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  • El covid plantea desafíos a las fábricas de golosinas

    Richa Naidu   (I)
    Chicago, agencia Reuters

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    Asustada por la pandemia del covid-19, Martha Jones, quien vive en el sur de Kentu­cky, no dejará que sus tres hijos hagan “truco o trato” este año. En su lugar, está transformando su terraza en una casa embrujada y preparando juegos, una parrilla y una fogata en el patio trasero.

    “Los niños tendrán algo con lo que entusiasmarse sin tener que ir puerta por puerta a pedir dulces”, dijo Jones, una chocolatera.

    A cientos de kilómetros de distancia, en Brooklyn, Nueva York, el músico Paul Lee, de 43 años de edad, está averiguando cómo asegurarse de que sus dos hijos puedan ir con seguridad a pedir dulces, según la costumbre de Halloween en algunos países, donde los niños se ponen disfraces y van de casa en casa pidiendo dulces con la frase “Truco o trato” (“Trick or treat” en inglés).

    En las semanas previas al evento, que tendrá lugar el 31 de octubre, Jones y Lee verán anuncios muy diferentes en las redes sociales y las webs del fabricante de dulces Hershey Co, en función del lugar donde viven, la probabilidad de que estén encerrados y las actividades de Halloween que han estado buscando en Internet. Estas iniciativas forman parte de una nueva estrategia de marketing en asociación con Google (parte de Alphabet Inc.), según dijeron ejecutivos de Hershey a Reuters.

    Hershey adaptará los anuncios digitales a los hogares utilizando los datos de búsqueda proporcionados por Google para superar los desafíos que amenazan con descarrilar el Halloween de este año.

    La empresa de dulces, con sede en Pensilvania, llegó a un acuerdo con Google para acceder a datos que muestran si las personas son más o menos propensas a salir al exterior en función de lo que buscan. Por ejemplo, una persona que consulta horarios de apertura para las tiendas cercanas o ideas para las vacaciones sugiere la probabilidad de salir.

    Así que Jones y otras personas que se queden en casa para las vacaciones verían videos en las redes sociales de personas que comen KitKats y pastelitos de crema de cacahuete con chocolate de Reese en sus patios o salas. En los lugares donde la gente se atreve a aventurarse al exterior, podrían ver anuncios de niños y adultos enmascarados yendo de puerta en puerta en busca de caramelos.

    “Semanalmente, podemos cambiar la forma de dirigirnos a los consumidores en función de lo que vemos geográficamente”, dijo Phil Stanley, director de ventas de Hershey, en una entrevista.

    La medida se enmarca en los numerosos cambios estratégicos de marketing y logística que las empresas de caramelos de EE.UU. están haciendo de cara a la celebración de Halloween, tras una decepcionante Semana Santa.

    Por lo general, Halloween es la temporada más importante para la industria del dulce en cuanto a ventas, seguida por los períodos en torno a la Navidad, Semana Santa y el Día de San Valentín. Para Hershey, Halloween representa una décima parte de sus aproximadamente USD 8 000 millones en ventas anuales.

    Este año, anticipando un fuerte incremento en las ventas en Internet y menos truco o trato, Hershey, Mondelez International Inc. y sus competidores están reduciendo los paquetes de caramelos, gastando más en marketing digital, instalando exposiciones de Halloween en las tiendas en los meses anteriores y reservando más existencias para el comercio electrónico de cara a los comercios minoristas que traten de compensar las menores ventas en las tiendas físicas.

    Hershey, que depende del truco o trato para cerca de la mitad de sus ventas de Halloween, dijo a Reuters que tiene previsto aumentar el gasto en medios digitales en Halloween en un 160% en comparación con el año pasado, apuntando principalmente a los consumidores de comercio electrónico. Mondelez, que hace caramelos masticables Sour Patch Kids, dijo que también planea gastar más este Halloween en redes sociales y digitales.

    Solo un tercio de los padres estadounidenses tiene previsto enviar a sus hijos a hacer truco o trato este año, según Matt Voda, director de la empresa de análisis de marketing OptiMine Software. “Así que ese es el gran dilema para las empresas de dulces: ¿cómo sobreponerse a ese posible déficit?”.

    Un grupo de niños visita un hogar en Pensilvania en la celebración de Halloween del año anterior, con el lema ‘truco o trato’. Esta celebración es una oportunidad para las fábricas de dulces. Foto: Getty Images/ iStockphoto
    Un grupo de niños visita un hogar en Pensilvania en la celebración de Halloween del año anterior, con el lema ‘truco o trato’. Esta celebración es una oportunidad para las fábricas de dulces. Foto: Getty Images/ iStockphoto
  • Japón ya cuenta con sus fábricas de verduras

    Agencia AFP

    (I)
    redaccion@revistalideres.ec

    Lechugas cultivadas con luz artificial: en los alrededores de las ciudades japonesas surgen de la tierra las “fábricas de verduras” automatizadas para reemplazar a un campo despoblado y azotado por catástrofes naturales.

    Es un edificio banal en una zona industrial y centro de investigación entre Kioto y Osaka, en el oeste de Japón. Nada, desde el exterior, hace pensar que en estos locales de la firma Spread crecen 11 millones de lechugas al año (30 000 al día) con 25 empleados.

    Todo ocurre detrás de un cristal, en una sala aséptica, llena de enormes y largas estanterías. Autómatas trasladan las lechugas de un sitio a otro durante todo el día.

    A medida que crecen, pasan a los lugares con las condiciones de luminosidad, temperatura e hidrometría adaptadas para ese estado del crecimiento. Todo ello sin pesticidas ni tierra. Simplemente, con agua enriquecida con nutrientes. Es la agricultura conocida como hidropónica.

    Con Dinamarca, Japón es desde hace décadas pionero del laborioso desarrollo de “fábricas de verduras con luz artificial”. Gigantes como Panasonic, Toshiba, TDK o Fujitsu se aventuraron en este terreno, con más o menos éxito, convirtiendo líneas de producción de semiconductores en “campos verticales” para lo que han creado luz, captores y otras tecnologías adaptadas.

    La agricultura se hace de manera vertical. La luz que se usa es artificial.
    La agricultura se hace de manera vertical. La luz que se usa es artificial.

    Spread, cuya casa matriz era inicialmente una empresa de logística de productos frescos o tempranos, es una de las pocas que ha sabido rentabilizar el negocio.

    “Al principio, teníamos dificultades para vender las lechugas, pero ha sido relativamente fácil crearse una imagen de marca para atraer a la clientela, ya que podemos producir calidad al mismo precio todo el año”, explica Shinji Inada, jefe de la empresa.

    ¿El secreto? “Tenemos pocas pérdidas” y los productos, que se hallan fácilmente en los supermercados de Kioto y en los de Tokio, se conservan bastante tiempo.

    Poner a punto este sistema automatizado ha necesitado años.

    En otra fábrica de Spread más antigua, en Kioto, que produce 21 000 piezas de lechuga al día, son unos 50 trabajadores los que trasladan las plantas, “una labor dura”, reconoce una empleada.

    Inada admite que pensó en la pertinencia ecológica antes de lanzar esta actividad, pero también hubo otras razones.

    “Con la falta de mano de obra, la baja rentabilidad del sector agrícola y la caída de la producción, sentía que se necesitaba un nuevo sistema de producción”, dice. La media de edad de los agricultores japoneses es de 67 años.

    “Es cierto que utilizamos más energía en comparación con los cultivos al sol, pero a cambio tenemos una productividad mayor en superficie similar”, justifica.

    La empresa productora dice que sus vegetales son de alta calidad.
    La empresa productora dice que sus vegetales son de alta calidad.

    Las estaciones no cuentan: en los campos verticales se producen ocho veces por año la misma especie de lechuga. En lo que respecta a la cantidad de agua, el 98% se reutiliza en circuito cerrado y es mínima si se compara con los cultivos tradicionales.

    “Con todas estas astucias, pienso que contribuimos a una agricultura sostenible para nuestra sociedad”, arguye.

    Spread empieza a producir el mismo esquema en otros lugares en Japón para acercar al máximo el lugar de producción al lugar de consumo: está construyendo una planta en Narita, cerca de Tokio, en la Prefectura de Chiba, siniestrada este año por dos poderosos tifones. Otras están en proyecto.

    El extranjero también está en su punto de mira. “Se puede exportar fácilmente nuestro sistema de producción a un país cálido o de clima frío para cultivar lechugas”.

    Con la construcción de una fábrica de vegetales de la misma dimensión (32 000 pies diarios) en la prefectura de Fukushima, Mitsubishi Gas Chemical espera sumarse pronto a este sector denominado ‘smart-agri’, donde se emplean también dispositivos de vigilancia a distancia y drones.

    Por el momento, Japón cuenta con unas 200 fábricas de lechugas con luz artificial, pero la mayoría son pequeñas. Según la empresa de estudios especializada Innoplex, habrá 400 en 2025.

    Las lechugas son fáciles de producir en condiciones artificiales. Pero las fresas, tomates y otros productos podrán ser cultivados de la misma manera, con sistemas controlados por ordenador.

    En Kioto los cultivos son hidropónicos. En los locales  de la firma Spread crecen 11 millones de lechugas al año (30 000 al día), con 25 empleados. Cuentan también con autómatas. Fotos: AFP
    En Kioto los cultivos son hidropónicos. En los locales de la firma Spread crecen 11 millones de lechugas al año (30 000 al día), con 25 empleados. Cuentan también con autómatas. Fotos: AFP
  • El mundo de la economía sin carbono

    Agencia AFP

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    Un calentamiento limitado a +2 ºC, inversiones para acelerar la transición hacia un mundo sin carbono: el acuerdo universal alcanzado este sábado en París podría cambiar por completo el rostro de la economía mundial.

    En 2050, “ tendremos una economía más limpia con una dependencia menos fuerte de las energías fósiles, que creará nuevos empleos en nuevos sectores ” , anticipa Edward Cameron, de la coalición We Mean Business.

    Y según la Organización Internacional del Trabajo (OIT) , la transición ecológica podría crear hasta 60 millones de empleos de aquí a 2030.

    Una energía más verde

    La energía, sin distinción de cómo se utilice, es responsable de dos tercios de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) . Para respetar la meta de los 2 ºC, este sector deberá apostar a las energías renovables.

    La Agencia Internacional de la Energía (AIE) calculó que para ello se necesitará alcanzar 50% de energías renovables y al menos 36 billones de dólares de inversiones adicionales de aquí a 2050.

    Su desarrollo permitirá además acelerar el acceso a la electricidad en los países en desarrollo.

    El potencial de empleos es importante: 24 millones en 2030, según la Agencia internacional de energías renovables.

    Sin embargo, dentro de 20 o 30 años, las energías fósiles -carbón, gas y petróleo – no habrán desaparecido. Según la AIE, representarán un 75% de la matriz energética mundial hacia 2040.

    Sin embargo, los países petroleros deberán acelerar la diversificación de sus economías, que hoy dependen casi exclusivamente de los hidrocarburos.

    Para Nicolas Hulot, enviado especial del presidente francés François Hollande para la protección del planeta, “ el esfuerzo es más estructural que técnico, ya no estamos acostumbrados a dar vuelta la espalda a un recurso que nos está tendiendo la mano ” .

    Nuevas formas de transporte 

    Según los profesionales, de aquí a 2030, el tráfico aéreo de pasajeros se duplicará, el flete aéreo se triplicará y el marítimo de contenedores se multiplicará por cuatro.

    El acuerdo de París protege al transporte aéreo y marítimo, una aberración según las ONG. Para descarbonizar el sector, será necesario reemplazar, según la AIE, por lo menos 10% (contra 3% actualmente) de la gasolina resultante de las energías fósiles por biocombustibles (bioetanol, biogas, etc.) producidos a partir de la biomasa, en la medida de lo posible no proveniente de cultivos alimentarios.

    También deberá desplegarse un enorme parque automotor eléctrico.

    Las proyecciones anticipan un desarrollo masivo de los transportes públicos para limitar la expansión de los automóviles individuales.

    Es necesario tomar medidas “desde ya”, insiste Franck Lecocq, ingeniero del Cired, porque se trata de un sector “ en el que la vida de los equipamientos es muy larga ” .

    Unos 3 billones de dólares serían necesarios de aquí a 2035, según la Climate Policy Initiative.

    Una industria más ahorrativa 

    Para reducir el impacto sobre el clima, los expertos preconizan instaurar una tarificación del carbono que penalice la contaminación, pero el acuerdo de París no lo menciona.

    “Parte de las transformaciones resultará de una mejora de la eficacia, de ser capaces de hacer lo mismo con menos”, aplica Franck Lecocq.

    Muchas empresas ya intentan reducir su consumo de energía y materias primas, reciclan sus residuos, se vuelcan hacia la eco-concepción de sus productos. Pero se necesitará hacer mucho más.

    Algunas actividades, especialmente las que más consumen energía (siderurgia, aluminio, petroquímica) deberán transformarse por completo.

    “A mediano plazo, uno puede imaginar que actividades hoy existentes se reduzcan considerablemente», advirtió Lecocq.

    “Hay sectores económicos, regiones, que van a ser afectadas aunque haya compensaciones, agregó, insistiendo en la necesidad de ”dar perspectivas a estos sectores y a las personas que emplean“ .

    Proteger la agricultura 

    Las emisiones de gas con efecto invernadero, especialmente la ganadería, probablemente aumenten porque el consumo de carne y productos lácteos va a explotar.
    Para frenar el calentamiento del planeta, será necesario proteger los bosques y restaurar las tierras degradadas por la agricultura intensiva o la deforestación masiva.
    Aunque limitado, el calentamiento actual ya tuvo un impacto sobre la productividad y los rendimientos agrícolas y los precios. Lo que está en juego es el acceso de todos a los alimentos.

    ” La tecnología desempeña un papel “ , explica Edward Cameron, especialmente ” sobre la manera de administrar eficazmente los recursos de agua».

    Edificios autónomos 

    Al ritmo actual, las emisiones de CO2 del sector podrían aumentar un 70% de aquí a 2050. Según los expertos que se expresaron en la COP21, la reducción del consumo de energía en el sector de la construcción permitirá realizar sustanciales reducciones de emisiones.

    Se necesitarán sin embargo 220.000 millones de dólares en inversiones de aquí a 2020, es decir 50% más que en 2014.

    Habrá entonces edificios de nueva generación, mejor aislados, construidos con nuevos materiales, que producirán su propia energía con paneles solares y tendrán calefacción gracias a la fermentación de nuestros residuos. La adaptación de los edificios actuales será sin embargo complicada.

    Pekín paralizó fábricas debido al alto grado de contaminación. Foto: EFE
    Pekín paralizó fábricas debido al alto grado de contaminación. Foto: EFE
  • China utiliza drones para detectar a sus fábricas más contaminantes

    Agencia EFE

    El Ministerio de Protección Medioambiental de China ha comenzado a utilizar drones -vehículos aéreos no tripulados- para detectar a fábricas que emitan excesiva contaminación o incumplan otras regulaciones, informó este lunes (18 de mayo) la agencia oficial Xinhua.

    Los drones, equipados con aparatos de infrarrojos que les permiten operar también de noche, sobrevuelan las provincias más contaminadas del país, caso de Hebei, vecina a Pekín, donde ya comenzaron a utilizarse estos equipos en marzo, señaló la información oficial.

    Gracias a los drones se detectaron en la ciudad de Handan, de la citada provincia, varias violaciones a las leyes medioambientales, desde excesiva emisión de gases contaminantes a un inadecuado tratamiento de los residuos.

    De acuerdo con Zou Shoumin, director del departamento de supervisión en el Ministerio de Protección Medioambiental, los drones son una nueva «arma secreta» que llevará a cabo inspecciones al azar en las zonas más deterioradas del país.

    Hasta ahora se sabía que China había comenzado a usar estos aparatos en labores de vigilancia marítima, incluso en zonas en disputa con naciones vecinas, y que empresas de comercio electrónico del país han iniciado su uso limitado en entregas a domicilio, a semejanza de la estadounidense Amazon.

    El fuerte desarrollo industrial, el tráfico masivo en las ciudades y el uso generalizado del carbón como fuente de energía, entre otros factores, contribuyen a que el país, principal emisor mundial de dióxido de carbono, tenga algunas de las zonas más contaminadas del mundo, especialmente en su mitad norte (Pekín y alrededores). 

    China utiliza los vehículos aéreos no tripulados en tareas de vigilancia marítima. Foto: Archivo
    China utiliza los vehículos aéreos no tripulados en tareas de vigilancia marítima. Foto: Archivo
  • Inició como un taller y hoy trabaja con petroleras, constructoras, fábricas…

    Redacción Quito

    “Al menos, más, que más o menos”. Este juego de palabras es el lema de Wilson Cueva; lo utiliza para no dar cabida a la mediocridad en los proyectos que emprende y así buscar un valor agregado.

    Cueva es el gerente de Beecons, una empresa ubicada al sur del parque industrial de Turubamba (sur de Quito), que fabrica productos metalmecánicos, como estructuras, sistemas de transporte de bultos y materiales, rejillas antideslizantes, postes metálicos y más.

    Actualmente, su cartera de clientes cuenta con 50 empresas. La mayoría pertenece al sector petrolero e industrial. Firmas de la talla de Repsol YPF, Pdvsa, Petroamazonas, Petrobras, Adelca, entre otras, solicitan sus productos.

    El origen de Beecons se remonta a la infancia de Cueva. Madera, fierros, viejos piñones y herramientas eran sus juguetes cuando era niño. Con ingenio y estas piezas armaba coches de madera. Incluso, él recuerda y sonríe, que tuvo la intención de adaptar el motor de la motosierra de su padre a su bicicleta Chopper.

    Estas aptitudes le llevaron a estudiar Ingeniería Mecánica en la Escuela Politécnica Nacional. En 1988, cuando egresó de la carrera, montó un pequeño taller metalmecánico, con un torno y herramientas manuales. El lugar estaba ubicado en el patio de la casa de sus padres, en Tambillo (al sur de Quito).

    En esa época fabricaba manualmente narigueras para toros, para ser entregados a granjas ganaderas y decidió llamar a su empresa como Telectrom. Durante unos ocho años se dedicó a producir estructuras metálicas y maquinaria para Pymes, como mezcladoras de concreto.

    Uno de sus primeros contratos grandes fue con Aymesa, en 1993, para la elaboración de rejillas para la cabina de pintura y ‘racks’ (soportes metálicos). El contrato fue por USD 3 000. En esa época ya contaba con siete trabajadores.

    En 1996 la empresa trasladó su planta a Amaguaña (suroriente de Quito). En esa época mantuvo un contrato con el ORI (Operación Rescate Infantil) para fabricar 250 cocinas industriales, por USD 6 000 aproximadamente.

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    1996 fue un año clave para la firma. La compañía estadounidense de servicios petroleros, Harbert International Establishment, realizó un pedido de estructuras metálicas y rejillas de seguridad. Este contrato le permitió a la empresa ser conocida en el mundo petrolero. Actualmente, el 90% de las empresas con las que trabajan pertenece a este segmento.

    Con mayores contratos requería mayor infraestructura. Por ello, mediante un crédito con el Banco Nacional de Fomento (BNF) la empresa importó maquinaria de China y compró un terreno para el funcionamiento de su planta (1998). La inversión ascendió a USD 30 000.

    Ahora, la fábrica produce al día 60 m² de rejillas de seguridad y 300 rodillos para la transportación de productos.

    La especialización en elaboración de mallas metálicas le motivó a cambiar de imagen y marca para posicionarse en el mercado. Las abejas constructoras inspiraron el nombre Beecons, en 1999.

    Verónica Albán, compradora de Petroamazonas, señala que comenzaron a trabajar con Beecons desde hace seis meses. Albán destaca la calidad de los ítems y la puntualidad en la entrega. Por esta razón la estatal pidió la fabricación de una transportadora de cables. Beecons se encuentra en el proceso de diseño.

    Hasta el momento, los contratos con la estatal petrolera suman USD 124 000.

    Mientras que Verónica Albán, asistente de compras de Adelca, señala que trabajan desde hace dos años con Beecons. Las estructuras metálicas y pasarelas van al área de ingeniería y horno eléctrico.

    La constructora quiteña Concucip trabaja desde hace cuatro años con Beecons. Geovanny Loja, jefe de Proyectos, resalta la puntualidad de entrega de los pedidos. Loja sostiene que al mes, le compran en materiales un promedio de USD 10 000. También resalta los precios competitivos y la calidad de los insumos.

    Los proyectos

    • Facturación. Al cierre de este año la compañía espera facturar USD 1 950 000.
    • Nueva planta. En el km 3 de la vía Tambillo – Sangolquí se construye una nueva planta de 20 000 m².
    • La inversión. El monto asciende a USD 420 000; la nueva fábrica estará lista en tres años.

    LA TRABAJADORA INSIGNIA

    ‘La empresa, mi escuela y familia’

    Silvia Espín / administración y RR.HH.

    Llevo 11 años en la compañía. Estoy a cargo de toda la parte administrativa de Beecons, desde Recursos Humanos hasta Contabilidad. Durante todo este tiempo he aprendido a trabajar en equipo y a ser eficiente en mis funciones.

    Beecons ha sido mi escuela y se ha convertido en mi familia. El ambiente laboral es uno de los aspectos que más recalco; existe cordialidad, buen trato, pero sobre todo compañerismo.

    Mi aporte a la empresa ha sido mantener en orden las cuentas, los ingresos y egresos. He sido testigo privilegiada del crecimiento de la compañía y como de a poco nos fortalecemos y ofrecemos un producto con un valor agregado.

    Al final, la satisfacción y la tranquilidad es cumplir con los requerimientos de los clientes para que la marca se fortalezca.