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  • La falta de control en las concesiones causa tragedia

    La Nación de Argentina. GDA

    No es posible ser concesionario de un servicio público en Argentina sin entender cómo es el poder. Menos aún, recibir un cheque con varios ceros de dinero público por mes, sin saber cuáles son las condiciones tácitas que se esconden detrás de los millones.

    El grupo Cirigliano, concesionario de Trenes de Buenos Aires (TBA), conoce las reglas y las cumple. Los hermanos Claudio y Mario Cirigliano son las cabezas de uno de los grupos de transporte más importantes de la Argentina. Son además millonarios y poderosos.

    Los hermanos son hijos de un transportista que tenía líneas de colectivos. A ellos se les abrió el mundo de los negocios en los años noventa. Aprendieron cómo mantenerse en el sector de los regulados, más allá de que los gobiernos cambiaran.

    Los hermanos compraron otras líneas y pusieron un pie en el mundo de los trenes. Con un grupo de transportistas iniciaron la excursión en TBA. El grupo licitó y ganó un envidiable predio de varias hectáreas que queda en el límite de la capital donde, en otras épocas, se fabricaba el Tanque Argentino Mediano (TAM).

    Con Claudio enfocado en la operación, Mario entendió lo que era dialogar con el poder que entonces, representaba el ‘menemismo’. Empezó la época de jugar golf y hasta de viajar con el Presidente. Fue justo Carlos Menem, el primero en incumplir los contratos de concesión ferroviaria que unían al Estado y las firmas.

    El grupo también abrió Emprendimientos Ferroviarios (Emfer), un taller ferroviario que tiene, obviamente, como principal cliente al Estado. Pero el ‘menemismo’ se terminó y llegó la Alianza. Con la recesión, los negocios del grupo bajaron. La crisis de 2001 golpeó la empresa.

    Pero todo cambió con el advenimiento del ‘kirchnerismo’. Ricardo Jaime, el primer secretario de Transporte, los arropó en las oficinas del Ministerio de Planificación Federal. La emergencia ferroviaria que había decretado Eduardo Duhalde en el 2002 había habilitado la llave de los subsidios. Los cheques a las concesionarias de trenes empezaron a sumar ceros y con ellos se forjó una amistad entre empresarios y funcionarios del área.

    La relación con Jaime llevó a los hermanos Cirigliano a la tapa de los diarios varias veces. Viajes pagados por el grupo al funcionario y su familia, autos comprados por ex empleados del grupo, departamentos alquilados y un lujoso jet privado de USD 4 millones que Jaime usaba como propio empañaron la relación.

    Finalmente, Jaime se fue. Claudio y los hermanos Cirigliano quizá entendieron que concentrarse en negocios regulados no es lo mejor en Argentina. Se internacionalizaron y abrieron una firma en Estados Unidos, donde instalaron una empresa de ómnibus de larga distancia.

    Servicio de trenes

    Antecedentes. Un informe de la Auditoria General de la Nación en el 2008 decía: «En cuanto al material rodante, TBA no realiza el mantenimiento adecuado, tampoco brinda respuesta técnica en tiempo y forma». Son las irregularidades detectadas por la CNRT mediante las inspecciones .

    El modelo. Se mantiene un modelo de Estado que con subsidios sostuvo el sistema diseñado por el ‘menemismo’, privilegiando la rentabilidad por sobre las condiciones mínimas de confort y seguridad de los usuarios.

    El oficialismo. La Secretaría de Transporte da la versión que los dos primeros (vagones) estaban abarrotados de gente y tenían mucha carga como una de las razones de la tragedia ferroviaria de la estación de tren Once, en Buenos Aires (Argentina).

  • Estrella Peinado-Vara: ‘Aún falta mucho en responsabilidad social empresarial’

    Redacción Quito

    Este lunes arranca en Quito la edición 2012 de CSRAméricas. Se trata del mayor evento anual de responsabilidad social empresarial en América Latina y el Caribe. La cita la organiza el Fondo Multilateral de Inversiones (Fomin), del Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), con apoyo del Ministerio de la Producción, el Municipio de Quito y el Consorcio Ecuatoriano para la Responsabilidad Social (Ceres). 1 000 empresarios se espera que participen de la cita.

    ¿Cuál es la importancia de la CSRAméricas para la comunidad empresarial?

    Desde el 2002, CSRAméricas se ha consolidado como el lugar de encuentro más relevante en Latinoamérica y el Caribe sobre responsabilidad social y ambiental de las empresas. Es el lugar para conocer las últimas tendencias y experiencias y estar en contacto con lo que otras empresas y organizaciones están haciendo en estos temas, tanto en la Región como fuera de ella. Es una cita obligada que ninguna empresa que quiera estar al día en estos temas debería perderse.

    ¿Por qué se realiza el evento en Quito?

    Esta conferencia tiene un carácter continental y cada año se celebra en un país. El Gobierno de Ecuador solicitó ser la sede con entusiasmo y con un socio local (Ceres), con fuerte presencia empresarial y una gran vocación por contribuir a que las empresas sean más responsables social y ambientalmente. Fue por ello que el BID consideró que sería Ecuador, en Quito, donde se celebraría la edición del año 2012.

    ¿Cuál es la tendencia que se percibe en América Latina y el Caribe en cuanto a Responsabilidad Social Empresarial (RSE)?

    Los temas claves dependen, en cada caso de la realidad a la que se enfrente cada empresa, tanto como negocio (grande, pequeña, sector, etc.), como el impacto que sus operaciones tengan en los actores (clientes, proveedores, trabajadores, gobiernos, comunidad, etc.), y la situación social de cada país, ciudad, comunidad; además de lo fuerte que sean las organizaciones de la sociedad civil, los gobiernos, etc. En términos generales, hay grandes tendencias, como el cambio climático o la transparencia, pero la realidad en la práctica depende mucho de las condiciones y circunstancias que se den en cada caso particular.

    ¿Qué hace falta para potenciar las prácticas de RSE en la región?

    El alto nivel de desigualdad en el ingreso que se aprecia en algunos sectores de la población hace que las prácticas de inclusión económica y social sean algo central y necesario en la RSE. Los modelos que vinculan a estas poblaciones como socios comerciales en la cadena de valor se presentan como una solución a problemas u oportunidades empresariales que beneficien a todos. En Ecuador, el Fomin ha apoyado el desarrollo de estos modelos, con empresas ecuatorianas como Floralp o Pronaca. Por otro lado, es necesario desarrollar herramientas e índices de desempeño en RSE que muestren el argumento empresarial en su totalidad y ayuden en la gestión. Existen algunas metodologías y herramientas pero es necesario mejorarlas y promover su aplicación.

    ¿Qué les falta a las empresas de la región para dejar de lado la ‘moda’ de decir que cualquier acción social o ambiental es parte de su política de RSE y ponerse a trabajar?

    Las empresas deben tener claro que operar de forma responsable beneficia a la empresa y a la sociedad en general. Los modelos de inclusión social, por ejemplo, como parte de la RSE, deben diseñarse de forma que se tenga en cuenta una visión de plazo y que se den relaciones de intercambio, donde todas las partes ganen. A través de estos modelos se puede contribuir a la diversificación de productos, expansión de mercados, a diversificar y fortalecer la cadena de aprovisionamiento, mejorar las cadenas de distribución, etc. Cualquier empresa lo que debería hacer a la hora de poner en marcha iniciativas responsables es buscar la solución más apropiada a sus características de tamaño, sector, cultura empresarial, entorno, etc. Y tener en cuenta las peculiaridades y potencial del grupo con el que quiere trabajar.

    ¿Cómo apoya el BID al cumplimiento de buenas prácticas de RSE en la región?

    El BID apoya la promoción de la RSE entre el sector privado con eventos como este, donde se produce un intercambio de experiencias, contactos y conocimiento; pero, además, tanto el Fomin como el resto del Grupo BID que trabaja con el sector privado promueve este tipo de comportamientos responsables. La razón es muy lógica, para que el sector privado contribuya -a través de sus operaciones empresariales responsables- a mejorar la calidad de vida y las oportunidades de la población. Este es el mandato fundamental del Grupo BID, el desarrollo económico equitativo de la región, y la RSE se presenta como el instrumento perfecto.

    ¿Cómo se mira a las firmas ecuatorianas en el cumplimiento de las prácticas de la RSE?

    No se puede generalizar. En Latinoamérica y el Caribe existen unos países más avanzados y otros donde es más incipiente, pero es evidente que en Ecuador, como en toda la región, existe mucho interés, falta mucho por hacer, pero también sus empresas tienen mucho que aportar. Al enfrentar desafíos sociales y ambientales se tiene mucha capacidad de responder con mayor creatividad y poner en práctica soluciones más innovadoras. En RSE todos podemos aprender de todos, por eso es tan importante que existan espacios como CSRAméricas, donde compartir experiencias y avanzar en la agenda de RSE en la Región

    ACERCA DE ESTRELLA PEINADO-VARA

    El  apoyo al desarrollo del sector privado en la región

    En el BID. Desde el 2002 se ha centrado en tareas de desarrollo del sector privado, responsabilidad social y ambiental, con énfasis en mipymes y modelos inclusivos.
    La formación.
    Lic. en Ciencias Económicas y Empresariales; maestría en Gestión y Dirección de Comercio Exterior; MBA de Georgetown University (Washington, DC).

  • Falta de norma afecta a la industria

    Históricamente, las industrias han sido las más golpeadas por el crecimiento urbano y Quito no ha sido la excepción. La falta de planificación de los gobiernos locales ha provocado que las industrias, en poco tiempo, se vean rodeadas de asentamientos urbanos y obligadas a buscar nuevas ubicaciones.

    Un plano de la ciudad, elaborado en conmemoración del centenario de la Batalla de Pichincha y que data de 1922, registraba las siguientes industrias: Cervecería Germánica, Cervecería Oriental, Molino El Retiro, Fábrica de Tejidos Palacios, Martinnaud Hermanos y otras industrias anónimas. Estas se ubicaron paralelamente al río Machángara, considerada en aquella época una «zona alejada» de la urbe. De este modo, se constituyeron en lo que sería el » primer frente pionero industrial», dice la arquitecta Alejandrina Villarroel, quien elaboró la tesis Ecología industrial en Quito.

    «No había una lógica de planificación de la ciudad. La idea solo era estar lejos».

    Pero la mano de obra que demandan las industrias producen, a la vez, un efecto de «acercamiento». Así nacen en Quito los llamados barrios obreros. Con ello, el espacio ocupado por la industria en poco tiempo quedó dentro de la urbe.

    Además, aunque en 1942 se realizó el primer plan regulador para la ciudad, que ubicó a las industrias al sur, los reglamentos de zonificación y de uso de suelos recién se establecieron en 1967. Quito no se extendía más allá de la Villaflora, por lo que las fábricas fueron al sur (Turubamba) y al norte (El Inca). Pero la población creció y dejó, otra vez, a las industrias en mitad de la urbe. Villarroel dice que pese al crecimiento urbano, nunca se previó la creación de parques industriales sino hasta el 2008 (ver mapa).

    Como parte de su investigación, Villarroel realizó un estudio en 130 empresas de la capital, a las cuales consultó, entre otros, si consideran que se debería manejar un proceso de reubicación de la zona industrial ante el crecimiento poblacional y de vivienda. Un 51% respondió que sí, siempre y cuando existan incentivos, que las nuevas áreas cuenten al menos con servicios básicos y garantías de que no se autorizará la construcción de vivienda en los alrededores. Un 45% dijo que no, por el elevado costo que esto implicaría y un 4% no respondió.

    Eduardo Dousdebés, secretario metropolitano de Desarrollo y Productividad, dice que el plan municipal para los nuevos parques industriales incluye varios incentivos; entre ellos, seguridad en el uso de suelo por 99 años. Indicó que el Municipio trabaja en garantizar servicios básicos y líneas de crédito potentes para lo cual buscarán apoyo gubernamental. Villarroel propone «ecoparques industriales», que integren el tema ambiental y de cooperación entre firmas para el tratamiento de desechos, lo cual reduce costos y emisiones, por ejemplo.