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  • El ecuatoriano se divide entre la compra digital y la física

    REDACCIÓN QUITO (I) 
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    Pese al importante dinamismo que tuvieron las compras en línea al inicio de la crisis sanitaria generada por el covid-19, hoy en día un grupo de ecuatorianos todavía está dispuesto a adquirir productos de manera física, en locales comerciales.

    El estudio Transacciones electrónicas en Ecuador durante covid-19, elaborado por la Cámara Ecuatoriana de Comercio Electrónico (CECE), la Universidad de Especialidades Espíritu Santo (UESS) y el Banco Pacífico, muestra que más personas comenzaron a comprar electrónicamente tras el virus. 

    Para armar el documento se recolectaron de manera virtual 1 225 encuestas a finales de mayo.
    El documento indica que el 32,40% de los consultados prevé seguir adquiriendo bienes y servicios de manera digital, pero el 40,10% asegura que irá a la tienda física aunque con menor regularidad. Consumidores como Fernando, jubilado y residente en el sector de El Condado, ya tienen ese comportamiento de compra.

    Él adquiere comida de restaurantes a través de una aplicación. “También he hecho compras de productos de supermercado. Sin embargo, yo sí suelo ir a comprar el pan en la panadería y me ha tocado ir a ver repuestos para mi auto en sitios especializados”.

    Fernando tiene 63 años y desde antes de la pandemia ya era un hábil comprador por Internet.
    A otros, la crisis les obligó a realizar su primera experiencia de compra en línea. El estudio revela que 13 de cada 100 encuestados empezó a hacerlo por el covid-19; les motivó el miedo al contagio, las dificultades de movilizarse debido al toque de queda y la necesidad de adaptarse a los cambios en el estilo de vida que trajo el virus.

    Mariana es también jubilada y tiene 64 años, vive en San José de Jarrín. Los días más difíciles de la cuarentena se quedó sin alimentos y no tuvo otra alternativa que usar Internet.

    “Ingresé a la página de almacenes Tía con la guía de mi hijo. Asomaban los productos con sus precios. Escogí los de primera necesidad. Fue rápido. La situación era muy complicada, por lo que las cosas se demoraron un poco en llegar. Me fue bien y, aunque he regresado al supermercado físico, sí volveré a comprar en línea”.

    Como parte de los hallazgos del estudio, no hubo mayores diferencias entre grupos etarios, de género o nivel socio económico en cuanto a la compra electrónica. Incluso, las personas de estrato bajo o adultos jóvenes, que estaban rezagados, lo hicieron.

    Eduardo, de 26 años y oriundo de Manta, comenta que allá no existen las grandes plataformas de compra digital, pero sí los llamados “moto servicio”. A través de un número de Whatsapp solicitan la compra de productos en supermercados, restaurantes, ferreterías, entre otros negocios ubicados en esa ciudad.

    Precisamente, el estudio revela que esa ‘app’ fue la que más usaron las personas para comprar tras la pandemia.

    Silvana Dakduk, directora del Observatorio de Comercio Electrónico de la UESS, indicó que a whatsapp le siguen las aplicaciones móviles, páginas web, redes sociales, portales de comercio electrónico, etc.

    Los resultados sobre las opciones de compra no generan sorpresa entre expertos digitales. Giovanni Bastidas, director académico de las maestrías en mercadotecnia de la Universidad de Las Américas (Udla), explica que whatsapp se convirtió en una vía para que los pequeños negocios o comercios barriales tuvieran la oportunidad de insertarse en el mundo digital de manera rápida. Además, es fácil para gente de cualquier edad hacer su pedido por esta aplicación y recibir la retroalimentación del vendedor.

    Bastidas agrega que la llegada de covid-19 obligó a que se vaya rompiendo la desconfianza que existía para comprar vía Internet. Los expertos coinciden en que el reto de los negocios, ahora, es lograr que el consumidor vea a lo digital como una opción permanente.

    El comercio digital toma mayor fuerza en medio d la pandemia del covid-19. Los consumidores se van adaptando. Foto: Freepik.es
    El comercio digital toma mayor fuerza en medio d la pandemia del covid-19. Los consumidores se van adaptando. Foto: Freepik.es
  • La Unión Europea destaca sus estudios en física

    Redacción Quito

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    La física ha marcado el curso de la vida del profesor e investigador Henry Pinto. Su pasión por esta ciencia -que lo ha llevado a prepararse e investigar en diferentes países- se despertó desde joven, entre el colegio y la lectura.

    Hoy, con 45 años, ejerce su profesión en el país. Es profesor principal tres y jefe del Departamento de Física en la Universidad Yachay Tech, desde el 2016 . Allí ha fortalecido el área de nanociencia.

    Recientemente, el programa HPC-Europa 3, financiado por la Unión Europa (UE), aprobó una propuesta de investigación, liderada por Pinto y trabajará en supercomputadoras del bloque. Una de las potencialidades del estudio es la degradación del (dióxido de carbono) en ciertos materiales, lo que implicaría un beneficio al medio ambiente.

    El investigador es otavaleño de nacimiento, pero quiteño de crianza. Su interés por la física fue inculcado en el Colegio Militar Eloy Alfaro, donde cursó el bachillerato con especialización en Física-Matemática y formó parte del club académico de física.

    En casa, sus padres le recalcaban a él y a sus tres hermanos la importancia de ser buenos en matemática y otras ciencias exactas. La lectura también tenía un valor importante en su hogar. Dos libros le marcaron de joven: ‘Cosmos’, de Carl Sagan, y ‘La breve historia del tiempo’, de Stephen Hawking.

    El atletismo fue otra de sus pasiones de juventud. Participó en competencias intercolegiales de carreras cortas. En su vida adulta, ha retomado las pistas como pasatiempo. Le gusta trotar y participar en carreras 10K, como la Ruta de las Iglesias, en Quito.

    Se graduó de Físico en la Escuela Politécnica Nacional (EPN), en 1999. Su tesis de grado fue un estudio computacional de polarones en el titanato de bario, investigación que fue publicada en una revista científica, de EE.UU.

    Francisco Salazar, un amigo de la infancia con quien coincidió en los primeros años de la universidad, considera que Henry es una persona altamente inteligente: “en la universidad era de los que resolvían un problema siguiendo su propio camino e igualmente llegaba a la respuesta”. Destaca su carácter entusiasta y la pasión por su profesión. “En Yachay debe estar contagiando a sus estudiantes para que rompan barreras”.

    Muy pronto llegó su primera experiencia en el extranjero, gracias a que obtuvo una beca para una especialización en Métodos en la Teoría del funcional de la densidad (DFT, por sus siglas en inglés), en la Universidad de Aalto, en Finlandia, que tuvo una duración de un año.

    Los estudios que realizó en ese país, explica Pinto, tienen como fin entender las propiedades de los materiales desde una perspectiva atomista, aplicando la teoría cuántica, con la ayuda de supercomputadoras. El entendimiento de los materiales, a escala atómica, permite mejorar ciertos de ellos, con posibles beneficios en la industria automotriz, la medicina, la electrónica o el ambiente.

    “Vivir en Finlandia fue una experiencia muy enriquecedora. Es un país con costumbres diferentes, más frías; pero son más disciplinados. Son futuristas”, señala.

    Luego de una estancia de investigación científica en Japón, de seis meses, cursó su doctorado en la Universidad Nacional de Irlanda, conjuntamente con el Instituto Nacional Tyndall, donde llevó a cabo una investigación científica.

    Allí vivió durante cuatro años, con una beca de la UE. Una vez que culminó la tesis doctoral, retornó a Finlandia para cursar estudios postdoctorales, nuevamente en la Universidad de Aalto, específicamente en el Centro de Excelencia en Nanociencia Computacional del Departamento de Física Aplicada.

    A los tres años y medio, retornó al país y laboró por un año en la Universidad Técnica Particular de Loja, como investigador en nanociencia computacional y profesor de la cátedra de física. Gracias a esa oportunidad, conoció a su esposa: Paola Ordóñez, quien también es científica y a quien considera una inspiración.

    En 2010 se fue junto a ella a EE.UU., por una oferta en la Universidad Estatal de Jackson, en Mississippi, donde fue profesor de investigación del Centro Interdisciplinario de Nanotoxicidad durante cinco años. Volvió a Ecuador en 2016 por la oportunidad en Yachay Tech: “Me gustó que era una universidad que estaba comenzando y eso hacía más fácil mi influencia”.

    Alicja Mikołajczyk, quien ha trabajado con Pinto en varias investigaciones desde el 2014, lo considera uno de los mejores y más pacientes profesores que ha conocido. “Es una persona que tuvo una gran influencia en mis habilidades de investigación y mis futuros logros”.

    Henry Pinto en las instalaciones de Yachay Tech. Fotos de recuadros superiores junto a colegas investigadores. Abajo, junto a Walter Kohn, Premio Nobel 1998 en Química
    Henry Pinto en las instalaciones de Yachay Tech. Fotos de recuadros superiores junto a colegas investigadores. Abajo, junto a Walter Kohn, Premio Nobel 1998 en Química. Foto: Cortesía Yachay Tech
  • Un referente de la física en Europa y América

    Pedro Maldonado

    redaccion@revistalideres.ec

    En el día a día de Paola Ayala, conceptos como nanoestructuras moleculares, espectroscopía óptica, nanoingeniería y reacciones químicas confinadas a espacios unidimensionales son frecuentes. Esa terminología­ -extraña al común de las personas- es el resultado de sus 15 años de recorrido académico e investigación en Austria, Finlandia, Brasil, Alemania, México, EE.UU.

    Esta ecuatoriana de 38 años es una física respetada y reconocida en los círculos europeos y americanos de esta ciencia. Nacida en Quito, fue la física número 75 en la historia de la Escuela Politécnica Nacional (EPN). Además, realizó su doctorado en Física en la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, en un programa combinado entre los gobiernos de Brasil y Alemania.

    Desde abril de este año es la Decana de la Escuela de Ciencias Físicas y Nanotecnología de Yachay Tech, creada en el 2013 y que tiene como meta convertirse en el núcleo de la Ciudad del Conocimiento Yachay, que se levanta en Urcuquí, en Imbabura.

    Ella se describe como una física totalmente dedicada a la investigación experimental. “Soy física y eso es visto como una carrera teórica, en especial en el Ecuador, pero me gustan los experimentos”.

    Esta competencia le ha permitido destacarse como profesora e investigadora en la Universidad de Viena, en la Universidad de Tecnología de Helsinki, en el Instituto Leibniz de Investigación en Estado y Materiales Sólidos en Dresden, por citar tres de los centros en los que ha colaborado.

    También, suma reconocimientos y premios como la beca Marie Curie de la Unión Europea o la Beca Individual, Deutscher-Akademischer-Austausch-Dienst (DAAD), en Alemania, entre otros. 

    Ayala tiene gusto por los números desde su infancia. Su formación en el mundo de la física arrancó en la EPN, se extendió por Europa y América, y se desarrolla día a día a través de sus publicaciones y colaboración con estudiantes en distintos países.

    “Mi tarea es estudiar e investigar. En física existen avances diarios y es importante mantenerse informado mediante conferencias y contacto con colaboradores”, dice esta mujer que disfruta de los libros de ciencia ficción.

    En su trabajo se relaciona no solo con físicos. Por sus estudios con materiales, trata con químicos, ingenieros de materiales, ingenieros electrónicos. “La nanotecnología (una de sus especialidades) involucra muchas áreas”.

    Con viajes de trabajo frecuentes, esta ecuatoriana siente una conexión especial con Austria. “Es un país donde se hacen las cosas, la gente es muy amable, a pesar de su fama de ser apática. Allí me siento cómoda y tengo un ­círculo de colegas con los que siempre terminamos armando largos debates científicos”.

    Mauricio Terrones, catedrático de la Universidad de Pennsylvania, la describe como una mujer talentosa que realiza investigación de frontera en nanociencia del carbono. Este investigador la conoce desde el 2005. “Ella visitó mi laboratorio y me di cuenta de que tiene un potencial único que la ha llevado a ser líder en Europa. Su trabajo es reconocido a escala internacional”.

    Según Guillermo Solórzano, investigador de la Pontificia Universidad Católica de Río de Janeiro, Ayala siempre se destacó por ser una persona brillante, con gran capacidad para tomar la iniciativa y para resolver problemas.

    Otro comentario es el de Esko Kauppinen, del Departamento de Física Aplicada de Aalto University School of Science, en Finlandia. “Trabajamos juntos durante dos años y siempre estuvo dispuesta a aprender y desarrollar su propias ideas. Siempre mostró un carácter fuerte, necesario para convertirse en una académica exitosa”.

    La jornada de Ayala, según ella misma la describe, es vertiginosa. “Mi día es casi sin respirar. En Yachay Tech mantengo reuniones casi todo el día, tengo un horario para responder correos electrónicos. En la tarde, hago una pausa para mi hija de 3 años. Luego, trabajo en artículos y evaluaciones de trabajos de estudiantes a los que dirijo sus doctorados”.

    La jornada de esta científica termina cerca de la medianoche. Duerme unas cinco horas y a las 05:00 ya está despierta, para continuar con sus tareas. Su base de trabajo está en Urcuquí, pero también trabaja desde las oficinas de Yachay Tech, en el norte de Quito.

    CARRERA

    Tiene un doctorado en Física en la Universidad Católica de Río de Janeiro.

    Fue profesora auxiliar de la beca Marie Curie, en la Unión Europea. Investigadora del Instituto Leibniz de Investigación en Estado y Materiales Sólidos, en Alemania, entre otros centros.

    Líder del Grupo de Trabajo de Mujeres en la Física- Unión Internacional de Física Pura y Aplicada, en Austria. Habla inglés, portugués, francés, alemán e italiano.

    La producción científica es su prioridad

    La Universidad de Investigación de Tecnología Experimental Yachay (Yachay Tech) fue creada por Ley, el 16 de diciembre del 2013. Su tarea es formar el talento humano necesario para que la Ciudad del Conocimiento Yachay forme un ecosistema basado en la investigación.

    Las clases empezaron el 21 de abril con 648 estudiantes, de los cuales 170 entraron a nivelación. La planta docente está conformada por 49 docentes, todos con PhD, de Ecuador, Colombia, España, EE.UU., Argentina, Chile, Cuba, Venezuela, India, Italia, Polonia y Portugal.

    Paola Ayala, como Decana de la Escuela de Ciencias Físicas y Nanotecnología, sostiene que la primera meta es que Yachay Tech sea un referente mundial en producción científica. “La segunda es que la gente desarrolle un criterio para juzgar el desarrollo científico a nivel de todas las universidades del país. El objetivo es dar a conocer lo que hacemos y sus beneficios. Contar de manera sencilla los temas que parecen ciencia ficción”.

    Esta física cuenta que fue contactada por Daniel Larson, canciller de Yachay Tech, con un PhD en Física de la Universidad de Harvard y exdecano de la Facultad de Ciencias de Pennsylvania State University.

    Larson cuenta que conoció a Ayala hace un par de meses. “Me recomendaron y cuando leí su hoja de vida quedé muy impresionado por sus investigaciones. Además, me impresionó por sus conocimientos en nanotecnología y sus ganas de aportar a Ecuador”. Ahora, Larson y Ayala se reúnen con frecuencia con las demás autoridades del centro superior.

    Ayala se siente a gusto. “Soy bastante nacionalista y me encanta la idea de aportar al país con lo que sé, con mi experiencia en investigación científica”.

    Paola Ayala
    A lo largo de 15 años, Paola Ayala ha realizado investigaciones y publicaciones en Viena, Helsinki, Dresden, Río de Janeiro, Ciudad de México, entre otras ciudades. Es miembro de cinco sociedades científicas. Foto: Patricio Terán / Líderes
  • La rehabilitación física llega al domicilio

    Redacción Quito

    Alfredo Vera Arrata padece las secuelas de la poliomielitis que le dio cuando tenía un año de edad. Desde esa época ha recibido rehabilitación física, para tratar los problemas de movilidad que sufre y que le impiden desempeñarse en sus labores cotidianas.

    Vera cuenta que la mejor opción para él, después de intentar varios tipos de rehabilitación convencional (en centros médicos), fue realizar la terapia física en su domicilio. Esto le permitió efectuar sus actividades diarias sin descuidar su tratamiento. “Lo más importante para la rehabilitación es la constancia y que el terapeuta vaya a tu casa facilita eso”.

    Especialistas consultados por LÍDERES señalan que en el país ha crecido, en los últimos 4 años, la oferta de los servicios de rehabilitación física, neurológica y traumatológica a domicilio.

    Diego Ollague, gerente de la proveedora de equipos de rehabilitación portátil Compex, indica que actualmente la demanda de estos equipos ha crecido en un 50% en comparación con el 2011. Los costos de estos varían entre USD 500 y 3 000, según el modelo y la marca.

    Diego Salvador, fisioterapeuta a domicilio -desde hace 2 años-, indica que ya sea por la dolencia física o por la agenda diaria los pacientes no tienen espacio para salir a recibir rehabilitación. Por ello señala que el servicio a domicilio les resulta práctico. “Algunos de mis pacientes reciben el tratamiento en sus oficinas ya que no pueden descuidar su trabajo”.

    El estado de ánimo y la predisposición del paciente a sobrellevar su dolencia, también se beneficia con estos servicios. Salvador añade que, para los pacientes, recibir el tratamiento en su hogar o en su sitio de trabajo ayudan en el proceso de recuperación. “Para alguien que empieza a caminar, luego de algún traumatismo, qué mejor hacerlo en su propio piso”.

    Otro beneficio de la rehabilitación a domicilio, como indica María Teresa Escobar, gerenta general de la firma de rehabilitación a domicilio HomePhysio, es evitar la tensión del tránsito de la ciudad. También indica que al ser el mismo especialista el que acude, se obtiene un conocimiento completo de la dolencia. “A veces, cuando el paciente acude a un centro de rehabilitación, en lugar de recibir la terapia tiene que esperar; además, el rehabilitador atiende a 2 ó 3 personas a la vez y, luego con el problema del traslado, llega a su domicilio peor que antes”.

    Escobar indica que este servicio ahorra tiempo y dinero. “Una sesión de terapia a domicilio está entre los USD 20 y 25. Si la recibe en un centro, es ese mismo precio, más parqueadero y gasolina. Además, con los trancones se pierden dos horas al día en el desplazamiento”.

    El equipo del rehabilitador a domicilio contiene: camillas portátiles, balones, pesas, mancuernas, magnetoterapia, láser, ultrasonido, etc. “Llevamos equipos portátiles iguales a los que se utilizan en un centro médico. Así se brinda comodidad al paciente con problemas de movilidad”, dice Carlos Quinde, rehabilitador del Ministerio de Salud Pública.

    Más datos

    • La terapia.  En el caso de requerir instalaciones especiales, el rehabilitador coordina con el centro médico.
    • El seguimiento.  El médico tratante y el rehabilitador trabajan juntos para determinar el número de sesiones terapéuticas, que recibirá el paciente.
  • Juan Carlos Idrobo en la física busca nueva tecnología

    Sebastián Angulo (I) Redacción Quito / LÍDERES

    Es como que hay una cámara fotográfica y tomo fotos de átomos. Esta es la manera más sencilla que tiene Juan Carlos Idrobo para explicar su trabajo.

    Este ecuatoriano de 38 años incursiona en la división de materiales bidimensionales, uno de los ámbitos más complejos y especializados de la física.

    Con estas investigaciones se busca descubrir materiales nuevos, como grafeno, para conseguir superficies flexibles que podrían ser utilizadas en dispositivos electrónicos, como celulares o tabletas, por ejemplo. La aplicación de estos estudios será realidad en unos 15 años.

    Gracias a ello Idrobo recibió una mención, el mes pasado, de la Corporación de Reconocimiento a los Logros Técnicos de Ingenieros Hispanos. Este galardón está asociado con Grandes Mentes en STEM, una organización sin fines de lucro que impulsa las carreras de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas para la comunidad hispana.

    Todo su trabajo lo ha desarrollado en el Laboratorio Nacional de Oak Ridge (ORNL, por sus siglas en inglés), en Tennessee, gestionado por el Departamento de Energía de EE.UU., donde trabaja como investigador desde el 2010.

    Su pasión por la física se remonta a sus años de secundaria. Luego de obtener su bachillerato en el Colegio Max Planck, de Quito, decidió estudiar Física, a pesar de que compañeros y profesores le decían «¿de qué vas a vivir?».

    César Moreano conoce a Idrobo desde que tenía 7 años de edad. Él, quien actualmente es gerente de Sistemas en Liberty Seguros, asegura que Idrobo es una persona centrada, muy enfocada en los estudios.

    «Nunca estuvo de acuerdo con los profesores, siempre les cuestionaba cuando se equivocaban en alguna calificación», rememora Moreano.

    En el colegio, dice su amigo, practicaba andinismo y siempre tuvo una atracción por la naturaleza. Una de las anécdotas que recuerda Moreano es cuando rescataron un perro que cayó en una quebrada cercana a la avenida Simón Bolívar (oriente de Quito). «Se demoró una hora en ir a buscar unas cuerdas en su casa, al otro lado de la ciudad, para rescatar al animal».

    Pero su carrera por el mundo de las fórmulas y los átomos no tuvo el mejor de los comienzos. En 1993, cuando ingresó a la Facultad de Física de la Escuela Politécnica Nacional (EPN), reprobó todas las ma­terias, menos educación física.

    A la par de sus estudios, Idrobo trabajaba en Samalpa, una compañía de diseño industrial; luego de terminar su jornada académica en la universidad acudía a su trabajo a las 23:00, para realizar diseños en el programa Autocad.

    Xavier Samaniego, gerente de Samalpa, recuerda que Idrobo era muy «responsable, con un deseo de aprender y con una inteligencia que llamaba la atención». Samaniego le enseñó a diseñar plantas de procesamiento de alimentos, cocinas y lavanderías.

    «Yo siempre le dije que dé prioridad a sus estudios, porque también pasé por su misma situación cuando estaba en la universidad», comenta el empresario.

    Tras cursar cinco años en la EPN, viajó a Colombia debido al trabajo de su madre, Haydée Tapia, quien se incorporó a una empresa de ese país. Idrobo concluyó sus estudios de Física en la Universidad de los Andes, en el 2000.

    Ese mismo año viajó a EE.UU. para cursar una maestría en Física de Materiales en la Universidad de Illinois, en Chicago. Su director de tesis, Nigel Browing, le ofreció trabajo en el Laboratorio Nacional de Berklee, en el Centro Nacional de Microscopía Electrónica.

    Al mismo tiempo, Idrobo estudiaba su doctorado en Microscopía Electrónica y Espectroscopía Electrónica, en la Universidad de California, en Davis, que concluyó en el 2004.

    Luego realizó un posdoctorado en la Universidad de Illinois, en Física Teórica y Computacional para hacer cálculos en supercomputadoras. En el 2010 se unió al equipo del Centro de Investigación de Ciencias de Nanoescala. Cuenta con unas 80 publicaciones en revistas internacionales indexadas, entre las que incluyen Science, Nature Nanotechnology, Nature Materials, Physical Review Letters, Nano Letters, Applied Physics Letters, entre otras.

    Stephen Pennycook, antiguo líder del grupo de científicos del laboratorio, conoce a Idrobo desde hace cinco años. Él, a través de correo electrónico, lo describe como «dinámico, siempre con mucha energía y con buen sentido del humor».

    De hecho, Pennycook afirma que una de las cosas que ha aprendido de su colega ecuatoriano es trabajar «siempre con entusiasmo y dinamismo». Sin embargo, considera que Idrobo a veces «trabaja ­demasiado».

    Ahora, Idrobo, cuando no está sumergido en el mundo de la ciencia, juega fútbol, corre o camina, viaja o va al cine. Escucha Led Zeppelin, Pink Floyd, Julio Jaramillo, Beethoven, Schubert. Entre sus escritores preferidos están Benedetti, Vargas Llosa, García Márquez, etc.

    Su experiencia y galardones

    2010. Profesor adjunto e investigador de la Universidad de Vanderbilt.

    2005. Ganó el Premio de Oro de la Sociedad de Investigación de Materiales.

    2005. Profesor asistente de Investigación de la U. de Illinois.

    2004. Investigación posdoctoral para la Universidad de Illinois.