku también le apostó al mercado de alimentos para mascotas y por eso también elabora las galletas bajo el mismo nombre.

    El valor agregado de estas galletas redondas es que contienen un 80% de fibra y proteína; utilizan maní con avena, coco o cebada y al ser bajo en grasa se lo puede considerar como un ‘snack’ saludable para las mascotas, dice Espín.

    Estas galletas que se maquilan en otra planta ubicada en Puem-bo, al sur oriente de Quito se venden en cajitas impresas. Isabel Bedoya, jefe de ventas de Inkprima, se dedica a imprimir las cajas de galletas Alku. Ella cuenta que trabajan con la empresa desde hace dos años aproximadamente, y sostiene que para el segundo trimestre del 2016, imprimieron unas 6 000 cajas para las galletas. El producto también se comercializa en tiendas de mascotas.

    Desde el año pasado, la empresa Alku inició con exportaciones a Colombia, España y Panamá. Esto les ha dado el impulso para tramitar la certificación de empresa tipo B, es decir que tiene un impacto social favorable.

    Asimismo, para este año, invertirán unos USD 50 000 para aumentar producción, publicidad, certificaciones. Y también participarán en ronda de negociaciones y ferias, con miras a crecer en ventas. A la fecha, se crearon ocho empleos directos.

    Juan Sebastián Espín y Deborah Torres son fundadores de Alku. Elaboran juguetes y galletas para mascotas. Fotos: Paul Rivas/ LÍDERES
    Juan Sebastián Espín y Deborah Torres son fundadores de Alku. Elaboran juguetes y galletas para mascotas. Fotos: Paul Rivas/ LÍDERES
  • Dos hermanos exportan el primer auto mexicano ultra ligero de alta velocidad

    Agencia EFE

    Los hermanos Guillermo e Iker Echeverría, de origen vasco e hijos de un expiloto de automóviles, han canalizado su pasión por la velocidad fabricando el primer auto ultra ligero mexicano de exportación, un biplaza con genética de vehículo de carreras y homologado para su uso en la calle.

    El Vuhl 05 tiene un peso total de apenas 695 kilogramos y puede alcanzar una velocidad de hasta 245 kilómetros por hora. Con 285 caballos de fuerza, 4 cilindros turbo, seis velocidades y para pasar de 0 a 100 kilómetros por hora tarda apenas 3,45 segundos, su poder proviene de una versión de 2 litros del motor Turbo EcoBoost DOHC Ford.

    Su estructura proporciona un inigualable nivel de protección para los ocupantes y cumple con las especificaciones de la norma de transporte europeo.

    «Invertimos tres años en planear y desarrollar un coche hecho para el mercado global», explicó el hermano mayor, Guillermo, de 34 años y diseñador industrial, en una entrevista con Efe en la ciudad mexicana de Querétaro (centro), donde está la nave industrial en la que se fabrica este prototipo.

    El recinto pertenece al Aeroclúster Querétaro, compuesto por gigantes del sector aeroespacial como Safrán, Airbus, Delta y Bombardier.

    De hecho, para la construcción del prototipo se emplean materiales de esa poderosa industria mexicana, que en la actualidad acapara casi la mitad de la inversión extranjera directa del país.

    «Su chasis de aluminio va pegado con remaches como sucede con los aviones, no tiene soldadura y esa es tecnología aeroespacial aplicada», dice Iker, el hermano menor, de 31 años y que ganó en 2007 el premio de diseño industrial mexicano Quórum cuando todavía era un estudiante.

    Actualmente está en la fase final de construcción el séptimo vehículo que se irá a Kuwait.
    Los vehículos son personalizados y están numerados. Compiten en el segmento de autos como el BAC Mono, el Ariel Atom, el KTM X-Bow.

    El 90% de sus competidores se encuentra en el Reino Unido por lo que probaron suerte ahí para dar a conocer su creación.

    «Quisimos asistir al Goodwood Festival of Speed en Inglaterra. Ahí acude la prensa especializada que nos calificó muy bien y colocó al Vuhl entre los mejores en su clase», comenta Guillermo.

    De 20 fabricantes, la prensa especializada los colocó en el segundo o tercer puesto, narra.
    La apuesta funcionó y comenzaron a llegar los pedidos. Para el 2016 ya tienen 25 coches vendidos y su objetivo es llegar a producir 60 al año.

    «Los compradores de estos coches son personas que tienen pasión por la velocidad y ya tienen muchos coches como el Lamborghini o el Porsche. Necesitan tener lo nuevo, lo exclusivo», detalla Iker.

    El costo de los vehículos que produce y exporta esta pequeña empresa, que cuenta con solo 22 empleados, oscila entre los 114 000 y 160 000 dólares.

    De los 100 proveedores con los que trabajan para construir el biplaza, el 51 % son mexicanos, lo que les ha permitido disminuir costos al instalarse en la zona de desarrollo aeroespacial de Querétaro, y el resto son ingleses, austríacos o franceses.

    Para financiar su aventura, los Echeverría contaron con el apoyo de entidades gubernamentales mexicanas como Proméxico, que les ayudó a comercializar fuera del país, el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Gobierno del Estado de Querétaro.
    También han invertido las ganancias que generan con su consultora, que realiza diseño industrial de botellas, casas de bajo costo, invernaderos solares, entre muchos otros proyectos.

    Los hermanos han comenzado a buscar asociarse con concesionarios para exhibir su creación y ampliar el negocio. Ya cuentan con una sede a las afueras de Londres, y próximamente podrían abrir en la capital mexicana, Emiratos Árabes, Estados Unidos y China.

    En México existe otro antecedente de incursión en la fabricación de automóviles con la marca Mastretta MXT, el primer coupé de tamaño medio diseñado y producido en el país.

    Su producción, que actualmente se encuentra detenida, comenzó en 2011. Los hermanos Echeverría participaron en ese proceso y aprendieron de la experiencia.

    Hermanos carro
    El Vuhl 05 tiene un peso total de apenas 695 kilogramos y puede alcanzar una velocidad de hasta 245 kilómetros por hora. Foto: AFP