Etiqueta: Freelance

  • Organícese para tener dos trabajos

    Carolina Enriquez

    Redactora (I)

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    Con menos horas de trabajo y menores ingresos, se abre la posibilidad para que las personas tomen otro trabajo o desarrollen un emprendimiento en el nuevo tiempo del que disponen.

    En Ecuador, la legislación permite que las personas tengan otros trabajos. También determina, sin embargo, que no existe el empleo por horas, así que cualquier puesto formal deberá ser o de tiempo completo o bajo jornada parcial permanente (un lapso inferior a las ocho horas; el contrato es de carácter indefinido).

    Tener dos empleos con jornada regular, sin embargo, es difícil porque implicaría laborar 16 horas al día. Oswaldo Paredes, gerente de HR & SS Consulting, explica, además, que solo en casos con estrictos horarios de entrada y salida sería posible cumplir eso pues en general los trabajadores, en ocasiones, suelen quedarse más de ocho horas.

    Sin embargo, sí sería más factible tener un empleo regular y otro bajo jornada parcial permanente ya que genera la posibilidad de acomodar las horas, contar con beneficios laborales de ambos contratantes y acceder a un sueldo fijo de las dos empresas.

    Según expertos en recursos humanos, otra alternativa es tener un segundo empleo ‘freelance’ o que se desarrolle actividades bajo la modalidad de servicios profesionales. En este mecanismo no hay cobertura de seguridad social ni derechos laborales de Ley.

    Sin embargo, genera flexibilidad y trae ingresos. La persona podrá dejar rápidamente esta actividad si, por ejemplo, el primer empleador decide que vuelva a trabajar en horario regular, ganar su sueldo original y prohibir tener otra actividad.

    Otra ventaja es que en la segunda actividad no tendrá que cumplir un horario fijo.
    Sea que el trabajador escoja esta u otra metodología para tener otro empleo es fundamental el manejo del tiempo. Esto, dice Paredes, es más clave al teletrabajar.

    El día debe dividirse en actividades destinadas para el cuidado del hogar y para cumplir las tareas de uno y otro empleo. Un consejo para avanzar es definir un cronograma y cumplirlo.

    A decir de los expertos en recursos humanos lo importante es que una actividad no afecte a la otra. Si se realizan reuniones deben hacerse de manera puntual.

    María Aguilar planea tener dos trabajos en la actual coyuntura. Ella es comunicadora y en los últimos días se abrió la posibilidad de que brinde talleres en línea.

    Desde que recibió esa oferta asegura que tiene que coordinar bien su agenda diaria para atender a su hijo de ocho años, hacer su trabajo para la empresa en la que labora, preparar clases y dictarlas de acuerdo con los horarios que un instituto le solicitó.

    Labora en su empleo alrededor de seis horas de lunes a jueves; esos mismos días, por tres horas, investiga para sus charlas. Da clases virtuales viernes y sábado. Los domingos descansa ya que necesita también un tiempo de calidad para actividades no laborales.

    Sebastián Lima, director de Calidad y Servicio de Adecco, explica que antes de tomar un nuevo empleo se debe hablar con el contratante, dadas las condiciones actuales, para saber si se operará bajo la metodología de teletrabajo. Además, explica que “al asumir varias responsabilidades se debe establecer un plan estructurado, tiempos de respuestas y horarios entre cada trabajo. La idea es que no exista desgaste o descuidos”.

    Una alternativa para obtener más ingresos si se tiene ya un empleo formal es la generación de emprendimientos. Esto permitirá a las personas tener un equilibrio entre ambas actividades, ya que podrá dar al negocio el tiempo que considere necesario.

    En las redes sociales, sin importar la profesión, personas venden hoy en día diferentes productos. Erika S., por ejemplo, es fotógrafa y madre de dos hijos. Ahora también elabora pan, junto con su esposo, para repartir en diferentes zonas de la urbe.

    Lima asegura que pese a los esfuerzos que hagan las personas para lograr más dinero con dos actividades, no todas alcanzan esa meta. La gente orientada a resultados es la más apta para procesos de este tipo; para otros será más complejo debido a la exigencia.

    Asimismo, existen áreas productivas en las que se puede o no aplicar esta modalidad. Los trabajadores que hace trabajo de marketing, administración, call center, etc., pueden aplicar a dos empleos. También es una opción para quienes dan servicios de asesoría o proyectos, explica Daniel Montalvo, director de la maestría de Talento Humano de la Universidad de Las Américas.

    Él vive la experiencia de tener dos actividades y su éxito ha sido el contar con cronogramas bien establecidos. Además, siempre tiene colchones de tiempo determinados para evitar cualquier eventualidad.

    Aconseja que al trabajar en dos lugares no se ofrezca lo mismo a ambos contratantes. “No debe haber copia y pegue de propuestas. No es moral. Además, es importante evitar los conflictos de intereses para evitar problemas”.

    Tener dos trabajos hoy en día es una opción para quienes dan servicios de asesoría o proyectos. Lo importante es ser ordenado.
    Tener dos trabajos hoy en día es una opción para quienes dan servicios de asesoría o proyectos. Lo importante es ser ordenado. Foto: Freepik.es
  • ‘Freelance’, el lobo solitario laboral

    Arturo Castillo

    para Líderes (I)

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    El trabajador de nuestros días es una criatura corporativa; un eslabón de la interminable cadena de producción. Cotidianamente, gigantescas empresas ponen a sus empleados a repetir incesantemente las mismas tareas.

    La despersonalización, la ‘mente única’, el predominio de lo corporativo se imponen como aspectos del modelo productivo de los países industrializados.

    En Japón, por ejemplo, miles de jóvenes son reclutados por grandes corporaciones, que les garantizan un trabajo de por vida. No tendrán que preocuparse por la estabilidad, no sufrirán la incertidumbre del futuro. Su existencia será un libreto previsible.

    A cambio de la prometida seguridad, serán fieles y sacrificadamente laboriosos. No cuestionarán la autoridad; no pensarán por sí mismos. Aprenderán que a la empresa nunca se le dice que no; que a los jefes jamás se les contradice. La disciplina y el respeto al orden jerárquico y, sobre todo, el sentimiento de pertenencia, de modo que la empresa constituya una prioridad para el sujeto, son parte de un rígido código laboral. Intentar salirse de ese esquema provoca temor.

    Erich Fromm, en su ‘Miedo a la libertad’, habla acerca del ‘agobio’ de una existencia autónoma. Siempre será más fácil, concluye, para los espíritus dependientes, carentes de iniciativa, que alguien más tome las decisiones, que determine el curso de las cosas.

    Sin embargo, en la era de la Informática, el modelo de la subordinación y fidelidad corporativa empieza a debilitarse. El trabajador ‘freelance’, en posesión de las herramientas digitales, es capaz de desafiar la formalidad contractual, convirtiéndose en una suerte de lobo solitario laboral.

    Pero la ‘rebelión’ tiene un costo: inseguridad. El trabajador independiente se mueve en el presente, se hace cada día, con cada proyecto, con cada contratación. Certeza, para él, es una palabra de carácter transitorio, temporal.

    El ‘freelance’ ha decidido administrar su tiempo y su economía, sus energías y conocimientos.

    Puede que esa decisión le aísle, le prive de la dinámica del aprendizaje grupal, que debilite su habilidad para comunicarse, para pensar en función de equipo. Sus relaciones serán virtuales; quizás nunca llegue a interactuar físicamente con quienes le contratan.

    La fuerza del condicionamiento, de los hábitos, el hecho de moverse con tiempos específicos, de acudir al mismo lugar de trabajo cada día, genera una sensación de seguridad. Quienes laboran desde casa están exentos de esos referentes; podrían sentirse desorientados, carentes de una estructura, de un orden. No sabrán qué hacer, por ejemplo, con el tiempo sobrante.

    Si bien es cierto que algunos estudios dicen que los ‘freelance’ experimentan soledad y aislamiento, ello depende del carácter del sujeto. De hecho, muchos de los grandes descubrimientos, de las experiencias humanas trascendentes, ocurrieron en soledad, en un estado de silencio mental.

    El alejamiento de las ‘distracciones mundanas’ sería el prerrequisito para el desarrollo de la capacidad creativa. Puede que el ‘freelance’ esté en esa vía.

    El trabajador independiente se mueve en el presente, se hace cada día, con cada proyecto
    Imagen referencial. El trabajador independiente se mueve en el presente, se hace cada día, con cada proyecto. Foto: Pixabay
  • El trabajo ‘freelance’, una tendencia en América Latina

    Agencia AFP

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    En busca de independencia o de complementar sus ingresos, los latinoamericanos recurren cada vez más al trabajo autónomo que se vale de la tecnología, y aprovechan la oferta de proyectos cortos que les permiten además trabajar desde su hogar.

    La tendencia es bastante clara para Sebastián Seiseles, director para las Américas del sitio Freelancer.com, el más grande de su tipo con más de 20 millones de usuarios, de los cuales 1,5 millones están en América Latina.

    “Cada vez hay menos fidelidad del empleado con el empleador. Esa cuestión de pertenencia in eternum con la empresa existe cada vez menos, y va a dejar de existir a manos del trabajo freelance”, vaticina Seiseles.

    “¿Por qué trabajar para una empresa si puedo trabajar desde mi casa, o desde París? ¿Por qué tengo que ir todos los días (al lugar de trabajo) para perder tiempo de viaje si lo puedo hacer desde mi casa y voy a ser más productivo?”, se pregunta este argentino de 39 años, que dirige Freelancer.com en el continente desde que comenzó a operar en la región en 2012.

    El sitio con sede en Australia es la mayor plataforma mundial de trabajo por cuenta propia, y ha generado unos 10 millones de vínculos laborales entre demandantes y oferentes de mano de obra desde 2009.

    Las motivaciones para apostar al trabajo autónomo varían, explica Seiseles.

    “Tiene que ver con hacia dónde va la libido. Con el trabajo ‘freelance’ se da vuelta la ecuación: de adaptar la vida al trabajo, a adaptar el trabajo a la vida”, explica, y recuerda que no se trata de un fenómeno nuevo, aunque la tecnología lo potencia.

    En América Latina la empresa cuenta con 1,5 millones de usuarios. Brasil, México, Argentina y Colombia son los países en donde mayor penetración ha encontrado. India y Estados Unidos son los mercados principales de la empresa, con cinco y tres millones de abonados respectivamente.

    Desde que se fundó la firma ha acumulado un volumen de negocios de 2.000 millones de dólares, con 6 000 nuevas ofertas de trabajo diarias.

    Independencia y dinero 

    Consultado sobre el perfil y motivación de los trabajadores “freelance” latinoamericanos, Seiseles afirma que hay señas marcadas.

    “El latinoamericano busca muchísimo la independencia. Creo que está en nuestro ADN. Es la región de las pequeñas y medianas empresas, donde el 90% de las empresas o más son Pymes, el 85% o más de la mano de obra es empleada por Pymes”, detalla.

    “Los latinoamericanos somos muy independientes, somos muy emprendedores, somos muy creativos. (…) Las crisis nos han llevado a buscar nuestros propios caminos”, asegura.

    En su plataforma, 74% de los trabajadores “son jóvenes ‘millenials’, nativos digitales, entre 18 y 37 años, que nacieron, crecieron y se criaron con una computadora”, describe, y establece al mismo tiempo una diferencia generacional en el abordaje del trabajo.

    “(Nuestros abuelos) entraban en una empresa y se jubilaban de esa empresa. Nuestros padres trabajaban 15-20 años en una empresa. (Las personas de 40 años) trabajamos 6-7 años en una empresa y vamos para otra. Un joven ‘millenial’, si es que pasa por una empresa, está dos o tres años”.

     Autonomía y tecnología

    El trabajo “freelance” como “término, remite a un trabajador independiente, un trabajador autónomo, que se vale por sí mismo y que no quiere o no tiene ataduras o vínculo formal de empleado con una empresa. Hoy en día se lo relaciona íntimamente al término con la tecnología”, explica Seiseles.

    Según este especialista, con la llegada de la tecnología el trabajador puede acceder a enorme variedad de ofertas de cualquier lugar del mundo con solo un click.

    En muchos casos, ese trabajador “comienza siendo un empleado de otra empresa, que por motivos económicos (o) por querer equilibrar su vida personal y profesional, o (porque) quiere dirigir sus propios destinos, comienza a trabajar en sus tiempos extra”.

    El objetivo final: “Decidir qué, cuándo, cómo y para quién trabajar”, concluye.

    La modalidad de  empleo ‘freelance’ aún  no cuenta con muchos  adeptos en el país.
    La modalidad de empleo ‘freelance’ aún no cuenta con muchos adeptos en el país.
  • El regateo es el enemigo del ‘freelance’

    Desirée Yépez
    Redacción Revistalideres.ec

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    En la vida del ‘freelance’ no existen los horarios, tampoco dinero fijo. Si bien hay libertad de acción en cuanto a ‘escoger’ ofertas que se aceptan o rechazan, es preciso tener en cuenta ciertas claves para vivir, de manera estable, bajo esa figura laboral.

    Elpais.com apunta ocho consejos importantes en el ‘Decálogo de malos hábitos del freelance’.

    1. Si ser ‘freelance’ es el plan B, hay que descartarlo
    Para ser un trabajador autónomo se requiere ser flexible, proactivo, emprendedor, tolerante a la frustración y resilente. En esta figura laboral se trabaja por cuenta propia, se dispone libremente del tiempo, no se depende de un jefe, se escoge el lugar de trabajo… Pero ser el emprendedor que se busca la vida y clientes precisa una motivación e iniciativa importantes, saber posponer su refuerzo y, aunque no consiga trabajo o se demoren en un pago, ser capaz de mantener la motivación.

    El ‘freelance’, además de desarrollar su profesión, también debe ser polifuncional pues cumple para sí mismo las tareas comerciales, gestión, relaciones públicas, contabilidad y cobranzas.
    Si se debe ser freelance por obligación, habrá una posibilidad mayor de fracaso.

    2. Una mesa de trabajo desordenada y llena de objetos inservibles no ayuda
    Nadie controla el lugar de trabajo de un ‘freelance’, por lo cual dejarse “dejarse llevar es fácil”. Paradójicamente, al carecer de un tercero que vele por su bienestar, el autónomo debe ser el responsable de adecuar de la mejor manera posible el espacio donde se desempeña. Esa confortabilidad debiera reflejarse en iluminación natural, silla ergonómica, área despejada en la mesa, postura idónea, alejarse del ruido.

    3. Ser su propio jefe puede resultar un arma de doble filo
    Aunque el hecho de no tener jefe suene bien, al final del día puede no ser tan positivo. De hecho, un freelance no tiene un jefe, pues tiene tantos como clientes maneje. Pero quien no le dejará en paz un solo momento, es él mismo.

    Ese factor implica una dosis importante de honestidad. Es decir, si se pierde tiempo navegando en redes sociales, luego es importante recuperarlo para cumplir con los plazos y fechas de trabajo establecidas, aunque implique trasnochar.

    4. Socializar con el mundo exterior es una oportunidad de trabajo
    Hay un mundo real que sobrepasa los límites de una pantalla, ya sea de celular, tablet o computadora. En la actualidad, las actividades de socialización profesional cara a cara se ven reemplazadas por el correo electrónico, LinkedIn o Whatssapp. Eso es un error. Todavía salir, entrar en contacto directo con las personas, es sinónimo de una posible oportunidad laboral. Estas inercias existen igual que antes, cuando no existían celular ni Internet, sin embargo, ya no se explotan.

    5. Una tabla de Excel también es una tabla de salvación
    Excel permite personalizar un presupuesto de ingresos y egresos diarios para evitar problemas. En el contexto económico, cuando se es freelance es necesario tener siempre una reserva de dinero, no solo porque pueden venir periodos de menos cantidad de trabajo, sino porque muchas veces los clientes pagan más tarde de lo prometido. En muchas ocasiones se destina más tiempo a perseguir facturas y pagos que al trabajo en sí.

    6. El regateo es el enemigo del ‘freelance’
    Hay trabajadores ‘freelance’ que laboran prácticamente gratis cuando están empezando para darse visibilidad en su sector. Pero con ello se descapitaliza el trabajo. Según el artículo, la clave para ser freelance y no morir en el intento, es no regatear los precios.

    7. Un espacio de ‘coworking’ no es una cafetería ‘hipster’, aunque esté lleno de hipsters
    En los espacios comunes de trabajo normalmente coinciden trabajadores de sectores afines, lo cual a su vez implica una posibilidad de conseguir un trabajo o una colaboración. Sin embargo, normalmente son estancias diáfanas, y es importante cuidarse de la gente que trabaja allí. Eso significa que a veces alguien puede hablar por teléfono mil horas en voz alta, u organizar un Skype en su mesa en lugar de irse a la sala común de reuniones. No hay que olvidar el trabajo, la tarea que tiene cada uno.

    8. No existen los horarios
    La perspectiva social sobre el freelance es que vive muy bien. Que trabaja cuando quiere, no tiene jefe… Pero si bien es cierto que puede despertar a las 11 de la mañana, no lo es menos que a las 3 de la madrugada estará trabajando. También puede descansar en martes, pero el domingo no.

    El freelance tiende a no desconectarse en ningún momento, ni del celular, Whatsapp, Facebook, Twitter, correo electrónico.

    La modalidad de  empleo ‘freelance’ aún  no cuenta con muchos  adeptos en el país.
    La modalidad de empleo ‘freelance’ aún no cuenta con muchos adeptos en el país.
  • No hay que descartar el trabajo por horas

    Leonardo Gómez / Redacción Quito

    Pocos son los que se arriesgan a invertir todo su tiempo en un trabajo ‘freelance’; sin embargo, esta modalidad de empleo en el país figura como una alternativa para aquellas personas que quieren redondear su salario o administrar su tiempo sin las ataduras de los convencionales horarios de oficina.

    Patricio Castillo, por ejemplo, es ingeniero en Sistemas y especialista en Microsoft Office. Él cuenta que la opción del trabajo ‘freelance’ le permite ofrecer sus servicios a diferentes empresas, sin compromisos adicionales como cumplir horas extra “y sin tener que estar ocho horas diarias en un mismo lugar”.

    Como su disponibilidad de tiempo depende de cómo él se organice, Castillo puede seguir estudiando, dedicarle tiempo a su familia y administrar un negocio propio de accesorios para computadores.

    “Dicto cursos de Microsoft Office para empresas y personas naturales. Por cada capacitación, que dura en promedio cuatro meses, gano unos USD 500”, dice.

    Por supuesto, la inestabilidad en la oferta de trabajo es un factor que aqueja y si bien en ciertas temporadas el empleo abunda, existen otros meses en que el trabajador ‘freelance’ debe ajustar sus bolsillos para que el dinero le alcance.

    Daniel Molineros, ingeniero en Turismo y fotógrafo profesional, cuenta que en una buena temporada puede ganar ente USD 2 500 y 3 000, tomando fotografías para bodas, modelos, empresas… pero existen meses que no hay contratos.

    Lo que motivó a Molineros para ‘freelancear’ fue la falta de oportunidades en el campo turístico. “Quise trabajar en agencias de viajes, pero viendo el título de ingeniero no me querían contratar. El argumento: el sueldo era muy alto y en otros lados exigen horarios de 08:00 a 22:00 por un sueldo mínimo. Esos horarios son desgastantes, mejor busqué otras opciones en la fotografía. Lo mínimo que gano con las fotos de una boda son USD 500, trabajando unas cinco horas”.

    Nicolás Moreno, gerente de la agencia virtual argentina TrabajoFreelance.com, opina que la modalidad de ‘freelance’ no se ha desarrollado en Ecuador al mismo nivel que en otros países de América Latina. “Los visitantes de Ecuador representan solo el 1,35% del total de visitantes del portal”, asegura.

    No obstante, existe una considerable oferta en el país en el campo del diseño gráfico, capacitación, ventas, programación software, diseño y edición multimedia, administradores de redes sociales…

    También se ofrece trabajo ‘freelance’ para correctores de estilo para textos y además traducciones. Estas oportunidades son aprovechadas por profesionales como Mauricio Alvarado-Dávila, quien además de ser historiador es corrector de estilo. Este profesional tiene un trabajo fijo, pero cuenta que en su tiempo libre aprovecha corrigiendo la gramática y sintaxis de obras académicos, literarias… Esto le permite tener un ingreso adicional.

    El precio de su trabajo lo fija en base a la cantidad de páginas y la complejidad del texto. “Se cobra promedio USD 3 y 9 por hoja. Por la corrección de un libro sobre la historia de Loja cobré USD 1 500”.

  • Freelance, ¿eufemismo o desocupación?

    Arturo Castillo. Motivador y Profesor de técnicas psicorrelajantes

    No es precisamente porque aman la libertad que muchos individuos eligen ganarse el pan de cada día como trabajadores ‘freelance’. No se debe a que se saturaron del encierro, de los horarios rígidos, de los jefes insufribles, de los salarios injustos, que optaron por trabajar independientemente.

    Hay, sin duda, gente con prestigio profesional, con excelentes contactos; carismática, que sabe cómo ‘venderse’; individuos que están listos para trabajar por su cuenta. La mayoría son ‘desterrados’ del mercado laboral, gente que rebasó la edad prohibida de los 40, cuyas plazas fueron ocupadas por jóvenes encantadores, poseedores de una o más maestrías, con dominio de alguna lengua extranjera, informáticos hasta la médula, con ambiciones de conquistar el mundo.

    Algunos ‘freelancers’ son hombres y mujeres ‘obsoletos’, que el sistema los quiere fuera de circulación, ‘porque ya cumplieron su ciclo’.

    Ellos se esfuerzan por encubrir esa ‘vergüenza’, argumentando independencia, libertad de horarios, mejores ingresos. Están prácticamente desocupados, pero aparentan que están comprometidos con asesorías, investigaciones, consultorías.

    Detrás de la supuesta autonomía laboral hay, muchas veces, precariedad, la tensión de no contar con un ingreso seguro; sentimientos de desprotección y desorientación, incertidumbre. Obviamente, existen muchos casos de éxito, de ‘freelancers’ que se arriesgaron a trabajar sin las ataduras de la dependencia, que confiaron en que su talento podía pagarles mucho más. Para ello establecieron una inteligente y efectiva estrategia; fueron construyendo pacientemente una cartera de clientes, se hicieron de un prestigio mientras estuvieron en relación de dependencia. No se lanzaron al vacío, confiando en las casualidades del destino; corrieron un riesgo calculado y tuvieron el carácter necesario como para esperar por los frutos, aunque en el ínterin afrontaron toda clase de penurias.

    Desde luego, no todos tienen las cualidades para ser un ‘freelancer’: sana osadía, suficiencia profesional, conocimiento pleno del mercado laboral, en el área específica; fe inquebrantable, capacidad negociadora, persuasión, habilidad emprendedora, espíritu innovador, creatividad. En algunos casos, el ‘freelancer’ es un emprendedor en ciernes. Efectivamente, esa independencia le dará la confianza para, finalmente, animarse a construir algo propio. Pero aun los trabajadores autónomos más audaces no siempre se atreven a ser ‘totalmente’ libres, prefieren depender de jefes ocasionales.

    Escriba a Arturo Castillo