Etiqueta: Financiero

  • El futuro de 54 fondos

    Revista Líderes

    El memo de la semana

    Las miradas continúan en la Asamblea. Luego la aprobación del Código Monetario y Financiero, ahora el Legislativo debate un proyecto que busca pasar al Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess) los fondos privados de más de 200 000 personas.

    El documento en mención, de hecho, plantea reformar la Ley de Seguridad Social y la Ley del Biess. El proyecto genera polémica y genera una interrogante: ¿debe el estado intervenir sobre fondos que han sido constituidos con aportaciones privadas?.

    Desde que se supo sobre la idea, han surgido posturas a favor y en contra. Asambleístas de Alianza País y funcionarios sostienen que no se trata de una confiscación, ni de una apropiación de recursos. Y añaden que ese dinero puede ser canalizado de tal forma que generen mayor rentabilidad.

    Del otro lado, los aportantes de estos fondos reclaman y señalan que el proyecto transgrede la Constitución y los estatutos del Biess. Y los críticos del Gobierno señalan que se trata de una muestra de la crisis de la caja fiscal y la necesidad urgente de recursos.

    El asunto es delicado. Están en juego 54 fondos previsionales que manejan USD 936 millones, la mayoría invertidos en créditos. El proyecto está en la Asamblea, que esta semana entra en vacancia. Los asambleístas tienen dos semanas de descanso y con el reinicio de sus actividades se sabrá qué futuro tendrán los aportes.

    LA FRASE. »El fin de este proyecto es manejar los fondos con solvencia, eficiencia, rentabilidad (…) Tiene una íntima concordancia con lo que dice la Constitución». Betty Carrillo, Asambleista de AP

  • Patricio Rivera: ‘La Junta tendrá que establecer 300 regulaciones en el Código’

    Xavier Basantes. Editor del Semanario LÍDERES

    El Ministro recibió a LÍDERES en su nuevo despacho, el 9 de septiembre, a las 12:10. Este sitio luce impecable, se destaca la imagen de un cucurucho en una de las mesas y a través de sus amplios ventanales, se puede mirar el césped aún amarillo del Parque La Carolina (norte de Quito). Sobre sus hombros recae la compleja tarea de presidir una Junta especial de amplios poderes, que regulará a todo el sistema financiero.

    ¿Usted es el ‘Superministro’ del Gobierno?

    Soy un servidor público más y lo importante detrás de esto es que tenemos un conjunto de personas y que la gente confía en lo que hacemos.

    ¿Además de la aprobación del Código Monetario, en la agenda del Ejecutivo hay otras leyes orientadas a ensamblar su política económica?

    Es importante destacar que nosotros trabajamos en red y eso significa que entendemos a la política económica articulada con otras políticas. El objetivo del Ecuador es lograr un crecimiento sostenido de corto plazo, con redistribución. Entonces, cuando me pregunta si se requieren más cuerpos legales para articular esa política pública, la respuesta es sí.

    ¿Cuáles son esos proyectos?

    El Código Laboral es una piedra angular en un proceso de este tipo; otro tema es pensar en actualizar la normativa de seguridad social; otro asunto importante tiene que ver con el uso del suelo, para la vivienda por ejemplo, y la plusvalía.

    ¿Ese es el orden de las prioridades de cuerpos legales del Ejecutivo en materia económica?

    Son temas esenciales. No podría decir que una sea más importante que la otra. Lo indudable es que el ser humano está ante todo, por lo que uno de esos temas prioritarios es el Código Laboral y el de la seguridad social; por lo que ambos van de la mano.

    Por ahora, el nuevo Código Monetario genera una intensa agenda de trabajo. ¿Cuáles serán las primeras decisiones que tomará la Junta?

    Una vez que se publique el Código en el Registro Oficial (12 de septiembre), el Presidente deberá designar a su delegado e iniciaremos el trabajo. ¿Qué es lo importante en las acciones que debe tomar la Junta? Que el crédito, al ser un instrumento tan poderoso, sirva para conseguir los objetivos de política pública, que sirva para incentivar comportamientos y desincentivar otros. Si uno quiere que haya más empleo, por ejemplo, debe establecer incentivos y regulaciones, que impulsen el crédito productivo.

    ¿Cuáles serán esos incentivos?

    Hay que buscar que el costo, los plazos, para ese crédito sean los adecuados. ¿Cómo se sostiene la dolarización? En sencillo: se sostiene porque entran más dólares de los que salen. Entonces, el Ecuador si quiere sostener un sistema como el de la dolarización tiene que garantizar que el crédito sea un instrumento para que entren más dólares.

    ¿Cuándo estarán listas esas herramientas?

    Este es un esfuerzo muy grande y desarrollar esos instrumentos puede tomar algunos meses.

    ¿Cuáles son los prioritarios?

    Aparte del manejo del crédito como un instrumento de desarrollo, hay instrumentos del mercado de valores que tenemos que comenzar a desarrollar, por ejemplo, la negociación de las facturas; tenemos que regular el seguro y el reaseguro dentro de la economía. Ecuador tiene una tasa de reaseguro en vehículos y vida de las más altas de toda la región.

    ¿Cuántas regulaciones deberá establecer la Junta para estar acorde con el Código?

    El listado de regulaciones que tiene que sacar la Junta supera las 300. Conforme estemos listos para ir expidiéndolas, conversaremos con los involucrados. Algo importante del Código es tener un Consejo Consultivo, para escuchar a la gente, aunque anticipo que no estaremos de acuerdo con todo lo que allí se mencione, y ahí pueden participar las entidades financieras. A la banca le conviene que la economía crezca, que haya más demanda de crédito, porque hace más negocios. El Gobierno quiere que exista crecimiento con redistribución y ahí podemos hacer una alianza estratégica, para remar al mismo lado. Pero no solo se escuchará a los bancos, hay que escuchar al usuario, al aparato productivo, porque son quienes demandan el crédito.

    ¿Cómo se va a manejar el Fondo de Liquidez, en qué se va a invertir y qué pasó con los compromisos alcanzados con los banqueros?

    Somos un Gobierno que escucha, por eso nos reunimos con la banca; les explicamos cómo funcionan estos temas y se quedaron tranquilos. Hicieron tres o cuatro sugerencias que las recogimos; una de ellas, el Fondo de Liquidez. La normativa decía que debíamos tener mecanismos para garantizar las inversiones, pero con criterios tradicionales. Nosotros hicimos ver a la banca nuestra preocupación por los criterios que ellos utilizan, porque a nuestro criterio eso no nos garantizaba nada. ¿Cuáles eran esos criterios? Invertir en bancos AA o AAA en el exterior. ¿Cuál fue nuestra respuesta? Veamos a esos bancos, que tenían calificaciones AA y AAA: Bearn Stearns, Lehman Brothers, AIG, Wachovia -¿sabía que en Wachovia gobiernos anteriores tenían la reserva?-, esos bancos quebraron o fueron rescatados.

    Ese es un tema de otro debate, en donde las críticas apuntaron a las calificadoras de riesgo.

    ¿Se da cuenta que la mera calificación AA no nos garantiza mucho? ¿Qué es lo que queremos decir? Que los mecanismos para garantizar la seguridad sobre esos depósitos son más complejos que los de una calificación. La manera en la que se invierta el Fondo tiene que garantizar: seguridad, liquidez y rentabilidad (…). Se retiró del texto la opción de que se destinen recursos del Fondo a bonos del Estado, porque no pensábamos hacerlo y porque eso le dejaba más tranquila a la banca. Pero eso no quiere decir que uno no pueda tener un portafolio mucho más dinámico: uno puede invertir en multilaterales, puede invertir parte del dinero en instrumentos de alta liquidez y seguridad dentro del Ecuador para financiar crédito, se pueden hacer muchas cosas.

    ¿Pueden entrar allí los papeles de la CFN?

    Está más pensado en un enfoque de inversión de altísima liquidez, con un enfoque más del sector privado o multilateral. En ese segmento pensamos.

    UN BREVE RESUMEN DE SU GESTIÓN PÚBLICA

    La formación. Economista graduado en la PUCE, Quito; maestría en Economía del Desarrollo de la Flacso, de 34 años.

    Los cargos. Exministro de Finanzas, Exsubsecretario de Inversión Pública, Exsubsecretario de Gestión Corporativa en la Senplades.

    La frase. «Si se quiere sostener un sistema como el de la dolarización se tiene que garantizar que el crédito sea un instrumento para que entren más dólares a la economía».

  • Etiquetas salvadoreñas importancia del Diagnóstico Financiero

    Por Gabriel Rovayo Director General IDE Business School, Universidad de Los Hemisferios

    Etiquetas Salvadoreñas (Etisal) empezó a operar en el Ecuador unos años después de la crisis financiera del año 2000; con una acertada administración, esta organización logró recuperar pronto la inversión, y posteriormente planificaron la expansión.

    Las ventas seguían siendo las mismas pese al incremento de la capacidad instalada, eso llevó mucha preocupación a Ricardo Artavia, gerente General de la compañía, que inmediatamente contrató a un consultor financiero que diagnosticara los principales problemas para evitar una crisis mayor.

    El consultor encontró muchos puntos débiles en la administración de los costos, además de realizar investigaciones en las que se detectaron amenazas existentes en el mercado.

    A continuación presentamos una versión resumida de un caso empresarial relacionado con la importancia del diagnóstico financiero para el mejor desempeño corporativo.

    El contexto

    La empresa

    Etiquetas Salvadoreñas nació en el 2002, de la mano de un grupo de inversionistas extranjeros que confiaban en la estabilidad que se avizoraba en la economía local, luego de las medidas tomadas tras la crisis de los dos años previos. Considerando al país como una economía emergente, sumado a la dolarización, hicieron que la empresa inicie en el país con un capital interesante.

    La compañía estaba dedicada a la fabricación de etiquetas autoadhesivas. Sus productos los vendía como mercadería en papelerías, en diversas variedades de presentación y uso. Adicionalmente se fabricaban etiquetas preimpresas para diversos envases, tanto de la industria de alimentos como de belleza

    En los primeros tres años hubo un lento crecimiento, pero la holgura financiera y la correcta administración hicieron que a finales del 2005 se considerara como recuperada la inversión.

    Al inicio del 2006, los inversionistas se mostraban muy satisfechos con los resultados que se estaban alcanzando, por lo que decidieron ampliar el negocio y decidieron abrir una fábrica más en la capital. De nuevo se invirtió más dinero, tiempo y esfuerzo, y los inversionistas esperaban que el éxito se mantuviera y poder generar más plazas de trabajo, a la vez que ingresos para el negocio.

    El contexto interno

    La empresa en el 2009

    Ricardo Artavia había colaborado desde los inicios de la empresa, empezó como administrador financiero, pero desde hace dos años estaba encargado de la Gerencia General. Él veía con preocupación los últimos reportes financieros que le habían llegado a su escritorio. Los números no se veían muy bien a criterio de él, y una situación riesgosa estaba a la vuelta de la esquina.

    Se debían tomar acciones inmediatas, pero lo elemental era un diagnóstico financiero integral, para identificar los problemas centrales. Por eso se contrató a un profesional del área financiera, para que con su experiencia como consultor pueda detectar los problemas que habían llevado a tal situación.

    Debido a la confianza que Ricardo tenía con el Consejo Directivo, no dudó en comentarles a sus miembros la situación y su opinión. Él sabía que en caso de presentarse problemas mayores, lo mejor era estar prevenidos, y con ello evitar que las dificultades tomen de sorpresa a los inversionistas.

    En una reunión de Directorio, los inversionistas comentaron a Ricardo la confianza que tenían en él y en las decisiones que tomaba. De cierto modo, eso transmitía más tranquilidad a la empresa y ello incidía en el ambiente laboral; así, se podía trabajar en las soluciones.

    Decisiones

    La consultoría

    Ricardo conocía desde hace varios años a un profesional financiero, que se destacaba como consultor asociado a una gran firma de investigación de mercados presente en el país. No dudó en llamarlo y ponerlo al tanto de la situación. En la primera reunión con el consultor, este le solicitó los reportes financieros de los últimos cuatro años, y les comentó, que además de realizar una revisión general, les daría luces respecto a previsiones y eventualidades en el mercado del próximo año.

    Luego de esa primera reunión, Ricardo quedó un poco más conforme, pero para nada contento con lo que estaba pasando; se empezaba a impacientar y quería respuestas antes de tomar medidas al respecto. Una vez que los documentos financieros estuvieron en manos del consultor, este se reunió con su equipo de analistas y luego de una minuciosa revisión, concluyeron, que efectivamente, Ricardo estaba en lo correcto, la empresa estaba teniendo problemas financieros, y se tenía que poner en marcha un plan de contingencia.

    El consultor se comunicó con Ricardo para coordinar una segunda reunión, en donde él explicaría brevemente los hallazgos de su análisis y otros puntos que Ricardo debía considerar, dado el tipo de negocio que administraba.

    Previsiones

    Las ventas bajas

    Fueron varias las reuniones entre Ricardo y el consultor, y siempre este le llevaba algún dato interesante, por ejemplo, que debido a factores que estaban afectando a las industrias, las ventas por conceptos de etiquetas autoadhesivas iban a disminuir en el siguiente año. Ricardo no podía ocultar la preocupación al escuchar esa previsión, y su asombro fue mayor cuando le indicó que la cifra de esa disminución se acercaba al 35% del año en curso.

    Este problema empezó unos años atrás, puesto que las cifras de ventas no crecían significativamente, pese a que la capacidad aumentó con la nueva fábrica que abrieron. Elevar el número de clientes era un problema en Etisal; había capacidad instalada que no estaba siendo aprovechada, incluso Ricardo pensó en que talvez se habían apresurado en aquella inversión, lo cierto es que no se estaban dando los resultados esperados.

    La principal recomendación de esa reunión fue que era el momento de formalizar un departamento comercial, para incrementar las ventas, ya que hasta ese instante aquella labor era realizada directamente por la administración de cada línea de producción. “Los tiempos están cambiando Ricardo, debes tener un departamento comercial”, le aconsejaba el consultor al finalizar la reunión.

    Administración financiera

    Los costos

    En otra reunión entre Ricardo y el consultor se trató el tema de los costos. Debido al tipo de negocio en el que operaba Etisal se tenían en cada ejercicio financiero costos de venta entre 64 y 68% de las ventas netas. Pero en lugar de existir políticas administrativas para una reducción de estos, en los estados financieros proyectados por la firma se considera que en el siguiente período los costos serían del 74%.

    Al haber una reducción de las ventas, no solo tendrían un menor margen de utilidad bruta, sino que también esta cantidad sería abismalmente menor que la de años anteriores, comprometiendo así la salud financiera de la organización. Sobre todo, porque ello se podría traducir en una menor liquidez, y eventualmente suspender el pago a los acreedores, medida que es insostenible a largo plazo y generalmente termina en declarar a las empresas en estado de “insolvencia” y posteriormente se llega a su cierre y desaparición.

    A Ricardo le parecía totalmente inverosímil todo lo que estaba leyendo en el informe del consultor y su equipo, y no estaba dispuesto a que el trabajo que él había hecho por Etisal estos años quedara en nada, producto de una serie de malas decisiones, sumadas a externalidades que afectaban la industria local.

    Previsiones

    Flujo de efectivo

    Los estados financieros proyectados mostraban que los gastos administrativos disminuirían al 13% de las ventas, eso era al menos una buena noticia, en medio de tanta incertidumbre; sin embargo, los gastos de venta se mantendrían (proporcionalmente a las ventas) iguales que el año actual. Los gastos financieros serían del 3% de las ventas, a eso se le sumaría la depreciación que aumentaría a USD 60 000, cifras muy parecidas a los períodos fiscales anteriores; sin embrago, debido a la alerta que se había emitido, toda cifra ahora era examinada con mucha minuciosidad.

    Por otra parte, se sabía que los proveedores otorgaban a lo mucho 75 días de crédito (días contados desde la entrega de los insumos, hasta el día en el que se realiza el cobro) y que debido al tamaño de Etisal, comparado con el de los proveedores, resultaba nula la idea de negociar con ellos el incremento de ese ratio. El consultor detectó que la competencia otorgaba a sus clientes 70 días de crédito (días contados desde la entrega de los productos a los clientes, hasta el día en el que se realiza el cobro). El reto de la empresa consistía ahora en intentar aumentar los días de pago a los proveedores sin perder imagen corporativa y disminuir los días de cobro a los clientes sin afectar la cartera de ingresos.